viernes, 26 de febrero de 2010

LA BIBLIA - EL REY SALOMON





MASONESRIA (DOCUMENTAL) QUE ES LA MASONERIA

BANQUETES Y ÁGAPES EN MASONERÍA


MASONES DE LA LENGUA ESPAÑOLA NEW YORK

BANQUETES Y ÁGAPES EN MASONERÍA

Texto . Víctor Guerra


El comer y la Fiesta
Los banquetes o ágapes han tenido siempre una fuerte presencia en toda nuestra historia como raza humana. En ocasiones va a ser la religión quien va a acentuar, aún más si cabe, el sentido ritual de esos encuentros gastronómicos que estarán que por otro lado estarán presentes en los más diversos pasajes de nuestros periplos existenciales, y como no, incardinados en todos los continentes y nacionalidades; con actos que van desde la alegre celebración como pueden ser los bautizo o las bodas; ritos iniciáticos de todo tipo, llegando al triste momento de tener que despedir a nuestros difuntos en su pase al Oriente Eterno; tal y como podemos leer en Virgilio, cuando versa sobre los ágapes de los rituales fúnebres.
Por tanto podemos decir que toda nuestra historia está relacionada con la acción de una actividad como los alimentos o la propia acción del comer que como vemos están en íntima relación con la celebración como acto lúdico festivo.

Los Ágapes y la Masonería y su sentido
Ainsi Mes Fréres, jouissons sans trouble d´une société vive et enjouée, qu´une gaîte douce une plaisenterie fine vienment embellir nos banquets, que le fleurs les plus belles réjouissent nos sens, craignons seulement que leurs parfums trop savourés ne produisent l´Ivresse. Hennzezel. Orador de la Logia Henri IV, al Orient del Regimiento de Toul-Artillerie 1.777.
Es una cita algo moderna, con respecto a una masonería que casi podríamos decir que nació en torno a los ágapes y los banquetes, que primeramente tenían una expresión más cotidiana como nos indica Juan José Iglesias del Castillo[1], que en la antigüedad “Las palabras compañero, compañerismo, (compagnon o compagnonnage), son formas primitivas medioevales como se conocía la masonería y que tiene su etimología en “cum panis”, los que comparten el pan, y que reflejaba de forma popular una ceremonia que consistía en reunirse en la logia y compartir allí fraternalmente los alimentos que se dispusieran ese día”
Pues bien, esos momentos de comidas compartidas eran aprovechados, como hasta hace no mucho se hacía en los gremios de albañilería, que utilizaban las pausa para la comidas para tratar los problemas y hechos de la corporación, que como nos indica el autor antes mencionado en ellos “se celebraba una especie de tenida informal en la que se dirimían los asuntos de familia”.
La misma fundación de la Gran Logia de Londres llevada adelante por cuatro logias londinenses. se hace precisamente en torno a los locales en los cuales se reunían una serie de hermanos masones, se trataba de las tabernas denominadas: The Goose & Gridiron (La Oca y la Parrilla), The Grown (La Corona), The Apple Tree (El Manzano), o The Rummer & Grappes (La jarra y las Uvas). Cuya existencia va a permitir que en la discreción de la noche, como dice Yves-Pierre Beaurepaire[2], en su trabajo de entrada sobre los Ágapes, que la sociabilidad masónica pueda desarrollarse libremente, aunque ello no parece que concuerde muy bien con la imagen de una discreta sociedad que reivindica su reconocimiento como élites sociales y culturales.
Tal vez esa noción que expresa Beaurepaire, haya que ponerla en relación a las necesidades del momento, y a las propias costumbres locales de los ingleses y sus inclinaciones en cuanto a los espacios de encuentro y desarrollo como sociedad en los cuales vemos por ejemplo que el “Pub” la taberna juega un papel preponderante. Además de contrastar que pronto todos estos encuentros en tabernas que dan lugar a una sensación de que se estar de francachela, pasarán a celebrarse en lugares más íntimos, y más con las estructuraciones obedienciales de finales de finales de siglo, en las cuales vamos observando que el panorama de los trabajos varió bastante, tanto en su estructuración y desarrollo.
En todo caso, ello nos adelanta una idea capital que no puede ser obviada, el papel que podían jugar, no ya las comidas fraternales que se nos describía anteriormente, sino la sucesión de ágapes y banquetes que se daban en aquellas primarias y primigenias reuniones masónicas, que no eran comilonas sin cuartel, sino la trabazón de lazos fraternales, durante un acto social como el comer, a modo de una permanente exaltación de los sentimientos que ennoblecen y adornan el carácter del ser humano como el amor y amistad, y donde se da cabida a un concepto capital en la masonería como la Fraternidad.
Los ágapes y los banquetes dentro de la concepción masónica juegan un papel social y cultural importante, no porque constituyan una actividad relacional más de la logia, o del Capítulo, sino porque están concebidos a partir de toda una corografía de gestos que se han venido denominando como “trabajos de mesa o “trabajos de masticación” los cuales a través de ellos fijar una serie de enseñanzas, de reglas que marcan y moldean de forman muy determinante los rituales masónicos dedicado a los ágapes y banquetes.
La actividad festiva del banquete, pasa de este modo del jolgorio de la taberna al sincretismo de la logia sumergida en el silencio que envuelve a los ágapes y banquetes, que además a lo largo del siglo va modificando su estructura, pasando de esa archiconocida idea de la francachela que exponen las divulgaciones antimasónicas a un simbolismo seudo-místico, en todo caso, y en muchas ocasiones, sin más repercusión social que un simple encuentro convivencial entre fraternos miembros de una sociabilidad un tanto peculiar.
Al respecto debemos precisar que en los encuentros rituales de la primera mitad del XVIII, los ágapes son manifiestamente la parte más importante de la ceremonia, los cuales podían durar entre tres y cuatro horas, duración que contrasta con la brevedad con la que se llevaban a cabo la apertura y el cierre de la Logia, y la recepción de Aprendiz-Compañero, todo comprendido y tomando como ejemplo el procedimiento expuesto en la divulgación de René Hérault, la “Recepción de un Francmasón” de 1737, vemos que la ceremonia tiene una duración de alrededor de veinte minutos, a lo sumo. Es un ejemplo claro de la potencia e importancia que este elemento de confraternización tenía en las agrupaciones convivenciales.
Sin embargo será a partir del siglo XIX, cuando se da una apertura que intenta exteriorizar parte de ese cerrado mundo masónico al mundo profano, y viceversa, no tanto como un escaparate de vanidades, sino enriqueciendo el ritual del encuentro festivo ante una mesa con los elementos participantes de los ágapes y banquetes. Así tenemos una expresión más viva y si acaso más profana, tal y como encontramos en el periódico La Verdad de Oviedo, que en 189
Así fue como los ágapes y banquetes se fueron complementando de forma intensa con toda una cohorte de conceptos, temas y temáticas que van desde los adornos a las viandas, pasando por los diseños de la propia cubertería, a las decoradas vajillas con claras alusiones masónicas con grabados de grado, o simbólicos. Todo un juego de ricas cristalerías que se adornaron con lemas, e inscripciones de todo tipo, una rica iconografía que se irá amoldando a la exigencias sociopolíticas y masónicas tanto rituales como con respecto a los posicionamientos de las Obediencias.
Un desarrollo iconográfico que vendrá parejo al desarrollo industrial y que junto con la literatura y cancioneros al uso reflejarann perfectamente el espíritu de trasmisión que imperaba en el seno de la esta sociabilidad denominada la masonería, y que va a plasmar en unas nuevas formulas como son los rituales de mesa o masticación, en los que además va a jugar un papel importante Vicent La Chapelle, inventor del arte culinario moderno, miembro católico y orangista y Venerable de la logia L´Arc-en –ciel situada al Oriente de Londres, aunque su papel haya quedado un tanto desdibujado por otros desarrollos historiográficos. Hay que tener en cuenta que está sin abordar la historiografía de la masonería y su relación con todo lo que tiene que ver con el arte culinario y sus temas trnasversales.
Como vengo exponiendo son todos estos elementos los que juagaron un papel importante en dichas reuniones convivenciales, de los cuales nos han quedado interesantes muestras como es el diseño de los elementos instrumentos que permiten el ágape o el banquetes donde nos encontramos con materiales y soportes de todo tipo los cuales fueron adoptados para trasmitir desde los conceptos simbólicos a los conceptuales o filosóficos, asi vemos ricamente adornadas soperas, cubiertos, platos y copas, lo cual no se quedó en ese marco sino que incluyó mantelerías, muebles, y otros utensilios como encendedores, pitilleras, etc. Los cuales jugaban un papel preponderante, y que bien por encargo o bajo demanda cubrían las necesidades de las logias, o de los propios masones, sin olvidar los interesantes rituales de masticación. Algunos ejemplares de esa gran producción se encuentran actualmente en los más variados museos de las Obediencias masónicas.
Por eso que cuando uno observa, por ejemplo, el fondo del Gran Oriente de Francia, dedicado a todos elementos relacionados con la gastronomía, iconografía y literatura, se queda pensando en el valor que desempeñó el acto del ágape dada la grandeza y la riqueza simbólica de los motivos decorativos e iconográficos de cada elemento a utilizar que venía a prestigiar a la propia logia, en cuyo seno por ejemplo se encontraban esas lujosas cristalerías de las que hablaba, que tenía un papel preponderante a la hora de libar los brebajes espirituosos, o los vinos con que se agasajaban los Hermanos momentos antes de entrar a los trabajos, o después cuando estos ya se encontraban sentados la propia mesa del banquete.
Es en el momento de esa contemplación de todo ese rico universo tan diverso como plural, que se va a contraponer con el reducido contenido simbólico del templo a la desbordante icnografía sita en los ágapes; que jugaba una función de refuerzo ideológica y simbólica, e incluso identitaria, que se veían a su vez reforzados en esa dimensión que antes describíamos, por otra expresión más viva como son las canciones al uso, que no dejaban de tener una dimensión pedagógica a la hora de ejemplarizar las virtudes tanto del masón como de la Orden, aunque no por ello dejaban de existir canciones con un aire más festivo y crítico que simbólico.
Está claro que no se puede obviar el elemento ideológico que jugaron estos encuentros gastronómicos en el seno de la sociabildad masónica, los cuales pasan por el abanico de situarse en distintos planos desde un desarrollo neutro con el “stablisment” político-religioso y por tanto el ser asépticos en esas manifestaciones en el cual a veces se había atrincherado la logia, con independencia de la adscripción de sus miembros, como vemos se desarrolla la masonería inglesa, al papel activo, casi de club político que juegan algunas logias en la Francia revolucionaria.
En este sentido no hay nada más que leer los diferentes rituales para observar esa evolución o necesidad, de situarse en el campo neutro, o situarse en el campo más activo y rupturista, bien en unos casos saludando a la monarquía con brindis al Rey o al Emperador , o enrocarse con el espíritu republicano que invadió las logias en un contexto de liberalismo político en el cual ambos, masonería y movimientos políticos, compartían un especial gusto por los banquetes y ágapes, con independencia de estar en consonancia con el país, o con el régimen donde se desarrollaban los trabajos.
En ocasiones ese espíritu que hubo en las logias ubicadas en el espacio temporal del liberalismo hizo que las simples canciones masónicas del siglo XVIII, fueran sustituidas por símbolos más fuertes como las banderas, o canciones de corte más politizado. Es este tipo de encuentros de tipo gastronómico donde la sociabilidad masónica mejor se ha manejado dentro de los ámbitos políticos, como se comprueba en los momentos de las fuertes luchas laicistas libradas por los librepensadores masones, o la participación activa en los distintos procesos revolucionarios o simplemente políticos.

Los Ágapes en la historia masónica
Cuando buscaba materiales bibliográficos para abordar este pequeño trabajo quedé asombrado de la poca bibliografía existente al respecto de estas reuniones, en claro contraste con la riqueza simbólica en los elementos que formaban parte de este tipo de encuentros gastronómicos que adornan y complementan los trabajos masónicos de la Tenida de Logia.
En las enciclopedias y diccionarios masónicos al uso, el tema se ventila en apenas unos párrafos y en ellos las entradas o referencias se hacen, en muchos casos, con aportaciones muy generalistas, y por tanto alejadas de la profundidad de tales ceremonias rituales que se desarrollan a lo largo de todo el universo y continente en el que está implantada la masonería masónico.
Ante esa aquiescencia por parte de los historiadores y monólogos de no prestar mucho interés a las cuestiones gastronómicas -logiales, que por cierto tiene, un fuerte reflejo en la literatura masónica y antimasónica en los siglos XVIII y XIX, donde encontramos abundantes descripciones sobre este tipo de trabajos de masticación, como las que presenta el libro de abad Pérau Les Secret des francs-maçons (1744) o Le Repas des Maçons, o Les Liaisons dangereuses de Chordelos de Laclos. Muchas de estas obras nacen al calor del afán vouyerista del populacho, bien alimentado por diversas esferas antimasónicas, que produjeron gran cantidad de libros de esta naturaleza; pero no pudiendo recurrir a ellas, además que ello amenaza con sobrepasar los límites de este trabajo, no queda más remedio que utilizar otro tipo de documentaciones que nos puedan dar alguna pauta.
Lo que se puede observar nada más aterrizar en los rituales relacionados con los ágapes y banquetes masónicos, es que en general éstos guardan, casi todos los que conocemos que tampoco son muchos, una cuasi idéntico desarrollo ritualístico; eso sí cada uno siendo coherente con el rito en que trabaja la logia, que será demás el que determine la ubicación de unos elementos u otros, o se tengan que hacer tales o cuales maniobras, o saludos o brindis, etc, así encontramos las aclamaciones en un ritual o en otro bien se trate del Rito Francés (RF ) con los Vivats , por el contrario en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado se exclamarán los típicos Houzé.
Otra impresión que se entresaca al leer los rituales es que el desarrollo de todo este tipo de actividades gastronómico-convivenciales se aleja bastante del imaginario popular, como expone además una de las obras citadas, dando un puntual reflejo de su desarrollo: “Los masones no conocen dentro de sus festines ni la intemperancia, ni los excesos, su conversación ordinaria suelen versar sobre las ventajas de la fraternidad, o sobre cuestiones absolutamente indiferentes. Ellos observan sobre todo un silencio respetuoso en torno a la materias de religión de religión y del Estado”
Sin embargo nos puede extrañar otra cuestión como es la militarización de los elementos que van a jugar un papel simbólico en el ágape o banquete masónico. Si bien en logia los elementos generalmente no son belicosos, teniendo especial cuidado en clarificar ante algunos de ellos que no son elementos dañinos como las espadas, sino que juegan un rol bien de identidad ciudadana que portan en algunas ocasiones los Hermanos, o en todo caso de defensa como sucede con la espada del Guardatemplo, en contraposición tenemos que los elementos básicos del encuentro grastronomico-convivencial masónico amparado en una base ritual se va desarrollar en parte por medio de toda una terminología guerrera: la pólvora fuerte (vino), los cañones (copas) los cuchillos (espadas), beber (cañonazo) etc.. Lo cual a veces resulta un tanto ridículo o chocante en gentes tan pacíficas y en una actitud tan tranquilizante como puede ser una comida logial, y que vuelve a colocarnos en esa rara ambivalencia que a veces se coloca la masonería.
Dicen y escriben por esos largos mundos, que esa militarización obedece a la instrumentalización de la masonería por los ejércitos napoleónicos y que de aquellos gustos y maneras pues quedó impregnado en los ágapes y banquetes masónicos.
No se sí será una leyenda urbana, ya que no siempre las logias fueron militares, y por poner un ejemplo la expansión inglesa hacia Francia y Centro Europa se hizo en base a logias de funcionarios, embajadores, y gentes de alta alcurnia alejada en gran parte de los militares. Aunque entrando en un terreno más irónico podemos decir que brindis tan armados de cañones y pólvora es como si fuera, en todo caso la representación de un acto “revolucionario” que las logias al emplear tales substantivos y calificativos guerreros estuvieran dispuestos a realizar “por las bravas”, pero dentro de una conformación pacífica.
Ironías aparte, apuntar que el tema de los Ágapes y Banquetes ya están recogidos en las compilaciones realizadas por George Payne en Reglamentos Generales, entre las que se encuentra la regla XXII, que nos habla de una gran fiesta en el día de San Juan Bautista con motivo de la elección del Gran Maestro de la Gran Logia, en las siguientes reglas se van dando pautas de organización y realización de estos famosos encuentros que generalmente solían estar muy reglados y ritualizados
Así fuerte formalidad la podemos comprobar en la carta que escribe la logia Triple Unión (1762) a la Gran Logia comentando punto por punto que los “ Status Généraux de 1755: Artículo XXXII prescriben que “Está expresamente recomendado al Maestro hacer observar un profundo silencio durante la Logia de Mesa, y de castigar a los contravinientes, por una vez con un ejercicio sin honor, por una segunda con la demanda pecuniaria de tres libras, y por la tercera vez el Maestro cerrará la logia, se retirará del Banquete, así como todos sus oficiales. Nada mejor imita una Torre de Babel que una logia mal gobernada donde los Hermanos nunca obedecen.
Ante tal cuestión la logia, que debía ser una taller rural, alejado de las tumultuosas grandes urbes, pregunta atendiendo a la idiosincrasia de su paisanaje: ¿Qué sí en las logias de provincias poco numerosas, el Silencio riguroso en la mesa debe ser demandado? , ya en el caso afirmativo cuando el Venerable interroga sobre el catecismo en forma de conversación distendida, u otras acciones que se describen en la misiva, tal cuestión contribuiría en alegrar los banquetes, ya que de lo contrario “los hermanos en continuo silencio enmudecerían y desde luego y se disgustarían”, y es de suponer que si tal norma dse debía cumplir pues los Hermanos terminarían abandonando la logia.
Pero el mundo logial y fraternal de los ágapes y banquetes, no queda circunscrito a la masculinidad de las logias, sino que la llegada y propagación de las Logias de Adopción, compuestas por mujeres van a generar todo un marco nuevo de relación y de ordenamiento social, de clase y de género, que alcanzará también a los encuentros que venimos comentando, aunque tengamos autores como Chordelos de Laclos, ponga pegas y hable de ciertos desordenes, o coacciones a la hora del explayamiento del mundo masculino.
En todo caso es un tema atractivo aún sin tocar, y que merece un trabajo profundo para ver como esta llegada reformaba todo una arquetípico encuentro.

Los trabajos de Mesa en el Regulateur
El texto ritual de los Trabajos de Banquete de Rito Francés, en parte se debe a una primera redacción presentado por el Hermano Salivet el 12 de agosto de 1783, durante la 31º Asamblea de la Cámara de Grados, del Gran Oriente de Francia, la cual tomó el testigo en este ingente trabajo de normalización de la masonería continental francesa para los grados simbólicos –cometido que a priori no era el suyo- y delegada a tal efecto por el conjunto de las tres Cámaras Reunidas –Cámara de Administración, Cámara de París, Cámara de Provincias-, de las que ya hemos hablado en el libro del Ritual de Rito Francés. Grado de Aprendiz, donde exponíamos la gran división existentes entre estas cámaras debido en parte al peso que tenía la Cámara de Paris, con respecto de la otras.
Intensos debieron ser los debates, pero menos que en los rituales de logia, ya que los comisionados debían estar bastante agotados con los debates en el Orden de Aprendiz, y llegados ante el Ritual de Banquetes, este parece que no tuvo tantas reformas y fue rápidamente aceptado, siendo editado en 1801, a continuación del Ritual correspondiente al Grado de Aprendiz de Rito Francés.
Tales hechos aunque encerraban en sí un trabajoso de celo y cansancio dejan traslucir, dada la prontitud con la que se aprueban y se incorporan al ritual, la trascendental importancia que tanto para los masones del siglo XVIII como para los del siglo XIX , tenían estos Trabajos de Banquete y Masticación.
Tras los justos y perfectos trabajos de la Tenida de Logia, venían a continuación estas asambleas ritualizadas de carácter gastronómico, constituyendo en los primeros tiempos, la parte más extensa en duración de todo el conjunto de los Trabajos llevados a cabo en el día. Podemos a tal efecto comprobar la génesis de la práctica, hoy tan popular en todos nuestros Trabajos, la de formar la Cadena de Unión, que en aquellos tiempos aparecía también integrada como parte fundamental de estos banquetes con su mensaje de universalidad y unión, tras el séptimo y último brindis de la Tenida de Mesa.
Estamos por tanto ante un ritual sobrio, cargado de emotividad que tiende a la unión fraternal y que se culmina en muchos caso con los Cánticos de Clausura, cuyas letras e incluso partituras están siendo recientemente recuperadas siguiendo la estela de los populares y diversos cancioneros muy prodigados en el Siglo XVIII, como el de Naudot o los de La Lire Maçonne (con sucesivas publicaciones desde 1768 a 1787), canciones y cánticos muy popularizados que aparecían a veces con el nombre del título cambiado.
Este ritual que presentamos de los Trabajos de Banquete de Rito Francés, fue copiado textualmente en la edición de la Guide des Maçons Écossais o Cahiers des trois Grades Symboliques du Rite Ancien et Accepté (circa 1820), en su "Loge de table" ou de Banquet, con mínimas variaciones expresados en los saludos a la espada, y la utilización de las exclamaciones que en el (REAA) son Houzzé en lugar de los Vivat de las aclamaciones del Rito Francés.
En cuanto a la periodicidad de estos encuentros vemos que después del siglo XVIII estos consistían básicamente en organizar dos banquetes solsticiales, que es lo que estipula, por ejemplo, desde 1885 el Gran Oriente de Francia (GODF). En general esta costumbre fue declinando a lo largo del siglo XIX, hasta quedar, al menos en el ámbito francés, a un solo Banquete de Orden, debido por un lado a las ocupaciones propias de las logias que cada vez requerían más atención y organización, motivo por el cual debido al mucho trabajo y logística que generaban debida a la mucha infraestructura y presencia de Hermanos, se fueron espaciando cada vez más.
A esa renuencia por celebrar dichos encuentros convivenciales hay que buscarla también en el papel que jugaron en determinadas épocas, lo cual les granjeó cierto descrédito ya que eran precisamente el cenáculo ideal para el desarrollo de actividades sediciosas o de ámbito política, en las cuales podía resultar perjudicada a causa de ello las logias.
Volviendo al ritual propiamente de mesa la disposición de los comensales y el resto de la organización del evento apenas si su sufrieron cambios de significación a lo largo del tiempo, muy al contrario de los brindis que sí son modificados, en función de varias motivaciones tan diversas como las corrientes de las modas, las influencias rituales al uso como el decaimiento de un ritual y el alza de otro, y por supuesto de la época; por poner un ejemplo, con relación al estadio político territorial en el cual desarrolla sus trabajos, la logias brindan por sus gobernantes y ya el propio Régulateur advierte por si a alguien se le olvida en una nota fina, lo siguiente: “que el primer brindis se haga en nombre de la República Francesa”, téngase en cuenta que entre los trabajos previos del ritual y su impresión final en 180, tuvo lugar la Revolución Francesa.

Organización del Ritual de Ágapes y Banquetes
Una vez que comienza el ritual de banquetes estando los abiertos trabajos de forma ritual, el Orador pronuncia una breve alocución, tras la cual los Hermanos se dedican a la masticación, no sin antes entregar la llave el 1º Vigilante al Guardatemplo que abre la puerta para dejar pasar a la servidumbre, que quedaba fuera de los trabajos rituales. Tras la culminación de la masticación vendrán los siete brindis con la bandera, o sea con la servilleta en el hombro izquierdo o en el antebrazo, y con la espada en la mano izquierda, y al Orden; y el cañón (copa) en la mano derecha.
Los brindis los propone el Venerable, que en el caso francés se planteaban con una exacta ejecución, al igual que el resto de la tenida de mesa o masticación hasta su conclusión final y cierre de trabajos.
En líneas generales podemos decir que no es fácil encontrar rituales dedicados a las “Tenidas de Mesa”, o “Trabajos de masticación”, habiendo además bastante confusión al respecto ya que existen varios tipos de encuentros convivenciales en torno a la mesa gastronómica, quiero exponer una serie de pautas dentro del Rito Francés en cuanto a la Obligación del Banquete Anual o también llamado Banquete de Orden y luego están los Ágapes, aunque reduzco el papel a estas tipologías y terminologías están suelen ser más amplias y diversas dependiendo de los ritos y las Obediencias

Banquete de Orden
Las logias deben tener un banquete anual, que bien puede coincidir con los dos solsticios del 21 de junio o del 21 de diciembre, se deja un poco a gusto de la logia, habiendo logias que cumplen a rajatabla con dicha tradición, celebrando además de ese modo las dos grandes separaciones que se producen entre los Hermanos, la primera fecha, solsticio de verano, porque tras esa fecha se declara el tempo estival o vacacional hasta el mes de septiembre en que los cuales los trabajos cobran vigor, y luego en el solsticio de invierno que sirve un poco como despedida para ese repliegue que se hace hacia el entono más familiar o íntimo de las navidades o fin de año.
Por poner un ejemplo en Asturias diversas logias de varias Obediencias, se reúnen en los solsticios sin ritual alguno en torno a la mesa ubicada en la llamada sala húmeda, ante la cual los hermanos se sientan de forma indiscriminada ante las viandas, sin ritual alguno y sin decoraciones masónicas, dado que en ese momento convivencial estamos presentes hermanos de muy diversas tendencias, dogmaticas y adogmaticas, y por respecto y como acto de consenso se festeja el solsticio en tipo de encuentro amigable y de charla.

En cuanto a los Banquetes de Orden, hay que decir que solo los Hermanos pueden formar parte de ellos, y por tanto éstos deben celebrarse en los locales masónicos, en el caso del GODF, en caso de celebrarse fuera de la sede de la logia debe mediar una autorización del Consejo de la Orden. En todo caso en la sala en la que se concita el Banquete de Orden debe estar “a cubierto” al menos durante el tiempo en que los trabajos estén abiertos.

Se entiende que en dicho banquete de Orden los Hermanos van revestidos de sus decoraciones como son los mandiles, los guantes, Y los collares del oficio, y las bandas de Maestro aquellos que ostenten tal grado, aunque se trabaja siempre en este tipo de encuentros se realizan en grado de Aprendiz

La organización de los Trabajos de Mesa.
En casi todos los rituales de mesa que han sido consultados se habla de una mesa con forma de herradura, que sin bien en el Rito Francés tiene su explicación en tanto que también tiende a estar el Oriente cerrado de forma semicircular, en el caso del REAA, pues nos encontramos con un templo construido todo él de forma rectangular; aunque en algunos rituales hemos observado que se dibujan la dos representaciones de mesa, eso sí con alguna indicación al respecto de sí la mesa debiera ser una u otra forma: rectangular o de herradura.

La cabeza de la mesa, o sea la parte curva se sitúa, estando las dos extremidades al Occidente, siendo aconsejable que la mesa esté adornada de flores, en algunas logias se conserva la costumbre de que el servicio de mesa se haga por parte de los Aprendices recién iniciados.

En el caso que nos ocupa el Venerable Maestro de la logia se coloca en la cabeza de la mesa, en la parte central de la curva del exterior, y a su derecha e izquierda se sientan los visitantes, comenzando por los representantes de la Obediencia. La ubicación puede variar en función de la variante ritual utilizada. Por ejemplo a nivel del Rito Francés de Referencia, que utiliza el GODF, los dos Vigilantes se sientan en los extremos de los brazos de la mesa, y de igual forma que en logia, tal cual como se hace en el Rito Francés; el Primer Vigilante al Mediodía y a su derecha el 3º Experto; y el Segundo Vigilante al Norte y a su izquierda el Guarda Templo.

El Orador se coloca a la cabeza de la columna del Mediodía por la parte exterior y a su izquierda se situarían por este orden el Tesorero, el Gran Experto y el 2º Experto. El Secretario se coloca a la cabeza de la columna del Norte, por la parte exterior, teniendo a la derecha al Hermano Hospitalario.

Por la parte interior de la mesa frente del Venerable Maestro, se colocan el Maestro de Banquetes y el Maestro de Ceremonias. Aunque en el “Régulateur de RF” traducido se indica que se “coloca a estos dos oficiales en una pequeña mesa entre los dos vigilantes y de cara al Venerable Maestro”. El resto de los Hermanos se sientan de forma indiscriminada, salvo en el interior que debería quedar desocupado, salvo que no haya sitiales suficientes.

El banquete se desarrolla siempre bajo la presidencia del Venerable Maestro, y este junto con los dos Vigilantes portan sus respectivos malletes. Pese a esa exacta representación ritualistica en el banquete de Orden no existe un trazado de los trabajos anteriores (acta de los trabajos) aunque el Secretario tomará notas de la reunión.

Plano de la logia de Masticación, dibujado por Rodrigo Álvarez

Los Ágapes
El Ágape, es como si dijéramos una entidad menor, es el día a día de la logia, es el pequeño refectorio que se celebra tras cada Tenida. Si los Hermanos asistiesen a él revestidos de sus insignias, se colocaran en la mesa como si se tratara de un Banquete de Orden. En caso contrario sola la mesa en el Oriente estará organizada como tal Banquete de Orden, sentándose luego y de forma indiscriminada el resto de los Hermanos. Teniendo en cuenta que si hay profanos disfrutando del Ágape, deben ser colocados de forma preferente entre los Hermanos.

En los ágapes a diferencia con respecto al Banquete de Orden no debe emplearse ningún ritual, por tanto los brindis reglamentarios pueden ser celebrados, pero con un ceremonial simplificado, pudiendo intervenir los oradores y los oficiales de la logia y tomar la palabra tal y como dispone del Banquete de Orden; lo cual nos obsta para realizar la Cadena de Unión al cierre de los trabajos, aún cuando haya profanos en el ágape, por lo cual se aconseja hacerles participar de dicho lazo de unión fraternal.

Trabajos en el Banquete
El Banquete siempre, como ya hemos dicho, se celebra bajo la presidencia del Venerable Maestro que preside la Logia, y siempre se abrirá en el Grado de Aprendiz (1º) y los Hermanos que participen de este magno convite irán revestidos de sus insignias (Mandil, banda de Maestro Masón, collar de Oficial y los guantes) con la diferencia de que tanto el Venerable como los Vigilantes portaran sus respectivos malletes.
Los Hermanos que durante el banquete tengan la necesidad de expresarse demandarán la palabra al Venerable o a los Vigilantes de su columna. En el caso de un Ágape donde los Hermanos no están revestidos de sus insignias la palabra será demandada al Venerable Maestro.
Los trabajos de arquitectura siempre se deben presentarse por escrito y previamente deben ser comunicados al Venerable Maestro de la logia, que será quien juzgue si son convenientes para tal ocasión. En todo caso tanto en el Banquete como en el ágape el Hermano Secretario tomara notas para trazar una plancha de la reunión a modo de notas que serán anexionados al resto de los trabajos de arquitectura leídos en el Banquete, siendo luego leídos en la próxima Tenida Magna. Lo que no habrá durante la celebración tanto del Banquete como del Ágape es la lectura de los trabajos anteriores.
En otro orden de cosas y aunque ha quedado en desuso, tras el cierre de los trabajos rituales de mesa, se procede al menos en el Rito Francés a la circulación del Tronco de la Viuda, invitando a los Hermanos a colocarse al Orden de Mesa, en ese momento el 1º Vigilante interviene: Cuál es para los francmasones el salario de sus trabajos de mesa – Un doble beneficio.
El 2º Vigilante: “Qué beneficio hemos obtenido nosotros hoy?- La satisfacción y la esperanza. Puesto que es así anunciar a los Hermanos de vuestras columnas que los trabajos van se cerrados…. Hermanos Los trabajos están cerrados,. Esperemos y Perseveremos.


Confiando en que tal trabajo sirva y tenga utilidad, dar las gracias a todos cuantos han permitido, ayudado y auxiliado a este Maestro Masón para llevar a cabo estos trabajos de reflexión y recuperación de nuestra propia memoria.

He Dicho

Texto @ Víctor Guerra

martes, 23 de febrero de 2010

EL ARQUETIPO DEL HEROE SOLAR




EL ARQUETIPO DEL HEROE SOLAR
Por ANTONIO LAS HERAS

¿Qué es el mito del Héroe? No otra cosa que el símbolo del proceso por el cual adviene la conciencia humana. Producto de aquel tiempo de hominización en que un animal se transformó en un producto diferente, superior a lo vegetal y animal, al tener la capacidad para adicionar cultura, simbolizar, abstraer, tener comprensión de su propia existencia finita. El Héroe representa a la Consciencia y, en términos junguianos, simbólicamente al Principio Masculino; más precisamente un Principio Solar. Como los temas míticos están en imágenes arquetípicas, aquellos tienen significación – permanente – para toda la Humanidad.

¿De dónde surge el Héroe y cuál es su finalidad simbólica? Ante todo digamos que la misión del aspirante es hallar la luz y una vez convertido en un iniciado, arrojar esa luz para disipar tinieblas. O sea: otorgar consciencia. Porque él no es sino comienzo. Inicio que lo es de un todo compacto y sin opuestos. O lo que es lo mismo: sin Consciencia. La totalidad primordial que – en germen – alberga a todas las posibilidades. Lo innominado. Innombrable. (Recordemos los pasajes en textos religiosos donde se enseña que la divinidad no puede ser nombrada o que su denominación no debe ser dicha ni escrita). El comienzo es fuente. Generador de símbolos y arquetipos. Todo y nada. Y ambos a la vez unidos. Esquema tríptico.(1) Todo esto significa que el mito del Héroe representa, psicológicamente, la consolidación de la personalidad. A través de diversas pruebas y aventuras, el Héroe se reconoce como ser transformador que adquiere Consciencia desarrollando y afirmando su Yo; un Yo que reconoce su Sombra y se prepara para ser un ser autónomo en la sociedad. Esta manifestación del Arquetipo del Héroe mediante el mito, remite a la etapa del desarrollo humano de la adolescencia, no sólo porque representa un medio simbólico de separación, sino porque, a su vez, transmite un esfuerzo por resolver el problema fundamental del crecimiento que es la adquisición de un sentido de identidad. De esta manera, el adolescente experimentará y adquirirá diferentes roles, se identificará con diferentes objetos externos e internos, buscará la aventura como medio para medir sus capacidades y posibilidades, hasta llegar a encontrarse con su propia potencialidad de transformación social mediante la proyección de sus ideales y objetivos que estarán representados – por sobre todo – a través de la expresión de ideologías, filosofías y religiones y a la adherencia a ellas. Para llegar a adquirir ese compromiso social y esa identidad, antes se verá obligado a atravesar duelos e integrar todos aquellos aspectos de su personalidad que desconocía o que estaban escindidos por la mente infantil, para que pueda surgir un Yo diferenciado, integrado y autónomo. Tal como lo haría el Héroe, el adolescente emprende un viaje que demanda grandes esfuerzos, un verdadero viaje iniciático (ya que implica una profunda transformación) que provee lo necesario para la adquisición de la luz, de la Consciencia, indispensable para un desarrollo pleno de la personalidad.

Según el experto en simbología Erich Neumann, el mito del Héroe posee tres sub estadios bien delimitados: 1) el nacimiento del Héroe; 2) el asesinato de la Madre y 3) el asesinato del Padre.

El primero se caracteriza por un nacimiento cuya naturaleza es “poco común, diferente o sobre-humana”. Este “milagro” era atribuido por la mujer a los espíritus ancestrales o a Dios, porque no había intervención del hombre en la procreación, de allí tantos héroes, dioses y semidioses nacidos de madre virgen (como hemos visto al tratar sobre el arquetipo de la Gran Madre). Esta concepción es pre-patriarcal. “En el comienzo, la Gran Madre era el único creador verdadero, más tarde ella es embarazada por un procreador espiritual y finalmente lo hace un Rey-Dios patriarcal”, afirma Neumann. A su vez, el Héroe tiene la característica de poseer dos padres y dos madres: “Además de su padre personal, hay un padre 'superior', esto es, una figura arquetípica de padre, apareciendo de igual manera, al lado de la madre personal, la figura de una madre 'superior'”. El Héroe nace con la adquisición de la autoconciencia, esto es alejándose cada vez más del elemento femenino arquetípico (lo inconsciente) para acercarse al masculino (la Consciencia), comenzando así el proceso de diferenciación de la matriz materna para reconocerse como un ser individual ligado al principio masculino, a los padres y a los viejos “que son el ‘baluarte de la ley y el orden’”. Esto implica el pasaje del matriarcado al patriarcado. “Cielo, padre, espíritu y masculino son correlacionados y representativos de la victoria del patriarcado sobre el matriarcado...”, dice Neumann.

En el segundo estadio, el Ego se encuentra delante de lo que conocemos como “la lucha con el dragón” que “representa tres componentes principales: el héroe, el dragón y el tesoro. Al vencer al dragón, el héroe gana el tesoro, que es el producto final del proceso simbolizado por la lucha”. La lucha con el dragón es la simbolización de la lucha contra el arquetipo de la Gran Madre en su aspecto de madre ourobórica, devoradora. El miedo al dragón es el miedo a quedar atrapado en las garras de esta Gran Madre terrible e incestuosa que impide el surgimiento de la masculinidad. “Superar el miedo de ser castrado significa vencer el dominio de la madre…”. Adquirir Consciencia significa salir del vientre materno, símbolo de lo inconsciente. Neumann lo explica de este modo: “El arquetipo más ampliamente diseminado de la lucha con el dragón es el mito del sol, en que el héroe es devorado todas las noches, en el oeste, por el monstruo nocturno del mar, en cuya cavidad uterina lucha victoriosamente con otro dragón, un doble en cierto sentido. Él entonces nace en el este como el sol victorioso, el “Sol invictus”; o mejor, cortando el monstruo para salir, él realiza su propio renacimiento. En esa secuencia de peligro, batalla y victoria, la luz - cuya significación para la conciencia repetidamente enfatizamos - es el símbolo central de la realidad del héroe…. El héroe no es solamente el vencedor del elemento materno, sino que también mata el aspecto terrible de éste para libertar su aspecto fecundo y benéfico”.

En el tercer estadio, una vez que se ha producido con éxito el asesinato simbólico de la madre, el Héroe se ve en la necesidad de asesinar al padre. Dice Neumann que en el matriarcado la figura paterna está representada por el tío materno, portador de la autoridad, de la prohibición y del deber: “El deseo de matar, del niño, se dirige contra esa autoridad que representa la ley colectiva”.

En el patriarcado, esa oposición es reemplazada por el conflicto padre-hijo, en el que surge el deseo de asesinar al padre, sin lo cual: “ningún desarrollo de la conciencia y de la personalidad es posible”.


(1) Las Heras, Antonio. “El Arquetipo del Héroe en la vida legendaria de Pancho Sierra” y “El siendo Argentino a través del Mito del Héroe en Pancho Sierra”, Tesis Doctoral inédita.

Nota: Este artículo está constituido por un fragmento del libro MANUAL DE PSICOLOGIA JUNGUIANA del Dr. Antonio LAS HERAS recientemente publicado por Editorial Trama.

ANTES DE EVA , LILITH



Antes que Eva, Lilith

Las cuatro injurias narcisísticas

Freud decía que el ser humano había sido lastimado en su amor propio en tres circunstancias. La primera, cuando Copérnico descubrió que no era la tierra el centro del universo sino el sol. La segunda ocasión fue cuando Darwin demostró que el hombre, al igual que los demás animales y que todo el resto de la naturaleza, era el producto de la evolución. La tercera herida al narcisismo humano fue provocada por el mismo Freud. Desentrañando la complejidad del psiquismo, afirmó que el hombre no conocía totalmente las motivaciones de sus conductas. Por el contrario, la mayor parte de los fenómenos psíquicos son inconscientes y, por lo tanto, resultan inaccesibles a la simple introspección. Copérnico, Darwin y Freud, de diferentes maneras, sacaron al hombre del lugar de privilegio en el que él mismo se había instalado.

Aunque Freud no lo expresara tácitamente, está implícito en sus ideas que otros descubrimientos u otras concepciones científicas pueden provocar más heridas al siempre frágil amor propio del hombre. Por ejemplo, si algún día se demostrara que existe vida en otros planetas. Sin esperar ese momento, tal vez no tan lejano, hay otra evidencia que lastima de continuo el narcisismo del varón: que la mujer es su semejante. A pesar de las diferencias que los caracterizan, ella está con él en una relación de igualdad en tanto ambos son seres humanos y han sido creados de igual forma. La idea no es por cierto novedosa - igualdad en la diferencia, proclama el feminismo - y hasta parece por algunas personas aceptada. Sin embargo, esta realidad es en los hechos negada. Haciendo un trabajo similar, la mujer gana generalmente menos dinero que el hombre. No accede de la misma manera a ciertos lugares de poder, usa velos que ocultan su rostro, leva el apellido del marido, es víctima de violencia doméstica y de violaciones sexuales, etcétera.

La creación del hombre

La concepción de que mujer y varón son semejantes se remonta a muchos siglos antes del nacimiento del feminismo. Leyendo la Biblia nos enteramos que hay allí escritas dos versiones acerca de la creación del hombre. En el capítulo uno del Génesis, se dice: "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó". Por lo tanto, la mujer y el varón fueron creados al unísono. Una segunda versión aparece relatada en el capítulo dos. Aquí se dice que luego de crear Dios a Adán y convencido de que no era bueno que el varón estuviese sólo, creó a los animales y luego, haciendo caer a Adán en un sueño profundo, "de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre". Esta fue Eva, la de la famosa manzana. Los cabalistas intentaron muchas interpretaciones para explicar la contradicción entre las dos versiones. Una sugiere que Adán fue creado inicialmente como un andrógino que poseía un cuerpo femenino y uno masculino unidos por la espalda. Luego, Dios lo dividió. Otra interpretació n aparece en el Alfabeto de Ben Sirá,

midrash del siglo X. Basándose en dicho texto, el mitólogo Robert Graves relata que la primera mujer de Adán no fue Eva sino Lilith: "Dios creó a Lilith, la primera mujer, como había creado a Adán, salvo que utilizó inmundicia y sedimento en lugar de polvo puro.

Sin embargo, tomando otra fuente, el Yalqut Reubeni, Graves nos aporta otro relato, en el que la información choca con la anterior: "Adán y Lilith nunca encontraron la paz juntos, pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith se negaba, considerando que la postura recostada que él exigía era ofensiva para ella. ¿Por qué he de recostarme debajo de tí? - preguntaba - Yo también fui hecha de polvo y, por consiguiente, soy tu igual". Como Adán permanece intransigente, Lilith invoca el nombre de Dios, quien le da alas. Ella se aleja, volando, del lado de Adán. El se queja al Creador que, condolido por el desamparo del varón, envía a tres ángeles a buscar a Lilith. Ella se niega a volver. Sabe que, por orden de Dios, a su regreso le espera hacerse cargo de todos los niños recién nacidos. Lilith quiere permanecer en el Mar Rojo, región en la que abundaban los demonios lascivos, con los que había dado a luz a varios lilim (demonios bebé). El castigo de Jehová por esta negativa de Lilith a regresar al lado de Adán consistirá en hacer perecer cada día un centenar de esos hijos.

Leyendo entre líneas

Entender textualmente un relato es quedarse en lo aparente. El Psicoanálisis y la Cábala nos enseñan, con su ejemplo, a ir más allá de lo manifiesto. Leyendo entre líneas enriquecemos nuestras reflexiones, pensamos con autonomía y evitamos caer en dogmatismos siempre empobrecedores. Así ubicados, vemos que las dos versiones contradictorias acerca de con qué material fue creada Lilith, nos indican dos concepciones referentes a la mujer aún vigentes hoy. Si fue hecha de polvo, es un semejante; en cambio, si los materiales que se utilizaron fueron "inmundicia y sedimento", la mujer es inferior al hombre. Desde este punto de vista, la controversia entre Lilith y Adán acerca de la posición que cada uno ocupará en la relación sexual, describe, simbólicamente, un conflicto en relación al poder. Dado que es considerada inferior, Lilith asume su propia defensa. En relación a esto, resulta muy pertinente una reflexión de Robert Graves: " Es característico de las civilizaciones en las que se trata a las mujeres como bienes muebles que deban adoptar la postura recostada durante el coito, a lo que se negó Lilith".

Por otra parte, cuando ella aparece emparentada con lo demoníaco eso nos lleva a pensar, junto con Mircea Eliade, que no siempre el demonio representa al mal. Al fin de cuentas la misma Biblia nos explica que Satán significa adversario, oponente. Y oponerse puede ser necesario, por ejemplo cuando se es víctima de una injusticia. Tal era el caso de Lilith, que no quería someterse a una arbitrariedad de Adán. Si seguimos leyendo entre líneas y, tomando siempre el relato bíblico como una narración mítica, también podemos pensar que Jehová mismo es descrito de variadas maneras. Tanto aparece como un dios justo, que no hace diferencias entre sus hijos, como un padre que, tomando partido por el hijo varón, condena a su hija mujer a someterse a los caprichos de éste.

Lilith y Eva

Una sola vez es mencionada Lilith en la Biblia de Jerusalén y es en Job. Había que cercenar su nombre del texto sagrado, ya que ella, con su cuestionamiento, invitaba a la rebelión. Graves dice que cuando Eva es creada de la costilla de Adan, "se afirma otra vez la supremacía masculina, quedando oculta la divinidad de la mujer". Mas, parafraseando a Freud, encontramos que se produce el retorno de aquello que fuera reprimido ya que, además de la censurada Lilith, también Eva cuestiona una prohibición. Esta vez y por ser él también víctima, Adán acompaña a su mujer en la rebelión. El hijo varón y la hija mujer desafían la pretensión omnisciente del padre. Porque ellos también quieren saber. Leyendo otra vez entre líneas, decimos que no siempre la curiosidad es malsana. Y que desentrañar un mito no es herejía sino libertad de pensamiento.

Bibliografia

* Costas Antola, Adela; Cubiló, María: El mito de Lilith. La curiosidad, su fuga y expulsión. Publicación interna de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires. 1989.
* Eliade, Mircea: Mefistófeles y el andrógino. Editorial Labor. España.1984
* Graves, Robert; Patai, Rafhael: Los mitos hebreos. Alianza Editorial. Madrid. 1986.
* Scholem, Gershom: La Cábala y su simbolismo. Proyectos Editoriales. Buenos Aires. 1988.

Isabel Monzón nació en Buenos Aires en el año 1941. Psicóloga y psicoanalista. Egresada de la carrera de Psicología de la UBA y de la Escuela de Psicoterapia para Graduados. Socia fundadora del Ateneo Psicoanalítico. Se especializa en clínica psicoanalítica de adolescentes, adultos y pareja y en temas relacionados con la mujer. Fue docente universitaria y de estudios de postgrado.