sábado, 9 de febrero de 2013


La Escritura de Isis sin Velo
H-Steel-Olcott-2009 

Por Henry Steel Olcott
Publicado en Old Diary Leaves, Vol. I, 1895
Traducción y Redacción: Eulalia M. Díaz






De la escritura de Isis Sin Velo, de Madame Blavatsky, veamos qué recuerdos nos trae la memoria, sacados del cuarto oscuro donde se guardan sus imperecederos negativos.
Si pudiéramos decir alguna vez que un libro hizo época, sería éste. Sus efectos han sido tan importantes en cierto sentido, como lo fueron los primeros trabajos de Darwin. Ambos fueron ondas de la marea dentro del pensamiento moderno, y ambos tendieron a barrer las crudezas teológicas y reemplazar la creencia en el milagro con la creencia en la ley natural. Sin embargo, nada podría haber sido más común y poco ostentoso que el comienzo de Isis.
Un día, en el verano de 1875, H. P. B. me mostró algunas hojas manuscritas y me dijo: Escribí esto anoche por orden, pero no sé lo que será. Quizás sea para un artículo periodístico, o para un libro, o tal vez para nada. De todos modos, hice lo que me ordenaron.
Después lo guardó en una gaveta y nada más se dijo del mismo durante un tiempo. Pero en el mes de septiembre, si la memoria me es fiel, H. P. B. fue a Siracusa (N.Y.) a visitar a sus nuevos amigos, el Profesor y la Sra. Corson, de la Universidad de Cornell, y el trabajo prosiguió.
Me escribió diciéndome que sería un libro sobre la historia y la filosofía de las Escuelas Orientales, y su relación con las de nuestro tiempo. Dijo que estaba escribiendo sobre cosas que nunca antes había estudiado, y que estaba tomando citas de libros que jamás había leído en su vida
Para comprobar si esto era cierto, el Prof. Corson comparó sus citas con obras clásicas de la biblioteca de la Universidad y encontró que ella estaba en lo cierto.
Cuando regresó a la ciudad no estaba demasiado laboriosa al respecto, sino más bien escribía esporádicamente, y lo mismo sucedió durante la época en que vivió en Filadelfia. Pero un mes o dos después de la formación de la Sociedad Teosófica, ella y yo tomamos dos habitaciones en el 433 West 34 St., ella en el primer piso y yo en el segundo, y desde entonces la escritura de Isis comenzó sin parar y sin interrupción hasta completarse en 1877.
H. P. B. no había hecho labor literaria alguna en toda su vida; sin embargo, jamás yo conocí, ni siquiera a un periodista jefe de un diario, que pudiera comparársele por su tremendo aguante e incansable capacidad de trabajo. Pasaba desde la mañana hasta la noche en su mesa de trabajo, y rara vez nos íbamos a acostar antes de las 2:00 a.m.
Durante el día, yo tenía que atender mis labores profesionales, pero luego de una cena temprana, nos sentábamos juntos en nuestra gran mesa y trabajábamos como si nos fuera la vida en ello, hasta que la fatiga nos obligaba a parar.
¡Qué experiencia! La educación de una vida entera de lectura y pensamiento, de pronto se vio repleta y comprimida para mí en este período de menos de dos años. Yo no le servía únicamente como su amanuense o corrector de estilo, sino que me convirtió en su colaborador. Tal parecía que me hacía utilizar cuanto yo había leído o pensado, y estimulaba mi cerebro a pensar en nuevos problemas que me planteaba sobre ocultismo y metafísica, a los cuales mi educación nunca me había llevado, y que sólo pude comprender a medida que mi intuición iba desarrollándose bajo este proceso forzado. Ella no trabajaba con plan fijo alguno, sino que las ideas afluían a su mente como un perenne manantial cuyas aguas se derramaran.
En determinado momento estaba escribiendo sobre Brahma, y al minuto siguiente sobre el gato eléctrico meteórico de Babinet. A veces estaba citando con reverencia a Porfirio, y al instante siguiente estaba tomando una cita de un periódico o de algún panfleto moderno que yo acababa de traer a la casa. Podía estar adorando las perfecciones del Adepto ideal, y de pronto se distanciaba de ello para darle un porrazo al Prof. Tyndall o a alguna otra persona que no fuese de su agrado, con su crítica porra. De cualquier modo, como un arroyo incesante, cada párrafo completo continuaba viniendo, y podía ser cortado sin daño alguno del posterior o el precedente. Incluso como está ahora, después de todas sus numerosas revisiones, un examen del maravilloso libro mostrará que éste es el caso.
Si ella, a pesar de su conocimiento, carecía de plan de trabajo alguno, ¿no sirve eso para probar que ese trabajo no fue concebido por ella, sino que ella fue un canal por el cual esa oleada de fresca esencia vital se derramó sobre las estancadas aguas del pensamiento espiritual moderno?
Como parte de mi adiestramiento educacional, H. P. B. solía pedirme que le escribiera algo sobre un tema especial, y acaso me sugería los puntos más sobresalientes que debía contener, o me dejaba que yo hiciera lo mejor que pudiera con mis propias intuiciones. Cuando terminaba, si no le servía, usualmente imprecaba, y me soltaba unos cuantos improperios de esos que casi provocan un impulso homicida. Pero si yo estaba listo para romper mi desafortunada composición, ella me la quitaba de las manos y la dejaba a un lado para un posterior uso cualquiera después de acortarla un poco, y yo volvía a tratar de escribir algo de nuevo.
Su propio manuscrito con frecuencia era algo digno de ver. Estaba cortado, pegado, vuelto a recortar y a pegar de nuevo, de tal forma, que si uno lo miraba a trasluz, podía ver que tenía quizás seis, u ocho, o diez pedazos de papel cortados de otras páginas y pegados todos juntos, con el texto unido por palabras u oraciones interlineadas. Tan hábil se convirtió en hacer este trabajo, que con frecuencia se jactaba humorísticamente de esta capacidad suya ante los amigos presentes. Nuestros libros de referencia algunas veces sufrían igualmente en este proceso, porque el emplane de los textos se hacía sobre sus propias páginas, y hay volúmenes en las bibliotecas de la sede de Adyar y de Londres que aún portan las huellas.
Desde que hizo su primera aparición en el Daily Graphics en 1874, a través de su carrera americana, H. P. B. siempre estuvo rodeada de visitantes, y si entre ellos por casualidad había alguno que tuviera algún conocimiento especial de cualquier cosa conocida dentro de su campo de trabajo, invariablemente lo buscaba y, si era posible, hacía que escribiera sus puntos de vista o sus recuerdos para insertarlos en su libro.
Algunos ejemplos de esta clase son el recuento del Sr. O´Sullivan sobre un trance mágico que tuvo lugar en París; un interesante dibujo del Sr. Rawson de las iniciaciones secretas de los drusas del Líbano; las numerosas notas del Dr. Alexander Wilder con párrafos de texto en la Introducción y en ambos volúmenes, y otras más que añadieron valor e interés a la obra.
Conocí a un rabino judío que pasaba horas y noches enteras en compañía de H. P. B. discutiendo sobre la Cábala, y le escuché decir que, aunque él había estudiado la ciencia secreta de su religión durante treinta años, ella le había enseñado cosas con las que él ni siquiera soñaba, y le había dado una clara luz sobre pasajes que ni siquiera sus mejores maestros habían comprendido.
¿De dónde obtuvo ella este conocimiento? De que lo poseía no había duda alguna, ¿pero dónde lo obtuvo? No fue de sus institutrices en Rusia, ni de ninguna otra fuente conocida de su familia o sus amigos más íntimos, ni tampoco de los trenes o los barcos de vapor donde viajó cuando empezó a vagar por el mundo después de sus 15 años, ni de ninguna universidad porque jamás se matriculó en alguna, ni de las grandes bibliotecas del mundo.
A juzgar por sus conversaciones y sus hábitos antes de emprender esta enorme obra literaria, ella no había aprendido nada de esto, ni de una fuente ni de otra, pero cuando necesitaba la información la tenía a mano, e incluso en sus mejores momentos de inspiración –si el término es admisible– ella asombraba a los más eruditos por su conocimiento, como mismo asombraba a todos los presentes con su elocuencia y los deleitaba con su alegría y su burlón humorismo.
Uno creería, viendo las numerosas citas de Isis Sin Velo, que ella las escribió en una alcoba del Museo Británico o de la Biblioteca Astor en Nueva York. La realidad es, sin embargo, que nuestra biblioteca completa contenía escasamente unos 100 libros de referencia.
De vez en cuando, el Sr. Sotheran, el Sr. Marble, u otros amigos le traían un libro, y posteriormente ella le pidió prestado algunos más al Sr. Bouton. De algunos libros hizo gran uso, por ejemplo, Gnostics, de King; Rosicrucians, de Jennings; Sod and Spirit History of Man, de Dunlop; Hindu Pantheon, de Moor; de los furiosos ataques contra la magia, el mesmerismo, el espiritualismo, etc. hechos por Mousseaux, todos los cuales él denunció como obra del diablo; de varios trabajos de Eliphas Levi; de los 27 volúmenes de Jacolliot, y de las obras de Max Muller, Huxley, Tyndall, Herbet Spencer, y otros grandes autores de más o menos fama, pero que no pasaban de un centenar, diría yo.
Entonces, ¿qué libros consultó, y a qué biblioteca tuvo acceso? El Sr. W. H. Burr le preguntó al Dr. Wilder en una carta abierta enviada a la publicación Truth-Seeker, si el rumor que corría era cierto de que él había escrito Isis para H. P. B., a lo cual nuestro querido y viejo amigo respondió que ese rumor era realmente falso, y que él había hecho tanto por H. P. B. como yo había indicado anteriormente, que le había dado muchos buenos consejos, y que, por consideración, había preparado el enorme Índice, de unas 50 páginas, a partir de las pruebas de plana que le enviaron para tal finalidad. Eso fue todo.
Y también carece de fundamento alguno la historia, frecuentemente repetida, de que fui yo quien escribió el libro y ella fue quien le dio el toque final. Fue exactamente lo opuesto. Yo corregí cada página del manuscrito varias veces, e incluso revisé las pruebas. Escribí muchos párrafos para ella, que con frecuencia contenían solamente sus propias ideas, ya que ella incluso entonces (unos 15 años antes de su muerte, al igual que antes de su completa carrera como escritora de literatura inglesa) no podía a veces estructurar las ideas en inglés de una forma que fuese de su agrado. Yo la ayudaba a encontrar las citas y realizaba otros trabajos puramente auxiliares. Pero el libro es de ella sola en lo que a personalidades en este plano de manifestación se refiere, y ella debe recibir todos los elogios y todas las culpas que por ello merezca.
Ella hizo época con su libro y, durante su preparación, me convirtió a mí en su alumno y ayudante, tan adecuado como haya podido hallárseme realizando el trabajo teosófico durante estos pasados veinte años.
Entonces, ¿de dónde H. P. B. sacó los materiales con los cuales compuso Isis, que no pueden acreditarse a las fuentes literarias que ella tenía a su alcance para sacar las citas?
De la Luz Astral, a través de su intuición, y de sus Maestros, los “Hermanos”, “Adeptos”, “Sabios”, “Maestros”, todas las diversas maneras en que han sido llamados. ¿Cómo lo sé? Porque trabajé dos años con ella en Isis, y muchos más en otros trabajos literarios.
Verla trabajar era una experiencia insólita e inolvidable. Usualmente nos sentábamos en lados opuestos de una gran mesa, desde donde yo observaba todos sus movimientos. Su pluma iba volando sobre las páginas cuando de pronto ella paraba, se quedaba mirando al espacio con esa vaga mirada del clarividente, enfocaba su vista como para ver algo invisible que estuviera flotando en el aire delante de ella, y comenzaba a copiar en el papel lo que veía. Cuando la cita terminaba, sus ojos asumían de nuevo su expresión natural, y luego ella continuaba escribiendo hasta que de nuevo se detenía para realizar otra interrupción similar.
Recuerdo dos ocasiones en que también yo pude ver, e incluso tocar, libros de cuyos duplicados astrales ella había copiado citas para su manuscrito, cuando H. P. B. se vio obligada a “materializarlos” para mí, para yo poder corroborar las referencias cuando estuviera leyendo las pruebas, y rehusé aprobar las páginas tal y como estuvieran, a menos que mis dudas sobre la exactitud de su copia quedasen satisfechas. Uno de ellos era un trabajo francés sobre fisiología y psicología. El otro, también de un autor francés, era sobre una rama de la neurología. El primero estaba escrito en dos volúmenes, encuadernado en piel, y el otro en papel. Por entonces, vivíamos en el 302 West 47th Street, la famosa “lamasería” y sede ejecutiva de la Sociedad Teosófica.
Le dije: “No puedo dejar pasar esta cita así, porque estoy seguro de que no puede ser como está escrita.” Ella me contestó: “Ah, no te preocupes, así está bien, déjala pasar”. Rehusé hacerlo, hasta que finalmente me dijo: “Bueno, espérate un minuto y trataré de buscarla”. La mirada distante vino de nuevo a sus ojos, y al momento ella me señaló una esquina lejana de la habitación donde había un estante con algunos adornos, y con una voz hueca me dijo: “¡Allí!”, y entonces volvió a ser ella misma.
¡Ve allí, ve a buscarla allí” Fui hasta allí y encontré los dos volúmenes que quería, a pesar de que yo, hasta ese momento, no tenía conocimiento alguno de que los mismos estuviesen en la casa.
Comparé el texto con la cita de H. P. B., y le mostré que yo estaba en lo cierto respecto de mi sospecha de que había un error, hice la corrección en la prueba y entonces, a petición suya, volví a colocar los dos volúmenes en el mismo sitio sobre el estante del cual los había tomado. Regresé a mi asiento a trabajar, y al poco rato, cuando volví a mirar hacia allí, ¡los libros habían desaparecido! Después de narrar esta historia (absolutamente cierta), los escépticos e ignorantes pueden sentirse en completa libertad para dudar de mi salud mental. Espero que les asiente. Lo mismo pasó en el caso de otro aporte de otro libro, pero éste no desapareció, sino que se encuentra en posesión nuestra en estos momentos.
La “copia” de H. P. B. presentaba las más marcadas faltas de parecido en distintos momentos. Pese a que la escritura en general tenía una característica peculiar que hacía que quienes estuvieran familiarizados con ella la reconocieran siempre como una página escrita por H. P. B., cuando uno examinaba las hojas cuidadosamente, descubría por lo menos tres o cuatro variaciones en el estilo, y cada una de ellas se mantenía a lo largo de varias páginas, dando paso luego a otras variantes caligráficas. Vale decir que casi nunca –o nunca, según ahora recuerdo—había más de dos estilos en una misma página, e incluso dos solamente cuando un mismo estilo prevalecía a lo largo del trabajo de una noche, o quizás de la mitad de la noche, y luego cedía el paso súbitamente a otro, que continuaba durante el resto de la noche, o durante la noche entera, o hasta la “copia” de la mañana.
Una de estas letras de H. P. B. era muy pequeña, pero plana; otra era fuerte y libre; otra, plana y de mediano tamaño, pero muy legible, y otra eran unos garabatos muy difíciles de leer, con extrañas letras a, x y e. También había una enorme diferencia en el inglés utilizado en estos diversos estilos. Algunas veces yo tenía que hacer varias correcciones en cada línea, mientras que otras veces podía pasar varias páginas sin que hubiera una falta idiomática o gramatical que necesitara corrección. Los manuscritos más perfectos de todos eran los que se escribían mientras ella dormía. El comienzo del capítulo sobre la civilización del Antiguo Egipto (vol. I, cap. XIV) es una ilustración.
Habíamos parado de trabajar allí la noche antes alrededor de las 2:00 a.m., como era lo usual, y ambos estábamos demasiado cansados para pararnos a fumar y conversar antes de separarnos. Ella prácticamente se quedó dormida en su silla cuando yo le estaba dando las buenas noches, conque me apresuré a irme a mi habitación. A la mañana siguiente, cuando bajé luego de tomar mi desayuno, ella me mostró una pila de por lo menos treinta o cuarenta páginas bellamente escritas para el manuscrito de H. P. B. que, según me dijo, fueron escritas para ella por… bueno, por un Maestro, cuyo nombre nunca ha sido tan degradado como los de otros. Eran perfectas en todo sentido y se fueron a la imprenta sin más revisión.
Ahora, un hecho curioso era que cada cambio en el manuscrito de H. P. B. estaba precedido por la salida de ella de la habitación un momento, o por la entrada en ese estado de trance o abstracción, cuando su mirada se tornaba inexpresiva y parecía mirar al espacio que estaba más allá de mí, y luego regresar casi de inmediato a su estado normal. Después había un evidente cambio de personalidad, o más bien de rasgos personales en su forma de andar, en la voz, en la vivacidad de sus maneras y, sobre todo, en su temperamento.
El lector de su libro Caves and Jungles of Hindustan (Las Cuevas y Selvas de Indostán) recordará cómo la pitonisa salía a cada rato y regresaba bajo el control, como alegaba, de una diosa diferente. Así mismo ocurría con H. P. B. Salía de una habitación como una persona y regresaba a ella como otra. No es que fuese otra en algún cambio visible de su cuerpo físico, sino en cuanto a su forma de moverse, de hablar y a sus maneras, con una distinta agudeza mental, con diferentes puntos de vista, con un distinto dominio de la ortografía en inglés, del idioma y la gramática, y un control muy distinto de su temperamento, que en sus momentos más alegres era casi angelical, y en otros era lo contrario. Algunas veces, mi estúpida incapacidad para redactar las ideas como ella deseaba que yo las escribiera, las tomaba con paciente benevolencia.
Otras veces, quizás ante errores más ligeros, ¡parecía estar lista para estallar de furia y aniquilarme en el acto! Esos accesos de ira eran, sin duda, explicables a veces por su estado de salud y de aquí que fuesen normales. Pero esta teoría no sería suficiente para explicar algunas de sus crisis.
A. P. Sinnett la describe admirablemente en una carta privada como una mística combinación de diosa y tártara, y observando sus cambios de conducta dice al respecto:
“Ella no tenía ciertamente ninguno de los atributos superficiales que uno puede esperar de un maestro espiritual. Y el hecho de cómo ella podía ser tan filosófica como para dar el mundo entero a cambio del avance espiritual, y ser al mismo tiempo igualmente capaz de entrar en un apasionado frenesí por cualquier molestia común, constituyó un profundo misterio para nosotros durante largo tiempo…” (174). (1)
Pero con la teoría de que, cuando su cuerpo era ocupado por un sabio ella tenía que actuar con la tranquilidad del sabio, y cuando no, pues no, el rompecabezas queda resuelto. Su bien amada tía, la señora N. A. F., quien la quería mucho y a quien ella quiso con pasión hasta el día de su muerte, le escribió al Sr. Sinnett que su extraño temperamento excitable –una de sus más marcadas características–siempre se hizo evidente desde su juventud.
Incluso por entonces le daban arrebatos ingobernables, y mostraba una enorme tendencia a rebelarse contra cualquier clase de autoridad o control.
H. P. B., hablando sobre sí misma en una carta familiar (Op. Cit., p. 157), se refirió a su experiencia física cuando escribía su libro:
“Cuando escribía Isis, la escribía muy fácilmente, tanto que ciertamente no era trabajo alguno, sino un verdadero placer. ¿Por qué he de ser elogiada por ello? Cuando me dicen que escriba, me siento y obedezco, y puedo escribir fácilmente de casi cualquier cosa: metafísica, psicología, filosofía, religiones antiguas, zoología, ciencias naturales, y de qué no. Nunca me pregunto: “¿podré escribir sobre este tema?” o “¿estoy apta para esta tarea?”, sino que simplemente me siento y escribo. ¿Por qué? Porque alguien que lo sabe todo me lo dicta: mi Maestro, y ocasionalmente otros a quienes conocí en mis viajes hace años.
Por favor no se imaginen que he perdido mis facultades. Ya les he hablado con anterioridad ligeramente sobre ellos…, y les digo sinceramente que cuando escribo sobre un tema, sé muy poco o nada del mismo. Yo simplemente me entrego a Ellos y uno de Ellos me inspira, o por ejemplo, me permite sencillamente copiar lo que escribo de otros manuscritos, e incluso de materiales impresos que pasan en el aire por delante de mis ojos, durante un proceso en el cual nunca he estado inconsciente ni un solo instante.”
Una vez le escribió a su hermana Vera sobre el mismo asunto: su forma de escribir.
“Podrás no creerme, pero te aseguro que al decirte esto estoy diciéndote la verdad. Yo estoy ocupada, no sólo con la escritura de Isis, sino con Isis misma. ¡Vivo en una especie de encantamiento permanente, una vida de visiones y visitaciones con los ojos abiertos, y sin posibilidad alguna de ser engañada por mis sentidos!
Me siento y observo a la clara diosa constantemente, y según ella despliega ante mí el significado oculto de sus secretos, largo tiempo perdidos, y el velo se torna más fino cada hora y más transparente, éste gradualmente se cae ante mis ojos y yo contengo el aliento y difícilmente puedo dar crédito a mis sentidos!
Durante varios años, para no olvidarme de lo que aprendí en otros sitios, me hacían tener permanentemente delante de mis ojos todo lo que necesitaba ver. Así, noche y día, las imágenes del pasado siempre están desfilando ante mi ojo interno. Lentamente, y deslizándose en silencio como las imágenes de un panorama encantado, siglo tras siglo aparece ante mí… Y yo tengo que conectar esas épocas con ciertos sucesos históricos, y yo sé que no habrá error. Razas y naciones, países y ciudades, emergen en siglos pasados, luego se desvanecen y desaparecen durante otro, y luego me dicen la fecha precisa…
Las mayor antigüedad da paso a períodos históricos, los mitos se explican con hechos reales y personajes que existieron en la realidad, y cada acontecimiento importante o no importante, cada revolución, es una nueva hoja que se pasa en el libro de la vida de las naciones, con su incipiente curso y consecuencias naturales, y permanecen fotografiados en mi mente como si se hubiesen quedado impresos en colores indelebles… Cuando veo y observo mis pensamientos, éstos aparecen ante mí como si fuesen pequeños trozos de madera de varias formas y colores de un rompecabezas.
Voy cogiendo las piezas, una por una, y las voy poniendo a un lado hasta que encuentro la pieza que encaja con la otra, y al final siempre aparece algo geométricamente correcto… Yo ciertamente rehúso atribuir eso a mi propio conocimiento o a mi memoria, porque yo nunca podría llegar sola a ninguna de esas premisas o conclusiones. Te digo muy seriamente que estoy siendo ayudada. Y quien me ayuda es mi gurú.” (Op. Cit., 157-8).
Los lectores a quienes les gusta comprobar estos asuntos psíquicos tan únicos llevándolos hasta el final, no dejarán de comparar las explicaciones anteriores que ella da sobre sus estados de conciencia, con una serie de cartas enviadas a su familia que comenzaron a imprimirse en la revista Path (N.Y., 144 Madison Ave.), en diciembre de 1894. En ellas, H. P. B. admite francamente que su cuerpo era ocupado en esos momentos, y el trabajo literario era hecho por otras entidades que me enseñaron a través de sus labios y que entregaron un conocimiento que ella misma no poseía en modo alguno en su estado normal.
Tomada en forma literal, tal y como se lee, esta explicación difícilmente sea satisfactoria, pero si los pensamientos disgregados de su rompecabezas psíquico siempre encajaban juntos como para hacer el mapa de su rompecabezas estrictamente geométrico, entonces su trabajo literario debería estar libre de errores, y sus materiales seguir un esquema ordenado de lógica y secuencia literaria. Ni falta hace decir lo opuesto en este caso, que incluso cuando Isis Sin Velo salía de la prensa de Trow, después que Bouton gastó más de $ 600 en hacer las correcciones y los cambios requeridos en las pruebas de galera, en las páginas, y en las pruebas de las placas (2), eso era, y sigue siendo hasta hoy día, algo sin un definido plan literario.
El volumen I dice estar dedicado a asuntos de Ciencia. El volumen II, al tema de la Religión, pero hay muchas partes dentro de cada volumen que corresponden a otro sitio, y la Srta. Kislingbury, quien hizo un esquema del Índice del volumen II la misma noche en que yo estaba haciendo el del volumen I, puede dar testimonio de las dificultades que ambos confrontamos tratando de determinar características que nos permitieran trazar un plan concreto para cada uno de nuestros volúmenes.
Entonces, de nuevo, cuando el editor se negó rotundamente a invertir más capital en esta aventura, ya habíamos preparado suficiente material para hacer un tercer volumen, pero éste fue rudamente destruido antes de que abandonáramos América. H. P. B. ni soñaba que pudiera llegar a utilizarlo en la India, en momentos en que el Theosophist, la Doctrina Secreta y otras posteriores producciones literarias ni siquiera habían sido pensadas. ¡Con cuánta frecuencia ella, y también yo, nos lamentamos por todo aquel valioso material que desperdiciamos sin pensarlo!
Habíamos trabajado en el libro durante varios meses y ella ya había entregado las 870 páginas del manuscrito, cuando una noche me preguntó si yo estaría dispuesto y de acuerdo (para complacer a nuestro Paramagurú), ¡en empezarlo todo de nuevo!
Recuerdo bien la impresión que me llevé al pensar que todas esas semanas de ardua labor, de tormentas psíquicas y de enredos arqueológicos que le rompían a uno la cabeza, debían contar –como yo, en mi tremenda e ignorante ceguera imaginaba– para nada. Sin embargo, como mi amor, reverencia y gratitud hacia este Maestro, y hacia todos los Maestros por darme el privilegio de compartir este trabajo suyo no tenía límites, consentí en ello y pusimos manos a la obra.
Fue bueno para mí que así lo hice, porque habiendo probado mi firmeza de propósito y mi lealtad a H. P. B., obtuve una amplia recompensa espiritual. Los principios me fueron explicados, me dieron numerosas ilustraciones de la forma en que operan los fenómenos psíquicos, y recibí ayuda para experimentar por mí mismo.
Se me permitió conocer y beneficiarme del haber conocido a varios Adeptos hasta donde estaba apto para ello –tanto como mi enorme terquedad y autosuficiencia mundana práctica me lo permitían– para el entonces insospechado futuro trabajo público que desde entonces fue historia.
Muchas personas con frecuencia han pensado que era muy extraño, de hecho incomprensible, que de todos aquellos que ayudaron al movimiento teosófico, con frecuencia a costa de sus mayores sacrificios, yo fuese el único más favorecido con experiencias personales con los Mahatmas, y el hecho de que su existencia sea para mí tan real como la de mis propios parientes o amigos más íntimos. La razón no sabría explicarla. Yo sé lo que sé, pero no por qué muchos de mis colegas no saben lo mismo.
Pero, por lo visto, muchas personas me dicen que su fe en los Mahatmas comenzó después de mi testimonio firme y resuelto, que complementa las declaraciones de H. P. B. Probablemente fui tan bendecido porque tenía que impulsar esa nave llamada “Teosofía” con H. P. B. y los Maestros de H. P. B. adentro, y guiarla a través de muchos remolinos y ciclones, cuando nada menos que el actual conocimiento de la sólida base de nuestro movimiento, me habría impulsado a mantenerme firme en mi puesto.

“…La muerte no existe, y el hombre jamás
sale de la vida Universal. Aquellos a quienes
creemos muertos, viven todavía en nosotros,
como nosotros vivimos en ellos…Cuanto más
uno vive por sus semejantes, tanto menos temor
debe tener en morir. El que vive por la humanidad
hace más aún que aquel que por ella muere.”
(H. P. Blavatsky – Isis sin Velo)
Isis-cover
Notas:
(1). Sinnett, A. P. Incidentes en la Vida de Madame Blavatsky. Londres: Theosophical Publishing House, 1913.
“… La más ligera contradicción provocaba una explosión de pasiones, casi un ataque de convulsiones.” (Ibid. 19).
(2). [Bouton] me escribe el 17 de mayo de 1887: “Las correcciones ya han costado alrededor de $ 280.00 y, a ese paso, para cuando el libro se publique se verá afectado por un costo tan alto, que cada copia de los primeros 1,000 ejemplares costarán mucho más que lo que obtendremos por ellos, lo cual, en principio, es algo muy desalentador.
El costo de la composición del primer volumen solamente (con el mecanografiado) asciende a $ 1,359.69, y esto es por un volumen nada más, ¡sin contar el papel, la impresión y la encuadernación! Queda de usted, sinceramente, J. W. Bouton.”
No sólo ella hizo un sin fín de correcciones en el texto mecanografiado, sino que después de quemadas las placas, hizo que las cortaran para eliminar el material viejo y sustituirlo con nuevas cosas que se le habían ocurrido, o que se le ocurrieron durante su lectura.

EL RACIONALISMO MASONICO

Por el Q.·. H.·. GONZALO SAAVEDRA ROMERO

Gran Oriente de Chile



INTRODUCCION

El Racionalismo (del latín, ratio, razón) es una corriente filosófica o doctrina epistemológica que apareció en Francia en el siglo XVII y la formuló René Descartes, aunque sus máximos exponentes fueron Baruch Spinoza y Wilhelm Leibniz. El Racionalismo da un papel fundamental a la intuición intelectual en el proceso del conocimiento, cuyo valor precisamente apunta a un método que libera la razón de todos los prejuicios heredados. Nace por el cambio de la mentalidad operada en el humanismo renacentista cuyo antropocentrismo marcó toda la filosofía y ciencia moderna, denominando racionalista a cada persona que se aleja de toda creencia infundada o superstición y que no reconoce más evidencia que la aportada sólo por la luz de la razón. Inspiró el periodo de la ilustración que todos sabemos la influencia que tuvo en nuestra institución.

Los antecedentes del Racionalismo evidentemente los encontramos en la historia de la Filosofía misma cuando Sócrates separa el saber auténtico de la creencia o cuando Aristóteles afirmaba que el verdadero conocimiento se da cuando se conocen las causas por lo que algo es, concepción que influyo fuertemente en la escolástica medieval, movimiento teológico y filosófico que utilizó la filosofía grecolatina para entender la revelación, coordinando para ello fe y razón.

Así como para Platón se podía llegar al conocimiento a través del recuerdo, ya que para él, el alma era la fuente misma de las ideas, los racionalistas sostienen que es la conciencia la fuente de la ideas, llamadas por Descartes ideas innatas, y es ahí precisamente donde reside la verdad, particularmente la idea de Dios como forma de construir todos los saberes. El filosofo toma como modelo el método utilizado por la Matemática y la Geometría, quedando reflejado en su libro “Reglas para la dirección del espíritu. En algún momento de la historia, el Racionalismo, como fue concebido filosóficamente, fue subdividido en dos bloques antagónicos, naciendo con ello el Empirismo, que se contrapone semánticamente, respecto a la filosofía que nos toca analizar en este trazado. Son muchos más, si fuera el caso analizar, las diferencias que hacen a cada una de estas líneas de pensamiento, tan disímiles, pero a vez tan cercanas en el estudio del hombre actual, libre, pensante, racional.

DESARROLLO

La filosofía ha planteada en el curso de la historia de la humanidad, la posibilidad al hombre de acceder, a través del estudio científico, a recorrer una senda iniciática que busca develar, en si mismo, el misterio mayor y más preciado como es la verdad. Digo posibilidad ya que este camino, búsqueda interior, se desdibuja y desaparece constantemente del horizonte ante las dudas e incertidumbre filosófica que se arraigan en al alma de cada ser pensante, producto de los cambios mismos que desde los albores de la historia han sacudido a la humanidad. Para plantear esta noche lo que significó el advenimiento del Racionalismo en la sociedad, necesariamente debo hacer referencia a la historia, ya que cada escuela ha elaborado su propio sistema filosófico, que en muchos casos tuvo que contar con la herencia filosófica de quienes los precedieron, por eso para comenzara a hablar de filosofía debemos referirnos primeramente a la Historia de la Filosofía.

Un profesor de Historia antigua, con el que tuve no menores diferencias interpretativas, sostenía, coincidiendo plenamente con él, que la evolución de las diferentes corrientes filosófica, es proporcional a las crisis que han marcado a la Humanidad en los diversos tiempos específicos. Antes que el mundo occidental se viera agitado por la mayor transformación, como fue la inserción del Cristianismo, el comportamiento intelectual y moral, filosófico y teológico del ser humano, ha sufrido cambios cuyos orígenes los debemos buscar en la evolución misma de dichos acontecimientos, cuya implicancia va más allá de lo religioso o social. Por ello, quiero reflexionar sobre tres periodos de la filosofía que representan la evolución misma del hombre, llevándolo finalmente hacia el camino de la razón como fuente reflexiva. Necesariamente debemos comenzar por la Filosofía Griega, cuyo primer planteamiento los hicieron los filósofos llamados de la naturaleza, específicamente en Mileto, la ciudad griega más rica y prospera de ese tiempo.

Debido al asombro del hombre acerca de la naturaleza y sus procesos (preeminencia del objeto) aceptan que existe un tipo de realidad objetiva a la cual debe apuntar el conocimiento. Dicha realidad podía consistir en algún elemento físico, incluyendo los números de los pitagóricos quienes los concebían como una entidad material o también la podían definir como una realidad inmaterial, como las ideas de Platón, surgiendo así las diferentes interpretaciones de lo real. La posterior orientación que impondrán los sofistas, dirigiendo sus interpretaciones hacia el lenguaje, el ser humano y la sociedad, no altera la predisposición a aceptar la existencia de una realidad objetiva, independiente del ser humano que la piensa. Esta corriente dio una orientación práctica al saber, incluyendo también la ética como en el caso del estoicismo y el epicureísmo.

Con el advenimiento del cristianismo fue esencial interpretar la existencia del mundo desde Dios, por el proceso de la creación, por eso el problema filosófico de la Edad Media, sería el del ser creado, el hombre en su realidad y relación con Dios, siendo esta la base de la Filosofía Medieval o Escolástica. Se distingue primeramente una fase de recopilación de textos antiguos con la cual se pretende recuperar la cultura grecolatina y adaptarla a cristianismo. Otra fase es identificación entre filosofía y teología, fe y razón, con el planteamiento de San Agustín: “No hay fronteras entre fe y razón, sino que ambas quieren aclarar la verdad “.

La razón ayuda al hombre a alcanzar la fe, después la fe ilumina a la razón y razón contribuirá a aclarar los contenidos de la fe. A partir de Dios surgen las realidades más perfectas a menos perfectas, después se sitúan la Inteligencia, el Alma y la Materia. En este periodo se introduce el pensamiento aristotélico a través de los filósofos árabes, especialmente Averroes. Santo Tomás también separa la fe y la razón, separando la teología revelada de la teología racional y nos habla de colaboraciones entre ambos conceptos: La fe puede ser un criterio externo de la verdad: aunque si la filosofía llega a conclusiones incompatible con la fe, existe un error en el razonamiento. La obra tomista puede entenderse como una reinterpretación del pensamiento de Aristóteles, desde la perspectiva del cristianismo. Dios crea todo a partir de la nada, es omnipotente y se relaciona con los hombres, formados estos por cuerpos y almas, siendo clave para él la distinción entre esencia y existencia: “La esencia es el conjunto de notas que determinan algo. Es la potencia cuyo acto es la existencia”

“La existencia es la presencia, el estar ahí de algo. La existencia podría ser definida como la actuación de la esencia. Si la filosofía antigua había tomado la realidad objetiva como punto de partida de su reflexión filosófica, y la medieval había tomado a Dios como referencia, la Filosofía Moderna se asentará en el terreno de la subjetividad. Son muchos los acontecimientos que tienen lugar al final de la Edad Media, tanto de tipo social y político, como culturales y filosóficos, que abrirán las puertas a la modernidad, y que han sido profusamente estudiados. En lo filosófico, el desarrollo del humanismo y de la filosofía renacentista, junto con la revolución copernicana, provocarán el derrumbe de una Escolástica ya en crisis e impondrán nuevos esquemas, alejados de las viejas e infructuosas disputas que solían dirimirse a la luz de algún argumento de autoridad, fuera platónica o aristotélica.

Es en este periodo cuando el Racionalismo, cuyas bases las podemos rastrear en la filosofía griega, incluso en los presocráticos, distingue rigurosamente entre el saber auténtico de la mera opinión o creencia, la verdad está asegurada con pruebas. Distingue entre conocimiento mediato, las conclusiones lógicas deducidas de supuestos primeros, y saber inmediato, conocimiento de la verdad de los primeros principios, (Aristóteles). El Racionalismo de la edad moderna intenta encontrar una respuesta a este problema básico y de acuerdo a esto presenta dos formas: Como Empirismo (Bacón, Locke, Berkeley) o como intelectualismo o Racionalismo puro (Descartes, Pascal, Spinoza) y cuyas características fundamentales son:

· Plena confianza en la razón humana.
· Existencias de las ideas innatas (conciencia).
· Adopción e un método de carácter matemático.
· Metafísica basada en la idea de substancia (Aquello que existe que no necesita de ninguna otra cosa para existir).
· El mecanicismo (el mundo es como un gigante mecanismo cuantitativamente analizable, Leibniz).
· Aspiración a una ciencia o filosofía universal y racional.


Tal como lo hemos señalado esta noche, se suele contraponer Racionalismo y Empirismo: Razón versus experiencia, ideas innatas versus mente como “tabla rasa”, desconfianza en los sentidos versus confianza en la información de los sentidos, intuición intelectual versus intuición sensorial. Kant intenta una síntesis de ambas, sustituyendo el realismo anterior por la interpelación trascendental. La certeza del conocimiento dice relación no a una realidad exterior sino a las formas de la experiencia, que están determinadas por las estructuras de la facultad de conocer. Debemos hacer notar eso sí que la solución de Kant ha tropezado con la crítica de la ciencia moderna, motivada por el descubrimiento de una geometría no euclidiana y una física no newtoniana. El Racionalismo existe finalmente para ayudar al hombre, cuya aspiración a la perfección es legítima y debe buscarla y para ello ha de empeñarse personalmente en su tarea de mejoramiento, contando con dos poderosas armas: la razón y la conciencia. Por la conciencia se orienta mediante un sentido innato de valor y la razón le permite conocer y clasificar los fenómenos, surgiendo así fruto de la actividad humana, moral y ciencia, virtud y sabiduría.

Nuestros principios masónicos descansan sobre las leyes del universo y de la evolución humana. Nuestra Orden es eminentemente progresista y constructiva. Ha sido factor de progreso y armonía en todos los pueblos donde ha actuado, ya que no combate la religión ni la preocupación metafísica del hombre. Es respetuosa de las instituciones políticas del país que la alberga y no participa, como agrupación, en política militante. Por ello nuestra Orden es una Institución Racional por excelencia, templo de ciencia y de moral, incitando a la humanidad al estudio y a la superación. La perfección debe venir desde adentro hacia fuera, no es dada ni otorgada desde afuera por intermediarios, sino por esfuerzo personal y propio. La Masonería al darnos la luz, nos ha iniciado en la senda de la filosofía moral y racional, nos educa para transformarnos en mejores personas al labrar nuestra piedra bruta y encausar nuestro anhelo instintivo hacia lo bueno, lo bello y verdadero.

CONCLUSIONES

Mi pregunta a modo de conclusión es si Nuestra Orden ¿es una institución eminentemente racional o posee otras características que la alejen de la razón como fuente de progreso moral? Para ello debemos aproximarnos otra vez a la historia. La Masonería es una Institución Universal y el Gran Arquitecto del Universo es consustancial a su existencia. ¿Significa que todas las Logias el mundo asignan al gran Arquitecto del Universo la misma naturaleza?

No olvidemos que la gran revolución del pensamiento occidental producida por el Renacimiento y la Reforma, fue la tendencia a discutir la autoridad del Clero. En su reemplazo los hombres se sintieron calificados para emitir sus propios juicios filosóficos. Los progresos de la filosofía y de la ciencia durante los siglos XVII y XVIII fueron los que impulsaron definitivamente a nuestra Orden como institución racional y progresista. De este periodo es la aceptación del Deísmo como sistema filosófico- religioso, que rechaza los elementos irracionales de la religión y todas las formas de fe organizadas. El Dios de los deístas es abstracto, filosófico, sin esencia ni presencia. Es un Principio o Causa primera. La Masonería Operativa estuvo sometida a la influencia de la Iglesia Católica, pero según el historiador masónico, H.G.M. Clarke es probable que muy pocas prácticas eclesiales hayan sobrevivido luego de la incorporación de masones especulativos, con educación de tipo filosófica y mentalidad independiente.

El H:. Anderson en la Constitución que escribe, elabora una formula de paz tanto para los Deístas y los Teístas, que no eran pocos en esos tiempos, y está contenida en la Primera Obligación, sobre Dios y la Religión. Cuando se logra finalmente la creación de la Gran Logia Unida de Inglaterra, en 1813, se promulgó una nueva Constitución (1815) en la cual se modificó radicalmente la Primera Obligación de 1723, que en sus líneas principales otorga a Dios preeminencia sobre los hombres: Cualquiera que sea la religión de un hombre, no será excluido de la Orden si cree en el Glorioso Arquitecto del Cielo y de la Tierra. Como consecuencia de esto, La Gran Logia Unida de Inglaterra rompe relaciones con el Gran Oriente de Francia, cuando éste eliminó de su Constitución y Rituales toda mención al Gran Arquitecto del Universo, la inmortalidad del alma y retiró la Biblia del Altar de las logias.

Para obtener el Reconocimiento de esta Potencia Masónica (de la Gran Logia Unida de Inglaterra) era necesario cumplir lo siguiente: La creencia en el gran Arquitecto del Universo. Todo iniciado debe prestar juramento sobre el Libro de la Ley Sagrada. La Creencia en un Ser Superior (indispensable para reconocer otra Grandes Logias).

Como consecuencia de estos principios, la Gran logia de Chile enfrentó serias dificultades con esta Potencia Masónica, teniendo que viajar el Gran Maestro de la época ( 1951 ) Orestes Frodden, a explicar nuestra posición sobre Dios, el G:.A:.D:.U:.

Nuestro Gran Maestro presenta la fórmula del G:.A:.D:.U:. como una manifestación de respeto a todas las religiones y como un medio de alianza entre los creyentes e incrédulos y una incógnita favorable para la ciencia. Al ser aclarada la expresión “Principio Superior e Ideal”, el Presidente del Consejo de la Gran Logia Unida de Inglaterra, expresa que eso es suficiente para ellos y que seguirán trabajando con nosotros, aun si lo conservamos. Finalmente podemos afirmar que nuestra Orden ha evolucionado hacia un racionalismo propio de nuestro siglo, pero sin embargo conservamos muchos elementos esotéricos, que van más allá de un racionalismo descarnado, como por ejemplo los Rituales de Iniciación, Aumento de Salario y Exaltación, pero como en todo simbolismo sólo quien se toma el trabajo de profundizar los diversos elementos del Ritual puede llegar a comprender su significado.

Creo que nuestra Institución es tanto racional y laica, como también esotérica y espiritual, y en su camino, que busca hacer entender al ser humano la perfectibilidad de su naturaleza, encuentra un gran aliado en los principios y fundamentos del Racionalismo, apuntando a buscar en la razón las respuesta que buscamos en nuestros trabajos que dedicamos por supuesto al Gran Arquitecto del Universo y su obra.

viernes, 8 de febrero de 2013


EL TEMPLO, SU DESCRIPCIÓN, SU DECORACIÓN, SUS DIMENSIONES. ETIMOLOGIA DE LA PALABRA LOGIA



Es de suponerse que no existe campo más vasto, de interés general y de enseñanzas Filosóficas, que el SIMBOLISMO MASÓNICO, cuyas materias se encuentran íntimamente ligadas por el concurso de toda clase de Emblemas, de Alegorías, de Figuras, de Imágenes, de Representaciones Parabólicas, de Metáforas y aún hasta de Jeroglíficos, todos ellos considerados como SÍMBOLOS del materialismo Natural de todas las Cosas, así como del ESPIRITUALISMO Científico, propio de los preceptos y de las Máximas que se conocen, dentro del ambiente intelectual, acerca de los Fenómenos que nos brinda la Naturaleza, en forma SOBRENATURAL o MISTERIOSA.

Desde luego, notaremos que dentro del contenido del presente Tema, vamos a tratar sobre la estructura del Edificio Material considerado como TEMPLO, en relación con su interpretación Espiritual, que nosotros podemos describir por una parte y explicar por la otra; pero en forma completamente SIMBÓLICA, por lo mismo, siendo el Templo de la Sabiduría, de la Verdad y de la Justicia, objeto de un concienzudo estudio Filosófico, es muy conveniente buscar en primer lugar, el origen de dicha palabra:

Por ejemplo, los Hebreos le llamaban “BETH”, al recinto sagrado, voz que literalmente se traduce como HABITACIÓN O CASA, pero cuya raíz radica en el vocablo “HECAL”, que significa PERNOCTAR, pero también se interpreta como PALACIO, palabra que en el idioma Castizo quiere decir MAGNÍFICO; tal vez por esa razón, los Hebreos le aplicaron dos interpretaciones, mismas que se consideran SAGRADAS, tomando en cuenta que llamaban “BETHIOD”, al TEMPLO, que en este caso, se traduce como CASA DE LA DIVINIDAD, en donde creían contar eternamente con la presencia de DIOS, sin embargo, parece que también dieron la denominación de “HECAL-IOD” o sea el PALACIO DE LA DIVINIDAD, aunque igualmente, es probable que con eso quisieron indicar o referirse al ESPLENDOR DEL TEMPLO, que se destinaba a los Altos Ejercicios Sagrados.

Por otra parte, llegamos al convencimiento de que los Judíos, deben haberse orientado en sus Ideas y en sus Costumbres Religiosas imitando las prácticas Egipcias, tomando en consideración que ellos, posteriormente edificaron los TEMPLOS DE ISIS, de OSIRIS y de HORUS, construcciones que más tarde sirvieron de modelo, que aprovecharon los Cristianos, para aplicarlas, como las destinadas a la adoración del PADRE, de la MADRE y del HIJO, como una demostración natural; de la unión del Hombre con la Mujer; y de esa manera obtener el FRUTO, que establece la propagación de la Especie Humana, dentro de sus diferentes Razas.

Pero de cualquier manera, todas esas apreciaciones, pueden considerarse más bien abstractas que Filosóficas, si tomamos en consideración que la palabra “TEMPLUM”, lleva consigo un origen cuya raíz se interpreta como “CORTAR” o “APARTAR”; es decir que claramente indica que el TEMPLO es un lugar SEPARADO o APARTADO de toda indiscreción profana, puesto que el acceso a los ceremoniales SAGRADOS sólo se concedían a quienes daban la seguridad de observar una DISCRECIÓN absoluta, para ser iniciados dentro de los Misterios; mismos que en aquella época sólo eran del dominio de los Magos, de los Agoreros, de los Clarividentes y de los SACERDOTES y de ahí viene precisamente la definición de que un TEMPLO, era un Edificio destinado exclusivamente para hacer saber los AUGURIOS y para proporcionar los SACRAMENTOS DIVINOS.

Pero lo que sí no da lugar a dudas, es que los primeros Constructores de los TEMPLOS fueron los Egipcios, para luego ser adoptadas esas edificaciones por los Hebreos; después por los Judíos y más tarde por los Griegos y los Romanos; y efectivamente, todas esas construcciones, fueron edificadas en lugares apartados o circundados por elevadas murallas, su forma por lo regular, siempre fue Cuadrangular, dividiéndolas en dos compartimientos; el que se denominó “PRONANOS”, o sea el Pórtico del TEMPLO, y el llamado “NAOS”, que en este caso viene siendo la Nave, y dentro de la cual se colocaban las Imágenes, las Estatuas y otros objetos propios del Culto a que se les destinaba.

Posteriormente, el sistema de construcción Egipcia, fue reformado por los Judíos, los Griegos y los Romanos, quienes le agregaron un tercer compartimiento, al que dieron el nombre latino de “ADJUNTUM”, mismo que ahora conocemos, con el nombre de SACRISTÍA; y en esa forma se han venido conociendo, la diversidad de órdenes en la ARQUITECTURA moderna, que viene siendo aplicada a los TEMPLOS.

Hasta aquí, hemos proporcionado las explicaciones poco conocidas, sobre lo que es un TEMPLO material, en relación con su estructura, tomando en cuenta su origen; ahora pasaremos a describir lo que en Masonería conocemos como un TEMPLO ESPIRITUAL, principiando por definir la manera de saber “LEVANTAR TEMPLOS A LA VIRTUD”, y a CABAR POZOS SIN FONDO A LOS VICIOS, cuando se trata de establecer los principios básicos que nos dan la idea de que nos referimos a las más elevadas doctrinas SIMBÓLICAS, que nos enseñan a edificar un verdadero TEMPLO ESPIRITUAL, dentro de nuestras CONCIENCIAS, para luego llevar esos conocimientos de ALTA MORAL y hacer esa misma labor, entre la Humanidad DESVÁLIDA.

Por esta razón tenemos también la seguridad de que no existe, dentro de nuestra Orden, SIMBOLISMO Filosófico y Moral que el de la Escuela Especulativa Masónica, en dónde se pueden construir, sin vacilaciones ni argucias, los Edificios Espirituales, que representan a los TEMPLOS materiales, los que nuestros antepasados levantaron majestuosamente, a las VIRTUDES HUMANAS, en el Gran Egipto.

Pero también debemos confesar que el proyecto de construir un TEMPLO ESPIRITUAL, sobre otro material, no ha sido una idea exclusivamente Masónica Contemporánea; porque se tienen datos de que, desde la época de MOISÉS, en los tiempos de DAVID y después cuando el reinado de SALOMÓN; quizás fue cuando los Edificios Materiales, dentro de cuyos recintos sólo se adoraba a DIOS, se convirtieron en ESPIRITUALES, tomando en consideración que en sus prácticas Ritualísticas y Dogmáticas, causaron la ADMIRACIÓN del mundo entero al conocerse la verdadera interpretación Moral de sus Enseñanzas SIMBÓLICAS.

En consecuencia, no hay más que reconocer que los TEMPLOS ESPIRITUALES, levantados en aras de la SANA MORAL y en honor de VERDAD SUPREMA, no es posible edificarlos al ritmo rudo del GOLPE del Martillo, ni mucho menos por medio de la acción PENETRANTE del Hacha o de cualquiera otra herramienta de acero; sino que la cimentación que sirve de base a esa Grandiosa Obra, debe descansar sobre la MORAL, sobre la RAZÓN y sobre las VIRTUDES humanas, como principios que han de llevarse, hasta la mente de todos nuestros Semejantes, por humilde que sea su actuación ante la Sociedad, puesto que solamente de esa manera llegamos a conocer las DOTES de BONDAD, el espíritu de JUSTICIA y la nobleza del CORAZÓN de los HOMBRES.

Ahora bien, para nosotros los Masones, sabemos que la palabra latina “TEMPLUM”, sólo se refiere al Edificio Material, destinado a celebrar cualquiera de los cultos que se rinden a la DIVINIDAD; pero dentro del tecnicismo netamente Masónico, se le da ese nombre al recinto dentro del cual los Iniciados celebran sus sesiones o sus asambleas, y cuyo local debe estar perfectamente ORIENTADO, especialmente ACONDICIONADO y sublimemente CONSAGRADO para llevar a cabo sus prácticas Dogmáticas, dentro de los lineamientos que marca la ORTODOXIA MASÓNICA, y es por eso que lleva el nombre de TEMPLO.

En consecuencia, nosotros tenemos la convicción de que, siendo el TEMPLO la imagen Simbólica, representativa del Universo, su forma afecta la figura de un CUBO, cuerpo Geométrico cuyo origen, en Aritmética, corresponde al número CUATRO o CUATERNARIO, y es por eso también, que dicho recinto se convierte en el Emblema del Planeta en que vivimos, puesto que en él todo es Simbólico, porque ahí se encuentran representados los CUATRO elementos primordiales de la Naturaleza: LA TIERRA, EL AGUA, EL AIRE Y EL FUEGO; tenemos a los CUATRO puntos cardinales, NORTE, SUR, ORIENTE Y OCCIDENTE; a las CUATRO estaciones del año, PRIMAVERA, VERANO OTOÑO e INVIERNO; a la Bóveda Celeste con sus numerosas Constelaciones; a los Signos del Zodíaco; al Sistema Solar que es el más conocido para nosotros y además muchos otros Astros y Planetas, que se encuentran diseminados por el Infinito; y también, dentro de ese TEMPLO SIMBÓLICO, encontramos otras muchas variedades de cosas, objetos, utensilios, muebles, figuras y herramientas de trabajo, que se usan como SÍMBOLOS de otros tantos temas de enseñanzas Filosóficas y Morales, así como de argumentos científicos, Ritualísticos y Dogmáticos, cuya base principal, como ya dijimos, lo es la ORTODOXIA MASÓNICA.

La planta principal del TEMPLO, afecta la forma de un Paralelogramo, y por eso representa la figura que los antiguos Geógrafos atribuían al Mundo, antes que Ptolomeo diera a conocer públicamente su Sistema Cosmográfico, este Cuadrilongo, en relación con su posición Geográfica, debe estar situado: en Longitud, de Oriente a Occidente, y en Latitud: de Norte a Sur, tomando en cuenta que sus Cuatro Lados reciben el nombre de PUNTOS CARDINALES.

Consiguientemente, las dimensiones del TEMPLO se consideran abarcando esas inmensas extensiones de Espacio; por lo consiguiente, su superficie se cuenta como la que ocupa todo el Universo, su profundidad se toma hasta el Centro de la Tierra, y su altura se mide hacia la Bóveda Celeste, hasta el Infinito.

Sobre el contorno interno de esta Gran Obra Material, erigida al GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO, se hayan repartidas Diez columnas, que sumadas a las que se encuentran delante de la Puerta de entrada del Templo, corresponden a los Doce signos del Zodíaco; mismo que se observan sobre su cúspide, hacia el Infinito, ya que la misión atribuída a dichas Columnas, simbólicamente es la de sostener a la Bóveda Celeste, tachonada de refulgentes Estrellas, de distintas Magnitudes.

Circundando al Taller, y sobre los Frisos de las referidas Doce columnas, observamos un Cordón dorado, formando también Doce Nudos, mismos que representan a los Doce Meses del Año y cuyos extremos rematan en dos borlas, que finalmente caen sobre las Esferas que sostienen las Dos Columnas de la entrada del TEMPLO; éste cordón en conjunto, es alegórico de la Elíptica que recorre la Tierra, en su movimiento de traslación para producir las Cuatro Estaciones del año.

Al Oriente, se levanta una Plataforma o Estrado de adecuadas dimensiones, a donde se tiene acceso mediante tres Escalones, en cuyo frente se leen las siguientes palabras: FUERZA, BELLEZA, CANDOR, el frente del contorno de la Plataforma remata en una Balaustrada; sobre la parte central de dicho Estrado y al fondo se levanta el Trono del Venerable Maestro; es de forma semicircular y se apoya sobre Siete Gradines; se encuentra coronado por un Dosel en cuya cúspide se destaca un DELTA o Triángulo Resplandeciente; al centro lleva escrito, en caracteres Hebreos, la palabra “IOD”, que significa DIOS, o sea, el Gran Nombre de JEHOVA, como una imagen emblemática de la PERFECCIÓN DIVINA, y símbolo de la FUERZA GENERADORA, de todo lo que existe dentro de la Naturaleza; es también la Alegoría, que nos representa a la ARMONÍA que debe imperar entre todos los Seres Racionales; los Lados de dicho Triángulo, entre otras significaciones Espirituales, representan al MACHO, a la HEMBRA y al PRODUCTO de esa unión; simboliza a los Tres Reinos de la Naturaleza, el ANIMAL, el VEGETAL y el MINERAL; es emblemático del NACIMIENTO, de la VIDA y de la MUERTE; también caracteriza a la PURIFICACIÓN, a la TRANSFORMACIÓN y al RENACIMIENTO de todo lo que existe.

Sobre la misma Plataforma de Oriente, junto a la Balaustrada, y a uno y otro lado del sitial del Venerable Maestro, se encuentran dos Mesas Triangulares, elevadas sobre dos gradines cada una, la de la derecha está destinada al Hermano Secretario, y la de la izquierda la ocupa el Hermano Orador; sobre la Mesa del Secretario, se colocan los Libros de Actas, recado de escribir y un candelabro de Tres Luces; sobre la del Orador se ven los Estatutos, la Constitución de la Gran Logia de la Jurisdicción y demás Leyes y Reglamentos particulares del Taller, y por último, se coloca un Candelabro de Siete Luces.

A la derecha e izquierda del Trono del Venerable Maestro, se encuentran los asientos que deben ocupar los Past Master, los Hermanos visitantes de alta Jerarquía, y además, quienes tengan derecho a tal distinción; sobre el ángulo derecho del Estrado de Oriente, se observa un Armonio o Piano, sitial que recibe el nombre de columna de la Armonía; fuera del Dosel, entre el Trono del Venerable Maestro y la Columna de la Armonía, se ve el asiento que ocupa el Hermano Primer Diácono, y a la izquierda de la Mesa del Hermano Orador, se encuentra colocada una Tribuna que recibe la denominación de columna de la Elocuencia, misma que también circunda la Balaustrada de la referida Plataforma.

Sobre la Mesa semicircular del Venerable Maestro, se distingue una Escuadra y sobre ella se encuentra la Constitución y los Estatutos Generales de la Orden, la Carta Patente que autoriza los trabajos del Taller, una Espada Flamígera, un Mallete, recado de escribir y un candelabro de Nueve Luces.

Al centro del Salón, sin contar con la Plataforma de oriente, se encuentra instalada el ARA o ALTAR de los Juramentos, que consiste en una Base de columna Triangular, elevada sobre tres gradines, está pintada de blanco, con ribetes de azul y oro; sobre ella se colocan, en primer término, una Espada Flamígera, un Cojín color púrpura con borlas de oro en sus cuatro esquinas, la BIBLIA y sobre ella el Compás y la Escuadra; además, realzado o pintado, sobre las tres caras del ARA, se ve al Escudo Masónico, afectando también sus tres diferentes posiciones, mismas que corresponden a cada uno de los Grados en que trabaja la Masonería Azul.

Correspondiendo con cada una de las aristas del ALTAR, se colocan tres Grandes Candelabros de una sola Luz, y al lado norte de dicha ARA, se observa el recipiente que simboliza al MAR DE BRONCE, sostenido por doce bueyes, y al Sur del ALTAR, se distingue el Pebetero de los Perfumes.

La forma del Ara invariablemente debe ser Triangular, como ya se dijo antes, aún cuando en algunas Logias notamos que es CUADRANGULAR y otras veces es de forma CILÍNDRICA, pero estas modalidades siempre se considerarán como una contradicción para con su verdadero simbolismo; como lo veremos al tratar sobre el Tema que se refiere a dicho ALTAR; por lo tanto, no debe existir otra forma que lo distinga que no sea la TRIANGULAR, además de que también hay Talleres, en los que se le coloca frente al Trono del Venerable Maestro en Oriente, lo que igualmente constituye un GRAVE ERROR.

La BIBLIA que se destaca sobre el referido ALTAR, no en todas las Logias del Mundo se puede adoptar, puesto que es un Libro cuyo uso varía según las Religiones que actualmente se practican en todos los países; sin embargo, también existen Logias que no colocan ninguno de los Textos adoptados por las creencias religiosas sobre el ALTAR, como está prevenido por nuestros Estatutos; en cambio, en ocasiones observamos que depositan sobre la referida ARA, a la Constitución del Estado en que trabajan, y otros Talleres colocan a los Estatutos de la orden, o a las Leyes y los Reglamentos puestos en vigor, en sus respectivas jurisdicciones.

A ese respecto, debemos tener siempre presente que la Masonería tiene como única PATRIA a todo el UNIVERSO, y sus enseñanzas se imparten a todos los hombres, sin distinción de Razas, de Credos, ni de Fe Política; razón por la cual nuestros Landmarks, establecen que el Libro, sobre el que deben prestarse los JURAMENTOS, es indispensable que sea el adoptado por la Religión predominante, en el país en que se desarrolla la labor Masónica; y de ahí que los Judíos, usan el ANTIGUO TESTAMENTO; los Musulmanes y los Turcos, el CORAN; los Cristianos, el EVANGELIO; los Católicos, la BIBLIA; los Brahamanes el VEDA, etc.

Al pie de la Balaustrada, y a la cabeza de la Columna de Mediodía, se coloca una Mesa Triangular, elevada sobre un gradín, con el mismo número de Luces, la que corresponde al Hermano Hospitalario; al pie de las Gradas que dan acceso a la Plataforma de Oriente, del lado derecho, se observa el asiento que ocupa el Hermano Porta-Estandarte, y frente a él, se coloca el Trípode que sostiene al Estandarte; al costado izquierdo de las Gradas antes indicadas aparece el asiento para el Hermano Maestro de Ceremonias, y del lado derecho, sobre la Balaustrada, se encuentra el Soporte que sostiene a la Vara de dicho Oficial.

A la mitad de la Columna del Sur, se encuentra el Trono del Hermano Segundo Vigilante, elevado sobre tres gradines, coronado por un Dosel, similar al del Trono del Venerable Maestro, este sitial debe ser también de forma Triangular, y sobre él se coloca una Regla de Veinticuatro Pulgadas, un Mallete, recado de escribir y un Candelabro de Tres Luces, y a su izquierda, se observa otra pequeña Mesa Triangular, y sobre ella se encuentra un Candelabro de Once Luces.

Al Occidente, y sobre el extremo de la Columna del Norte, se ve el Trono del Hermano Primer Vigilante, también de forma Triangular, descansando sobre cinco gradines, cubierto por un Dosel, idéntico al del Trono del Hermano Segundo vigilante, y a su derecha, se coloca el Asiento destinado al Hermano Segundo Diácono; encima del referido Trono se distinguen una Escuadra, un Mallete, recado de escribir y un Candelabro de Cinco Luces.

En el fondo de la Logia, y al Occidente, se encuentra la Puerta de entrada al Taller y a su derecha se coloca el Asiento para el Hermano Guarda-Templo, a cuyo respaldo se fija una Espada Flamígera; frente a la referida puerta de entrada, y a una distancia de tres metros; separadas simétricamente, se elevan dos Grandes Columnas bronceadas del Orden Corintio, la de la izquierda, o sea la del lado Norte, presenta un Aspecto Gris Oscuro; y la de la derecha, del lado Sur, es de un color dorado, reluciente en todo su esplendor, la primera de estas Columnas se encuentra coronada por una ESFERA TERRESTRE, rodeada por Granadas y Lirios, cubiertos por una Red; y la segunda, remata en una ESFERA CELESTE, rodeada también de Granadas y Lirios, igualmente cubiertos por otra Red.

Al centro de cada uno de los ajustes de estas dos Grandes columnas, se distinguen realzadas o pintadas en ORO; sobre la que sostiene a la ESFERA TERRESTRE, la letra “B”, y en la que remata con la ESFERA CELESTE, se ve la letra “J”, las dos columnas que estamos describiendo reciben las denominaciones de COLUMNA DEL NORTE y COLUMNA DEL SUR respectivamente; además, por encima de dichas estructuras y suspendido de la Bóveda Celeste, se encuentra un Gran TRIÁNGULO EQUILÁTERO, en cuyo centro se destaca la ESTRELLA RADIANTE; al pie de la primera de estas Columnas, del lado Norte, se coloca la PIEDRA BRUTA, y en idénticas circunstancias, del lado Sur de la segunda columna, se observa la PIEDRA CÚBICA DE PUNTA y por último, al frente de ambas Columnas, mirando al Oriente, se encuentran los Asientos destinados a los Hermanos Primero y Segundo Expertos.

En algunas ocasiones, la situación de dichas dos Grandes Columnas, dentro de los TEMPLOS, varía según los Ritos que se practican; en consecuencia, notaremos que en el FRANCÉS, la que ostenta la letra “B”, se coloca a la derecha de la Puerta de entrada o sea al Sur, y la que se encuentra marcada con la letra “J”, a la izquierda, que corresponde al Norte; y así también los vigilantes, tienen sus Tronos junto a ellas en el mismo orden y con la cara mirando a sus respectivos PUNTOS CARDINALES.

Al fondo del Oriente, sobre la derecha, y como Símbolo del Día, hacia el horizonte, se observa la Imagen del SOL, alumbrando en todo su esplendor; y sobre el fondo en Occidente, también a la derecha, en la misma situación se ve a la LUNA como un emblema representativo de la NOCHE.

Cubriendo las paredes de los costados Norte y Sur del TEMPLO, sobre las que aparecen las Diez columnas, se colocan o se pintan Cortinajes color púrpura, adornadas con Canelón de Oro, mismas que ocupan los intervalos entre dichas Columnas; al frente de estos Cortinajes, sobre ambos lados del Templo y en Occidente, se destacan una o más hileras de Asientos, con una Espada al respaldo de cada uno, que también reciben el nombre de COLUMNAS; las de la izquierda, forman la COLUMNA DEL NORTE, destinada a los Hermanos Aprendices; los de la derecha se encuentran divididos en dos grupos, el que se encuentra entre el Trono del Hermano Segundo vigilante y la Mesa del Tesorero, corresponde a los Maestros Masones; y los Asientos que se colocan entre el Trono del Hermano Segundo Vigilante, dando vuelta por Occidente, hasta el Asiento del Hermano Guarda-Templo, están destinados a los Hermanos compañeros.

El Piso del Templo puede ser de Lozas o de Mosaico, formando cuadros NEGROS y BLANCOS, y la iluminación de la Logia, varía de conformidad con los Rituales y las exigencias de las Cámaras en que se trabaja; igual cosa sucede con las decoraciones.

Todos los sitiales que ocupan las Dignidades y Oficiales del Taller, deben estar cubiertos, durante los trabajos de la Primera Cámara, con tapetes de Color Rojo, con franjas Negras en derredor y forrados totalmente de éste último color, ostentando además, al centro: una CALAVERA Humana sobre Huesos en aspa, a los que bañan Siete Lágrimas; por este lado, sólo se usan esos Tapetes durante las Tenidas de DOLOR o FÚNEBRES, o bien, cuando se traya de las ceremonias de EXALTACIÓN al Tercer Grado.

Finalmente, y cuando el Tesoro de las Logias lo permita, o ya sea que los Miembros del cuadro se encuentren en la posibilidad de hacerlo, agregarán a las decoraciones del TEMPLO las estatuas o las imágenes de la FUERZA, de la BELLEZA y de la SABIDURÍA; la primera se coloca sobre la Mesa del Trono del Hermano Segundo Vigilante; la segunda, sobre la del Hermano Primer Vigilante, y la tercera, sobre la Mesa del Trono del Venerable Maestro; en el concepto de que simbolizan a los más firmes principios en que descansan las enseñanzas del Grado de Aprendiz.

También pueden formar parte de la decoración del Taller: las representaciones alegóricas de la VIRTUD, de la MORAL, de las CIENCIAS, de las ARTES, de la INDUSTRIA, de la AGRICULTURA, del COMERCIO y del TRABAJO; de las cuales cuatro imágenes se colocan al Norte, Cuatro al Sur y una al Occidente, entre los espacios que guardan las Columnas del TEMPLO.

Ahora bien, pasando a buscar el origen y la Etimología de la palabra LOGIA, llegamos al convencimiento de que la mayoría de los Escritores o autores en la materia, están de acuerdo en que deriva de la lengua Latina “LOGGIA”, voz que al mismo tiempo tiene otra variación que se hace venir del vocablo “LAUBJA”, pero con el antecedente de que ambas palabras significan CUNA; por lo que, estudiando y analizando su verdadera interpretación, resulta que en este caso se trata del Local en que tienen su nacimiento o sea crían determinados IDEALES, los PRINCIPIOS y las MÁXIMAS; y en consecuencia, para nosotros viene siendo, como ya se dijo antes: el recinto en que se celebran las Sesiones, las Asambleas o las TENIDAS MASÓNICAS; aunque también al referido Local se le hace llamar TALLER, ESCUELA, COLEGIO, SANTUARIO, TEMPLO, IGLESIA, BASÍLICA, SEMINARIO, etc.

Por otra parte, la Masonería Alemana desde su más remota iniciación, dio la denominación de “HUTTE” a la LOGIA, palabra que en latín se interpreta como “MACERICE”, y que en términos generales, volvemos a la consecuencia de que así se designa, como ya sabemos al Local en que se reúnen todos los Miembros de la Confraternidad Universal; para proceder a desarrollar sus actividades, a ejecutar sus trabajos y a ejercer su labor de Instrucción desfanatizante y civilizadora; esta acción Social, dentro del tecnicismo Masónico, se divide en dos sistemas; el particular de las Logias y el general que comprende a toda la Humanidad; por lo tanto, son dependencias de las Grandes Logias de Estado, todas aquellas que residen dentro de su Jurisdicción, en forma REGULAR; por lo mismo, entre el ambiente Oficial Masónico existen las Logias de ADOPCIÓN, o sean las integradas por determinado número de Damas; por lo consiguiente, pertenecen al género de los Cuerpos irregulares; por esa razón siempre se han constituido y trabajado, en forma independiente, y sin estar reconocidas Universalmente; así lo están las Logias Particulares, fundadas en algunos países, para determinar las actividades de ciertos Partidos desafectos a las Instituciones Masónicas Mundialmente reconocidas, como de la Fraternidad Universal.

Pero también existen otras denominaciones que se atribuyen a determinados Cuerpos, como una distinción dentro de la preferencia o categoría que se les atribuye, tales son la MADRE LOGIA, cuando se trata del Taller, en que por primera vez vio la Luz Masónica cualquier Iniciado; o bien, tratándose de la Logia a la cual se encuentra afiliado algún Masón en pleno goce de sus derechos; la misma denominación se le da a la Primera Logia que se funda en un País y que posteriormente es la que sirve de base para la creación de los demás cuerpos, que vienen a formar parte de una Jurisdicción Masónica; además, por lo que respecta a los Grados Filosóficos, existen las Logias Capitulares de Perfección, los Capítulos, los Consejos, los Consistorios y los Supremos Consejos.

Para terminar el desarrollo del presente trabajo, sólo nos resta hacer la aclaración de que: algunos Etimologistas Modernos han considerado, de conformidad con sus estudios y sus observaciones, que la PERSIA ha sido el País en que tuvo su cuna la iniciación MÍSTICA y la FILOSÓFICA, y desde luego hacen saber que la voz “JEBAN” de los persas, equivale a la de LOGIA en castellano, pero también debemos tomar en consideración que haciendo un detenido estudio y una razonable y lógica comparación sobre el origen de esas aseveraciones, llegamos al convencimiento de que la ETIMOLOGÍA más admitida y natural, existe desde el nacimiento de todos los idiomas que se hablan en el Mundo; ya que se trata de la esencia que nos determinan las palabras SÁNSCRITAS: “LOKA” o “LOGA”, a las que se les da la interpretación del vocablo MUNDO; pero todavía existen otras voces que derivan de esa Lengua; como la Latina dentro de cuya ortografía se le conoce como “LOGICUS”, y cuyo origen también se hace venir del griego “LOGIKOS”, palabras que se traducen en español, como LÓGICO O LÓGICA, que a su vez significan LOGOS, VERBO o UNIVERSO, y así tenemos determinado que el nombre de “LOKUS”, que los romanos daban a los Recintos Sagrados, deriva también del sánscrito “LOKA”, puesto que esa denominación recibieron igualmente las CUEVAS de MITRA y las de ATHIS, en donde los Magos practicaban y enseñaban sus Secretos y sus Misterios, mismos que también contenían todas aquellas enseñanzas, que encierran los fenómenos Naturales conocidos, y los que aún permanecen en el más profundo Misterio.

Esto es en síntesis, lo que puede darse a conocer, en beneficio de la Instrucción que reciben mis queridos Hermanos APRENDICES, a quienes se les puede ir disipando ese cúmulo de DUDAS o de INCERTIDUMBRES, que muchas veces mina su mente, cuando no alcanzan a comprender por sí solos y de una manera clara y precisa EL SIMBOLISMO DE SU GRADO.

La utilización del “nombre simbólico” en la Masonería

ESC Y COMPAS
El uso del “nombre simbólico” es una peculiaridad de la Masonería hispana
Nos ha parecido que ofrecer a nuestros lectores la posibilidad de leer la ponencia presentada por Yván Pozuelo en el III Symposium internacional de historia de las masonerías y las sociedades patrióticas latinoamericanas y caribeñas sería interesante, tratándose además de un tema cuyos orígenes incitan a la averiguación tanto entre miembros activos de la masonería como los que se acercan atraídos por el deseo de conocerla o estudiarla. 
Aunque la parte correspondiente al trabajo de campo en Notas sobre el “nombre simbólico” en Hispanoamérica contenida entre sus 17 anexos se circunscribe a la región asturiana, no por ello deja de ser interesante para el conjunto del estado español o de Hispanoamérica. La ponencia termina con la inclusión de dos anexos consistentes en sendas planchas sobre la adopción de nombre simbólico.
El propio resumen del trabajo editado por la Revista de Estudios Históricos de la Masonería Latinoamericana y Caribeña (REHM-LAC, Dic.2011-Abril 2012) nos muestra lo interesante del mismo:
En el momento de la iniciación, los masones eligen un nombre simbólico que les identificará en sus acciones dentro de la Orden. En el proceso de iniciación, los masones poseen la oportunidad de escoger un nombre simbólico diferente a su nombre de pila. Estos nombres simbólicos revelan sus percepciones del mundo y transmiten un aspecto vital del que quisieron informar a los demás miembros. ¿Por qué este uso fue exclusivo de las masonerías hispanoamericanas? ¿Cuándo y por qué se extendió la costumbre? El estudio del caso analizado fue la comunidad asturiana, ya que fue una de los más importantes grupos de inmigrantes españoles en América. Con estas notas y el estudio regional se pretende contestar a estos interrogantes: ¿Fue el nombre simbólico un uso originado por los masones? ¿Fue exclusivo de la masonería? ¿Qué informaciones destacan de los nombres simbólicos hispanoamericanos de los masones de Asturias? ¿Qué datos revelan los nombres simbólicos hispanoamericanos de los masones asturianos residentes en Hispano américa?
PUBLICADO: EL MASÓN APRENDIZ
El Mandil



Su uso en el mundo profano es un pedazo de tela impermeable que se sujeta al cuerpo a la altura de la cintura para proteger la ropa durante los trabajos rudos, por lo que respecto a las enseñanzas e interpretaciones simbólicas en Masonería, el mandil tiene su origen desde las más antiguas costumbres Hebreas y Egipcias. La palabra mandil viene de la voz latina MANTILE y también se traduce como sinónimo de MANDIL, los Caldeos, los Asirios, los Druitas, etc. se le atribuyen cualidades como la de PERSEVERANCIA, CONSTANCIA Y FIRMEZA en las acciones humanas, como cualidades indispensables en los iniciados. Debe ser de forma cuadrangular, con una babeta que afecta la figura de un triangulo con el ribete hacia abajo, y únicamente deben de adornarlo las alegorías y símbolos de las enseñanzas de cada grado, pero sin tomar en consideración ninguna otra figura que altere su simbolismo. El cuadrado lleva bordada la letra G con hilo de oro emblemático del valor y que simboliza la fuerza de voluntad del iniciado para demostrar que sabe hacer frente a los obstáculos y problemas que para su resolución se le presentan durante su vida y en el triangulo de la solapa el ESCUDO del primer grado o sea el martillo y la regla en forma de aspa, instrumento que simboliza a la Perfección del trabajo que ejecuta el iniciado al labrar la piedra Bruta. El mandil debe estar forrado de seda o raso color negro alegórico de las tinieblas, de la ignorancia, del misterio, al centro un dibujo de un cráneo humano sobre 2 huesos en aspa, que representa a la muerte, al luto, a la desolación y además tiene pintada 7 lágrimas que personifican al Dolor, la Aflicción, el Pesar, el Sufrimiento, la Tristeza, la Angustia y la Pena y el ribete azul celeste que indica Infinito que indica que así como en la vida los masones estaremos unidos en la eternidad.

“Recibid este mandil, distintivo del Masón, y más honroso que todas las condecoraciones humanas, porque simboliza el trabajo. Única fuente de salud, del saber, de la virtud y de la riqueza. Os da derecho a sentaros entre nosotros, y sin el nunca deberías de estar en logia”.

Con estas solemnes palabras, el Venerable maestro pone al neófito el mandil de Ap∴ M∴. Este mandil debe ser Blanco, sin manchas de otra tela. Este símbolo representa para todos los masones un sentimiento de afinidad con nuestros hermanos. Al recibirlo, lo imprimimos en nuestra memoria como el primer presente que de la Masonería recibimos, es el primer símbolo sobre el que recibimos una explicación, y la primera evidencia tangible para el iniciado de que ha sido admitido en nuestra augusta orden. Las antiguas liturgias de iniciación contemplaban el decirle al neófito, al tiempo que se le entregaba el mandil:

“Por la piel del cordero os recordamos la pureza de la vida y la rectitud de vuestra conducta, que son tan esencialmente necesarias para poder ser admitido en la logia celestial superior, donde el Supremo Arquitecto del Universo preside toda la eternidad”.

Entonces el verdadero mandil del Masón debe ser de piel de cordero de 14″ a 16″ de ancho, con 12″ o 14″ de alto, con babeta de 3″ o 4″ de alto. Cuadrado y sin adornos. Ha sido para algunos motivos de tanto orgullo el hecho de portar el mandil.

En cuanto a la manera de llevarlo, los Ap∴ M∴, lo deben llevar con la babeta levantada, simbolizando asíel anhelo de crecer intelectual y espiritualmente, con el alma apuntando a las alturas. En el grado 33 del rito escocés antiguo y aceptado, los hermanos que lo poseen están dispensados de portar el mandil, pues para ellos “El trabajo ha terminado”.

Cuando el mandil se adhiere al cuerpo, se sostiene por una cuerda, la cual forma un círculo con respecto al cuerpo, simbolizando el espíritu de Dios. El triangulo de la babeta representa el alma Masónica, en un triangulo cuyos tres vortices significan:



Tres grados fundamentales:

Ap∴, C∴ y M∴



Tres hechos vitales:
Salud, Dinero y Amor.

Tres hechos porque luchar:
Municipio, Estado y Nación

Tres cosas que defender:
Honor, Patria y Hogar.

Tres cosas que controlar:
Carácter, Lengua y Conducta.

Tres cualidades que estimar:
Rectitud, Valor y Gratitud.


Tres hechos que meditar:
Vida, Muerte y Eternidad.


Tres hechos que evitar:
Pereza, Barbarie e Ignorancia.



Tres hechos que admirar:

Voluntad, Dignidad y Lealtad.


Tres hechos que adoptar:
Libertad, Igualdad y Fraternidad.


Tres instituciones que defender:
Revolución, Liberalismo y Francmasonería.

El ignorante grita, el inteligente discute, y el sabio calla.


Sabiduría, Fuerza y Belleza.
Salud, Fuerza y Unión.
 

jueves, 7 de febrero de 2013


EL ARA, SU DESCRIPCIÓN Y SU INTERPRETACIÓN



Todos sabemos que el Espiritualismo humano, es propio de todas aquellas personas que adoptan o practican las creencias admitidas por las Religiones o Sectas; en consecuencia, quiere decir que aceptan determinados Rituales, cuyas tendencias sagradas, se desarrollan de conformidad con los USOS y las COSTUMBRES de los Pueblos, o de las diferentes Razas que habitan la superficie de la Tierra, por eso notamos que existe una gran variedad de sistemas y prácticas religiosas, cuyos dogmas van de acuerdo con el origen de las LEYENDAS que les sirven de base; y así tenemos a los Cristianos, a los Budistas, a los Brahamanes, a los Shintohístas, a los Mahometanos, a los Evangelistas, a los Paganos, a los Sabeístas, a los Idólatras, etc.

Pero seguramente que todas las Religiones y Sectas que se practican en la actualidad, en el seno de la Sociedad Mundial, es probable que llevan en su esencia, un fondo MORAL y ESPIRITUAL, tendiente a dirigir a la conciencia de los hombres, por el camino de la RECTITUD y del BIEN, aún cuando de todas maneras, algunas de ellas, resultan de IDEAS RETARDATARIAS, OSCURANTISTAS o un tanto INMORALES, por cuyo motivo, sólo tienen eco, cuando se trata de explotar el FANATISMO DE LOS CREYENTES o a la torpeza de la gente IGNORANTE, a la que es fácil engañar con falsos sofismas, para mantenerla en un estado de inconsciencia intelectual, cosa que les permite inculcar con relativa facilidad sus CREENCIAS erróneas, esclavizando así, el PENSAMIENTO HUMANO.

Sin embargo, nosotros los Masones a los que muchas veces se nos confunde, como practicantes de una SECTA o RELIGIÓN, nos corresponde definir de una manera categórica, nuestra verdadera misión, en el seno de la Sociedad Masónica, misma que imparte sus teorías, por medio de conceptos muy elevados, sobre los Principios y las Máximas que propaga, mediante los sistemas SIMBÓLICO y FILOSÓFICO, pero bajo bases y métodos absolutamente comprensibles, para todas las mentalidades y así por ejemplo: el ritual Masónico, establece y practica sus procedimientos Litúrgicos, de acuerdo con los dogmas que la ortodoxia Masónica propaga a sus adeptos, por medio de enseñanzas MORALES, FILOSÓFICAS y CIENTÍFICAS.

También hay que hacer notar, que para llevar a la práctica todas esas teorías, en el orden netamente instructivo, es necesario desarrollarlas, por medio de CEREMONIALES LITÚRGICOS; y es el motivo por el que se han levantado Templos SIMBÓLICOS a la SABIDURÍA, a la VERDAD y a la VIRTUD, dentro de cuyo ambiente, se llevan a cabo toda clase de trabajos intelectuales, que tienen por objeto, EDUCAR, INSTRUIR y PREPARAR al Iniciado, haciendo uso de aparatos, Útiles, Herramientas, enseres y demás figuras propias de la decoración especial de las LOGIAS MASÓNICAS.

En esta ocasión vamos a tratar lo relativo a la descripción e interpretación de lo que es el ALTAR DE LOS JURAMENTOS, al que también se le da el nombre de ARA, por lo tanto, veremos cuál es el origen, la etimología y el significado de la palabra “ARA”, voz que viene del latín ARA o ARAUS, vocablos que en términos castizos se traducen como ALTAR o PIEDRA DE LOS SACRIFICIOS; aún cuando en Astronomía, se les conoce como sinónimos del nombre que lleva la Constelación Austral, que se encuentra bajo el Signo de Escorpión; además de que en la Mitología también se les conoce como símbolos del FUEGO y del SOL, mismos que personifican a las cabezas de Loro y de Cóndor en el OLIMPO.

Dentro del sistema Masónico, la palabra ARA, se refiere al ALTAR o ALTA-ARA, de ALTUS o ALTURA, que viene siendo el sitio Sagrado que se destina al ejercicio de algunas ceremonias, como la de prestar los JURAMENTOS, depositar OFRENDAS, ofrecer LIBACIONES, ejecutar SACRIFICIOS, quemar INCIENSOS, etc., aunque esta voz es también un sinónimo de PEREGRINO.

En las Logias Simbólicas, existen cuatro tipos distintos de ARA, la primera, o sea el ALTAR DE LOS JURAMENTOS, consta de una mesa triangular elevada sobre tres Gradines, y se encuentra en el centro del Taller, frente a las dos Columnas de la entrada del Templo y delante del sitial del Venerable Maestro en Oriente, en cada una de sus caras, y arriba de los Escudos de cada una de las Cámaras, lleva grabadas las palabras: “AMANA”, “HUR” y “EUBULUS”, mismas que significan VERDAD, LIBERTAD y PRUDENCIA, en todas las Cámaras al ALTAR DE LOS JURAMENTOS se le destina, como su nombre lo indica, para tomar la proteta a los INICIADOS, a los AFILIADOS y a los REGULARIZADOS, después de haber sido admitidos como miembros activos de las Logias.

La segunda ARA es también de forma triangular, y se le denomina ALTAR DEL FUEGO, se coloca al extremo Sur de la Logia, a la derecha del Primer Experto, pues es de ahí de donde emanan las llamas del fuego, durante el acto de la PURIFICACIÓN simbólica de los recipiendarios, en sus tres caras aparece la figura del SOL, brillando en todo su esplendor.

La tercera, es el ALTAR DE LOS HOLOCAUSTOS al que conocemos como MAR DE BRONCE, se encuentra colocado a la izquierda del Segundo Experto, y como ya sabemos, es un recipiente circular sostenido por DOCE BUEYES, y representa a la inmensidad de los OCÉANOS, como fuente de donde se producen las TEMPESTADES, las TORMENTAS, los Huracanes y en general todos aquellos trastornos que en la atmósfera se manifiestan con intensidad, y que simbólicamente azotan a los Postulantes durante su recepción.

Por último, tenemos el ALTAR DE LOS PERFUMES, también de forma triangular, y en él se deposita el PEBETERO que se usa en Logia, para quemar el INCIENSO, que cubre el ambiente dentro del Templo, al final de las Iniciaciones, en cada una de sus caras, aparece la LUNA en sus tres fases, LLENA, CRECIENTE Y MENGUANTE, se coloca al extremo Sur de la Columna “B” en Occidente.

Pero refiriéndonos detalladamente al ARA o ALTAR DE LOS JURAMENTOS que decora todas las Logias Simbólicas, podemos describirla como una BASE de COLUMNA TRIANGULAR, ya se dijo que se encuentra elevada sobre tres GRADINES; es de color BLANCO, y sus caras ribeteadas de AZUL y ORO, una de ellas mira al Oriente, otra el sur y la tercera al Norte; como ya sabemos, en cada una de sus referidas caras aparece el Escudo que corresponde a las diferentes Cámaras en que trabajan las Logias, por esa razón vemos que sufre las siguientes transformaciones: sobre la cara que se observa desde ORIENTE, aparece el COMPÁS sobre la ESCUADRA y al centro la letra “M”, como inicial de la Palabra Sagrada del Maestro Masón, sobre este signo aparece escrita en Hebreo, la palabra “EUBULUS”, sobre la cara que ve hacia el SUR, aparece el COMPÁS con una de sus Ramas sobre la ESCUADRA y la otra debajo de ella, al centro se nota la letra “J”, como inicial de la palabra Sagrada del compañero Masón, sobre este Escudo se lee escrita en Hebreo, la palabra “HUR”; y sobre la cara que mira al norte, se ve a la ESCUADRA, colocada sobre las ramas del COMPÁS, con la letra “B” al centro, como la inicial de la palabra Sagrada del Aprendiz Masón, arriba de este Signo se destaca también escrita en Hebreo, la palabra “AMANA”, como ya se dijo antes estas tres voces significan en su orden, PRUDENCIA, LIBERTAD y VERDAD, como virtudes propias de todos los Masones.

Las transformaciones o cambios de posición de los útiles de trabajo, descriptos en el párrafo anterior, corresponden a las tres distintas Cámaras en que trabajan las Logias; y corresponden: la de ORIENTE, a la TERCERA CÁMARA; la del Sur a la SEGUNDA CÁMARA, y la del Norte a la PRIMERA CÁMARA, por esa razón dentro del Templo existen esas tres columnas, en que toman asiento los Maestros, los Compañeros y los Aprendices.

Pero hay también que hacer notar, que no deben confundirse a los Escudos de ninguna de las TRES CÁMARAS en particular, con el ESCUDO MASÓNICO adoptado por nuestra ÓRDEN, que está constituído por un COMPÁS SOBRE LA ESCUADRA, con la letra “G” radiante al centro, puesto que los Escudos antes descriptos, llevan al centro cada uno, la inicial de sus respectivas palabras Sagradas.

En forma conveniente, y circundando la superficie triangular del ARA, y en concordancia con sus ángulos, se colocan los Tres Grandes Candelabros o Focos Centelleantes de una sóla LUZ, como símbolos de las tres posiciones culminantes que marca el SOL, durante el día desde ORIENTE, MEDIO DIA Y OCCIDENTE.

Sobre el ARA aparecen también, un COJÍN de forma triangular hecho de Terciopelo o Seda color PÚRPURA, ribeteado con un cordón de ORO que remata en tres BORLAS; una en cada esquina; bajo este COJÍN, se observa la ESPADA FLAMÍGERA, y encima del mismo COJÍN, se ven la BIBLIA, el COMPÁS y la ESCUADRA; además, las Logias legalmente constituídas, colocan también su CARTA PATENTE.

La definición Masónica que se le atribuye al ALTAR de los JURAMENTOS, consiste en que se le considera como representativo de la ETERNIDAD, del SECRETO, del MISTERIO, de lo DESCONOCIDO, de lo ABSTRACTO, y en general de todas las FUERZAS OCULTAS que existen en el Universo, como ARCANOS de la Naturaleza, además, en lo material, el ARA es emblemática de la TUMBA, o sea del SEPULCRO que recibe al hombre como el sitio propio para su DESCANSO ETERNO.

Por lo consiguiente, toda aquella persona que se inicia en la Masonería, para conocer la esencia de sus Principios y de sus Máximas en todos sus aspectos, deben marcar de una manera FIRME y SEGURA, sus primeros e inciertos pasos, porque se trata nada menos que de CRUZAR ese MAR de DUDAS, de INCERTIDUMBRES y de PREOCUPACIONES, que tanto afligen a la HUMANIDAD, ya que su MARCHA siempre lo conducirá hacia un solo fin: el de buscar su PERFECCIONAMIENTO individual, por cuyo medio logrará alcanzar la meta de sus ANHELOS, como una sana AMBICIÓN, para llegar a descubrir la VERDAD SUPREMA, lo que seguramente conseguirá también, a base de CONSTANCIA en sus estudios, de PERSEVERANCIA en sus tareas y además, de la CONFIANZA que pueda depositar en sus Maestros y demás hermanos que le tiendan su mano para conducirlo por el camino del BIEN.

No cabe duda que el estudio de las materias de la enseñanza Masónica, contienen un amplio desenvolvimiento científico, que nos permite buscar, a base de descubrimientos, las teorías que indudablemente encontramos en las Ciencias Naturales y Espirituales, las que por lo regular, se nos presentan en forma CONFUSA a la simple vista, y es el motivo por el cual, la MARCHA del Aprendiz, lo lleva directamente hacia lo DESCONOCIDO y lo MISTERIOSO, con el fin de obligarlo a descubrir los SECRETOS de la ETERNIDAD, así como lo que pueda existir en los de la ULTRATUMBA.

Esta es también la razón por la que notamos que la referida MARCHA del Aprendiz, se inicia en forma INCIERTA y VACILANTE, por el diáfano camino de las PENUMBRAS, aunque con la idea fija de poder llevar adelante, sus investigaciones, hasta lograr descubrir también los SECRETOS Científicos que oculta la Naturaleza en todos sus Aspectos, pero si el valor de sus esfuerzos, el poder de su buena voluntad, su amor al estudio y su apego al trabajo, le brindan los conocimientos que se requieren, para resolver los PROBLEMAS, y luchar hasta vencer los OBSTÁCULOS, que se le presenten durante su vida, es indudable que llega a determinar en forma DEFINITIVA, las nociones adquiridas, acerca de los que SON, o pueden SER, los MISTERIOS que guarda en su seno la propia NATURALEZA, hasta lograr conocer algo de ese MÁS ALLÁ, que tanto nos preocupa, que siempre nos ha causado una especie de TEMOR, o cuando menos la INQUIETUD que muchas veces invade a nuestro Espíritu, a causa de no poder explicar sus DESIGNIOS.

Es por eso que también se nos aconseja y se nos pone de manifiesto, el porqué nuestros pasos por la senda de la vida, deben ser MARCADOS sin vacilación, precisamente para que nuestra MARCHA, pueda ejecutarse con ÁNIMO y FIRMEZA, llevando como FE a la convicción, y como ESPERANZA a las VIRTUDES, pues sólo de esa manera, se logrará alcanzar la meta del PERFECCIONAMIENTO MORAL, la CALMA que necesita el ESPÍRITU, así como el adelanto INTELECTUAL, que tanto buscan las ALMAS NOBLES, cuando desean PURIFICAR sus sentimientos y FORTIFICAR su conciencia, hasta llegar a ser útiles a sus semejantes, procurando siempre, su BIENESTER Y PROGRESO.

En realidad, a eso se reduce el Simbolismo del ARA, en relación a sus enseñanzas Filosóficas, que se dan a conocer en la Primera Cámara, mismas que deben quedar grabadas en la mente de todos los INICIADOS, para propagarlas en su oportunidad, sin descanso por la superficie de la Tierra.

Ahora pasaremos a conocer, la interpretación que se le atribuye a la ESPADA FLAMÍGERA, que se observa bajo el COJÍN color púrpura que se encuentra sobre el ARA, y efectivamente, a la ESPADA, en Masonería, por lo regular no se le da la importancia que en realidad tiene en el simbolismo, sobre todo, por sus altamente instructivas enseñanzas, y aún cuando en verdad el origen y la denominación de este arma son muy remotos, se supone que dicha voz viene del Celta, del Galo o del Griego, sin embargo, la versión más aceptable que se le conoce, debido a la ortografía del nombre que se le ha dado, se sabe que las primeras designaciones que recibió, fueron las de “SPATHA”, “SPATHE”, “SPATHUS” y “SPATA”; de ahí también que en castellano se le llama ESPADA, SABLE, FLORETE, MACHETE, TRANCHETE, HUAPARRA, MORUNA, ALFANJE, CIMITARRA, YATAGÁN, GALDIO y otras denominaciones más debido a su forma; pero su estructura siempre ha sido de Hierro, Acero o Bronce de determinados temples; para nosotros los Masones, sólo existen para uso de las Logias las ESPADAS Recta y Flamígera, por lo regular esta clase de armas, consta de tres elementos principales que son: PUÑO, HOJA y VAINA.

En consecuencia la ESPADA RECTA, debe ser peculiar para todos los hermanos durante los ceremoniales, y la FLAMÍGERA, deben usarla únicamente el Venerable maestro, los dos Vigilantes y los dos Hermanos Guarda Templo; éste es el motivo por el cual, esos dos instrumentos difieren mucho en su simbolismo, puesto que son mucho más elevadas las lecciones de MORAL y FILOSOFÍA, que nos proporciona la ESPADA FLAMÍGERA, para conocer determinados preceptos Masónicos, y es también la causa por la cual, se le coloca sobre el ARA.

Sin embargo, debemos reconocer, que lamentablemente casi se ha suprimido en la mayoría de las Logias, el USO de la ESPADA FLAMÍGERA, por cuyo motivo muy poco se conoce su verdadero Simbolismo; no obstante a que por todos conceptos, entre nosotros, es la representativa genuina del HONOR.

La ESPADA FLAMÍGERA, es de hoja en forma ONDULANTE semejando a las llamas de fuego, porque es nada menos que la Insignia del MANDO del Venerable Maestro, también es el símbolo del PODER y de la LEY, como igualmente lo es de la SEGURIDAD, por eso deben los Hermanos Vigilantes guardarla siempre a sus espaldas en sus respectivos Tronos, a la vez de que invariablemente deben usarla los Hermanos Guarda Templo Interior y Exterior.

En manos del Venerable Maestro, la ESPADA FLAMÍGERA es el símbolo radiante de la FUENTE DE LA VERDADERA CIENCIA, puesto que sus reflejos irradian innumerables destellos de sabiduría en todas direcciones, sin PUNTO FIJO de dirección, como lo hacen las llamas del fuego que se elevan hacia el INFINITO; esto indica que así también el Venerable Maestro, debe derramar sus LUCES y CONOCIMIENTOS entre todos sus Discípulos, sin distinción de mentalidades, Rangos, Origen ni posición Social, para el fin de que los Iniciados, puedan asimilar intelectualmente, todas aquellas enseñanzas, que de otro modo por sí solos nunca llegarían a adquirir o comprender, y menos llevarlas al conocimiento del Mundo Masónico o del Profano.

En consecuencia, es innegable que la ESPADA FLAMÍGERA, nos recuerda constantemente, que todos debemos propagar por los Cuatro Puntos Cardinales, la LUZ DE LA VERDAD que proclamamos, para lograr que nuestros semejantes se instruyan, bajo la acción benéfica de la Masonería, misma que resplandece y llega hasta la conciencia de los hombres progresistas, en cualquier lugar del Mundo, combatiendo al nocivo OSCURANTISMO, a la odiosa HIPOCRESÍA y a la desenfrenada AMBICIÓN, para el fin de conseguir la EMANCIPACIÓN de los pueblos oprimidos a causa de IMPOTENCIA para lograr su LIBERTAD, por eso los principios Masónicos, no reconocen fronteras posibles, para llevar la ILUSTRACIÓN a todas las masas populares, sin ninguna excepción de RAZAS ni CREDOS.

Otra cualidad simbólica que se le atribuye a la ESPADA FLAMÍGERA, consiste en que jamás lleva cubierta o vaina; y por lo mismo, debe permanecer ETERNAMENTE DESNUDA Y CENTELLEANTE; esto nos indica también, que la INSTRUCCCIÓN Masónica, debe estar al alcance de todos los hombres, en cualquier momento dado, siempre expedita y sin restricción alguna, que pueda limitar su radio de acción, y de esa manera, poder impartirla a los Iniciados amantes del Estudio, del Progreso y de su afán por superarse, pues hay que tomar en consideración que estos factores conducen siempre hacia el PERFECCIONAMIENTO intelectual, y por lo mismo contribuyen al bienestar Social, y al adelanto de todo el género humano.

Por ese motivo, cuando el Venerable Maestro invita al postulante, a prestar sus JURAMENTOS ante el ARA, golpeando con el Mallete sobre la ESPADA FLAMÍGERA, le indica en forma muy CLARA que dichos juramentos, los presta en todas direcciones, puesto que tendrán que ser conocidos por todos los Masones del Mundo, quienes por todos conceptos, saben que el que falta a su PALABRA DE HONOR, o no cumple con sus deberes Masónicos, irremisiblemente queda MANCHADO PARA SIEMPRE, aquí cabe indicar que el Venerable Maestro, al terminar la ceremonia de CONSAGRACIÓN, debe colocar la punta de su ESPADA sobre el hombro derecho del Postulante, dando el PRIMER GOLPE, luego la colocará sobre la Cabeza, dando el SEGUNDO GOLPE, y finalmente la pondrá sobre el hombro izquierdo, para dar el TERCER GOLPE, con cuya acción forma el Triángulo Radiante, cuyos reflejos iluminan a la Inteligencia humana; por lo regular, tampoco esta práctica Litúrgica, se cabo en la mayoría de las Logias.

Por otra parte, la ESPADA FLAMÍGERA, que se coloca a espaldas del trono de los Hermanos vigilantes, indica que su acción de constante entendimiento intelectual entre los hermanos de sus respectivas Columnas, debe dirigirlo de una manera imparcial y equitativa, sin temor a que puedan ser traicionadas sus ideas ni sus procedimientos, siempre que estén ajustados a su más estricta JUSTICIA; y por lo que respecta a los Hermanos Guarda Templo Interior y Exterior, les hace recordar, que como símbolo de la SEGURIDAD, debe ejercer su acción o vigilancia en todas direcciones, puesto que de eso depende precisamente, la seguridad de sus Hermanos que trabajan dentro del Taller, pues hay que tomar en consideración, que la falta de DISCRECIÓN es el enemigo común de la Humanidad, y por lo tanto, dichos Hermanos Guarda Templo, deben estar dispuestos, para defender a toda costa sus respectivos puestos, y si fuere necesario, lo harán con la ENERGÍA y RAPIDEZ, con que las LLAMAS DEL FUEGO, CONSUMEN A LA MATERIA.

Atendiendo a la forma ONDULADA de la hoja de la ESPADA FLAMÍGERA, sus reflejos simbolizan a la CIENCIA y a la VIRTUD, que desde el ALTAR DE LOS JURAMENTOS, irradia en forma resplandeciente, las enseñanzas MORALES, FILOSÓFICAS y CIENTÍFICAS que se imparten gradualmente a los Iniciados; para el fin de no CEGAR su entendimiento, o el de quienes aún no comprenden su verdadero significado, por lo que respecta a la esencia de sus elevados conocimientos.

El COJIN triangular de color PÚRPURA, de terciopelo o seda, representa al conjunto de FUERZAS Y FENÓMENOS cuyas causas debe investigar el Masón, puesto que es uno de sus principales DEBERES, y por lo tanto, le es obligatorio principiar a practicar, inmediatamente después de haber prestado sus JURAMENTOS ante el ARA, el referido CONJÍN es de color PÚRPURA, porque semeja al tinte de la SANGRE, misma que jamás debe derramarse entre hermanos, o bien que debe dar hasta la ÚLTIMA GOTA, cuando sea necesario DEFENDERLOS, es de Seda, porque es el material más delicado y suave, como debe ser también el CARÁCTER de todos los MASONES, y por último, el CORDÓN que lo circunda simboliza a los lazos de la UNIÓN que debe estrecharse cada vez con más amplitud entre los hermanos, y las tres BORLAS que se observan en sus ángulos, representan a la ESENCIA contenida en las TRES PREGUNTAS que aparecen en la PLANCHA TRIANGULAR, mismas que deben quedar grabadas para siempre en la MENTE y la CONCIENCIA de todos los Masones, además son de ORO, porque esta Meta es el emblema del VALOR intrínseco de las cosas, y en este caso, lo es de los JURAMENTOS que los Iniciados prestan ante el ARA.

Por lo que respecta a la BIBLIA, ya en Tema especial se ha definido su interpretación y significado, así como el motivo de su uso en Logia; por lo que únicamente agregaremos que en esta ocasión, los RECIPIENDARIOS, al prestar sus JURAMENTOS con la mano extendida sobre ella, se le conceptúa como alegórica de la VOLUNTAD DIVINA, o sean los DICTADOS DEL SER SUPREMO, en relación con el Espiritualismo Masónico que deben poseer todos los INICIADOS.

Estos son los motivos por los cuales es un requisito indispensable que los Candidatos a la INICIACIÓN emitan invariablemente su FE RELIGIOSA, como el prototipo que caracteriza a los creyentes, pues hay que notar, que de otra manera, se correría el peligro de ADMITIR en el seno de la Masonería a determinados TIPOS ESCÉPTICOS o ATEOS, pues debemos tomar en consideración que para esas personas, la VERDAD NO EXISTE porque siempre la niegan; tampoco creen en la MORAL, en las BUENAS COSTUMBRES, en la RAZÓN ni en la HONRADEZ, etc., y lo que es peor, ese mal ha venido perjudicando hondamente a la Humanidad, principalmente en los actuales tiempos, no obstante a que el ESCEPTICISMO, es la causa de los mayores DAÑOS sufridos por la JUVENTUD, que la mayoría de las veces, se convierte en un conglomerado de EGÓLATRAS, porque al final, sólo demuestran tendencias a satisfacer únicamente sus propias necesidades, o sus apetitos netamente PERSONALES.

En cambio, la Masonería conceptúa, que nada hay más TRISTE ni más DENIGRANTE que un ESCÉPTICO, puesto que en verdad, con ese sólo hecho tiende a perder su PERSONALIDAD, para dejar de ser HOMBRE, porque de esa manera es indudable que llegará a convertirse en un DESENGAÑADO de los demás, y si esa fuera la CONDUCTA y las tendencias de la mayoría de nuestros semejantes, la MARCHA y el PROGRESO Humanos, tendrían que PARALIZARSE, para después HUNDIRSE en el fango del DESORDEN y como consecuencia final, vendría el CAOS SOCIAL que todo lo DESTRUYE; por eso los Corazones JÓVENES, necesitan abrigar sus creencias, para poder PRODUCIR sus verdaderas OBRAS intelectuales, emitiendo de manera franca y sincera sus más sanas OPINIONES.

Pero también debemos tener presente, que la FE y la ESPERANZA siempre irán estrechamente UNIDAS, porque las limitaciones intelectuales o espirituales, nunca penetrarían hasta lo más profundo de los Misterios que nos rodean; y es por eso que todos los hombres, aún hasta los de MENOR ILUSTRACIÓN, llevan en su CONCIENCIA un sello de RESPONSABILIDAD MORAL Y ESPIRITUAL, que los eleva sobre los demás, y es por eso también que la FE, siempre será un DON eminentemente Humano, porque constituye asimismo, un completo VALOR SOCIAL, por ese motivo es indudable que todo el mundo necesita CREER, para distinguir y comparar lo MALO de lo BUENO, la FEALDAD de la BELLEZA, la MENTIRA de la VERDAD, lo INJUSTO de lo JUSTO, etc.

También conocemos ya la interpretación y el significado simbólico del COMPÁS y la ESCUADRA, sin embargo, ahora nos damos cuenta de que, cuando ambos instrumentos se colocan sobre el ARA, se les considera como emblemáticos de la LÓGICA y de la RAZÓN, temas que invariablemente le sirven de base, a todas las enseñanzas Masónicas y a la vez genuinas representativas del RESORTE regulador, que orienta nuestros trabajos en Logia, y por lo mismo simbolizan también a los Faros que iluminan el camino que conduce hacia la VIRTUD y el PERFECCIONAMIENTO Humanos.

Las tres LUCES que circundan al ARA por sus vértices, son alegóricas del TALENTO, la VIRTUD y la SABIDURÍA, además representan a los tres puntos principales, que en apariencia recorre el SOL, para dar lugar al nacimiento del NUEVO DÍA, al DÍA en su PLENITUD, y al DÍA en el OCASO, o sea el momento en que invaden al Mundo, las TINIEBLAS de la NOCHE, y por último, son las representativas de las Tres Dignidades de la Logia, el Venerable Maestro y los dos Vigilantes.

En síntesis, esto es lo que puede emitirse, acerca de las enseñanzas que nos proporciona el ARA o ALTAR DE LOS JURAMENTOS y sus decoraciones, en relación con el simbolismo Masónico, mismas que deben retenerse en la mente y en la conciencia de los Masones que saben apreciar las elocuentes lecciones de MORAL, de FILOSOFÍA y demás CIENCIAS que contiene los preceptos, los Principios y las Máximas que de una manera profusa, propaga la Masonería por medio de sus Sistemas Simbólicos y Dogmáticos, que establece en su Ritualismo.