viernes, 3 de octubre de 2014

DEBATE...Bolivar y San Martín ... Libertadores o Cipayos masones de Inglaterra..? Video


Masones de la Lengua Española New York.
Victor salazar .
DEBATE...Bolivar y San Martín ... Libertadores o Cipayos masones de Inglaterra..? Video

Revolución: El cruce de Los Andes (2011) - Película Completa - Castellano


Masones de la Lengua Española New York.
Victor salazar
Revolución: El cruce de Los Andes (2011) - Película Completa - Castellano

Bolivar El Hombre De Las Dificultades Online Completa - Video


Masones de La Lengua EsoaÑola New York.
Victor Salzar
Bolivar El Hombre De Las Dificultades Online Completa - Video

jueves, 2 de octubre de 2014

LA INICIACIÓN




¿Qué significado tiene la Iniciación Masónica? La respuesta viene en otra pregunta: ¿qué significado tiene para nosotros? ¿Es solamente formal? Ella está supuesta a iniciarnos en una nueva experiencia de la vida, o sea, a ponernos en el camino de esas nuevas experiencias. De ahí que se denomine a ese gran momento, Iniciación.
Pero aun así, depende de cada uno el que ésta sea efectiva. En realidad, la Iniciación masónica no puede ponernos en ese camino si no estamos preparados y predispuestos para tomarlo, pues ella tiene sólo un carácter simbólico. ¿Qué utilidad tienen entonces las iniciaciones masónicas? El grado de Aprendiz y cada grado sucesivo de la Orden comprenden cierta etapa evolutiva, o sea, cierto estado de conciencia, y nadie puede, naturalmente, conferirnos un estado de conciencia u otorgarnos un determinado grado de evolución, ni iniciarnos en él. Cada cual tiene, por tanto, que ser interiormente un iniciado de algún grado, antes de que pueda tomar efectivamente la Iniciación correspondiente. Uno es un iniciado; nadie puede hacerlo un Iniciado.
Sin embargo, con la debida comprensión, cada Iniciación puede significar un paso de incalculable trascendencia en nuestra vida, y está concebida con esa finalidad. De ahí la necesidad de que comprendamos el verdadero propósito de las ceremonias iniciáticas de la Masonería.
El Cuarto de Reflexión y el examen de sí mismo que cada uno hace en él, como preámbulo de la Primera Iniciación, debe haberlo preparado previamente para este gran momento. Todo el que ha reflexionado suficientemente a lo largo de su vida sobre el paso que está por dar, al tomar la iniciación, debe poseer también la debida madurez y la necesaria comprensión para poder participar efectiva y no formalmente, de todo lo que ha de llevarse a cabo en la ceremonia y ver lo que las formas revelan.
Con esa predisposición, el candidato sentirá, durante la ceremonia, que está en presencia de algo significativo. Cada palabra, cada acto del ritual, encerrará alguna clave que, como una chispa, podrá encender alguna luz interior que estaba ya lista para manifestarse en él, iniciándolo en alguno de los sagrados misterios de la vida y del ser. La Iniciación resultará, entonces, por lo que implica, un hecho real y no una forma ceremonial, saliendo de la misma un verdadero iniciado en los secretos de la vida. El camino evolutivo tiene para todos, sin excepción alguna, ciertas etapas bien definidas. Una Iniciación masónica ofrece, al que la toma y a los que participan en ella, una representación dramática de este proceso de realización del ser, con lo cual muestra un cuadro anticipado de este proceso. La Iniciación comprende solamente la primera etapa a recorrer, pues la limitación de nuestra mente no nos permite abarcar más. Pero ella nos muestra lo suficiente para que podamos prever lo que esa etapa encuadra y no andemos tan a ciegas.
Los ritos de la iniciación nos muestran los pasos que debemos dar para recorrer esa próxima etapa del camino, facilitándonos con ello un progreso más rápido.
La Iniciación nos anticipa, pues, el futuro. Y, para que el mismo nos quede fielmente grabado en la memoria, nos hace ensayar, a través de su desenvolvimiento, el papel del drama que habremos de representar en la vida real en el futuro. Ella constituye, por tanto, un ensayo del drama a desarrollarse.
La primera Iniciación masónica, o sea, la del grado de Aprendiz, se diferencia de las demás por el hecho de que resume singularmente, en forma sintética, los tres principales grados o las etapas a recorrer, además de extenderse en la propia, demostrando nuevamente la ley de analogía de “cómo es arriba es también abajo”. Ofrece de esta manera, a vuelo de pájaro, una idea general del camino evolutivo.
Un motivo para ello parte, indudablemente, del hecho de que el método natural para reconocer la realidad es el de ir de lo general a lo particular y que, por otro lado, por adelantados que estemos en el camino evolutivo, seguimos siendo siempre aprendices.
Sin necesidad de entrar en detalles sobre las otras iniciaciones superiores vedadas a los Aprendices, podemos considerarlas someramente a todas en este Grado. Esta particular Iniciación constituye, en realidad, un ensayo general de todo el drama que ha de desarrollarse en nuestra vida, visto a través de la Masonería.
De esta manera recalca al Iniciado la realidad que William Shakespeare intuyó de que este mundo es un escenario y que todos somos actores en él. Si bien debemos poner en su representación mente y corazón, no debemos olvidar que somos en realidad meros actores, y que debemos desempeñar nuestros papeles con el desapego que nos corresponde.
Este ensayo general tiene además un fundamento psicológico bien conocido. Este es que “la acción sigue al pensamiento”, y que “la visión de lo que queremos llegar a ser debe preceder lo que somos actualmente”. En adelante el iniciado debe tratar de vivir como si hubiera llegado al grado de evolución que le marca la iniciación tomada.
La ceremonia de Iniciación revela al mismo tiempo la fórmula de realización para cierta etapa de la vida. Nos sugiere que encaremos esa realización en forma científica, aplicando esa fórmula; que la pongamos a prueba y veamos si da el resultado anunciado. Podemos resumir diciendo que las iniciaciones masónicas nos muestran el camino que tenemos por delante para su comprobación. ¿Comprendemos por qué las iniciaciones se caracterizan por determinadas pruebas a las cuales se somete el Iniciado?
Para realizar esas comprobaciones en forma científica y evitar engañarnos es indispensable llevarlas a cabo con una mente abierta, desapasionada y libre de prejuicios. Para observar el cuadro es necesario salirnos de él.
Nada ayuda tanto para progresar por este camino como el desapego y el desapasionamiento. ¿Por qué? Porque estamos apegados a los intereses materiales y nos es necesario desprendernos de los lazos que nos atan a ellos en nuestro corazón. Es natural que tratemos de agarrarnos a las personas y a las cosas que nos rodean en la obscuridad en que nos movemos; y de ahí nuestro apego a los bienes materiales. También, como un árbol milenario, la raíz de nuestra existencia está firmemente arraigada en la tierra y no nos es fácil salir de ella y volver la atención a las energías que nos llegan de arriba, sin las cuales no podríamos vivir y de nada nos serviría la tierra.
Pero para progresar en el camino hacia la total liberación de limitaciones, es lógico que tengamos que desprendernos de esas ataduras mentales que limitan nuestra vida y dificultan los pasos que debemos dar hacia adelante.
El progreso es difícil llevando un peso muerto atado al pie. No podemos dar un paso adelante sin despegar el pie de donde está apoyado. No es posible adelantar por camino alguno sin dejar atrás o trascender muchas cosas. Continuar manteniendo posiciones de retaguardia que hace tiempo hemos trascendido, es querer salvarnos cometiendo suicidio. No podemos traficar con cosas que tenemos que trascender. Tenemos que ser enérgicos en este sentido. Debemos enfrentarnos con nosotros mismos y preguntarnos a qué cosas estamos dispuestos a renunciar para poder aceptar la nueva vida.
Cada iniciación verdadera constituye un punto de síntesis alcanzado en nuestra vida y debe marcar el final de una etapa de superación y el comienzo de otra.
Nuestro proceso evolutivo se compone de un proceso gradual de cortar lazos y desprenderse de ataduras que limitan la vida. El camino está libre. El primer desapego en la primera etapa de la vida se produce al cortarse el cordón umbilical de la mater. El segundo, al desprenderse, paso a paso, de las ataduras de la materia.
Para indicársenos que el desapego de los bienes e intereses materiales es uno de los primeros y más importantes pasos que debe dar el que inicia este camino, se le pide, al que quiere hacerlo, que entregue la “joyas y metales” que tenga. De esta forma se procura prepararlo y probarlo para el progreso en el camino que debe recorrer. No son los bienes materiales en sí los que limitan, sino el sentimiento de apego a ellos como a cualquier otra cosa. Para darnos a entender esto se nos devuelven finalmente los “metales”.
Cualquier vicio es, también, una atadura que limita e impide nuestro progreso. El materialismo y el apego a los bienes materiales pueden constituir una limitación, una esclavitud y una tiranía muchas veces peor que cualquier totalitarismo. Aunque la jaula sea de oro no deja de ser prisión.
Tomamos demasiado en serio nuestro papel como actores en este drama y olvidamos que todo es prestado en la obra que estamos realizando, que no somos más que simples administradores de los bienes que tenemos en nuestras manos. Nos aferramos a ellos como si pudiéramos adueñarnos de su forma y llevarlas con nosotros a la vida real, como si tuvieran un valor verdadero en vez del convencional.
Cuando actuemos como si las energías y los recursos de que disponemos con nuestros exclusivamente en vez de prestados, asumimos una actitud separativa, separándonos y excluyéndonos mentalmente de la fuente única de energías. Tratando de acaparar recursos, ponemos límites a nuestra posibilidad de progreso. Comprendiéndolo, debemos vencer esta tendencia a defraudar nuestro progreso.
Al quitársenos y entregársenos de nuevo los “metales” se nos indica, con ello, que los bienes materiales son prestados por un tiempo por el G.: A.: D.: U.: para ayudarnos a alcanzar un propósito más elevado de vida. Se nos devuelven cuando los hemos dedicado a ese fin y hemos probado con nuestra actitud que estamos dispuestos a utilizarlos en adelante como corresponde para la construcción del Templo del G.: A.: D.: U.:.
Lo que alcanzamos en cada paso adelante que damos por este camino de auto dedicación vale muchas veces más que lo que dejamos atrás. ¿Cómo cambiar, en este caso, de sacrificio? Sacrificio es, por el contrario, renunciar a lo más por lo menos.
La entrada
La entrada al Templo se inicia con tres golpes sobre la puerta, dando a entender que la triplicidad es el principio de todo lo que sigue. La puerta se abre sólo al que golpea en ella en forma adecuada, indicando la síntesis alcanzada.
Esto es sintomático de todas las “entradas” que seguirán. Basta golpear adecuadamente a las puertas en el camino para que indefectiblemente se vayan abriendo. Si no abren, podemos estar seguros, es porque no llamamos a ellas con la correcta actitud.
Si nos acercamos a este momento solemne de la Iniciación como el que está entrando por la puerta hacia una nueva experiencia de la vida, resultará indudablemente una realidad.
Para poder entrar al Templo y llevar a cabo la Iniciación, tenemos que pasar inevitablemente por entre dos columnas poderosas situadas a lados opuestos de su portal. Estas columnas tienen una importancia fundamental en el Templo. Constituyen el punto de partida de todo cuanto se realiza en él. Tanto es así que hablamos de levantar columnas cuando nos referimos a abrir una Logia, lo cual equivale a nacer a una nueva vida.
Este hecho lleva involucrado un mundo de significados. La primera vez que pasamos entre columnas lo hacemos a ciegas y sin darnos cuenta de ello, ya sea al iniciar una nueva vida en el Oeste o al nacer a ella. Luego lo hacemos con los ojos abiertos, conscientes de ello aunque no siempre de su significado. Lo repetimos después siempre que entramos al Templo o cuando nos poner al orden del Ven.: M.: para realizar algún trabajo.
Las dos columnas, “B” y “J” representan los pares de opuestos o la dualidad en nuestro ser: una el polo positivo, el espíritu o la mente y, la otra, el aspecto negativo, la materia o el corazón. Cada masón lleva en sí estas dos columnas. Constituyen las dos piernas sobre las cuales nos sostenemos y caminamos por el sendero hacia nuestro objetivo. Ambas son necesarias. Tratar de eliminar una de ellas para eliminar la lucha de los opuestos es como eliminar una de nuestras piernas. Faltando una de estas dos columnas se derrumba el Templo.
Lo primero que se hace con el neófito es ponerlo entre columnas, para que asuma el lugar de su verdadero ser y para indicarle, desde un principio, la posición de síntesis en medio de opuestos que debe caracterizarlo en adelante; que debe pasar a través de ellos en su búsqueda del camino medio del equilibrio, o sea la síntesis que únicamente puede llevarlo a su autorrealización. Lo que es más significativo aún, le indican que al pasar entre ellas, para entrar al Templo, tiene que dejarlas atrás… El que va por el camino medio de la síntesis vivirá en armonía con todo, aunque haya cosas que no estén en armonía con él.
Estas dos columnas le indican, asimismo, la solución de uno de los problemas más grandes y más difíciles que tendrá que afrontar en su camino de superación. A saber: el problema del sexo. El problema consiste en que los sexos están colocados en polos extremos. En un extremo está el aspecto positivo del hombre y en el otro el aspecto negativo de la mujer.
La solución de este problema, como la de todos, está en pasar por entre las dos columnas no en género neutro, sino en equilibrio, en armonía o sea en la síntesis de los dos sexos atraídos por algo superior a sí mismos que, reuniendo todo su poder creativo, los redima.
Estas dos columnas adquirirán un simbolismo bello y glorioso el día en que pasen entre ellas el hombre y la mujer tomados de la mano y en perfecta armonía uno con la otra, como si esas columnas tomaran vida y salieran andando.
Hay muchos otros significados ocultos detrás de estas dos columnas. Cada uno puede hallarlas si busca un poco. No nos será difícil si nos proponemos ser personas equilibradas, si siempre que entramos al Templo y pasamos entre las columnas “B” y “J” tenemos en cuenta que lo hacemos buscando el camino medio del equilibrio y la armonía en todo lo que realizamos allí dentro, dejando atrás los opuestos, los antagonismos y los separatismos para trabajar en completa unidad. Esto nos llevará a sumergir nuestra personalidad en la gran obra sintetizadora de la Masonería para surgir con los hermanos de nuestra Logia en la construcción de las tres cúpulas del Templo.
Los opuestos están tan lejos y a la vez tan cerca uno del otro como el Este del Oeste. Un buen sector de la Humanidad cree, en primera instancia, que para llegar a la Armonía es necesario eliminar la Oposición. Las dos columnas del Templo masónico nos muestran, sin embargo, otra solución: el surgimiento del camino medio o superior donde se unen ambos caminos en una síntesis, o sea donde reina silencio en ambas columnas, el punto donde se inicia el camino a lo infinito.
Los viajes
Este camino se inicia al abrirse para el neófito la puerta del Templo, que se halla ubicada al Oeste, símbolo de la oscuridad. El ignora a qué experiencias lo admite esa puerta. Para más, se lo introduce por ella con los ojos vendados para indicarle la gran oscuridad que caracteriza la etapa inicial de las experiencias por las que ha de atravesar.
Éstas, como queda señalado, no son inventadas por la Masonería. Están en conformidad con la estructura y la constitución del hombre y del universo, y de acuerdo con ciertas leyes que rigen el proceso creativo y evolutivo. Son universales y aplicables a todos los hombres. No podemos preguntar por qué son así más de lo que podemos inquirir acerca del porqué de fenómenos como el de la herencia, la evolución, la gravitación y el de causa y efecto. Debemos aceptarlas como son y conformarnos a sus leyes. Es con esta actitud que debemos atravesar la puerta de la Iniciación de la vida si queremos sacar el provecho que ella nos depare.
Los tropiezos que tenemos en la vida, los errores que cometemos, la manera en que equivocamos con frecuencia la dirección que deberíamos seguir, los temores y las aprensiones que nos embargan, son indicios de la oscuridad en que efectivamente vivimos.
La oscuridad es símbolo de limitación; y la luz significa para el eterno viajero la liberación de limitaciones. Aunque no la pueda ver por hallarse la luz muy lejos, intuye que la puerta iniciática de alguna manera o de otra lo conduce a ella. Presiente, en su búsqueda desesperada, que se halla en dirección al Oriente, y que se encuentra en el punto opuesto de donde él está
El órgano visual en este camino no es la vista ocular sino la mente. Es por esto que durante la ceremonia se le vendan los ojos al neófito. De esta manera se aguza su mente y no distrae su atención con las superficialidades que lo rodean y los compañeros que lo asisten. Son innumerables las indicaciones útiles que pueden derivarse para el neófito de todo lo que sucede durante la Iniciación si mantiene la debida atención.
El hecho de que va con los ojos vendados debe indicarle, asimismo, que la ceguera de su vida no es real y que debe buscar la manera de despojarse de la venda que cubre sus ojos; que la luz está allí y si no la ve es porque aparta la vista de ella para mirar en la oscuridad. En realidad, aunque se resista a admitirlo, le gusta la oscuridad mucho más que la luz. El hecho de que permanezca en ella lo comprueba. Salir de la oscuridad, depende de él solamente.
Sin perder de vista el objetivo lejano de iluminación y realización, la Iniciación nos insta a fijarnos metas inmediatas y tratar de alcanzarlas una tras otra. estas metas están definidas por la Masonería en sus tres grados: el de Aprendiz, el de Compañero y el de Maestro, los cuales están esbozados en la primera Iniciación.
Los tres viajes que realiza en ella le indican al iniciado que tiene por delante un camino que recorrer y que éste consta de tres etapas. También tratan de mostrarle que todo en la vida se desenvuelve en ciclos, y que cada etapa del camino equivale a un determinado ciclo de evolución. Es por esto que los tres viajes se realizan en forma circular. Parten y terminan entre columnas para indicar el punto de síntesis a que es indispensable llegar en cada ciclo evolutivo.
Son viajes simbólicos a través de la vida de todo hombre. Durante el transcurso de la misma camina tanteando y tropezando torpemente en la oscuridad hasta el final del tercer viaje en que recibe la luz directa de la intuición y cae finalmente la venda de sus ojos también, como en la vida real, al neófito se lo puede orientar o conducir, pero no arrastrarlo o cargarlo -tiene que dar los pasos por su propio esfuerzo y consciente de lo que hace, pues ésta es una empresa de realización propia.
El primer viaje es por aire, porque en él recibimos el aliento de vida necesario para iniciar el camino y la nueva vida la cual nacemos. Esta etapa requiere mucho aliento. Se desenvuelve en el plano físico e involucra las actividades del cuerpo etérico, vital y físico. Durante esta etapa el viajero se halla sumido en el materialismo y las satisfacciones materiales, y lo dominan sus apetitos y su personalismo.
Inicia esta etapa de su vida en medio del trepidar de espadas en la lucha de opuestos dentro de sí. Su meta, al final de este viaje, es llegar al punto de síntesis o armonía entre los opuestos. esto lo consigue a través de la integración de su personalidad.
El primer viaje lo lleva al 2º Vigilante, el cual representa la personalidad o nuestra naturaleza material. El viaje termina entre columnas.
El segundo viaje es por agua. El agua simboliza la naturaleza emocional y esta etapa se caracteriza por el emocionalismo y las grandes luchas internas que finalmente conducen al caminante al sitial del 1er Vigilante.
El tercer viaje es por fuego, el cual simboliza nuestra naturaleza mental. En esta etapa el peregrino, tras consumirse en un fuego sagrado resucita a una nueva vida, espiritualizado y liberado de sus limitaciones, habiendo escalado las tres gradas al trono del espíritu o ser supremo entre nosotros, representado éste por el Venerable Maestro de la Logia. Cae la venda de los ojos. Todo se ilumina entonces en la logia individual y colectiva.
Aquí terminan los viajes, habiendo alcanzado simbólicamente su objetivo.
Lo usual es que el Iniciado haya empezado a escalar en esta Iniciación, apenas el primero de los tres peldaños que lo llevarán al trono del Venerable Maestro. O que, en realidad, esté en el segundo o tercer escalón, por hallarse ya en esa etapa de su evolución.
Al final de tantas vueltas el viajero termina regresando a sí mismo, encontrando dentro de sí la luz que buscó con tanto ahínco por tierras extrañas y con experiencias no siempre agradables. Los viajes le parecían entonces interminables, pero al final ve que no eran tan largos después de todo. En la realidad es así, aunque solemos impacientarnos por lo lento que nos parece el progreso.
Cuando los realizamos con los ojos vendados durante la ceremonia de Iniciación nos parecen extensos, pero al quitarnos la venda de los ojos, nos sorprende ver cuán reducido era el espacio en que nos movimos, pues como en una espirales tuvimos dando vueltas en el mismo sitio.
Esto nos indica que el camino está dentro del espacio de nosotros mismos, cada uno es una logia en funcionamiento. Las iniciaciones que recibimos en las Logias formales son sólo simbólicas. Las verdaderas las recibimos en nuestra logia individual. Éstas siempre coinciden en sus grados con las primeras.
Sacamos de ello en conclusión que el hecho de haber realizado estos viajes sobre baldosas negras y blancas que tuvimos por suelo, las cuales simbolizan los pares opuestos, nos insta a mantener a éstas bajo nuestros pies, es decir, bajo control, a ser superiores a sus luchas y fluctuaciones, a mantener serenidad, equilibrio y armonía en todo momento, afirmados sobre lo inconmovible de nuestro espíritu y la seguridad de lo inevitable de nuestra meta de autorrealización.
El final
Las palabras y sus expresiones frecuentes resultan inadecuadas para explicar las experiencias y los misterios de la vida y del ser. Siempre que intentamos hacerlo corremos el riesgo de desorientar a quienes queremos ayudar. Y la inofensividad debe ser la regla número uno de nuestra vida. De aquí que se le exija al Aprendiz la promesa de ser reservado en sus declaraciones sobre todo lo que se le va revelando.
Sus conocimientos, por ser relativos, parciales e incompletos, están sujetos a conclusiones erróneas. Sólo cuando posea la luz directa e la intuición que le permita un conocimiento completo de las cosas estará en condiciones de sopesar y valorar las consecuencias de sus afirmaciones.
Mientras tanto debe dedicarse pacientemente a la tarea de someter al crisol de la experiencia todas las indicaciones que reciba sobre el camino a seguir y los supuestos secretos que le revelen sobre la vida y el ser, para poder extraer de ellos el oro puro de la Realidad. La ayuda más efectiva que se le puede ofrecer al caminante es estimularlo a que haga esto, si es posible, con el fin de capacitarse para ayudar con la fortaleza adquirida, a los compañeros en el sendero de la superación.
El proceso evolutivo es una cadena, y todos somos eslabones de esa cadena. La unidad es la característica esencial del universo y debe serlo también en nuestra Logia, tanto en la colectiva como en la individual. El desarrollar la conciencia de la realidad de esa unidad es el objetivo de todos nuestros trabajos. De la unidad personal pasamos a la unidad grupal de la Logia y de ésta a la conciencia de la unidad universal. Para que la tengamos siempre presente está la cadena que rodea el templo masónico.
Esta unidad es evidentemente subjetiva. La cadena material y superficial significa esclavitud. En todos los órdenes de la vida debemos elegir diariamente entre la cadena de la unidad y la cadena de la esclavitud. Sólo de la unidad subjetiva viene la armonía y la fuerza. Esa unidad tiene una sola amalgama en todo el universo: el amor.
Al final del drama evolutivo que se ha realizado en la ceremonia de Iniciación, como es costumbre, salen a escena todos los que han actuado en él. Como broche final se forma la cadena masónica. este último acto tiene por finalidad dejar grabado en la mente de éste, como resumen de todo lo actuado, que debe esforzarse por eliminar de sí todo sentido de separación, porque no existe, en realidad, separación alguna subjetiva entre un hermano y otro. El más débil del grupo debilitará al conjunto; es decir, el grupo no será más fuerte que el más débil de sus integrantes. Deben progresar juntos por fuerza. En bien del conjunto, todos estarán dispuestos a ayudar al Aspirante.
Siendo éste el más nuevo, se lo considera el más débil del grupo; y se lo insta, en bien de todos, que acelere el trabajo de su autorrealización. Se le crea esta obligación moral desde el momento que acepta entrar a formar parte del grupo que constituye la Logia.
Cada iniciación individual es, a la vez, una Iniciación grupal ya que solamente unidos podemos progresar. Cuando adelantamos en nuestra evolución individual atraemos hacia nosotros a todo el grupo.
Debido a que somos reproducciones del universo, que somos partes inseparables del mismo y que éste se halla dentro de nosotros, cada iniciación que realizamos en nuestro camino evolutivo constituye una iniciación universal, todo el universo participa en ella.
Simbólica y efectivamente en cada Iniciación nos abrazamos a los hermanos en tres ocasiones. De ahí el triple abrazo de síntesis al final de cada iniciación, con todo el significado que involucra.
Toda iniciación es el comienzo de algo. Nuestras iniciaciones masónicas han sido el comienzo ¿de qué en nuestras vidas?
http://www.fenixnews.com/
FILOSOFIA DE LA MASONERIA
Giuliano Di Bernardo<br />
FILOSOFIA DE LA MASONERIA<br />
La imagen masónica del hombre<br />
LOS ORÍGENES MODERNOS DE LA MASONERÍA<br />
El término "Masonería" o "Francmasonería" es de origen francés, y se deriva de "Mas-zum", "Massounemestre". Llevado a Inglaterra por los normandos, se transforma en este país en "Freemason". El término "Mason" sin el prefijo "Free" ya aparece en 1292 en un documento relativo a la construcción de una capilla en el palacio de Westminster. La expresión "Francmasonería" aparece por primera vez en 1375, en una anotación referente a una reunión de representantes de corporaciones ciudadanas en Londres. La misma expresión se encuentra en el año 1396 en una lista de trabajadores dedicados a la construcción de la catedral de Exeter. Son muchas las interpretaciones del término "Francmasonería" (Freemasonry), lo que demuestra que todavía subsisten dudas en cuanto a su significado original.<br />
Por lo que se refiere a los orígenes de la Masonería, es necesario establecer una distinción entre leyenda e historia. Sobre los orígenes legendarios o míticos se habla ya en las Consti-tuciones de Anderson de 1723, donde se afirma que la Masonería tiene su inicio en Adán, creado a imagen y semejanza del Gran Arquitecto del Universo. Adán enseñó la Albañilería a sus hijos. Caín construyó una ciudad que dedicó a Enoc, su primer hijo. Noé, noveno des-cendiente de Seth, construyó el Arca siguiendo las reglas de la Albañilería. Después del Diluvio, Noé y sus tres hijos trasmitieron a sus descendientes las tradiciones y las Artes de la Albañilería. Tal Arte se difundió a través de Grecia y Sicilia, para alcanzar después su punto culminante con el Imperio Romano. En Bretaña, después de los romanos, se perdió todo el conocimiento del Arte. Es mérito de Carlos Martel que Inglaterra, después de las invasiones sajonas, recuperara las tradiciones del Arte de la Albañilería. Anderson continúa así su "historia" de la Masonería hasta llegar a su propia época.<br />
Estas leyendas deben interpretarse en su significado simbólico y esotérico, y expresan la convicción de que la Masonería ha existido desde los mismos orígenes del hombre, puesto que refleja una profunda exigencia del ánimo humano. La Masonería nace con el hombre y con él evoluciona. Así como es innato en el hombre el sentido de la religiosidad y la sa-cralidad, así es innato el sentido de la universalidad ética masónica. La Masonería representa, por lo tanto, una particular acentuación de una dimensión insuprimible del hombre: la dimensión ética, orientada por la transcendencia, que se expresa según modalidades iniciáticas.<br />
Para caracterizar los orígenes modernos de la Masonería es oportuno explicitar el paso de la Masonería operativa a la Masonería especulativa. Conviene observar, a este respecto, que la Masonería nunca ha sido puramente operativa, es decir, dedicada única y exclusivamente a la construcción material de los Templos. En cambio, también ha perseguido siempre fines especulativos, sobre la base de principios religiosos compartidos. La pregunta que se plantea es la siguiente: ¿de qué manera y por qué razón se produjo la transformación de la Masonería artesanal y operativa en Masonería espiritual y especulativa, que, siempre conservando la antigua tradición simbólica, se convirtió en expresión de una actividad universal para la construcción de un Templo ideal? Una primera causa de esta transformación tiene su origen en el declive del fundamento operativo: ya en los siglos XV y XVI las corporaciones de albañiles, dedicados principalmente a la construcción de catedrales, entran en crisis y se disuelven a partir de la mitad del siglo XVI. Una segunda causa, relacionada con la primera, es la presencia, en las corporaciones, de los llamados miembros "aceptados". La costumbre de admitir miembros "aceptados" es antiquísima: las corporaciones siempre aceptaron a eclesiásticos y miembros de la nobleza, expresión de poderes diferentes pero fundamentales para la existencia de las propias corporaciones. Pero, al acentuarse la crisis del fundamento operativo, el número de los "aceptados" aumentó de tal manera que pronto superó amplia-mente al de los trabajadores. De esta forma, la actividad operativa pasó a un segundo plano, al tiempo que la actividad simbólica para la construcción de un Templo espiritual e invisible llegó a convertirse en el objetivo principal de la "nueva" Masonería.<br />
La transformación del carácter operativo en especulativo se produce primeramente en las Logias inglesas, puesto que en aquella época solamente en Inglaterra existe una Masonería tradicional todavía viva, aunque en decadencia en el nivel operativo. Por el contrario, en Francia y Alemania, las confraternidades de constructores libres, acusadas de fomentar des-órdenes sociales y religiosos, se ven obligadas a limitar su propia actividad a las obras de beneficencia. Esto explica la razón por la cual solamente en Gran Bretaña subsisten las condiciones para el nacimiento de la Masonería moderna.<br />
El nacimiento de la Masonería especulativa trae consigo el peligro de desvirtuar la auténtica tradición transmitida durante siglos en las Logias de los francmasones. En efecto, si por una parte, la apertura del Templo a los "aceptados" y a sus ideas culturales, religiosas, políticas y sociales presenta la indudable ventaja de universalizar un terreno hasta entonces limitado a las necesidades de los maestros trabajadores, por otra entraña el riesgo de provocar conflictos entre los partidarios de las diversas tendencias. Y así se va abriendo camino la idea de crear un organismo masónico supremo, con el cometido principal de juzgar la regularidad de las Logias. El 24 de junio de 1717, el día de San Juan, cuatro Logias de Londres, El Ganso y la Parrilla (The Goose and Gridiron), La Corona (The Crown), El Manzano (The Apple Tree) y La Copa y la Uva (The Rummer and Grapes), deciden organizarse en una Gran Logia. Pocos años más tarde, sobre la base de estos simples orígenes, se desarrolla un movimiento ideal que se difunde por todo el mundo. Sigamos las fases iniciales de dicha difusión en Europa y en los Estados Unidos, destacando casos particularmente significativos y sin ninguna pretensión de un estudio sistemático.<br />
En Europa, un puesto de primer plano corresponde a Gran Bretaña. En 1717 no todas las Logias se adhieren a la nueva Gran Logia de Londres. Muchos masones siguen todavía vin-culados a la tradición operativa, y, con respecto al Cristianismo hasta entonces compartido por todas las Logias, consideran como una innovación revolucionaria la asunción del deísmo como fundamento de una religión natural con la que todos los hombres estén de acuerdo. Por consiguiente, la invitación a la tolerancia, se interpreta como un renegar de los principios masónicos más elevados. Por otra parte, las Logias de las provincias no están dispuestas a renunciar a su propia autonomía. Así, la Logia de York se convierte en punto de referencia de toda la oposición a la Gran Logia y, en 1725, toma el nombre de Gran Logia de Toda Inglaterra (Grand Lodge of All England). Se va a crear así una fractura en la Masonería inglesa: por una parte, existe la Gran Logia de Londres, que agrupa a los masones denominados Moderns, mientras que, por otra, se constituye la Gran Logia de los Masones Libres y Aceptados Según las Viejas Instituciones (The Grand Lodge of the Free and Accep-ted Masons According to the Old Institutions), cuyos miembros se denominan Antients. A pesar de las inevitables polémicas, el prestigio de la Masonería inglesa crece en tal medida que miembros de todos los grupos sociales aspiran a ingresar en la misma. Miembros de la familia real reciben la iniciación, asumiendo puestos de gran prestigio dentro de las dos Grandes Logias. Aunque los conflictos van atenuándose, habrá que esperar hasta 1813 para asistir a la reconciliación de las dos Grandes Logias, que, en base a un acuerdo denominado Acta de Unión (Articles of Union), dan origen a la Gran Logia Unida de los Antiguos Masones Libres de Inglaterra (United Grand Lodge of Ancient Freemasons of England). Los motivos que habían provocado la fractura entre los masones ingleses van siendo eliminados o atenuados sabiamente. Por ejemplo, la religión deísta de Anderson se sustituye por una forma de teísmo personal. Además, si bien por una parte se conserva el espíritu de la tradición, por otra, como elemento innovador, se acepta el principio de la tolerancia, impuesto por las nuevas exigencias liberales de la sociedad inglesa en base a las cuales el dios de los masones ya no es únicamente el cristiano. A 1a Gran Logia Unida de Inglaterra se le reconoce el título de Gran Logia Madre del Mundo.<br />
En Francia, la Masonería sigue itinerarios que, en ciertos aspectos, presentan características sumamente particulares. Se reivindican, ante todo, sus orígenes modernos: en 1777, el Gran Oriente de Francia admite explícitamente que la constitución de la Logia vinculada al regi-miento de la Guardia Real Irlandesa se remonta al año 1688, año en el que la Masonería hace su aparición en Francia con la llegada de los Estuardo y de sus regimientos escoceses e irlandeses. Por lo tanto, la Masonería nace en Francia incluso antes de la creación en 1717 de la Gran Logia de Londres.<br />
La Masonería se difunde en Francia rápidamente, ya sea porque en este país se encuentra un modo para superar las dificultades para la admisión de las mujeres en las Logias (son mu-chas y de alto nivel social las mujeres que, durante este período, desempeñan un papel de primer orden en la afirmación de las ideas masónicas), o bien por la no aplicación de las bulas de excomunión papales (en efecto, el Parlamento, que habría debido ratificarlas, no lo hizo nunca).<br />
En 1738, una asamblea de todas las Logias "inglesas" y "escocesas" crea La Grande Loge de France, y nombra Gran Maestre a Louis de Pardoillan de Gondrin, duque de Antin. A su muerte, surgen celos y conflictos que comprometen la estabilidad de la Masonería. Para remediar este estado de cosas, se constituye en 1773 Le Grand Orient de France, que impone estatutos formales y regula las relaciones entre las Logias. Sin embargo, no todos los masones aceptan las decisiones del nuevo Gran Oriente, y se mantienen fieles a la Grande Loge de France. Ambas obediencias subsisten hasta la Revolución.<br />
El Gran Oriente confiere a la Masonería francesa un fundamento inspirado en la libertad y la igualdad. Nace la Logia Les Neuf Soeurs, que se convierte en punto de encuentro de los espíritus más iluminados de la época: Montesquieu, Diderot, Helvetius, Lalande, Condorcet, Lacépéde, el marqués de La Fayette, d' Alembert, André Chénier, y tantos otros nombres ilustres como el abate Sieyes, Camille Desmoulins, Danton, se encuentran entre sus columnas. Pero también otras Logias acogen nombres importantes, como Mirabeau, Beauharnais, Beaumarchais, Joseph de Maistre, el barón Holbach, Massena, Talleyrand, para no citar sino a los más destacados. A la edad de 84 años, en presencia de 250 ilustres Hermanos, Voltaire recibe la iniciación en la Logia Les Neuf Soeurs.<br />
La Masonería se convierte en Francia en la más alta expresión de los movimientos ideales y culturales del siglo XVIII, difundiéndose entre los más autorizados exponentes de la bur-guesía, el clero, la nobleza, la justicia, el ejército y la cultura.<br />
En 1789, el estallido de la Revolución marca los diferentes destinos de los masones france-ses: algunos de ellos, como Talleyrand, La Fayette, Danton, Sieyes, Charnfort, Condorcet y Marat se encuentran entre los protagonistas, mientras que otros, como Calonne, Montmorency, resisten o emigran. El patíbulo no hará distinción alguna entre realistas y revolucio-narios.<br />
Entre las vicisitudes que caracterizan el desarrollo de la Masonería en Francia, merece particular atención la supresión en 1877 de la fórmula del Gran Arquitecto del Universo, con el fin de afirmar, de la manera más clara posible, el principio de la libertad de conciencia. De este modo, la Masonería francesa se substrae al compromiso de pronunciarse sobre la naturaleza del Gran Arquitecto del Universo. Esta decisión está destinada a provocar profundas diferencias con las otras Obediencias del mundo. Inmediatamente la Masonería inglesa rompe sus relaciones con el Gran Oriente de Francia, no sólo porque considera que la abolición de la fórmula del Gran Arquitecto del Universo puede dar entrada en las Logias al ateísmo y al materialismo, sino también (y sobre todo) porque ello significa una ruptura con los usos y costumbres de la Masonería antigua y moderna, caracterizados desde siempre por la referencia al Gran Arquitecto del Universo.<br />
También en Alemania las primeras Logias modernas son de origen inglés. La primera Logia alemana se funda en el año 1737, en Hamburgo, y toma el nombre, algunos años más tarde, de Absalon. A esta Logia le corresponde el honor de iniciar, el 14 de agosto de 1738, al príncipe heredero de Prusia, el futuro Federico II, que tanto trabajó por el prestigio de la Masonería en Europa. Al fraccionamiento de los Estados alemanes en el siglo XVIII, co-rresponde una miríada de Grandes Logias. Por ello, la historia de la Masonería alemana se identifica con la historia de esas Grandes Logias, que hoy son las siguientes:<br />
La Gran Logia Real de los Tres Globos; La Gran Logia de los Libres Masones de Alema-nia; La Gran Logia de Prusia; La Gran Logia de Hamburgo; La Gran Logia "El Sol"; La Gran Logia Madre de la Unión Masónica Ecléctica; La Gran Logia Masónica "de la Concordia"; La Gran Logia Nacional de Sajonia; La Gran Logia de la Cadena Fraterna Ale-mana; La Unión Masónica "del Sol Levante"; La Gran Logia Simbólica de Alemania.<br />
Pese a la proliferación de Grandes Logias, la Masonería alemana ofrece algunos caracteres típicos. El espíritu romántico y el interés por lo trascendental, que desde siempre la cultura alemana ha expresado, encuentran un terreno fértil en la tradición iniciática y esotérica de la Masonería. El Templo se convierte en punto de encuentro de cultivadores de alquimia, magia, hermetismo, teúrgia, cábala. Tampoco faltan formas de misticismo. El pensamiento vuela hacia lo inefable y el misterio. Las reacciones ante la Ilustración francesa e inglesa llevan a una reconsideración de los aspectos más esotéricos del hombre, en una perspectiva universalista y cosmopolita. La Masonería alemana aspira a una filosofía propia, como ates-tiguan las obras de sus más ilustres hijos; G.E. Lessing, C. Wieland, H. Herder, 1. Van Go-ethe, J. G. Fiehte, L. Wemer, W.A. Mozart y F. Haydn.<br />
Al considerar la evolución de la Masonería alemana, es importante mencionar el movimiento de los Iluminados de Baviera, que se presenta como una asociación de asistencia mutua con fines de educación social y científica. Aunque los Iluminados no tienen nada que ver con la Masonería, se infiltran en las Logias y se apropian del trabajo iniciático de las mis-mas, provocando gran confusión y turbación. Los Iluminados, y con ellos los Masones, son acusados de conspirar contra el Estado y la Iglesia, iniciándose la persecución. En 1784 el Duque Elector de Baviera promulga un decreto contra todas las confraternidades instituidas sin concesión soberana. El movimiento de los Iluminados, seriamente golpeado por éste y por otras ordenanzas se encamina rápidamente hacia la extinción. Desaparece definitiva-mente al inicio de la Revolución francesa.<br />
También en Italia, la primera Logia la fundan masones ingleses, en Florencia y hacia el año 1730. Sucesivamente, la Masonería se difunde por toda la península: Roma, Nápoles, Pa-dua, Venecia, Módena, Livorno, Lucca, por no mencionar sino las ciudades más importan-tes. Los inicios y primeros desarrollos de la Masonería en Italia no encuentran particulares dificultades. Al contrario, en Italia la Masonería se sitúa en el marco de una tradición iniciática que ha mantenido su vitalidad en los siglos precedentes, y a la cual ofrece importantes aportaciones. El primer trauma se produce en 1738, con la excomunión promulgada por el papa Clemente XII. El pontífice acusa a los masones de conspirar contra la religión, y prohíbe a los católicos el acceso a las Logias masónicas. Se inicia así el primer acto de un drama que también se desarrollará en los siglos sucesivos, y que comprometerá gravemente las relaciones entre la Masonería y la Iglesia Católica.<br />
Hacia finales del siglo XVIII, el panorama masónico italiano aparece bastante diversificado: existen talleres vinculados a la Gran Logia de Londres, otros al Gran Oriente de Holanda y a la Logia Madre Escocesa de Marsella, mientras que otros están influenciados por la Maso-nería alemana y por los Iluminados de Baviera.<br />
En el siglo XVIII, la Masonería se difunde rápidamente en Europa Central y en los Balca-nes, en Suiza, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Suecia, Dinamarca, Noruega, Islandia, Rusia, Polonia, Finlandia, España y Portugal.<br />
En las colonias inglesas de América existe desde 1730 un Gran Maestro Provincial. La pri-mera Logia se constituye en Filadelfia en el año 1731, Y en ella recibe la iniciación Ben-jamín Franklin, que más adelante llegará a ser Venerable de la misma. A Franklin se debe la primera edición impresa de las Constituciones de Anderson. El 4 de noviembre de 1752 en Virginia, en la Logia Frederickburg es iniciado George Washington. Se crean otras Logias en todas las colonias de América.<br />
Cuando se produce el estallido de la Revolución, la Masonería representa el único vínculo ideal que une a hombres procedentes de países diversos, con religiones diversas, y some-tidos a la obediencia de diferentes leyes y estatutos promulgados en las trece colonias. Esto permite comprender la razón por la cual, en la revuelta contra la Madre Patria, los Masones desempeñan un papel de protagonistas. La Francmasonería representa un ideal que permite superar las dificultades internas y que enciende la antorcha de la profunda e inevitable unidad nacional. En Boston, ciudad rica y abierta cultural mente, la Logia San Andrés se con-vierte en el centro de la rebelión. Los artífices de la Revolución por la libertad del pueblo americano son, en efecto, masones. Entre ellos, cabe recordar: G. Washington, B. Franklin, G. Otis, S. Adams, A. Hamilton, P. Henry, J. Marshall, J. Madison, E. Allen, el barón alemán Steuben, La Fayette y tantos otros. Cincuenta de los cincuenta y seis firmantes de la Declaración de Independencia son masones. Sin embargo, no todos los masones están con Washington: muchos afiliados a las llamadas Logias modernas toman partido por Inglaterra.<br />
La Revolución americana se beneficia de la aportación, ideal y material, de algunas impor-tantes personalidades europeas, como, por ejemplo, La Fayette, exportados a Europa, y sobre todo a Francia. Franklin, ministro plenipotenciario de los Estados Unidos de Améri-ca del Norte en París, es en esta ciudad nombrada Venerable de la famosa Logia "Las Nueve Hermanas" y, en ese marco, da a conocer los elevados ideales de humanidad que los Her-manos americanos han alcanzado a través de la Revolución.<br />
La Masonería se difunde rápidamente en América Central (México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Haití, República Dominicana, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Cuba, Jamaica y Puerto Rico) y en América del Sur (Colombia, Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú, Paraguay, Uruguay, Chile).<br />
La Masonería también se propaga en Asia y Oceanía, en África, en Australia y en Nueva Zelanda. Hacia mediados del siglo XVIII, todo el mundo ha recibido la luz masónica.

El término “Masonería” o “Francmasonería” es de origen francés, y se deriva de “Mas-zum”, “Massounemestre”. Llevado a Inglaterra por los normandos, se transforma en este país en “Freemason”. El término “Mason” sin el prefijo “Free” ya aparece en 1292 en un documento relativo a la construcción de una capilla en el palacio de Westminster. La expresión “Francmasonería” aparece por primera vez en 1375, en una anotación referente a una reunión de representantes de corporaciones ciudadanas en Londres. La misma expresión se encuentra en el año 1396 en una lista de trabajadores dedicados a la construcción de la catedral de Exeter. Son muchas las interpretaciones del término “Francmasonería” (Freemasonry), lo que demuestra que todavía subsisten dudas en cuanto a su significado original.
Por lo que se refiere a los orígenes de la Masonería, es necesario establecer una distinción entre leyenda e historia. Sobre los orígenes legendarios o míticos se habla ya en las Consti-tuciones de Anderson de 1723, donde se afirma que la Masonería tiene su inicio en Adán, creado a imagen y semejanza del Gran Arquitecto del Universo. Adán enseñó la Albañilería a sus hijos. Caín construyó una ciudad que dedicó a Enoc, su primer hijo. Noé, noveno des-cendiente de Seth, construyó el Arca siguiendo las reglas de la Albañilería. Después del Diluvio, Noé y sus tres hijos trasmitieron a sus descendientes las tradiciones y las Artes de la Albañilería. Tal Arte se difundió a través de Grecia y Sicilia, para alcanzar después su punto culminante con el Imperio Romano. En Bretaña, después de los romanos, se perdió todo el conocimiento del Arte. Es mérito de Carlos Martel que Inglaterra, después de las invasiones sajonas, recuperara las tradiciones del Arte de la Albañilería. Anderson continúa así su “historia” de la Masonería hasta llegar a su propia época.
Estas leyendas deben interpretarse en su significado simbólico y esotérico, y expresan la convicción de que la Masonería ha existido desde los mismos orígenes del hombre, puesto que refleja una profunda exigencia del ánimo humano. La Masonería nace con el hombre y con él evoluciona. Así como es innato en el hombre el sentido de la religiosidad y la sa-cralidad, así es innato el sentido de la universalidad ética masónica. La Masonería representa, por lo tanto, una particular acentuación de una dimensión insuprimible del hombre: la dimensión ética, orientada por la transcendencia, que se expresa según modalidades iniciáticas.
Para caracterizar los orígenes modernos de la Masonería es oportuno explicitar el paso de la Masonería operativa a la Masonería especulativa. Conviene observar, a este respecto, que la Masonería nunca ha sido puramente operativa, es decir, dedicada única y exclusivamente a la construcción material de los Templos. En cambio, también ha perseguido siempre fines especulativos, sobre la base de principios religiosos compartidos. La pregunta que se plantea es la siguiente: ¿de qué manera y por qué razón se produjo la transformación de la Masonería artesanal y operativa en Masonería espiritual y especulativa, que, siempre conservando la antigua tradición simbólica, se convirtió en expresión de una actividad universal para la construcción de un Templo ideal? Una primera causa de esta transformación tiene su origen en el declive del fundamento operativo: ya en los siglos XV y XVI las corporaciones de albañiles, dedicados principalmente a la construcción de catedrales, entran en crisis y se disuelven a partir de la mitad del siglo XVI. Una segunda causa, relacionada con la primera, es la presencia, en las corporaciones, de los llamados miembros “aceptados”. La costumbre de admitir miembros “aceptados” es antiquísima: las corporaciones siempre aceptaron a eclesiásticos y miembros de la nobleza, expresión de poderes diferentes pero fundamentales para la existencia de las propias corporaciones. Pero, al acentuarse la crisis del fundamento operativo, el número de los “aceptados” aumentó de tal manera que pronto superó amplia-mente al de los trabajadores. De esta forma, la actividad operativa pasó a un segundo plano, al tiempo que la actividad simbólica para la construcción de un Templo espiritual e invisible llegó a convertirse en el objetivo principal de la “nueva” Masonería.
La transformación del carácter operativo en especulativo se produce primeramente en las Logias inglesas, puesto que en aquella época solamente en Inglaterra existe una Masonería tradicional todavía viva, aunque en decadencia en el nivel operativo. Por el contrario, en Francia y Alemania, las confraternidades de constructores libres, acusadas de fomentar des-órdenes sociales y religiosos, se ven obligadas a limitar su propia actividad a las obras de beneficencia. Esto explica la razón por la cual solamente en Gran Bretaña subsisten las condiciones para el nacimiento de la Masonería moderna.
El nacimiento de la Masonería especulativa trae consigo el peligro de desvirtuar la auténtica tradición transmitida durante siglos en las Logias de los francmasones. En efecto, si por una parte, la apertura del Templo a los “aceptados” y a sus ideas culturales, religiosas, políticas y sociales presenta la indudable ventaja de universalizar un terreno hasta entonces limitado a las necesidades de los maestros trabajadores, por otra entraña el riesgo de provocar conflictos entre los partidarios de las diversas tendencias. Y así se va abriendo camino la idea de crear un organismo masónico supremo, con el cometido principal de juzgar la regularidad de las Logias. El 24 de junio de 1717, el día de San Juan, cuatro Logias de Londres, El Ganso y la Parrilla (The Goose and Gridiron), La Corona (The Crown), El Manzano (The Apple Tree) y La Copa y la Uva (The Rummer and Grapes), deciden organizarse en una Gran Logia. Pocos años más tarde, sobre la base de estos simples orígenes, se desarrolla un movimiento ideal que se difunde por todo el mundo. Sigamos las fases iniciales de dicha difusión en Europa y en los Estados Unidos, destacando casos particularmente significativos y sin ninguna pretensión de un estudio sistemático.
En Europa, un puesto de primer plano corresponde a Gran Bretaña. En 1717 no todas las Logias se adhieren a la nueva Gran Logia de Londres. Muchos masones siguen todavía vinculados a la tradición operativa, y, con respecto al Cristianismo hasta entonces compartido por todas las Logias, consideran como una innovación revolucionaria la asunción del deísmo como fundamento de una religión natural con la que todos los hombres estén de acuerdo. Por consiguiente, la invitación a la tolerancia, se interpreta como un renegar de los principios masónicos más elevados. Por otra parte, las Logias de las provincias no están dispuestas a renunciar a su propia autonomía. Así, la Logia de York se convierte en punto de referencia de toda la oposición a la Gran Logia y, en 1725, toma el nombre de Gran Logia de Toda Inglaterra (Grand Lodge of All England). Se va a crear así una fractura en la Masonería inglesa: por una parte, existe la Gran Logia de Londres, que agrupa a los masones denominados Moderns, mientras que, por otra, se constituye la Gran Logia de los Masones Libres y Aceptados Según las Viejas Instituciones (The Grand Lodge of the Free and Accep-ted Masons According to the Old Institutions), cuyos miembros se denominan Antients. A pesar de las inevitables polémicas, el prestigio de la Masonería inglesa crece en tal medida que miembros de todos los grupos sociales aspiran a ingresar en la misma. Miembros de la familia real reciben la iniciación, asumiendo puestos de gran prestigio dentro de las dos Grandes Logias. Aunque los conflictos van atenuándose, habrá que esperar hasta 1813 para asistir a la reconciliación de las dos Grandes Logias, que, en base a un acuerdo denominado Acta de Unión (Articles of Union), dan origen a la Gran Logia Unida de los Antiguos Masones Libres de Inglaterra (United Grand Lodge of Ancient Freemasons of England). Los motivos que habían provocado la fractura entre los masones ingleses van siendo eliminados o atenuados sabiamente. Por ejemplo, la religión deísta de Anderson se sustituye por una forma de teísmo personal. Además, si bien por una parte se conserva el espíritu de la tradición, por otra, como elemento innovador, se acepta el principio de la tolerancia, impuesto por las nuevas exigencias liberales de la sociedad inglesa en base a las cuales el dios de los masones ya no es únicamente el cristiano. A 1a Gran Logia Unida de Inglaterra se le reconoce el título de Gran Logia Madre del Mundo.
En Francia, la Masonería sigue itinerarios que, en ciertos aspectos, presentan características sumamente particulares. Se reivindican, ante todo, sus orígenes modernos: en 1777, el Gran Oriente de Francia admite explícitamente que la constitución de la Logia vinculada al regimiento de la Guardia Real Irlandesa se remonta al año 1688, año en el que la Masonería hace su aparición en Francia con la llegada de los Estuardo y de sus regimientos escoceses e irlandeses. Por lo tanto, la Masonería nace en Francia incluso antes de la creación en 1717 de la Gran Logia de Londres.
La Masonería se difunde en Francia rápidamente, ya sea porque en este país se encuentra un modo para superar las dificultades para la admisión de las mujeres en las Logias (son mu-chas y de alto nivel social las mujeres que, durante este período, desempeñan un papel de primer orden en la afirmación de las ideas masónicas), o bien por la no aplicación de las bulas de excomunión papales (en efecto, el Parlamento, que habría debido ratificarlas, no lo hizo nunca).
En 1738, una asamblea de todas las Logias “inglesas” y “escocesas” crea La Grande Loge de France, y nombra Gran Maestre a Louis de Pardoillan de Gondrin, duque de Antin. A su muerte, surgen celos y conflictos que comprometen la estabilidad de la Masonería. Para remediar este estado de cosas, se constituye en 1773 Le Grand Orient de France, que impone estatutos formales y regula las relaciones entre las Logias. Sin embargo, no todos los masones aceptan las decisiones del nuevo Gran Oriente, y se mantienen fieles a la Grande Loge de France. Ambas obediencias subsisten hasta la Revolución.
El Gran Oriente confiere a la Masonería francesa un fundamento inspirado en la libertad y la igualdad. Nace la Logia Les Neuf Soeurs, que se convierte en punto de encuentro de los espíritus más iluminados de la época: Montesquieu, Diderot, Helvetius, Lalande, Condorcet, Lacépéde, el marqués de La Fayette, d’ Alembert, André Chénier, y tantos otros nombres ilustres como el abate Sieyes, Camille Desmoulins, Danton, se encuentran entre sus columnas. Pero también otras Logias acogen nombres importantes, como Mirabeau, Beauharnais, Beaumarchais, Joseph de Maistre, el barón Holbach, Massena, Talleyrand, para no citar sino a los más destacados. A la edad de 84 años, en presencia de 250 ilustres Hermanos, Voltaire recibe la iniciación en la Logia Les Neuf Soeurs.
La Masonería se convierte en Francia en la más alta expresión de los movimientos ideales y culturales del siglo XVIII, difundiéndose entre los más autorizados exponentes de la bur-guesía, el clero, la nobleza, la justicia, el ejército y la cultura.
En 1789, el estallido de la Revolución marca los diferentes destinos de los masones france-ses: algunos de ellos, como Talleyrand, La Fayette, Danton, Sieyes, Charnfort, Condorcet y Marat se encuentran entre los protagonistas, mientras que otros, como Calonne, Montmorency, resisten o emigran. El patíbulo no hará distinción alguna entre realistas y revolucio-narios.
Entre las vicisitudes que caracterizan el desarrollo de la Masonería en Francia, merece particular atención la supresión en 1877 de la fórmula del Gran Arquitecto del Universo, con el fin de afirmar, de la manera más clara posible, el principio de la libertad de conciencia. De este modo, la Masonería francesa se substrae al compromiso de pronunciarse sobre la naturaleza del Gran Arquitecto del Universo. Esta decisión está destinada a provocar profundas diferencias con las otras Obediencias del mundo. Inmediatamente la Masonería inglesa rompe sus relaciones con el Gran Oriente de Francia, no sólo porque considera que la abolición de la fórmula del Gran Arquitecto del Universo puede dar entrada en las Logias al ateísmo y al materialismo, sino también (y sobre todo) porque ello significa una ruptura con los usos y costumbres de la Masonería antigua y moderna, caracterizados desde siempre por la referencia al Gran Arquitecto del Universo.
También en Alemania las primeras Logias modernas son de origen inglés. La primera Logia alemana se funda en el año 1737, en Hamburgo, y toma el nombre, algunos años más tarde, de Absalon. A esta Logia le corresponde el honor de iniciar, el 14 de agosto de 1738, al príncipe heredero de Prusia, el futuro Federico II, que tanto trabajó por el prestigio de la Masonería en Europa. Al fraccionamiento de los Estados alemanes en el siglo XVIII, co-rresponde una miríada de Grandes Logias. Por ello, la historia de la Masonería alemana se identifica con la historia de esas Grandes Logias, que hoy son las siguientes:
La Gran Logia Real de los Tres Globos; La Gran Logia de los Libres Masones de Alemania; La Gran Logia de Prusia; La Gran Logia de Hamburgo; La Gran Logia “El Sol”; La Gran Logia Madre de la Unión Masónica Ecléctica; La Gran Logia Masónica “de la Concordia”; La Gran Logia Nacional de Sajonia; La Gran Logia de la Cadena Fraterna Ale-mana; La Unión Masónica “del Sol Levante”; La Gran Logia Simbólica de Alemania.
Pese a la proliferación de Grandes Logias, la Masonería alemana ofrece algunos caracteres típicos. El espíritu romántico y el interés por lo trascendental, que desde siempre la cultura alemana ha expresado, encuentran un terreno fértil en la tradición iniciática y esotérica de la Masonería. El Templo se convierte en punto de encuentro de cultivadores de alquimia, magia, hermetismo, teúrgia, cábala. Tampoco faltan formas de misticismo. El pensamiento vuela hacia lo inefable y el misterio. Las reacciones ante la Ilustración francesa e inglesa llevan a una reconsideración de los aspectos más esotéricos del hombre, en una perspectiva universalista y cosmopolita. La Masonería alemana aspira a una filosofía propia, como ates-tiguan las obras de sus más ilustres hijos; G.E. Lessing, C. Wieland, H. Herder, 1. Van Go-ethe, J. G. Fiehte, L. Wemer, W.A. Mozart y F. Haydn.
Al considerar la evolución de la Masonería alemana, es importante mencionar el movimiento de los Iluminados de Baviera, que se presenta como una asociación de asistencia mutua con fines de educación social y científica. Aunque los Iluminados no tienen nada que ver con la Masonería, se infiltran en las Logias y se apropian del trabajo iniciático de las mis-mas, provocando gran confusión y turbación. Los Iluminados, y con ellos los Masones, son acusados de conspirar contra el Estado y la Iglesia, iniciándose la persecución. En 1784 el Duque Elector de Baviera promulga un decreto contra todas las confraternidades instituidas sin concesión soberana. El movimiento de los Iluminados, seriamente golpeado por éste y por otras ordenanzas se encamina rápidamente hacia la extinción. Desaparece definitiva-mente al inicio de la Revolución francesa.
También en Italia, la primera Logia la fundan masones ingleses, en Florencia y hacia el año 1730. Sucesivamente, la Masonería se difunde por toda la península: Roma, Nápoles, Pa-dua, Venecia, Módena, Livorno, Lucca, por no mencionar sino las ciudades más importan-tes. Los inicios y primeros desarrollos de la Masonería en Italia no encuentran particulares dificultades. Al contrario, en Italia la Masonería se sitúa en el marco de una tradición iniciática que ha mantenido su vitalidad en los siglos precedentes, y a la cual ofrece importantes aportaciones. El primer trauma se produce en 1738, con la excomunión promulgada por el papa Clemente XII. El pontífice acusa a los masones de conspirar contra la religión, y prohíbe a los católicos el acceso a las Logias masónicas. Se inicia así el primer acto de un drama que también se desarrollará en los siglos sucesivos, y que comprometerá gravemente las relaciones entre la Masonería y la Iglesia Católica.
Hacia finales del siglo XVIII, el panorama masónico italiano aparece bastante diversificado: existen talleres vinculados a la Gran Logia de Londres, otros al Gran Oriente de Holanda y a la Logia Madre Escocesa de Marsella, mientras que otros están influenciados por la Maso-nería alemana y por los Iluminados de Baviera.
En el siglo XVIII, la Masonería se difunde rápidamente en Europa Central y en los Balca-nes, en Suiza, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Suecia, Dinamarca, Noruega, Islandia, Rusia, Polonia, Finlandia, España y Portugal.
En las colonias inglesas de América existe desde 1730 un Gran Maestro Provincial. La pri-mera Logia se constituye en Filadelfia en el año 1731, Y en ella recibe la iniciación Ben-jamín Franklin, que más adelante llegará a ser Venerable de la misma. A Franklin se debe la primera edición impresa de las Constituciones de Anderson. El 4 de noviembre de 1752 en Virginia, en la Logia Frederickburg es iniciado George Washington. Se crean otras Logias en todas las colonias de América.
Cuando se produce el estallido de la Revolución, la Masonería representa el único vínculo ideal que une a hombres procedentes de países diversos, con religiones diversas, y some-tidos a la obediencia de diferentes leyes y estatutos promulgados en las trece colonias. Esto permite comprender la razón por la cual, en la revuelta contra la Madre Patria, los Masones desempeñan un papel de protagonistas. La Francmasonería representa un ideal que permite superar las dificultades internas y que enciende la antorcha de la profunda e inevitable unidad nacional. En Boston, ciudad rica y abierta cultural mente, la Logia San Andrés se con-vierte en el centro de la rebelión. Los artífices de la Revolución por la libertad del pueblo americano son, en efecto, masones. Entre ellos, cabe recordar: G. Washington, B. Franklin, G. Otis, S. Adams, A. Hamilton, P. Henry, J. Marshall, J. Madison, E. Allen, el barón alemán Steuben, La Fayette y tantos otros. Cincuenta de los cincuenta y seis firmantes de la Declaración de Independencia son masones. Sin embargo, no todos los masones están con Washington: muchos afiliados a las llamadas Logias modernas toman partido por Inglaterra.
La Revolución americana se beneficia de la aportación, ideal y material, de algunas impor-tantes personalidades europeas, como, por ejemplo, La Fayette, exportados a Europa, y sobre todo a Francia. Franklin, ministro plenipotenciario de los Estados Unidos de Améri-ca del Norte en París, es en esta ciudad nombrada Venerable de la famosa Logia “Las Nueve Hermanas” y, en ese marco, da a conocer los elevados ideales de humanidad que los Her-manos americanos han alcanzado a través de la Revolución.
La Masonería se difunde rápidamente en América Central (México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Haití, República Dominicana, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Cuba, Jamaica y Puerto Rico) y en América del Sur (Colombia, Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú, Paraguay, Uruguay, Chile).
La Masonería también se propaga en Asia y Oceanía, en África, en Australia y en Nueva Zelanda. Hacia mediados del siglo XVIII, todo el mundo ha recibido la luz masónica.

http://www.fenixnews.com/
Mario Rolleri

miércoles, 1 de octubre de 2014

TU HUELLA EN EL MUNDO

 ¿Tú crees que, cuando mueras, no quedará de ti memoria alguna? De aquello que tú eras, de tu vital fortuna, de tu decir y tu pensar... ¿ninguna? ¡Estás equivocado! Todo lo que tú haces queda unido a lo que has deseado, a todo lo sentido y a lo que en tu interior se ha producido. Y, como parte que eres de un todo superior, que es más profundo, aún si tú no lo quieres, tu aspecto más fecundo recrea cada instante todo el mundo. Y todo el mundo tiene algo de ti, sin que tú lo pretendas; y, en el tiempo que viene, en todo habrá las prendas de lo que, sin saberlo, al mundo ofrendas. Procura, pues, que el fruto de tu boca, tus actos y tu mente, constituya un tributo positivo y decente que haga un mundo mejor para la gente...
 Poema:Francisco-Manuel Nácher López
Estructura de Grados del Rito Antiguo y Primitivo de Memphis
Estructura de Grados del<br />
Rito Antiguo y Primitivo de Memphis</p>
<p>Saludos en las Puntas del Sagrado Triángulo<br />
Paz, Tolerancia y Verdad<br />
Honor y Respeto a la Orden</p>
<p>El Rito Antiguo y Primitivo de Memphis, como todo rito masónico se<br />
estructura desde el Primer Grado, pero en su caso particular llega hasta el 95, siendo el 96 reservado para el Soberano Gran Maestro Conservador General de la Orden. Este rito está dividido en una serie de tres, sin contar los tres primeros grados pertenecientes a las Logias Simbólicas o Azules, los cuales son gobernados por la Gran Logia.</p>
<p>Todos los grados en el Rito de Memphis son conferidos por Iniciación a diferencia de otros ritos donde algunos de sus grados se confieren por Comunicación.</p>
<p>Primera Serie,<br />
Capítulo Rosacruz.<br />
Esta Primera Serie de Grados se comprende desde el 4to. hasta el<br />
18 comienza con el 4to. y terminando en el 18, conocido como Capítulo Rosacruz. Estos grados enseñan la moralidad, dan la explicación de los símbolos, dispone a los novicios a la pesquisa filosófica, y los hace comprender la primera parte de la historia.</p>
<p>Segunda Serie,<br />
Senado de Filósofos Herméticos.<br />
El Senado de los Filósofos Herméticos, trabaja con los grados desde el 19 al 43 inclusive, se decir, la segunda serie de los grados. Ocupándose este de enseñar la Ciencias Naturales, la Filosofía de la Historia; y explica los mitos de la antigüedad. Su objetivo es el de estimular la pesquisas de las causas y los orígenes, y el de desarrollar los sentidos humanitarios.</p>
<p>Tercera Serie,<br />
Sublime Consejo, Templo Místico.<br />
La Tercera Serie se comprende desde el Grado 44 hasta el 90, y son<br />
trabajados en el Sublime Consejo, Templo Místico que hace conocida<br />
completamente la restante porción de la historia del Rito. Se ocupa así mismo de la Alta Filosofía; estudia los mitos religiosos de las diferentes edades de la humanidad y admite las más avanzadas labores teosóficas.<br />
El Templo Místico es la representación del Soberano Santuario en todo Oriente.Todo Templo Místico es conocido como el Gran Imperio de los Soberanos<br />
Príncipes de Memphis, conducidos por el Gran Pontífice, que es el portavoz del Soberano Gran Conservador General del Rito y guardián de las Sagradas Tradiciones.<br />
Para pertenecer al Templo Místico hay que ostentar el Grado 90,<br />
El Soberano Santuario<br />
Grados Oficiales y Iniciáticos<br />
El Soberano Santuario es el que se encarga de gobernar todo lo concerniente a los Capítulos, Senados y Sublimes Consejos, Templo Místicos.<br />
Los Cinco días de Epagomeni<br />
Día No. Nacimiento de Día del Mes de Agosto<br />
1.- Osiris  24<br />
2.- Horus  25<br />
3.- Seth    26<br />
4.- Isis      27<br />
5.- Nefitis 28<br />
Días de Epagomeni:<br />
El último día del mes doce (12) egipcio termina el 23 de Agosto, se da un espacio de cinco (5) días antes de empezar el primer día del año del mes de Thot (29 de Agosto). Estos son los llamados cinco (5) días de Epagomeni, que son colocados fuera de la cronología humana, para el Trabajo de la Naturaleza.
Rito Antiguo y Primitivo de Memphis
Saludos en las Puntas del Sagrado Triángulo

Paz, Tolerancia y Verdad

Honor y Respeto a la Orden
El Rito Antiguo y Primitivo de Memphis, como todo rito masónico se

estructura desde el Primer Grado, pero en su caso particular llega hasta el 95, siendo el 96 reservado para el Soberano Gran Maestro Conservador General de la Orden. Este rito está dividido en una serie de tres, sin contar los tres primeros grados pertenecientes a las Logias Simbólicas o Azules, los cuales son gobernados por la Gran Logia.
Todos los grados en el Rito de Memphis son conferidos por Iniciación a diferencia de otros ritos donde algunos de sus grados se confieren por Comunicación.
Primera Serie,

Capítulo Rosacruz.

Esta Primera Serie de Grados se comprende desde el 4to. hasta el

18 comienza con el 4to. y terminando en el 18, conocido como Capítulo Rosacruz. Estos grados enseñan la moralidad, dan la explicación de los símbolos, dispone a los novicios a la pesquisa filosófica, y los hace comprender la primera parte de la historia.
Segunda Serie,

Senado de Filósofos Herméticos.

El Senado de los Filósofos Herméticos, trabaja con los grados desde el 19 al 43 inclusive, se decir, la segunda serie de los grados. Ocupándose este de enseñar la Ciencias Naturales, la Filosofía de la Historia; y explica los mitos de la antigüedad. Su objetivo es el de estimular la pesquisas de las causas y los orígenes, y el de desarrollar los sentidos humanitarios.
Tercera Serie,

Sublime Consejo, Templo Místico.

La Tercera Serie se comprende desde el Grado 44 hasta el 90, y son

trabajados en el Sublime Consejo, Templo Místico que hace conocida

completamente la restante porción de la historia del Rito. Se ocupa así mismo de la Alta Filosofía; estudia los mitos religiosos de las diferentes edades de la humanidad y admite las más avanzadas labores teosóficas.

El Templo Místico es la representación del Soberano Santuario en todo Oriente.Todo Templo Místico es conocido como el Gran Imperio de los Soberanos

Príncipes de Memphis, conducidos por el Gran Pontífice, que es el portavoz del Soberano Gran Conservador General del Rito y guardián de las Sagradas Tradiciones.

Para pertenecer al Templo Místico hay que ostentar el Grado 90,

El Soberano Santuario

Grados Oficiales y Iniciáticos

El Soberano Santuario es el que se encarga de gobernar todo lo concerniente a los Capítulos, Senados y Sublimes Consejos, Templo Místicos.

Los Cinco días de Epagomeni

Día No. Nacimiento de Día del Mes de Agosto

1.- Osiris 24

2.- Horus 25

3.- Seth 26

4.- Isis 27

5.- Nefitis 28

Días de Epagomeni:

El último día del mes doce (12) egipcio termina el 23 de Agosto, se da un espacio de cinco (5) días antes de empezar el primer día del año del mes de Thot (29 de Agosto). Estos son los llamados cinco (5) días de Epagomeni, que son colocados fuera de la cronología humana, para el Trabajo de la Naturaleza.
Estructura de Grados del
Rito Antiguo y Primitivo de Memphis

Saludos en las Puntas del Sagrado Triángulo
Paz, Tolerancia y Verdad
Honor y Respeto a la Orden

El Rito Antiguo y Primitivo de Memphis, como todo rito masónico se
estructura desde el Primer Grado, pero en su caso particular llega hasta el 95, siendo el 96 reservado para el Soberano Gran Maestro Conservador General de la Orden. Este rito está dividido en una serie de tres, sin contar los tres primeros grados pertenecientes a las Logias Simbólicas o Azules, los cuales son gobernados por la Gran Logia.

Todos los grados en el Rito de Memphis son conferidos por Iniciación a diferencia de otros ritos donde algunos de sus grados se confieren por Comunicación.

Primera Serie,
Capítulo Rosacruz.
Esta Primera Serie de Grados se comprende desde el 4to. hasta el
18 comienza con el 4to. y terminando en el 18, conocido como Capítulo Rosacruz. Estos grados enseñan la moralidad, dan la explicación de los símbolos, dispone a los novicios a la pesquisa filosófica, y los hace comprender la primera parte de la historia.

Segunda Serie,
Senado de Filósofos Herméticos.
El Senado de los Filósofos Herméticos, trabaja con los grados desde el 19 al 43 inclusive, se decir, la segunda serie de los grados. Ocupándose este de enseñar la Ciencias Naturales, la Filosofía de la Historia; y explica los mitos de la antigüedad. Su objetivo es el de estimular la pesquisas de las causas y los orígenes, y el de desarrollar los sentidos humanitarios.

Tercera Serie,
Sublime Consejo, Templo Místico.
La Tercera Serie se comprende desde el Grado 44 hasta el 90, y son
trabajados en el Sublime Consejo, Templo Místico que hace conocida
completamente la restante porción de la historia del Rito. Se ocupa así mismo de la Alta Filosofía; estudia los mitos religiosos de las diferentes edades de la humanidad y admite las más avanzadas labores teosóficas.
El Templo Místico es la representación del Soberano Santuario en todo Oriente.Todo Templo Místico es conocido como el Gran Imperio de los Soberanos
Príncipes de Memphis, conducidos por el Gran Pontífice, que es el portavoz del Soberano Gran Conservador General del Rito y guardián de las Sagradas Tradiciones.
Para pertenecer al Templo Místico hay que ostentar el Grado 90,
El Soberano Santuario
Grados Oficiales y Iniciáticos
El Soberano Santuario es el que se encarga de gobernar todo lo concerniente a los Capítulos, Senados y Sublimes Consejos, Templo Místicos.
Los Cinco días de Epagomeni
Día No. Nacimiento de Día del Mes de Agosto
1.- Osiris 24
2.- Horus 25
3.- Seth 26
4.- Isis 27
5.- Nefitis 28
Días de Epagomeni:
El último día del mes doce (12) egipcio termina el 23 de Agosto, se da un espacio de cinco (5) días antes de empezar el primer día del año del mes de Thot (29 de Agosto). Estos son los llamados cinco (5) días de Epagomeni, que son colocados fuera de la cronología humana, para el Trabajo de la Naturaleza.

http://www.fenixnews.com/

El Pelicano Grado 18 °
Lázaharo Hael,',

Introducción:
La idea o concepto de Dios ha influido en forma importante para bien o para mal, en el proceso evolutivo de un gran porcentaje de la humanidad.
El asunto de Dios, no sería tan dramático o conflictivo si el hombre pensara por sí mismo al respecto, y digo esto porque la idea y concepto que una gran mayoría de personas tiene sobre Dios, no es propio, sino que tiene origen en las ideas que nos transmiten las diversas religiones, y esto se ha convertido en una dificultad para comprender el Dios que vuestra consciencia podría ser capaz de percibir y necesitar, porque cada consciencia tiene el Dios que necesita para su evolución.
Las religiones nos dan una idea de Dios como un ser con atributos y defectos humanos, a la vez, paradójicamente nos presentan un Dios con atributos divinos como la perfección, absolutes y eternidad. Poseedor de una omnipotencia, omniconsciencia y omninteligencia que es omnipresente en cuanto existe. Cuando en realidad, el hombre ha aceptado tales cualidades en Dios como dogma porque su propia imperfección, relatividad y finitud le hacen imposible percibir tales atributos en la divinidad.
Las leyes cósmicas deben formar parte de la naturaleza de Dios, y él mismo no es ajeno a sus efectos. La vida es movimiento y consciencia, quien no posee estos atributos no está vivo, y Dios no es la excepción.
Considerar que Dios sea “algo” o “alguien” que lucha por conservar vida, consciencia y mente, es impensable por una gran mayoría religiosa… Sin embargo, Solo podemos ver lo inobservable a través de los observable, y ver “algo” de lo que Dios es, solo es posible a través del universo o del hombre mismo, que según la biblia fuimos hechos a su imagen y semejanza.

Según los Cabalistas Hebreos: “Dios deseo conocerse a sí mismo y creó un espejo para observarse” (1). Espejo que es la humanidad, y por cuyos ojos se observa a sí mismo. El solo hecho de buscar o desear conocerse, es un esfuerzo por conservar y ampliar su propia consciencia… El hombre encarnado, también es un reflejo de su propia alma, la cual se observa y conoce a sí misma a través del hombre.
La biblia narra que Cuando Moisés le pregunta a Dios su nombre, éste le contesta “Yo Soy Yo” o la frase de los cabalistas: “Ehyeh Asher Ehyeh” o “Yo Soy El Que Soy” (1), porque Dios es único y el absoluto, es el gran solitario, tratando de conocerse o ser consciente de sí mismo a través de su propia creación. — Creación que no está separada de él, sino que es él mismo esforzándose por experimentarse y conocerse a sí mismo.

“Psique, del griego psyché, «alma humana», es un concepto procedente de la cosmovisión de la antigua Grecia, que designaba la fuerza vital de un individuo, unida a su cuerpo en vida y desligada de éste tras su muerte. El término se mantiene en varias escuelas de psicología, perdiendo en general su valor metafísico: se convierte así en la designación de todos los procesos y fenómenos que hacen la mente humana como una unidad” (2).
El principio que distingue a un ser viviente de uno muerto, es la posesión de la consciencia, y esté es el requisito primario para todo hombre… y Dioses también.

“ EL PELICANO 18° ”

“En el principio (Bereshit) creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; Y fue la luz” Gn. 1:1
La alegoría mística del Pelicano, tiene puntos de coincidencia y concordancia con el primer capítulo del Génesis Bíblico.
El Pelicano es un ave marina que penetra profundamente sobre el mar, volando al ras de su superficie y ocasionalmente se sumerge en sus aguas para obtener su propio alimento.
El símbolo del pelicano, lo representan sentado en su nido, y desgarrándose el pecho para alimentar con su sangre a sus polluelos, que algunos escritores dicen que son tres, otros que son siete.
El simbolismo místico, comúnmente es polivalente según el contexto en que se presenta, por ejemplo: Cabalísticamente si consideramos como tres sus polluelos, estaríamos hablando del Pelicano como el Dios Primero tras el velo de “Ain Soph Aur” o “la luz ilimitada”, y los tres polluelos serian los tres primeros sephiroth: Kether (Corona), Chokmah (Sabiduría), y Binah (Comprensión) que integran “Atziluth” el mundo divino de las emanaciones arquetípicas.
Si hablamos de siete polluelos, nos referiríamos al pelicano como “Atziluth”, y los siete polluelos serian los siete sephiroth que integran el universo manifiesto… Hesed (Misericordia), Geburah (Fortaleza), Tiphereth (Belleza), Netzach (Victoria), Hod (Gloria), Yesod (Fundamento), y Malkuth (El reino).

La Palabra “María” (3) como el nombre de la madre de Jesús el que sería el Cristo, proviene etimológicamente de “Mare” o sea “Mar”, en cuyas agua inicio la vida sobre la tierra, pero en el presente caso, no hablo del mar terrestre, sino del mar cósmico de la materia primordial.
El mar sobre el cual vuela el pelicano, es el agua como símbolo místico de la materia, que en el caso del génesis bíblico, solo puede hacer referencia a la “materia primordial”, porque la materia organizada como cuerpos y otras estructuras más complejas, aún no existían. El pelicano simbólicamente representa el espíritu de Dios sobre la faz de las aguas, como la potencialidad a desarrollar y cobrar manifestación en el cosmos.
El hombre desde sus primeros instantes de su infancia, despierta su consciencia por el estimulo catalizador de sus fuerzas instintivas, y es a través de las experiencias vivenciales que se suceden a través de toda vida humana, que el hombre evoluciona y desarrolla su propia consciencia o psique. Este es el alimento que busca el pelicano sumergiéndose en las aguas profundas del mar de la materia… Consciencia, mente y razón, y en una palabra, las facultades de la psique.
La sangre que mana del pecho del pelicano para alimentar a sus polluelos, me remiten al símbolo del “Oroborus” o “Uróborus” la serpiente en forma de circulo que devora su propia cola. Algunos escritores representan este símbolo como dos dragones, uno alado y otro terrestre formando el circulo y ambos devorando la cola del otro. Ambos símbolos hablan del mismo tema, aunque tienen profundidades que los hacen diferentes, pero para efecto del presente tomaremos el primer ejemplo, y se refiere a la desintegración de las formas materiales al final de su ciclo de vida, y reintegrándose en sus elementos más sutiles a la madre naturaleza o en el último y más espiritual de los términos, al “mar cósmico de la materia primordial”. La misma que alimenta los seres vivos en forma de “Prana”, “Nous” o “Energía vital”, o en su expresión más grosera, como: los alimentos sólidos, agua y aire que nutren “nuestros” cuerpos… Porque aún nuestro espíritu o alma, son cuerpos de naturaleza más sutil y etérea.

El grado XVIII Caballero o Príncipe Rosacruz de la Masonería Escocesa, tiene entre otros símbolos, uno muy especial e importante, el de La Rosacruz, el cual se presta o sirve de apoyo para comprender algo más de ésta “alegoría” del Pelicano y el primer capítulo del Génesis Bíblico.
El Madero horizontal de la cruz, simboliza la materia, el vertical simboliza el espíritu que se infunde en la materia como una fuerza vital y energética de vida, y en ésta conjunción, exactamente donde se cruzan ambos maderos, florece el alma, la rosa de sarón y el lirio de los valle…“LA CONSCIENCIA”.
Este es el significado de todas las mitologías alegóricas arcaicas, que hablan de la existencia de semidioses, mitad hombre y mitad dios, como producto de la unión de una mujer (la materia) y un Dios (El Espíritu), como Dionisio, Perseo, Prometeo, y Jesús el Cristo entre otros, que siempre vienen a salvar a una princesa o a la humanidad.
La consciencia es la luz que disipa las tinieblas del mundo, la cual hace emerger del aparente caos del universo primordial, el orden universal. Esta es la luz de la que habla Moisés en el génesis bíblico cuando dice: “Y dijo Dios: Sea la luz; Y fue la luz” Gn. 1:1… “LA CONSCIENCIA”.

Conclusión.
¿Cómo describir o hablar sobre cosas del espíritu?, ¿Cómo describir lo indescriptible?
El místico ante su necesidad de comunicar o transmitir la mucha o poca luz que posee, solo puede hacerlo con el uso de símbolos y alegorías, que no son verdades por sí mismas, sino que insinúan señalando hacia ella. La interpretación del símbolo tiene relación importante con el grado de consciencia del observador, porque sujeto y objeto se vuelven uno en el fenómeno de la observación.

Cuando el cabalista habla del infinito, no lo hace de aquello que no tiene límites, sino de aquello cuyos límites no le son perceptibles. Y de Dios la causa primera, no es posible hablar, porque es infinito. Del que si es posible hacerlo, es del Dios que el hombre percibe en forma subjetiva.
Hablar de Dios, el universo y el hombre, es hacerlo en diferente grado de una misma cosa, porque se supone que Dios es el absoluto… Lo cual incluye al Pelicano como un símbolo del alma.
Para algunos, “El Pelicano” tendrá una interpretación diferente al aquí expresado, y no está mal, porque la diversidad nos hace ver el tema desde diferentes ópticas y ángulos, y entre todos, podemos llegar a percibir una área mayor del prisma.

El símbolo alegórico del Pelicano, representa al alma cósmica y al alma humana, que en realidad, esta última es una extensión y expresión de la primera, la cual trata de conocerse al experimentarse a sí misma a través del universo y el hombre encarnado en un esfuerzo por conservar y ampliar consciencia, mente, y razón.

“Spes Mea Ín Deo Est” (4)
Fraternalmente.

Lázaharo Hael 32°
Nota:
El presente, son reflexiones y meditaciones personales, no representan necesariamente la opinión de la orden.
No escribo para todos, sin embargo, todos son invitados a leer.
Culiacán, Sinaloa. México. Miércoles 30 de septiembre del 2014.

(1).- Kábala y Psicología.- Zev Ben Shimon Halevi.
(2).- Enciclopedia libre Wikipedia.
(3).- Glosario Teosófico.- H. P. Blavatsky.
(4).- Mi Esperanza está en Dios.