martes, 31 de julio de 2012

El extraño caso de la Logia Lautaro y el señor San Martín

¿Quién no ha oído hablar de la Logia Lautaro y San Martín? ¿Pero era una auténtica logia masónica o era otracosa? El Hermano argentino Maurico Javier Campos a pesar de su juventud es un buen estudioso de nuestra Orden y se ha prestado a realizar este trabajo para todos nuestros lectores. Esperamos que sea de vuestro agrado.
El extraño caso de la Logia Lautaro y el señor San Martín
Soy de la opinión del historiador, abogado y periodista Emilio Corbière, el cual sostiene que las Lautarinas eran Logias operativas, o sea, nacidas para cumplir con un objetivo determinado, y luego disueltas. En este caso, lograr la emancipación del poder colonial español. Por otro lado, no hay que confundir la Masonería operativa de la Edad Media con las Logias operativas modernas, ya que estas últimas trabajan puntualmente sobre aspectos de la realidad social para transformarla. Dice Corbière:
¿Quién fue Lautaro? Fue un taller operativo masón. El error de muchos historiadores masónicos y antimasónicos es que no hablan de las logias operativas. Son eminentementes políticas. No son las logias de formación espiritual y cultural (…) A veces aparecen, en momentos excepcionales, logias operativas que se caracterizan por tener un solo objetivo político”.
“La Logia Lautaro tuvo un fin exclusivo: el cruce de los Andes. Había muchos planes para enfrentar al imperio español y derrotarlo. Uno de ellos era cruzar los Andes, tomar por la espalda, liberar la capitanía de Chile y seguir al Perú. El objetivo era no ir a la lucha frontal contra el poderoso ejército español que venía desde el norte, ya que no estaba preparada”. (1)
O como establece en su emblemático libro La Masonería:
Pág. 192 :
“(…) mientras las logias simbólicas funcionan como centros iniciáticos (en términos más sencillos de estudio y formación personal), las operativas son creadas con un fin y objeto determinado.
(…) las logias operativas (…) desarrollan su actividad dentro tambiénde un período de tiempo determinado, cesando luego en su acción.”Pág. 207 :“La masonería no es ajena a la realidad de su tiempo. No mira pasar los hechos sino que trata de influenciar en los mismos”.
“Pero esa participación masónica desde el siglo XIX se ha realizado a través de logias o talleres operativos cuya característica es la de tener una vigencia determinada en el tiempo, que se mide en relación con el cumplimiento del objetivo”. (2)
Otro ejemplo de este tipo de Logias en el siglo XIX fue el de Luz del Sud en la provincia de Buenos Aires, cuyo accionar se articuló en principio en torno a cuestiones políticas, en una época donde la Masonería se vio impelida a ocupar el lugar de este tipo de organizaciones, de las cuales carecían los pueblos del interior de la república. Luz del Sud nació como una logia operativa que pretendía asumir el poder político y trabajar para encauzar la vida pública del pueblo y lo consiguió al poco tiempo de ser creada. (3)
Menciono el caso de esta Logia en particular porque presenta la peculiaridad de que su primer Venerable fue el hijo del general Tomás de Iriarte, miembro del círculo privilegiado de masones y altos jefes del ejército allegados a las Logias o Sociedades Lautarinas y que integró otra Logia operativa creada por Alvear en Montevideo: la llamada Sociedad de Los Caballeros Orientales, una sucedánea de las anteriores. En sus Memorias disipa cualquier duda sobre la filiación masónica de estas Logias:
Del capítulo II: “Fue durante la navegación que tuvo lugar mi iniciación (…) esta ceremonia se celebró el veinticuatro de junio, día de San Juan (…) No se me ocurrió que a bordo hubiese una logia. Fui introducido en ella con todas las ceremonias rituales: el local era el camarote del segundo comandante (…), la hora las doce de la noche, todos dormían a no ser los centinelas que corrían la palabra: otro camarote estaba destinado a cuarto de reflexiones: cuando me desvendaron, después de prestar el juramento de orden no fue poca cosa mi sorpresa al verme rodeado de los que eran a bordo mis mejores amigos: todos con sus espadas desenvainadas y asestadas a mi corazón (…) Así éramos nueve los individuos que componíamos la sociedad (…) Esta había salido instalada desde Cádiz como las restantes (…) Cuando se refiere al segundo comandante, dice que su adquisición fue muy útil “porque como tenía autoridad a bordo le era fácil proporcionarnos los medios de reunión sin que esta se sospechase. Aquella noche se cerraron los trabajos celebrando un día tan clásico como lo es el de San Juan (…) con una cena abundante (…)”.
“No tardé mucho en imponerme de la liturgia, palabras, signos y símbolos: quedé hecho cargo de la secretaría. Todos los miembros entonces existentes teníamos el título de fundadores: la sociedad se denominaba Logia Central de la Paz Americana del Sud. El objeto de esta asociación, como más adelante se verá, era el de dar dirección a todos los asuntos públicos; y al efecto las adquisiciones que se hacían recaían siempre en personas de capacidad e influjo por su posición social, y más particularmente por su rango en el ejército, y que pertenecieran al partido liberal. En Cádiz existía otra compuesta de personas notables que iniciaba a los oficiales de ultramar que más sobresalían por sus principios liberales e ilustración. El partido liberal perseguido a muerte por Fernando pretendía de este modo formarse una nueva patria en América, si se veían obligados a abandonar la península para evitar los furores de aquel déspota sanguinario. Pero la sociedad en la que yo acababa de entrar era independiente de aquella aunque relacionada entre sí y con miras idénticas (…) Más adelante tuve ocasión para conocer todo el partido que el gobierno de Buenos Aires pudo sacar de la sociedad de la que acabo de hablar”.
Del capítulo XLI: “Nuestra sociedad secreta de Montevideo incrementó de un modo considerable e hizo adquisiciones entre los hijos del país de más nota adictos a la causa de la independencia. Esta reunión tomó una nueva denominación, la de Caballeros Orientales: la mayor parte de los individuos del Cabildo fueron iniciados”.
Recuerdo la publicación de La tercera invasión, del abogado Juan Bautista Sejean, un libro polémico en la década de los 90 que sostenía que San Martín era un agente inglés, e indudablemente del volumen Maitland & San Martín de Rodolfo Terragno, también abogado, periodista, historiador, docente y político, donde se demuestra que efectivamente la ruta de liberación seguida por los patriotas ya estaba trazada en un plan diseñado por los británicos a fines del siglo XVIII.Sostenía Sejean: “(…) San Martín fue el sucesor de Beresford y de Whitelocke, o, para ser más preciso, el jefe de la tercera invasión inglesa del Río de la Plata”. La revista Símbolo, órgano oficial de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, lo atacó duramente: “La tesis central que Sejean expone consiste en afirmar que el largo proceso de emancipación hispanoamericana, y en particular de la Argentina, Chile y Perú, respondía a un elaborado Plan Continental de origen y al servicio inglés, ejecutado por mercenarios a su servicio en tierras americanas”. También señalaba: “Sería sensato, sin embargo, reflexionar con seriedad sobre la confluencia estratégica entre el interés expansivo de la potencia inglesa y el afán independentista de los hombres de América y cómo, a partir de este hecho objetivo, fueron posibles algunos circunstanciales y específicos reconocimientos mutuos”. (4)En 1902, el semanario masónico Luz y Verdad, sostenía: “Después de la reconquista de Buenos Aires, Beresford, prisionero en los círculos sociales criollos que frecuentaba, habló más de una vez a los nativos de futura independencia”. (5)
En las relaciones y contactos mantenidos con personajes de la Corona Británica, sin duda confluyeron los intereses ideológicamente emancipatorios de San Martín y otros patriotas y la más simple y práctica razón de los ingleses de mantener su poderío y superioridad marítima y posicionarse comercialmente en nuevos mercados emergentes donde podían colocar sus manufacturas.
Con respecto al volumen de Terragno (el cual tuvo acceso a los archivos de Inglaterra y Escocia), este avala la teoría de que San Martín ejecutó el plan elaborado hacia 1800 por el General Thomas Maitland con total exactitud, o sea, partiendo de Buenos Aires luego de asegurar su control (sin duda a través de la Logia Lautaro, sucedánea de las Logias o Sociedades de Los Caballeros Racionales), asentándose en Mendoza y cruzando los Andes para liberar a Chile y después seguir hasta Perú con el mismo objetivo. (6)
San Martín pudo haber tenido acceso a este plan durante su estadía en Londres, en 1811. Alcibíades Lappas sostiene que fue iniciado hacia 1808 en la Logia Integridad de Cádiz y que posteriormente se afilió a la Logia Caballeros Racionales Nº 3. Una vez en Londres, a la cual llegó después de pedir la baja del ejército español, participó de la fundación de la Logia Caballeros Racionales Nº 7.
Dice Lappas: “Ya en Buenos Aires los viajeros (Alvear, Zapiola, Chilavert, entre otros) se pusieron en contacto con el doctor Julián B. Álvarez, Venerable Maestro de la Logia Independencia, quien los orientó en sus primeros pasos introduciéndolos en la sociedad porteña y facilitándoles los elementos que los ayudarían en la formación de la Logia Lautaro, cuyo primer Venerable Maestro fue Alvear”. (7)
En 1814 San Martín funda la Logia Lautaro de Córdoba y luego la Logia Lautaro de Mendoza. También funda la Logia del Ejército de los Andes y, en 1822, la Logia Paz y Perfecta Unión Nº 1 de Lima. Ya instalado en Europa y en pleno exilio, frecuentó diversas logias.
Una película que me impactó fue Pandillas de Nueva York, de Martín Scorsese, y la relación tejida con notable simbolismo en el argumento expuesto, con las hermandades operativas y políticas, no solo norteamericanas, sino europeas y, hasta muy posiblemente, con las hispanoamericanas. Años después leí la siguiente nota donde sostiene el investigador Emilio Ocampo:”En Filadelfia y otras ciudades del Este de los Estados Unidos existía desde fines del siglo XVIII una sociedad patriótica denominada Sociedad de Tammany, que en ciertos aspectos era similar a la Sociedad de los Caballeros Racionales. Tammany era el nombre de un cacique de la tribu de iroqueses de Delaware que había negociado un tratado de paz con el cuáquero William Penn, uno de los primeros colonos ingleses y fundador de Pensilvania. Tammany era una especie de Lautaro norteamericano. A partir de 1813 la Sociedad de Tammany pasó a llamarse la Orden de los Hombres Rojos y aunque ninguno de sus miembros era piel roja, adoptaron una simbología y ritos nativistas. No se trataba de una logia masónica pero muchos de sus miembros eran masones (…). Su credo político no sólo era revolucionario y republicano -inspirado en las ideas de Thomas Paine- sino también ecuménico, lo que los llevó a apoyar con entusiasmo la Revolución Francesa. Este mismo ecumenismo también hizo que los Hombres Rojos apoyaran decididamente la independencia de las colonias españolas”. (8)Existen cartas de Carlos María de Alvear (que algún investigador indica como hermanastro de San Martín) en las cuales expresa: “Aquí he establecido una Logia para servir de comunicación con Cádiz, Filadelfia y esa (se refiere a la de Caracas)… Si Ud. no puede desde esa comunicarme lo que ocurra directamente a Buenos Aires, puede hacerlo por la vía de Londres (…)”.
La película refleja el rol desempeñado por estas hermandades de fuerte influencia política en Estados Unidos, aunque el contexto de la misma se desplaza en el tiempo y la historia narrada se sitúa a mediados del siglo XIX. El texto de Ocampo establece vínculos factibles (pero conjeturales) entre la Gran Reunión Americana de Francisco de Miranda y la Sociedad de los Caballeros Racionales de Londres, esta última tal vez creada en base a la Sociedad de Tammany, “ya que ambas sociedades coincidían en cuanto a su credo político republicano y revolucionario y su mitología nativista”.
De nuevo Ocampo: “La mayoría de los historiadores coinciden en que a fines del siglo XVIII el venezolano Francisco de Miranda fundó en Londres una logia masónica llamada La Gran Reunión Americana para conspirar a favor de la independencia de las colonias españolas. Esta logia, que supuestamente obedecía a la Gran Logia de Londres, luego se expandió en España tomando el nombre de Sociedad de los Caballeros Racionales. Casi todos los próceres de la independencia americana habrían pertenecido en algún momento a ella o a sus sucesoras”.
A semejanza de estas, San Martín y Alvear fundan en Buenos Aires la Logia Lautaro para influir en los medios públicos, políticos y militares y concretar su objetivo: Lautaro aludía explícitamente al indio araucano que se opuso a la dominación extranjera y simbólicamente a la expedición a Chile. Según Emilio Gouchón, que fuera Gran Maestre y Gran Comendador en la Masonería Argentina, adoptaron signos, fórmulas, grados (hasta cinco) y juramentos de tipo masónico. Lautaro empezó como un triángulo creado por Alvear, San Martín y Zapiola y los hermanos, que así se llamaban entre ellos, utilizaban en su correspondencia el símbolo de la cadena de unión, abreviaturas y la firma acompañada por los tres puntos. Sin duda eran masones, iniciados en Logias como la de Cádiz, y a partir de esta, según lo expuesto por Iriarte, montando una red de Logias Operativas en ciudades clave para servir a sus propósitos de emancipación colonial, aunque las divergencias de los estudiosos sobre la calidad masónica de estas Logias y algunos de sus miembros continúa. Mitre o Benimelli, por citar algún ejemplo, plantean dudas o no las reconocen como tales; Enrique de Gandía y Augusto Barcia sí, con la salvedad de que Barcia no acredita a la Gran Reunión Americana de Miranda como masónica y sí a las de Los Caballeros Racionales y sus sucedáneas Lautarinas. Al respecto, el testimonio documental del general Tomás de Iriarte resulta concluyente.
Sobre las Logias mencionadas no existen pruebas documentales de que hayan sido patrocinadas por la Gran Logia de Londres. Al respecto, y en respuesta a una carta del historiador antimasónico Patricio José Maguire, la Gran Logia Unida de Inglaterra se pronunció en estos términos en 1979:
1) La Logia Lautaro era una sociedad secreta política, fundada en Buenos Aires en 1812, y no tenía relación alguna con la Francmasonería regular.
2) Las tres Logias que Ud. menciona en su carta (Logia Lautaro de Buenos Aires y de Chile; Logia de Caballeros Racionales Nº 7, de Londres; Logia Gran Reunión Americana, de Londres), jamás aparecieron anotadas en el registro o en los archivos ni de los Antiguos ni de los Modernos (N. del A.: los dos sectores en que se encontraba dividida la Masonería inglesa, fusionadas en una sola en 1813) ni de la Gran Logia Unida de Inglaterra: no hubieran sido reconocidas como masónicas en este país entonces ni posteriormente.
3) Las seis (sic) personas mencionadas en su carta (Francisco Miranda, de Venezuela; Carlos María de Alvear, de Buenos Aires; Simón Bolívar, de Venezuela; José de San Martín, Matías Zapiola y Vicente Chilavert, de Buenos Aires; Bernardo O’Higgins, de Chile; Luis López Méndez y Andrés Bello, de Venezuela), de acuerdo a nuestros archivos, nunca fueron miembros de Logias bajo la jurisdicción de la Gran Logia Unida de Inglaterra.
4) La Gran Logia de Inglaterra no era el único organismo masónico existente durante el período del cual Ud. está interesado. Existían Grandes Logias en Irlanda, Escocia, Francia, Holanda y Estados Unidos de América, todas las cuales autorizaban la instalación de Logias propias.
5) Nunca han existido medios legales para prohibir que extranjeros en Inglaterra crearan sus propias Logias, pero tal acción siempre ha sido considerada por la Gran Logia de Inglaterra como una invasión de su soberanía territorial, y las logias así creadas no serían reconocidas como regulares, ni se permitiría a sus miembros concurrir a las Logias inglesas, o que los masones ingleses concurrieran a aquellas”. (9)
No es de extrañar que la Gran Logia Unida de Inglaterra haya desmentido su apoyo a este tipo de Logias y/o sociedades secretas políticas: estas no tenían por qué estar sujetas a las recientes estructuras y cuerpos obedenciales instaurados a partir del siglo XVIII (ya que cualquier Logia debidamente instalada es autónoma), aunque sin duda el gobierno inglés conocía muy bien su existencia y el movimiento de sus miembros, dada la calidad de sus redes de espionaje y los contactos establecidos por aquellos criollos en la capital cosmopolita. Es menester también considerar la ley dictada en Inglaterra en 1799 suprimiendo las sociedades secretas a excepción de la Masonería inglesa porque, sostiene sobre estas últimas, “sus reuniones han sido dirigidas en gran medida a actividades de caridad”. (10) Hoy sabemos que las Logias de la Masonería Moderna nacida en Inglaterra en 1717, o sea la Gran Logia de Londres, apodada de Los Modernos, y las de la Gran Logia de los Ancients (1751), o Los Antiguos, tenían sus propios problemas y eran nidos de disputas y conspiraciones políticas, religiosas y de clase (rencillas a las que no fueron ajenas las Lautarinas, con sus propias particularidades). (11) Uno de los principales canales de expansión de la Masonería inglesa en el extranjero fue a través de sus Logias militares, como ya ha sido harto demostrado en el caso de lo que actualmente es Estados Unidos y otras Colonias de la época. Queda aún por establecerse la influencia efectiva de la Masonería revolucionaria francesa en América, y el decisivo uso que de ella hizo Napoleón, por ejemplo, al colocar a su hermano en el trono de España y al ser proclamado este último Gran Maestre de la Orden en Francia.
Si masones prominentes como Sir Robert Moray, patrocinador de la Royal Society en el siglo XVII, pisaron la Logia una sola vez en su vida o la Masonería Moderna se construyó a través de todo un siglo y más, con la incorporación tardía de la leyenda de Hiram, o hacia la década de 1760 con la incorporación de la Biblia en el Ara y recién empezado el siglo XIX con Ritos importantes como el Escocés Antiguo y Aceptado, quizás sea una exageración pretender que estas Logias fueran algo más que el medio ideal de conspirar en una época donde no existían los partidos políticos o, fuera de la Iglesia y sus estructuras, entidades en las cuales pudieran juntarse a resguardo personajes de tanta influencia en el orden militar, social y de la vida pública.
Bibliografía, notas y fuentes citadas:
(1) “En el auditorio de la Biblioteca del Congreso de la Nación, en la Cámara de Diputados, se realizó la exposición y seminario “La masonería ante la historia”. El historiador Emilio J. Corbière se refirió a las fábulas que se tejieron sobre esta organización”. Recorte de diario extraído de mis archivos, sin mención de fuente, con fecha del domingo 17 de diciembre de 2000.
(2) Corbière, Emilio J., La Masonería, política y sociedades secretas en la Argentina, Editorial Sudamericana, Bs. As.,1998.(3) Campos, Mauricio Javier, Apuntes preliminares sobre Masonería en Tandil, Faro Editorial, Buenos Aires, 2004 y 2006.(4) Símbolo, Revista de cultura y opinión, Año LI, Número 63, abril/mayo de 1998, en el Equinoccio de invierno, Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.
(5) Semanario masónico Luz y Verdad, Año 3, 27 de mayo de 1902, Núm. 109.
(6) Terragno, Rodolfo, Maitland & San Martín, Universidad Nacional de Quilmes, 1998.
(7) Lappas, Alcibíades, La Masonería argentina a través de sus hombres, Buenos Aires, 1958, 1966, 2000 e Iriarte, Tomás, Memorias, con prólogo de Enrique de Gandía, extractos de los capítulos II, XLI y XXXIII, cuyos textos fueron reproducidos en Verbum, Cuarta época, Año XV, Nº 24, Buenos Aires, octubre de 1949. Archivos del Gran Oriente Federal Argentino - GOFA. Cito un fragmento que testimonia la filiación masónica de Tomás de Iriarte, Julián Álvarez y la Logia Independencia: “Fue precisamente en esa época, que (…) me dijo un día: “Tomás, es preciso que te veas con don Julián Álvarez, porque tiene encargo del director (se refiere a Pueyrredón) para hablar contigo”. Me causó esto una gran alarma, porque Álvarez sabía yo, que era el Venerable de la pequeña logia, y a más redactor de la Gaceta, único periódico que entonces se redactaba en Buenos Aires, papel que no se ocupaba sino de ensalzar la administración y vilipendiar a sus enemigos: Álvarez desempeñaba el cargo de oficial mayor del ministerio de gobierno y en aquel momento que (…) acababa de hablar yo sospeché alguna delación (…) lo notó y me dijo: “es para tratar sobre la logia del Perú a que has pertenecido: no tengas cuidado y háblale con franqueza, porque Alvarez es también masón”.
Del prólogo de Enrique de Gandía: “El General Tomás de Iriarte escribió sus Memorias para dejar a sus hijos y a la posteridad argentina y americana una visión y un juicio profundos, verdaderos, exactos -dentro de lo humano- de todo cuanto él vio en su larga y extraordinaria vida. Su existencia no tiene comparación en la historia de nuestra patria: argentino, de Buenos Aires; combate en España contra Napoleón; pasa al Nuevo Mundo con los realistas; se incorpora a las fuerzas patriotas, conoce y trata de cerca a nuestros más grandes hombres (entre otros Belgrano); lucha en las guerras de la anarquía; viaja a Estados Unidos como diplomático y es amigo de Monroe y de Lafayette; vuelve a la patria, toma parte en la guerra contra el Brasil (…); vive los primeros años del gobierno de Rosas (…); emigra a Montevideo (…); emigra a Chile; vuelve a Montevideo, es uno de los defensores de la ciudad en el sitio de Oribe y asiste a la caída de Rosas y presencia los acontecimientos siguientes hasta el 26 de mayo de 1876, en que muere (…)”.(8) Ocampo, Emilio, Inglaterra, la Masonería y la independencia de América, Todo es Historia Nº 463, págs. 6 y ss., febrero de 2006.(9) Revista Información sobre Masonería y otras sociedades secretas, Año 1, 1981, Nº 3, Buenos Aires, Argentina.
(10) Revista Información sobre Masonería y otras sociedades secretas, 4º edición, Año 1, 1981, Nº 2, Buenos Aires, Argentina. Cito: “Ley para la más efectiva supresión de sociedades establecidas con propósitos de sedición o traición, y para la mejor prevención de prácticas de traición y sedición”. Dice el art. I: “Visto que traicioneras conspiraciones se han ido desarrollando en combinación con personas relacionadas con el Gobierno de Francia, con el objeto de conculcar las leyes y al gobierno (…) y desde el momento en que en persecución de dicho designio, diversas sociedades han ido siendo establecidas desde hace años, de naturaleza peligrosa y contraria a la tranquilidad pública (…) y teniendo en cuenta que los miembros de las mencionadas sociedades han prestado juramento y adquirido compromisos de fidelidad y secreta reserva, usando signos secretos de reconocimiento (…) con el objeto de mantener influencias sobre amplios grupos de personas (…) y considerando que es necesario que dichas sociedades, y todas las sociedades de similar naturaleza, deben ser enérgicamente suprimidas por constituir combinaciones y confederaciones ilegales”.
(11) Gardner, Laurence, La sombra de Salomón, Ediciones Obelisco, España, 2006.

lunes, 30 de julio de 2012

Apolonio de Tiana muy parecido a Jesús

Apolonio de Tiana
Según Gustav Meyrink, existe una serie indefinida y tal vez infinita de estados de conciencia superiores a la vigilia. Una persona despierta puede despertarse mas todavía, y pasar a un estado de conciencia superior. Meyrink escribe:

El primer escalón ya se llama genio. Los demás son desconocidos por el vulgo y tenidos por espejismos. Troya era considerada también un espejismo hasta que un hombre tuvo el valor de realizar excavaciones por su cuenta.
Éstos son algunos ejemplos de esas leyendas de que me gustaría hablar en el presente capítulo. Algunas de estas leyendas pertenecen al pasado, otras al presente. Cosa curiosa, incluso en la actualidad, los testimonios son tan contradictorios que acontecimientos contemporáneos nuestros se convierten rápidamente en leyendas. El primer ejemplo que he elegido es el de Apolonio de Tiana. personaje misterioso e importante, tan importante que Voltaíre lo situaba, en cuanto a importancia histórica por encima de Jesucristo.
Apolonio de Tiana ofrece otra ventaja para el buscador de maravillas y es que existe una buena biografía suya escrita por G. R. S. Mead. Un buen biógrafo debe tener ciertas semejanzas con su héroe.
George Robert Stow Mead, nacido en 1863 y muerto en 1933, era el biógrafo ideal para Apolonio de Tiana. Ultimo de los secretarios privados de Madame Blavatsky, la ayudó en los últimos tres años de su vida.
Fue redactor jefe del periódico de la Sociedad de Teosofía hasta 1909. Publicó dieciséis volúmenes, entre ellos una traducción absolutamente esencial para todo investigador de los Upanishads.
Publicó un periódico muy notable, The Quest Review, del cual se puede decir que fue el análogo inglés de La Tour Saint-Jacques. Era el hombre que hacía falta para biógrafo de un taumaturgo.
Pues Apolonio, si realmente existió (cosa no absolutamente segura por lo que se refiere a otros personajes de los que hablaremos), dejó la impresión de haber sido un personaje sobrehumano, enteramente por encima de la humanidad ordinaria.

Nace en el año 17 de la Era cristiana. En el año 66 es expulsado de Roma. Viaja a la India y luego vuelve a Grecia. Manifiesta entonces unos poderes supernormales, especialmente en el año 96, cuando ve a distancia el asesinato del emperador Domiciano. Finalmente desaparece sin que puedan encontrarse testigos de su muerte ni su tunaba. Tiene entonces entre ochenta y cien años.
Parece haber viajado más lejos aún de la India, a uno de esos países no situados en el mapa, de los cuales hemos hablado en el capítulo anterior. Así se citan sus palabras después de estos viajes:
He visto hombres que viven en la Tierra y, sin embargo, no son de la Tierra, defendidos por todas partes y no obstante sin defensa alguna y con todo no poseyendo nada más que lo que poseemos todos.
La ciudad que visitó se llamaba Iarchas, un nombre que, evidentemente, no es indio. Por lo demás, no existe rastro alguno de ella. Las descripciones que él da guardan más semejanza con la ciencia que con el misticismo. En particular, habría visto un modelo de sistema solar, construido por seres superiores a la Humanidad y que se desplazaba sin ninguna clase de soporte bajo la cúpula, construida de zafiro, de un templo.
Habría visto también cuatro «ruedas vivientes», dispositivos procedentes de otros lugares y que transportaba mensajes de los dioses. Estos dioses habrían sido seres no humanos, superinteligentes y que se habrían retirado de la Tierra después de haber puesto en marcha la civilización humana. En resumen, extraterrestres.
A su regreso a Grecia, Apolonio parece haberse interesado particularmente por las reliquias de las civilizaciones avanzadas que se encontraban aún en su época.
Visitó también Creta y luego Sicilia. Después, parece que pasó el resto de su vida en Egipto, y tal vez más allá de Egipto, en un país que sus biógrafos han llamado Etiopía, pero que nada tiene que ver con la Etiopía actual, Según él, ese país había estado habitado por hindúes budistas. No se han encontrado huellas de tal colonización hindú en las fuentes del Nilo.

Durante toda su vida realizó milagros y manifestó lo que nosotros llamamos poderes parapsíquicos: levitación, lectura del pensamiento, clarividencia y visión del futuro.
Asimismo curó enfermos y locos. Estando en Alejandría, por ejemplo, describió el incendio de un templo de Roma, lo que fue confirmado cuando llegaron las noticias.
Se le atribuye el poder de obtener fuego del éter. Se trata obviamente de un fenómeno análogo al «fuego secreto» de los alquimistas y a lo que los judíos llamaban la «¿Gloria del Señor». Aún sabemos pocas cosas a este respecto. En términos modernos, parece tratarse de un fenómeno intermedio entre la energía química y la energía nuclear. La hipótesis es necesariamente vaga, a falta de pruebas. Se negó también a subir a bordo de un barco diciendo qué éste naufragaría, lo cual ocurrió. Acusado de brujería, se hizo invisible ante el tribunal y luego abandonó el Palacio de Justicia.

Por su parte, consideraba todos estos fenómenos como algo totalmente secundario y completamente natural. Por lo demás, explicaba que los volcanes y las mareas son fenómenos perfectamente naturales que el hombre algún día explicaría. Empleaba la mayor parte de su tiempo enseñando y respondiendo a preguntas.
Físicamente, habría parecido más bien un indio que un griego. Existen dos retratos de él, así como un busto. También hay algunas medallas. Todas esas representaciones le muestran con una larga barba y largos cabellos.
Los discípulos tenían también el aspecto «hippy», para emplear un término moderno.
No se sabe de qué vivía, puesto que rechazaba los regalos. Constantemente aludía al «conocimiento procedente de los Dioses», y a «la energía demoníaca». Pero, para él, los dioses y los demonios eran seres perfectamente reales, aunque no humanos. Los hombres poseían, según él, todos los poderes de los dioses y de los demonios, pero generalmente no sabían utilizarlos. Escribió muchas cartas, la mayor parte de las veces en clave, de las que han quedado algunas. Noventa y cinco de ellas son citadas en la mayor parte de las ediciones de Apolonio. Hay una que es particularmente interesante, la carta número 17, de la que damos aquí un extracto:
Los persas llaman a aquellos que poseen la facultad divina los Magos. Un Mago, por consiguiente, es un representante de los Dioses, o que posee en sí mismo la facultad, divina.
También escribió libros, pero ninguno ha llegado hasta nosotros más que en forma de fragmentos. Entre estos escritos había El Libro de los Sacrificios que aconsejaba no ofrecer a los dioses ningún sacrificio, pues el uso de la razón era el único sacrificio digno de ellos (se comprende que Apolonio gustara a Voltaire); El Libro de la Adivinación, en cuatro volúmenes, basado en lo que Apolonio había aprendido en la India. Los contemporáneos de Apolonio escribieron que nada tenía que ver con la astrología. Desgraciadamente, no se ha conservado ninguno de esos cuatro volúmenes. Se cita también una vida de Pitágoras, un testamento filosófico y un himno a la memoria.
Hay que reconocer que todo esto no justifica la reputación fantástica del personaje. Si ha sobrevivido es porque fue constantemente un hacedor de milagros.
Es en su calidad de taumaturgo como su único biógrafo que ha llegado hasta nosotros, Flavio Filostrato ( 170 al 245 de la Era cristiana), nos lo presenta. Esta biografía (“Vida de Apolonio de Tiana”) ha sido muy criticada y su autor ha sido considerado más bien como un novelista que como un biógrafo en el sentido corriente. Por desgracia, no poseemos ninguna biografía mejor.
Un discípulo de Apolonio, Damis, tomó notas en una libreta de apuntes que no ha sido conservada. Tal vez se encuentre algún día, como se han encontrado los manuscritos del mar Muerto.
G. R. S. Mead lo espera así. Filostrato, casi dos siglos después de los acontecimientos, reconstruye lo que Damis dijo de tercera o cuarta mano.
Se acusa a Filostrato el haber añadido milagros por su cuenta. En todo caso, está claro que no restó ninguno, al contrario. Lo que parece cierto es que, como escribe muy justamente Mead, Apolonio fue a la India con un objetivo bien definido y regresó con una misión.
¿A la India, o más allá de la India? No podemos responder a esta pregunta en el estado actual de nuestros conocimientos. Filostrato ignoraba todo lo referente a la geografía de la India, y dice, de vez en cuando, que Apolonio fue más allá de la India, «al fin del mundo».
¿Imagen retórica? No lo sabemos.
Lo que afirma es que el centro de conocimientos, la central de energía que Apolonio visitó en la India, era única en el mundo de su época. El propio Apolonio escribió:
Me acuerdo a menudo de mis Maestros, y viajo a través del mundo enseñando lo que aprendí.
El punto esencial de esta enseñanza es que no hay que tener miedo de la muerte.
No vale la pena.

Según parece Apolonio siguió la misma ruta hacia la India
La enseñanza de Ápolonio insiste también en el hecho de que hay que ser sano de mente, y entonces la salud del cuerpo vendrá de un modo, natural. Eso es lo que ha redescubierto la moderna medicina psicosomática.
Como todos los personajes fuera de serie, Ápolonio plantea problemas difíciles de resolver. ¿Puede situarse en un mapa el centro que visitó? ¿Cómo los Superiores desconocidos de ese centro conocieron la existencia en Grecia de un joven tan excepcional? ¿Cómo lo convocaron? ¿Cuál era la misión que le encargaron en Europa? Otros tantos problemas.

domingo, 29 de julio de 2012



Los Anunnaki – La historia oculta de la humanidad desvelada .

El término Anunnaki es el nombre de un grupo de deidades sumerias y akadias relacionados con los Anunna (los “cincuenta grandes dioses”) y los Igigi (dioses menores).
Igualmente en algunos grupos de ufólogos, este es el nombre que reciben supuestos extraterrestres, de los cuales ellos postulan que se habrían basado los mitos, debido a que habría existido una hipotética Intervención extraterrestre en la antigüedad. Dichos individuos no aportan ninguna prueba o demostración científica para sus elucubradas teorías por lo que se consideran pseudociencias.

Sólo tienes que pinchar en el enlace MPEG4.
Zecharia Sitchin (11 de julio de 1920 – 9 de octubre de 2010[1] ) fue un autor de libros que promueven la teoría del astronauta antiguo, el supuesto origen extraterrestre de la humanidad, la cual atribuye la creación de la cultura sumeria a los Anunaki (o Nefilim) que proceden del planeta llamado Nibiru en el sistema solar.

Afirmó que la mitología sumeria refleja este punto de vista; contrariamente sus especulaciones han sido descartadas por bastantes científicos, historiadores y arqueólogos, que están en desacuerdo tanto en su traducción de textos antiguos como en su comprensión de la física.[2]
Sitchin tradujo miles de tablillas de arcilla que se encuentran en distintos museos del mundo y en ellas se encuentra escrita la historia según los Sumerios (primera civilización conocida de la historia). En esas traducciones se habla de la creación humana, según la cual seres extraterrestres serían los responsables del inicio y la evolución de la especie humana (mediante intervención con ingeniería genética).[3] Estas traducciones hacen que la comunidad científica choque frontalmente con lo que Sitchin y otros han investigado por su cuenta, al considerar las traducciones incorrectas.
Fue autor de las «Crónicas de la Tierra», una serie de 13 libros en los que expuso el resultado de sus investigaciones: El 12.º planeta fue el primero de ellos. Sus traducciones e interpretaciones provocaron muy diversas reacciones. Según su traducción, existe en el Sistema Solar un planeta llamado Nibiru que se acerca cada 3600 años, provocando cambios positivos o catástrofes en nuestro Sistema Solar.[4]
Una vez traducida una parte de las tablillas sumerias asegura que se referían a una raza alienígena, que habían creado a los humanos para que trabajaran como esclavos en sus minas de África (y en otros muchos lugares de la tierra).
A esta raza se le llama Anunnaki o Abbennakki, y según su traducción, los de “cabeza negra” de Sumeria fueron creados por esos seres, al mezclar las esencias de vida del hombre y las bestias, dibujando a una criatura parecida al mono como la bestia.
La gente de “cabeza oscura” fue considerada como esclavos en la jerarquía sumeria.
Las tablillas sumerias se refieren a la gente de cabeza oscura, que fueron creados en una región geográfica llamada ‘AB.ZU.’, la cual dice que corresponde a África del oeste.[5]
Habla de que la realeza era una combinación de “Dragones” y humanos, o que eran descendientes directos del dios solar, Shamhash.
Los Anunnaki son veintitrés dioses del panteón sumerio, incluyendo a Enlil (señor de los vientos) y Enki (señor de la tierra).
A estos dioses solares se les llamaba ‘Sir’, o Dragones, en Babilonio. Así mismo, la palabra, ‘Sir’, aparentemente significa ‘gran serpiente’ que es relativa en Sánscrito con la palabra ‘Sarpa’, que también describe a los “dioses dragones”, quienes crearon y regían a la cultura drávida.
Según Sitchin, los Anunnaki probablemente aún existan en otro plano de existencia, y aún pueden influir en la humanidad. Se especula que esa raza podían ser anfibios, reptiles o semireptiles es decir reptiles humanoides, según las descripciones antiguas. Anton Parks ha desarrollado una teoría semejante.
En el 2004 la idea ufológica sobre el antiguo astronauta, fue utilizada en un guion de siete ediciones del comic Silver Surfer de Marvel Comics. En éste, dichos seres eran descritos inicialmente como “extranjeros” que daban la consciencia y el conocimiento a la humanidad; posteriormente, en el último tiraje de la historia, queda implícito que los Anunnaki eran los dioses de las historias sumerias.
Diferentes series de ciencia ficción han basado sus argumentos en las teorías de Sitchin, por ejemplo, en la serie televisiva Stargate, los dioses antiguos de Egipto, Sumeria y otros países -incluso íconos judeocristianos- son inspirados en una raza de extraterrestres llamados Goa’uld que esclavizaron a la humanidad. En Babylon 5 se dice que los Vorlon fueron considerados como dioses y ángeles por diferentes razas en tiempos primitivos incluyendo la humana. En la teleserie Battlestar Galactica, se dice que los humanos provienen del Planeta Kobol, hogar de los Dioses de Kobol. Los humanos estaban divididos en 13 tribus que dejaron Kobol y colonizaron trece planetas cada una, siendo la Tierra una de las colonias. Y en la teleserie Smallville se menciona como los kriptonianos visitaron la Tierra en el pasado y fueron confundidos por dioses.
Además, los Anunnaki han sido inspiración para trabajos musicales:
  • El grupo alemán de Heavy metal, Running Wild escribió en 1995 la canción Genesis (The making and fall of a man) para su disco Black Han Inn. La canción, de más de 14 minutos de duración, relata la forma en que los Anunnaki crearon a la humanidad en el contexto de un ingenioso disco conceptual que mezcla muchas leyendas con una historia original acerca de la creación y destrucción de la raza humana.
  • Los Annunaki tienen un rol central en el juego de rol Fading Suns, lanzado por Holistic, en el cual los seres humanos pueden viajar a través de diferentes sistemas solares a partir de los portales de salto hiperespaciales de una raza extraterrestre antigua identificada como los Annunaki.
  • En el mismo año de 2010, un proyecto en solitario de Metal extremo y música del mundo, Naakhum, lanzó su Demo “Anunnaki”, con una canción del mismo titulo en catalán, que también aparecería más tarde en su primer disco de larga duración.
  • En 2011 Día Sexto habla de los Annunaki en su canción “Origen” del álbum KI.EN.GI
Mitología
Según un mito babilónico más reciente, los Anunnaki eran los hijos de Anu y Ki, los dioses hermano y hermana, ellos mismos, los vástagos de Anshar y Kishar (pivote del cielo y pivote terrestre, los postes celestiales). Anshar y Kishar eran los hijos de Lahm y de Lahmu (“los fangosos”), nombres dados a los guardias del templo en Eridu, el sitio de Apsu en el cual la Creación según ellos ocurrió. La cabeza del consejo de Anunnaki era el gran Anu, (más que ser un dios del cielo, Anu realmente significa “cielo”), de Uruk y los otros miembros eran sus descendientes. Su lugar fue tomado por Enlil, (En=señor, lil=viento, aire), quien, en la antigüedad era pensado como el separador del cielo y de la tierra. Esto dio lugar a un conflicto entre Enlil de Nippur y su hermanastro Enki de Eridu, sobre la legitimidad de Enlil como gobernante Celestial y terrestre. Enki, (En=señor, Ki=Tierra), además de ser el dios del agua dulce, era también dios de la sabiduría y de la magia, y era mirado por algunos como alquimista. Cuando el Igigi decidió hacer huelga y rehusó continuar trabajando para mantener la armonía del Universo, en el Shappatu (hebreo: Shabbat), Enki creó a la humanidad para que ésta asumiera la responsabilidad de realizar las tareas que los dioses habían abandonado.
Los Anunnaki, por su parte, eran los compañeros altósimos (Alto concilio) del consejo de los dioses y de Anu. Fueron distribuidos sobre la tierra y el mundo subterráneo o bajo mundo. Los más conocidos entre ellos eran: Asaru, Asarualim, Asarualimnunna, Asaruludu, En-Ki (Ea para los Akadios), Namru, Namtillaku y Tutu. (Un análisis convencional de la práctica religiosa sumeria se puede encontrar en el libro de A. Leo Oppenheim., Mesopotamia antiguo: Retrato de una civilización muerta, una edición revisada que se publicó en 1976. En dicha obra, Oppenheim se muestra muy precavido respecto de las interpretaciones sobre los dioses que “perdieron la civilización”).