sábado, 10 de enero de 2015

Los masones de Uruguay

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Se recordará el 8 de enero otro aniversario de los inicios de la Universidad de Concepción del Uruguay a partir del albergue estudiantil para los alumnos del Colegio Histórico conocido como “La Fraternidad”.

La Universidad de Concepción del Uruguay (UCU) es una universidad privada con sede en esa ciudad y dependencias en las provincias de Entre Ríos y Santa Fe. La fundación formal se produjo el 20 de mayo de 1971 por iniciativa de la Asociación Educacionista “La Fraternidad”.
La universidad cuenta con cinco facultades, las cuales suman en total 34 carreras de pregrado y grado, además de tres ofertas de posgrado propias y otras 4 en cooperación con otras universidades nacionales y extranjeras.

La Fraternidad se considera heredera del colegio del Uruguay, que fue designado a su vez como su heredero por el general Justo José de Urquiza, su fundador.

El historiador de la masonería argentina, Alcibíades Lappas, considera obra de la Logia Masónica “Jorge Washington 44”, que es la primera en la Argentina y data de 1822, la fundación en 1877 de la asociación educacionista La Fraternidad.

La “Frater” tomó cuerpo con este respaldo después de que a fines de 1876 se produjo la supresión de 48 becas provinciales, lo que dejó a muchos estudiantes, casi todos muy pobres y de procedencias lejanas, en situación desesperada. Ese hecho dio lugar a la presencia de la logia, caracterizada por su historiador como poseedora de un “espíritu generoso y solidario que habría de alentar, desde su inicio, la vida de la nueva entidad que pronto habría de nacer”.

Según el historiador “por la órbita de la logia “Jorge Washington 44? transitaron hombres ilustres que bajo los principios de la libertad, igualdad y fraternidad, que propendieron a la organización institucional de la nación, a la instrucción pública de todos los estratos sociales, a la asistencia medica, sanitaria, social y moral de los ciudadanos de Concepción del Uruguay, entre otras actividades filantrópicas, filosóficas y progresistas. La Jorge Washington 44 es, dice, “ la logia más antigua del país”

Fuente: – aim digital
"Una logia masónica es un 'think tank', una fábrica de ideas"
"Una logia masónica es un 'think tank', una fábrica de ideas"

Abogado. Miembro fundador de la logia masónica Rosario de Acuña

RICARDO FERNÁNDEZ

Los masones no huelen a azufre, ni sacrifican pollos, ni desayunan niños crudos, ni se bañan todas las mañanas en sangre de vírgenes. Son, por lo general, hombres y mujeres (cada vez más mujeres) de una decepcionante normalidad. Ricardo Fernández Rodríguez es uno de ellos. Pertenece a la logia gijonesa Rosario de Acuña, que lleva el nombre de una gijonesa adoptiva excepcional y el 27 de noviembre pasado reunió en su modesto bajo de La Calzada a unas treinta personas en su tercera tenida blanca abierta, especie de jornada de puertas abiertas con que sus miembros buscan deshelar los tópicos y prejuicios que pesan todavía sobre esta asociación de librepensadores que defiende tres valores tan antiguos como, a veces, descorazonadoramente nuevos: libertad, igualdad y fraternidad. Transitando de lo particular a lo general encontramos a la logia adscrita a la obediencia (confederación de logias) del Gran Oriente de Francia, que nada a su vez en una de las dos grandes corrientes en las cuales se divide la masonería mundial: la liberal francesa, progresista, opuesta a la anglosajona, de tendencia conservadora y vocación más elitista. Para clarificar estas a veces crípticas cuestiones organizativas y léxicas y saber qué responden los masones a los mitos e ideas más corrientes que pesan sobre ellos, desde el contubernio judeo-masónico-comunista hasta la conexión con las cúpulas del poder, Fernández nos recibe en Toma3.

Pablo Batalla Cueto

Viernes 12 de diciembre de 2014
Vayamos de lo general a lo particular y empecemos por el principio. ¿Qué es la masonería?

Una asociación. Una asociación que tiene unos tintes particulares. De hecho, quizás sea una de las primeras asociaciones al modo como las concebimos hoy que han existido en la historia. Nace en el siglo XVIII y tiene su punto de partida en la organización del primer movimiento ilustrado en Europa. Lo hace en las islas británicas, donde aparece con cierta simultaneidad en Irlanda, en Escocia y en Inglaterra. Aquellos primeros masones británicos construyen un sistema filosófico que permite formular la creación de una nueva sociedad, de un nuevo ser humano; una renovación de la persona y la sociedad, por decirlo de alguna manera, y toman como modelo para definir su identidad y sus características los gremios de trabajadores de la piedra que existían en ese país. Esos gremios les proporcionan toda una simbología que les sirve como referencia metafórica y que se ha ido transmitiendo a través del tiempo sin modificarse o modificándose muy poco. Los masones defendemos un conjunto de valores resumibles en los de libertad, igualdad y fraternidad desde un momento en que no existían y en el que no pasaban de una mera formulación teórica hasta la actualidad, en que, aunque podríamos imaginar cumplidos esos valores, seguimos proclamando la necesidad de guardarlos y defenderlos. Sintetizando, cuando hablamos de masonería hablamos de una asociación de librepensadores que tiene la peculiaridad de nacer en el siglo XVIII y mantenerse a lo largo del tiempo con la misma estructura o una muy parecida.

¿Qué es la masonería liberal?

Una de las dos grandes variantes o corrientes en que se divide la masonería como concepto global, y que surgen o aparecen con claridad a finales del siglo XIX. La masonería, desde su surgimiento en el siglo XVIII, hacía referencia a la existencia de un Gran Arquitecto del Universo, y en un determinado momento se imponía la obligación de creer en un Ser Supremo, una verdad revelada y la inmortalidad del alma, así como de que hubiera una Biblia en cada logia. En un momento dado a finales del siglo XIX, en Bélgica y Francia, concretamente en 1887 en el caso del Gran Oriente de Francia, se rompe ese principio que era una norma establecida y respetada por todo el conjunto de las organizaciones masónicas y se proclama el principio de libertad de conciencia: se dice que tan respetable es creer como no creer y que la creencia o la no creencia son un asunto íntimo. Esa posición marca el nacimiento de dos corrientes: la liberal —liberal en el sentido propio de los siglos XVIII y XIX, no en el de liberalismo económico— y la conservadora o, mejor dicho, dogmática.

¿Qué es el Gran Oriente de Francia?

Una de las organizaciones de la masonería liberal que existen en el continente europeo y, de hecho, la organización masónica más antigua de la Europa continental. La masonería, como he dicho antes, proviene de las islas británicas, y pasa a Francia cuando el enfrentamiento entre los Orange y los estuardistas llega a su fin con la derrota de los segundos, que emigran y se asientan en Francia, donde a raíz de ello empiezan a aparecer logias. En torno a 1728 los franceses ya tienen su propia estructura y su propio gran maestro, aunque es todavía un británico, no un francés. Ése es el primer germen de una organización masónica En 1773 se crea el Gran Oriente de Francia, que más tarde se implanta en otros paísesindependiente francesa. Más tarde, por un proceso un tanto complicado, esa primera organización se refunda y en 1773 se crea el Gran Oriente de Francia, que más tarde va implantándose en otros países.

¿Dónde tiene presencia?

En varios países: Alemania, Italia, Israel, Estados Unidos... Tiene, digamos, vocación internacional. En algunos de esos países, los talleres que hay son un poco testimoniales, pero en otros casos hay estructuras más complejas. Es el caso de España, donde hay un grupo de talleres ya considerable. En cualquier caso, el noventa por ciento de las logias radica en Francia.

¿Cómo se organiza esa estructura internacional?

De una manera compleja podríamos decir que entre piramidal y asamblearia. Piramidal en cuanto a que hay un poder ejecutivo que tiene un mecanismo de elección participativa, un poder legislativo e incluso un poder judicial interno. La estructura también combina elementos territoriales: hay una centralidad ejecutiva parisina pero también una serie de regiones administrativas o demarcaciones territoriales. Por ejemplo, España está inscrita en la llamada Región 17, que abarca el sur de Francia y las logias que existen en España.

¿Existe alguna institución común que agrupe a toda la masonería liberal, o a toda la masonería?

No. Lo que hay son tratados de reconocimiento y colaboración entre distintas organizaciones. En el caso de España hay un llamado Espacio Masónico Español que agrupa a cuatro obediencias. Cuando hablamos de obediencias, hablamos de federaciones de varias de esas asociaciones que llamamos logias. El Gran Oriente de Francia es una obediencia, que federa a mil doscientas logias aproximadamente. Volviendo al tema que nos ocupa, podemos encontrar espacios de colaboración en el ámbito mediterráneo, en el continental, etcétera, pero no existe una gran organización internacional. Cada federación es independiente y soberana y lo que luego sí hay son espacios de colaboración para trabajar en común.

¿De dónde procede el nombre de Gran Oriente?

En la terminología masónica distinguimos entre gran logia y gran oriente. Hablamos de gran logia cuando se recurre específicamente a un sistema filosófico; cuando los trabajos de la organización se llevan a cabo siguiendo un determinado rito. En el caso de los grandes orientes, se trabaja con distintos sistemas filosóficos. El Gran Oriente de Francia trabaja prácticamente con todos los existentes, aunque esencialmente con cinco: el francés, el escocés antiguo y aceptado, el escocés rectificado, el de Memphis-Mizraím y el de York. El nombre de Gran Oriente hace referencia a eso, y la palabra oriente no es casual: hay una simbología derivada de que por el oriente nace el Sol, es decir, la Luz, y en la zona este de la logia es donde se ubica la presidencia.

La palabra rito tiene una fuerte connotación religiosa.

Uno puede pensar en eso al escucharla, pero el rito, la palabra rito, se refiere a que hay una pauta de organización de las reuniones, no a que haya un culto religioso. Se llama así porque se recoge la terminología propia del siglo XVIII, en el que aunque floreciera la Ilustración lo religioso, la imaginería religiosa, seguía teniendo un peso enorme. En el rito masónico hay muchos elementos de la filosofía clásica, pero también elementos bíblicos: era lo que aquellos primeros masones tenían a mano, lo que configuraba el paisaje cultural de su tiempo, pero lo que hicieron con esos elementos no fue reinterpretarlos para hacer con ellos un nuevo dogma de fe, sino utilizarlos como apoyos metafóricos para sus reflexiones y sus debates: la leyenda La leyenda de la construcción del Templo servía como metáfora de la construcción de un ser humano nuevode la construcción del Templo, igual que todos los elementos que tomaron de los gremios de constructores de catedrales, les servía como metáfora de la construcción de un ser humano y un orden nuevos que aspiraban a alumbrar. También como forma de deslizar valores, de camuflar un pensamiento ideológico nuevo y subversivo. La piedra bruta y la piedra cúbica, por ejemplo, simbolizan a grandes rasgos la imperfección de la que se parte y la perfección a la que se aspira a evolucionar mediante el libre intercambio del pensamiento, y otros símbolos filtran valores como la lealtad, el valor del trabajo, el voluntarismo... Tú puedes decir: menudo teatro, ¿no? Y sí, efectivamente hay un componente de teatralidad en ese rito, pero detrás de todo eso lo que hay es la filtración de una serie de valores que en su día no tenían más cabida o más campo de transmisión que la imaginería cristiana. Ésa es, por otro lado, una de las causas de que la religión reaccionara con tanta virulencia. Se les metía alguien en un terreno que era suyo.

Mencionaba antes cinco ritos como los elegibles en el Gran Oriente de Francia. ¿Con cuál de ellos trabajan en la logia Rosario de Acuña?

Nosotros seguimos la pauta más antigua de todas, la originaria, que es el rito francés. Antes no tenía nombre específico: era simplemente el rito. Luego surgió el escocés, que es el que se ha extendido más en España. Y más tarde aparecen nuevos ritos: en el siglo XIX, por ejemplo, aparece el rito egipcio; se forma un nuevo rito con elementos del Egipto antiguo en lugar de con elementos de los gremios medievales. Pero, insisto, eso no quiere decir que quienes adoptan ese rito rindan culto a los dioses egipcios, sino simplemente que toman la cosa egipcia como apoyo metafórico para sus reflexiones filosóficas en un momento en que la egiptología y lo egipcio están de moda.

En resumen: todos esos símbolos que forman el rito no tienen un significado fijo, sino que son maneras de favorecer la reflexión filosófica.

Exacto: no hay un catálogo interpretativo en el que se diga que este símbolo significa esto y éste aquéllo, y que uno se lo aprenda de memoria y se convierta en un masón súper. Lo que son los símbolos es un conjunto de apoyos para el masón o la masona a la hora de hacer sus reflexiones y de formular sus argumentos en los debates. No tienen por objeto ser adorados, sacralizados ni dogmatizados. El objeto nunca puede ser compacto. Yo puedo decir que el compás o que la escuadra representa una determinada idea, y otro hermano puede decir que representan otra cosa. Hay otros equívocos: los grados, por ejemplo, que no son jerarquías. Un grado superior no da más poderes o más derechos que un grado inferior, simplemente marcan el tiempo que un masón lleva siéndolo y la madurez que ha alcanzado en él.

¿Es el de gran maestre el grado más alto?

Gran maestro, no gran maestre. Gran maestre es un error de traducción del francés grand maître. No es un grado, sino un cargo administrativo: el gran maestro es, simplemente, la cabeza del poder ejecutivo de todo el Gran Oriente de Francia. Después, cada logia está Cada logia está presidida por un venerable; cada obediencia, por un gran maestropresidida por un venerable, que se elige por sufragio de los miembros de la logia una vez al año y que puede repetir tres mandatos consecutivos, pero no más. Luego hay una estructura regional intermedia correspondiente a esas regiones administrativas que mencionaba antes, cada una de las cuales tiene también un presidente.

Sigamos descendiendo de lo general a lo particular. La masonería en España: cuénteme su historia y situación actual.

Bueno, es largo de explicar. El surgimiento de la masonería en España es difícil adscribirlo a fechas precisas, pero si seguimos al mayor experto en el tema, que es José Antonio Ferrer Benimeli, podríamos ubicarlo en torno a 1728, el mismo año que en Francia la masonería de allá, llegada algún tiempo antes desde Inglaterra, se organiza en torno a un gran maestro y una dirección propios. Aquí en España, el origen de esa primera masonería es también inglés, pero su desarrollo se detiene rápidamente, cuando topa con la Inquisición y con las primeras órdenes de persecución dictadas por Carlos III. Así que en realidad la masonería, con la salvedad de ese primer intento, tarda cien años más en llegar a nuestro país. Podría haber llegado al mismo tiempo que a otros países, pero esa represión que la hace prácticamente desaparecer retrasa la fecha de instalación definitiva. En esos más o menos cien años hay determinadas figuras ilustradas, especialmente en la época de Carlos III, de quienes se dice que eran masones, pero no hay pruebas documentales que lo avalen.

¿Jovellanos, por ejemplo?

No, Jovellanos no; no hay ningún indicio que lo vincule a la masonería. Sí a personas cercanas a él para las que sí lo hay: Pablo de Olavide en Sevilla, alguna amistad británica que intentó rescatarlo del castillo de Bellver... Pero nada más. A mí me parece poco probable que Jovellanos fuera masón, porque serlo suponía una oposición abierta a la doctrina católica que dudo mucho que le hubiera atraído, porque era un hombre de luces, pero católico y creyente. Esas convicciones no le desmerecen en nada, pero pienso que podrían echarle para atrás.

¿Cuándo regresa la masonería a España?

A principios del siglo XIX, cuando se produce el fenómeno del afrancesamiento. Los afrancesados crean su propia estructura asociada a la francesa pero teóricamente independiente. Además, durante la guerra de la Independencia también hay logias militares vinculadas al ejército napoleónico, que se establecen en plazas en las que hay cierta estabilidad en el frente bélico, como Madrid o Gerona. Pero cuando acaba la guerra y regresa Fernando VII, vuelven las persecuciones. A partir de entonces se van alternando los periodos de persecución y permisividad hasta alrededor de 1850, cuando la masonería española se consolida definitivamente. El último tercio del siglo XIX es de florecimiento, con un proceso de creación de lo que llamamos obediencias o grandes orientes nacionales y un proceso de fusión vinculado a una figura muy interesante, que es la de Miguel Morayta. Morayta consigue la fusión del Gran Oriente Nacional de España y el Gran Oriente de España y crea el Gran Oriente Español.

¿Qué sucede en el siglo XX?

Hay un desarrollo tímido pero sostenido, con una nueva oleada de creación de talleres en los años diez y una conexión bastante estrecha con el crecimiento paralelo del republicanismo. No hay una identidad completa, pero sí una relación que se mantiene hasta la Segunda República. En el período republicano, la masonería es blanco de críticas cada vez más virulentas por parte de los enemigos de la República e incluso de una cierta persecución después de la revolución de 1934, y en 1936, nada más producirse el golpe de Estado, comienzan los fusilamientos. Hay una persecución muy sangrienta que se burocratiza cuando se consolida el régimen dictatorial. En 1940 se decreta una legislación específica que marca penas de inhabilitación y prisión para los masones y que permanece hasta el retorno de la democracia. Durante toda la dictadura siguen existiendo talleres en el exilio, fundamentalmente en Francia y México pero también en sitios como Cuba o Argentina, pero en España la desaparición de la estructura masónica fue total.

La represión de la masonería, ¿fue más dura en España que en ningún otro país, o hay algún caso comparable?

Quizás los haya comparables, como la Unión Soviética, la Alemania nazi o la Italia fascista, pero no superiores. La represión aquí fue tan dura que hizo desaparecer completamente a la institución.

Y la estigmatizó para siempre.

Sí, pero el estigma ya es muy antiguo y se da en todas partes, ya en los países protestantes en los que la masonería surge a principios del siglo XVIII. La primera medida de persecución se acuerda, si no me equivoco, en Holanda. Y la idea de contubernio es muy genuina de La idea de contubernio es muy genuina de España, pero también la encontramos en Holanda, Francia...España, pero tampoco exclusiva nuestra. La encontramos en la propia Holanda, en Francia... En Francia también hubo persecuciones, lo que pasa es que fueron diferentes a las nuestras de varias maneras y por varias causas. Por ejemplo, en Francia se conserva el informe de la intervención policial en una logia que se reunía en un local hostelero en París. Cuando la policía se acerca para hacer la redada, ve que en la puerta hay carruajes de la alta nobleza: en Francia, la masonería había causado un boom; estaba de moda. Al encontrarse con aquella situación, los policías se preguntan: “¿Cómo vamos a detener a esta gente?”. Lo que hacen para resolver la situación es multar al hostelero por acoger aquella actividad cerrándole el chigre durante seis meses. Bien, en España no se anduvo con aquellos miramientos. La represión fue mucho más virulenta, en parte porque la férrea cultura católica hizo que la masonería no entrase con la fuerza con que había entrado en Francia. En cuanto al siglo XX, en Francia la persecución de la masonería emprendida durante el periodo de Vichy fue comparable en virulencia a la del franquismo, pero aquel período duró solo cinco años frente a los cuarenta de nuestra dictadura, y la masonería estaba mucho más preparada para resistir los embates en Francia que en España, porque allí llevaba ya dos siglos de andadura interrumpidos por periodos muy cortos, mientras que aquí apenas uno y con altibajos mucho más fuertes.

¿Cómo se recuperó esa estructura después de la Transición?

Durante la Transición se lleva a cabo un proceso de legalización que fue bastante discutido, Rodolfo Martín Villa de por medio (risas). Después, van apareciendo tímidamente las dos corrientes, la anglosajona representada por la Gran Logia de España, que goza del patrocinio de la Gran Logia Unida de Inglaterra, y la liberal representada por obediencias de nuevo cuño, como la Gran Logia Simbólica Española, y otras que ya habían existido antes de la guerra civil y resurgen ahora, como la Federación Internacional de Derecho Humano. El Gran Oriente de Francia, que había estado presente en España desde la década de los setenta del siglo XIX, reaparece en torno a los años 1999 y 2000. El panorama actual es la convivencia de un grupo de obediencias bastante dispares pero de tamaño muy reducido en este momento. No tiene nada que ver con la situación de otro tiempo.

¿Dónde tiene implantación en España el Gran Oriente de Francia?

En 1999 comienza a haberla en Valencia, y poco después en Alicante. El orden temporal subsiguiente no lo tengo muy claro ahora mismo, pero puedo decirle que en Sevilla hay dos logias y que hay otra en Málaga, otra en Murcia, otra en Barcelona, otra en Las Palmas de Gran Canaria y otra, la nuestra, en Gijón. No sé si se me olvida alguna. El número de personas En Francia hay logias de 80, 90, 100 miembros. La nuestra tiene 30 y es una de las mayores de Españapara toda España ronda las trescientas, nada que ver con los alrededor de 53.000 miembros que tiene el Gran Oriente de Francia en la propia Francia. Las logias españolas son muy pequeñas: la nuestra es de las mayores y está casi en los treinta miembros, y la de Alicante y la de Valencia andan por ahí también, pero en Francia hay logias de ochenta, noventa, cien miembros. Sí que es verdad que, con ese volumen, el funcionamiento de las logias se hace más complicado. Yo creo que lo ideal son cincuenta miembros, pero la realidad es que en España cuesta mucho llegar a esas cifras. Son casos excepcionalísimos.

¿Cuál es la historia de la masonería en Asturias?

Aquí todo llega tarde, y la masonería no lo hace, siquiera embrionariamente, hasta 1850.

¿Ni siquiera durante la guerra de la Independencia?

Ni siquiera. No digo que un día no hubiera una tenida de campaña o dos (risas); quizás las hubiera, pero desde luego nada que ver con el caso de Gerona. En francés, Gérone se pronuncia muy parecido a Gijón, y a veces nos mandan alguna documentación de la época de allí pensando que era de aquí. Allí sí había un taller del Gran Oriente de Francia establecido, porque Gerona está cerca de la frontera y albergaba un establecimiento militar francés. Pero aquí la masonería no llega hasta 1850. Llega a Gijón y, curiosamente, vinculada al Gran Oriente de Francia. Lo hace por iniciativa de operarios de la Fábrica de Vidrio, en muchos casos franceses aunque también de aquí. Pero es un taller que dura muy poquito. Aparte de esos periodos alternos en que la masonería se permite o no se permite de los que hablábamos antes, lo hace desaparecer una relación epistolar complicada con el Gran Oriente de Francia y con la logia también vinculada al Gran Oriente que hay en Barcelona. No hay un buen entendimiento en muchos casos y surgen problemas internos relacionados con cuestiones como el pago de capitaciones. Y después, a raíz de una redada que se hace en Barcelona, se accede a la documentación de Gijón y caen varios miembros de la logia gijonesa. Algunos de ellos acaban en prisión y el taller desaparece.

¿Qué sucede después?

La masonería vuelve a Asturias en los años setenta del siglo XIX, nuevamente dentro del Gran Oriente de Francia, aunque pronto los talleres que se forman se desgajan de él y se unen a estructuras autóctonas que empiezan a surgir. Luego la masonería decae otra vez y aparece de nuevo en torno a 1911, cuando hay un pequeño triángulo en Gijón que después da lugar a una primera logia, la Jovellanos, que a su vez da lugar a una segunda, la logia Riego. En Gijón es donde hay la actividad masónica más dinámica durante todo ese período, pero hay también pequeños grupos en otras ciudades: hay logias en Oviedo, como la logia Argüelles o la Luz Ovetense, y talleres más chiquititos en lugares en los que hoy es impensable que pudiera existir actividad masónica, como Bimenes o Luarca. La logia de Bimenes incluso incorpora a una mujer.

¿En qué estado se encuentra actualmente la implantación de la masonería en Asturias?

Está implantada en Gijón y en Oviedo. La masonería asturiana arranca de nuevo en torno al año 1992. Empieza con un experimento que no fraguó; una iniciativa un poco alocada que se llamaba Gran Logia Masónica Asturiana y era una obediencia que se creó un poco por arte de magia y sin un respaldo organizativo serio. Pero aquello sirvió de caldo de cultivo para los proyectos que hubo posteriormente. Fue el germen de la primera logia Rosario de Acuña, que se fundó en Oviedo, no en Gijón, en torno al año 1996, y éste, a su vez, el de la actual logia Rosario de Acuña, a la que yo pertenezco. Nosotros aparecemos en 2004, aunque ya veníamos trabajando desde el año 2000. Después tienes la corriente anglosajona, cuya historia no conozco tan bien pero que empieza a trabajar a finales de los años noventa y hoy está representada por la logia Jovellanos de Gijón. Luego está la logia Progreso, que pertenece a la Federación de Derecho Humano y fue impulsada desde Gijón, pero está radicada en Oviedo. Actualmente es el único taller que hay en Oviedo. Y por último está la En Asturias, hay tres logias en Gijón y una en Oviedologia Estrella del Norte, que pertenece a la Gran Logia Femenina de España. De momento, esto es lo que hay: Rosario de Acuña, Jovellanos, Progreso y Estrella del Norte; tres talleres en Gijón y uno en Oviedo. La logia Jovellanos y la logia Estrella del Norte se reúnen en nuestros locales merced a un acuerdo.

Llegamos al nivel más pequeño. ¿Qué es la logia Rosario de Acuña?

Una logia gijonesa que surge, como decía antes, de un primer intento que tuvo su sede en Oviedo, en la calle Bermúdez de Castro. Aquello no cuajó y los que, digamos, sobrevivimos, un grupo muy pequeño de tres personas, valoramos fundar una nueva logia y debatimos a qué organización adscribirla. Buscábamos una masonería que tuviera una perspectiva social clara, que no rehuyera el debate de cuestiones sociales. Cuestiones sociales, no cuestiones políticas partidistas. No se trataba de apoyar a un partido político o de criticar a otro, sino de no rehuir ciertos debates sociales que la masonería de aquella época, en muchos casos, evitaba. Bueno, pues después de valorar varias opciones, escogimos el Gran Oriente de Francia. Yo tenía algo de contacto, y había otra persona que también lo tenía, y después de una serie de viajes a Francia y de conseguir sintonía con el Gran Oriente, y de ir incorporando gente poco a poco, con un crecimiento complicado y lleno de vaivenes porque dentro de un grupo humano es muy difícil mantener el común acuerdo continuamente, logramos salir adelante. La logia empezó con muy pocos miembros y ahora mismo es una de las más numerosas de España. Acabamos de cumplir los diez años, que no es nada en comparación con lo que a veces te encuentras en Francia: logias de doscientos o doscientos cincuenta años.

¿Cómo es la vida cotidiana en la logia? ¿Qué se hace?

La mejor expresión para resumir qué es una logia es eso del think tank: una fábrica de ideas. La actividad de una logia se desenvuelve, digamos, en dos planos: uno interior y otro exterior. El plano interior es eso que llamamos construirse a uno mismo. Los fundadores de la masonería buscaban construir una entidad capaz de alumbrar un ser humano nuevo que no se pelease por diferencias de credo religioso. En aquel momento, principios del siglo XVIII, aquellos hombres tenían muy presentes las guerras de religión que se habían producido en Europa durante los dos siglos anteriores. Querían que aquello no volviera a suceder, y querían también que hubiera un debate político pero no hasta el punto de arrojarse al cuello del otro. Se trataba, y se trata hoy, de ir formando la opinión propia sabiendo que esa opinión propia forma parte de una verdad, pero no es la verdad en sí. Por muy seguros que estemos de una convicción, el otro también puede estar muy seguro de la suya, y esa convicción suya puede ser contraria a la tuya, pero tiene que haber un marco de respeto que permita intentar aproximar esas posiciones. El plano interno de una logia consiste en eso, en llevar a cabo debates sobre determinadas cuestiones, unas más metafísicas y otras más terrenales, que permitan a los miembros de la logia formarse su opinión sobre esos temas. Y el plano externo es consecuencia del interno y es que la logia, una vez formados sus miembros sobre un tema debatido, por ejemplo el derecho a la muerte digna, trabaje en la medida de sus posibilidades para que se produzca un cambio en la sociedad, y coopere con otras organizaciones que están trabajando ese mismo tema para conseguirlo.



¿Qué otras cuestiones sociales han debatido?

En estos diez años nos hemos metido en terrenos como la transexualidad y los derechos de las personas transexuales, la crisis económica, la laicidad constitucional... La reivindicación de la laicidad es una seña de identidad muy marcada del Gran Oriente de Francia. También hemos tocado el tema de la violencia de género. Sobre ello vino a hablarnos Charo Fernández Hevia en lo que llamamos una tenida blanca cerrada, que es una reunión en la logia con una persona no miembro que viene a darnos una charla sobre algún tema. Una tenida blanca abierta es una reunión abierta a amigos y conocidos a fin de mostrarles quiénes somos y qué hacemos. Tenidas blancas abiertas hemos hecho ya tres; tenidas blancas cerradas, hicimos otra con Paz Fernández Felgueroso, que vino a hablarnos del municipalismo del siglo XXI, otra con Luis Sepúlveda, que perteneció a los grupos de seguridad del presidente Allende, para hablar sobre el propio Allende...

Allende también era masón.

Lo era, sí, y en este caso está perfectamente acreditado. A veces se da una tendencia a buscar masones hasta debajo de las piedras como para darnos un timbre de calidad, a decir que Fulanito o Menganito eran masones cuando no lo eran, que es un poco absurda. Pero Allende sí era masón. Volviendo a las tenidas blancas cerradas, también hemos traído a Ferrer Benimeli, que para quien esté interesado en la historia de la masonería es una figura fundamental, porque es seguramente la persona que más ha trabajado por recuperar el patrimonio histórico masónico. Hoy hay muchos historiadores que trabajan en ello, pero Ferrer Benimeli fue el pionero y tiene una obra historiográfica inmensa sobre masonería.

El caso de Ferrer Benimeli es muy curioso, porque es jesuita.

Es jesuita, sí. Pero, y esto hay que recalcarlo, la masonería no es antirreligiosa.

Pero la religión sí es antimasónica.

Yo creo que no toda. Hay jerarquías que sí, y hay un punto de desencuentro inevitable que deriva de que, si una religión parte de determinados dogmas revelados, no puede consentir que haya una organización que no los admita, que diga que la búsqueda de la verdad no viene determinada por un credo determinado sino por la reflexión y el diálogo con los demás. De ahí vienen los problemas. Pero no todos los miembros de la jerarquía católica son antimasónicos, y el caso de Ferrer Benimeli es la mejor prueba de ello.

Volviendo al funcionamiento de la logia, todo parece muy armónico. ¿Lo es?

No siempre. Como sucede siempre, la teoría está clara, pero la práctica es difícil de llevar a cabo. La masonería no deja de ser una estructura humana: no está libre ni de los egos, ni de las envidias... Yo no quiero mitificar la masonería: está formada por personas llenas de defectos, y esos defectos se acaban transmitiendo al engranaje. Hay que hacer una labor de contención o de autoexamen para evitar determinadas cosas que no siempre se hace.

¿Cuál es el orden del día de una reunión en la logia?

Hay una parte administrativa que puede resultar muy tediosa —a mí al menos me extenúa—, que consiste en leer el acta de la sesión anterior y leer correspondencia que llega de otras logias u obediencias. A veces también se debaten planes de acción externa: vamos a hacer una conferencia o vamos a hacer esto o lo otro. Y luego hay una parte que es el nudo central de la tenida o reunión y consiste en la exposición de un tema. Los temas son muy variables: puede ser una cuestión histórica, puede ser una cuestión filosófica, puede ser una cuestión política... Insisto, no desde la óptica de partidos, sino, por ejemplo, un análisis del momento. No se trata de apoyar a Podemos o al PP o al PSOE o de criticar a tal o cual partido, aunque es cierto que son cosas a veces difíciles de evitar. Cuando se debate una cuestión filosófica, se recurre a un símbolo a partir del cual la persona encargada de la exposición ofrece una interpretación o una reflexión en torno a un valor determinado. Otras veces hablamos de cuestiones de actualidad local, de historia de la masonería, de la familia, de la experiencia familiar personal de cada uno, de cuestiones más ligadas al plano sentimental de cada uno... El abanico no está restringido; es suficientemente amplio como para poder compartir cualquier cosa. No hay temas predefinidos. Bien, ése sería el mecanismo habitual de funcionamiento. Luego hay otros momentos más lúdicos. Tenemos tenidas donde se come, se hace un banquete. La masonería, sobre todo la francesa, está muy ligada a la gastronomía. El El componente peña gastronómica también existe en las logiascomponente peña gastronómica también existe en las logias. Hace poco me comentaba un compañero francés que allí los grandes follones se montan en torno a qué se va a comer o a cenar (risas). Las logias francesas, que ya tienen una consolidación, suelen tener cocina y un cocinero. Aquí como mucho llegamos al pincheo o a comprar la comida y arreglarlos; tenemos una pequeña cocina pero apenas la utilizamos. En Gran Bretaña la cultura es otra y es la de beber. En mayo organizamos en el Palacio de Valdecarzana de Avilés una exposición de patrimonio histórico masónico y nos llamó mucho la atención comprobar que había dos grandes grupos de objetos: los de comer, casi al cien por cien porcelanas francesas, y los de beber, normalmente cristalería inglesa. Lo del comer y el beber tiene su importancia: nos remite a la sociabilidad, a crear una piña de relaciones que vayan más allá de tener el carnet del Gran Oriente de Francia o de la logia tal. Lo importante no es tanto qué se come o qué se bebe como compartir la mesa.

El orden del día de cada tenida, ¿se decide en la anterior tenida?

No. Tenemos un reglamento que especifica cuáles son los puntos a tratar. Respecto a lo que se va a exponer, el presidente procura rotar entre todos y proponerle a alguien que el próximo día exponga algo relacionado con una cuestión de actualidad. La que quiera. El tema lo escoge la persona. Por otro lado, nuestra asamblea, donde se reúnen todas las logias del Gran Oriente de Francia, decide tocar todos los años cinco temas: la paridad, la paz en el mundo, política internacional, cuestiones de filosofía… Y se encarga a los talleres que elaboren algún tipo de síntesis sobre esos temas. Ése es el único caso en el que los temas pueden estar prefijados, pero es el resultado de un acuerdo de todas las logias. Todos los años se edita un libro con el trabajo de las logias, con las reflexiones.

MITOS SOBRE LA MASONERÍA
Exploremos algunos mitos corrientes sobre la masonería. Empecemos por el de que la masonería es una especie de Opus Dei de la izquierda en el que se traban contactos, se hacen negocios, se mueven hilos y se coloca a gente en las cúpulas del poder.

No hay tal, pero vamos, no lo hay ni por aproximación, por lo menos en el seno de la masonería adogmática europea. Sí que hay algún caso esporádico de negocietes gestados por grupúsculos del poder financiero o económico en el seno de logias, pero son la excepción a la norma y suelen tener lugar en la masonería anglosajona. En general, esa idea según la cual la masonería mueve determinados hilos responde más a mitos creados y generalizados No hay un elitismo ni clasista, ni intelectual, ni económicopor los opositores a la masonería. En una logia como la nuestra, y como la nuestra hay muchísimas, te encuentras a personas de lo más normal y corriente, con más formación académica, con menos, con una situación económica buena, con una situación económica mala... No hay un elitismo ni clasista, ni intelectual, ni económico: no rechazamos a una persona porque no tenga una carrera o por su situación socioeconómica. Lo único que le interesa a esta asociación a la hora de admitir a un nuevo miembro es lo que le interesa a cualquier otra: que el socio pueda pagar la cuota mensual, que en nuestro caso es de 40 euros.

Otra idea común sobre la masonería es que sus orígenes se remontan a la Edad Media o incluso al Antiguo Egipto, momentos desde los cuales habría mantenido una evolución continuada hasta hoy.

Sí, y en otro tiempo te podías encontrar incluso con quien defendía que la masonería se remontaba a Adán y Eva o atribuía a Jesucristo una militancia masónica. Es un mito muy antiguo y que sobrevive hoy en cierta corriente de pensamiento que defiende que los gremios medievales de construcción de catedrales fueron transformándose paulatinamente en logias, incorporando poco a poco a personas que no eran albañiles hasta el punto en que dejó de haber albañiles para haber sólo personas de una capacidad intelectual determinada que se reunían cada cierto tiempo para especular sobre filosofía. Pero no, no hay fondos documentales que permitan acreditar esa idea. La masonería es una entidad que nace a caballo entre finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. A finales del siglo XVII hay ya rastros de alguna logia de las que llamamos especulativas, es decir, las que se dedican a la reflexión intelectual, y en el siglo XVIII eso se estructura y se organiza dando nacimiento a la masonería moderna. La masonería moderna sólo tiene que ver con la medieval que aquélla toma prestadas de ésta determinadas referencias simbólicas y culturales. Más allá de eso, no hay una línea de continuidad entre una y otra. La masonería tal como la conocemos hoy es una creación ex novo.

Que existan estos dos mitos, ¿es, en parte, culpa de la propia masonería, que en alguna ocasión hiciese esa reivindicación de inmemorialidad y poder para darse a sí misma un timbre de prestigio?

Sí, sí. Entre los muchos problemas que pueda tener la masonería está el de caer en la tentación de buscar un origen mítico sin necesitarlo. Y hasta cierto punto se puede entender esa tentación, pero en ocasiones hay cosas que exceden lo racional. Otra tentación muy habitual es la de atribuir militancias, la de buscar francmasones o signos masónicos por todas partes. A esto ya aludí antes al hablar sobre Jovellanos, pero hay más casos: el de Aranda, por ejemplo, o el del general Riego, de quien se dice que incluso llegó a ser gran maestro sin que Ferrer Benimeli, que lleva décadas estudiando la masonería española, sepa de ningún fondo documental que atestigüe esa filiación masónica.

Otro caso típico de atribución de militancia masónica es el de Azaña.

Sí, pero este caso es diferente. Azaña llegó a iniciarse como masón, aunque parece ser que después de iniciarse no volvió por la logia. El de Azaña debió de ser el caso de un señor que se inicia porque a lo mejor tenía sus presiones en el entorno pero después, por la razón equis, no tuvo una participación activa. Está claro que no le tenía aversión ni ningún problema con la institución, pero quizá no encajaba con su perfil o con su manera de entender la política. Pero sí, te encuentras con multitud de personajes de los que se dice que eran masones sin que lo fueran. Ahora, por ejemplo, se especula con García Lorca, porque han aparecido ciertos indicios creo recordar que en Ceuta, pero no está demostrado fehacientemente. Entre estas adscripciones de militancia masónica, hay de todo: casos de personas que efectivamente eran masones, casos de personas que podrían haberlo sido pero no hay seguridad sobre ello y casos de personas que, directamente, está confirmado que no eran masones.

Existe, incluso, una teoría que sostiene que el mismísimo Franco quiso ser masón, pero fue rechazado y de ahí provendría su enconado odio a la masonería.

Sí, hay una, digamos, tesis en ese sentido. De sus hermanos Ramón Franco y Nicolás Franco está acreditado que lo eran, y en el caso de Francisco Franco se dice que intentó De Franco se dice que intentó entrar en una logia durante su época en Áfricaentrar en una logia de Larache durante su época en África, pero que el hecho de aceptar condecoraciones en un momento en el que la clase militar estaba enfrentada al Gobierno le supuso el rechazo de los miembros militares de la logia. A mí me cuesta creer que un personaje de una filiación católica tan férrea hubiera dado el paso, pero podría ser. Fondos documentales no hay, pero es evidente que, si hubiera habido alguno, Franco lo habría hecho desaparecer.

Esta costumbre de suponer filiación masónica a personajes poderosos es tan antigua como persistente. Hoy se dice de Zapatero; yo he llegado a ver una pintada en Torrelavega que decía: «ZP masón».

Sí, otro infundio. Hay un tal Manuel Guerra que es sacerdote y supuestamente estudioso de la masonería —supuestos estudiosos de la masonería hay muchos— al que yo he escuchado decir impunemente en una cadena de televisión que Zapatero era masón. Cuando le pidieron pruebas, aquello empezó a tambalearse. En el caso de Zapatero, además, se especuló con que era masón y con que era, concretamente, del Gran Oriente de Francia, por aquello de que era laicista. Que sobre ese laicismo habría mucho que decir, pero bueno, ése es otro tema (risas).

Otro mito es el que relaciona a la masonería con el difuso mundo de lo esotérico; con ese magma heterogéneo del que forman parte el rosacrucismo, la cábala, el tarot, los caballeros templarios o El código Da Vinci.

Sí, hay una tendencia a pensar que, por emplear una expresión coloquial, hay un rollo raro detrás de la masonería. A nosotros nos ha pasado que algunas personas se dirigen a nosotros pensando que manejamos unos poderes extraños o que estamos por encima de las leyes físicas. A veces te encuentras cosas realmente asombrosas. Nosotros recibimos en una ocasión, en nuestra página web, la solicitud de alguien que quería entrar en nuestra logia porque creía que nosotros teníamos acceso a no sé qué piedras mágicas de color negro que daban una serie de poderes, y en otra ocasión nos escribió un señor al que le iba lo egipcio y que se había configurado una imagen a lo egipcio: se había afeitado hasta las cejas. En fin, es cierto que dentro de la masonería hay muchas corrientes y variantes y que algunas de ellas le ponen mucho acento al desarrollo filosófico, tienen una manera más etérea de plantear la reflexión sobre la transformación del ser humano y caen en un hermetismo innecesario; y que a veces uno lee determinadas cosas por Internet y entiende que la gente piense eso, pero yo siempre respondo lo mismo: esto es una sociedad que lo que tiene de peculiar es que nace en el siglo XVIII y conserva los usos del siglo XVIII, pero nada más. Yo no me imagino a Ramón y Cajal o a Clara Campoamor en un rollo energético extraño.

¿De cuánto de este mito es responsable la propia masonería?

Desde luego, de una parte. Es cierto que hay masones y corrientes de la masonería que caen en, por así decirlo, regodearse en lo raro y en una idea de exclusividad, de formar parte de algo vedado a la mayoría de las personas. La francmasonería ha tenido muchos problemasLa masonería se ha creado sus propios problemas muchas vecesprovocados desde el exterior porque su planteamiento ha sido muy reivindicativo en algunos momentos en los que la masonería ha sido un enemigo a batir, pero también se ha creado sus propios problemas muchas veces. Regodearse en un esoterismo mal entendido y en cierta mitomanía de buscar símbolos masónicos por todas partes es uno de ellos. “En no sé dónde hay un edificio que tiene una piedra que debe de ser...”. No: es el símbolo del colegio de arquitectos, no le des más vueltas.

Otra idea es que en la masonería se rinde culto a un Gran Arquitecto del Universo, Ser Supremo o Diosa Razón. ¿Existe todavía hoy ese culto?

Existe en parte de la masonería, pero no en la liberal de la que nuestra logia forma parte. Los historiadores hablan de masonería, pero nosotros siempre decimos que preferimos el término masonerías. La realidad cambia mucho de una corriente a otra y éste es uno de los casos en los que la diferencia es mayor. Lo mencionaba brevemente al principio: la masonería nace en un mundo religioso en el que, aunque empiece la Ilustración, la razón, el atreverse a pensar de Kant, la religión, católica o protestante, sigue teniendo un peso enorme. El elemento Dios seguía siendo incuestionable, y la gran innovación de la masonería en aquel entonces es que permite reunirse a personas que no creen exactamente en el mismo Dios. Por eso se adopta la referencia al Gran Arquitecto del Universo, a un principio creador y a la inmortalidad del alma: para reunir bajo un mismo paraguas al judío que piensa que todo eso es de una determinada forma, al protestante que piensa que es de otra y al católico que es de otra. El ateísmo, la no creencia, no existía entonces: aunque hubiera algún ateo, el movimiento no había cobrado fuerza. La cobra cien años después, cuando entran en escena el racionalismo positivista, el materialismo marxista y toda una serie de concepciones totalmente nuevas. Y en el seno de la masonería surge en torno a 1877 una corriente, sobre todo francesa y belga, que aboga porque desaparezca la obligatoriedad de creer en un Gran Arquitecto. No por prohibir esa creencia, que mucha gente sigue manteniendo, sino por hacerla opcional, por que pase a entenderse en el espacio masónico que la creencia o la no creencia es una cuestión personal en la que no hay que entrar. Pero otra corriente se opone a ese cambio, y hoy seguimos conservando las dos variantes. La corriente primitiva, no quiero decir tradicional, o anglosajona sigue promulgando esa obligatoriedad de creer en un Gran Arquitecto y la inmortalidad del alma del mismo modo que mantiene el veto a la entrada de mujeres.

El mito por excelencia sobre la masonería, al menos en España, es su contubernio con el judaísmo o el comunismo, o con ambos.

Lo del comunismo es muy español, sí (risas). El mito del contubernio con el judaísmo es más antiguo y está más extendido: arranca en los países protestantes y se desarrolla con la intervención de la Inquisición, que mezcla a sus enemigos en uno solo. El contubernio con el comunismo es una aportación posterior y genuinamente nuestra a la antimasonería, y su causa es parecida: la Iglesia y el franquismo meten a todos sus enemigos en un mismo saco, lo cual explica que haya miles y miles de expedientes cuando en España el número de masones no podía cifrarse en más de tres mil o cuatro mil personas. Había logias muy activas, pero el número global de masones no era muy grande. Al franquismo le daba lo mismo: metía al socialista, al comunista y al miembro de la Estrella de Oriente de Krishnamurti en el mismo cajón de sastre. Eso del contubernio les sonó muy bien y lo utilizaron incluso en el último discurso de Franco, el 1 de octubre de 1975, cuando el dictador comienza hablando de la conspiración judeo-masónico-comunista. Una cosa delirante. Hay masones que han sido y que son gente de izquierdas, de derechas, de centro, más moderados y menos moderados.

¿También comunistas?

También comunistas. El movimiento obrero reaccionó con desconfianza frente a la masonería, El movimiento obrero desconfió de la masonería, considerándola burguesaporque desde el marxismo, o desde una determinada interpretación del marxismo, y desde el anarquismo se considera a la masonería una institución esencialmente burguesa y por lo tanto incompatible con la militancia obrera. Pero hubo casos de dobles militancias, y en algunos casos en que se prohibió la militancia en la masonería hubo gente que optó por el partido y gente que opró por la logia. En Asturias tenemos un ejemplo, que es el de José Loredo Aparicio, que forma parte de la logia Jovellanos y que evoluciona hacia el socialismo, pero empieza en el trotskismo y viaja dos veces a la Unión Soviética pagado por el diario El Noroeste de Gijón. Él, cuando debe elegir, opta por el partido, pero Eleuterio Quintanilla, uno de los mejores pensadores anarquistas que ha dado nuestro país y que, aunque sin tener una participación excesivamente activa, era masón, abogó por la pertenencia a la francmasonería y dejó la semilla sembrada: sus dos nietos son francmasones.

Otra idea corriente es la conexión íntima con el republicanismo. ¿Hasta qué punto es cierta? ¿Se debe ser republicano para ser masón?

No, no, no, no. Tú puedes ser monárquico y ser francmasón. Yo no soy monárquico, y me parece un contrasentido ser masón y ser monárquico, pero en mi logia hay monárquicos, qué le voy a hacer (risas). Sí que es verdad que hay una implicación histórica de la masonería con el republicanismo, y que el Gran Oriente de Francia tiene allí una vinculación directa con el ideal republicano. Pero la tiene porque en Francia hay una simbiosis, una sinonimia república-democracia que aquí, donde la historia es la que es y no hubo un 1789, no hay. En Francia, en el Gran Oriente, hay la tradición de, al finalizar las tenidas, gritar: “¡Viva la República!”, y aquí ya digo que algunos somos republicanos, pero el compromiso es con la democracia como sistema de convivencia y con los derechos que están implícitos en una democracia real. Establecido eso, la elección entre las formas monárquica y republicana del Estado se deja a la libre conciencia de cada cual. Y en la masonería inglesa, lo que encontramos es una vinculación directa a la Corona: de hecho, creo que el gran maestro de la Gran Logia Unida de Inglaterra es Felipe de Edimburgo, el marido de la reina, por aquello de que las mujeres, incluida la reina, tienen vetada la entrada.

¿Qué debe ser uno, y qué no debe ser, para ser masón?

No debe ser totalitario, no debe ser dogmático. En la masonería, el totalitarismo y el dogmatismo no tienen cabida. La masonería se basa, precisamente, en la pluralidad, en la diversidad, en la alteridad, en construir las cosas a partir de la conciencia clara de que cada uno tiene una opinión. En la masonería no cabe aquél que sólo admite su opinión y su verdad y que además cree que esa opinión y esa verdad es lo único que se puede utilizar para construir un orden social. Por eso la masonería choca con los totalitarismos económico, financiero, religioso, político, etcétera: porque lo que quiere un totalitarismo es imponer a los demás una determinada concepción de la realidad, aunque considere que es la más beneficiosa.

Otra idea es que la masonería es un mundo esencialmente masculino.

Eso, más que un mito, ha sido una realidad histórica. La fundación de la masonería moderna La primera masonería excluye a la mujer porque considera que no es un ser libreexcluye a la mujer porque considera que no es un ser libre, que no tiene capacidad de decisión propia, que depende del marido, del hermano, del sacerdote... No hay que olvidar que la sociedad del siglo XVIII es una sociedad machista. No obstante, algo chirriaba ya entonces, porque empiezan a buscarse subterfugios para facilitar la entrada de determinadas mujeres; entradas por la puerta de atrás como las logias de adopción, orientadas a mujeres pero controladas por hombres. Eso se mantiene hasta finales del siglo XIX, cuando empiezan a aparecer las primeras organizaciones femeninas y mixtas. Después, la mixtidad va calando poco a poco en todas las obediencias del arco liberal de una manera o de otra, aunque la realidad todavía dista mucho de ser la ideal en este sentido y sigue habiendo reticencias en algunos sectores. La situación actual es que conviven organizaciones estrictamente masculinas, estrictamente femeninas y mixtas.

¿Cuál es la situación con respecto a la mujer en el Gran Oriente de Francia?

El Gran Oriente de Francia es ya una organización mixta, pero le costó mucho llegar a serlo, dar el paso hacia la mixtidad. Mixtidad es una palabra que no existe en castellano; nosotros la usamos porque estamos tan acostumbrados a debatir sobre esta cuestión en francés que acabamos por adaptar el término mixtité. Bien, el Gran Oriente de Francia fue inicialmente masculino, igual que prácticamente toda la masonería. Al poco tiempo de constituirse comienza a trabajar, eso sí, en la creación de logias de adopción, e incorpora mujeres a través de ellas, pero esas logias de adopción no dejaban de ser una puerta trasera. A finales del siglo XIX comienza a cobrar vigor el debate sobre la mixtidad, pero el Gran Oriente de Francia decide mantenerse como estructura masculina. Reconoce a la mujer como masona, apoya la existencia de organizaciones mixtas y femeninas y permite trabajos conjuntos y visitas, pero sigue sin reconocer a las mujeres como miembros de pleno derecho. De todas formas, el debate sigue cobrando fuerza a lo largo del siglo XX, pero no se resuelve hasta la década del 2000, cuando finalmente, en una votación muy ajustada, se reconoce a las logias la posibilidad de iniciar mujeres. Previamente había sucedido algo que fue lo que hizo insoslayable por más tiempo el debate...

¿Qué?

El caso de Olivia Chaumont, que había entrado en los años noventa en el Gran Oriente de Francia siendo un hombre, y había llegado a ser venerable de su logia, pero en un determinado momento abordó un proceso de cambio de sexo y ahora es una mujer transexual. Cuando llegó al Gran Oriente de Francia con los papeles en regla que consignaban que era una señora, planteó en el seno de una organización un problema jurídico de mucho calado. Algunos ya veíamos venir que aquello iba a pasar, y finalmente sucedió en el año 2010. Después del debate consiguiente, el Gran Oriente de Francia decidió que no se la podía excluir y al final aquello empujó de alguna manera a la organización a admitir definitivamente a las mujeres en su seno.

El argumento de que la mujer no era un ser libre, que podía tener cierto sentido en el siglo XVIII, ya no lo tiene hoy. ¿Cuál es en estos tiempos el argumento de los contrarios a la admisión de mujeres?

El problema es complejo y va más allá del machismo, aunque haya algo de machismo. Cuando digo algo no quiero decir poco, quiero decir que el machismo es un componente más de la cuestión, y el determinante para algunos. Pero había otro sector dentro de quienes no querían admitir mujeres que planteaba la cuestión de otra manera, y es que igual que hay masonerías liberales exclusivamente femeninas, puede haber también masonerías exclusivamente masculinas, y que del mismo modo que la feminidad da un valor distinto a la reflexión colectiva de la logia, la masculinidad también. Es un criterio que yo no comparto: a mí no me gusta la separación por razón de sexo, pero sí que había quien sostenía que la mujer ya tenía opciones para ser masona, tanto en forma de organizaciones mixtas como de organizaciones femeninas, y que no era necesario que el Gran Oriente de Francia diera el paso hacia la mixtidad.

La suya es, si no me equivoco, la única logia con nombre de mujer de todo el Gran Oriente de Francia.

Sí. En su momento el nombre se escogió adrede porque en la constitución teníamos muy clara la reivindicación. No hacemos, tampoco, gala de mixtidad; para nosotros la mixtidad entra dentro de la normalidad más absoluta, y lo que procuramos es referirnos a que admitimos personas sin ningún tipo de traba. Normalizar lo que en realidad es normal. También hay que decir que no es que antes no admitiéramos mujeres, ojo. En la masonería la incorporación de la mujer se hacía de la manera que te comentaba antes, mediante las logias de adopción y las femeninas. Estábamos en la misma situación que una obediencia femenina, que no admite hombres. Pero nadie se plantea tumbar la obediencia femenina. Sin embargo, la obediencia masculina sí recibía críticas. Y además, esto formaba parte de las piquillas entre obediencias. Es realmente complicado explicarlo.

Otra idea, ésta no necesariamente antimasónica, que puede existir sobre la masonería es que la masonería tuvo sentido en el pasado pero ya no en la actualidad, cuando los valores masónicos de libertad y democracia ya están cumplidos.

Pero no lo están. No lo están ni los valores masónicos ni los valores u objetivos de ninguna Se ha avanzado, pero los valores masónicos no se han cumplido todavíaorganización que pretenda alcanzar un determinado bienestar para la humanidad. Se avanza, pero nunca se consiguen plenamente esos objetivos. Eso se ve muy claro en el momento actual: sigue estando pendiente, por ejemplo, la consecución de una estructura laica del Estado y de la sociedad, y seguimos teniendo problemas con el integrismo religioso. Y cuando no hay integrismo religioso, hay intentos permanentes desde diversos lugares de lograr el adoctrinamiento de la población de una forma de otra. Lo que sí ha cambiado, afortunadamente, es la exclusividad que la masonería tenía en esa lucha antes del surgimiento del asociacionismo moderno. Ahora hay más organizaciones que luchan por las cosas por las que nosotros luchamos, y los masones tenemos que entender y asimilar que la masonería, siendo perfectamente útil en el mundo moderno porque las necesidades son las mismas y la reflexión sobre el mundo en el que vivimos y sobre los seres que somos y queremos ser sigue siendo pertinente, ya no plantea sus propuestas a la sociedad en exclusiva. Aunque vivimos en un mundo en el que hay una gran parte de la población que se desentiende de la res pública, hay colectivos y entidades que trabajan en la misma dirección que nosotros. Insisto: afortunadamente. Por ejemplo, no somos la única organización que plantea el derecho al aborto y el derecho a la muerte digna. Hay organizaciones asociativas especializadas en trabajar en pos de esos derechos.

¿Qué aporta distintivo la masonería, entonces? ¿Por qué hacerse masón y no miembro de una oenegé?

Aporta esa vocación de construcción de uno mismo, ese espacio en el que compartir con otros seres humanos una serie de reflexiones generales sobre el propio ser humano. Una oenegé puede aportar una acción concreta para resolver un problema, mientras que la masonería no, pero la masonería convierte esa falta de especialización asociativa en una ventaja: esos diálogos que no tienen por objeto vencer y perder, sino escuchar con respeto posiciones distintas, permiten alcanzar una perspectiva más amplia, más global, de la condición humana. La masonería tiene esa dimensión de fábrica de pensamiento que mencionaba antes, ese desarrollo de respuestas a preguntas que surgen ante la realidad de Desde sus inicios la masonería se ha ocupado de cuestiones como la esclavitudcada momento. Desde el principio de su existencia la masonería se ha ocupado de cuestiones como la esclavitud. Aunque ha habido masones que en un determinado momento han defendido la esclavitud: el caso de Voltaire, por ejemplo. Voltaire hace una aportación enorme al pensamiento occidental, sobre todo en lo referente al ideal laico, pero por otro lado es esclavista; sin embargo, en otro determinado momento, Victor Schoelcher, que también es masón, es uno de los grandes teóricos del abolicionismo en Europa. La cuestión es que todos esos temas, todas esas cuestiones que van surgiendo en las logias, son objeto de una reflexión.

¿Por qué se hacen masones los masones? ¿Suelen pesar motivos familiares, transmisiones de padres a hijos?

En Francia hay casos de ésos, pero aquí no. Son casos excepcionalísimos debido al corte total que supusieron los cuarenta años de franquismo.

¿Cuáles son los motivos más habituales?

Muchas veces, yo creo que las personas que se hacen masonas buscan compartir determinadas inquietudes con otras personas; preguntas muy propias del ser humano como de dónde venimos, a dónde vamos, etcétera. A esa gente le atrae la idea de evolucionar en ese sentido, de mejorar como persona. Por otro lado hay gente que entiende que ésta es una organización que ha combatido por una serie de derechos y libertades y se incorporan por eso: gente, por ejemplo, muy reivindicativa en el plano del laicismo y que nos conoce a través de esa lucha. En fin, hay tantos motivos como masones.

¿Cuál fue su caso?

Mi caso fue el republicanismo. El plano filosófico no me atrajo inicialmente: fue el republicanismo lo que me llevó a la masonería. Me interesé por el republicanismo en la adolescencia y primera juventud y vi que muchos de los personajes que aparecían en los libros que leía, y que para mí podían ser en algunos casos una referencia importante, tenían una implicación paralela en esta organización. Eso hizo que la masonería empezara a llamarme la atención; después, en septiembre de 1991 coincidió que hubo una en la Casa Natal de Jovellanos una exposición, muy bien montada y muy bonita, de material masónico procedente del Archivo de la Guerra Civil de Salamanca.

En ese Archivo, hoy Centro Nacional de la Memoria Histórica, hay una reproducción visitable del interior de una logia masónica.

Sí, y todo el material expuesto era de Gijón. Pues bueno, me acerqué allí y coincidió que en la exposición estaba el jefe de estudios del Instituto Jovelanos, donde yo estudiaba, que a su vez me presentó al director del Instituto Juan Gil Albert, que a su vez me puso en contacto con alguien de París. Coincidía que, apenas unos días después, me iba de ERASMUS a Francia. Cuando llegué a París, adonde fui con un compañero de piso, aproveché para escaparme, dejando a mi amigo en el cementerio del Père Lachaise, y me fui a ver a este señor, que me hizo una especie de aplomación (es decir, una entrevista) exprés y una carta de recomendación que aún conservo.

¿Cuál es el proceso de afiliación? ¿Qué pasos se siguen?

Todas las obediencias tenemos un proceso muy similar. En primer lugar, se dirige una petición directa a la logia. La logia, entonces, designa a tres personas para que se encarguen de hacer al solicitante tres entrevistas. Previamente a esas tres entrevistas, tenemos la costumbre de hacer una informal para que nos pregunten lo que les dé la gana: sobre los mitos, sobre lo que no son mitos, sobre lo que sea. No hay ningún problema. No contestamos nunca con eso de: “No te lo puedo contar”. Bien, después se hacen esas tres entrevistas a través de las cuales intentamos conocer a la persona: su perfil biográfico, su perfil social, es decir, qué grado de compromiso social tiene, y su perfil filosófico. Esta última es, al menos en mi opinión, la entrevista más complicada: se trata de saber qué piensa el solicitante de la existencia humana, de su origen, de su final... Si el solicitante fuera Unamuno, respondería con aquello del sentimiento trágico de la vida. Es una entrevista muy complicada porque toca aspectos, por un lado, muy íntimos, y por otro muy difíciles de formular. Bueno, después esa persona entra ya en el siglo XVIII. Mantenemos las mismas fórmulas que se seguían entonces: pasa a la logia con los ojos vendados y se le somete a una especie de interrogatorio en el que la gente plantea preguntas intentando buscar un poco más allá de lo que ya ha contestado previamente. La persona contesta lo que le da la gana y posteriormente se vota. En función de la votación, pasa a formar parte de la logia mediante una ceremonia concreta que se llama iniciación masónica o su inclusión queda pospuesta para el año siguiente.

¿Suele haber rechazos?

No suele, pero hay rechazos.

¿Por qué se producen?

Por muchas razones. Por ejemplo, yo recuerdo alguno a candidatos que tenían una imagen malamente esotérica de lo que era una logia; ese esoterismo mal entendido del que hablábamos antes. En otros casos, detectamos ciertos componentes dogmáticos que vemos que pueden ser incompatibles con la logia. Rechazamos a esa gente no porque piense de una manera o de otra, sino por el hecho de pensar de una manera categórica, que suponga la exclusión del otro, la intolerancia del otro.

viernes, 9 de enero de 2015

LOS ESTATUTOS SCHAW DE 1598

En Edimburgo, el vigésimo octavo día de diciembre del año de Dios 1598.
Estatutos y ordenanzas que deben observar todos los maestros masones de este reino, establecidas por William Schaw, Maestro de Obras de Su Majestad (el rey Jacobo VI) y Vigilante General de dicho oficio, con el consentimiento de los maestros abajo firmantes.
1.- Primeramente, observarán y guardarán por sus predecesores de memoria todas las ordenanzas precedentemente establecidas concernientes a los privilegios de su oficio, y en particular serán sinceros los unos con los otros y vivirán juntos en la caridad habiéndose convertido, por juramento, en hermanos y compañeros de oficio.
2.- Obedecerán a sus Vigilantes, diáconos y maestros en todo lo concerniente a su oficio.
3.- Serán honestos, fieles y diligentes en su labor, y se dirigirán con rectitud a los maestros o propietarios de las obras que emprendan, tanto si son pagados a destajo, o alojados y alimentados o pagados por semanas.
4.- Nadie emprenderá una obra, grande o pequeña, que no sea capaz de ejecutar con competencia, bajo pena de una multa de cuarenta libras o del cuarto del valor de dicha obra, sin perjuicio de las indemnizaciones y compensaciones a pagar a los propietarios de la obra según la estimación y el juicio del Vigilante General, o en su ausencia, según la estimación de los vigilantes, diáconos y maestros del condado donde dicha obra esté en construcción.
5.- Ningún maestro tomará para sí la obra de otro maestro después de que éste lo haya convenido con el propietario de la obra, ya sea por contrato, acuerdo con arras o acuerdo verbal, bajo pena de una multa de cuarenta libras.
6.- Ningún maestro retomará una obra en la cual otros maestros hayan trabajado anteriormente hasta que sus predecesores hayan recibido el salario del trabajo cumplido, bajo pena de la misma multa.
7.- En cada una de las logias en que se distribuyen los masones se escogerá y elegirá cada año un vigilante que estará a cargo de la misma, ello por sufragio de los maestros de dichas logias y con el consentimiento de su Vigilante General si se halla presente. Si no es así, se le informará de que un vigilante ha sido elegido por un año, a fin de que pueda enviar sus directrices al vigilante elegido.
8.- Ningún maestro tomará más de tres aprendices a lo largo de su vida si no es con el consentimiento especial de todos los vigilantes, diáconos y maestros del condado donde vive el aprendiz que él quiere tomar de más.
9.- Ningún maestro tomará ni se atribuirá un aprendiz por menos de siete años, y tampoco será permitido hacer de este aprendiz un hermano y compañero del oficio hasta que haya ejercido otros siete años tras el fin de su aprendizaje salvo dispensa especial concedida por los vigilantes, diáconos y maestros reunidos para juzgarlo, y que se haya probado suficientemente el valor, cualificación y habilidad de aquél que desea ser hecho compañero del oficio; ello, bajo pena de una multa de cuarenta libras a percibir de aquél que haya sido hecho compañero del oficio contrariamente a esta ordenanza, sin perjuicio de las penas que se le puedan aplicar por la logia a la cual pertenezca.
10.- No se permitirá a ningún maestro vender su aprendiz a otro maestro, ni liberarse por dinero con respecto al aprendiz de los años de aprendizaje que aquél le debe, bajo pena de una multa de cuarenta libras.
11.- Ningún maestro recibirá aprendices sin informar al vigilante de la logia a la cual pertenece, a fin de que el nombre de dicho aprendiz y el día de su recepción puedan ser debidamente registrados.
12.- Ningún aprendiz será entrado sin que sea respetada la misma regla, a saber, que su entrada sea registrada.
13.- Ningún maestro o compañero del oficio será recibido o admitido si no es en presencia de seis maestros y de dos aprendices entrados, siendo el vigilante de la logia uno de los seis; el día de la recepción, dicho compañero del oficio o maestro será debidamente registrado y su nombre y marca serán inscritos en el libro juntamente con los nombres de los seis que lo han admitido y los de los aprendices entrados; igualmente, se inscribirá el nombre de los instructores que se deban elegir para cada recipiendario. Todo ello, con la condición de que ningún hombre será admitido sin que se le haya examinado y se haya probado suficientemente su habilidad y valor en el oficio al que se consagra.
14.- Ningún maestro trabajará en una obra de masonería bajo la autoridad o dirección de otro hombre de oficio que haya tomado a su cargo una obra de masonería.
15.- Ningún maestro o compañero de oficio acogerá un cowan * para trabajar con él, ni enviará a ninguno de sus ayudantes a trabajar con los cowan, bajo pena de una multa de veinte libras cada vez que alguien contravenga esta regla.
16.- No se permitirá a un aprendiz entrado emprender una tarea u obra para un propietario por un valor superior a diez libras, bajo pena de la misma multa precedente, a saber, veinte libras; y después de haber ejecutado esta tarea, no empezará otra sin el permiso de los maestros o del vigilante del lugar.
17.- Si estalla alguna disputa, querella o disensión entre los maestros, los ayudantes o los aprendices entrados, que las partes en presencia comuniquen la causa de su querella a los vigilantes y a los diáconos de su logia en un plazo de veinticuatro horas, bajo pena de una multa de diez libras, a fin de que puedan reconciliarse y ponerse de acuerdo y de que su diferendo pueda ser allanado por dichos vigilantes, diáconos y maestros; y si sucede que una de las partes se empeña y se obstina, serán excluidos de los privilegios de su logia respectiva y no les será permitido volver a trabajar en ella hasta que reconozcan su error ante los vigilantes, diáconos o maestros como se ha dicho.
18.- Todos los maestros emprendedores de obras velarán para que los andamiajes y las pasarelas estén sólidamente instalados y dispuestos, a fin de que ninguna persona empleada en dichas obras se lastime como consecuencia de su negligencia o su incuria, bajo pena de ser privados del derecho de trabajar como maestros responsables de obra y de ser condenados por el resto de sus días a trabajar bajo las órdenes de otro maestro principal que tenga obras a su cargo.
19.- Ningún maestro acogerá ni empleará al aprendiz o al ayudante que haya escapado del servicio de otro maestro; en el caso que lo haya acogido por ignorancia, no lo conservará con él cuando sea informado de la situación, bajo pena de una multa de cuarenta libras.
20.- Todas las personas pertenecientes al oficio de masón se reunirán en un tiempo y en un lugar debidamente anunciado, bajo pena de una multa de diez libras (en caso de ausencia).
21.- Todos los maestros que hayan sido convocados a una asamblea o reunión prestarán el juramento solemne de no ocultar ni disimular las faltas o infracciones que hayan podido cometer los unos respecto a los otros, así como las faltas o infracciones que tales hombres (de oficio) tengan conocimiento de haber podido cometer hacia los propietarios de las obras que tienen a su cargo; ello, bajo pena de una multa de diez libras a pagar por aquéllos que hayan disimulado tales faltas.
22.- Se ordena que todas las multas previstas anteriormente sean aplicadas sobre los delincuentes y contraventores de las ordenanzas por los vigilantes, diáconos y maestros de las logias a las cuales pertenezcan los culpables, y que el producto sea distribuido "ad píos usus" según la conciencia y parecer de dichas personas.
Y con el fin que estas ordenanzas sean ejecutadas y observadas tal como han estado establecidas, todos los maestros reunidos en el día indicado precedentemente se comprometen y obligan a obedecerlas fielmente. Es por ello que el Vigilante General les ha requerido firmar el presente manuscrito de su propia mano, a fin de que una copia auténtica sea enviada a cada logia particular de este reino.

William Schaw Maestro de Obras

Traducción: Mireia Valls

Nota * La palabra cowan, seguramente de origen escocés, designaba antiguamente a los albañiles que no estaban iniciados en el arte masónico ni conocían los secretos del oficio. Según los textos eran aquellos que no estaban cualificados para recibir la palabra del masón, aquellos que "construían muros con piedras no desbastadas y sin cal".
LOS ESTATUTOS DE RATISBONA 1498

ESTATUTOS DE LA ASOCIACION DE TALLADORES
DE PIEDRA Y ALBAÑILES

En el nombre de Dios Padre, del Hijo, del Espiritu Santo y Santa María, madre de Dios, de sus bienaventurados santos servidores, los cuatro santos coronados de eterna memoria, consideramos que para conservar la amistad, unión y obediencia, fundamento de todo bien, de toda utilidad y provecho para todos, príncipes, condes, señores, localidades y conventos, en el presente y en el futuro, Iglesias, edificios de piedra o construcciones, debemos constituir una comunidad fraternal; esto por el bien y para utilidad de todos los Maestros y Compañeros del oficio, talladores de piedra y albañiles en tierra alemana, especialmente para evitar toda discusión, fracaso, inquietud, gastos y perjuicios provenientes de desordenes y transgresiones de la buena regla. Nosotros nos comprometemos a cumplir todos los reglamentos pacíficamente y en amistad.
Para que nuestra cristiana empresa sea valedera en toda ocasión, nosotros, Maestros y Compañeros del citado oficio, originarios de Spira, Estrasburgo y Ratisbona, en nuestro nombre y en el de todos los Maestros y Compañeros del oficio antes mencionados, hemos renovado y esclarecido las viejas tradiciones y nos hemos constituido en una asociación regida por un espíritu fraternal y nos hemos comprometido a observar fielmente los reglamentos a continuación definidos, por nosotros mismos y por nuestros sucesores.

1.
Quien quiera entrar en nuestra fraternal organización debe prometer observar todos los puntos que se mencionan en este libro.
2.
Si un trabajador hubiera comenzado un trabajo y sucediera que muriera sin terminarlo, es necesario que cualquier Maestro capacitado para ello continue la Obra para llevarla a buen término.
3.
Si se presenta un compañero competente en el oficio que desea progresar después de haber servido en este ramo, se le puede aceptar.
4.
Si un Maestro muere sin haber terminado la Obra emprendida lo sustituirá otro Maestro, éste la conducirá a su término sin abandonarla a un tercero, y esto con el fin de que quienes hubieran encargado el trabajo en cuestión no se encuentren con gastos excesivos que perjudicarían la memoria del difunto.
5.
Si se forma un nuevo taller donde antes no lo había, o si un Maestro muere y es reemplazado por otro que no forma parte de esta corporación, el Maestro que detente los documentos y los estatutos de la corporación en vigor en esa región, convocará a un Maestro elegido por esta corporación y le hará jurar y prometer que mantendrá todo en regla, según la costumbre de los trabajadores de la piedra y albañiles; cualquiera que se opusiera a esta ley no recibirá ninguna ayuda ni de Compañero ni de Maestro y ningún Compañero de esta corporación entrará en su taller.
6.
Quien esté al servicio de un señor, sea Maestro o Compañero, no debe ser aceptado en la corporación si no es con el consentimiento de su señor.
7.
Si un taller ha sido puesto en funcionamiento por ejemplo en Estrasburgo, Colonia, Viena y Passau, u otros lugares similares, nadie proveniente del exterior se podrá beneficiar de él.
8.
El Maestro que tome la dirección de una empresa en curso debe respetar el salario acordado hasta entonces.
9.
El salario convenido debe ser satisfecho a los compañeros desde el primer momento.
10.
El Maestro debe en cualquier circunstancia comportarse correctamente con los Compañeros, según el derecho y la costumbre de los talladores de piedra y albañiles, en conformidad con las costumbres de la región.
11.
Si un Maestro ha emprendido un trabajo al que otros Maestros han acudido, éstos no deben de ninguna manera tomar su lugar hasta que el primero desista de su empresa. Naturalmente, estos últimos deben ser competentes.
12.

13.

14.
El, o los Maestros, que emprendan trabajos semejantes no deben alquilar los servicios más que de aquellos que sean competentes en la materia.
15.
Si un Maestro emprende un trabajo para el que no es competente, ningún Compañero debe ayudarle.
16.
Dos Maestros no deben emprender el mismo trabajo, a menos que no pueda terminarse en el curso de ese mismo año.
17.
Cada Maestro que resida en su taller no debe tener más de dos ayudantes. Y si tiene uno o varios talleres exteriores, no puede tener para cada uno más de dos ayudantes con el fin de que no tenga más de cinco ayudantes en el conjunto de sus talleres. Pero si pierde un taller, debe emplear a los ayudantes en su otro taller hasta que termine el periodo contratado de sus ayudantes y no debe contratar otros hasta que el trabajo se haya acabado.
18.
Si un ayudante falla a un Maestro, el Maestro puede contratar a otro por un trimestre hasta que termine el periodo de trabajo del otro.
19.
Cuando un ayudante sirve a un Maestro conforme los estatutos de la corporación y si el Maestro le ha prometido confiarle determinados trabajos y el ayudante desea permanecer con él, podrá entenderse con el Maestro para servirle más tiempo.
20.
Todo maestro de obras que dirija un taller se someterá al poder jurídico de esta corporación para solucionar toda diferencia que pueda sobrevenir entre los constructores, siendo sus decisiones obedecidas por todos los Maestros, Compañeros y ayudantes.
21.
En el caso de una demanda planteada a un Maestro, no pronunciará el sólo una sentencia, se reunirá con los dos Maestros más próximos y con los Compañeros que pertenezcan al taller. Juntos esclarecerán la cuestión que a continuación deberá ser informada a toda la corporación.
22.
Todo maestro que tiene la responsabilidad de los estatutos de la corporación debe hacerlo leer a sus Compañeros una vez al año, y si en el curso del año viene un Maestro o un Compañero que desea conocer los estatutos en todo o en parte, debe permitírselo para que no haya ningún equívoco.
23.
Si ocurriera que dos Maestros pertenecientes a esta corporación tuvieran diferencias sobre cuestiones ajenas a la profesión, no deben dirigirse a otro lugar que no sea la corporación, la cual juzgará de la mejor manera.
24.
Ningún maestro de obras o Maestro debe vivir abiertamente en concubinato. Si no se abstiene de ello, ningún Compañero ni tallador de piedra se quedará en su taller ni tendrá nada en común con él.
25.
A fin de que el espíritu de fraternidad se mantenga íntegro bajo los auspicios divinos, todo Maestro que tiene la dirección de un taller debe, desde que es recibido en la corporación, donar un "gulden".
26.
Todos los Maestros y maestros de obra deben tener, cada uno, un tronco en el que cada Compañero ingresará un pfennig por semana. Cada Maestro debe recoger este dinero y cualquier otro depositado en el tronco y remitirlo cada año a la corporación.
27.
Limosnas y multas deben ser ingresadas en los troncos de la comunidad, a fin de que el servicio divino sea mejor celebrado.
28.
Si un maestro de obras no se somete a los reglamentos y quiere sin embargo ejercer su oficio, ningún Compañero debe ir a su taller y los otros Maestros deben ignorarlo.
29.
Si un Maestro no pertenece todavía a la corporación, pero no se declara hostil a la misma y contrata a un Compañero, este no será sancionado por este hecho.
30.
Si un Compañero se dirige a un Maestro de vida honesta pidiéndole ser contratado, podrá hacerlo siempre que continué cumpliendo sus obligaciones hacia la corporación.
31.
Si una disputa surge entre dos Maestros o entre Compañeros, o entre éstos y Maestros, estas disputas deben ser informadas a los Maestros que detentan los libros de la Corporación. Estos especifican los días en que las partes deben ser escuchadas y la causa será juzgada en los lugares donde se conserven los libros de la Corporación.
32.
No se debe aceptar en la corporación a ningún Maestro o maestro de obras que no haya comunicado durante el año o que no practique, o que malgaste sus haberes en el juego. Si por ventura alguien así hubiera sido aceptado, ningún Maestro, ningún Compañero, debe tener contacto con él hasta que cambie de vida y acepte un castigo de la comunidad.
33.
El Maestro que tiene la responsabilidad de los libros debe prometer a la corporación guardarlos con celo y no dejar copiarlos a nadie ni prestarlos a cualquiera, afin de que se conserven intactos. Pero si alguien de la corporación necesita copiar uno o dos artículos, puede prestarle los libros o autorizarle la copia.
34.
Si un Maestro o un Compañero copia el trabajo de un Maestro a espaldas del autor de esa obra, será expulsado de la corporación; ningún Maestro ni Compañero debe tener contacto con él y ningún Compañero debe asociarse a sus trabajos mientras no se excuse honorablemente.
35.
Igualmente, un Maestro que haya emprendido un trabajo y diseñado un plan no debe modificarlo, sino que debe realizarlo siguiendo la costumbre del país.
36.
Si un Maestro o un Compañero realiza desembolsos por la comunidad, debe justificarlos y la comunidad se los debe reembolsar. Si alguien tiene problemas con la justicia o por otras circunstancias que conciernan a la corporación, esta debe ayudarle y protegerle.
37.
Si un Maestro o un Compañero tiene dificultades con la justicia u otros, cada uno, sea Maestro o Compañero, debe ayudarle y asistirle, conforme los compromisos de la corporación.
38.
Si un Maestro una vez terminada la construcción, no ha recibido todo lo que se le debe, no tiene autorización para exigir intereses. Por el contrario, un Maestro que haya adelantado dinero a una persona o ciudad para llevar adelante una construcción debe cobrar intereses.
39.
Si un Maestro debe poner unos cimientos, y no puede terminarlos a falta de mano de obra cualificada, puede dirigirse a los albañiles de toda latitud, para que las personas o las ciudades que hayan encargado la obras no queden desatendidas.
40.
Todos los Maestros y Compañeros que se han comprometido por juramento a observar los reglamentos de la corporación deben ser fieles a sus compromisos. Si un Maestro o un Compañero infringe uno de los artículos del reglamento, debe ser castigado en consecuencia y obligado a cumplir el artículo en cuestión.
41.
En Ratisbona, en el año 1459, cuatro semanas después de pascuas, se ha decidido que el Maestro de obras Jobst Dotzinger, que ha construido nuestra catedral y numerosos establecimientos religiosos en Estrasburgo, sea considerado, así como sus sucesores, como presidente y juez, y esto es igualmente válido para Spira y Estrasburgo.
42.
Todos los Maestros que posean un tronco en los talleres donde no exista tronco de la corporación serán responsables del dinero frente a los Maestros que detenten los libros de la corporación y, allí donde se ubiquen los libros se celebrará un servicio divino. Si se produce el deceso de un maestro o de un Compañero en los talleres donde no exista libro de la corporación, se comunicará al Maestro que guarde los libros de la corporación, y una vez notificado se celebrará una misa por el reposo del alma del difunto. Todos los Maestros y Compañeros deben estar presentes y dar un óbolo.
43.
Los troncos de los talleres en los que no haya libro de la corporación se ingresarán en el taller más próximo que posea libro de la corporación.
44.
Ningún Maestro ni Compañero que no pertenezca a la corporación debe recibir el menor tipo de enseñanza
45.
No se tiene derecho a recibir dinero como retribución por la enseñanza dispensada, pero nada impide enseñar gratuitamente a todos aquellos que deseen instruirse.
46.
Si un hombre piadoso desea participar en el servicio divino, se le debe aceptar. Pero, a parte del servicio divino, no debe participar en el trabajo de la corporación.
47.
En el año 1459, cuatro semanas después de pascuas, los Maestros y los obreros de esta corporación que se han reunido en Ratisbona han jurado fidelidad sobre el libro.
Jobst Dotzinger, el maestro de obra de Estrasburgo.

Anexos
Reglamentos concernientes a los Aprendices y Compañeros

1.
Si uno o varios Compañeros vuelven, después de viajar por Alemania, a sus talleres, el Maestro debe asegurarles el mismo salario que tenían antes de irse. Y si no hubieran prestado el juramento anteriormente, el Maestro les hará cumplir esta formalidad. Si rehusaran, nadie les contratará.
2.
El Maestro no debe contratar a ningún Compañero que lleve una existencia disoluta, que viva con una concubina, o que no se confiese y comulge al menos una vez al año, o que malgaste su jornal en el juego.
3.
Si un Compañero se presenta en una obra y pide ser contratado, no debe ser aceptado, a menos que demuestre que ha realizado su aprendizaje con un Maestro albañil.
4.
El postulante no debe dirigirse a otra persona bajo pena de castigo.
5.
Todo Compañero itinerante que es contratado en una obra debe obediencia al Maestro o a su ayudante, según las reglas y las costumbres de la corporación.
6.
Ningún Compañero itinerante empleado debe hablar mal de su contratista ni atentar contra su honor. Pero si el contratista incumple las reglas de la corporación, cualquiera puede denunciarle.
7.
Cuando un itinerante abandone la obra no debe dejar deudas, ni ser objeto de denuncias.
8.
Si un contratista quiere despedir a un itinerante, debe entregarle su salario solamente en sábado o en una tarde de pago, con el fin de que esté en condiciones de viajar al día siguiente, a menos que tenga alguna razón para actuar de otra manera.
9.
Un vigilante debe servir a su maestro con fidelidad, según la ley y la costumbre, no deje perjudicarle jamás ni con actos ni con palabras, ni personalmente, ni a través de terceros.
10.
Todo Compañero itinerante debe prometer a los miembros de la corporación respetar todas las reglas corporativas y si se niega o comete una infracción no debe ser contratado por ningún contratista al que se presente.
11.
Si un Maestro o un Compañero de la corporación cae enfermo y no puede cubrir sus necesidades, la corporación le debe ayuda y sustento, y si se encuentra en necesidad, debe prestarle el dinero necesario para los cuidados, que a su vez devolverá tan pronto como pueda. Si muere, se debe coger lo que haya dejado (ropas u otras cosas) para cubrir los gastos.
12.
Si un Compañero se presenta ante un maestro que no tiene libro de la corporación y le solicita un empleo, el Maestro puede emplearlo inscribiéndole en la corporación y dándole el salario reglamentario. Si el Maestro no tiene dinero, debe recomendarlo a alguno de sus colegas que posea los libros corporativos así como los troncos. Se leerán los reglamentos al Compañero que jurará cumplirlos.
13.
Si un Compañero a trabajado para un Albañil y no para un maestro de obra y desea entrar en la corporación, debe trabajar durante dos años sin salario para un maestro de obra. Si no acepta no será admitido en la corporación. Sin embargo, cada Maestro que detente un libro corporativo, debe actuar según las circunstancias.

Reglamentos concernientes a los aprendices.
1.
Ningún Maestro ni maestro de obras debe contratar a un aprendiz que no esté casado. Se le podrá preguntar, por otro lado, si su padre y su madre están casados.
2.
Ningún Maestro ni maestro de obra puede contratar a un aprendiz por menos de seis años.
3.
No puede hacerle capataz antes del término de este tiempo.
4.
Y no puede hacerle capataz hasta que no haya ejercido como Compañero al menos durante un año.
5.
El Maestro o el maestro de obras debe hacer prometer al aprendiz que cumplirá los estatutos y reglas de la corporación.
6.
Si un aprendiz abandona a su contratista sin una causa legítima antes del término de su contrato, ningún otro contratista debe contratarlo. Ningún compañero debe hacer amistad con él, a no ser que regrese a su contratista, después de lo cual acabará su tiempo de aprendizaje satisfactoriamente, por lo que recibirá un certificado. Ningún aprendiz debe exigir indemnización a su contratista, salvo por causa de matrimonio con el consentimiento de su contratista, o por cualquier motivo legítimo contraido por él o su contratista.
7.
Si un aprendiz piensa que su Maestro le causa algún perjuicio, puede plantear la cuestión ante los maestros de obra y Maestros de la región.
8.
Si un aprendiz se comporta de modo incorrecto desde el punto de vista sentimental y fuera del matrimonio, debe perder el beneficio de sus años de aprendizaje, examinando sin embargo su caso con comprensión.
9.
Si un Maestro, Compañero o aprendiz incumple el reglamento, debe someterse dócilmente a la sanción. Si se resiste debe ser excluido de la corporación hasta que cumpla la sanción. Será evitado y despreciado por todos. Soli Deo Gloria

Traducción: Julio Pauls
EL MANUSCRITO REGIUS

Traducción: Taller Blasco Ibáñez

INTRODUCCIÓN
Es en el seno de las antiguas corporaciones de constructores de la Edad Media europea donde tomó forma la corriente iniciática que hoy conocemos como Masonería. No quiere esto decir, en absoluto, que la tradición masónica, en tanto que transmisión de una influencia espiritual "no humana", deba remitirse históricamente a una determinada época o circunstancia. En realidad, este error depende de una concepción de la iniciación como algo de orden simplemente "moral" o "social", y semejante actitud es consecuencia de un punto de vista esencialmente exterior y "profano". Tampoco la tradición masónica -así como cualquier otra tradición iniciática legítima, en tanto que implica una transmisión regular- puede ser reducida a un sentido exclusivamente psicológico, de donde se derivaría su existencia como un simple producto del "espíritu humano". Ciertamente, la Masonería sería impensable si no tenemos en cuenta la noción de la unidad tradicional primordial y las sucesivas adaptaciones de ésta a las circunstancias determinadas por el desarrollo cíclico de la manifestación y por las diferentes mentalidades de los pueblos a las que está dirigida. Decir que la Masonería "tomó forma" en las antiguas corporaciones medievales significa que éstas proporcionaron la base y el "molde" adecuado para su expresión en tanto que modelo iniciático de características propias, ligado a un oficio; este modelo no deja de ser una expresión de una verdad no histórica, y es así como debe entenderse su origen "from immemorial time".
Por otra parte, la usual división de la Masonería en "operativa" y "especulativa", entendiendo por la primera las corporaciones de constructores medievales y por la segunda la organización "filantrópica" y "filosófica" derivada del progresivo predominio en las logias de los "Masones aceptados", y cuyo nacimiento data del s. XVIII, no implica sino la fijación en el aspecto más exterior y superficial de la misma. Se pretende que la Masonería "especulativa", al haber prescindido del oficio, si no evidentemente en sus símbolos y ritos, sí en sus aspectos formales, representaría un progreso en sentido "intelectual" y respondería a concepciones de un nivel más elevado. En realidad, el paso de lo "operativo" a lo "especulativo" representa exactamente lo contrario de lo que la mentalidad moderna quiere ver ahí. Lejos de constituir un "progreso", se trata más bien de un empobrecimiento y un olvido de lo que es la "realización" -y es esto lo que verdaderamente significa el término "operativo"- para no dejar subsistir más que una visión puramente teórica de la iniciación, una "especulación" que es un "reflejo", es decir, un conocimiento indirecto, por oposición al conocimiento efectivo y directo. Tal conocimiento efectivo no es sino la realización iniciática (1).
Aunque el saber iniciático es propiamente una transmisión, y como tal tiene sus propios medios, diferentes por completos de la educación profana, la Masonería medieval y cristiana dejó algunos documentos escritos -hoy en día prácticamente desaparecidos- en los que se conservaron cuidadosamente algunas normas generales, leyes fundamentales e interpretaciones míticas, a los que genéricamente se denomina "Old Charges" (Antiguos Deberes). El más antiguo que se conoce es el Manuscrito Regius, del que aquí ofrecemos la traducción al castellano (2).
Según todas las informaciones al respecto, el Manuscrito Regius data de alrededor del año 1390; publicado en 1840 por James O. Halliwell, es mencionado en 1670 en un inventario de la biblioteca John Theyer. Ésta fue vendida a Robert Scott (de donde un nuevo inventario en 1678). El manuscrito perteneció después a la biblioteca real hasta 1757 (y de ahí su nombre de "Regius"), fecha en la cual el rey Jorge II lo donó al Museo Británico.
El Regius se compone de las siguientes partes:
Fundación de la Masonería en Egipto por Euclides.
Introducción de la Masonería en Inglaterra bajo el reinado de Adelstonus (rey sajón, 925-939).
Los Deberes: quince artículos.
Los Deberes: quince puntos.
Relato de los Cuatro Coronados.
Relato de la Torre de Babel.
Las siete artes liberales.
Exhortación sobre la misa y cómo conducirse en la iglesia.
Instrucción sobre las buenas maneras.

AQUÍ COMIENZAN LOS ESTATUTOS DEL ARTE DE LA GEOMETRÍA
SEGÚN EUCLIDES
Quienquiera que bien desee leer y buscar, podrá hallar escrito en un viejo libro de grandes señores y damas la historia, que, ciertamente, muchos hijos tenían; pero no poseían tierras para vivir de ellas, ni en la ciudad, ni en los campos o los bosques; Un consejo les dieron a todos ellos: Para decidir en bien de estos niños, acerca de cómo podrían ganarse la vida sin grandes penurias, cuitas ni luchas; y también para la multitud que llegará, algunos de ellos fueron enviados a buscar grandes clérigos, para que les enseñaran buenos oficios; y nos les rogamos, por el amor de nuestro Señor, para que nuestros hijos encontraran trabajo, y pudieran así ganarse la vida, de forma honesta y muy segura. ya en aquellos tiempos, por la buena geometría, este honesto oficio que es la masonería fue ordenado y creado de tal manera, concebido por todos estos clérigos; gracias a sus oraciones ellos inventaron La geometría.
Y le dieron el nombre de masonería al más honrado de todos los oficios. los hijos de estos señores se aplicaron en el aprendizaje del oficio de la geometría, lo cual hicieron muy cuidadosamente; la oración de los padres, y también de las madres, les puso en este honrado oficio, y aquel que mejor lo aprendía, y era honesto, y superaba en atención a sus compañeros, si en este oficio les aventajaba, debía ser más honrado que el último, este gran clérigo se llamaba Euclides, su nombre era conocido en todo el mundo, pero este gran clérigo ordenó a quien más elevado estaba en este grado, que debía enseñar a los más simples de espíritu para ser perfecto en este honrado oficio; y así debían instruirse el uno al otro, y amarse juntos como hermano y hermana, también ordenó que maestro debía ser llamado; a fin de que fuera más honrado, debía ser así entonces tratado; pero jamás masones deben llamar a otro, en el seno del oficio entre ellos, ni sujeto, ni servidor, mi querido hermano, aunque sea menos perfecto que otro; cada uno llamará a los demás compañeros con amistad, pues de nobles damas han nacido.
De esta forma, por la buena ciencia de la geometría, comenzó el oficio de la masonería; así fundó el clérigo Euclides, este oficio de geometría en tierras de Egipto. en Egipto a todos lo enseñó, y en distintos países de todas partes, durante muchos años, según he oído, antes de que el oficio llegara a este país.
* * *
Este oficio llegó a Inglaterra, como os he dicho, en los días del buen rey Adelstonus; hizo entonces construir muchas casas en el bosque, y altos templos de gran renombre, para gozar de ellos día y noche, este buen señor amaba mucho el oficio, y quiso mejorar todas sus partes, por las muchas faltas que en él encontró. Envió a través del país decir a todos los masones del oficio, venir a él sin tardanza, para enmendar juntos tales defectos con buenos consejos, si fuera posible. un buen grupo reunió entonces de diversos señores, en su rango, duques, condes y también barones, caballeros, escuderos y muchos otros, y los grandes burgueses de la ciudad, cada uno en su propio rango; allí estaban todos juntos, para fundar el estatuto de los masones, con todo su espíritu buscaban cómo podrían ser gobernados; quince artículos quisieron producir, y otros quince puntos fueron creados.
ARTÍCULO PRIMERO
El primer artículo de esta geometría: el maestro masón debe ser digno de confianza a la vez constante, leal y sincero, y jamás tendrá nada que lamentar; y pagará a sus compañeros según el coste de las vituallas, que tú bien conoces; y págales justamente, y de buena fe, lo que puedan merecer; y evita, por amor o por temor, que ninguna de las partes acepte ventajas, ni del Señor ni del Compañero, sea cual sea, de ellos no aceptes ningún tipo de prebendas; y como un juez mantente íntegro, y entonces a ambos harás buen derecho; y en verdad haz esto allá donde te encuentres, tu honor, tu provecho, será el mejor.
ARTÍCULO SEGUNDO
El segundo artículo de buena masonería, como vos debéis entender especialmente, que todo maestro, que sea masón, debe asistir a la asamblea general, para lo cual le será comunicado el lugar en que se celebrará. Y a esta asamblea debe acudir, salvo si hay una excusa razonable, o sea desobediente al oficio, o se abandone a la mentira, o esté tan gravemente enfermo que no pueda venir a ella; ésta es una excusa buena y válida, para esta asamblea, si es sincera.
ARTÍCULO TERCERO
En verdad, el tercer artículo es que el maestro no tome aprendiz, salvo si puede asegurarle alojamiento con él por siete años, como os digo, para aprender su oficio, y que le sea de provecho; en menos tiempo no será apto ni provechoso para su señor, ni para él, como podéis comprender por buena razón.
ARTÍCULO CUARTO
El cuarto artículo éste debe ser, que el maestro debe vigilar, en no tomar a un siervo como aprendiz, ni embaucarle por su propio bien; pues el señor al que está ligado bien puede buscar aprendiz donde quiera. Si en la logia fuera enseñado mucho desorden podría causar, y en tal caso podría ocurrir que algunos se entristecieran, o todos. Pues todos los masones que serán todos unidos estarán. Si un siervo en el oficio permaneciese, de diversos desórdenes os podría hablar: para tener paz, y honestidad, tomad un aprendiz de mejor condición. En un antiguo escrito encuentro que el aprendiz debe ser de noble nacimiento; y así, muchas veces, hijos de grandes señores han adoptado esta geometría, que es muy buena.
ARTÍCULO QUINTO
El quinto artículo es muy bueno, que el aprendiz sea de legítimo nacimiento; el maestro no debe, bajo ningún pretexto, tomar un aprendiz que sea deforme; ello significa, como veréis, que todos sus miembros estén enteros; para el oficio sería gran vergüenza, formar a un hombre estropeado, o a un cojo, pues un hombre imperfecto de nacimiento sería poco útil al oficio. cada uno puede comprenderlo, el oficio quiere hombres potentes, y un hombre mutilado no tiene fuerza, como sabéis desde hace tiempo.
ARTÍCULO SEXTO
Al sexto artículo no debéis faltar, que el maestro no perjudique a su señor, tomando del señor para el aprendiz, tanto como reciben sus compañeros, en todo, pues en este oficio se han perfeccionado, pero aún no el aprendiz, como comprenderéis, así que sería contrario a la buena razón dar igual salario a él y a los compañeros. Este mismo artículo, en tal caso, ordena que el aprendiz gane menos que sus compañeros, que son perfectos. En diversos puntos, sabed en cambio, que el maestro puede instruir a su aprendiz, para que su salario crezca rápidamente, y antes de que haya terminado su aprendizaje su salario habrá en mucho mejorado.
ARTÍCULO SÉPTIMO
El séptimo artículo, que ya está aquí, os dirá a todos vosotros, que ningún maestro, ni por favor ni por miedo, debe vestir o alimentar a ningún ladrón. Jamás albergará a ninguno de ellos, ni a quien haya matado a un hombre, ni a quien tenga mala reputación, pues traerá vergüenza al oficio.
ARTÍCULO OCTAVO
El octavo artículo nos muestra lo que el maestro tiene derecho a hacer. Si emplea a un hombre del oficio, y no es tan perfecto como debiera, puede sin tardanza reemplazarlo, y tomar en su lugar a un hombre más perfecto. Por imprudencia, un hombre así podría deshonrar el oficio.
ARTÍCULO NOVENO
Muy bien muestra el noveno artículo que el maestro debe ser fuerte y sabio; que no emprenda ninguna obra que no pueda acabar y realizar; y que sea provechoso a sus señores, así como a su oficio, allí donde vaya y que las obras estén bien construidas, para que ni fisuras ni brechas haya.
ARTÍCULO DÉCIMO
El décimo artículo sirve para hacer saber, a todos los del oficio, grandes o modestos, que ningún maestro debe a otro suplantar, sino estar juntos como hermana y hermano. en este oficio singular, todos, unos y otros, trabajan para un maestro masón. No debe él suplantar a ningún hombre que encargado esté de un trabajo, el castigo por ello es muy duro, no vale menos de diez libras, a menos que sea hallado culpable aquel que primero tenía el trabajo pues ningún hombre en masonería debe suplantar a otro impunemente, salvo si de tal manera ha construido que la obra se reduce a nada; puede entonces un masón pedir este trabajo, para no perjudicar al señor; en tal caso, si ocurriera, ningún masón se opondría. En verdad, quien ha comenzado las obras, si es un masón hábil y sólido, tiene la seguridad en su espíritu de llevar la obra a buen fin.
ARTÍCULO UNDÉCIMO
El undécimo artículo, te lo digo yo, es a la vez justo y libre; pues enseña, con firmeza, que ningún masón debe trabajar de noche, a menos de dedicarse al estudio, por el cual podrá mejorar.
ARTÍCULO DUODÉCIMO
El duodécimo artículo es de gran honradez pues todo masón, allá donde se encuentre, no debe despreciar el trabajo de sus compañeros si quiere mantener su honor; con honestas palabras lo aprobará, gracias al espíritu que dios le ha dado; pero mejorándolo con todo tu poder, sin ninguna duda entre los dos.
ARTÍCULO DECIMOTERCERO
El artículo trece, que dios me ayude, es que si el maestro tiene un aprendiz, le enseñará de manera completa, para que muchas cosas pueda aprender y así mejor conozca el oficio, allí donde vaya bajo el sol.
ARTÍCULO DECIMOCUARTO
El artículo catorce, con buenas razones, muestra al maestro cómo actuar; no debe tomar aprendiz a menos de tener diversas tareas por cumplir, para que pueda, mientras duren, aprender mucho de él.
ARTÍCULO DECIMOQUINTO
El decimoquinto artículo es el último; pues para el maestro es un amigo; le enseña que hacia ningún hombre debe adoptar un falso comportamiento, ni seguir a sus compañeros en el error, por muchos bienes que pueda conseguir; ni permitir que hagan falsos juramentos, por cuidado de sus almas, so pena de atraer la vergüenza al oficio, y sobre sí mismo una severa culpa.
DIVERSOS ESTATUTOS
En esta asamblea otros puntos fueron adoptados, por grandes señores, y también maestros, que el que quiera conocer este oficio y abrazarlo, debe amar a Dios y a la santa iglesia siempre, y a su maestro también, por lo que es, allá donde vaya, por campos y bosques, y ama también a tus compañeros, pues es lo que tu oficio quiere que hagas.
PUNTO SEGUNDO
El segundo punto os voy a decir, que el masón trabaje el día laborable tan concienzudamente como pueda, a fin de merecer su salario el día de descanso, pues quien verdaderamente ha hecho su trabajo merece tener su recompensa.
PUNTO TERCERO
El tercer punto debe ser severo con el aprendiz, sabedlo bien, el consejo de su maestro debe guardar y ocultar, y el de sus compañeros, de buen talante; de los secretos de la cámara a nadie hablará, ni de la logia, se haga lo que se haga; aunque creas que debes hacerlo, a nadie digas dónde vas; las palabras de la sala, y también las del bosque, guárdalas bien, por tu honor, de lo contrario sobre ti el castigo caerá, y al oficio grande vergüenza traerás.
PUNTO CUARTO
El cuarto punto nos enseña, que ningún hombre a su oficio será infiel; error alguno le entretendrá contra el oficio, pues a él renunciará, y ningún perjuicio causará a su maestro, ni a su compañero; y aunque el aprendiz sea tratado con respeto, siempre está sometido a la misma ley.
PUNTO QUINTO
El quinto punto es, sin duda, que cuando el masón cobre su paga del maestro, que él atribuya, humildemente aceptada debe ser; sin embargo justo es que el maestro, antes del mediodía, le advierta formalmente si no tiene intención de emplearle, como antaño se acostumbraba hacer; contra esta orden no puede rebelarse, si reflexiona bien, es en su interés.
PUNTO SEXTO
El sexto punto debe ser bien conocido, de todos, grandes y modestos, pues un tal caso puede ocurrir; que entre algunos masones, si no todos, por envidia u odio mortal, estalle una gran pelea. entonces debe el masón, si puede, convocar a ambas partes un día fijado; pero este día no harán las paces, antes de finalizar la jornada de trabajo; un día de permiso debéis encontrar para dar oportunidad a la reconciliación, por temor a que siendo un día laborable la disputa les impida trabajar; haced de manera que acabe la riña, para que permanezcan en la ley de Dios.
PUNTO SÉPTIMO
El séptimo punto bien podría decir, como tan larga es la vida que el señor nos da, así claramente se reconoce, que no yacerás con la mujer de tu maestro, ni de tu compañero, de ninguna manera, bajo pena de incurrir en el desprecio del oficio; ni con la concubina de tu compañero, así como no querrías que lo hiciera con la tuya, el castigo por ello, sábelo bien, es permanecer de aprendiz por siete años completos, quien falte a una de estas prescripciones debe ser entonces castigado; pues gran preocupación podrá nacer de tan odioso pecado mortal.
PUNTO OCTAVO
El octavo punto es, seguro, que aunque algún cargo hayas recibido, a tu maestro queda fielmente sometido, pues jamás lamentarás este punto; un fiel mediador debes ser entre tu maestro y tus compañeros libres; haz lealmente cuanto puedas hacia ambas partes, y ésta es buena justicia.
PUNTO NOVENO
el noveno punto se dirige a aquel que es el intendente de nuestra sala; si os encontráis juntos en la cámara servios uno al otro con calmada alegría; gentiles compañeros, debéis saberlo, cada uno ha de ser intendente por turnos, semana tras semana, sin ninguna duda, todos a su vez intendentes deben ser, para servirse unos a otros, amablemente, como si fueran hermano y hermana; nadie se permitirá los gastos de otro, ni se librará de ellos en su beneficio, pues cada hombre tendrá la misma libertad en este cargo, como debe ser; mira de pagar siempre a todo hombre a quien hayas comprado las vituallas, a fin de que no te haga ninguna reclamación, ni a tus compañeros, en cualquier grado; a todo hombre o mujer, sea quien sea, paga bien y honestamente, así lo queremos; a tus compañeros darás cuenta exacta del buen pago que has hecho, por temor a meterles en un aprieto, y de exponerles a la vergüenza, siempre cuentas debes dar de todos los bienes adquiridos, de los gastos que hagas en bien de tus compañeros, del lugar, las circunstancias y el uso; estas cuentas debes dar cuando te lo pidan tus compañeros.
PUNTO DÉCIMO
El décimo punto muestra la buena vida, cómo vivir sin preocupaciones ni peleas; si el masón lleva una mala vida, y en su trabajo no es honrado, y busca malas excusas, injustamente podrán a sus compañeros difamar, y por tales infames calumnias atraer la vergüenza sobre el oficio. Si así a éste deshonra, no le debéis favor alguno, ni mantenerle en su mala vida, por miedo a caer en fracaso y conflicto; pero no le deis plazo alguno hasta no haberle citado a comparecer dónde bien os parezca; en el lugar acordado, de grado o por fuerza, a la próxima asamblea le convocaréis, para comparecer ante sus compañeros; y si rechaza allí acudir, se le hará renunciar al oficio; castigado será según la ley que fue establecida en los tiempos antiguos.
PUNTO UNDÉCIMO
El undécimo punto es de buena discreción, como podréis comprender por buena razón; un masón que conoce bien su oficio, que a su compañero ve tallar una piedra, y que a punto está de romperla, ha de cogerla tan pronto pueda, y mostrarle cómo corregirla; para que la obra del señor no se estropee, muéstrale dulcemente cómo corregirla, con buenas palabras, que dios te guarde; por el amor de quien mora en lo alto, con dulces palabras nutre su amistad.
PUNTO DUODÉCIMO
El duodécimo punto es de gran autoridad, allí donde la asamblea se celebrará, habrá maestros, y compañeros también, y otros muchos grandes señores; estará el juez de la comarca, y también el alcalde de la villa, y habrá caballeros y escuderos, y además magistrados, como veréis; todas las ordenanzas que allí se adopten se han acordado para ser respetadas; contra cualquier hombre, sea quien sea, que pertenezca al oficio bello y libre, si alguna querella hace contra ellas, detenido será y puesto a vigilar.
PUNTO DECIMOTERCERO
El decimotercer punto requiere de toda nuestra voluntad, él jurará no robar jamás, ni ayudar a quien trabaje en este mal oficio,por ninguna parte de su botín, saberlo debes, o pecarás, ni por su bien, ni por el de su familia.
PUNTO DECIMOCUARTO
El decimocuarto punto es ley excelente para aquel que bajo su temor esté; un buen y verdadero juramento debe prestar, a su maestro y compañeros que aquí están; también fiel debe ser, y constante, a todas las ordenanzas, vaya donde vaya, y a su señor leal al rey, por encima de todo ha de ser fiel, sobre todos estos puntos debes tú prestar juramento; y el mismo prestarán todos los masones, por las buenas o por las malas, sobre todos estos puntos, así lo establece una excelente tradición y de cada hombre averiguaran si los pone bien en práctica, o si alguien es reconocido culpable sobre uno de estos puntos en particular; que se le busque, sea quien sea, y que sea llevado ante la asamblea.
PUNTO DECIMOQUINTO
El decimoquinto punto es excelente tradición, para aquellos que han prestado juramento a esta ordenanza, llevada a la asamblea de grandes señores y maestros, como se ha dicho; para los desobedientes, yo lo sé, a la presente constitución, y a los artículos que han sido promulgados, por grandes señores y masones juntos, y siendo sus faltas probadas ante esta asamblea, con celeridad, y si no quieren corregirse, deberán entonces abandonar el oficio, y jurar jamás volver a ejercerlo, salvo si aceptan enmendarse, jamás tomarán parte en él; y si se negaran a ello, el juez sin tardanza los detendrá, y en un calabozo profundo los encerrará, a causa de su transgresión, y confiscará sus bienes y su ganado en provecho del rey, en su totalidad, y tanto tiempo allí les dejará como plazca a nuestro amado rey.
EL ARTE DE LOS CUATRO CORONADOS
Oremos ahora al Dios omnipotente, y a su radiante madre maría, a fin de que podamos seguir estos artículos y los puntos, todos juntos, como hicieron los cuatro santos mártires, que en este oficio tuvieron gran estima; fueron ellos tan buenos masones como pueda hallarse sobre la tierra, escultores e imagineros también eran, por ser de los obreros mejores, y en gran estima el emperador los tenía; deseó éste que hicieran una estatua que en su honor se venerara; tales monumentos en su tiempo poseía para desviar al pueblo de la ley de Cristo, pero ellos firmes permanecieron en la ley de Cristo, y sin compromisos en su oficio; amaban bien a Dios y a su enseñanza, y se habían volcado a su servicio para siempre. En aquel tiempo fueron hombres de verdad, y rectamente vivieron en la ley de Dios; ídolos se negaron a erigir, y por muchos beneficios que pudieran reunir; no tomaron a este ídolo por su Dios y rechazaron su construcción, pese a su cólera; por no renegar de su verdadera fe y creer en su falsa ley, sin demora el emperador los hizo detener, y en una profunda cárcel los encerró; más cruelmente les castigaba, más en la gracia de Dios se regocijaban, viendo entonces que nada podía les dejó ir a la muerte; quien lo desee, en el libro puede leer de la leyenda de los santos, los nombres de los cuatro coronados, su fiesta es bien conocida por todos, el octavo día tras todos los santos.
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Escuchad lo que he leído, que muchos años después, con gran espanto, el diluvio de noé fue desencadenado, la torre de babilonia comenzó a erigirse, la más grande obra de cal y piedra que jamás hombre alguno haya visto; tan alta y grande fue pensada que siete mil su altura sombra arrojaba; el rey Nabucodonosor la hizo construir tan potente para la defensa de sus hombres, que si un tal diluvio ocurriera la obra sumergir no pudiera; pero tan fiero orgullo tenían, y tanta jactancia, que todo el trabajo se perdió; un ángel les castigó sus lenguas dividiendo, y así nunca más uno al otro se comprendieron.
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Muchos años más tarde, el buen clérigo Euclides el oficio de geometría enseñó por el mundo, y en este tiempo hizo también diversos oficios en gran número, por la alta gracia del cristo en el cielo las siete ciencias fundó; gramática es la primera, lo sé, dialéctica la segunda, me congratulo, retórica la tercera, que no se niegue, música la cuarta, os lo digo, astronomía es la quinta, por mis barbas, aritmética la sexta, sin duda alguna, geometría la séptima, y cierra la lista, pues es muy humilde y cortés. En verdad, la gramática es la raíz, todos la aprenden en el libro; pero el arte supera este nivel, como del árbol el fruto es mejor que la raíz; la retórica mide un lenguaje esmerado, y la música es un suave canto; la astronomía da el nombre, querido hermano, la aritmética demuestra que una cosa es igual a otra, la geometría es la ciencia séptima, y distingue la verdad de la mentira, lo sé; quien de estas siete ciencias se sirva, bien puede ganar el cielo.
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Ahora, mis queridos hijos, tened buen espíritu para apartar el orgullo y la codicia, y aplicaos a bien juzgar, y a bien conducíos, allá donde estéis, os pido ahora mucha atención, pues esto debéis saber, pero mucho mejor aún que como aquí está escrito, si para ello te falta inteligencia, pide a dios que te la conceda; pues el mismo Cristo nos enseña que la santa iglesia es la casa de Dios, y no para otra cosa está hecha sino para orar, como la escritura nos dice; es allí donde el pueblo debe congregarse para orar y llorar sus pecados, trata de no llegar tarde a la iglesia, por haber tenido en la puerta palabras libertinas; cuando a ella estés en camino ten en la mente en todo instante venerar a tu señor dios día y noche, con todo tu espíritu, y toda tu fuerza, al llegar a la puerta de la iglesia tomarás un poco de agua bendita, pues cada gota que toques limpiará un pecado venial, sábelo cierto pero antes debes descubrir tu cabeza, por el amor de aquel que murió en la cruz. cuando entres en la iglesia, eleva hacia cristo tu corazón; alza entonces los ojos a la cruz, y arrodíllate sobre las dos rodillas; ora entonces para que él te ayude a obrar según la ley de la santa iglesia, y a guardar los diez mandamientos que Dios a todos los hombres legó y ruégale con voz dulce que te libre de los siete pecados, a fin de que en esta vida puedas mantenerte lejos de preocupaciones y querellas; y que te dé además la gracia para un lugar encontrar en la beatitud del cielo, en la santa iglesia abandona las palabras frívolas del lenguaje lascivo, y las bromas obscenas, y deja de lado toda vanidad, y di tu padre nuestro y tu ave; vigila de no hacer ruido, mas estate siempre en oración; pero si no quieres rezar, no molestes al prójimo de ninguna manera, en este lugar no estés ni de pie ni sentado, sino en el suelo bien arrodillado, y cuando yo lea el evangelio, álzate, sin apoyarte en los muros, y persígnate si sabes hacerlo cuando se entone la gloria tibi; y cuando acabe la lectura, de nuevo puedes arrodillarte, y caer sobre tus dos rodillas, por amor a quien a todos nos ha redimido; y cuando oigas sonar la campana que anuncia el santo sacramento, debéis arrodillaos, jóvenes y viejos, y elevar las manos al cielo, para entonces decir en esta actitud, en voz baja y sin hacer ruido: "Señor Jesús, sé bienvenido, en forma de pan, como te veo, ahora Jesús, por tu santo nombre, protégeme del pecado y de la culpa; dame la absolución y la comunión, antes de que me vaya de aquí, y sincero me arrepiento de mis pecados, a fin, señor, de que jamás muera en este estado; y tú, que de una virgen has nacido, no sufras porque me haya perdido; mas cuando de este mundo haya partido, otórgame la beatitud sin fin; ¡amén! ¡amén! ¡así sea! y ahora, dulce dama, orad por mí", he aquí lo que has de decir, o algo parecido, cuando te arrodilles ante el sacramento, si buscas tu bien, no ahorres nada para venerar a quien todo lo ha creado; pues para un hombre es un día de alegría, que una vez ese día pueda verle; es algo tan precioso, en verdad, que nadie puede ponerle precio, pues tanto bien hace esta visión. Como dijo san agustín muy justamente, el día en que veas el cuerpo de Dios, poseerás estas cosas, con toda seguridad: comer y beber lo suficiente, nada ese día te faltará; los juramentos y vanas palabras, Dios también te perdonará; la muerte sufrida ese mismo día en absoluto la has de temer; y tampoco ese día, te lo prometo, perderás la vista; y cada paso que entonces des, para ver esta santa visión, será contado a tu favor, cuando de ello tengas necesidad; este mensajero que es el ángel Gabriel exactamente los conservará, tras esto, ahora puedo pasar a hablar de otros beneficios de la misa; ven entonces a la iglesia, si puedes, y oye misa cada día; si no puedes acudir a la iglesia, allí donde estás trabajando, cuando oigas sonar la misa, ora a Dios en el silencio de tu corazón, para que te dé parte en este servicio que en la iglesia se celebra.
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Quiero además enseñarte, y a tus compañeros, oid esto, cuando ante un señor te presentes, en una casa, en el bosque o en la mesa, la capucha o el gorro debes quitarte, antes de estar frente a él; dos o tres veces, sin duda, ante el señor debes inclinarte; doblarás también la rodilla, y tendrás así salvo tu honor. No te pongas el gorro o la capucha hasta que te dé permiso todo el tiempo que hables con él el mentón alto con franqueza y amabilidad mantén; así, como el libro te enseña, mírale a la cara con gentileza. tus pies y manos ten tranquilos, sin rascarte, ni tropezar, sé hábil; evita también escupir y sonarte la nariz, espera a estar solo para ello, y si quieres ser sabio y discreto, gran necesidad tienes de gobernarte, cuando entres en la sala, entre personas bien nacidas, buenos y corteses, no presumas de nada, ni de nacimiento, ni de tu saber, ni te sientes ni te apoyes, es el signo de una buena y apropiada educación, no te dejes llevar en tu conducta, en verdad la buena educación salvará la situación, padre y madre, sean quienes sean, digno es el hijo que actúa dignamente, en la sala, en la cámara, donde te encuentres; las buenas maneras hacen al hombre, presta atención al rango de tu prójimo, para dirigirle la reverencia que conviene; evita saludar a todos a la vez, excepto si les conoces. Cuando a la mesa sentado estés, come con gracia y decoro; vigila que tus manos estén limpias, y que tu cuchillo sea cortante y afilado, y no cortes más pan para la vianda que aquel que puedas comer; si así actúas junto a un hombre de rango superior, bien entonces harás. Déjale que se sirva primero la comida, antes de tocarla tú, no cojas el mejor trozo, aunque él te lo indique; mantén las manos limpias y decentes, para no tener que usar la servilleta; no la uses para sonarte las narices, ni te limpies los dientes en la mesa; ni mojes mucho los labios en la copa, aunque tengas mucha sed; esto te haría lagrimear, lo cual no es demasiado cortés, mira de no tener la boca llena cuando vayas a hablar o a beber; si ves que alguien bebe escuchando tus palabras, interrumpe pronto tu historia, para que beba el vino o la cerveza, vigila además de no ofender a nadie, por achispado que esté; y de ninguno murmures si quieres salvar tu honor; pues lanzar tales palabras en molesta situación te pondrían. Retén tu mano en el puño para evitar decir: "si lo hubiera sabido", en un salón entre bellas damas, ata tu lengua y sé todo ojos; no rompas en carcajadas, ni armes jaleo como un bellaco, no bromees si no es con tus semejantes, y no cuentes a todos lo que has oído; ni te vanaglories de tus actos, en broma o por interés; con bellos discursos puedes realizar tus deseos, pero también los puedes echar a perder. Cuando te encuentres a un hombre de valor, no debes llevar gorro o capuchón; en la iglesia, el mercado o el pórtico, salúdale según su rango. si andas con alguien de un rango superior al tuyo, ves por detrás de él, pues esto es de buena educación y sin falta; cuando él hable, estate tranquilo, cuando acabe, di lo que quieras, en tus palabras sé discreto, y a lo que diga presta atención; pero no interrumpas su historia, aunque sea debida al vino, o a la cerveza. que cristo entonces, por su gracia celestial, os conceda el espíritu y el tiempo, para comprender y leer este libro, a fin de obtener en recompensa el cielo. ¡amén! ¡amén! ¡así sea! digamos todos, por caridad.


NOTAS:
1. Cf., a este respecto, René Guénon, Aperçus sur l'Initiation, cap. XXIX, "Operativo y especulativo", París, Ed. Traditionnelles, 1946.
2. El manuscrito fue publicado, entre otros, por D. Knoop, G. P. Jones y D. Hamer, "The Regius MS" (B. M. Bibb. Reg. 17-771), Manchester, 1938 , junto con el manuscrito Cooke, de la primera década del siglo XV, y reeditado en 1963 (University Press, Manchester). Posteriormente, la revista de investigación histórica de la logia Villard de Honnecourt, de la Gran Logia Nacional Francesa, publicó el manuscrito, presentado por E. Mazet y traducido por éste y por A. Crépin: "Travaux de la Loge de recherches Villard de Honnecourt", nº 6, 1983, pp. 19-121 (fuente: Pere Sánchez Ferré, introducción a J. Anderson, "La Constitución de 1723", y otros textos, Barcelona, Alta Fulla, 1998). Para la presente traducción nos hemos basado en el original inglés y en la trad. francesa de E. M. de Carlo, localizable en www.franc-maconnerie.org/chdioux/regius.htm. El siguiente párrafo aparece también en dicha página. Hemos preferido prescindir de la rima en la traducción, aunque la estructura de pareados puede observarse en el texto original.