viernes, 4 de septiembre de 2015

Así era la vida en la escuela mística de Pitágoras hace 2 mil 550 años

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Así era la vida en la escuela mística de Pitágoras hace 2 mil 550 años
LA ESCUELA DE PITÁGORAS CONSTITUYE EL GRAN MODELO DE UNA ENSEÑANZA FILOSÓFICA HOLÍSTICA, QUE LO MISMO INSTRUYE A LA MENTE QUE AL ALMA O AL CUERPO Y QUE RESPONDE A PREOCUPACIONES QUE VAN MÁS ALLÁ DE LAS BANALIDADES MUNDANAS; UN LUGAR ÚNICO EN LA HISTORIA DONDE ALUMNOS PODÍAN INICIARSE EN LOS MISTERIOS DE LA ARMONÍA UNIVERSAL, PERO SOLAMENTE UNA VEZ QUE DEMOSTRABAN SU CONVICCIÓN Y COMPROMISO TOTAL

POR: ALEJANDRO MARTINEZ GALLARDO -


Como ocurre con todo gran personaje, la vida de Pitágoras está envuelta en una neblina mística que viene de la veneración de sus discípulos y posiblemente de la confusión que resulta de tomar literalmante algunos aspectos metafóricos y simbólicos de sus enseñanzas. Se dice que Pitágoras era hijo de Apolo –o que era algún tipo de manifestación avatárica del dios solar de la medicina y la música–, también se menciona que tenía un muslo de oro y que podía escuchar la música de las esferas –algo que quizás debamos de entender como una forma de referirse a su aguda percepción espiritual, capaz de penetrar el velo de la materia y acceder a los mundos sutiles. Además se le atribuyen diferentes poderes extrasensoriales como predecir terremotos, subyugar a los animales con la mirada, recordar sus vidas pasadas o poder contar cualquier serie de objetos de manera exacta con sólo verlos (por ejemplo, todos los peces que había en una red). De cualquier forma, más allá de que cierta corriente histórica lo ha endiosado, no podemos dudar de su grandeza intelectual. Como señala Bertrand Russell, a él le debemos nada menos que “las matemáticas puras… todo el concepto de que existe un mundo eterno que no es revelado a los sentido sino al intelecto”. También fue Pitágoras quien acuñó el término filosofía y fue el primero en fundar una escuela para el aprendizaje de la filosofía. Esto último es lo que nos interesa aquí, puesto que el valor, la visión y la misión de esta escuela es un hito fundamental en la historia del pensamiento occidental. Un momento que habría que intentar trasladar a nuestra época en la que se ha perdido la enseñanza (el espíritu) fundamental de la filosofía. Esto es, la filosofía como una forma de vida, que más allá de producir un discurso lógico convincente (retórica, sofística), buscaba encarnar la verdad en todos sus aspectos, sin separación alguna entre la teoría y la práctica, ni entre la religión y la ciencia, ni entre lo divino y lo humano, puesto que la separación es ilusoria y la verdad es siempre unitaria.

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Estampa conmemorativa de la celebración de los 2500 años de las Escuela de Pitágoras en Samos.
El 20 de agosto de 1955 se celebaron en Samos, Grecia, 2 mil 500 años de la escuela de filosofía que fundara este filósofo. Ese día se llevó a cabo un congreso pitagórico multinacional en la tierra que vio nacer a Pitágoras. Este año hace unos días se habrían celebrado 2 mil 550 años de este acontecimiento seminal en la historia de la filosofía, que lamentablemente ha sido olvidado y que no parece sobrevivir en la forma en la que nuestras universidades enseñan. Ya desde la Grecia antigua, los pitagóricos eran vistos por el grueso de la población y por el poder político como una secta extraña, cuyas prácticas ascéticas –especialmente su renuncia a la riqueza individual– eran consideradas subversivas. Ante el triunfo del capitalismo y el materialismo, era de esperarse que la visión pitagórica de una fraternidad universal no haya predominado salvo entre pequeños grupos de iniciados y entusiastas que han entendido, siguiendo a Platón (el pitagórico más ilustre), que la filosofía debe de transformar al individuo que se entrega a ella y que han abrazado a las matemáticas, la música y la astronomía como senderos de iniciación en los misterios y de contemplación del orden universal. Hacemos aquí un intento de rescatar, en términos generales, el método pitagórico e introducir al lector a la filosofía del sabio de Samos. Consideramos que la obra sobre Pitágoras de Thomas Stanley es la mejor fuente para este acercamiento, puesto que es una summa de todos los cronistas de la antigüedad, reunida bajo el criterio erudito de Stanley, el filósofo británico que siendo sólo un adolescente ya se había graduado de Oxford y Cambridge y cuya Historia de la Filosofía es una excelente introducción a la filosofía antigua, sin el filtro revisionista-positivista que caracteriza a muchos académicos posteriores.

Vida de Pitágoras

Cuenta Jámblico que el oráculo informó al padre de Pitágoras, Mnesarco, que su esposa Patenis estaba embarazada de un niño que sobrepasaría en gloria y belleza a todos los demás. Impresionado por esta profecía, hizo que su esposa cambiara de nombre a Pitasis, en honor de la pitia, la sacerdotisa del oráculo. De ahí el nombre Pitágoras, que encierra ya su divinidad. (En esto Godfrey Higgins, en su Anaclypsis, ve una serie de coincidencias con la vida de Jésus, el hijo de Dios cuyo nacimiento también fue revelado proféticamente, asociado con la divinidad solar igual que Pitágoras).

En consonancia con estos heraldos y la nobleza de su origen, Pitágoras recibió una educación especial y rápidamente agotó lo que podía aprender en Samos, por lo que visitó a Anaximandro y a Tales de Mileto, quien, después de una breve instrucción, le recomendó que visitars Egipto, habiendo visto en él materia para hacerse iniciar en los misterios; y no había otro lugar en ese entonces más indicado que Egipto, la “tierra negra”, el lugar de Osiris y de Tot. Por esto quizás no se equivocan quienes ven en Egipto el verdadero origen de la filosofía occidental, o al menos la fuente esotérica que originó a la filosofía. Pitágoras estuvo más de 20 años en Egipto, aprendiendo bajo distintos hierofantes, en Tebas y en Menfis y en otras ilustres ciudades. Antes de ser admitido al addytum, tuvo que someterse a un duro régimen para probar su dignidad; algo que parece haber replicado luego en su escuela en Crotona, donde los candidatos debían probar su valía, su amor a la sabiduría con su disciplina.

En Egipto se cree que Pitágoras aprendió los misterios de la geometría, entre otras cosas; con los magi de Babilonia, la astrología; se dice también que visitó a los brahmanes, los gimnosofistas, y de ellos aprendió la anatomía del alma y los principios del karma. Esta sed insaciable por la sabiduría hizo que Empédocles reconociera que Pitágoras “llenó su mente de la sabiduría de las edades, como si tuviera 10 o 20 vidas a su disposición”. Y quizás no se equivocaba en esto, ya que Pitágoras enseñaba que la sabiduría era reminiscencia –algo que podemos trazar en la frase platónica “aprender es sólo recordar”– y se creía que recordaba otras vidas, incluyendo haber luchado en Troya bajo la encarnación del héroe Euforbo.
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Pitágoras y su esposa y sucesora Theano.
Escuela de Crotona

Después de estos viajes, Pitágoras regreso a Samos, donde vivió algún tiempo en una cueva y donde tomó a sus primeros alumnos. Pero fue en Crotona donde fundó su gran escuela, la cual serviría como modelo lo mismo para las universidades que para las sociedades secretas, haciendo ahí una intersección del ascetismo que podemos observar en los monasterios orientales, la secrecía de los misterios iniciáticos y la instrucción científica o académica que podemos observar en Occidente.

Pitágoras enseñaba la importancia de la purificación para poder acceder al conocimiento. Consideraba que la sabiduría no podía enraizarse en una mente inquieta o en un cuerpo allegado al vicio, por lo cual era indispensable antes someterse a un proceso ascético para poder después acceder a la doctrina. Se trabajaba evidentemente no sólo los aspectos intelectuales –lógico-racionales– sino también los aspectos morales, emocionales y se desarrollaba la percepción, el ojo del alma. Esto es algo que en el mundo contemporáneo secular está casi extinto –podemos rastrear sólo algunos esfuerzos, como los de Rudolf Steiner, de impartir lo que podemos llamar una educación integral, o una educación basada en el alma.

La vida pitagórica requería numerosos sacrificios, siempre moderación y frugalidad. Pitágoras pedía a sus discípulos que no bebieran vino, comieran y durmieran poco, se abstuvieran de la carne y en general de cualquier alimento de difícil digestión. La idea general que se esboza aquí es que sus hábitos estuvieran orientados siempre a no gastar energía en otra cosa que no fuera el estudio de la filosofía y el cultivo de sus facultades. Thomas Stanley dice que Pitágoras “procuraba a sus discípulos una conversación con los dioses en visiones y sueños –lo que no podía ocurrir a un alma perturbada por el placer o la ira, o cualquier otro transporte inadecuado, o con la impureza o la ignorancia”. De aquí la importancia del régimen de purificación y por lo que podemos decir que Pitágoras consideraba, como algunos monjes orientales, que el cuerpo es un templo, pero que el valor de ese templo no es el cuerpo mismo sino su función de proveer un vehículo para la liberación y el crecimiento del alma.

La disciplina del silencio

De entre todas las exigencias que se hacían a los candidatos a la escuela de Pitágoras, la más famosa es el precepto que requería que se pasaran 5 años en silencio antes de ser admitidos. Dice Thomas Stanley que los 5 años de silencio eran una prueba de conducta por la cual “el alma podía convertirse en ella misma lejos de las cosas externas, de las pasiones irracionales del cuerpo para asumir su propia vida que es la vida eterna”. Sobre esta disciplina del silencio, Clemente de Alejandría explica que “al abstraerse del mundo sensible, el discípulo podía buscar a Dios con una mente pura”. Luciano agrega sobre este método que tenía la virtud de producir la reminiscencia. Lo que parece razonable, ya que el silencio parece hacernos olvidar nuestros pensamientos superficiales, para abandonarnos en la profundidad de la mente, accediendo tal vez a capas transpersonales; siguiendo la máxima platónica del conocimiento como recuerdo, podemos decir que el silencio es una ciencia de la reminiscencia, una remini-ciencia.

Stanley precisa que no todos los alumnos eran sometidos a 5 años de silencio, al parecer Pitágoras personalizaba su instrucción y algunos de espíritu naturalmente más tranquilo no tenían que pasar el lustro (a veces 2 años eran suficientes). Una vez que los pupilos cruzaban este umbral de silencio, se les llamaba Mathematici, antes eran Acoustici. “Si no has sido cambiado, estás muerto para mí”, era el lema que se aplicaba a aquellos que no lograban superar el período de prueba.

Una vez aceptados, los alumnos podían ver ya al maestro (que antes hablaba a través de una pantalla, como si los alumnos estuvieran todavía dentro de la cueva a la que hace referencia Platón) e iniciaban su instrucción filosófica, cuyo fundamento era la geometría y la aritmética (no es baladí que luego Platón escribiera en la puerta de su Academia que nadie que no supiera geometría podía entrar). Uno de los versos atribuidos a Pitágoras dice: “Habiendo partido de casa, no vuelvas atrás, porque las furias serán tu compañía”, una referencia a que una vez iniciado el camino esotérico no hay retorno; el poder de la conciencia y la sabiduría es una responsabilidad, un servicio, una entrega total, una obediencia a las leyes universales cuya desobediencia es duramente penalizada. Por esto el riguroso “casting” que hacía Pitágoras y que las religiones mistéricas tradicionalmente han aplicado. Los alumnos, bajo esta misma lógica, debían guardar un voto de secrecía, como ocurría también en Eleusis,

Los pitagóricos no se alzaban de la cama hasta que habían llamado a su mente las acciones del día anterior. Igualmente antes de dormir meditaban sobre sus acciones del día y se prohibía dormirse sin haber recapitulado. Esto era parte de un constante ejercicio de la memoria, una rendición de cuentas del pasado y un cuidado providencial del futuro. El alumno debía repasar lo que había aprendido en el día, meditar sobre en qué había fallado y suscitar piedad y compasión con todos los seres. Esta misma meditación existe en el taoísmo o en el rosacrucianismo, en donde se considera una preparación –una especie de expiación– para la muerte. Una vez realizada su meditación matutina, llevaban a cabo una caminata solitaria en la naturaleza, también con el fin de purificarse y sólo después de esto podían integrarse a la comunidad.
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Un punto en un círculo era un símbolo de dios o de la mónada para los pitágoricos
Matemáticas y la filosofía del número

La importancia toral de las matemáticas tenía que ver no sólo con que acercaban al alumno a una verdad abstracta sino que, como dice Stanley, transformaban la mente, que se beneficiaba “de contemplar incorpóreas cosas eternas”. Aquí vemos otra herencia órfica-pitagórica en el pensamiento platónico que llamaba también a concentrarse en aquello inmutable, en dirigir la mente a la contemplación de las Formas y Arquetipos. La idea gnóstica también de que aquel que conoce se convierte en aquello que conoce. Así el alma se separa del cuerpo perecedero y viaja hacia su inmortalidad en la dimensión de lo inteligible.

Pitágoras llamó a su disciplina de abstracción de lo inteligible matemáticas, nos dice Stanley, considerando que toda disciplina mental era reminiscencia y que esta ciencia era provocada directamente por los fenómenos, y no por una opinión, es decir, las matemáticas existían en el mundo y eran intrínsecamente aprehendidas en su perfección.

Enseñan los pitagóricos que el número es la raíz de las cosas divinas, aquello que existe antes que cualquier otra cosa en la mente divina, y de lo cual proceden todas las cosas que son digeridas en el orden (cosmos) y permanecen numeradas por una serie indisoluble. “El universo puede verse como la progresión de la multitud empezando en la Mónada y como una regresión terminando en la Mónada”, dice Stanley. La Mónada (la unidad) es “estación y mansión… siempre en la misma condición… la mente, dios, lo hermafrodita, el bien”.

La monadología pitagórica considera que la unidad se mantenía en todas las cosas, era principio y causa de todas las cosas; a la unidad regresan todas las cosas. Esta reintegración en el uno o en dios, ocurre a través del 10, la década o el tetraktys. El 10 es “el número del cielo, Atlas, el absoluto, el destino… la naturaleza del número al cual todas las cosas tienden y arriban”… y al arribar regresan a la mónada. Cada número tiene su propia identidad y entre todos ellos son parte de la constelación de los diferentes principios del cosmos, la procesión o del desfile de la unidad en la multiplicidad. El 2, la diada, es el número que comete “la audacia” de separarse, es la raíz de toda ilusión, y se decía que cada vez que se mencionaba el 2, los pitágoricos escupían al suelo, reprobando la ilusión de la fragmentación. El 4 es el fundamento de la estrutura; el 5 el equilibrio; el 7 el número de la vida y la ley; el 8 el amor y el alma, etcétera.


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Música y medicina

Dice Stanley que:

La música para los pitagóricos era la composición de los contrarios, la armonía, la unidad de la multiplicidad y el consentimiento entre la diferencia… como dios es el reconciliador de las cosas discordantes. En la música yace el acuerdo entre todas las cosas, la aristocracia del universo. Porque lo que es armonía en el mundo, en una ciudad es un buen gobierno, en una familia templanza.

Y podríamos agregar que, en la mente de un hombre, es paz y claridad.

Pitágoras, el gran heredero de la tradición órfica, utilizó la música para curar y templar el espíritu del hombre. Dice Stanley:

Hizo mixturas de estos tonos llamados diatónico, cromático, enarmónico… y con ellos cambió las pasiones de la mente que habían crecido sin razón y que producían dolor, enojo, sufrimiento, mal de amores, miedo, y todo tipo de deseo, malestares, apetitos, debilidades, e ímpetus –corrigiendo y dirigiendo cada uno de estos hacia la virtud a través de armonías convenientes como si fueran efectivas medicinas.

Este es el verdadero origen de lo que llamamos un “tónico”.

Se dice que cuando sus discípulos dormían, Pitágoras les tocaba una música para endulzar sus sueños y purificar sus mentes y cuando despertaban los liberaba del sopor de la noche y “los espabilaba con las canciones adecuadas, ya sea adaptadas con el laúd o con la voz”. Aunque se dice que no tocaba propiamente ningún instrumento sino que llevaba la música por dentro. Es decir imitaba solamente la música más perfecta que escuchaba de la armonía universal, del espacio matemático entre las esferas, del movimiento de los cuerpos celestes, la música inmortal.

Por todo esto Platón dice en La República que la música puede usarse para regular la conducta de los ciudadanos y en general tenemos aquí una fuente de la noción de que el arte y la estética son fundamentalmente herramientas éticas y teúrgicas. Se cuenta que Pitágoras en ocasiones logró evitar crímenes tocando cierta música y que podía curar enfermedades y provocar experiencias místicas con la música, bajo cuyo ligero encantamiento el alma lograba separarse del cuerpo y alzarse al éter eterno.


En un mundo donde la información crece de manera exponencial y nuestra mente está saturada de estímulos desordenados, expuesta a un ruido incesante en el ambiente y en el interior, sin armonía y sin asomo de contacto con lo sagrado ni un método que nos acerque a lo divino, la escuela de Pitágoras parece una utopía, un idilio lejano que evoca un mundo perdido. Un mundo que para algunos será simplemente anecdótico, una excentricidad que no quisiéramos admitir al curso de nuestra tradición; para otros será, sin embargo, un tesoro invaluable que ya no se encuentra en ninguna parte, un momento único en la historia que ofrecía una perspectiva integral del conocimiento. Una cima brillante y secreta que se ha esfumado. ¿A dónde debe voltear hoy en día una persona que busca no sólo estudiar filosofía sino llevar a cabo una vida filosófica? ¿A las universidades que poco a poco están desapareciendo las humanidades y que se manejan como corporaciones? ¿En dónde puede encontrar el reforzamiento de la comunidad, el servicio y la experiencia de los maestros y no sólo el camino individual y la renuncia sin orientación?


Recuperando la tradición pitágorica-platónica: Cadena Áurea de Filosofía

Los orígenes de la masonería especulativa


Los orígenes de la masonería especulativa
Artículo de Roger Dachez Traducción de Víctor Guerra

Sobre la Masonería hay mucho mito y mucho mitómano, y solemos ser los propios masones los que hacemos correr los tópicos al uso, tal vez por cansancio de tener que explicar al profano cosas que no entiende, o porque nosotros mismos nos hemos entendido.

Téngase en cuenta que la pobreza bibliográfica española al uso es tremenda, por lo cual es muy generalizado ver los Hermanos “tragar” todo lo que les viene, a veces sin discernir, ni tener capacidad crítica al respecto de las muchas teorías que nos vienen como sobreañadidas.

Por ejemplo, yo estoy echando de menos desde hace muchos años , una buena traducción de la Querella de los Antiguos y los Modernos, que ya está publicada en los sencillos libros de Edimaf, pero en Francés, sería estupenda tenerla en español y comentada. Eso haría que nuestra formación subiera un peldaño, pues hay piedras esenciales para comprendernos a nosotros mismos que ni siquiera tenemos en cuenta.

Intentando paliar todo ese magma de ignorancia o confusión que existe, es lo que mueve a estos blogs a exponer trabajos que se salen del marco al uso, es lo que me hace publicar este trabajo de Roger Dachez, que iré entregando en capítulos sucesivos para ir teniendo perspectivas diferentes, y que debiera traer todo un panorama de preguntas y reflexiones sobre nuestra propia existencia, nuestra herencia y los mundos que nos hemos ido construyendo. Espero que sirva para algo. estos artículos, y pido perdón de antemano, por la deficiente traducción muy personal y un tanto basta.

De todos los debates relativos a la historia de la francmasonería, el que se refiere a los orígenes de la Masonería especulativa, no debe dudarse, es uno de los más fundamentales. Ahora bien, en Francia, este tema apareció más o menos recientemente, y yo he contribuido modestamente a que se conociera en 1989, publicándolo en la Revista Renaissance Tradicional, a través de dos largos artículos en los que ponía de manifiesto, precisamente que sobre esta cuestión podía y hay un serio debate, exponiendo por primera vez en lengua francesa una parte fundamental de los estudios efectuados hasta ese momento en Inglaterra y en Escocia, desde principios de los años setenta.

El simple hecho de plantear la cuestión de los orígenes de la Masonería Especulativa, y para decir las cosas claramente, de mencionar la ausencia de filiación directa con la Masonería operativa medieval como una hypothèse, simplemente posible, suscitó en distintos medios, y se vió en distintos estudios, en ocasiones con reacciones francamente hostiles, llegando a veces hasta la sinrazón. Observo que desde entonces varios autores, en distintos estudios y algunas obras, consideraron útil mencionar este debate, en adelante ya dado por inevitable, y por tanto era necesario que se examinasen, al menos, las teorías de sustitución y la teoría clásica de la transición , se juzgan gemelamente como dignas dentro de la masonería.

Es obviamente en Inglaterra y en Escocia, todo un progreso considerable, aunque no se puede negar que existen ciertas oposiciones, y que éstas se manifiestan de buen grado. No obstante, la emoción levantada por este nuevo problema, y el hecho mismo que hay hasta cierto punto estamos ante “debate sobre el debate”, me obligan, antes de abordar el núcleo central de la cuestión, a volver de nuevo, a la manera de un preámbulo necesario, a realizar algunas consideraciones metodológicas que valen para el conjunto de este trabajo . Nuestro estudio, desde hace treinta años, hizo suyo la posición definida en 1947 por dos grandes historiadores ingleses de la Masonería, Knoop y Jones, manifestada en el prólogo a la primera edición de su obra principal The Genesis of Freemasonry : « En primer lugar, advierten los autores, aunque haya sido hasta ahora habitual pensar la historia masonería como una cuestión aparte de la historia ordinaria, justificando de este modo un tratamiento especial, pensamos que se trata de una rama de la historia social, del estudio de una institución social particular y de las ideas que estructuran a esta institución, y que se debe abordar y escribirla exactamente de la misma forma que la historia de las otras instituciones sociales. »

Sólo tenemos que retomar estas observaciones que aprobamos sin reserva, convencidos de que no hay otra vía posible en la investigación histórica. Es una elección obviamente importante que inevitablemente dista mucho de ser compartida por la unanimidad de los autores que trabajan en la historia masónica.

Así como la historia de algunas religiones, y de algunas iglesias, tratada con objetividad, es a veces dolorosa para el historiador, puesto que implica conflictos muy vivos con algunos fieles que se niegan a observar y a digerir su propia historia, es lo que sucede con la historiografía masónica que llamaremos como “la historia laica” de la Masonería, y es todo un escollo del cual el historiador de la Masonería debe se plenamente consciente.

Gran Logia Unida de Inglaterra

John-Hamill

Hace más de una quincena de años, el erudito inglés John Hamill, que fue bibliotecario durante mucho tiempo de la Gran Logia Unida de Inglaterra, y conservador de sus fabulosos archivos y su museo, en su obra simplemente titulada The Craft, que vuelve a publicar en1994 con una trabajo revisado en el fondo y en la forma con el título: History of English Freemasonry, ya se expresaba claramente esta dificultad:

« Hay pues, escribe T John Hamill, dos tipos de enfoques en cuanto a la historia masónica: el enfoque, propiamente dicho, como “auténtico” o científico, según el cual una teoría se funda se desarrolla a partir de hechos comprobables o de documentos; y un enfoque dicho “no auténtico” que se esfuerza por poner de nuevo a la Francmasonería en el contexto de la tradición de Misterio, buscando vínculos entre las enseñanzas, las alegorías y el simbolismo de la Masonería de una parte, y de la distintas tradiciones esotéricas por otra parte. La ausencia de algunos conocimientos sobre el período de los orígenes de la Masonería, y la diversidad de los enfoques posibles explican seguramente porqué este problema sigue siendo tan cautivante.

[…] Saber si algún día descubriremos los verdaderos orígenes de la Francmasonería es una cuestión que permanece sin respuesta. » Con esta perspectiva deseo aportar algunas reflexiones sobre el problema de los orígenes de la Masonería Especulativa, y lo hago no aportando pesados y aburridos catálogos de teorías más o menos fundadas y de hechos o documentos escrupulosamente analizados, sino como una síntesis de diez años de trabajo, de reflexiones e investigaciones personales sobre este tema que les expongo Vulgta Masónicaque: la teoría de la transición La tesis más antigua y la más extendida, es aquélla que exponen la mayoría de las obras consagradas en cuanto a la historia masónica en Francia, y que comparten espontáneamente la inmensa mayoría de los Masones, y que necesariamente no examinan la cuestión a fondo , es la teoría conocida como transition.

Incluso en la rigurosa escuela histórica inglesa de la Masonería, fundada al final del siglo pasado por Gould y Hughan, se enseñó durante mucho tiempo esta teoría. En las últimas décadas, su partidario más brillante fue el erudito Harry Carr, que posee sobre el resto de historiadores de Inglaterra una estimable posición intelectual preeminente.

Esta teoría, afirma que al salir de la Edad Media, la Masonería Operativa, que poseía entonces una organización con logias y usos rituales, sufrió una determinada decadencia, a causa de las transformaciones económicas afectaron a los oficios de la construcción.

En Gran Bretaña, y, en particular, en Escocia, al final del Renacimiento, y más concretamente aún en el transcurso del siglo XVII, producto de una transformación sensible en la Institución , hombre ajenos al Oficio, fueron ocupando a menudo cargos importantes, en general desempeñados por intelectuales que de buen grado llevados por las especulaciones resultantes de la corriente imperante del momento de raíces alquimistas, neoplatónicas nacidas en Florencia, en el siglo XV, en combinación con la tradición Rosa-Cruz, muy difundida a partir del principio del XVII, habían hecho su entrada en logias en esos momentos muy moribundas. Estos Aceptados Masones, poco a poco, fueron aumentando su número y su influencia hasta el punto de convertirse en mayoritarios dentro de las logias, llegando hasta cierto punto a eliminar a los masones operativos, convertidos de este modo en unos extraños en su propia institución.

Esta Vulgata, que, implica también algunas otras alternativas, integra en ocasiones lo que se podría llamar como las leyendas complementarias. La primera de estas leyendas, es por ejemplo, el tema de los Maîtres Comacins, estos misteriosos masones italianos quienes, en virtud de franquicias muy conocidas que les fueron conferidas por el Papa – y que justificarían para el resto la expresión franc-maçon – hubieron de haber cruzado toda Europa, extendiendo su conocimiento arquitectónico, geométrico y esotérico, fertilizando así los primeros gérmenes de la Masonería Especulativa. Ya mostré en otra parte, hace algunos años, de donde procede esta fábula sin ningún fundamento documental, y por qué juego de copieteos sucesivos sin comprobación de las fuentes, esta leyenda ha ido adquiriendo visos de verdad.

Hypothèse compagnonnique

Otro componente, a menudo confusa, pero muy viva dentro de la teoría de la transición, es la hypothèse compagnonnique. No es el momento de mostrar en detalle las contradicciones y las inverosimilitudes. Sin embargo descansa en gran parte, y es este punto destacaremos que hay una grave pero frecuente confusión entre la Masonería Operativa, tal como pudo existir, bajo formas extremadamente diversificadas en el resto de Europa de la Edad Media, en Francia, Gran Bretaña y Alemania, por ejemplo, con estatutos a menudo bien diferentes, y el Gremio del Compañerismo propiamente dicho, organización de origen esencial, y durante mucho tiempo, casi exclusivamente francesa, cuyos orígenes históricos parecen certificados hacia el XV siglo, pero sobre los usos de los cuales, recordémoslo, poseemos poca información sustancial o fiable antes del final del XVIII.

En cualquier caso, es importante hacer hincapié en el hecho de que la Masonería Especulativa se formó, en condiciones aún dudosas, durante el siglo XVII en Gran Bretaña, nunca jamás ha conocido p coincido con el Gremio del Compañerismo , al menos a este tiempo de la fundación.

Que se pueda situar la cuestión como organizaciones vinculadas a los oficios de la construcción – pero no exclusivamente para el Gremio Compañeros – en las semejanzas de formas y usos, no tiene que sorprendernos, pero debemos tener presente siempre este proverbio que todo historiador escrupuloso no debe olvidar “comparación no es razón”

Una crítica radical de la transición

Fue necesario esperar a los años setenta para que hubiera una crítica decisiva y se llevara por delante la teoría de la transición. Fue la obra, en particular, de un notable investigador inglés: Eric Ward. La crítica de Eric Ward, está asentada sobre el significado clásicamente asignado a algunas de las palabras claves utilizadas por la teoría de la transición. Citaré algunos ejemplos. Freemason, Free-Mason El origen y el significado de la palabra freemason es un buen ejemplo de las ambigüedades explotadas por la teoría clásica. E.Ward a podido demostrar de manera definitiva que, contrariamente a todas las etimologías fantasiosas que corren aún a día de hoy, la palabra freemason no pertenece a la Edad Media, ya que es una conformación de dos palabras freestone mason, masón de piedra franca, designando de este modo a un obrero que trabaja efectivamente una determinada calidad de piedra blanda que se puede cortar y trabajar de manera muy fina Ahora bien, si tomamos los primeros testimonios relativos a los masones no operativos ingleses del siglo XVII, observamos que estos Accepted Masons son también indiferentemente designados por las palabras Free Masons, u Free-Masons, con o sin guión, pero siempre con dos palabras.

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Todo indica claramente que a partir del final del XVII, y principios del XVII, los términos Accepted et Free vienen a ser equivalentes para designar a los Masones no Operativos. Pero tal y como hizo observar E.Ward, en un análisis muy inteligente freemason no es Free-Mason. La palabra Free, en Free- Mason u Free and Accepted Mason simplemente hace referencia al hecho de que estos “nuevos” Masones son “libres” respecto al Oficio, es decir, simplemente ajenos al Oficio… En resumen, la identidad fonética y la proximidad morfológica palabras freemason (palabra muy antigua, derivada del anglonormando, y vinculada a la práctica operativa) y Free-Mason, no deben hacernos olvidar la verdadera desemejanza semántica, y no pueden autorizarnos a buscar y a introducir un parentesco entre hombres de épocas distintas, los cuales llevaron estos nombres por razones evidentemente muy diferentes. Las logias operativas inglesas? Otro problema planteado es el hecho de que la francmasonería especulativa haya nacido Inglaterra – en el sentido exacto del término. Ahora bien, nosotros sabemos que no existe ningún documento que dé prueba que de que personas ajenas al Oficio hayan sido admitidas en las logias operativas inglesas.

Logias operativas

Por otro lado, la realidad de las logias operativas– dentro del sentido que podemos dar a la palabra logia, a la luz de la masonería especulativa: una estructura permanente, regulando y controlando el Oficio en todos los puntos del territorio, proporcionada de usos rituales específicos – es un hecho problemático en tierras inglesas: puesto que no hay ningún rastro histórico de ello.

Más aún, algunas raras logias operativas, muy tardías, curiosamente solo conocidas en Inglaterra, siguieron siendo operativas hasta su desaparición. No se puede, sino volver al estudio magistral de Knoop y Jones,The Medieval Mason, cuya primera edición aparecida data de 1933, y no deja de ser notable que esta obra haya sido publicada por historiadores profesionales, fuera de los círculos habituales de la erudición masónica, y que hayamos rescatado apenas hace cuarenta años, y es la que nos pone en una certeza: que el origen de las logias masónicas que aparecen en Inglaterra son puramente especulativas. La logia de Chester, en efecto era operativa que se desarrolla en medio del siglo XVII, muy bien estudiada por los historiadores ingleses, tuvo una existencia transitoria, y constituye prácticamente un “hapax en la historia masónica inglesa.

Incluso en lo que se refiere a la famosa Acception de Londres, del siglo XVII, indebidamente calificada de logia, ya que este término no aparece nunca en sus anales, y erróneamente es citada como un testimonio de la transición especulativa, hay que decir que nadie sabe quién tomó la iniciativa de fundarla, ni por qué motivo. Este círculo logial constituido al margen de la Compañía de Masones de Londres, fue el único gremio organizado conocido en Inglaterra para el oficio de masón, cuya autoridad nunca sobrepasó el entorno de Londres.

Rastros documentales

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La Acception dentro de la historia masónica deja dos finos rastros documentales, en 1610, y luego en 1686, en el informe de Elias Ashmole. No se conoce ninguna otra estructura comparable en Inglaterra en esta época, ni aún más tarde. Parece haberse tratado de una clase de club que recibe, según la fórmula muy clásica del patrocinio que se conocerá también Escocia, de notables y personalidades susceptibles de favorecer el Oficio. Recordemos sobre todo que los operativos, ellos mismos debían admitirse en el seno de la logia que controlaban, ya que no eran miembros de derecho. Es por eso, que la Compañía de los Masones de Londres persistió hasta nuestros días, y los Acceptions han desaparecido sin dejar ninguna descendencia conocida.

En absoluto se pueden oponer cosas que parecen presentarse de diferente manera, y en muy distintos ámbitos como Escocia, donde a principios del siglo XVII, donde la entrada de notables en logias operativas organizadas parece cierta. Tendremos ocasión de volver de nuevo sobre el caso. En efecto es muy interesante el tema de Escocia. Observemos por el momento que Escocia era, hasta principios del siglo XVII, un país extranjero y enemigo de Inglaterra, que había muy pocas relaciones entre el uno y el otro, y que la existencia de logias operativas en Edimburgo o Kilwinning, no explican por sí solas las circunstancias de aparición de una Masonería puramente especulativa, al mismo tiempo, que en el sur de Inglaterra.

La hipótesis del Préstamo

A partir de la crítica a esta teoría, nació a principios de años setenta, lo que se puede llamar una contrateoría. Esencialmente negativa, se podría decir, ésta no se propone solucionar positivamente la cuestión de los orígenes de la Masonería pero sugiere que la Masonería especulativa, contrariamente a lo que afirma la teoría de transición, tendría un origen deliberadamente prestado con textos y prácticas que pertenecen o que pertenecieron a los operativos, pero de manera totalmente independiente, sin filiación directa ni autorización.

La masonería especulativa por lo tanto no habría mantenido, desde su fundación, vínculos puramente nominales, sino como mucho, lazos alegóricos con los constructores de las catedrales. Dejando, hasta cierto punto, a la Masonería especulativa huérfana de su tradición fundadora, el cuestionamiento suscitado por E.Ward condujo a la erudición masónica inglesa a buscar un modelo de sustitución a la teoría de la transición, en adelante ya muy poco operativa en su formulación clásica. “e chantier est toujours en cours”.

Nuevas miradas sobre los Antiguos Deberes

A esta primera cuestión vino a añadirse otra más positiva en la propuesta que en 1986 lanza el gran erudito ingles Colin a Dyer. Esta teoría se basa en primer lugar en la reconsideración de la filiación de estos textos fundamentales de la tradición masónica inglesa que son los Anciens Devoirs (« Old Charges”). Se sabe en efecto, que entre las dos versiones más antiguas conocidas, están la Regius y manuscrito Cooke, fechadas ambas en los alrededores de 1400, y las versiones siguientes que existen, más de 130 actualmente, y colocadas en un índice hasta pleno siglo XVIII, habiendo un período documental mudo que alcanza los 150 años aproximadamente. Como revancha decir que a partir de los años 1580, hubo de nuevo una cantidad creciente de textos de AntiguosDeberes. Ahora bien, sabemos, gracias a la mención llevada a cabo por el Manuscrito Ms Sloane 3848, qué sirvió para la iniciación de Elias Ashmole en 1646 en la logia Warrington, un ejemplar de Antiguos Deberes que era un tipo de instrumento de trabajo esencial en las logias especulativas inglesas, en particular, para la recepción.

En aquellos momentos se trataba de una ceremonia muy simple y sencilla para proceder a la aceptación de un candidato. Esto es admitido como un hecho muy general, y sobre todo sabiendo que hacia finales del siglo XVI, no existía al parecer, ya ninguna logia operativa.

La hipótesis de trabajo propuesta por C. Dyer, es estudiar el contenido de estas nuevas versiones de Antiguos Deberes, con el fin de sacar un testimonio sobre el espíritu y los usos especulativos ingleses de quienes, podrían haber aparecido al mismo tiempo que estos mismos textos, o sea mucho antes que se lo piensa generalmente.

Los dos textos más antiguos disponibles hoy, para esta “segunda oleada”, son el Ms Melrose, del cual se posee una copia datada de 1674, pero que afirma referirse a un original – desconocido hasta este día – de 1581, y sobre todo el Ms Grand Lodge n° 1 que tiene clara la fecha que es de 1583, y que son interesantes para un estudio comparativo de su contenido, con la versión antigua de referencia que es el Ms Cooke.

Las diferencias observadas se resumen esencialmente en dos grupos:

1. Algunas certifican que estos nuevos documentos no tenían probablemente un uso operativo, y que los escritores no pertenecían probablemente al oficio de Masón; así pues, por ejemplo, las condiciones antiguas, relativas a la obligación para todo el Maestro de Obra – es decir, todo patrono – de proporcionar a la sustitución de todo obrero que no realizara su trabajo el tiempo, pagarle por su trabajo y que fueron simplemente suprimidas.
2. otras obligaciones hacen su aparición, y poseen significados morales y religiosos interesantes:
– La obligación de servir lealmente el Señor para quien él trabajo, se sustituye por un compromiso de fidelidad « a Dios y a Santa Iglesia”. Es necesario observar que este compromiso figuraba en el Ms Cooke bajo la fórmula: « Dios, la Santa Iglesia, y todos los Santos”.

– La supresión de esta última mención tiene obviamente un significado confesional probable, ya que prescribe que todo Masón nunca debe caer e en el error o en la herejía de no ser en cualesquier circunstancias un hombre discreto y prudente.

En total, las diferencias observadas entre las dos series de textos conducen C. Dyer, a la conclusión que después de un silencio de más de ciento cincuenta años, el Ms Grand Lodge n° 1 no es de ninguna manera una simple copia, más o menos abreviada de Cooke, sino un documento totalmente nuevo, que introduce numerosas normas que no se refieren ya directamente a la práctica operativa, pero poseen un carácter moral y específicamente religioso. El estudio más detallado de la ortografía utilizada para los nombres bíblicos mostrados por otro lado, en e lMs Grand Lodge demuestra que se hizo uso de las biblias publicadas en Inglaterra después de la Reforma, lo que representa que fue escrito a partir de 1540 alrededor.

Masones especulativos, o Masones aceptados

De este estudio resulta la propuesta de una hipótesis, según la cual el Ms Grand Lodge sería uno de los primeros textos, de una larga serie de ellos, utilizados a partir de los años 1540-1580, por un grupo de hombres conocidos a lo largo del siglo XVIII, bajo el nombre de Masones especulativos, o Masones aceptados. Ahora bien, la historia religiosa de Inglaterra del siglo XVI, nos puede proporcionar elementos susceptibles para apoyar esta tesis. Durante todo este período, todos los que expresaron convicciones religiosas opuesta al poder existente, perdieron la vida en las hogueras. Esta cotidianeidad en tiempos especialmente revueltos, hizo que ciertas y muy diversas comunidades se sumergieran en a la discreción en sus prácticas, o incluso al secreto.

Es durante los años 1560 a 1570 cuando la crisis religiosa alcanzó su punto culminante. Estos años se caracterizaron, en particular, por los distintos conflictos que asolaban a Escocia y la “deposición” teórica de Isabel por el Papa en 1570. Paralelamente a estos acontecimientos, los especialistas de la historia religiosa de Inglaterra plantearon la existencia de un movimiento general constituido en el seno de la Iglesia de Inglaterra, y cuyo objeto era de hacer oscilar ésta hacia el campo de la Reforma.


Hacia 1570, según el historiador inglés J.E. Neal, se trataba de un verdadera « organización secreta” que debía actuar con prudencia, debido a las presiones de los más moderados y por las exigencias expresadas por la Reina. Este movimiento debía de conseguir la formación de una secta independiente del origen de la Iglesia congregacionista Cierto es que un testimonio de aquel tiempo condujo a distintos grupos, con convicciones morales y religiosas bien definidas a actuar en base a la formula de organizaciones más o menos secretas.

Parece pues muy probable, cuando se sigue la tesis de C. Dyer, y de varios autores ingleses de hoy, que el movimiento que dio nacimiento a la Masonería Especulativa tuvo su origen en las motivaciones claramente religiosas de aquellos momentos. El estudio comparado de Antiguos Deberes establece, en particular, que este movimiento, al parecer secreto, y que la historia religiosa del tiempo vuelve comprensible, no tenía ya ningún vínculo con la Masonería Operativa, ya que se habría establecido hacia 1560o 1580, en la época en que los conflictos religiosos alcanzaron precisamente su mayor intensidad.

Las teorías Múltiples

Después de casi veinticinco años, distintos autores tienen la intención de reformular una teoría alternativa, la cual pueda dar cuenta del conjunto de testimonios documentales que poseemos en relación al período histórico que rodea el nacimiento de la Masonería Especulativa, y susceptibles de escapar de las objeciones de E.Ward.

Ello traduce seguramente un determinado desasosiego por parte de los investigadores, y nos muestra el papel muy fértil de la crítica devastadora de E. Ward, que se empeño en releer todos los documentos disponibles sobre la historia de la Masonería a la luz de esta nueva propuesta Se consigue de esta manera proponer una teoría política, vinculada a los acontecimientos de la guerra de 1640 a 1660 en Inglaterra, acompañada de una teoría religiosa que también exploró el papel de la sociabilidad caritativa y de primeras sociedades de ayuda mutua nacidas en el siglo l XVII en los medios artesanos, así como el papel desempeñado por la disolución de las comunidades monásticas después de la reforma inglesa de 1534.

Queda claro que ninguna de estas teorías nos llevan a la convicción total . Todas tuvieron el inmenso interés en promover un redescubrimiento de los fundamentos históricos de la Masonería Inglesa, y la Masonería Escocesa, confundiendo su desarrollo, que es bien distinto y que ha desembocado en una nueva teoría

La clave escocesa

David Stevenson, en The Origins of Freemasonry

En 1988, aparecieron sucesivamente dos obras del erudito escocés David Stevenson. Estos estudios aportaron a su vez una renovación completa de la controvertida cuestión de las fuentes de la Masonería Especulativa. Apenas es posible resumir brevemente la tesis mantenida por el autor sin la ayuda de una documentación abundante y segura. No obstante describiré las líneas esenciales.

En 1598-1599, un importante funcionario de la Corona escocesa, William Schaw, Supervisor General de los Masones e Intendente de los Edificios del Rey, dicta una serie de reglamentos que organizan sobre nuevas bases el Oficio de Masón en Escocia.

El Statuts Schaw crea una red de logias territoriales, que incluirán una jurisdicción que se definía geográficamente, y daba a estas logias unas modalidades de organización que eran las que fijaban su funcionamiento como el encargo de conferir a los obreros los dos grados del Oficio: el de Aprendiz Entrado (Entered-Apprentice), y generalmente, al término de un aprendizaje que llegaba a los siete años aproximadamente recibían el grado que les permitía buscar libremente la contratación como adjunto a un Maestro, es decir de un patrono; el Compañero del Oficio (Fellowcraft) de este modo afirmaba su total control del Oficio, pero sobre todo ello le permitía de postularse eventualmente para la entrada en la Guilda de Maestros , denominada Incorporation, distinta de la logia y organización puramente civil y política, y que se presentaba como una clase de sindicato de patronos, controlando a la vez el Oficio y la Ciudad. En un trabajo notable y escrupuloso, D. Stevenson pone de manifiesto o que esta organización era profundamente innovadora y estrictamente consustancial a Escocia.

Nunca, ni en Escocia, ni en Inglaterra antes había existido tal sistema, y menos dotando a la logia de un estatuto jurídico y de una personalidad moral, que perseguía una verdadera permanencia, en definitiva a jugar el rol de” Oficiales”” (le Warden o Garde, o de Diáconos), el Statuts Schaw, es una evidencia, sentó pues las bases estructurales que más tarde devendrá en Escocia en la masonería Especulativa.


La Masonería especulativa es la contribución más notable de D. Stevenson, sin embargo, hay que poner de manifiesto que contrariamente a la versión propagada por las teorías clásicas el fenómeno de la Aceptation, es puramente inglesa, y nunca fue utilizada en Escocia, este fenómeno muy propagado ha permitido la sustitución progresiva del especulativos a los operativos en las logias, aunque nunca se produjo en Escocia en el siglo XVII.

Analizando cuidadosamente las listas de los miembros de estas logias, y explorando su historia durante varias décadas, D. Stevenson, muestra que estas logias escocesas permanecieron, esencialmente y durante mucho tiempo, como operativas.

En cambio, hay un nuevo punto y esencial, él que se ponga de manifiesto que desde el principio, algunas personalidades, incluidos famosos como Robert Moray, indiscutiblemente muy próximo a la corriente de pensamiento hermetista, neoplatónica y rosacruciana – cualquiera que haya sido el significado de estas últimas etiquetas -, se inclinaron, en Escocia, hacia estas logias. Su organización relativamente discreta, si no secreta, la existencia conocida de algunos ritos, los interesaron, aunque sus incursiones documentadas en estas logias , a lo largo del siglo, son extremadamente raras y generalmente transitorias.

Permanece, y es el acervo principal de los trabajos de D. Stevenson, que la práctica excepcional, pero innegable, de recibir como miembros honorarios a personas ajenas al Oficio en estas logias – dónde este nuevos aceptados no solían volver nunca más-, ha podido crear una población, aunque seguramente escasa numéricamente de “masones libres”, pudiendo de este modo transportar y transmitir y transformar una Masonería en función de sus propias preocupaciones intelectuales.

Es tremendamente interesante tener en cuenta que Robert Moray, es uno de los que primero se recibieron como “especulativos” y conocidos como tal en la Masonería, y que consiguió en 1640 en una logia temporal constituida al margen de una guerra, en territorio inglés. Es un hecho que debemos anotar y es la existencia enigmática de la temporal logia Warrington que recibió a Ashmole seis años más tarde, al margen de la misma guerra, que se sitúa muy al norte de Inglaterra… Escocia no inventó pues la Masonería Especulativa. Creó, bajo el impulso de William Schaw, las estructuras de una Masonería Operativa bien organizada que servirá indiscutiblemente de modelo a la masonería especulativa que se organiza a principios del siglo XVIII.

Y por tanto surtió de Masones no operativos quienes nunca habían integrado el Oficio , pero que, asegurados de este frágil viático pudo hacer uso más allá de la « frontera del norte » (Northern Border), y poniendo pie sobre el suelo inglés, pudieron extenderse, de este modo si se puede comprender que la Masonería inglesa del siglo XVII se convirtiera en especulativa casi inmediatamente.

Artículo de Roger Dachez Traducción de Víctor Guerra MM.:. Rito Francés (GODF)

La masonería, un camino iniciático de experimentación



La masonería, un camino iniciático de experimentación

La primera y mas importante de nuestras iniciaciones es la vida. Iniciatico, según la RAE, es lo relativo a una experiencia decisiva o a la iniciación en un rito…
La naturaleza de la Iniciación, la definió René Guénon como la transmisión de una influencia espiritual, con marcados efectos tanto en el orden espiritual como psicológico y físico. Esta transmisión supone ante todo un Linaje Iniciático que asegura la denominada regularidad iniciática, pues nadie puede transmitir válida y eficazmente iniciaciones que no haya a su vez recibido él mismo. La posibilidad de tal transmisión no debe discutirse a nivel meramente racional con profanos (no iniciados) pues esta es esencialmente una cuestión no de dogma sino de experiencia personal. La Iniciación no es solo símbolo de una nueva vida (el caso de las denominadas iniciaciones simbólicas) sino que cuando es real y efectiva conduce a vivencias interiores inefables muy concretas que nos posibilitan alcanzar en grado sumo Paz, Amor y Sabiduría.

El Dr. Carlos Ratzin manifiesta que: “..lo que persigue la Vía Iniciática es el Conocimiento. Esta palabra es demasiado seria como para emplearla a la ligera sin pruebas decisivas y concluyentes y aquí estas pruebas vienen dadas por la experiencia metafísica. Se trata de la percepción directa de la Verdad y el Ser, mucho más allá de todo proceso sensorial, psicológico o silogístico-racional. Y, desde luego, lo metafísico solo podrá alcanzarse así, por medio de lo que ha sido denominada la intuición intelectual, la que se halla más allá de la razón y los sentidos. Aquella y estos fracasan al intentar llegar a tales cumbres. Pero quien se conforma con tales instrumentos debe al menos cuidarse en distinguir entre lo que significa Saber y lo que es simplemente creer. Y para atravesar por la experiencia metafísica no hay otro modo que hacer uno mismo el viaje”.


Nuestra iniciación masónica supone el principio de un trabajo espiritual.


En la antigüedad, las escuelas filosóficas dispusieron de un cuerpo de normas a través de las cuales difundieron sus enseñanzas en un halo mistérico a veces secreto, en el convencimiento de que solo con el rigor del estudio y el desarrollo del aprendizaje, con silencio y paciencia, conducirían al pensador a una apertura de mente capaz de buscar, analizar, imaginar vías y caminos que le proporcionarían explicaciones a preguntas transcendentales, universales, fuera de las inquietudes al uso de la sociedad despreocupada y ufana.

El acceso a una Orden Iniciatica ha supuesto desde siempre una selección basada en la calidad de los aspirantes. El mundo antiguo tenía bien claro esta premisa y solo los más aptos y dignos eran recibidos en los Misterios Iniciaticos. Los no calificados desembocaban a lo sumo en los cultos religiosos exotéricos donde el ingreso era ya entonces irrestricto, abierto a todos. La religión corriente fue siempre parte del Reino de la Cantidad, para emplear una vez más la terminología ya clásica de Guénon (“Aperçus sur l’ Initiation”, Cap.I.).

La fraternidad masónica es una escuela deseable en lo que concierne a la espiritualización de las existencias individuales y la mejora de la sociedad humana en su conjunto (la que, inevitablemente, está subordinada al mejoramiento efectivo de los individuos). La enseñanza es, por excelencia, simbólica y sapiencial ambas son altas posibilidades humanas en lo tocante al orden metafísico.

Nada tiene en común con el saber profano ordinario (como es el caso del conocimiento científico) precisamente porque la experiencia metafísica corresponde a estados superiores del Ser a los que la mente racional y las emociones no pueden alcanzar. El dogmatismo y la creencia están ausentes del discurrir iniciatico masónico, pues en este nuestro camino no se trata de creer sino de realizar. El masón debe despojar su conciencia de prejuicios históricos. Tampoco debe el masón, como libre pensador, quedar detenido en una serie de afirmaciones de escuela. Debe profundizar en el lenguaje simbólico y ritual y extraer los mensajes que allí residen con una adecuada perspectiva plural y positiva.

El masón debe huir de la ignorancia y los miedos. Aquellos son, elementos negativos y poderosos que también actúan y a los que Erich Fromm se ha referido en sus tratados. Nos referimos al miedo a la libertad de pensar por cuenta propia (o de que otros lo hagan), miedo a pensar analítica y racionalmente, de intentar trazar nuestro propio camino hacia la Verdad sin tener que recorrer forzosamente las huellas ya trilladas. El miedo inhibe las capacidades de pensar, decidir y actuar y por ello, se cabe el riesgo de renunciar para siempre a la maravilla y dignidad del filosofar, para lograr luces más altas. El ser humano, como decía el filosofo Schopenhauer “cuanto mas vulgar e ignorante es, menos enigmático le parece el mundo”.

En definitiva, debemos ser estudiosos y transitar sin miedo el camino hacia el conocimiento y ese camino, pasa por el GADU.

La vía iniciática se distingue de la mística en que ésta última esta circunscrita preferentemente al ámbito cristiano como camino de contemplación “pasiva” del hombre respecto a Dios. En palabras de Santa Teresa de Jesús es la forma más espiritual y sublime del amor: es contemplación y arrobamiento y éxtasis. El individuo se limita simplemente a recibir lo que se le presenta, y tal como se le presenta, sin que él mismo actúe para nada.

En diferente plano, la senda iniciática es experimentación “activa” del hombre respecto a lo Universal (la ley básica de la Unidad es el Amor y la Fraternidad). Lo busca y cuando lo percibe, experimenta. Es al individuo a quien corresponde la iniciativa de una “realización” que se perseguirá metódicamente, bajo un control riguroso e incesante, y que deberá normalmente conducir a superar las posibilidades mismas del individuo como tal; sin embargo es demasiado evidente que el individuo no puede superarse a sí mismo por sus propios medios, pero, es la via iniciatica la que constituye obligatoriamente el punto de partida de toda “realización” para el iniciado.

La puerta espiritual abierta que supone la iniciación, la podemos sentir en nuestro ser y aprehenderla a través de la intuición (“La intuición y no la razón atesora la clave de las verdades fundamentales” dijo Buda). Esta vía sensorial y decisiva, verdadera alquimia interior que transmuta al individuo apto para ello, alejada del método racional, constituye un método iniciático y comprende en su significado, todo aquello que el hombre en su microcosmos, como sujeto único e independiente, puede realizar a través de la creatividad, la espontaneidad, la libertad…

Trazado Gentileza del M.·.M.·. Sarastro

El Venerable Maestro



El Venerable Maestro
El concepto venerable en uno de sus significados, expresa: “Lo que es digno de veneración, título que se da a personas de sólida reputación y reconocida autoridad, adquirida por la madurez de su juicio y por su haber y grandes virtudes. Es renombre o tratamiento de mucha significación entre los Francmasones, y con el que se distingue o designa en algunos países al maestro que ejerce el cargo de Presidente de las logias simbólicas”(1).

Esta bella y honrosa recompensa digna del mayor encomio cuando recae en hermanos beneméritos y acreedores de ésta y aun de mayores distinciones, debe otorgarse siempre a los V V.·. H H.·. con la mayor circunspección y no puede prodigarse, porque el V.·. H.·. investido con esta dignidad goza de ella durante todo un ejercicio, y vive la sensación durante toda su vida.
El Venerable Maestro jamás perderá de vista que se debe por entero al servicio de la logia que le ha honrado con sus sufragios otorgándole su confianza y representación, jamás verá amigos o enemigos en su logia, sino hermanos a quienes distinguir por igual. Parco en la censura y prudente en las alabanzas, procurando que su imparcialidad nunca pueda ser puesta ni por un solo instante en tela de juicio, estudiando y reflexionando el carácter y las disposiciones de los QQ.·. HH.·. del taller, siempre vigilante y dueño de sí, previsor y prudente.

“El Venerable Maestro siempre será querido y respetado cuando se encuentre en el amor de sus hermanos y en la tranquilidad de su conciencia, es la única recompensa digna de sus desvelos y merecimientos”(2).
La escuadra como sabéis constituye “la joya del V.·. M.·., es símbolo de su rectitud, porque debe ser el masón más recto, justo y virtuoso de la logia”(3).
Considero contradictorio hablar de un buen masón o de un mal masón y el mismo principio debe aplicarse para un V.·. M.·., sencillamente podemos expresar que se trata de un buen masón o de un mejor masón.

El mejor masón debe ser virtuoso por excelencia, no solamente dentro de los trabajos de logia, sino también en el mundo profano, el maestro debe seguir siempre el camino de la verdad.

Como lo indica nuestra Liturgia del Primer Grado, en el ritual de instalación: “el V.·. M.·. es el jefe del taller. Con el alto sentido de responsabilidad que este cargo implica en el desempeño de sus funciones, siempre conexas a su dignidad, debiendo ser hombre bueno, recto y justo, que obedezca las leyes morales y fomente la práctica de las virtudes; como ciudadano debe ser pacífico y también respetuoso de las leyes del país en que vive y de su gobierno cuando éste es legítimo, trabajar con inteligencia y vivir con honradez cultivando siempre los principios sociales que distinguen y enaltece

“Entre otras muchas obligaciones se encuentran las de estimular el conocimiento de las artes y de las ciencias, debe cumplir y hacer cumplir a todos los QQ.·. HH.·. de su taller con oportunidad y decisión en todos los deberes masónicos, velando siempre por el progreso de la logia” (4).

“El Venerable Maestro debe haber estudiado la ciencia masónica y haber desempeñado los puestos y dignidades inferiores. Así mismo es menester que posea un conocimiento profundo del hombre y de la sociedad y un carácter firme, pero razonable. Las atribuciones y deberes de los Venerables Maestros son muchos y de diversa índole”(5).

El Venerable Maestro se coloca en Oriente “uno de los cuatro puntos cardinales representado en las logias por el costado que se haya enfrente de la entrada, se coloca bajo dosel para dirigir los trabajos de los obreros; designa al primero de los cuatro puntos cardinales, opuesto a occidente y se denomina además Este o Levante.

“El Oriente es la parte del mundo que ha servido de cuna a todas las generaciones humanas, en las que han aparecido los legisladores sagrados cuya autoridad reconoce la Europa entera (escribía Napoleón: El Oriente es, de donde como el Sol, salen todos los hombres eminentes y todas las cosas grandes).

“Además del V.·. M.·. tienen su asiento en Oriente, los V V.·. H H.·. Orador y Secretario, el Primer Diácono, grandes dignatarios y oficiales de la Orden y visitadores revestidos de alguna dignidad o de altos grados”(6).
El Venerable Maestro simboliza astronómicamente al planeta Sol, por ser el astro que alumbra la tierra durante el día, debe dar luz con la práctica de sus virtudes y con el ejemplo, el Sol, astro luminoso que gira sobre sí mismo de Occidente a Oriente y proyecta incesantemente luz y calor sobre cuantos cuerpos celestes forman parte del sistema planetario, da a la tierra el calor y la luz que la fecundan y vivifican; inmenso, indivisible, imperecedero y omnipresente, foco perenne de luz; los brillantes Devas, así conocidos los dioses por los Ario-indos allá en los albores de la Historia, llamaban al Sol como el pusán que significaba el beneficio, y lo definían como el dispensador de bienes, el nutridor que con su arado de oro marca el surco al labrador, el que conoce todos los caminos y celoso los vigila recorriéndolos eternamente”(7).

“El V.·. M.·. en L.·., como ya se dijo, representa al sol, astronómicamente, sin embargo tiene el valor esotérico que puede analizarse desde varios puntos de vista, uno de éstos es el que se refiere al sol como generador de vida en la mayoría de los sistemas religiosos creados a través de la historia.

“Desde el origen de la humanidad las principales concepciones religiosas tuvieron sus raíces en la reverencia al sol como padre y a la luna como madre. El solsticio de invierno que generó los mitos solares, es la fecha en que se festeja al Sol Naciente.

“El sol Hombre es parido por la madre noche, representada por la luna o por la estrella de la mañana que se manifiesta con figura de mujer, Venus, la Magna Mater como vía de acceso del espíritu a la materia.

“En las civilizaciones antiguas puede notarse la presencia de los dioses asociados al sol, como Marduk de los Babilonios, interpretado como hijo o ternero del sol y que llegó al mundo para hacerse mortal, ser sacrificado y finalmente resucitar, convirtiéndose en la constante de los cultos al sol el llevar la muerte a los altares.

“Entre los Druídas, la espada flamígera se llamaba de Belino, dios del sol y veneraban el muérdago nacido bajo la luna y milagroso bajo el sol, debiendo ser hombre quien lo cortara con una hoz de oro, para simbolizar la forma lunar en fusión con el metal solar, porque siempre la naturaleza solar, masculina, era la esencial para no desvirtuar la naturaleza trascendente del vegetal.

“Los ingleses llaman al muérdago holy, o sea, santo, refiriéndose a su propiedad esencial para unir al hombre con la divinidad.

“Los Fenicios consideraban imperativa la condición de que los primeros rayos del sol de cada día alcanzasen el Santuario, para que al ‘estallar’ ahí, su luz impregnase el Templo, en su calidad de cueva y de útero virginal, pero esto debía ser propiciado por el sacerdote, cuya masculinidad es imprescindible para actuar en afinidad con la naturaleza insemínadora del rayo lumínico.

“¡Imposible que el femenino pueda fecundar a lo femenino!.

“Esta es la secreta condición que impide a las mujeres oficiar como sacerdotisas y proviene de las más remota antigüedad, mucho antes del Cristianismo”.(8)
Recordad mis QQ.·. HH.·. que el Sol declina hacia el ocaso para indicar en lenguaje figurado que es vencido por las tinieblas, que simbolizan el genio del mal y recordad también que reaparece de nuevo sobre nuestro hemisferio y en esta alegoría se nos presenta como vencedor y resucitado, la muerte y resurrección son imagen de las vicisitudes de la vida y de la vida que nace de la muerte.

El V.·. M.·. no puede juzgarse a sí mismo como el más puro de todos los QQ.·.HH.·. del taller ni como el más puro de todos los hombres, debe ser siempre movido en lo profundo de su conciencia hacia la superación dentro de una crítica reflexiva, constante, sincera, rigorista y serena, que le permita elevar su propio espíritu contribuyendo a la elevación del de todos aquéllos que lo rodean, permitiéndole cubrir con un velo que se convierta en su pensamiento de reflexión filosófica, tan potente que llene al taller y a cada uno de sus miembros con la luz de la concordia y dando el calor que sólo puede dar el Sol al sistema planetario, llenando de fertilidad a nuestro planeta en todos sus aspectos cósmicos, circundándolo hasta el más microscópico de ellos, lo cual nos permite simbólicamente que sigamos nutriéndonos, perfeccionándonos y evolucionar mejorando el mundo que nos rodea.

E.·. C.·.



BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
1.- Diccionario de Masonería. Editorial Grijalbo, S. A. de C. V., México, D.F., 1990. Tomo III.
2.- Enciclopedia de la Masonería. Publicaciones Mundial, México, D.F., Tomo II.
3.- Frau Abrines, Lorenzo. Diccionario Enciclopédico de la Masonería. Publicaciones Mundial. Barcelona, España, II Tomo.
4.- Liturgia del Primer Grado. Ediciones y Publicaciones Valle de México, 1998.
5.- Revista: Más Allá de la Ciencia. Año VI, No. 3-0101-04. J.C. Ediciones, S.A., Madrid, España.

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(1) Enciclopedia de la Masonería. Publicaciones mundial. México, D.F., Tomo II, p. 1478 y s.
(2) Frau Abrines, Lorenzo. Diccionario Enciclopédico de la Masonería. Publicaciones Mundial. Barcelona, España, II Tomo, p. 1437.
(3) Diccionario de la Masonería. Editorial Grijalbo. México, D.F. 1990, Tomo I, p. 169
(4) Liturgia del Primer Grado R.·. E.·. A.·. y A.·. Ediciones y Publicaciones Valle de México, p.79.
(5) Diccionario de Masonería.Editorial Grijalbo, Op. Cit., Tomo III, p. 200.
(6) Frau Abrines, Lorenzo. Op. Cit., p. 1437.
(7) Frau Abrines, Lorenzo. Op. Cip., p. 1481.
(8) Revista: Más Allá de la Ciencia. Año VI, No. 3-0101-04. J.C. Ediciones, S.A., Madrid, España.
Cortesía del R:.H:. José Luis Irizzont Melgoza. de Cozumel, Q, Roo, México

El papel de la masonería en la revolución Mexicana (1ºparte)



El papel de la masonería en la revolución Mexicana (1ºparte)
Se pudiera afirmar que existe mucho escrito (aunque no lo suficiente) sobre la masonería y el papel de los Masones en dos etapas de la historia de México: La primera , en la Guerra de Independencia, en su consumación y en aquella etapa de consolidación de la República y; la segunda, en la Guerra de los Tres Años o de Reforma; así como en la posterior Guerra de Intervención Francesa, la Lucha contra el Imperio y la Elevación de las Leyes de Reforma al Rango Constitucional.

Después, hay una especie de vacío histórico y no se habla de la masonería ni de los masones más que de forma incidental, como si hubieran dejado de tener un papel activo y determinante en el devenir histórico de nuestra Patria.

Se menciona, en la importante etapa que corresponde a la Revolución Mexicana, que el general Porfirio Díaz fue masón, que Madero también lo fue, y que tal vez Carranza lo fue. Y hasta ahí. Pero buscando en la historia, se descubre que no fue así de simple. Sí es cierto que la masonería y los masones sufrieron una suerte de presiones políticas (gubernamentales) que impidieron se manifestaran ante el régimen y el estatus quo como se manifestaron en aquel decimonónico siglo y con la fuerza que los caracterizó. Pero de ninguna manera permaneció la masonería ni los masones ajenos e inmutables al sistema político-económico imperante durante el Porfiriato. Estuvieron concientes de las desigualdades e injusticias del régimen y; su papel fue determinante para definir en gran medida el tipo de nación que ahora somos.

EL PORFIRIATO

Después de casi un siglo de guerras sangrientas y desgastantes contra extraños y entre hermanos, en las que la Nación perdió muchos hombres, recursos financieros y gran parte de su territorio y en las que además, se impidió el desarrollo económico, los imperativos del gobierno en México eran: imponer la paz a toda costa, constituir un orden (en lo legal y lo civil) y engarzarse a la dinámica capitalista de algunos países europeos y de los Estados Unidos, para lograr el progreso.

A finales del Siglo XIX el gobierno del general Porfirio Díaz veía en los modelos económicos de esos países la vía más viable para sacar a México de la pobreza y del atraso en el que se encontraba; infortunadamente, en el devenir histórico mundial, México, llegó tarde a ello e ingresó al paradigma del capitalismo cuando los países dentro de esa corriente filosófico-económica ya estaban en una etapa más avanzada y agresiva del mismo: el imperialismo despiadado.

Cabe anotar que para implantar el sistema capitalista hay dos vías, en México, el gobierno porfirista siguió la vía reaccionaria o “Junker”, la cual se caracteriza por la implantación del sistema desde las cúpulas o clases altas. Por esta vía, los terratenientes feudales conservan sus tierras y el poder y paulatinamente se transforman en capitalistas; se niegan los cambios democráticos en lo político, se crea un gobierno autoritario y se conservan las alianzas entre los terratenientes y la burguesía. La otra vía, la “Farmer” o plebeya, y que no se siguió en México, libera las fuerzas creativas y revolucionarias expresadas por las masas en un proceso de transformación desde las clases sociales bajas hacia las altas; implica esta vía el desplazamiento de los terratenientes feudales y la desaparición del sistema económico feudal. El desarrollo económico por esta vía impulsa la pequeña propiedad agrícola, esto es, a los rancheros o farmers.

La política económica porfirista, eligió la vía Junker y; ésta, implicó un impulso del capitalismo privilegiando por todos los medios la inversión extranjera, así como el apoyo a las grandes haciendas que, con la figura jurídica plasmada en las Leyes de Colonización y de Terrenos Baldíos, que sostenían el quehacer de las compañías deslindadoras, se convirtieron en grandes latifundios capitalistas.

De esta forma, el gobierno se empeñó en fomentar y convertir a México en un país donde la producción estaba inclinada hacia las exportaciones de materias primas agropecuarias, minerales y petróleo. Poca atención se le dio a la industrialización y al desarrollo de los mercados internos.

Consecuentemente, las vías de comunicación estaban diseñadas para transportar los productos de exportación a los puertos marítimos y a la frontera con Estados Unidos. En cambio, las vías de comunicación para interconectar las diferentes regiones geoeconómicas del interior del País eran casi nulas.

De 1877 a 1910, el producto interno bruto creció a una tasa anual de 3.4% y pasó de 15,692 millones de pesos a 47,054; mientras que la población crecía a un ritmo de 1.4%. La producción, pues, crecía con mayor celeridad que la población. Estos datos pueden crear una visión muy equivocada del Porfiriato, ya que a pesar de la riqueza y el avance económico, el patrón de acumulación del capital era bastante desigual. Los beneficios del sistema económico se concentraban en muy pocas manos, se concentraban en un reducido número de terratenientes, de empresarios y de comerciantes, de banqueros y de inversionistas extranjeros. Las masas, vivían en la pobreza.

En esos años, la población de México era de aproximadamente 13.5 millones de habitantes, de los cuales once millones (81.48%) estaba integrada mayoritariamente por: 1). Campesinos desposeídos de sus tierras y explotados en las haciendas o refugiados en sus reservaciones y comunidades; 2). Por obreros explotados en las fábricas y las minas y con salarios diferenciales y; 3). Por desempleados. Estos sectores, no gozaban de los beneficios ni de la riqueza generada por el sistema. Casi un Pareto perfecto.

Aunado a lo anterior, la permanencia ininterrumpida en la presidencia de la República, en los ministerios y en las gubernaturas, habían creado una gerontocracia que le impedía a la joven burguesía acceder al poder. Para 1908, Porfirio Díaz tenía 77 año; los secretarios de Relaciones y de Justicia, tenían, cada uno, 82 años; el de Guerra, 77; el de Hacienda, Limantour, 54 y era el más joven. El gobernador de Tabasco tenía 76 años; el de Tlaxcala, 78; el de Michoacán, 75; el de Puebla 73; el de Guanajuato 68 y; el de Aguascalientes, 70.

ESTRATEGIAS PARA EL LOGRO DE LA PAZ Y EL PROGRESO

Desde la óptica porfirista, para que el país lograra la paz y el progreso material por la vía elegida, no había más opción que atender “las muelles, no las leyes”, por lo que había que “embridar a la Nación”. Esto lo logró Porfirio Díaz en un lapso de doce años, de 1876 a 1888 y; consistió en el dominio simultáneo de lo que, él, denominó las “doce riendas”: 1). Represión o pacificación; 2). Divide y vencerás con los amigos; 3). Control y flexibilidad con los gabinetes y los gobernadores; 4). Sufragio inefectivo, sí reelección; 5). Domesticación del Poder Legislativo; 6). Domesticación del Poder Judicial; 7). Doma de intelectuales; 8). Acoso a la prensa; 9). “Pan y palo” con el ejército; 10). Política de conciliación con la iglesia; 11). Gallardía en la política exterior y; 12). Culto a la personalidad.

Estas estrategias de controles sectoriales permitieron mantener al estado y culminaron con la conformación de un partido político único, con un gabinete conformado por los llamados “científicos”, con gobernadores que prácticamente eran empleados de la presidencia de la República, con la existencia de jefes políticos incondicionales, con una policía rural represora y un ejército minimizado pero adecuados para enfrentar a un pueblo ignorante y desarmado. Además, Díaz contó con el apoyo de la iglesia católica, que mantenía sumiso y enajenado al pueblo (la iglesia secundaba la “obra” pacificadora de Porfirio Díaz: En el V Concilio Provincial Mexicano, celebrado en 1896, la iglesia católica, por ejemplo, le ordena a sus fieles obedecer a las autoridades civiles y; esa orden en aquellos tiempo y dirigida a un pueblo sumiso e ignorante, se cumplía). En ese lapso de tiempo se hicieron célebres las frases: “Mátalos en caliente”, “En política no tengo ni amores ni odios” o “Ese gallo quiere su máis”, aplicables a diferentes manifestaciones de malestar o inconformidades sociales y; fue después del logro de esas políticas que se antepuso al nombre de Porfirio Díaz el “Don”.

INCONFORMIDAD SOCIAL

Pero a pesar del aparato represivo, del control gubernamental y de la actividad enajenante de la iglesia, hubo durante todo el Porfiriato manifestaciones de inconformidad, de tal forma que la famosa “pax porfiriana” no era tan pacífica.

Los descontentos y manifestaciones de los sectores campesinos e indígenas explotados, desposeído y despojados fueron brutalmente reprimidos por el gobierno federal y los estatales. En el Noroeste, los yaquis se sublevaron en 1875 y; los mayos, en 1891. Y casi fueron exterminados. Los mayas, en la Península de Yucatán, estaban sublevados desde mediados del Siglo XIX.

En 1877 hubo rebeliones en la Sierra Gorda de Querétaro, en Hidalgo, en Guanajuato, en Michoacán, en Guerrero, en Puebla, en Oaxaca, en Durango, en Coahuila y en el mismo Distrito Federal. En 1878 se produjo un levantamiento en La Huasteca que se reavivó de 1879 a 1881 en las Huastecas Potosina e Hidalguense. En 1882 hubo levantamientos en Juchitán, Oaxaca; en 1884, en Papantla, Veracruz. En 1892, las tierras del pueblo indígena de Tomochic fueron entregadas a la Chihuahua Mining Company, por lo que sus habitantes se levantaron en armas y fueron masacrados por las tropas porfiristas. Heriberto Frías consigna magistralmente este hecho en su novela.

Los levantamientos de campesinos e indígenas continuaron y en 1896 hubo nuevas muestras de rebeldía en otra vez en Papantla y en Soteapan, Veracruz.

Por su parte, los obreros, la nueva clase social que prácticamente había nacido durante el Porfiriato y; que estaba integrada por trabajadores fabriles, por mineros, por ferrocarrileros, por trabajadores portuarios y por petroleros, principalmente, también se manifestaron contra el régimen y sufrieron la misma suerte que los campesinos. De 1881 a 1911, hubo alrededor de 250 huelgas, las cuales estaban prohibidas. A partir de 1905, las condiciones de explotación de los obreros se agravaron y el número de huelgas aumentó. Son bien conocidas las huelgas de Cananea, Sonora, en 1906 y; la de Río Blanco, Veracruz, en 1907.

La huelga de Cananea fue muy significativa. La mina era propiedad de la Cananea Consolidated Copper Company. Ahí se extraía cobre, metal altamente demandado por la creciente industria eléctrica estadounidense. En la mina laboraban entre cuatro y cinco mil obreros. El detonante de la huelga fueron los privilegios para con los trabajadores estadounidenses frente a los mexicanos. Los mexicanos realizaban los trabajos más rudos y recibían $3.00 al día en moneda nacional; mientras que los estadounidenses realizaban labores más ligeras y recibían $5.00 diarios en oro.

En la mina había un grupo de obreros afiliado al Partido Liberal Mexicano (PLM), de Ricardo Flores Magón. Ellos fueron agredidos por dos empleados norteamericanos, quienes en la respuesta al ataque murieron. Para reprimir a los obreros mexicanos, el gobernador de Sonora y el dueño de la empresa trajeron cerca de 300 “rangers” de Estados Unidos, quienes junto con los guardias de la propia empresa reprimieron a los obreros. Los líderes del movimiento huelguista y miembros del Partido Liberal, fueron condenados a 15 años de prisión en el Castillo de San Juan de Ulúa, ubicado en el Puerto de Veracruz.

LAS SOCIEDADES SECRETAS



Durante el Porfiriato hubo varias sociedades e instituciones – digamos – secretas o, que no siéndolo estrictamente, actuaron de forma velada en contra del régimen. Algunas eran espiritistas, como la que acogió u organizó por algún tiempo Francisco I. Madero. Otras, actuaban no tan abiertamente aunque algunos de sus militantes sí lo hicieron, fue el caso de la Iglesia Metodista. Algunos pastores protestantes de esa iglesia, por ejemplo, se integraron finalmente al zapatismo en defensa del campesinado mexicano. Y, obviamente, otra sociedad fue la masonería y los masones.

La masonería, y los masones principalmente, ante el estado de cosas durante el Porfiriato, no permanecieron inmutables. Infortunadamente, las condiciones para con la masonería a finales del Siglo XIX y a principios del XX ya eran muy diferentes a las existentes a principios y a mediados del Siglo XIX.

Y es realmente cierto que tanto la masonería como el clero católico influyeron poderosamente en la vida política de México desde el Movimiento de Independencia hasta la Elevación al Rango Constitucional de la Leyes de Reforma. Al triunfo de los liberales, la masonería prácticamente determinó las tendencias ideológicas que definieron el tipo de Nación que el Porfiriato heredó.

Pero durante el Porfiriato, de finales del Siglo XIX a inicios del XX, las logias, como masonería, fueron perdiendo aquel poder político que las caracterizó a inicios y mediados del Siglo XIX y; paulatinamente el clero empezó a recuperar parte del poder que perdió en la República Restaurada. Esto, en gran medida se debió a la obsesión por constituir un orden y lograr la paz y el progreso a como diera lugar. En ese tenor, Porfirio Díaz, pensaba que se tenían que redefinir las relaciones entre el Estado y la iglesia; así como controlar la actuación de las logias masónicas, ya que su relativa independencia y secreto, eran un obstáculo que podía oponerse precisamente a su política pacificadora y económica.

Así que, con la iglesia, el gobierno porfirista adoptó una política laxa en la aplicación de los preceptos constitucionales, pero sin derogar las leyes heredadas de los liberales de la Reforma, casi todos masones. Por lo tanto, las leyes que normaban a la iglesia se obedecían, pero no se cumplían a cabalidad. Esta política conciliadora le generó a Díaz enfrentamientos con la masonería y sus líderes, principalmente con Ignacio Manuel Altamirano, con una arraigada tradición liberal y que veía a Porfirio Díaz como a un traidor a la Constitución de 1857, a las Leyes de Reforma y a los principios y valores masónicos.

Pero para Porfirio Díaz, era la masonería la que tenía que subordinarse al poder del gobierno y a sus políticas conciliadoras y económicas.

Desde su ascenso al poder, Porfirio Díaz contó con el apoyo de los masones del Rito Escocés Antiguo y Aceptado y con la oposición del Rito Nacional Mexicano. Estando Díaz en el poder, los miembros del Rito Nacional Mexicano fueron acosados por el régimen hasta que finalmente, su líder, José María Mateos, puso en marcha una serie de medidas reconciliatorias que culminaron en 1877 con la decisión tomada en una Gran Asamblea, de no intervenir políticamente con el mandato de Díaz.

Pero para Porfirio Díaz eso no fue suficiente, había más ritos masónicos y todos ellos debían sujetarse al Caudillo. Con esa meta, el 15 de junio de 1883, Porfirio Díaz constituyó la Gran Logia del Distrito Federal y asumió el cargo de Gran Maestro, lo cual promovió una migración de logias a esa nueva organización, debilitando así a otras asociaciones masónicas, particularmente a las que estaban jurisdiccionadas al Supremo Gran Oriente de los Estados Unidos Mexicanos, dirigido precisamente por Ignacio Manuel Altamirano.

Finalmente, el 15 de febrero de 1890 se fusionan los dos ritos masónicos más importantes de México: el Supremo Gran Oriente de los Estados Unidos Mexicanos y el Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para constituir la Gran Dieta Simbólica Escocesa de los Estados Unidos Mexicanos, cuyo objetivo real fue centralizar y controlar la actuación de las logias masónicas.

Los miembros de la Gran Dieta eligieron a Porfirio Díaz como su Gran Maestro, pero al poco tiempo, él, designó a Hermilo G. Cantón, su incondicional, para que la dirigiera. De esta forma, la gran mayoría de las logias que se afiliaron a la Gran Dieta perdieron su autonomía e ingresaron a ellas miembros totalmente adherentes a Díaz, quienes le informaban de todos los pormenor acaecidos en las reuniones, violando así el secreto.

De esta forma, las logias en general, se convirtieron en lugares inseguros, con informantes y delatores, en donde manifestar libremente las ideas filosóficas o político-religiosas o; concertar y emprender acciones sociopolíticas en contra del régimen, podía acarrear la represión.

Así las cosas, el gobierno estaba seguro de que era imposible que las logias masónicas se convirtieran en “nidos de conspiradores” que pudieran contribuir a una revolución. Aunque hubo unas cuantas logias ligadas al liberalismo radical que rehusaron afiliarse a la Gran Dieta. Las logias, pues, en general se convirtieron en lugares en donde militaban tanto adherentes al dictador como enemigos declarados del mismo, como Filomeno Mata o; futuros opositores del régimen, como Librado Rivera.

Lo anterior denota que hubo dos corrientes políticas en la masonería antes del Estallido de la Revolución Mexicana: una, adherida mayoritariamente a la Gran Dieta y al lado de Porfirio Díaz, colaborando con el estado de cosas y; la otra, la menos, sin comulgar con su modelo económico ni con la política de reconciliación con el clero católico, aunque sus miembros formaran parte de logias afiliadas a la Gran Dieta o no.

El 31 de agosto de 1895, el general Porfirio Díaz renunció a la Gran Maestría de la Gran Dieta y; ya sin su apoyo, Hermilo G. Cantón no pudo controlar a la organización y dicha Gran Dieta Simbólica desaparece en 1901. Pero las logias, infortunadamente, ya estaban muy mermadas en cuanto a su autonomía, membresía y poder de convocatoria.

Para esas fechas, empezaron a surgir en la sociedad civil, organizaciones políticas públicas y abiertas a la ciudadanía. Entonces, los masones, como ciudadanos, no abandonaron el quehacer sociopolítico y; en esa etapa de la historia de México, conformaron también clubes y partidos o; ingresaron a los ya existentes y en la medida de las circunstancias históricas inculcaron en ellos los ideales masónicos.

Librado Rivera, masón reconocido, junto con los hermanos Flores Magón, Ricardo y Enrique, de quienes se firma que también fueron masones, y otros más, constituyen en 1901 el Partido Liberal Mexicano (PLM), el cual hasta 1906 lanza su Programa de Acción. Éste, incluía la suspensión de la reelección para presidente y gobernadores, reformar algunos artículos, promover la educación pública; así como dos puntos que afectaban los interese del clero: 1). Considerar a los templos como negocios mercantiles obligados a llevar una contabilidad y pagar impuestos y; 2). Suspender las escuelas administradas por el clero. Además, el plan contemplaba otros puntos de carácter económico, social y laboral más.

Anterior a la conformación del PLM, otros masones ya habían migraron de sus logias para crear organizaciones políticas opuestas al régimen. En 1896, por ejemplo, fundaron el Club Político Valentín Gómez Farías; en 1898, la Sociedad Patriótica Melchor Ocampo y; en 1900, el Club Liberal Ponciano Arriaga, entre otras.



Escrito por el Il y Pod H Antonio Huerta Paniagua, Gr 33° SN.

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miércoles, 2 de septiembre de 2015

El compás, su simbolismo y su interpretación

Foto de Mason Aprendiz.
El compás, su simbolismo y su interpretación

Si nos ponemos a meditar sobre lo que son o pueden ser nuestras actividades, dentro y fuera del seno de la Sociedad, se nos viene a la memoria, la idea de que se hace absolutamente necesario, acudir a los medios que nos pueden servir, como aparatos o instrumentos de trabajo, sea cual fuere el género de vida a que se dedique el hombre, para conseguir labrar su PORVENIR; además no podemos olvidar que en esas circunstancias, la labor constructiva que en todos sus aspectos lleva a cabo la humanidad, queda en manos de quienes realizan las obras materiales e intelectuales, que bien pueden catalogarse como de carácter IMPERECEDERO.

Por el momento, únicamente vamos a describir uno de tantos instrumentos de trabajo, que según su forma y aplicación, el hombre necesita para desarrollar sus actividades, motivo por el cual nos referiremos al COMPÁS, como un aparato esencial, cuyo uso es indispensable en la Geometría, en la Arquitectura y en las Artes; conoceremos pues, su origen y la etimología, por lo que respecta a su nombre, así como la interpretación Simbólica que se le atribuye.

En efecto, la palabra COMPÁS es propia de la lengua castellana y deriva de “COMPASAR”, voz que se considera como el acto que se ejecuta, por medio de un instrumento formado por DOS piernas o ramas articuladas de distinta estructura, que sirve para medir distancias en tramos, trazar circunferencias, calcular dimensiones, establecer proporciones, etc., por tal motivo, la Ciencia nos describe a NUEVE tipos de COMPASES, mismos que reciben su nombre, según el objeto para el cual se les destina; y así tenemos al número 1 – COMPÁS DE PUNTAS, como su nombre lo indica, sus dos Piernas terminan en PUNTA, y sirve para tomar Dimensiones y marcar Distancias; el 2 – COMPÁS PARA PUNTILLAS O GRÁFICOS, que lleva en sus ramas los soportes para fijar la puntilla o el gráfico, según se desee, y se utiliza para trazar las Circunferencias a lápiz o tinta; el 3 – COMPRÁS DE CUADRANTE, que ostenta un sector de arco en una se sus ramas, y como su nombre lo indica, se emplea para medir la abertura o graduación de los CUADRANTES en los círculos; el 4 – COMPÁS DE PROPORCIÓN O REDUCCIÓN, es el que consta de un EJE movible, que une sus dos ramas acanaladas, a las que aumenta o reduce sus dimensiones, y sirve para tomar, por uno de sus extremos, las PROPORCIONES, y por el otro determinar la correspondiente REDUCCIÓN; el 5 – COMPÁS DE ESPESORES, que está constituído por dos brazos rectos, y a continuación dos ramas curvas hacia adentro, con un sector de cuadrante en la unión de uno de sus brazos con su rama, y se usa para determinar el ÁREA respectiva de las superficies curvas, o sea, el ESPESOR de los cuerpos; el 6 – COMPÁS DE CORREDERA, consta de una Regla graduada en forma de ESCUADRA, con un brazo corredizo ajustable, que sirve para medir o trazar los espacios entre dos o más líneas paralelas; el 7 – COMPÁS DE PRECISIÓN, está formado por dos brazos o reglas planas graduadas, y se emplea para marcar las distancias y la graduación de los Círculos concéntricos; el 8 – COMPÁS DE CALIBRE EXTERIOR, lo constituyen dos piernas articuladas curvas hacia adentro, y sirve para medir las dimensiones exteriores de los PROYECTILES o de cualquier otro cuerpo cilíndrico; y por último, tenemos el 9 – COMPÁS DE CALIBRE INTERIOR, que también está constituído por dos ramas curvas hacia fuera, y se usa para medir el CALIBRE o DIÁMETRO interior de los cañones, o de las tuberías.

Como se ve, estos NUEVE tipos distintos que apreciamos en el COMPÁS, tienen una aplicación perfectamente bien definida en la Geometría, en la Arquitectura y en las Artes, según la forma, la estructura y la figura que afectan; pero nosotros vamos a referirnos únicamente, al primero de ellos, o sea al COMPÁS DE PUNTAS, por ser al que se le considera como un verdadero Símbolo Masónico, pero atendiendo a su forma, estructura y aspecto verdaderamente CORRECTOS, como vamos a tener la oportunidad de DESCRIBIR; en consecuencia ya dijimos que este instrumento consta de DOS PIERNAS o RAMAS articuladas, nada más que en este caso, ambas son de forma netamente TRIANGULAR hasta terminar o rematar en PUNTAS, y su articulación, o sea la Cabeza del COMPÁS es de forma CIRCULAR; por lo tanto, en el orden profano, sirve para medir distancias en tramos, tomar dimensiones o proporciones y también para trazar la más PERFECTA de las figuras Geométricas, es decir, a la Circunferencia que limita al CÍRCULO.

Consecuentemente, si el TRIÁNGULO es la primera de las superficies Geométricas, el CÍRCULO la más perfecta de las figuras y sus dos extremos rematan en DOS PUNTOS; quiere decir que el COMPÁS está constituído por los tres PRINCIPIOS fundamentales, porque en el se reúnen la Primera de las SUPERFICIES, la PERFECCIÓN de las figuras y el PUNTO de origen de todas las cosas; por eso confirmamos el hecho de que la Cabeza es CIRCULAR, las Ramas TRIANGULARES y sus Extremos rematan en PUNTA, por eso llegamos también al convencimiento de que el COMPÁS MASÓNICO, reúne esas tres cualidades filosóficas, que no podemos apreciar en todos los demás instrumentos similares, por lo tanto, vamos a estudiar detalladamente sus acepciones Simbólicas, Morales y Científicas, en relación con sus enseñanzas FILOSÓFICAS.

Por tal motivo, el COMPÁS en el orden Masónico, es uno de los atributos más usuales que se conocen en el simbolismo, de ahí también que se le toma como el Signo representativo de la LÓGICA, o sea la base en que se apoya la LEY DE LA RAZÓN, como factor emblemático por cuyo medio, se deben AQUILATAR todos los actos y las acciones de los hombres, sea cual fuere el género de sus actividades, para el fin de que sus Obras Materiales puedan ser ETERNAS, así como sus CONCEPTOS espirituales y sus VALORES MORALES, puedan convertirse en IMPERECEDEROS; en consecuencia, el COMPÁS es el instrumento que nos sirve para marcar el Límite de nuestros DERECHOS, porque es nuestro DEBER, no invadir los que corresponden a nuestros Semejantes, por ese motivo, vemos que juntamente con la ESCUADRA y la BIBLIA, forma otro de los emblemas más preciados, que se colocan sobre el ALTAR, para que como guías de orientación, puedan presidir nuestros trabajos en cualquiera de las Cámaras de las Logias.

En este caso, el COMPÁS constituye el Símbolo de la UNIDAD NATURAL, o sea la CAUSA, el ORIGEN y el EFECTO cuya acción vivificante, fecunda el GERMEN para lograr la producción o reproducción de todos los Seres y las Cosas, CREADAS o que surgen del seno de la propia NATURALEZA; y por esa razón, notamos que en lo material, lo técnico y científico, también se aplica invariablemente en la Geometría, en la Arquitectura y en todas las Obras de Arte, que por su mano ejecuta el hombre durante sus actividades.

Por otra parte, la ÉTICA MASÓNICA considera el COMPÁS, como un verdadero instrumento alegórico del trabajo intelectual, que dentro del espíritu del hombre, germina o fecunda a su entendimiento, para inculcarle aquellos SANOS principios; que nos inclinan hacia una efectiva MODERACIÓN de nuestros actos; es decir, que el CÍRCULO que forma, limitado por la circunferencia, reduce a la VOLUNTAD dentro de sus correspondientes fronteras, mismas que jamás deben REBASARSE, puesto que nos determina el final de nuestros propios DERECHOS y por lo mismo, nos obliga a RESPETAR los ajenos; ya que para nosotros los Masones, también dicho Signo, es emblemático de la VIRTUD, porque con sus enseñanzas MORALES perfecciona nuestra conducta, alienta a nuestro ESPÍRITU, fortalece a nuestro ENTENDIMIENTO y cultiva a nuestra INTELIGENCIA, con lo que invariablemente nos proporciona una IDEA exacta de lo que puede ser o es, lo POSITIVIO, lo REAL y lo VERDADERO, eliminando así las APARIENCIAS o las FALSAS interpretaciones.

Ahora bien, el Simbolismo MORAL que en el sentido de la palabra se le atribuye al COMPÁS, por lo que se refiere a las enseñanzas que corresponden al Primer Grado, consisten en que cada una de sus medidas, corresponden a los PASOS que marcamos por la senda del DEBER, por lo que hay que fijarlos con precisión y firmeza, con el fin de lograr RESTRINGIR, ELIMINAR o RECHAZAR con toda energía, las costumbres tendenciosas, los actos denigrantes, los malos hábitos, las pasiones vulgares y en general, todos aquellos VICIOS que se adquieren bajo el influjo de la DEBILIDAD de carácter, de la FALTA de voluntad propia, o de la FRAGILIDAD humana.

Por esa razón confirmamos una vez más, que el COMPÁS, al trazar la Circunferencia, también nos señala el ESPACIO de nuestros DERECHOS, reducido a sus verdaderas DIMENSIONES, respecto a los DERECHOS que justamente corresponden a nuestros semejantes; por lo tanto, quiere decir que en esta forma, y en las mismas condiciones, nos indica la manera de proporcionarnos MODERADAS expansiones y HONRADOS placeres, a la hora del descanso o de nuestras DIVERSIONES, puesto que nunca debemos olvidar, que el concepto de la HONORABILIDAD, en Masonería, siempre se ha definido como una NECESIDAD propia del hombre que sabe conservar su DIGNIDAD, precisamente porque esa cualidad, le obliga a RECATARSE o a PRIVARSE de determinados momentos de SOLAZ, que pueden constituir un EXCESO de alegría, aún cuando dichos actos puedan desarrollarse, en contra de la VOLUNTAD colectiva, puesto que ese es el único medio de conservar la propia REPUTACIÓN, el RESPETO, la ESTIMACIÓN y las CONSIDERACIONES que nos debemos; porque de esa manera también GUARDAMOS las que corresponden a los demás.

Por tal motivo, también llegamos al convencimiento de que el COMPÁS, es el símbolo más sublime y palpable, representativo de las VIRTUDES HUMANAS, porque la esencia de sus enseñanzas, simbólicamente constituyen la guía única que prepara a la CONCIENCIA del hombre, si tomamos en cuenta que se trata precisamente, de LIMITARSE de una manera consciente y razonable, sus DESEOS por alcanzar las más elevadas AMBICIONES, así como el hábito que se adquiere para ABUSAR de ellas; puesto que por ese medio, se evita que el Individuo tome TORCIDOS senderos en su camino hacia la PERFECCIÓN; ya que se trata nada menos que AJUSTAR la convicción humana, a la conveniencia de la colectividad SOCIAL, puesto que se trata también del momento en que deben manifestarse las IDEAS, de emitir las OPINIONES o de ejecutar las OBRAS, bajo la dirección de un bien definido CRITERIO, que permita conocer a fondo el resultado de una LABOR eminentemente BENÉFICA, en el sentido ÉTICO de la palabra.

En consecuencia, no cabe duda de que estamos convencidos que el HOMBRE DE HONOR, puede tolerarlo o soportarlo TODO, menos que se le HUMILLE porque eso es motivo de rebeldìa, ya que la SUSCEPTIBILIDAD, es propia de la DELICADEZA como un sentimiento o cualidad muy humanos; y aùn cuando una OFENSA pase desapercibida por los demàs, basta con que en la conciencia del ofendido se anide la convicciòn de que se le ha denigrado o difamado, para que tenga motivo de reprocharse a sì mismo, y por lo tanto, todo eso puede ser motivo de ODIOS, de RENCORES y probablemente hasta de VENGANZAS en contra de los detractores, cosa que por todos conceptos debe EVITARSE.

Consecuentemente, es innegable que hemos definido otra de las maravillosas interpretaciones que de la MORAL, se le atribuye al COMPÀS, porque como ya dijimos antes, al trazar a la màs PERFECTA de las figuras geomètricas, o sea a la Circunferencia que rodea al Cìrculo; con ese sòlo hecho nos circunscribe tambièn, de una manera AUTÈNTICA y POSITIVA, a los DEBERES para consigo mismo, ya que tambièn por sì sola siempre representarà a la ùnica GUÌA, que de la misma manera nos conducirà con felicidad, por la escabrosa ruta de la PERFECCIÒN MATERIAL, INTELECTUAL y ESPIRITUAL, propios del individuo que tiende a labrar su PORVENIR; y si el AMOR PROPIO, la SUSCEPTIBILIDAD y el HONOR, no pueden ser factores ajustables para los procedimientos LEGALES, ni mucho menos como motivo para que se determinen SANCIONES Jurìdicas, es precisamente porque en ese sentido, sòlo se admite un DERECHO INVIOLABLE para el hombre, y màs cuando se tiene la conciencia o la convicciòn de que constituye un acto de verdadera JUSTICIA, porque no se puede negar que se le ha considerado exactamente como una INTIMIDAD ùnica en el individuo, y propia de la CONCIENCIA HUMANA.

Sin embargo, en ocasiones vemos con pena que se abusa mucho de la forma de empeñar la “PALABRA DE HONOR”, aunque por fortuna sòlo en casos excepcionales, el hombre deja de cumplir tan sagrado COMPROMISO, pero aùn asì, solamente nosotros sabemos que en Masonerìa “EMPEÑAR LA PALABRA DE HONOR”, es precisamente una cualidad que tiende al perfeccionamiento MORAL del Iniciado, que aprende a cumplir sus promesas o sus JURAMENTOS, es tambièn lo que el DECORO personal señala como cualidad que siempre distinguirà de una manera solemne, a la inquebrantable VOLUNTAD, de quienes saben mantener sus convicciones como sòlo saben hacerlo los MASONES conscientes de sus DEBERES y de la RESPONSABILIDAD contraìda al prestar su JURAMENTO ante el ARA.

Ahora bien, refirièndonos a la interpretaciòn OCULTA, que se le atribuye al COMPÀS, en atenciòn a que es el instrumento por medio del cual, como ya se ha dicho, se puede trazar la figura geomètrica, cuya perfecciòn es innegable; es precisamente el motivo por el que se calcula que representa al EJE principal, que sirve al INFINITO como punto de observaciòn, cuya ÒRBITA es tan vasta, tan EXTENSA y tan INCALCULABLE en lo material, como DESCONOCIDA en lo cientìfico, hasta el grado de que se tiene la convicciòn, de que es el medio que origina a todas las CAUSAS y los EFECTOS, que proporcionan la producciòn y la reproducciòn de todos los Seres y las Cosas que por su naturaleza ambigua, se mantienen en el màs absoluto de los MISTERIOS, lo que como es de comprenderse, tambièn nos pone de manifiesto a los factores VITALES o de DESTRUCCIÒN y MUERTE, SEGÚN EL CASO, pero como agentes determinantes que fecundan en la tierra, para dar su fruto a lo que NACE, lo que VIVE y luego producir el fenòmeno irresistible de la MUERTE, o bien, porque se presumen que son materias, que asì como APARECEN, DESAPARECEN, sin dejar màs huella que la que se puede encontrar en lo màs profundo de lo desconocido; es decir, que estamos convencidos de que de la ETERNIDAD hemos venido, y por lo mismo a ella volveremos irremisiblemente.

En cuanto a la Filosofìa de las enseñanzas Masònicas, aceptadas como propias del COMPÀS, comprende algunas variaciones muy interesantes y de fecunda MORAL, y se refieren a que es indudable que el hombre, por sì solo o por su propia naturaleza, lleva tendencias eminentemente SOCIALES, lo que indica de una manera evidente, que los Seres Humanos nunca podràn vivir en forma AISLADA, ni mucho menos sin relaciones de AMISTAD o FAMILIARES, en relaciòn con sus semejantes, y desde luego, si el hombre nace dentro de un ambiente o conglomerado netamente SOCIAL, o de la FAMILIA, quiere decir que desde ese momento como SER DÈBIL, no puede bastarse a sì mismo, y es el motivo por lo que irremisiblemente necesita del AUXILIO y las ATENCIONES de sus semejantes, ya que por razòn natural, tienen la edad y las facultades fìsicas e intelectuales desarrolladas, para poder proporcionar esa ayuda material y de cuidados, que tanto necesitan las Criaturas durante su INFANCIA.

Por eso el CÌRCULO que nos traza el COMPÀS, tambièn nos limita la capacidad de nuestros esfuerzos, asì como nos marca los extremos hasta donde pueden llegar nuestros DEBERES, en relaciòn a nuestros DERECHOS, ya que como SERES DÈBILES y faltos de preparaciòn fìsica, intelectual y espiritual, se ven obligados a atender nuestros semejantes, cuando ha llegado la hora de adoptarlos como MAESTROS, lo que viene a confirmar que ni aùn en lo MORAL ni MATERIAL, podemos por sì solos, llegar a despejar el horizonte de las DUDAS, ni mucho menos poder comprender lo que puede ser una verdadera labor SOCIAL, desde luego que este antecedente nos demuestra de una manera evidente, que los hombres jamàs podràn vivir ENCERRADOS dentro de un INÙTIL o ESTÈRIL aislamiento, porque su preparaciòn completa, siempre estarà encomendada a la influencia de sus MAESTROS, de quienes ùnicamente podràn recibir los rayos que iluminan con luz resplandeciente el camino del BIEN y del PROGRESO, a la vez que le reflejan en su conciencia los sentimientos que anida su CORAZÒN, para adquirir las primeras nociones de AFECTO, de CARIÑO y de AMOR hacia el pròjimo.

Este es el motivo principal, por el que hemos llegado al convencimiento de que el hombre que mantiene relaciones con sus semejantes, cumpliendo asì con una obligaciòn SOCIAL, es indudable que adquiere tambièn los conocimientos, cuya caracterìstica consiste esencialmente en CONOCER a quienes debe CONSIDERACIONES, ESTIMACIÒN Y RESPETO, asì como para que tenga la certeza de que puede serles ùtil a sus semejantes, a quienes del mismo modo, tiene la ineludible obligaciòn de DIRIGIR, de INSTRUIR y PREPARAR, para conducirlos sin tropiezo, por el camino del PROGRESO individual o colectivo.

Por otra parte, tenemos a la interpretaciòn Astronòmica del COMPÀS, la que se refiere a la estructura geomètrica del mismo, y consiste en que sus TRES extremidades, o sean, la Cabeza y las DOS puntas en que rematan sus ramas, son alegòricas de las TRES posiciones culminantes, que se definen en LOGIA, COMO PARTES DEL RECORRIDO QUE EN APARIENCIA EJECUTA EL SOL, AL MARCAR LA INCLINACIÒN DE SUS RAYOS, de conformidad con la posiciòn que va adquiriendo, en relaciòn a la superficie de la Tierra; por lo tanto, vemos claramente que la referida Cabeza del COMPÀS, representa al CENIT, como punto màximo desde en donde el ASTRO REY ilumina perpendicularmente y en todo su esplendor al MUNDO, y las DOS PUNTAS o extremos de sus ramas, una se inclina hacia el Oriente, como punto en donde NACE el NUEVO DÌA, y la otra hacia el Occidente, o sea el OCASO, como punto en que termina el SOL su recorrido, para dar FIN AL DIA, o sea el momento en que principia la NOCHE con sus tinieblas impenetrables; en consecuencia, los TRES extremos del COMPÀS marcan tambièn, de una manera terminante, a los TRES puntos cardinales, que en Logia se distinguen como lo Sitiales en que se colocan las DIGNIDADES que presiden sus trabajos, de acuerdo con las horas en que el DÌA permite desarrollar las actividades humanas en beneficio de todas sus GENERACIONES.

Aquì cabe determinar, de una manera simbòlica, el motivo por el cual, el Venerable Maestro pregunta al Primer Vigilante, la hora en que deben abrirse los TRABAJOS en la Logia; y la respuesta es en el sentido que a MEDIO DIA, o sea a la hora que el SOL, ilumina a la Tierra con todo su esplendor; una vez que terminan las actividades Masònicas de la Tenida, el Venerable vuelve a preguntar al Primer Vigilante, el momento en que deben CERRARSE los Trabajos, y en este caso, la respuesta es que a la MEDIA NOCHE EN PUNTO, o que indica claramente que los Masones tienen la ineludible obligaciòn de trabajar siempre y sin descanso, por el BIENESTAR y el PROGRESO de los SUYOS y de sus SEMEJANTES, sin màs interès propio, que el de SABER ser ÙTILES a la Humanidad, puesto que de esa manera se aprende a SERVIR a la FAMILIA, a la SOCIEDAD, al GOBIERNO y a la PATRIA.

Para terminar sòlo nos resta definir, que el COMPÀS con sus ramas abiertas o desplegadas, simboliza al TRABAJO material e intelectual del hombre, y en general a todo aquello que significa MOVIMIENTO progresista, OCUPACIONES cotidianas, o EXPOSICIÒN de ideas que llevan por objeto INSTRUIR a la humanidad; y tambièn indica el perìodo en que se desarrollan todos los fenòmenos naturales, al igual que representa a la EVOLUCIÒN que producen, esa infinidad de Fuerzas Fìsico-quìmicas, que de una manera elocuente, FORMAN, CREAN y TRANSFORMAN el aspecto, las caracterìsticas y hasta la forma de todos los Seres y las Cosas, circunstancia por la cual, resulta que el MUNDO de la CREACIÒN està constituìdo por un cùmulo de agentes, cuya evoluciòn corresponde al desenvolvimiento continuo de las CAUSAS y los EFECTOS, porque su Origen se atribuye directamente al SER SUPREMO.

Esta es la razòn esencial por la que el COMPÀS permanece sobre la ESCUADRA y la BIBLIA, con sus dos ramas abiertas, mientras se llevan a cabo los trabajos regulares de las Logias, en cualquiera de sus Càmaras.

Por otra parte, el COMPÀS con sus Ramas CERRADAS o plegadas, es representativo del DESCANSO, del REPOSO, de la TRANQUILIDAD, de la QUIETUD, de la CALMA, de la INMOVILIDAD, y en general de todo aquello que se considera como una INACTIVIDAD o SOSIEGO ABSOLUTO; por tal motivo, en cuanto la Logia CLAUSURA sus trabajos de sus distintas Càmaras, el COMPÀS debe permanecer con sus dos ramas PLEGADAS, juntamente con la BIBLIA CERRADA y la ESCUADRA sobre el ARA.

Estas son en sìntesis, las enseñanzas simbòlicas que contiene el COMPÀS, como instrumento de trabajo en el orden Masònico; conocimientos que nunca deberàn olvidar los Iniciados, cualquiera que sea el Grado que ostenten.