viernes, 3 de febrero de 2017
RITO DE LA MASONERÍA EGIPCIA.
Masonería. Orígenes. Historia. Simbología (23ª Parte).
Por René Alberto Langlois.:
RITO DE LA MASONERÍA EGIPCIA.
Según Gérard Galtier, en su obra ya mencionada, el principal iniciador, real o mítico, de los ritos de la MASONERÍA EGIPCIA y de muchas corrientes rosacruces sigue siendo el conocido conde Alexandre de Cagliostro (en realidad llamado Joseph Balsamo, 1743-1795), quien en diciembre de 1784, inauguró su “Rito de la ALTA MASONERÍA EGIPCIA”, en el marco de la logia madre LA SABIDURÍA TRIUNFANTE de Lyon.
Entre los ritos esotéricos del siglo XVII, hay uno, menciona Galtier, que tiene gran importancia para la historia de la MASONERÍA EGIPCIA, el RITO PRIMITIVO de la logia de LOS FILADELFOS DE NARVONA, del cual los ritos franceses contemporáneos de Menfis-Misraim se consideran sucesores suyos. Además del Rito de Cagliostro, el RITO PRIMITIVO DE CARBONA y del RITO DE LOS ARQUITECTOS AFRICANOS, durante el siglo XVII hubo otros pequeños ritos egipcios. Sin embargo, explica Galtier, se los conoce mal, pues a menudo su interés principal residía en el secreto que los rodeaba.
Se ha convertido en un tópico afirmar que la Iniciación occidental proviene de tres corrientes distintas —el gnosticismo, la cábala y la rosacruz—, herederas de las tradiciones esotéricas del antiguo Egipto. Por lo tanto, poseer la tradición egipcia por medio de una masonería del mismo tipo significaría poseer la Tradición Primordial; de ahí el interés manifestado en esa Vía por tantas personas que “buscan”. De igual modo, los promotores de la FUDOSI (Federación Universal de Ordenes y Sociedades Iniciáticas) partían, de un principio simple que afirma que “la cuna histórica de la Iniciación se encuentra en Egipto” y que ésta fue “transmitida a Occidente por medio del pitagorismo y el hermetismo alejandrino y, posteriormente, por la corriente rosacruz y la MASONERÍA EGIPCIA”. En efecto es incontestable que por medio de sus diversos ritos, la francmasonería es la heredera de numerosas tradiciones; de hecho, ha sido comparada con un vasto museo. Corrientes más o menos secretas decidieron cobijarse en su seno, pues se trata de una organización que ha demostrado su solidez y su perennidad, en tanto que otras sociedades han desaparecidos o perdido su importancia espiritual (con gran aflicción de sus adeptos).
La MASONERÍA EGIPCIA estuvo durante mucho tiempo a medio camino entre la masonería tradicional y algunas corrientes iniciáticas que quedaron al margen del mundo masónico, como pudiera ser el MARTINISMO, por citar uno de los ejemplos más conocidos. También es cierto que la masonería, sea cual fuere el Rito, conserva su personalidad y su originalidad particulares, que en ocasiones pueden ser incompatibles con otras tradiciones.
No podemos amalgamar la ROSACRUZ y la MASONERÍA EGIPCIA. La vivencia iniciática es diferente, aunque sea posible encontrar similitudes en ciertos campos. Por ejemplo, una de las características principales de la ROSACRUZ auténtica es el estudio de la alquimia, tanto material como espiritual (incluida su aplicación médica). En cuanto a las Órdenes de neocaballería son por completo diferentes de la MASONERÍA EGIPCIA; no obstante, se da el caso de que algunos francmasones participan en ellas en su deseo de encontrar la Tradición bajo no importa qué forma.
La historia de ciertas corrientes iniciáticas modernas a lo largo de un período que se extiende desde finales del siglo XVIII hasta nuestros días, se caracterizan, principalmente, por la importancia que conceden al antiguo Egipto, concebido como la fuente de donde emanó toda la tradición esotérica. Algunas son masónicas y forman la “Francmasonería Egipcia” (distinta de la “francmasonería escocesa”, considerada a menudo como la única ortodoxa). La FRANCMASONERÍA EGIPCIA está formada esencialmente por lo RITOS DE MISRAIM, de MENFIS Y DE MENFIS MISRAIM, conocidos por la imponente jerarquía de sus grados (cerca de un centenar en cada uno de ellos). Las otras corrientes no llegan a ser masónicas, son “paramasónicas; se trata, sobre todo, de los diversos ritos rosacrucianos.
Hay otros puntos que también es indispensable concretar, en especial: las condiciones de la aparición de los Ritos de la MASONERÍA EGIPCIA y, sobre todo, DEL RITO DE MISRAIM: las relaciones entre algunas corrientes iniciáticas y la política; la presencia de lugares que hacen las veces de encrucijadas en donde tienen lugar las diferentes síntesis entre diversas tradiciones ocultas: la existencia de algunas fechas clave que dan paso a nuevos ciclos espirituales; y la continuación hasta nuestros días de corrientes y su expansión en el marco de la “Era de Acuario”.
Cataros y el Santo GrialCataros y el Santo Grial
Cataros y el Santo Grial
Publicado por Templarcrux
Montségur. Mito y realidad alrededor de tres leyendas cátaras: el tesoro secreto, el templo solar y el santo grial.
Es muy probable que cualquiera que paseara por las estribaciones pirenaicas del Ariège, el 16 de marzo de 1244, pudiera divisar a kilómetros de distancia gruesas columnas de humo conquistando los cielos. La humareda tenía un origen muy concreto. Se nutría de las numerosas hogueras situadas al pie del castillo de Montségur, diminuta villa fortificada y asentada sobre una suerte de cono montañoso de 1208 m de alto, con precipicios de 500 a 800 m de profundidad.
Entre las llamas crepitaban los cuerpos vivos de doscientos cátaros, aquellos que no quisieron abjurar de sus creencias y que junto a otros cientos habían defendido la plaza durante nueve meses. Su esfuerzo no había encontrado recompensa. El tenaz asedio de las tropas regias y pontificias consiguió rendirla para poner a sus ocupantes en manos de la Inquisición papal. No sabemos con seguridad cuántas personas mantuvieron aquella guarnición. Se conoce el nombre exacto de unos trescientos, aunque si les añadimos familiares y sirvientes anónimos, la cifra podría elevarse hasta el medio millar. Una sobrepoblación enorme para un lugar tan reducido y al que los cruzados del rey de Francia y del Papa de Roma calificaban como la sinagoga del Diablo.
En aquel pequeño burgo sobre un nido de águila se había refugiado el grueso de la Iglesia cátara, un movimiento religioso que hacía una lectura alternativa del mensaje cristiano, absolutamente rechazada por la jerarquía eclesiástica más ortodoxa. Sus seguidores postulaban que el mundo físico era una creación maligna y dominada por el diablo. Por consiguiente, Cristo sólo podía tener una naturaleza fantasmal, nunca componerse de carne y hueso, porque esto último equivaldría a hacerlo partícipe del Demonio. Semejantes postulados cambiaban también el sentido de la venida a la Tierra de Jesús. No aceptaban que hubiera nacido para terminar con el pecado original, sino para explicar cuál debía ser el camino de la liberación. La senda a recorrer por la cual el Hombre habría de trascender su cobertura material y dejar aflorar aquella verdadera dimensión angélica que vivía atrapada dentro de los muros carnales de su ser.
Vista de Montségur
Como podemos ver, a juicio de los cátaros, la materia estaba asociada a todo lo tenebroso y ralentizaba el proceso de salvación humana. El sexo, el matrimonio, el bautismo católico, la eucaristía, el culto a la cruz, los alimentos de origen animal como los huevos, la carne o la leche… eran, cada uno de ellos, elementos que encadenaban aún más a este mundo demoniaco. Por si fuera poco, la muerte en sí misma no proporcionaba la libertad. Los seres humanos continuarían reencarnándose después de morir a menos que optaran por romper la nefasta rueda en la que estaban inmersos. La única salida posible venía de la mano del denominado consolament, una suerte de bautismo espiritual que hacía ingresar al receptor del mismo en la categoría de los perfectos. Dentro de tal condición, sus miembros estaban obligados a llevar una vida austera, generosa, sencilla, de pobreza absoluta, ausencia de bienes y moral impecable. En ese camino de recogimiento y ascesis individual, la Iglesia de Roma, con sus cargos eclesiásticos, rito, liturgias sofisticadas, valiosos tesoros, diezmos, magníficos templos, monasterios y demás ataduras terrenales, no tenía cabida.
El éxito de estos y otros planteamientos similares fue inmediato, especialmente al sur de la Francia actual. El movimiento consiguió granjearse el favor de personas pertenecientes a cualquier condición y género. En unos cuantos años, casi en silencio, la Iglesia de Roma fue progresivamente sustituida por la cátara y la mayoría de los fieles -nobles o campesinos, hombres o mujeres- ingresaron en aquel cristianismo alternativo dentro de la categoría de creyentes, que implicaba una norma de vida menos exigente que la seguida por los perfectos.
En este punto, los católicos reaccionaron con significativa vehemencia: durante varias décadas combatieron las doctrinas cátaras. A sus seguidores los terminaron considerándolos reos de herejía y la persecución adoptó la forma de cruzada. Desenvainaron las espadas, pero, el papado no buscó sólo vencer, sino también convencer y eliminar el mal de raíz. Así que la palabra encontró también su sitio en esta dilatada contienda. Había que perseguir los individuos contaminados y también las ideas contaminantes. Un cuerpo especializado y muy erudito de religiosos, los dominicos de la mano del castellano Domingo de Guzmán, se labraron un enorme prestigio en su labor de predicación ambulante por aquellas tierras repletas de herejía. Otro cuerpo institucionalizado conformado por cistercienses y luego monopolizado por los propios dominicos, hizo una labor represora mucho más refinada. Eran los inquisidores que bajo pena de penitencia en diferente grado, cárcel o inmolación para los más pertinaces, se dedicaron a detectar y acabar con cualquier delito de fe. Incluso, el año 1229, fue levantada en Tolosa una Universidad para iluminar con enseñanzas verdaderas todas aquellas regiones de los alrededores cubiertas por las tinieblas del error.
Mediante la espada y la palabra, sin que ni la una ni la otra les ahorrara importantes reveses, los perseguidores, poco a poco, fueron ganando terreno a la Iglesia cátara hasta lograr reducirla a su más mínima expresión. Numerosos castillos, ciudades y señoríos de la Occitania cayeron, uno tras otro, al paso firme de las huestes regias, nobiliarias y de los inquisidores pontificios: Béziers y Carcasona en 1209, Minerva, Termes y Puivert en 1210, Peyrepertuse en 1240… La presión victoriosa de las tropas cruzadas, consiguió además que muchos señores de la zona, antiguos simpatizantes de la causa cátara, cambiaran de postura y acabaran sumándose a la coalición católica. Otros, mantuvieron sus creencias y, por ello, perdieron sus patrimonios, sus villas y sus castillos. Serán los faidits, los caballeros desposeídos, obligados, por tanto, a buscar la protección y el amparo de otros señores, todavía cátaros, que quisieran acogerlos.
Muchos de estos faidits, como Pierre Roger de Mirepoix, se refugiaron también en Montségur y allí pudieron contemplar cómo a los pies del mismo, un ejército de 1500 hombres comandado por el senescal de Carcasona, Hugo de Arcis, rodeaba el castillo durante el verano de 1243. Los inquilinos del castillo, seguramente, debieron advertir que estaban ante el asedio definitivo. El concilio de Beziérs, poco tiempo atrás, había decidió cortar la cabeza del Dragón cátaro y la decapitación del mismo pasaba por tomar aquella fortaleza. Además, de Montségur habían partido, en la primavera anterior, una treintena de hombres con una misión secreta: matar a los dos inquisidores principales del papa que, itinerantes, iban realizando su trabajo con vehemencia por toda la comarca. Informados de que se encontraban descansando en Avignonet, un comando de quince caballeros actuaron en complicidad con otros treinta habitantes de la villa, quienes les abrieron las puertas de la torre donde aquellos se alojaban. Los confabulados, aprovechando la oscuridad de la noche, pasaron a cuchillo a los dos religiosos y a todo su cortejo. Cuentan algunas crónicas que la población, al enterarse de lo sucedido, vitoreó jubilosa a los asesinos en su camino de regreso, pero enervó hasta el infinito el ánimo de los cruzados. Ante tales acontecimientos, Montségur debía caer y cayó.
El 16 de marzo de 1244, bien pudieron tremolar las hogueras. Algo más de doscientos perfectos se negaron a abjurar de sus creencias y fueron pasto de las llamas. La tradición sitúa el lugar del holocausto en el Prat dels Cremats, al pie de Montségur, donde un monolito de piedra hoy día recuerda los hechos. Sin embargo, no resulta fácil dar por buena esta identificación. Ni siquiera se sabe con certeza si ese mismo día fueron quemados todos los renegados. Fuera esa jornada u otra venidera, resulta incontestable por las diferentes fuentes que el fuego acabó con el grueso de la Iglesia cátara tras la caída de Montségur. Después, algún otro enclave permaneció en el tiempo, como Queribús, tomado por los cruzados en 1255. Pero el movimiento cátaro en la práctica había tocado ya a su fin en 1244. Las cenizas de los perfectos consumidos por las llamas pasaron a surcar el viento de la historia y, sobre todo, sirvieron para abonar el suelo de múltiples leyendas. De tres de estas leyendas – el tesoro cátaro, el templo solar de Montségur y la presencia del Grial- trataremos a continuación.
¿Hubo un tesoro cátaro?
Seguramente uno de los autores contemporáneos que más ha contribuido a difundir la mitología en torno a Montségur sea Gérard de Sède. Este autor con una biografía bastante peculiar y gran éxito editorial, sobre todo a raíz de su obra El tesoro cátaro, nos dice en la misma: Pero mientras se elevaban las llamas, cuatro sombras salían del castillo y se descolgaban, con ayuda de cuerdas, a lo largo de la vertiginosa pared Oeste del pico. Eran los Perfectos Amiel Aicard, Hugo, Pictavin y otro cuyo nombre es incierto. Llevaban consigo una manta anudada en forma de hatillo. La fuga la había organizado Pierre-Roger de Miraepoix; su pariente Arnaud-Roger de Mirepoix, testigo de los hechos, los contó más tarde a la Inquisición, explicando: “Se hizo así para que la Iglesia de los herejes no perdiese su tesoro.”
Desde el Campo de los Quemados, los cátaros que se retorcían en las llamas vieron encenderse una gran hoguera en la cumbre del Bidorta: los cuatro evadidos les hacían saber que habían cumplido su misión.
¿Qué tesoro contenía la flaciata, el petate de los cuatro Perfectos? Seguramente que no era un tesoro monetario, puesto que las reservas de oro y piedras preciosas de Montségur habían sido ya evacuadas cuatro meses antes. Tratábase sin duda de archivos, de libros sagrados o de unas reliquias; en todo caso, una cosa tan preciosa o tan secreta que en modo alguno debía caer en manos de los perseguidores.
En buena parte del resto de esta obra, Gérard de Sède coqueteará con la idea del Grial, asociando su origen al país occitano donde dominara antaño la religiosidad cátara. De este modo más o menos explícito, el autor francés parece sugerir que ese tesoro secreto bien pudiera ser la copa de la Última Cena. No bebe Gérard de Sède de fuentes propias, sino ajenas. Otros autores antes que él difundieron la noticia del tesoro cátaro en términos más o menos similares a los que él emplea, como Napoleon Peyrat en 1870 o el erudito nazi Otto Rahn durante la década de los treinta del siglo pasado.
¿Cuánto hay de verdad y de ficción en los hechos narrados por dichos autores? Lo mejor es acudir directamente a las fuentes documentadas al respecto que apenas son un puñado de noticias extraídas de las actas inquisitoriales. Tras la caída de Montségur, los dominicos realizaron diversos interrogatorios a aquellos cátaros que no persistieron en sus creencias. En el testimonio de estas sesiones se consignan varias alusiones al tesoro, no así en las crónicas de la cruzada que no dedican ni una sola línea a la cuestión. Los extractos inquisitoriales son los siguientes, por orden cronológico de su declaración (Realizo una traducción personal directamente del latín conforme a la edición de los textos ofrecida por Michel Roquebert en el apéndice 2 de su L’Epopee cathare. 4 Mourir à Montségur 1230-1244, Villeneuve, 2007, pero tomo la adaptación al francés de los nombres de lugares y personajes citados según la traducción realizada por Jean Duvernoy en su Le Dossier de Montségur. Interrogatoires d’Inquisition 1242-1247, Toulouse, 1998).
El heréje Mathieu me dijo que él mismo y Pierre Bonnet, diácono de los herejes de Tolosa, salieron del castillo de Montségur y de allí sacaron el oro y la plata e infinidad de monedas, la hicieron pasar por el lugar donde los hombres de Camon montaban la guardia; los cuales les indicaron a los herejes el sitio y los caminos por donde podían entrar y salir libremente; los mencionados herejes fueron entonces hasta una gruta fortificada de Sabartès que poseía Pons Arnaud de Châteauverdun. En el tiempo de este año, cerca de la última fiesta de Navidad [Navidad de 1243] (Testimonio de Imbert de Salles tomado el 14 de marzo de 1244).
Oyó decir a Raimond Monic que Amiel Aicard, Peytavi y otros dos herejes fueron ocultados bajo tierra durante la rendición de los otros herejes y sacados del castillo de Montségur. Él no sabe ni oyó decir quiénes les sacaron del castillo ni el modo en que fueron sacados. Añade que él mismo escuchó decir que los susodichos cuatro herejes que fueron sacados del castillo de Montségur llegaron a la villa de Caussou y de allí a la de Prades y al castillo de Usson con el hereje Mathieu, al cual encontraron. Añade que en el castillo de Usson vivía Raimond de Caussou y Guilliaume Caramelaire y los otros herejes susodichos. (Testimonio de Berenguer de Lavelanet, tomado el 21 de abril de 1244)
Cuando los herejes salieron del castillo de Montségur, el cual debían entregar a la Iglesia y al rey, Pierre Roger de Mirepoix retuvo en el dicho castillo a Amiel Aicart y a su compañero Hugo, y la noche después de que los otros herejes fueron quemados en grupo, el citado P. Roger cogió a los mencionados herejes y escaparon. Esto fue hecho con la intención de que la Iglesia de los herejes no perdiera su tesoro, que estaba guardado en los bosques y aquellos dos lo sabían. Esto y eso oyó decir de testimonio de Alzieu de Massabrac que les había visto y de Gillaume Dejean de Lordat que les vio después de que escaparan del castillo. Ocurrió en la semana antes de Ramos [21 al 27 de Marzo] (Testimonio de Arnaud Roger de Mirepoix, tomado el 22 de abril de 1244)
Oyó decir a los herejes Bernard Guilhem y Bernard de Auvezines en la liza donde él montaba guardia con aquellos herejes, que los herejes Amiel Aicard y Huc habían sido sacados del castillo de Montsegur con una cuerda por el precipicio bajo el castillo de Pierre Roger, durante la noche del día que el castillo fue entregado a las manos del rey y de la Iglesia. Interrogado sobre quién sacó a aquellos herejes, respondió que no lo sabía. (Testimonio de Guillaume de Bouan de Lavelanet tomado el 2 de mayo de 1244)
Oyó decir por los herejes que, cuando salieron del dicho castillo de Montsegur y fueron entregados a los Galos, en la noche anterior salieron herejes de dicho castillo. En el tiempo de este año y después de la cuaresma [Hacia el 13 de marzo] (Testimonio de Bernard Cairole, llamado de Joucou, tomado el 3 de mayo de 1244)
Reconstrucción ideal de Montségur durante el dominio cátaro
¿Qué veracidad podemos darle a estos testimonios obtenidos bajo interrogatorio inquisitorial? En principio, no parece que fueran tomados bajo tortura, porque ésta se generalizó en las prácticas de la Inquisición después de 1260. De todas formas, es bien sabido que hay otras maneras igualmente artificiales y muy eficaces de inducir una confesión. Aún así, la reiteración de los comentarios y el contenido de los mismos, permite aceptar sin mayores problemas la existencia de un tesoro en Montségur y la puesta en fuga de varios cátaros para trasladarlo a otro lugar. Esta operación se habría llevado a cabo en dos momentos:
El primero estuvo destinado a esconder aquellos bienes preciados fuera del castillo. En opinión del historiador Michel Roquebert, los cruzados católicos, hacia la Navidad de 1243, iniciaron una aproximación definitiva a las inmediaciones de Montségur. Entonces los asaltantes llevaban unos siete u ocho meses de asedio y consiguieron avanzar hasta el pie mismo de la montaña. La proximidad del enemigo pudo hacer que los cercados optarán por trasladar fuera de la plaza aquellos enseres más valiosos ante la amenaza de una conquista inminente. Dos cátaros, entre ellos un diácono de la iglesia de Tolosa, habrían sido los autores de la operación. Por otro lado, el superar a los centinelas enemigos debió resultarles una tarea bastante fácil, puesto que el testimonio de Imbert de Salles detalla que los vigilantes eran oriundos de Camon. Esta localidad estaba a unos 20 kilómetros de Montségur y, seguramente, las huestes católicas habrían reclutado allí algunos de sus hombres. La ventaja para los fugados fue que Pierre Roger de Mirepoix, co-señor de la guarnición de Montségur, tenía lazos familiares directos con aquella villa: el ama de cría de su hijo era oriunda de aquella población y a la vez esposa de uno de sus hombres de mayor confianza. Por lo que bien pudieron mover los hilos de ese parentesco para ganarse la complicidad de los soldados de Camon y facilitar la escapada.
Por último, el custodio del tesoro y dueño de la gruta fortificada donde, según Imbert, quedó aquel alojado, era miembro de la familia Châteauverdun, la cual había demostrado repetidas veces su apego a la causa cátara. Ahora bien, ¿de qué cueva se trataba? No puede determinarse con certeza. Sabemos que este tipo de grutas fortificadas o expulgas resultaban habituales en la región como la que en la actualidad pueden contemplarse en Bouan. Un documento de febrero de 1213 nombra seis de estas cuevas en manos del conde de Foix: Souloumbrié, Subitan, Ornolac, Verdun, Alliat y Niaux. Por su parte, Napoleón Peyrat a finales del siglo XIX creyó identificar la cueva del tesoro cátaro en Lombrive, tras seguir ciertas tradiciones populares que hoy en día se han demostrado falsas.
Gruta fortificada o expulga de Bouan
El segundo momento, de la operación habría tenido lugar la víspera de la entrega del castillo. Dos hombres habrían sido ocultados bajo tierra en algún punto de Montségur, para abandonar el mismo una vez hubiera sido desocupado por los cátaros. Su cometido seguramente sería localizar el tesoro y llevar las pertinentes instrucciones acerca de qué había que hacer con el mismo.
Finalmente, algunos detalles que se han sumado a la leyenda como el petate portado por los fugados o las señales de humo realizadas desde el monte Bidorta, indicando el éxito de la escapada, no tienen ninguna base documental. Es más, las hogueras en la cumbre de dicho monte quizás atiendan a un episodio anterior que, efectivamente, se produjo de esa manera. Así, en mayo de 1243, uno de los sargentos de Montségur, Escot de Belcaire acordó con el coseñor del castillo Pierre Roger de Mirepoix que haría unas hogueras informando de que había alcanzado la cima del Bidorta. La imaginación de los escritores posteriores debió tomar este dato y combinarlo con la evasión realizada un año después.
En relación al posible contenido del tesoro se ha especulado mucho. Uno de los testimonios inquisitoriales hablaba explícitamente de oro, plata e infinidad de monedas. A ciertos autores les resulta extraña una descripción de tales características dentro de un movimiento religioso que predicaba la vida austera y desapropiada. Lo cierto es que este régimen de existencia era así de sobrio, pero exclusivamente para los perfectos de la comunidad. El resto podía tener bienes e incluso se buscaba incentivar la economía burguesa –comercial y artesanal- para que la riqueza generada llegara, tras su reparto, a todo el mundo. Además, durante el asedio de Montségur, el capital acumulado en el castillo sirvió para adquirir víveres en los pueblos de los alrededores, comprar voluntades enemigas y pagar la protección de mercenarios, entre otras acciones habituales durante un conflicto armado. Así, que en principio, no hay indicios para sospechar o concebir la existencia de un contenido extraordinario dentro del tesoro cátaro. Los inquisidores ni siquiera parecieron preocuparse demasiado por su destino o por sus características. Las alusiones en las actas son bastante sucintas y más dedicadas obtener los nombres de los implicados que procurar información sobre los enseres evadidos. Por su parte, los asediados, tal vez, depositaron en la salvaguarda de aquel tesoro la esperanza de poder seguir financiando la lucha armada desde otro lugar, aunque se rindiera Montségur.
¿Fue Montségur un templo solar cátaro?
A esa pregunta se encargó de responder positivamente Fernand Niel en varios trabajos publicados desde 1950 hasta finales de los años setenta. Montségur, la montagne inspirée, Paris, 1950; Montségur, le site, son histoire, Grenoble, 1961 o Les Cathares de Montségur, 1976 serían sus títulos más destacables. Este Ingeniero e historiador galo llenó sus escritos con detalladas y meticulosas mediciones, cálculos, ejes, trazas, etc. realizadas sobre los lienzos y muros del castillo actualmente conversados y presuntamente atribuidos a los cátaros. La conclusión de sus cavilaciones fue que tanto el trazado como el alzado de aquel inmueble no se hicieron de forma caprichosa. Todo lo contrario. Estuvo perfectamente planteado conforme a unas directrices muy precisas a través de las cuales la fortaleza quedaba configurada como un templo solar y zodiacal al servicio de la Iglesia cátara. En síntesis, Fernand Niel llegó a aseverar que el edificio debía de poder pasar por una fortaleza; las disposiciones del plano de construcción tenían que dar de manera “disimulada”, por medio de alineaciones apropiadas, las principales direcciones del sol naciente.
El procedimiento técnico operado por Niel resulta relativamente sencillo (Ver Fig. 1). A partir del plano actual del castillo, numeramos todas las esquinas y ángulos del perímetro exterior de la fortaleza (Letras mayúsculas de la A a la H). Luego, sobre estos puntos base se trazan una serie de líneas paralelas que los unan entre sí. Además, se determina la existencia de otros puntos secundarios significativos siempre que se guarden ciertas proporciones con respecto a los puntos principales. Así, h se obtiene al ser la mitad exacta del muro H-A, c es el medio de D-C, mientras que a surge al cumplirse que aA=B A/3, de idéntico modo b’ y a’ (b’C=CB/3 y a’B=BA/3). A partir de los puntos principales y secundarios se pueden obtener las siguientes líneas absolutamente paralelas: E-h, FA, ca, b’a’. Finalmente, se busca la correlación de dichas directrices, puntos principales y puntos secundarios con posiciones solares y astrológicas. El resultado sería el siguiente:
- Desde la mitad b hasta H: Equinoccios 21 marzo y 23 septiembre
- a’H: Solsticio de verano
- fA (f como medio de CF): 21 enero (Acuario) y 22 noviembre (Sagitario)
- CH 19: febrero (Piscis) y 23 (Escorpión)
- Bh: 20 abril (Tauro) y 23 agosto (Virgo)
- a’’H (a’’=BA’/2): 21 mayo (Géminis) y 22 julio (Leo)
Fig. 1: Ejes astronómicos establecidos por F. Niel en Montsegur
En definitiva, concluye Fernand Niel que existe en Montségur un sistema que permite identificar las salidas del sol en fechas destacadas del año, solsticios y equinoccios, correspondientes al comienzo y final de las estaciones. Ahora bien, ¿qué significado práctico o doctrinal tendrían para los cátaros estas alineaciones astronómicas? A su juicio, podría relacionarse con la celebración de la fiesta del equinoccio de primavera, correspondiente a la Pascua cristiana. Y, además, esa vinculación tendría un origen maniqueo, sustrato religioso que habría podido servir de inspiración a las doctrinas cátaras.
Sin embargo, esta cuidada hipótesis encuentra su punto más flaco, precisamente, en aquello que parecía más evidente: el actual castillo de Montségur, los pocos muros que de él se conservan en el presente y que sirvieron a Niel como imprescindible fundamento para todos sus cálculos, no fueron levantados por los cátaros. La fortaleza, una vez tomada en 1244, debió de ser destruida y levantada después con otro diseño por los nuevos señores de la plaza, la familia Lévis. De tal forma que, en todo caso, la prodigiosa orientación solar del edificio, de ser cierta, cabría atribuirla a estos nobles católicos y no a los herejes. Ante un dictamen así, se desmorona gran parte del atractivo y valor singular de los análisis de Fernand Niel.
Los indicios al respecto son rotundos y podemos agruparlos por su naturaleza en históricos, arqueológicos, artísticos y doctrinales.
Por un lado, resultaba habitual que la Iglesia católica y el poder real mandaran arrasar los lugares donde habían habitado cátaros una vez dichas poblaciones eran conquistadas. Para el caso que aquí nos ocupa, ya en 1241 el monarca francés ordenó al conde de Tolosa, Raimundo VII, destruir Montségur, en cuanto pudiera tomar posesión de ella y añadió que luego sería comprobada tal demolición. No existe evidencia documentada de que ese derribo fuera llevado finalmente a cabo. Sin embargo, desde la arqueología pueden confirmarse algunos extremos. Por ejemplo, en las terrazas de la cara norte del pico, bajo la torre del homenaje, se ha detectado la presencia de parte del primitivo poblado cátaro. Apenas los cimientos de unas pocas viviendas. Las fuentes medievales aluden a la existencia de, al menos, una veintena de casas en la cumbre. Todas las cuales habrían sido arrasadas tras la ocupación. También las excavaciones han sacado a la luz restos de muros de defensa, barbacanas y torres en otros puntos de la cima. Elementos que junto con la barriada antedicha, igualmente, debieron de ser eliminados por los nuevos señores del lugar. ¿Corrió la misma suerte el castillo? Parece ser que sí. Hay aspectos formales del mismo, como el aparejo de los sillares, cuyo tamaño resulta demasiado grande, bien tallado y ajustado para tratarse de una obra de principios del siglo XIII. De idéntico modo, el uso del arco apuntado en la torre del homenaje resultaría demasiado inesperado en el tiempo de ocupación cátara.
Valorados todos estos elementos, la conclusión del Groupe de Recherches Archeologiques de Montsegur et Environs (GRAME), no puede ser más elocuente: No se conserva ninguna traza en las ruinas actuales ni del primer castillo que fuera abandonado en los comienzos del siglo XII (denominado Montségur I), ni de aquel que construyera Raimon de Pereilles hacia 1210 (Montségur II) que se corresponde al período de dominio cátaro (GRAME, Montsegur: 13 ans de rechreche archeologique, Lavelanet, 1981, pág. 76).
Un último argumento al respecto lo encontraríamos en las doctrinas cátaras. Estos creyentes no sentían ninguna admiración por los astros celestiales, puesto que eran obras bajo dominio del Demonio. Rendirles culto o regir su vida cotidiana por ellas habría sido todo un despropósito.
Cabe preguntarse, entonces, si Niel erró en sus apreciaciones astronómicas. Es una posibilidad cierta. Pero si damos sus cálculos por correctos, ¿fue la orientación de Montségur sólo producto del azar o, en efecto, los arquitectos del nuevo edificio siguieron alguna idea zodiacal preconcebida? Desde luego, dicho patrón de diseño no pudo ser cátaro por lo argumentos antes enumerados, pero tal vez pudiera salvarse parte del planteamiento de Niel si aceptamos que los nuevos señores de Montségur, la católica familia Levi, quisieron que la luz del Sol de la Iglesia purificara aquel lugar ocupado y contaminado por la funesta herejía cátara. Así, desde la ortodoxia romana resultaría más aceptable la presunta orientación estelar de la fortaleza que desde la heterodoxa. De todas formas, incluso para fundamentar esta hipótesis sería necesario contar con evidencias documentales más explícitas de las que disponemos en la actualidad.
¿Custodiaron los cátaros el mítico Grial en Montségur?
El autor que con más ahínco ha postulado la posibilidad de que el Santo Grial estuviera alguna vez alojado en Montségur fue Otto Rahn. Buena parte de su formación académica en Historia, Filosofía y Derecho la consagró al estudio de la literatura artúrica, entendiendo esta no como un relato completamente legendario, sino poseedor de un fondo de verdad. Fruto de todo este empeño personal fueron sus dos principales monografías: La Cruzada contra el Grial, publicada en Friburgo el año 1933 y La Corte de Lucifer editada cuatro años después. Gracias a ellas adquirió una notable reputación intelectual dentro del partido nazi.
El principal fundamento de sus pesquisas lo tomó durante un largo viaje por el pirineo occitano. En el mismo pudo recabar diferentes leyendas y tradiciones populares, entre ellas, ésta que le transmitió un pastor de la comarca en 1931: Cuándo todavía se mantenían en pie las murallas de Montségur, los Puros guardaron en ella el Santo Grial. El castillo estaba en peligro. Las huestes de Lucifer se encontraban ante sus murallas. Ansiaban poseer el Grial para ponerlo en la diadema de su príncipe. A partir de esta clase testimonios y otros recabados en los alrededores, combinados con el análisis de los textos artúricos, Rahn concluyó que el legendario Montsalvat, castillo custodio del Grial mencionado en Parsifal, perfectamente pudiera haber sido en la realidad Montségur. Posteriormente, otros muchos autores han tirado de este hilo hasta hacer una madeja enorme de gran eco mediático a través de publicaciones, documentales y películas de todo tipo.
¿Tiene fundamento esta hipótesis? En verdad ninguno. Ya quedó dicho que los cátaros negaban la naturaleza carnal de Jesús. La aceptaban como puramente ilusoria puesto que defendían su condición exclusivamente fantasmática o angelical. Por lo tanto, sentían un absoluto desprecio y negación de todo aquello que pudiera hacer creer en la existencia de una carne y una sangre procedente de Cristo. En el mismo sentido, el movimiento cátaro rechazaba la eucaristía, mientras que la sagrada copa les recordaba directamente dicho sacramento. Y, finalmente, no contemplaban en ningún caso la veneración de un objeto material, porque su propia esencia les supondría apegarse a un plano de la realidad que, igualmente, les repugnaba por concebirlo en manos del demonio.
BIBLIOGRAFÍA:
M. Roquebert, L’Epopée cathare. 4. Mourir à Montségur 1230-1244, Villeneuve d’Ascq, 2009.
S. Nelli, Montségur. Mythe et Histoire, Monaco, 1996.
P. Labal, Los cátaros: herejía y crisis social, Barcelona, 1995.
J. Duvernoy, Le dossier de Montségur. Interrogatoires d’Inquisition 1242-1247, Toulouse, 1998.
“Simbologia del Grado de Aprendiz”
“Simbologia del Grado de Aprendiz”
Publicado por José Manuel Roldán Barrera
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A:. L:. G:. D:. G:. A:. D:. U:.
S:. F:. U:.
“Simbologia del Grado de Aprendiz”
El grado de aprendiz es el primero en la escala de la masonería azul y simbólicamente corresponde a la infancia o primera juventud del hombre, así como el grado de compañero se asocia con la madurez y el de maestro con la senectud. Como es del caso nos ocuparemos aquí del primer grado:
Esta es la etapa en la cual todo es nuevo y encontramos un mundo nuevo e inmenso por conquistar. El infante, como el aprendiz masón debe empezar a utilizar los recursos que la naturaleza o que el medio ponen a su disposición con el objeto natural de madurar y evolucionar constante y sanamente. En este periodo del camino aparecen las primeras disquisiciones, se pone a prueba la temperancia humana que a traves de una de las facultades mas poderosas del hombre como es el discernimiento le permiten escoger el camino que debe seguir. Aun cuando esto es una constante a lo largo de la vida de los hombres, se pone de relieve durante el aprendizaje, ya que las primeras decisiones, en las cuales normalmente participa un preceptor, serán definitivas.
Dentro de este periodo de asimilación permanente de conocimiento, a la par que en la primera edad se utiliza la pedagogía y los recursos nemotécnicos tradicionalmente conocidos, el aprendiz masón emplea símbolos que derivados de una vieja tradición académica dentro de la orden, le permiten conducirse hacia su propia formación espiritual, hacia su permanente evolución en el universo de las almas. Estos símbolos surgidos fundamentalmente de la analogía con las herramientas usadas por los primitivos artesanos, obreros de la piedra bruta y constructores de templos y catedrales, como en el caso de las usadas por el mítico arquitecto Hiram del templo de Salomón, se han convertido en el pilar fundamental de la enseñanza en la francmasonería del primer grado.
Veamos cuales son los principales símbolos:
La marcha del aprendiz simboliza la precisión y seguridad con que el iniciado camina hacia el oriente en la búsqueda permanente de la luz de la sabiduría y del conocimiento; a diferencia de la marcha del profano que es incierta porque no sabe hacia donde se dirige, el aprendiz tiene un objetivo fijo y definido. Esta marcha se compone de tres pasos que significan igualmente infancia, madurez y senectud. Al terminar la marcha se hace el saludo a los tres dignatarios de la logia y cuyo significado ha sido definido en cada uno de los tres casos como fe en los ideales masónicos (saludo al V:. M:.), esperanza en alcanzarlos (saludo al Primer V:.) y amora la humanidad (saludo al Segundo V:.). El saludo por sí mismo representa el juramento de silencio y lealtad a los principios y misterios de la orden.
Las dos columnas que adornan la entrada del templo y que evocan las del templo de Salomón están asociadas al Primero y Segundo VV:., la del norte y la del sur respectivamente. Su significado es el de fuerza y belleza en el mismo orden y tambien están asociadas con las deidades de la mitología griega Hércules y Venus. Congruentes con esta asociación, en el capitel de la columna del norte se ubica la esfera terrestre y sobre ella la letra B y en la del sur la esfera celeste y sobre ella laletra J; las esferas representan la esencia material y espiritual respectivamente y las letras son las iniciales de las palabras sagradas del grado de aprendiz ycompañero que inspiran así mismo los significados de fuerza y belleza e igualmente estaban ubicadas en las correspondientes columnas del templo de Salomón.
Formando trilogía con las dos anteriores alegorías de fuerza y belleza se encuentra la tercera que es sabiduría y se asocia con el V:. M.. que se ubica en el Or:. y cuya correspondiente deidad es Minerva. Cada uno de los tres dignatarios ostenta una joya que para el caso del V:. M:. es la escuadra por ser el mas recto, ecuánime, tolerante, justo y desapasionado; para el Primer V:. el nivel que quiere decir igualdad y para el Segundo V:. la plomada significativo de rectitud y superación. El conjunto de el nivel y la plomada forman la escuadra.
En síntesis de esta representación bellamente alegorizada podemos concluir que mientras el V:. M:. con su sabiduría decide, ordena y dispone los trabajos del taller de los artesanos de la piedra bruta, el Primer V:. con su fuerza ejecuta tales disposiciones y el segundo V:. con el atributo de la belleza les confiere el terminado estético que adorna finalmente tales trabajos.
La forma de la logia sugiere el Universo en cuyo centro se encuentra el Ara o altar que representa por tanto al Sol y sobre el cual se abre la Biblia que a su vez soporta el compás y la escuadra, estos tres elementos constituyen las tres grandes joyas de la masonería. La biblia es el libro sagrado y sostiene y direcciona nuestra fe, el compás sirve para medir nuestras acciones y sugiere equidistancia del punto central de observación desde donde se deben observar las cosas y las acciones que nos rodean y poder medir con justeza los actos de los hombres, así mismo podría asociarse con las virtudes de discreción y silencio que deben caracterizar al aprendiz. La escuadra, como ya se dijo es la rectitud.
Las tres luces colocadas sobre el ara representan al sol, la luna y al V:. M:., el sol guía a los obreros durante el dia, la luna durante la noche y el V:. M:. Los dirige, guía y orienta con sabiduría y erudición todo el tiempo.
Son tres tambien los golpes con que se acepta al aprendiz en la orden y que componen la batería. El significado de estos tres golpes, que así mismo se usan para llamar a las puertas del templo, significan pedid y se os dará, buscad y hallareis, tocad y se os abrirá; tienen una connotacion de humildad, de sencillez y de virtud que indican que para alcanzar nuestros ideales debemos siempre tener un objetivo claro y un norte trazado.
El mosaico o pavimento de cuadros blancos y negros representa la uniforme distribución sobre toda la tierra tanto del bien como del mal, la igualdad de las razas, el permanente contraste entre los pares opuestos, entre lo grande y lo pequeño, lo positivo y lo negativo y en fin el equilibrio que se deriva de la oposición permanente de los factores contrarios.
En la parte superior del templo y a lo largo de todo su perímetro se extiende una cadena que se abre precisamente sobre la puerta del templo. Esta cadena representa en los eslabones todos los HH:. MM:. que al unirse solidariamente hacen uno solo creando una armonía y solidaridad que no se rompe jamás y la parte abierta indica la disposición a recibir nuevos HH:. que vengan a hacer más grande y fuerte la cadena universal.
El toque del aprendiz, además de ser una señal de reconocimiento entre HH:. es indicativo de la presteza para auxiliar al desvalido, al que sufre, al necesitado además que es implícitamente una señal de lealtad.
El martillo y el cincel son las herramientas básicas con que el escultor se dispone a tallar la piedra bruta que se convertirá en obra maestra. La voluntad y la constancia son las análogas herramientas que el aprendiz masón necesita para moldear las imperfecciones de su esencia primitiva, nacidas de la ignorancia, el vicio, la mediocridad y todas las demas flaquezas y que lo conducirán finalmente a entregar una hermosa obra de artista en que se habrá convertido su templo interior.
Es este un trabajo incansable y permanente, apología de la dedicación, del denodado esfuerzo con que, sin importar los tropiezos que se sufran a lo largo del accidentado camino de la vida -hay que recordar que lo mas importante no es no caer nunca sino tener siempre la voluntad y fortaleza para volverse a levantar- nos permitan transitar con acierto por los senderos del honor, de la dignidad y la virtud.
Como tema final de reflexión me gustaría dejarlos finalmente con este bello poema de Rudyard Kipling, quizás uno de los más prolíficos escritores masónicos, cuyo título original es If….:
Si, sin ayuda alguna superas tu entorno;
si logras con tu empeño levantar un imperio
&#si consagrado ya como un hombre de bien sobreviene el naufragio;
si, a pesar de los años, repites otra hazaña;
si con solo tu crédito restauras tu fortuna;
si, estoico llevas los dardos contra tu honra;
si nunca te haz rendido ante la suerte adversa;
ni te han visto engreído en las prósperas horas,
entonces … tú eres un hombre…..
Rudyard Kipling
martes, 31 de enero de 2017
VISION SOBRE LA MASONERIA OPERATIVA, ANTIGUA Y ACTUAL
VISION SOBRE LA MASONERIA OPERATIVA,
ANTIGUA Y ACTUAL
Resumen de la entrevista hecha en
la ciudad de México al Dr. Jorge Francisco Ferro,
por Teófilo Martines del Duero
http://www.porlatradicion.org/actividades.html
Introduzcámonos en este tema desde la perspectiva que lo pueda hacer cualquier persona, esto es, consultando un Diccionario Masónico (Diccionario Enciclopédico de la Masonería de Lorenzo Frau Abrines, edición 1960), el que nos dice lo siguiente sobre el término “masonería”:
- Masonería: “… Significa lo mismo que Francmasonería y ambos términos se emplean indistintamente. La Masonería es un sistema moral dentro del que caben los principios y creencias de todos los hombres amantes de la humanidad y del progreso y dotado de rectitud de criterio y buena voluntad. Por su etimología, esta palabra significa albañilería o arte de edificar y se deriva de las antiguas corporaciones de masones o constructores libres; pero este sentido tiene actualmente un valor puramente simbólico, ya que la Masonería moderna se consagra a la edificación moral de las sociedades por medio del trabajo y el ejercicio de todas las virtudes. La Masonería persigue un fin exclusivamente moral y opera en el campo libre de la filosofía y de las enseñanzas del espíritu. Su fin inmediato es la práctica de la filantropía en todas sus manifestaciones. Su fin ulterior consiste en el perfeccionamiento de la humanidad. Sus símbolos y secretos, que se derivan en gran parte de los misterios de la antiguas iniciaciones y de la leyenda bíblica, sirven para que sus miembros se reconozcan y se ayuden mutuamente dondequiera que se encuentren y pueden ser comprendidos siguiendo una progresión gradual de enseñanzas, para adquirir las cuales solamente se necesita aplicación y estudio….”
Con esta explicación, normalmente, tanto iniciados como profanos, se muestran del todo cómodos y satisfechos; sin embargo a la luz del estudio y la investigación, surge toda una batería de elementos que la mayoría de las veces, son causa de sorpresa y admiración. Entremos en materia.
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La Masonería Especulativa en el presente.
En la actualidad, podemos decir, que la “masonería especulativa” desde principios del siglo XVIII hasta el día de hoy, no ha variado demasiado. O sea que, desde aquellos tiempos, la Masonería Especulativa moderna se encuentra sometida a sus propias contradicciones y defectos de origen, es decir, se trata de una masonería cismática con respecto a la Masonería Operativa antigua, incompleta en sus tres Grados simbólicos, incoherente en sus Altos Grados y finalmente desviada en sus aplicaciones profanas.
La Masonería Especulativa moderna, surgida en 1717 como un rechazo a la Masonería Operativa, está dividida entre dos corrientes principales, a saber:
1) La Masonería anglosajona y
2) La llamada Masonería “latina”.
En términos muy generales, podemos decir que la primera de las corrientes mencionadas, está liderada por la Gran Logia Unida de Inglaterra (GLUI) y la segunda está inspirada en la concepción de la Masonería propia del Gran Oriente de Francia (GODF).
Podríamos decir que la concepción de la Masonería anglosajona está basada en el moralismo protestante que concibe a la Masonería Especulativa como – justamente – “un sistema de moralidad velado por alegorías e ilustrado por símbolos” (SIC). Como puede observarse, el plano propiamente iniciático, como diferente y superior al religioso, se les escapa completamente. Por su parte, la corriente “latina”, inspirada por el Gran Oriente de Francia, concibe a la Masonería como una herramienta del pensamiento social, progresista y laicista. Esta corriente se autodefine como “liberal, laicista y adogmática”.
Sus miembros han redefinido el término “adogmático” particularmente en relación al dogmatismo religioso pero, en realidad, originalmente este término de “dogmático”, dentro de la literatura masónica, está referido específicamente a la obra de Albert Pike, eminente masón norteamericano del siglo XIX, titulada “Morals and Dogma of the Ancient and Accepted Rite of Freemasonry”, en la cual define el contenido doctrinario, en forma muy ecléctica, de los distintos Grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Pero ocurre que, aún ese eclecticismo algo confuso, resulta molesto para una corriente de pensamiento masónico que tiene por principal objetivo las cuestiones sociales, políticas, laicistas, ideológicas, etc. En definitiva, consciente o inconscientemente, a esta corriente masónica racionalista lo que verdaderamente le molesta es la idea de lo sagrado y que, de una forma u otra, está implícita en todos los Rituales masónicos originarios. De aquí surge, para esta corriente laicista, el imperativo de revisar, expurgar y alterar los Rituales suprimiendo todas las alusiones a la trascendencia y a la espiritualidad que figuran en ellos. Por supuesto que lo hacen en nombre de una aparente “modernización” y de una imposible “espiritualidad laica”, verdadera contradicción de los términos si las hay.
Los Altos Grados
Si observamos con atención, veremos que por encima de de los tres Grados comunes a toda la Masonería Especulativa, - Aprendiz, Compañero y Maestro – existen distintas series de Grados que, por lo general, dan nombre al Rito o sistema masónico correspondiente. El ejemplo más conocido es el llamado Rito Escocés Antiguo y Aceptado con treinta y tres Grados, pero existen otros cuantos. Por ejemplo, el Rito Antiguo y Primitivo de Memphis-Misraim con noventa y seis grados, el Rito Escocés Rectificado con nueve u once Grados según se mire, el de Heredom de Kilwinning con siete Grados, el Francés, que a pesar del nombre es un Rito Escocés, también con siete Grados y otros pocos más sobrevivientes de la gran eclosión de Grados y Ritos, de diverso valor iniciático, ocurrida en el siglo XVIII. Pues bien, estos sistemas de Altos Grados, como hemos dicho, están compuestos por mayor o menor cantidad de Grados superiores por encima del Tercero, pero el nudo del sistema reside en que, entre ellos, no hay coherencia cronológica en sus leyendas iniciáticas y constituyen una fuente permanente de confusión para los iniciados que los reciben y practican.
Una leyenda iniciática es un relato tradicional sobre el cual se basa el Ritual de un Grado determinado. Muchos de ellos tienen un apoyo en la Biblia o en relatos y doctrinas caballerescas, herméticas, alquímicas, sacerdotales, etc. Por ejemplo, el ciclo de relatos referidos a la construcción del Templo de Salomón, contiene varios temas conexos como la muerte del arquitecto Hiram Abbí, la Piedra rechazada por los constructores (el Caput Anguli), la búsqueda del reemplazante de Hiram, etc. Posteriormente aparecen otros grados referidos a las Cruzadas, a la reconstrucción de los Templos cristianos en Palestina, a la epopeya de los Templarios, a sus sucesores, etc. Ahora bien, estos Grados deberían estar ordenados cronológicamente en sus relatos iniciáticos para que resulten operativos en sus consecuencias, pero esto dista mucho de ser así. Por otra parte, estos Altos Grados deberían clasificarse en diferentes categorías según su afinidad temática. Algo así pareciera ocurrir en los orígenes del Rito Escocés Antiguo y Aceptado cuando se agrupaban ciertos Grados y se los calificaban, por ejemplo, de “filosóficos” o sea que pertenecían al Hermetismo o Filosofía del Fuego, es decir, a la Alquimia. Nada tiene que ver esto con posteriores interpretaciones desviadas y modernas que pretendían que se los asimilase a una filosofía profana cualquiera. Hay masones que piensan que estos Grados “filosóficos”, están relacionados con el pensamiento académico y profano de un Bergson, Sartre, Kant, Hegel, Krausse o cualquier otro. Como resultado de todo esto, tenemos que no existe una progresión organizada de conocimientos y de símbolos que, de Grado en Grado, eleven espiritualmente al iniciado.
Los Altos Grados masónicos constituyen un patrimonio tradicional y simbólico irremplazable para Occidente. Allí se encuentran los vestigios de antiguas Ordenes y Fraternidades medievales ya desaparecidas como gérmenes dispuestos a florecer nuevamente cuando las condiciones cíclicas sean nuevamente favorables. Hace años, alguien equivocadamente te, calificó los Altos Grados masónicos como “el panteón de las iniciaciones muertas”. Craso y terrible error, pues en realidad, se trata de “iniciaciones dormidas”. Son las semillas que reverdecerán en el futuro. Los sistemas de muchos Altos Grados, especialmente en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado que es el más difundido en todo el mundo con sus 33 Grados y el de Memphis-Misraim, que es el más extenso con sus 96 Grados, han cumplido y cumplen, un rol insustituible en la conservación de los antedichos Altos Grados masónicos pero, por su propia estructura asincrónica, no están preparados para servir de base a una realización iniciática efectiva, quedando en cambio, en el plano de la iniciación virtual. Es interesante recordar que los Altos Grados son pre-existentes a los Ritos Masónicos que, en definitiva, son colecciones, muchas veces arbitrarias, de Grados superpuestos.
Lo incompleto de la Masonería Especulativa
Este es un punto grave y poco conocido por razones obvias. Se ha ocultado el hecho de que la Masonería Operativa antigua y tradicional, de ninguna manera, estaba constituida por dos o tres Grados sino que, por el contrario, constaba – y consta – de siete Grados. “Consta”, porque la forma antigua de trabajo masónico no ha desaparecido, como muchos quisieran creer, sino que se ha ocultado desde la aparición de la pseudo-masonería moderna a partir de 1717. Entonces, debemos comenzar a poner blanco sobre negro y desmontar ciertas fábulas que sirvan de tapadera a la destrucción de un sistema de trabajos probado por siglos y que contemplaba la generación de la piedra desde la cantera hasta su colocación en los muros. Es muy clara la aplicación espiritual de este simbolismo pétreo y no es éste el momento para profundizarlo. Sin embargo, es importante señalar que la existencia de siete Grados operativos no es, de ningún modo, arbitraria sino que señala el itinerario de la piedra desde la cantera pasando por los distintos Grados de pulimiento, marcado y perfección hasta su colocación en el muro. Este itinerario de trabajo artesanal – y también iniciático cuando se tiene conciencia de ello – fue desarticulado de un plumazo al quitar, primeramente, cinco grados del sistema Operativo, reduciéndolo a solo dos, para al comprobar lo inestable de tal sistema dual, incorporar un Tercer Grado.
Para agregar este Tercer Grado, se tomó como base lo que era una ceremonia anual de los Operativos destinada a conmemorar el asesinato de Hiram Abbí, el arquitecto del Templo de Jerusalén. Esta ceremonia también sirve para reemplazar al Tercer Gran Maestre Operativo que representa a Hiram Abbí. De esta manera, se soluciona también el enigma de los orígenes del Grado de Maestro especulativo que ha desvelado a muchos masones estudiosos que deseaban aclarar el tema. Sin embargo, es necesario decir que, desde el punto de vista del Sistema de Trabajo de la Masonería Operativa, este Tercer Grado “no” es el de Maestro Masón, sino el de Maestro de Logia, que es una cosa totalmente distinta pues un Compañero Superior puede perfectamente actuar como Maestro en una Logia de Aprendices o Compañeros nuevos. Para la Masonería Operativa, antigua y tradicional, la Verdadera Maestría Masónica corresponde a los Maestros Perfectos que aprobaron los exámenes técnicos correspondientes y que estén en posesión de los auténticos secretos del cuarto, quinto y sexto Grados, en tanto que el séptimo Grado está reservado exclusivamente para los Tres Grandes Maestros que representan respectivamente a Salomón, Hiram de Tiro e Hiram Abbí.
Las consecuencias que se deprenden de estos hechos, son muchas y muy graves. Por ejemplo, en estrictos términos técnico-masónicos, todos los “Maestros Masones” especulativos son, en realidad, Compañeros Superiores o Avanzados que pueden desempeñarse “como” Maestros de una Logia, pero están lejos de ser auténticos Maestros Masones con todos los conocimientos geométricos, rituales, simbólicos y doctrinarios inherentes a la auténtica Maestría. Esta realidad es ocultada y negada por todas las Obediencias Especulativas, sean británicas o “latinas”, pues pone en tela de juicio, no que sean iniciados masones, sino la cualidad del Grado que dicen poseer. Sería algo así como una usurpación de títulos y honores. Algo muy triste y decepcionante para la inmensa mayoría de los “Maestros” Masones especulativos, que de buena fe, creen ser lo que no son y repiten y retransmiten ritualmente el error originario de 1717. Esta es la causa de que todos los Masones Especulativos que se afilian a una Obediencia Operativa deban ser regularizados en el Grado de Compañero y en el de Maestro (de Logia) para equipararse con los Masones Operativos poseedores de dichos Grados, pues aquí se trata simplemente de conocimientos faltantes y de la necesidad de suplirlos.
Entre otros conocimientos faltantes, podría mencionarse, por ejemplo, que la Masonería occidental está basada principalmente en el ciclo bíblico de la construcción del Templo de Salomón, en su reconstrucción por “Zorobabel” y en el Templo del Espíritu Santo. En este ciclo aparecen varios relatos sagrados como el asesinato de Hiram Abbí el arquitecto del Templo de Jerusalén, la búsqueda de su sucesor, la organización de los constructores en Logias, la Piedra rechazada por los constructores que se convirtió en la Cabecera del Angulo (Caput Anguli) y otros tantos que se convirtieron en las Leyendas Iniciáticas de diversos Grados Masónicos dispersos en diferentes Ritos. Estas leyendas Iniciáticas están perfectamente ordenadas y representadas en la Masonería Operativa antigua y tradicional pero, lamentablemente, la Masonería Especulativa moderna ha descalabrado y simplificado el sistema de trabajo original expurgando y quitando ciertas Leyendas fundamentales. Una de ellas es la de la Piedra rechazada por los constructores que es el verdadero núcleo del Grado de Compañero, por no decir que es el Grado de Compañero en sí. Por esta causa se debe regularizar a los Compañeros que provienen de Obediencias Especulativas cuando ingresan a una Logia Operativa, pues desconocen una parte fundamental de la historia y del Ritual masónico universal. Otro tanto ocurre con el Tercer Grado especulativo de Maestro – Maestro de Logia según el sistema Operativo – pero nunca Maestro Masón, que implica un profundo conocimiento teórico-práctico y la aprobación de los respectivos exámenes de suficiencia.
Otras consecuencias que saltan a la vista y la más notoria, fue el vaciamiento doctrinal y ritual del Grado antiguo de Compañero del Oficio, cuya leyenda iniciática se centraba en el simbolismo de la Piedra rechazada por los constructores que se convirtió en la cabecera del ángulo con una sólida base Vetero y Neo Testamentaria pues figura en ambas partes de la Biblia. Este vacío no pasó desapercibido por algunos masones inquietos del siglo XVIII y les preocupó su debilidad. Aquí debemos mencionar, por ejemplo, a Robert Preston, quien trató de llenar ese vacío con suerte regular. A él se le debe la introducción de los párrafos referidos a los cinco sabios de Grecia, a los cinco sentidos, etc., en las Instrucciones del Grado especulativo de Compañero. Preston se ocupó de brindar algo de “cultura general” a la Masonería Especulativa a costa de olvidar las auténticas enseñanzas técnicas de la Masonería Operativa. En un orden más práctico, debemos señalar otras consecuencias técnicas como, por ejemplo, que un masón especulativo podría asistir a una Tenida ordinaria del Grado de Compañero del Oficio de una Logia Operativa, pero no puede asistir a una iniciación de dicho Grado, pues carece de las calificaciones doctrinarias y técnicas imprescindibles para participar en dicho Ritual. Lo mismo ocurre con el Grado de Maestro de Logia, en el que el masón especulativo podría participar en una Tenida ordinaria, pero no en una iniciación, pues debería conocer el Ritual de Instalación al Trono del Rey Salomón con sus respectivos Modos de Reconocimiento.
La Masonería Especulativa podía hacer esfuerzos por recuperar las antiguas prácticas de la Masonería Operativa, pero por falta de conocimientos auténticamente masónicos, caminan en círculos. Por ejemplo, al desconocer completamente lo que son los métodos de realización espiritual, tal como lo recomendaba René Guenón, tratan de inventar algo de acuerdo a lo que ellos piensan que es un método de realización y que, por lo general, solo logran establecer o bien un vago misticismo sentimental o un cierto ascetismo exterior que nada tienen que ver con un método auténtico de realización espiritual. Ya en las primeras décadas del siglo XX, un masón operativo europeo advertía, en los siguientes términos aproximados, sobre lo que se puede esperar de las imposiciones exteriores: “… al día de hoy, la masonería oriental es fiel a la antigua Sabiduría que la masonería moderna ha olvidado, en cuanto a la constitución masónica de 1717 fue una desviación de la recta vía. Las leyes que provienen de su exterior no salvan al hombre, estas leyes siempre son quebrantadas por otras y deben ser reemplazadas… solamente el trabajo de adentro hacia afuera puede traer la salvación. Solamente aquél que conscientemente vive en las leyes divinas y las toma como deber y no como obligación, contribuye al mejoramiento de la humanidad lo que es, a su vez, lo mejor para el individuo: las leyes divinas, son totalmente claras al respecto…”
Finalmente será necesario esperar que ciertas preguntas e inquietudes vayan creciendo y se formulen claramente dentro del campo de la Masonería Especulativa, que algunos Masones avisados se animen a cuestionar, por incompleto y vaciado de contenido, el sistema de los tres Grados de la Masonería Simbólica, que se plantee la incoherencia cronológica y doctrinaria de los Altos Grados de la mayoría de los Ritos Masónicos y que, finalmente una nueva generación de Masones se decidan a retomar a las fuentes originarias las cuales no son – ni pueden ser – otras que las fuentes Operativas antiguas. Mucho se ha perdido y mucho se ha olvidado desde 1717 hasta la fecha y mucho se ha desechado, ocultado y aún prohibido arbitrariamente a partir del coptamiento, por una mentalidad estrecha y discriminatoria propia del positivismo, el laicismo y el supuesto libre-pensamiento del Gran Oriente de Francia y otras Obediencias similares que han sustituido el auténtico conocimiento masónico por una ideología profana, chirle y desviada que deriva de las modas intelectuales de fines del siglo XIX.
Nota:
Para mayor información y en detalle, recomendamos a los interesados en profundizar este tema, leer la obra “La Masonería Operativa” Editorial Kier, del autor Jorge Francisco Ferro.
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Publicado por MASONERIA DE TRADICION
http://masoneriaheredom.blogspot.com/2012/02/vision-sobre-la-masoneria-operativa.html
EL RITUAL DE LOS FRANC-MASONES OPERATIVOS
EL RITUAL DE LOS FRANC-MASONES OPERATIVOS
(UN TESTIMONIO PARA EL RETORNO
A LAS PRACTICAS TRADICIONALES)
Dr. Thomas Carr
[The Ritual of the Operative Free Masons.
Ann Arbor, Mich: The Tyler Pub. Co, 1911.]
I. Introducción
La mayoría de los francmasones especulativos son conscientes del hecho de que un Gremio de Franc-Masones Operativos continúa existiendo, lo mismo que La Compañía de Masones de Londres.
Es un hecho comprobable que diversas Sociedades de Masones Operativos existieron en Inglaterra, Francia e Italia durante la Edad Media, y que construyeron las iglesias, puentes y catedrales que todavía hoy adornan dichos países. También en Alemania floreció un cuerpo bien organizado de Masones, conocidos como los Steinmetzen.
El nombre Franc-Masón (Free Mason) se utilizó por primera vez en el Estatuto 25 de Eduardo III (1352). Diversos autores han demostrado cómo los Masones tenían que viajar por doquiera para realizar su trabajo, y cómo los Masones ingleses trabajaron en Francia y los franceses en
Inglaterra.
Cuando la escritura estaba confinada al clero y los diplomas se desconocían, la solución idónea para testificar como un desconocido podía ser un hábil y acreditado artesano, fue el tener un sistema de palabras de pase y signos que le permitían demostrar que había aprendido regularmente su oficio y que no era un cowan (1) o un simulador. Los antiguos Masones Operativos de la Edad Media, tanto en Inglaterra como en el resto de Europa, tenían sus propios procedimientos regulares para admitir a un lego como aprendiz, enseñarle el oficio y cualificarlo para su práctica.
(1) El Oxford International Dictionary of the English Language brinda la siguiente definición de la palabra «Cowan»: Cowan - 1598 [?] 1. Sc. One who does the work of a mason, but has not been apprenticed to the trade. 2. Hence, One uninitiated in the secrets of Freemasonry 1707. 3. slang. A sneak, eavesdropper.
Mientras que el Oxford English Dictionary establece: One who builds dry stone walls (i.e., without
mortar); a dry-stone-diker; applied derogatorily to one who does the work of a mason, but who has not been regularly apprenticed or bred to the trade.
Una buena cantidad de los Antiguos Deberes y Regulaciones de aquellos tiempos han llegado hasta nosotros. Unos ochenta documentos han sido estudiados y autentificados como tales, lo cual puede ser estudiado en el excelente trabajo del V.: Hno.: Baxter que apareció en el primer volumen de las Transactions of the Quatuor Coronati Lodge. (2)
(2) Pareciera existir un error en esta afirmación, siendo más probable que el autor se refiera al trabajo del Dr. W. Begemann, An Attempt to Classify the Old Charges [«Ars Quatuor Coronatorum», vol. i, 1886-1888], ya que el trabajo del V.: Hno.: Roderick H. Baxter titulado Old Charges and Ritual pertenece a un diferente volumen de las Transactions [«Ars Quatuor Coronatorum», vol. xxxi, 1918] y no había sido publicado antes de 1911, fecha de la publicación del presente documento.
Un trabajo más reciente sobre el tema es el desarrollado por el Dr. Jorge Francisco Ferro: Los «Antiguos Deberes» (Old Charges): traducción y estudio crítico sobre dichos antiguos manuscritos que puede ser consultado en
De dichos Antiguos Deberes obtenemos evidencia de la utilización de Enseñanzas Morales y de Signos Secretos. Y resulta obvio que desde tiempos remotos un alto criterio moral fue inculcado a través de ellos. Y en el más antiguo de todos los Deberes, el Manuscrito Regius (circa 1390), se hacen recomendaciones a modo de «verdades autoevidentes».
El Manuscrito Harleian N.° 2054, que data del siglo XVII y originalmente perteneció al Gremio de Chester, entre otras cosas, dice que «existen muchas palabras y signos de un Franc-Masón» que no deberán ser comunicadas «sino a los Maestros y compañeros de la Sociedad de Franc-Masones, así me ayude Dios. Aquí sigue el digno y piadoso juramento de los Masones.»
En el siglo XVII, y probablemente antes, gentilhombres (privategentlemen) (3) y oficiales del ejército comenzaron a ser aceptados como miembros de la Sociedad de Franc-Masones en Inglaterra y Escocia.
(3) James S. Grubb en «Elite Citizens» [cap. 10 de Martin, John (Ed.). Venice Reconsidered: The History and Civilization of an Italian City-State, 1297-1797. Baltimore: Johns Hopkins Univ. Press, 2002. p. 349] escribe que a principios del siglo XVII se institucionalizó la figura del «private
gentle men» como un «second order of gentlemen» or «nobility of the citizens», mediador entre la nobleza y el pueblo. Quedando establecidas tres categorías bien diferenciadas de «ciudadanía », tal como explican John Jeffries Martin y Dennis Romano en «Reconsidering Venice» [Ibid, cap. 1, p. 16]:
Only adult noble males had the right to […]
participate in the political life […] Next in
prestige where the cittadini (citizens), a di-
verse group […] whose privileges granted
them entry into the state bureaucracy […] or
special commercial privileges as merchants.
Many cittadini were among the wealthiest
influential members of […] society. Finally, at
the base of this «hierarchy» where the arti-
sians, shopkeepers, and workers […]
El abogado John Boswell, terrateniente, fue miembro de la St. Mary’s Chapel Lodge, de Edinburgo, en 1600. Robert Moray, intendente general del ejército escocés, fue constituido Masón en Newcastle en 1641. Elías Ashmole, célebre anticuario, y el coronel Henry Manwaring fueron constituidos Masones en Warrington en 1646.
Es interesante notar el hecho de que entre estos tres hombres, que fueron de los primeros Masones Honorarios o No-Operativos — o en términos más modernos Especulativos — constituidos en Inglaterra, Moray era presbiterano y un covenante escocés en pro del Parlamento Escocés autónomo, Ashmole era un católico realista que apoyaba a la Monarquía de la Casa de Estuardo y Manwaring era un anglicano del bando y la postura que defendía el Parlamento de Inglaterra y contrario a la Casa de Estuardo. Tal que incluso en esos días la Masonería era un vínculo de unión entre hombres de diferentes religiones y opiniones políticas, y lo continuó siendo incluso en tiempos de la Gran Guerra Civil anglo-escocesa.
En 1647, el Dr. William Maxwell se integró a la Logia de Edimburgo.
Hasta donde sabemos, fue el primer médico que llegó a ser Masón. También debemos notar que en las minutas de la St. Mary’s Chapel Lodge, en Edimburgo, está registrado que, el ya citado, Boswell asentó su marca en la reunión de la Logia ocurrida el 8 de junio de 1600. Los Earls de Cassilis y Eglinton fueron iniciados en la Logia de Kilwinning en o cerca de 1670. Gentilhombres como estos, sobre los que me he explicado, comenzaron a ser conocidos como Masones Aceptados a partir de tales fechas, y gra-dualmente aumentaron en número.
En 1717, bajo la influencia del Dr. Anderson y sus amigos, algunos Franc-Masones Operativos, junto con algunos de los No-Operativos, Aceptados, o Franc-Masones Especulativos, pertenecientes a cuatro Logias de Londres, se reunieron para formar la Primera Gran Logia; una variante en la cual la Masonería Especulativa en vez de la Operativa era el tema principal. Las herramientas arquitectónicas y operativas se tornaron simbólicas, pero su Ritual se basó en el Ritual de la Antigua Sociedad Operativa, del cual se tomaron amplios contenidos.
Los grados de Aprendiz y de Compañero del Oficio se fundaron sobre los correspondientes grados del sistema operativo.
Más tarde, cuando el grado de Maestro —no el de Maestro de Logia, sino el de Maestro Masón— fue añadido, Anderson y sus amigos inventaron una ceremonia basada en el Festival Anual de los Operativos, celebrado el 2 de octubre para conmemorar el asesinato de Hiram Abí durante la construcción del Templo del Rey Salomón.
Los verdaderos secretos y el verdadero Ritual del grado operativo de Maestro no pudo ser incluido, pues sólo unos pocos los conocían, a saber, sólo aquellos quienes ostentaban el título de alguno de los Tres Maestros de VII° que regían a la sociedad Operativa, y Anderson, desde luego, no era uno de ellos; su función había sido la de capellán, sin embargo es posible que hubiera sido admitido como miembro Aceptado de la Orden algunos años antes en Escocia. (4)
(4) «El Hno.: Clement E. Stretton ha declarado en sus registros, y me lo ha confirmado a través de cartas que el Dr. James Anderson fue hecho capellán del Gremio de San Pablo (St. Paul’s Guild) en 1710, en sucesión del Dr. Compton, quien tenía el hábito de practicar un servicio religioso al día. En septiembre de 1714, Anderson propuso que hombres de alcurnia pudieran ser admitidos como una especie de miembros honorarios, lo que fue aceptado con un voto de diferencia a favor, y los registros contables, de ese año y el siguiente, muestran siete cuotas de 5 guineas cada una. Todo el tiempo que el trabajo de San Pablo estuvo en proceso los Gremios se reunieron a medio día del sábado, pero Anderson cambió los periodos de reunión para los miércoles a las 7 pm, en la taberna Goose and Gridiron, y en septiembre de 1715, los Operativos encontraron que su antigua palabra de pase ya no les permitía el pase a las tenidas; lo cual comunicaron a Wren y a Strong , y los disidentes fueron borrados de los Registros; tal vez es por ello que Anderson declaró que Wren ‘rechazó a las Logias’. Ahora, bajo tales circunstancias, ninguna personas honorable puede decir que Anderson actuó de buena fe. Lo que sí podemos es comprender aquello que ‘digirió’: recortó el tiempo de Aprendizaje de siete años a un mes, eliminó toda referencia técnica, incluida la ceremonia para conferir el grado de la Marca (Mark Mason); y dejó una institución de fina moral en la línea de las Sociedades Místicas de los Antiguos, pero que no es Franc-Masonería, sino una imitación de ella; retuvo aquello de los Antiguos Rituales que servía a sus propósitos, y podía tener algún lugar en el sistema moderno, pero eliminó la explicación que el Ritual Operativo confiere.» [John Yarker. The Arcane Schools. Kila, MT: Kessinger, 1995. pp. 404-405]
II. Procedencia de la Franc-Masonería Especulativa de la Operativa.
Si alguien dudara del hecho de que la formación de la Franc-Masonería Especulativa se realizó a partir de la Franc-Masonería Operativa, sería singularmente sencillo convencerlo de su error si tan sólo estudiara el primer Libro de las Constituciones.
El primer Libro de las Constituciones es el original que Anderson fue comisionado para preparar. Él fue instruido «para ordenar y arreglar las antiguas Constituciones Góticas sobre un nuevo y mejorado sistema». Y fue impreso y publicado bajo la autoridad de la Gran Logia en 1723.
A pesar de los múltiples cambios y nuevas ediciones, y su completa revisión debido a la Unión de 1813, la edición actual del Libro de las Constituciones continúa mostrando inequívocamente su origen operativo.
Los Antiguos Deberes que aparecen en la página 1 del actual Libro de las Constituciones, fechado en 1909, son casi idénticos a los Antiguos Deberes incluidos en el primer Libro de las Constituciones publicado en 1723. Los cambios son muy pequeños e insignificante Fs, y no hay cambio alguno en la Sección V que es la que utilizaré para comprobar la procedencia de la Franc-Masonería Especulativa de la Franc-Masonería Operativa. La Sección V se titula «Del reglamento de la Corporación durante el trabajo» y se podrá notar que los términos utilizados son netamente operativos.
El Ritual Especulativo también nos brinda pruebas de su procedencia del Ritual Operativo.
1) Cuando se presentan las Herramientas de Trabajo en cada uno de los tres grados: «Como no todos somos masones operativos, sino libres y aceptados, o especulativos.»
2) Los Masones Operativos son mencionados en la lectura sobre el primer Cuadro de Logia cuando las Joyas Móviles son descritas y su utilización explicada.
3) Los Masones Operativos son también mencionados en las lecturas oficiales: Lectura 1, sección VII del Ritual de Emulación.
El 6 de enero de 1911, una nota histórica del V.: Hno.: John P. Simpson, B.A, Pasado Asistente del Gran Guarda Sellos (5) fue publicada por la Gran Logia, en la cual el autor expresaba: «Los Rituales de la Franc-Masonería del Primero y Segundo grados derivan sin duda, en parte, de las ceremonias del antiguo Gremio Operativo». El Hno.: Simpson pudo haber dicho más acertadamente, que en su mayoría se derivan de las ceremonias operativas.
(5) El Past Assistant Grand Registrar (P.A.G.Reg.) es el inmediato anterior oficial de una Gran Logia encargado de asistir al Grand Registrar quien custodia los Sellos de la Misma. En castellano su equivalencia sería el Pasado Asistente del Gran Guarda Sellos (P.A.G.G.S.).
Debo agregar que sucede lo mismo con el Tercer grado y también con el grado de la Marca.
La discusión sobre el grado de Maestro Masón volvería demasiado extenso el presente trabajo, pero tengo contemplada la publicación de un texto sobre «El Tercer grado» en algún momento futuro. Aquí sólo debo decir que el Tercer grado es una idea tardía en lo referente a la Masonería Especulativa. Tal como el sistema fue formulado en 1717, y como puede verse en el primer Libro de las Constituciones de 1723, no existía el Tercer grado; un Masón sólo llegaba a ser Maestro cuando alcanzaba la posición de Maestro de una Logia. Los Antiguos Deberes de la edición actual del Libro de las Constituciones son suficientes para aclarar este punto, aún cuando este párrafo es idéntico al aparecido en la primera edición de 1723:
“Ningún hermano podrá ser Vigilante hasta que haya pasado del grado de Compañero, ni Maestro hasta que haya actuado de Vigilante, ni Gran Vigilante si no ha sido Maestro de una Logia […] [§. IV, ¶. 2]”
Y en la presente edición, de 1909, del Libro de las Constituciones existe una nota al pie añadida a esta sección que no aparecía en el libro de 1723, pero que fue añadida en 1815:
“En tiempos antiguos, ningún hermano, sin importar sus habilidades en el oficio, era llamado Maestro Masón hasta no haber sido electo para la silla de una Logia.”
El Tercer grado especulativo, como ya he indicado, está, sin embargo, basado en el Ritual Operativo, como una adaptación de la Ceremonia Anual de los Operativos que celebraban el 2 de octubre, para conmemorar el asesinato del Tercer Maestro, Hiram Abí, un mes antes de la Dedicación del Templo, que se celebraba el 30 de octubre.
III. Los Franc-Masones Operativos existentes.
El nombre completo de la existente Sociedad de Franc-Masones Operativos, a cuyo Ritual estoy por referirme, es el de «Venerable Sociedad de Masones Libres, Masones Rústicos, Amuralladores, Pizarreros, Pavimentadores, Yeseros y Ladrilleros».
Los Masones Rústicos y los Amuralladores eran los artesanos inferiores que hacían un trabajo más pesado que el de los Masones Libres (Franc-Masones). Ellos no eran Compañeros de las Logias de Franc-Masones, sino que eran considerados como Asociados, teniendo, sin embargo, sus propias ceremonias. Eran considerados como «esquiroles» («scabblers») (6) y su trabajo no iba «en curso». Les era permitido ingresar al primer grado de Aprendiz Amurallador (Apprentice Stone Yard), pero no al segundo de Compañero Amurallador (Fellow’s Yard).
(6) Un «scabbler» es un obrero no agremiado que se presta a sustituir a uno que sí lo es en determinadas circunstancias tales como las huelgas, de ahí su traducción como «esquirol». Se trata, como el texto implica, de «una Clase de Masones Rústicos admitidos al trabajo grueso de las canteras pero no miembros de la Logia N.º 2 de los Compañeros del Oficio. Se los consideraba como ‘asociados’ al trabajo de desbaste de las piedras y poseían sus propias ceremonias internas.» [Cfr. la nota 3 de: Ferro, Jorge Francisco. Un testimonio sobre la Masonería Operativa de principios del siglo XX. En
Los Pizarreros, Pavimentadores, Yeseros y Ladrilleros eran, desde luego, oficios distintos.
En Londres los Pavimentadores, Yeseros y Ladrilleros (conocidos como los Tejadores y los Ladrilleros) eran de hecho tres compañías claramente separadas y diferenciadas.
Una Sociedad que comprenda tan diversos oficios es a primera vista algo curioso, pero tras una investigación se encontrará que no era algo fuera de lo común, según las costumbres imperantes, en el siglo XVII.
En Kendal, en 1667, la Doceava Compañía de Comercio estaba integrada por Masones Libres, Masones Rústicos, Amuralladores, Yeseros, Pizarreros y Carpinteros.
Detalle del Tapiz de Kirkwall (Kirkwall Scroll) que permanece en la Logia Kirkwall Kilwinning N.o38, en Kirkwall, Reino Unido, y que parece datar del siglo xv. Obsérvese su similitud con los Escudos de Armas de las Grandes Logias.
En Oxford, una Compañía fue incorporada en 1604 llamada «La Compañía de Masones Libres, Carpinteros, Ensambladores y Pizarreros de la ciudad de Oxford.» En Gateshead la más curiosa asociación de oficios fue incorporada por una patente de Cosin, obispo de Durham, en 1671. Los oficios enumerados eran: Masones Libres, Espeleólogos, Picapedreros, Escultores, Canteros, Enlosadores, Ladrilleros, Vidrieros, Teñidores, Fundidores, Claveros, Peltreros, Fontaneros, Maquinistas, Talabarteros, Brideros, Bauleros y Destiladores.
En Edimburgo, la Compañía de St. Mary’s Chapel al mismo tiempo abarcaba una gran cantidad de oficios, tales como Jarcieros, Orfebres, Ta-
piceros, Arqueros, Pizarreros, Vidrieros, Pintores, Fontaneros y Obreros, además de Masones. Más tarde quedaron sólo dos oficios en la Unión, los Obreros y los Masones que se separaron después constituyendo separadamente distintas corporaciones. Nuestro mayor interés, sin embargo, se centra en la ciudad de Durham, donde encontramos la misma combinación de oficios que la de la Sociedad que nos ocupa.
En 1594 el obispo Mathew Hutton incorporó la Sociedad de «Masones Rústicos, Amuralladores y Pizarreros». En 1609 el obispo James confirmó sus Reglamentos (Bye Laws) y Ordenanzas en las cuales eran denominados «Masones Rústicos, Amuralladores, Pizarrero, Pavimentadores, Tejadores y Revocadores». El 16 de abril de 1638, el obispo Morton otorgó una nueva patente a «La Compañía Asociada y la Fraternidad de Masones Libres, Masones Rústicos, Amuralladores, Pizarreros, Pavimentadores, Revocadores y Ladrilleros».
Los obispos de Durham fueron condes palatinos, así que las patentes provenían de ellos.
Estos operativos llegaron a ser hombres libres de la ciudad, a quienes se les conferían muchos derechos y privilegios, y muchos gentilhombres («gentry») del condado llegaron a ser miembros honorarios de dicha Sociedad, lo que reconocían como una honorable distinción; tal como hoy en día muchos miembros de la clase mercantil y profesional se vuelven hombres libres y agremiados («freemen and liverymen») de las Compañías de Comercio de Londres.
La Compañía de Masones de Londres se incorporó en el segundo año del reinado de Enrique IV (1411), y se le otorgó su escudo de armas, todavía en uso, el doceavo año del reinado de Eduardo IV (1473).
Los Pizarreros de Londres, también tienen escudo de armas, aunque no son una compañía legalmente reconocida; los Pavimentadores son una pequeña compañía londinense; los Revocadores fueron incorporados en 1501; mientras que los Tejadores y los Ladrilleros en 1508.
En Londres, surgieron disputas entre estas diversas compañías y otras de naturaleza similar sobre cuál era su respectivo trabajo; estas querellas fueron particularmente severas alrededor de 1356, y pueden encontrarse muchas referencias a las mismas en los antiguos registros. Nuevamente en 1615 y 1632 surgieron dificultades similares.
Sin lugar a duda la misma cosa ocurrió fuera de Londres, y la incorporación sirvió para regular tales disputas.
En el año 1677 «La Venerable Sociedad de Masones Libres de la ciudad de Londres» trazó un mapa de Inglaterra, como referencia para todos los Franc-Masones Operativos, que mostraba el país dividido en ocho distritos:
1) Londres
2) Westminster
3) Southern
4) Bristol
5) Chester
6) Isla de Anglesea
7) Lancaster
8) York
Tiempo atrás, aparentemente, Durham también fue un distrito independiente.
La Venerable Sociedad de Masones Libres, Masones Rústicos, Amuralladores, Pizarreros, Pavimentadores, Yeseros y Ladrilleros, utiliza un escudo de armas, que todavía permanece en el Guild Hall de Durham, y que es realmente la combinación de las armas de las diferentes asociaciones por separado.
Escudo de Armas de «La Compañía de Masones de Londres» que les fue otorgado por Eduardo IV durante el doceavo año de su reinado (1472-3). Su mote: «En el Señor está toda nuestra confianza».
Arriba, en el lado izquierdo, tenemos el blasón de los Masones; al centro el de los Pizarreros; del lado derecho el de los Pavimentadores; abajo, del lado izquierdo, el de los Revocadores; del lado derecho, el de los Tejadores y los Ladrilleros.
Los blasones en cada caso son similares, si no idénticos, a los de las distintas Compañías de Londres.
La fecha del escudo de armas es 1784, pero la Sociedad se incorporó, como ya fue dicho, en 1638.
En Londres, se dejó de utilizar la palabra Libre en el título de los Masones Libres (Franc-Masones) a mediados del siglo XVII; debido posiblemente a que dejó de haber distinción cuando los miembros de las demás Compañías de Londres se volvieron igualmente libres. Hasta donde sabemos, tanto los Franc-Masones de Londres como los de Westminster dejaron la Asociación, junto con otras corporaciones, alrededor de 1655-6. Esto debe tomarse como una mera suposición, ya que es muy difícil tener conocimiento exacto del tema; aunque quizás la División de York pudiera tener información más precisa sobre el particular.
El Ven.: Hno.: Stretton me ha informado que cuando él tomó su obligación como Aprendiz Aceptado en la Sociedad Operativa en 1867, Masones Rústicos, Amuralladores, Pizarreros, Pavimentadores, Revocadores y Ladrilleros estuvieron presentes; pero que cuando fue pasado al grado de Compañero de Oficio en mayo de 1874, sólo Franc-Masones estuvieron presentes, lo mismo que cuando fue ascendido al Tercer grado de Súper Compañero.
La legalización de los sindicatos de 1871 fue la causa de la separación de los Masones Rústicos, Amuralladores, Pizarreros, Revocadores y Ladrilleros de los Masones Libres en la División de York.
Estas corporaciones comenzaron a separarse de los Franc-Masones en 1871, en cuanto la legalización de los sindicatos comenzó, y para finales de 1883 no había ninguno en la Logia N° 91 ni en la N° 110; y el V.: Hno.: Stretton me ha informado que no existió ninguna corporación afiliada a la División de York por varios años.
Escudo de Armas de «La Venerable Sociedad de Masones Libres, Masones Rústicos, Amuralladores, Pizarreros, Pavimentadores, Yeseros y Ladrilleros» (1784). Su mote: «Dios es nuestro guía».
Ciertamente que desde 1883 no se ha incluido a ninguna de las corporaciones, antaño afiliadas, a las reuniones de los Franc-Masones; pero ellos se han seguido reuniendo por su cuenta, y los Masones Operativos me han dicho que algunos de los antiguos Rituales han continuado en uso en algunos de los sindicatos, y aunque no he tenido la oportunidad de verificarlo, lo acepto como tal. Los antiguos miembros operativos de la División de York aún hoy (1911) reconocen a los Masones Rústicos, etcétera, como Asociados o Hermanos Libres, pero no como Compañeros. Se permiten intercambiar con ellos el Saludo y la Palabra del Primer grado, e incluso pueden invitarles una bebida; pero no les consideran como Compañeros o Aprendices Aceptados, y no pueden enseñarles nada del oficio.
Estos Franc-Masones Operativos se encuentran divididos en dos categorías, y cada una de ellas, a su vez, en siete grados.
Las dos categorías son la de los Masones Rectos o de la Escuadra (Straight or Square Masons) y la de los Masones Redondos o del Arco (Round or Arch Masons).
Escudo de Armas de «La Venerable Sociedad de Masones Libres, Masones Rústicos, Amuralladores, Pizarreros, Pavimentadores, Yeseros y Ladrilleros» enmarcado por un Masón del Arco y otro de la Escuadra (1731). Su mote: «Dios es nuestro guía».
Se podía pertenecer sólo a alguna de las dos categorías, la de la Escuadra o la del Arco, nunca a ambas, aunque alguien podía ser transferido de una a otra, usualmente de la Escuadra al Arco, si el Maestro así lo ordenaba oportuno. Cuando alguien era aceptado como Aprendiz seleccionaba cual de las dos clases pretendía seguir.
La «Escuadra» es el símbolo de los Masones Rectos (de ahí su apelativo como Masones de la Escuadra) y el Compás de los Masones del Arco (de ahí, también, su apelativo como Masones del Compás). El azul era el color de los Masones de la Escuadra y el rojo el de los Masones del Arco o Compás.
Escudo de Armas utilizado por «La Primera Gran Logia de Inglaterra (de los ‘Modernos’)», derivado del escudo de «La Compañía de Masones de Londres», el sello más antiguo data de 1732. Su mote griego dice: «En el principio era el Verbo».
Una gran cantidad de suposiciones muy elaboradas han sido escritas en años recientes sobre el origen de estos colores en la Masonería Especulativa; ¡la Orden de la Jarretera (donde se utilizaba el color azul) y la Orden del Baño (que utilizaba el rojo) han sido sugeridas como prototipos para la utilización de estos colores! Mucho tiempo y escritos imaginativos pudieran ahorrarse si se hiciera referencia a los usos y costumbres de los Operativos. El escudo de armas original de los Franc-Masones les fue otorgado por Eduardo IV, pero el escudo combinado de las corporaciones, al cual no he podido otorgarle fecha alguna, tiene dos figuras de apoyo. Uno de tales apoyos, el del lado izquierdo, sostiene una «escuadra» y sus ropas son azules. El otro, el del lado derecho, sostiene un compás y es un Masón del Arco vestido de rojo.
Cada una de estas grandes categorías de los Masones de la Escuadra y del Arco se divide a su vez en siete grados, con secretos y reglas de trabajo especiales así como instrucciones técnicas restringidas a cada uno de los grados.
1) Aprendices del Oficio de los Franc-Masones.
2) Compañeros del Oficio de los Franc-Masones.
3) Súper Compañeros que poseían su propia Marca.
4) Súper Compañeros que eran también Constructores en el sitio del Templo.
5) Intendentes y Súper Intendentes de los Trabajos o Menatzchim.
6) Aquellos que habían aprobado la Instrucción Técnica para la posición de Maestros. Maestros Certificados, conocidos como Maestros Aprobados (Passed Masters). También conocidos como Harodim, particularmente en Durham y en el Norte.
7) Los Grandes Maestros, quienes sólo pueden ser tres.
Era posible para alguien de alta posición social, al llegar a los dos grados superiores, VI y VII, ser Maestro Aprobado o Gran Maestro tanto en la Masonería de la Escuadra como en la Masonería del Arco.
Escudo de Armas de «La Gran Logia en Londres de los Libres y Aceptados Masones de Acuerdo a los Antiguos Principios», 1775. Su mote: «Santidad al Señor».
Las Logias operativas a las cuales tengo el honor de pertenecer son la N° 91 y la N° 110, ambas localizadas en Leicester, pero pertenecientes a la División de York, no por su posición geográfica sino por su origen, ya que realmente se encuentran en la parte inglesa que pertenece a Westminster. La Logia N.o 91 fue fundada en 1761 en Leicester, bajo la autoridad de la Venerable Sociedad de Masones Libres de la Ciudad y de la División de York de Masones Libres que fue enviada desde York para reparar las iglesias de Leicester en tal año, y que ya anteriormente había sido, en su mayoría, empleada en la Catedral de York. Esta Logia se mantuvo en condiciones precarias de 1883 a 1909 reuniéndose tan sólo una vez al año; pero se encuentra en buenas condiciones de nuevo, con tenidas mensuales regulares, reuniéndose a medio día de cada segundo jueves de mes.
Tercer y último sello de «La Gran Logia en Londres de los Libres y Aceptados Masones de Acuerdo a los Antiguos Principios», 1792.
La Logia especulativa N.o 279 bajo la Gran Secretaría de Inglaterra (Grand Register of England) fue formada en 1790 como una escisión de la Logia operativa N° 91; Charles Horton, el entonces Primer Maestro de la Logia operativa devino el Venerable Maestro de la Logia especulativa N° 562, hoy N° 279.
La otra Logia operativa es la Logia Mount Bardon N° 110, con más de 300 miembros, y que trabaja en las canteras de Bardon Hill. Fue fundada por George Stephenson en 1831, cuando las líneas ferroviarias de Leicester y Swannington fueron construidas.
Escudo de Armas utilizado actualmente por La Gran Logia Unida de Inglaterra (Gran Logia Especulativa resultado de la fusión de las Grandes Logias de los ‘Antiguos’ y de los ‘Modernos’ el 25 de noviembre de 1813). Su mote: «Oír, ver y callar».
Debo mi introducción a ambas Logias a mi amigo el V.: Hno.: Clement E. Stretton, ingeniero civil de Leicester, quien es el Pasado Primer Gran Vigilante Provincial de Leicester, Pasado Maestro de Logia, Pasado Zorobabel 279 del Capítulo del Real Arco especulativo, y Pasado Tercer Gran Maestro del VII° en la División de York operativa. Como ya mencioné, desde la introducción del sindicalismo los gremios operativos han perdido su supremacía. En 1867 había más de 2,300 Masones Operativos pertenecientes a la Sociedad en Leicestershire, pero en 1910 había menos de 500.
IV. El primer grado de Aprendiz.
La edad usual para el ingreso de un Aprendiz es de 14 ó 15 años, tras lo cual, durante siete años, se mantiene atado a su Maestro y se le enseña el Oficio.
La admisión como Aprendiz, que se corresponde con la Iniciación especulativa, es una ceremonia formidable para alguien de tan temprana edad.
Primero se tiene que pedir permiso a la Sociedad para ser aceptado como Aprendiz, y luego, si el permiso es aprobado, se firma la siguiente petición que debe fijarse en la entrada de la cantera o lugar de trabajo por 14 días. En tres ocasiones, al comenzar o finalizar los trabajos de la cantera, el solicitante debe permanecer de pie junto a su solicitud para que pueda determinarse si alguien conoce alguna querella en contra de él, la cual debe entonces ser reportada e investigada.
Solicitud para el Super Intendente de los Trabajos
de la Venerable Sociedad de Masones Libres,
Masones Rústicos, Amuralladores, Pizarreros,
Pavimentadores, Yeseros y Ladrilleros.
Yo, _______________________, siendo el hijo de un Hombre Libre, y de _____ años de edad, humildemente ruega ser hecho Aprendiz del Antiguo y Honorable Oficio.
Atestiguado por mi mano este día __________ de __________.
Firmado _______________________
Testigo _______________________
Formulario A
El hecho de que el solicitante debe declarar que es hijo de un Hombre Libre nos remite al hecho de que el origen de este procedimiento data de cuando no todos los hombres eran libres.
La condición de siervo existió en Gran Bretaña durante más tiempo del que generalmente se reconoce. En los tiempos sajones (7) los theow y los ceorl eran dos categorías de servidumbre pura y simplemente. En tiempos anglonormandos se les conoció como serfs (siervos) y villeins (villanos), y se les restringió a cierta parcela de tierra.
(7) La historia de la Inglaterra anglosajona cubre el periodo de la Inglaterra medieval temprana, desde el fin de la Britania romana y el establecimiento de los reinos anglosajones en el siglo v hasta la conquista normanda en 1066. Los siglos v y vi son conocidos arqueológicamente como la Britania post-romana, o en historia popular como la «Edad Oscura»; desde el siglo VI, se desarrollan reinos distintivos más extensos, aún conocidos por algunos como la heptarquía. La llegada de los vikingos a finales del siglo VIII trajo consigo cambios a Britania. El fin de la Inglaterra anglosajona tradicionalmente se asocia con el comienzo de la conquista normanda, comienzo de la época feudal.
Usualmente la condición de un hijo se hereda del estatus materno. Agar e Ismael son ejemplos bíblicos bien conocidos. (8) El dicho, «es mi ternero el que nace de mi vaca», lo refleja bien; pero debido a las particularidades británicas no es siempre éste el caso y un hijo hereda la condición del padre, siempre que haya nacido de una unión matrimonial legalmente constituida.
(8) «Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos, uno de la sierva y otro de la libre […] Pero, ¿qué dice la Escritura? ‘Echa fuera a la sierva [Agar] y a su hijo [Ismael], pues el hijo de la sierva no será heredero con el hijo de la libre’.» [Ga 4, 22 y 30]
De ahí que el solicitante declarare que es hijo de un hombre libre.
Plano de una Logia Operativa del Primer grado de Aprendiz.
La condición de siervo se extinguió prácticamente en Inglaterra después de los trastornos sociales causados por la pandemia de la peste negra en 1348 y la revuelta campesina ocurrida entre 1377 y 1381, seguida por la Guerra de las Dos Rosas (1399-1485). Como dije, prácticamente se extinguió de Inglaterra, pero remanentes de esta condición se pudieron encontrar ya avanzada la mitad del siglo xvi, e incluso durante el reinado de Carlos I.
En Escocia los Carboneros y los Salineros no fueron libres sino hasta el final del siglo XVIII, pero los Estatutos de 1775 y 1789 terminaron definitivamente con esta condición en las Islas Británicas. ¡Laus Deo!
El candidato tiene que ser propuesto por un Mason apoyado por otro, que a su vez deberán estar apoyados por cinco más.
Si es aceptado tiene que presentarse el día acordado —el sexto día de la semana— a medio día en la cantera o lugar de trabajo. La razón más probable de la elección del viernes al medio día para la cita es porque entre el gremio de los Operativos existe la tradición de que fue a medio día de un viernes que Hiram Abí fue asesinado; medio día, ya que fue entonces cuando, de acuerdo a sus costumbres, salió para hacer oración; y viernes, ya que ése era el último día de trabajo de la semana en los tiempos del Rey Salomón.
El candidato, entonces, solicita entrada y es admitido tras dar la palabra de pase, L.Y.D.B.C. (9), que le ha sido previamente comunicada. Es admitido dentro del porche de la Logia, usualmente un porche de doble puerta, y debe realizar el juramento de no revelar ninguno de los procedimientos de tal evento en caso de ser rechazado en cualquier parte de la ceremonia. Lo cual es hecho tras haberse leído en voz alta su solicitud y después de que el candidato ha «besado el Libro» al decir «lo prometo y lo juro».
(9) Libre y de buenas costumbres o «Free and of good report» (F.A.O.G.R).
Después realiza otro corto juramento de que evitando tanto el miedo, por un lado, como la temeridad, por el otro, persistirá hasta el final de la ceremonia. Entonces la puerta externa es cerrada y su llave dada a los Maestros para su custodia. El candidato coloca el pago de derechos apropiado en el travesaño inferior de una «zapata» («footing stone») y el Tesorero lo cuenta, pero no lo toma sino hasta que el candidato ha tomado la obligación.
Si llevamos nuestra atención al plano de la Logia en este Primer grado notaremos que los Tres Maestros se sientan en el Occidente mirando al Sol naciente. El Segundo Guardián se sienta en el Norte para así poder ver al Sol en su meridiano, y el Primer Guardián se sienta en el Oriente para poder mirar el ocaso del Sol. El Altar se encuentra en el centro de la Logia debajo de la letra «G», y la Piedra Bruta se coloca al lado oriental del Altar.
Hay tres Diáconos presentes, uno para los Maestros y uno para cada uno de los Guardianes. Dentro del Porche al candidato se le retiran todos sus metales y se le vendan los ojos. Entonces los tres Diáconos salen fuera de la Logia, le retiran todas sus ropas, y le ensucian con barro. El médico entonces llega y le retira la venda de los ojos. Le indica «Lavaos y aseaos». El baño se alista y el candidato toma un baño, en el que debe realizar siete abluciones.
El médico le revisa para determinar que esté sano y libre de defectos, y reporta «perfecto en todas sus partes». Entonces es electo por el signo de de la «mano limpia», la «mano limpia» («clean-hand» sign). Se le viste con una túnica blanca, donde el simbolismo de la candidez (blancura) que la palabra «candidato» implica es mantenido. La palabra candidato significa literalmente «persona cándida», es decir, «aquél que es blanco».
(10) Signo de «debida guardia» («duegard sign») que representa la posición de las manos cuando se hace el juramento de Aprendiz.
Se le vuelven a vendar los ojos y se le mantiene vestido con su túnica blanca; un cordón azul le rodea el cuello, y sus extremos son sostenidos por una persona al frente y otra detrás, mientras que un segundo cordón azul rodeando su cintura es sostenido a cada lado por otras dos personas. El cordón del cuello es más largo que el de la cintura, así que las cuatro personas forman un diamante con el candidato al centro. Este diamante es significativo para la Masonería Operativa, y el candidato con sus cuatro asistentes conforman «cinco puntos», lo cual es otra referencia a los métodos operativos.
El candidato ahora solicita ingreso en la Puerta Interior: «¿Cómo esperáis ser admitido? Con la ayuda de El Shaddai y por ser libre y de buenas costumbres.»
Una espada es presionada sobre su pecho izquierdo desnudo hasta que se tiñe con una gota de su sangre. Entonces es admitido y conducido a la esquina noreste. Ahí es cuestionado: «¿Qué edad tenéis? ¿Cómo es vuestro carácter? ¿Cuál es vuestra preparación? ¿En que habéis trabajado? ¿Habéis pertenecido a algún gremio o compañía con anterioridad? ¿Juráis nunca haber sido expulsado o retirado de algún trabajo, ni abandonándolo?»
«¿En caso de dificultad y peligro en quién depositáis vuestra confianza? —En El Shaddai deposito toda mi confianza.— Podéis levantaros. Hnos.: en el Oriente, el Sur, el Occidente y el Norte debéis tomar nota de que [el candidato tal] está por pasar frente a vosotros.»
Entonces se le pregunta si puede ver algo, esperando una respuesta negativa, tras lo cual se le afloja un poco la venda para que al avanzar pueda mirar sus pies y dos o tres pasos más hacia el frente. Luego se le solicita, que siga rigurosamente el patrón del Borde Dentado mientras se le guía una vez más alrededor de la Logia; debe ir colocando un pie delante del otro, y así sucesivamente; a este procedimiento se le llama «fin del trabajo», o «trabajo en línea». El candidato debe realizar su periambulación, sin error, de una sola vez.
De la esquina noreste debe avanzar a la sudeste, de ahí a la sudoccidental, y luego a la noroccidental; llegando entonces hasta el Segundo Guardián que obstaculiza su progreso, y quien, para reportar que ha cumplido, levanta su pértiga, pudiendo entonces el candidato continuar. Éste regresa a la esquina noreste y de ahí hasta el Primer Guardián, que obstaculiza su progreso de igual forma a como anteriormente fue hecho, tras lo cual, y para reportar que ha cumplido, el obstáculo es removido, y entonces una tira de alfombra es colocada para que se pueda alcanzar la Piedra en Bruto, en el lado oriental del Altar, sin que el candidato pise el Pavimento de Mosaico mientras se le conduce hasta la Piedra.
Allí, el candidato se arrodilla con ambas rodillas desnudas sobre la Piedra en Bruto, con la palma de la mano izquierda debajo del Volumen de la Ley Sagrada y la plana de la mano derecha sobre éste.
Es importante observar que esta posición se conserva aún como signo (10) en las Logias pertenecientes a la Gran Logia Escocesa, así como también entre los Franc-Masones Operativos.
(10) Signo de «debida guardia» («duegard sign») que representa la posición de las manos cuando se hace el juramento de Aprendiz.
El candidato entonces toma la obligación acostumbrada, que es la misma en uso hoy día, y que fue escrita y firmada por Robert Padgett, Secretario (Clarke) de la Venerable Sociedad de Masones Libres de la Ciudad de Londres en 1686. Una de las copias de Padgett se cree fue tomada por Anderson, y está ahora en posesión de la Logia de Antiguedad (Lodge of Antiquity) de Londres.
Un juramento similar se puede encontrar en el Manuscrito [Dumfries] Kilwinning N.° 4, de cerca de 1710, bajo el encabezado de «Preguntas y respuestas».
“¿Qué castigo infligiréis a aquellos que revelaran el secreto? Debe arrancárseles el corazón, mientras aún viven, la cabeza sedles cortada, y el cuerpo enterrado en la orilla de la playa, y no en el lugar en que enterráis a los cristianos.”
La forma de estos juramentos explica la estructura arcaica de la obligación aún en uso en el Ritual especulativo. Era una creencia común en la Edad Media que el Alma no podía descansar a menos que fuera en-terrada apropiadamente, de ahí que todavía hoy se solicite un entierro ceremonial. A pesar de que la demanda sea la de un entierro ceremonial cristiano, la idea es, en realidad, un remanente pagano transmitido a los cristianos. Los antiguos romanos creían que el Alma de un cuerpo insepulto no podía cruzar el río Estigia por al menos cien años. Muchas de nuestras costumbres fúnebres modernas pueden ser rastreadas hasta sus orígenes paganos y precristianos.
No existe duda alguna de que en la antiguedad este tipo de castigos eran realmente aplicados; de hecho, en una época en que castigos como la mutilación de una mano, el ahorcamiento, el descoyuntamiento, el descuartizamiento, permanecían aún consignados en nuestros Libros de Estatutos, no había incongruencia alguna con la existencia de un juramente como ese. Papworth y Gould registraron que en 1099 el obispo de la provincia de Utrecht, en los Países Bajos, fue ejecutado por extraer el Gran Secreto al hijo de un Maestro Masón.
Después de tomar la obligación al candidato se le pedía que lo sellara con sus labios. Conforme sus labios se acercaban al libro, un gran sello de cera se colocaba bajo ellos; su cabeza era presionada hacia abajo para que una impresión de sus labios quedara grabada en la cera, y así su juramento quedaba literalmente «sellado con sus labios».
Cuando el juramento termina el Maestro dice a los Diáconos «Dadle luz para que pueda firmar su obligación». Entonces, una pluma se le coloca en la mano para que pueda proceder con la siguiente firma:
«Dado bajo mi mano y sellado con mis labios este día ________ de__________».
El candidato es entonces asistido para levantarse con la palabras «¡Levantaos!, Aprendiz del Oficio de la Franc-Masonería».
Se le enseña entonces el Apretón, que es el mismo de los especulativos, sólo que debe ser «encubierto»; y la Palabra que es Jabal. Entonces la lectura del Antiguo Deber es realizada, siendo el mismo Deber que fue promulgado el 8 de diciembre de 1663. (11)
(11) Las Antiguas Constituciones pertenecientes a la Antigua y Honorable Sociedad de Libres y Aceptados Masones: elaboradas a partir de un manuscrito escrito hace más de quinientos años, de
J. Roberts, publicadas en Londres en 1722, nos informan de unas «Nuevas Regulaciones» que fueron adoptadas en la Asamblea General celebrada en la ciudad de York» el día 8 de diciembre de 1663. Las Nuevas Regulaciones de este Deber tardío, establecen que en lo sucesivo la Orden será regulada por «un Maestro y su Asamblea», en la cual deberá estar presente un Maestro y un
Guardián del Gremio de la Franc-Masonería Operativa [Cfr. el Apéndice 1].
El Venerable Hno.: Stretton me ha informado que tiene razones suficientes para creer que el mismo Deber se utiliza en todas las ocho Divisiones operativas en el reino.
En tal Deber se podrá constatar que los Franc-Masones Operativos requieren de sus Aprendices que la castidad de las mujeres de los Franc-Masones sea respetada. También es digno de notar el hecho de que la dama de la casa donde alojan una Logia debe ser protegida, pero que a ella se le toma juramento de que debe guardarse de llevar al pecado a cualquier miembro de la Orden.
Al candidato se le presentan, luego, sus herramientas de trabajo que son el Cincel, el Mazo y la Regla de Borde Recto; y se le inviste con su Mandil de Aprendiz.
Después se le conduce de vuelta a la piedra de la esquina noreste, donde el Capataz (Foreman) le pregunta sobre cómo vivirá hasta que reciba el salario de su primera semana. Si el candidato indica que es pobre, el Capataz le conduce frente al Maestro en el Trono de Salomón, y reporta que éste no cuenta con medios para vivir. El Maestro entonces solicita caridad para él, y una colecta es hecha en su favor. Éste es, sin duda, el origen de la recaudación que los Franc-Masones especulativos realizan a favor del candidato. Sin embargo, si el candidato indica que cuanta con recursos, o que vivirá con su padre, no se procede con la colecta.
Por siete años permanece como Aprendiz, durante los cuales porta al cuello un cordón azul anudado como signo de su Aprendizaje.
El portar un collar como símbolo de servidumbre es una costumbre muy antigua. En los tiempos anglo-sajones y normandos los sirvientes y los siervos de la gleba acostumbraban vestir collares de metal firmemente clavados alrededor de sus cuellos.
Al finalizar los siete años de Aprendizaje se debía solicitar ser liberado de esta atadura de servidumbre. La siguiente solicitud era colgada a la entrada de la Logia, cantera o lugar de trabajo.
Solicitud al Super Intendente de los Trabajos
de la Venerable Sociedad de Masones Libres,
Masones Rústicos, Amuralladores, Pizarreros,
Pavimentadores, Yeseros y Ladrilleros.
Yo, _______________________, luego de haber servido bien y
verdaderamente como Aprendiz Admitido del Oficio de Masón
Libre por siete años y siendo mayor de edad con veintiún años,
ruego humildemente ser Liberado del Lazo de servidumbre para
permitirme ser pasado al honorable grado de Compañero del
Oficio de Masón Libre.
Prometo y juro, además, que si fuera admitido al Compañerismo, por siempre me conformaría a todos los antiguos Usos y Costumbres establecidas de la Fraternidad como lo han hecho todos los Compañeros en todas las edades.
Atestiguado por mis manos este día ________ de ________.
Firma ________________.
Testigo _______________________.
Certificación de caracter _______________________.
Firma _________________________.
Super Intendente de los Trabajos.
Aprobado.
Firma _________________________.
Gran Maestro Masón del VII°
Inscrito.
Firma _________________________.
Secretario
Formulario B
El solicitante debe acudir entonces a la misma Piedra donde siete años atrás contrajo el Lazo de servidumbre. El Lazo es roto y el cordón azul es removido de su cuello.
¡Levántate Hermano Libre!, ahora eres superior a un Aprendiz, pero inferior a un Compañero del Oficio de Franc-Masón.
Alineamientos de ladrillos de frente («header») y extendido («stretcher») utilizados en la construcción.
Le son comunicados entonces el Apretón de Manos y la Palabra de Pase que conducen del Primero al 2°, siendo, ambos, iguales a los especulativos, sin embargo, el Apretón debe realizarse «encubierto». El candidato recibe entonces la despedida formal de los Aprendices.
V. El Segundo grado de Compañero del Oficio
Antes de que el candidato pueda ser aceptado como en posibilidad de ser pasado al Segundo grado deberá preparar una piedra tallada como muestra de su trabajo. Una piedra tallada es la piedra tal cual es preparada en el Primer grado de Aprendiz por los operarios más especializados. Debe ser tallada de 1/16 a 1/8 de pulgada por todas partes, y entonces ser aprobada por el Inspector de Materiales antes de que el Aprendiz pueda ser pasado al siguiente grado de Compañero del Oficio.
Cuando el candidato acude a una Logia de Segundo grado para ser hecho Compañero del Oficio debe llevar esta muestra de su trabajo con él, debiendo jurar que es resultado de su propio trabajo: «Ningún otro hombre ha utilizado herramienta alguna en ella».
En el momento previamente acordado, nuevamente al medio día en punto de un viernes, el candidato debe acudir a la puerta del patio que rodea la Logia de Segundo grado y tocar. Después de proporcionar el Apretón de Manos y la Palabra de Pase correspondientes será admitido. El Maestro dará noticia de ello diciendo: «Compañeros en el Oriente, el Sur, el Occidente y el Norte prestad atención pues el Hermano [tal] está por pasar frente a vosotros para mostrar que es un candidato adecuadamente preparado para ser hecho Compañero». Al candidato se le hace recorrer el Sendero del Candidato por dos ocasiones. En esta ocasión su pie derecho es colocado transversalmente al eje de la Logia, mientras que su pie izquierdo paralelo al mismo. Del cual, dicen los operativos, que es un trabajo con alineamiento de frente y extendido («header and stretcher»), o en arreglo de «uno y uno» («one and one»). Tras lo cual es conducido al Altar, donde, hincándose sobre una piedra tallada con sus dos rodillas desnudas, toma la obligación.
Después del juramento se le dice: «¡Levántate! Compañero Aceptado del Oficio de la Franc-Masonería».
El signo de Compañero le es dado, el cual es el mismo que utilizan los especulativos, excepto que en el segundo signo la mano es mantenida en posición horizontal. La palabra dada es Bonai, que sirve para autenticar su Compañerazgo, y significa constructor.
Signo operativo del Segundo grado, donde a diferencia del signo especulativo, la mano es mantenida en posición horizontal.
La Historia Tradicional le es contada por el Primer Maestro. El Segundo Maestro le comunica el Antiguo Deber.
Entonces, el Tercer Maestro, dirigiéndose al candidato le dice: «La Historia Tradicional y los Antiguos Deberes que tan hábilmente le han sido entregados son la piedra fundacional, el comienzo, de la Venerable Sociedad de Franc-Masones, en todas partes del mundo, y en todas las épocas».
El nuevo «Compañero del Oficio de la Franc-Masonería » es investido con el mandil de Compañero y le son presentadas sus nuevas herramientas de trabajo, las cuales son la Plomada, el Nivel, la Escuadra, otra regla de borde recto, la Regla de 2 pies (24 pulgadas o 60.96 cm), y el Marco Perfecto (pefect Ashlar Square) que es un marco de madera con las esquinas superpuestas a modo del marco Oxford, cuya medida interior es la de un Codo Real egipcio, es decir, 21 ⅞ pulgs. O 55.56 cms.
El Marco Pefecto es un marco de madera cuyos lados del cuadrado interior tienen la longitud exacta del Codo Real egipcio, 21 ⅞ pulgs. ó 55.56 cms.
El candidato es ahora tanto un Hombre Libre como un Masón Libre (Franc-Masón), lo que en tiempos antiguos significaba que el hombre era dueño de sí mismo», y así se le reconocía, primeramente, en la ciudad o provincia en la cual había realizado su Aprendizaje.
Cuando el Compañero comenzaba su oficio en la Logia de Segundo grado, se le pedía comenzar, en la esquina noreste junto con los nuevos Compañeros, a trabajar en pulir y encuadrar a la perfección la piedra que había traído consigo como muestra de su trabajo.
Su trabajo era entonces enviado a inspección y supervisión. Si éste era satisfactorio, se le daba la palabra Giblim,(12) que significa «tallador de piedras cúbicas perfectas» o masón experto.
(12) Los Giblitas, o Giblîm, fueron los habitantes de la ciudad y el distrito de Gebal (la ciudad de Biblos para los griegos), en Fenicia, cerca del Monte Líbano, que pertenecía a los dominios del Rey de Tiro. La palabra fenicia «gibal», de la cual procede el plural «giblîm» significa masón aparejador. En 1 Reyes, 5:17-18, leemos: «Entonces el rey dio órdenes, y sacaron grandes piedras, piedras costosas, para echar los cimientos de la casa con piedras labradas. Y los constructores de Salomón, los constructores de Hiram y los giblitas cortaron y prepararon las maderas y las piedras para edificar la casa.» Los giblitas en el original hebreo están descritos como los «giblîm». Wilhelm Gesenius (en Hebrew and English Lexicon of the Old Testament, including the biblical Chaldee. Boston: Grocker y Brewster, 1836, p. 192) dice que los habitantes de Gebal «eran marine-ros y constructores» [Ez, 27:9], y sir William Drummond (en Origines: or, Remarks on the Origin of Several Empires, States and Cities, vol. III. London: A. J. Valpy, 1826. p. 192) comenta que “los Giblitas eran Maestros Masones, quienes dieron los acabados al Templo de Salomón”. [cfr. La nota 4 del capítulo XLVIII de Símbolos Fundamentales... de René Guénon].
Podrá verse que tanto esta palabra Giblim como la palabra Bonai, que es la palabra dada cuando se admite al Segundo grado, eran conocidas por Anderson, y son mencionadas en la página 12 del Libro de las Constituciones de 1738.
Junto con esta palabra adicional, o superior, Giblim, se le da también un signo adicional, del cual no hay registro en el ritual especulativo.
Tal signo es hecho con el brazo y la mano izquierdos, con el pulgar extendido, en posición perpendicular apuntando hacia arriba, y el brazo y mano derechos, igualmente con el pulgar extendido en la misma dirección, en posición horizontal. Así se representan tres de sus nuevas herramientas: la Escuadra por el ángulo de 90° formado por sus dos brazos, el brazo izquierdo levantado formando la Plomada, y el derecho extendido conformando el Nivel.
Signo de Pase del Segundo grado de Compañero al Tercer grado de Súper-Compañero, que otorgaban los operativos junto con la palabra Giblim.
Una vez que quedaba lista la pieza a ser examinada y que ésta era aprobada por el Inspector de Materiales, si ya se había cumplido el plazo de un año de permanencia en el grado de Compañero, se volvía uno candidato para ser avanzado al Tercer grado de Super Compañero. La siguiente forma debía ser llenada y pegada a la entrada de la Logia o cantera :
Solicitud al Super Intendente de los Trabajos
de la Venerable Sociedad de Masones Libres,
Masones Rústicos, Amuralladores, Pizarreros,
Pavimentadores, Yeseros y Ladrilleros.
Yo, _______________________, luego de haber servido bien y
verdaderamente como Compañero del Oficio de Masón Libre por
un año y siendo mayor de edad con veintidos años, ruego humilde-
mente ser avanzado al honorable grado de Super Compañero del Oficio de Masón Libre.
Prometo y juro, además, que si fuera admitido al Tercer grado
del Compañerismo, por siempre me conformaría a todos los an-
tiguos Usos y Costumbres establecidas de la Fraternidad como lo
han hecho todos los Super Compañeros en todas las edades.
Atestiguado por mis manos este día ________ de ________.
Firma ________________.
Testigo _______________________.
Certificación de caracter _______________________.
Firma _________________________.
Super Intendente de los Trabajos.
Aprobado.
Firma _________________________.
Gran Maestro Masón del vii°
Inscrito.
Firma _________________________.
Secretario
Formulario C
VI. Los Super Compañeros
del Tercer y Cuarto grados
La palabra Giblim, y el signo descrito en la sección anterior, con el brazo izquierdo levantado de forma perpendicular al eje del cuerpo y el derecho en posición horizontal, son la Palabra y Signo de Pase que conducen del Segundo al Tercer grado; mientras que la Piedra perfectamente labrada que el candidato a fabricado por sí mismo, es la prueba de su avance al Tercer grado de Super Compañero.
El Tercer grado operativo y la primera parte del moderno grado especulativo de la Marca —que se corresponden con el antiguo grado especulativo de Hombre de la Marca (Mark Man)— son muy similares al grado especulativo de Masón de la Marca (Mark Mason), mismos que se encontrarían muy cómodos realizando el trabajo operativo.
La Palabra y el Signo de los Súper Compañeros operativos son los mismos que los del grado especulativo de la Marca.
El ritual especulativo del grado de la Marca ya se ha impreso en su totalidad, por lo que no considero necesario repetirlo por completo, sin embargo diré que al Súper Compañero se le adjudica la marca que ha escogido, y se le encomienda producir «un trabajo mejor y más encuadrado» («fare work and square»).
En este grado el candidato completa tres vueltas alrededor de la Logia, y entonces toma su obligación sobre la Piedra Pulida con ambas rodillas desnudas.
El siguiente grado de los Franc-Masones operativos es el de Constructor, todavía un Súper Compañero, pero uno cualificado y capacitado para erguir y poner en posición en el sitio las piedras preparadas en las Logias de Primero, Segundo y Tercer grados, y tan sólo marcadas en la tercera de las Logias de la cantera. Éste es el Cuarto grado operativo.
Es muy similar a la segunda parte del moderno grado especulativo de Masón de la Marca, que se corresponde con el antiguo grado especulativo de Maestro de la Marca, y que nuevamente no hace falta describir por completo, pues existe impreso en su totalidad.
En la categoría de la Masonería de la Escuadra este grado trata de la Principal Piedra de Esquina (Chief Corner Stone) faltante, mientras que en la categoría de la Masonería del Arco trata de la Piedra Cimera del Arco la que ha perdido. El tema es el mismo en ambos casos, «La piedra que los constructores rechazaron se ha convertido en la Cabeza del Ángulo».
Entre los operativos son los negligentes Hombres de la Marca los que no quisieron marcar como bien terminado el trabajo por exceso de celo, y lo desecharon arrojándolo 30 codos, lo que era usual en los tiempos de la construcción del Templo del Rey Salomón.
En este Cuarto grado el candidato toma su obligación sobre una piedra perfectamente pulida, con sus dos rodillas desnudas, como antes, y se le conduce al rededor de la Logia en cuatro ocasiones.
La Palabra y el Signo son los mismos que en el grado especulativo de la Marca.
Todos los Franc-Masones operativos poseen estos dos grados de la Marca, sin embargo, hoy día, la Marca se ha visto alterada por aquellos que formularon el moderno ritual especulativo en 1717.
La mayoría de los operativos no iba más allá de este Cuarto grado, pues la obtención del Quinto grado de Súper Intendente requería un alto grado de especialización técnica.
VII. Los Súper Intendentes
del Quinto y Sexto grados
No existe un grado dentro de la masonería especulativa que se corresponda exactamente con este Quinto grado operativo de Súper Intendente, aunque el término es utilizado en el grado especulativo del Arco Real para los Grandes Regentes Provinciales, y para los Oficiales de una Gran Logia, entre la masonería simbólica especulativa, es decir, aquella que se ocupa de los tres primeros grados.
La ceremonia es, sin embargo, algo similar a la ceremonia de instalación e investidura de los oficiales en una Tenida de Instalación especulativa. Cada oficial es examinado en cuanto a su conocimiento técnico, toma el Juramento de Oficial, y es instalado en su silla. La Palabra de este grado es Menatzchim.
El siguiente grado operativo es el Sexto de Maestro Aprobado, que requiere un mayor conocimiento técnico que el anterior. Aquellos que lo reciben —y en cada Logia no debe haber más de 15— deben ser capaces de dirigir en plenitud la obra de construcción y tener un completo dominio de todas las materias de la profesión, por lo que se requiere un mucho mayor conocimiento técnico que el de un constructor promedio.
Debe ser capaz de trazar esquemas, dibujar planos, y tener completo domino de su cuadrilla de obreros. Un Maestro Aprobado de experiencia (Senior Passed Master) es en realidad un Maestro Delegado (Deputy Master) y su título masónico es Adoniram. Él es prácticamente un Intendente General y un Intendente de Obras, y es responsable del trabajo frente a los Tres Maestros de Séptimo grado. Su Palabra de grado es Harod, cuyo plural es Harodim. El Masón de Quinto grado realiza cinco vueltas alrededor de la Logia, y el Masón de Sexto grado seis.
VIII. Los Tres Maestros del Séptimo grado
El último y superior grado es el Séptimo que ostentan los Grandes Maestros, quien sólo son tres. Este grado se corresponde en alguna medida con los grados especulativos de Gran Maestro, Pro Gran Maestro, y Diputado Gran Maestro, o quizás más exactamente con los tres Maestros principales en el grado especulativo del Arco Real. Ellos representan al Rey Salomón de Israel, al Rey Hiram de Tiro y a Hiram Abí.
El cargo de los Grandes Maestros Primero y Segundo es vitalicio, o se mantiene hasta la jubilación. Cuando un Maestro es admitido en este grado da siete vueltas alrededor de la Logia. El Tercer Maestro es ritualmente asesinado cada 2 de octubre, y uno nuevo es elegido cada año.
Los secretos de los Tres Grandes Maestros son el Triángulo de proporciones 3, 4 y 5, el diseño de construcciones rectangulares bajo el Sistema de los Cinco Puntos, la Svástica, la Estrella Polar, y el método de Adoración del Altísimo, a quien se venera bajo su nombre hebreo de El Shaddai. Este nombre El Shaddai es la Palabra sagrada del Séptimo grado.
Los Tronos de los Tres Maestros se encuentran en Occidente, en estrados elevados por siete escalones, donde cada escalón representa una de las siete Ciencias Tradicionales: Gramática, Retórica, Lógica, Aritmética, Geometría, Música y Astronomía.
Estos secretos de los Maestros operativos los he desarrollado ya en otra parte, siendo mis palabras avaladas por su autoridad. Uno de los hechos más importantes acerca de los secretos de los Franc-Masones del Séptimo grado operativo, es la enseñanza sobre que la Estrella Polar es el asiento real del poder del Altísimo, y que la Svástica es el símbolo y emblema de la Estrella Polar. Ésta es una enseñanza esotérica que hace mucho tiempo se extinguió en Europa, y que ahora sólo puede encontrarse en India, China, Japón y el valle del Éufrates. Así que es ridículo pretender que exista un grupo de personas con estos conocimientos que haya surgido de la moderna sociedad de franc-masones que fue fundada en 1717 o por ahí.
IX. Ceremonias anuales: el Sanedrín
Los operativos realizan una ceremonia anual a la que cada masón está comprometido a atender si le es posible, tal como puede leerse en el artículo 23 del Deber para los Compañeros del Oficio de la Franc-Masonería, al cual ya hemos hecho referencia.
Tradicionalmente esta asamblea se basa en aquella celebrada por el Rey Salomón y de la cual se puede encontrar registro en 1 Reyes, 8:1-2.
Además de esta gran asamblea anual que la División de York celebraba usualmente el 30 de octubre, tenían otras tres grandes ceremonias anuales.
1) La Conmemoración de la Fundación del Templo del Rey Salomón, en abril.
2) La Conmemoración de la Muerte de Hiram Abí, el 2 de octubre.
3) La Conmemoración de la Dedicación del Templo, el 30 de octubre.
La tradición es que los Franc-Masones han celebrado estas conmemoraciones anuales desde la construcción del Templo del Rey Salomón, y que estas ceremonias están basadas en sus propias tradiciones, de las cuales sólo ha quedado constancia en la narración bíblica. Sin embargo cualquier participante podrá observar que hay mucho en ellas que no se describe en el relato bíblico aunque está en armonía con él.
En cada una de estas grandes ocasiones el Sanedrín es abierto antes de que la ceremonia comience.
Desviaré su atención al plano de una Logia de Sexto y Séptimo grados, donde notarán que los Tronos de los Tres Maestros se encuentran en Occidente, en estrados elevados por siete escalones, donde cada escalón representa una de las siete Ciencias Tradicionales: Gramática, Retórica, Lógica, Aritmética, Geometría, Música y Astronomía.
Adoniram, el Maestro Diputado se coloca justo en el medio del salón de la Logia de Sexto grado. Existen, además, tres pilares hexagonales en el salón de Logia. Uno enfrente del Rey Salomón en el Occidente, otro en el Noreste, y el tercero en el Sudeste. El de Occidente representa al Monte Moriah, el del Noreste el Monte Tabor, mientras que el del Sudeste representa el Monte Sinaí.
Plano de una Logia Operativa del V°, VI° y VII° grados.
Tres pilares también pueden ser encontrados en toda Logia especulativa, pero no situados en el mismo lugar; y dos de estos Montes son mencionados en las Grandes Logias especulativas. Me parece, desde la tradición masónica, que la existencia de tres pilares es algo mucho más lógico y completo que la mera existencia de dos.
En las todas las ocasiones ordinarias una Logia de Séptimo grado o de Grandes Maestros es abierta por los tres en privado; y una de Sexto grado o de Maestros Aprobados es abierta de la misma forma; luego, la puerta, reja o cortina entre estas dos salas de Logia es abierta y el trabajo continúa. Pero en una asamblea anual, o en ocasión de la celebración de una de las tres grandes conmemoraciones, el Sanedrín debe ser abierto por estos dos grados juntos y simultáneamente.
Como en el Sanedrín no hay un Guardián presente como tal, el Rey Salomón ocupa el asiento central del Trono de los Maestros, con el Rey Hiram de Tiro a su mano derecha, e Hiram Abí a su izquierda. El Primer Maestro pregunta al Segundo y al Tercero si están de acuerdo con la apertura del Sanedrín; en conformidad todos los miembros del Sexto grado deben probar serlo formándose en tercias y pronunciando la palabra “San-he-drim” dando cada uno una sílaba por vez. Es en este Sanedrín en la Conmemoración de la Fundación del Templo en abril que el Primer Maestro dice, citando el pasaje de 1 Reyes, 5:3-5, «Tú sabes que mi padre David no pudo edificar una casa al nombre del señor su Dios a causa de las guerras en que se vio envuelto, hasta que el señor puso a sus enemigos bajo las plantas de sus pies. Mas ahora el señor mi Dios me ha dado paz por todas partes; no hay adversario ni calamidad. Y he aquí, pienso edificar una casa al nombre del señor mi Dios, como el señor habló a mi padre David, diciendo: “Tu hijo, a quien pondré sobre el trono en tu lugar, él edificará la casa a mi nombre.”» Entonces impone una leva a todos los hombres, tal como en 1 Reyes, 5:13, «El rey Salomón impuso una leva a todo Israel, y la leva fue de treinta mil hombres», y entonces conforme se describe en 1 Reyes, 6:7, «La casa, mientras se edificaba, se construía de piedras preparadas en la cantera; y no se oyó ni martillo ni hacha ni ningún instrumento de hierro en la casa mientras la construían.» Lo que implica que las diferentes partes debían marcarse exhaustivamente. Entonces los Masones de VI° tienen que trazar los planos y hacer todas las disposiciones para el comienzo de la obra. A esto le sigue la ceremonia del establecimiento y construcción del Templo.
Para la ceremonia de la Conmemoración de la Dedicación el mismo proceso de apertura del Sanedrín es realizado. En esta ceremonia el ocupante de la silla en el Sudeste actúa como Capellán, y representa a Jachim, y se dice que ocupa el puesto del Monte Sinaí. El ocupante de la silla Nordeste representa a Boaz, y ocupa el lugar del Monte Tabor. Los pilares hexagonales en frente de ellos, conforme miran a Occidente, llevan los mismos nombres que los ocupantes de las sillas, lo cual, aseguran los operativos, está confirmado por el relato bíblico de 1 Reyes, 7:21, si se entiende que el Rey Salomón ocupa el Occidente y mira hacia el Este, «Erigió, pues, las columnas en el pórtico de la nave; erigió la columna derecha y la llamó Jaquín, y erigió la columna izquierda y la llamó Boaz.»
El Gran Maestro Diputado cuyo asiento está a los pies de los Tres Grandes Maestros, ofrece un cordón azul al Rey Salomón que éste ata al pilar de enfrente después de enrollarlo en él, y lo envía hasta Boaz, quien a su vez lo ata al pilar frente a él, tras lo cual el cordón es llevado de Boaz a Jachim, quien a su vez lo ata al pilar de enfrente y lo envía de vuelta al Rey Salomón. Tres personas diferentes miden los ángulos, y estos, cuando son entregados al Primer Maestro, actuando como Rey Salomón, deben sumar 180 grados; si no, la ceremonia debe ser repetida. Este cordón azul representa la línea de comunicación entre los Tres Grandes Montes o Lugares Elevados, Moriah, Tabor y Sinaí.
Los operativos explican también que el Primer Maestro representa al Rey, y que como Jachim era el Sumo Sacerdote durante la Dedicación, representa a la Iglesia, y que Boaz, el fundador de la Casa de David, representa el Estado; así que los tres poderes: el Rey, la Iglesia y el Estado estaban por completo representados, y estaban unidos simbólicamente por el cordón azul.
Hacia el término de la Ceremonia de Dedicación el Primer Maestro acude hasta los pilares en el Oriente, y parándose frente a ellos, apunta al de su derecha con su mano diestra y dice «a éste a mi lado derecho le nombro Jachim», y apuntando con su mano izquierda al del otro lado dice igualmente «a éste a mi lado izquierdo le nombro Boaz». El Gremio de los Orfebres, que también estaba representado, fija entonces una placa de oro a cada pilar la cual lleva inscrito su nombre, y el Primer Maestro en representación del Rey Salomón fija la última de ellas. Estas placas son fijadas a las bases de los pilares por su lado oriental, para que así quien ingresara al Templo pudiera ver su nombre conforme se acercara. El Primer Maestro eleva su vista al cielo y dirigiéndose a El Shaddai dice: «He completado el trabajo que mi padre me ha encomendado». La Gran Salutación es hecha a El Shaddai siete veces, después sigue una pausa, tras la cual se hace nuevamente por siete veces más, y después de una pausa final, se continúa por otras siete veces. El Primer Maestro bendice entonces a la congregación, quien se levanta para recibir la bendición como puede leerse en 1 Reyes, 8:14: «Después el rey se volvió y bendijo a toda la asamblea de Israel, mientras toda la asamblea de Israel estaba de pie».
Al final, el signo especial del Triángulo es hecho. El cual se hace juntando la punta de los pulgares, manteniéndolos en la misma línea horizontal y luego uniendo las puntas de los dedos índices; y tratando de sostener, tanto como fuere posible, un triángulo equilátero, llevando las manos delante de la cara para que los dos ojos puedan mirar a través del triángulo así formado. La palabra JAH es pronunciada, y el signo de dispersión es hecho: «Os podéis retirar, el trabajo está concluido». Entonces, el Sanedrín es cerrado e inmediatamente después, los trabajos de las Logias de Sexto y Séptimo grado también lo son, lo que finaliza la ceremonia.
X. Conclusión
Algunos autores han planteado, erróneamente, que la Franc-Masonería operativa y su Ritual se han derivado de la Franc-Masonería especulativa; y no, como se plantea en este trabajo, que la Sociedad Operativa y su Ritual son el origen de la Franc-Masonería especulativa.
Con todo lo dicho, no se requerirá de un gran esfuerzo para comprender que tal idea es una deducción nada creíble. El Ritual operativo está basado, al igual que sus ceremonias, signos y palabras, en las herramientas, prácticas y costumbres del oficio operativo de la construcción.
Casi todas las Enseñanzas Especulativas pueden ser rastreadas hasta las Ceremonias Operativas, pero existen muchas Enseñanzas Operativas que no tienen correspondencia alguna entre las Ceremonias Especulativas.
La explicación de muchas de las Ceremonias Especulativas se encuentra en el Ritual Operativo, pero no al revés. Por ejemplo, la obligación del Primer grado, en su versión Operativa, contiene todos los elementos de la fórmula Especulativa y algunos otros más, que le dan mayor significado y fuerza. Me parece que esto bastaría para interrumpir todo debate sobre cuál de los dos juramentos es más antiguo y original.
Todos los signos y palabras de los Operativos están conectados con el oficio de la construcción, pero algunos signos y palabras ajenos se han añadidos al Ritual especulativo, como es el caso de la Palabra de Pase especulativa entre el Segundo y Tercer grados, que en realidad pertenece al
Gremio de los Herreros. En cambio, entre los operativos, el signo Giblim de los expertos obreros del Segundo grado, y los signos y secretos del Séptimo, están específicamente basados en cuestiones prácticas del Gremio de los Constructores. Así mismo, las Ceremonias Operativas se basan en hechos concretos y reales, mientras que las Ceremonias Especulativas son meramente simbólicas y abstractas, haciendo alusión a cosas ideales. Lo real antecede a lo simbólico, pues lo simbólico se basa en lo real y lo significa; y lo concreto debe existir antes que cualquier cosa abstracta se formule sobre ello. Lo real antecede a lo ideal, sobre lo cual se construye.
Para cualquiera que compare ambos Rituales, no debe quedar duda de cuál de ambos es el más antiguo y original, dejando a un lado el tema de cuál es la tradición y el sistema más antiguo, el Ritual Operativo utiliza formas ceremoniales exactamente iguales a las utilizadas en el siglo XVII, es decir, al menos, cincuenta años antes de la fundación de la Franc-Masonería especulativa en 1717.
Seguramente que cualquier hermano que desconociera, o dudara, sobre el hecho de que el Sistema especulativo está irrefutablemente basado en la Franc-Masonería Operativa, con la cual guarda muchas semejanzas, estará ahora convencido.
Findel, el gran escritor alemán, en The History of Fremasonry, publicado en 1866, ya entonces compartía mis conclusiones:
«Habiéndose originado en la Fraternidad Operativa de Masones, la Orden ha tomado prestados sus emblemas y símbolos de las Corporaciones de Constructores, para así impartir a sus miembros verdades morales y las reglas del Arte Real.»
Y más tarde, sobre el incremento de los elementos especulativos:
«Entonces fue cuando lo que hoy entendemos como Franc-Masonería vino a la existencia, reteniendo el espíritu de la antigua Hermandad, sus leyes fundamentales, y sus costumbres tradicionales; pero estuvieron de acuerdo en relegar todo lo relacionado con la Arquitectura y la Masonería Operativa por considerarlo tan sólo relativo al oficio de la construcción. Las expresiones técnicas, que fueron excelentemente adaptadas a la construcción simbólica del Templo, se mantuvieron, pero tan sólo figurativamente, sin mayor significado. »
En resumen, debo expresar mi gratitud a la Venerable Sociedad Operativa de Masones Libres de la División de York, y en especial al Ven.: Hno.: C. E. Stretton, por su paciente instrucción en el trabajo técnico y ritual de sus ceremonias. También debo gratamente atestiguar su fraternal actitud de compartir el conocimiento, ya que me ha permitido publicar algunos de sus métodos y secretos.
Personalmente, debo rechazar y deplorar ampliamente el hecho de que el sindicalismo y las modernas condiciones comerciales hayan causado el decaimiento, y hayan amenazado la existencia, de una Sociedad tan antigua y operacional; pero me siento muy agradecido por el hecho de que se me haya elegido como el medio para dar a conocer más ampliamente su existencia y situación actuales.
Posiblemente el Gremio Operativo de Franc-Masones, que ha continuado decayendo hasta el presente, pueda llegar a la extinción y el aniquilamiento, pero su historia vivirá por siempre, y su memoria será siempre perpetuada por sus sucesores, los Franc-Masones Especulativos, cuyo nombre completo es el de «La Antigua Fraternidad de Libres y Aceptados Masones».
Bibliografía:
Hernández Ríos, Luis Alejandro y Martines del Duero, Teófilo. El antiguo sistema de Francmasonería Operativa, según los registros de la División de York. Atsiluth Ediciones, México, D.F., 2010, pp. 271.)
Fin
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