sábado, 18 de octubre de 2014

25 Características que puedes Encontrar en Aquellos que están Despertando
powerentusmanos

No tengo la menor duda de que la Tierra está evolucionando espiritualmente. Las personas están experimentando intensos cambios en sus vidas, en sus trabajos, en sus relaciones personales. Muchos están despertando a un ritmo que solo puede ser descrito como excepcional pero, ¿cómo sabemos si realmente estamos despertando?

Aquí les mostramos 25 características comunes que puede encontrar en sí mismo y en los demás.

1: En ocasiones los lugares públicos, con la gente nerviosa y abrumada, nos sienta realmente mal. Intentamos huir a sitios donde podamos encontrarnos más solitarios. Eso es debido a que la influencia social amortigua nuestra fuerza y sabiduría innatas.

2: Empezamos a sentirnos con una conciencia de unidad. Estamos unidos a todo.

3: Nosotros sabemos cosas sin entenderlas intelectualmente y en ocasiones nuestros sueños se vuelven precognitivos para alcanzar finalmente esa precognición en nuestros pensamientos conscientes.

4: Reconocemos nuestra imperfección y lo hermoso que es esa imperfección en nuestro ser. Gracias a ello somos únicos y dejamos de formar parte del rebaño de roles impuestos.

5: Cada vez vemos menos la televisión y los medios de la corriente principal, incluyendo periódicos y algunas películas de Hollywood desagradables.

6: Poco a poco dejamos de tener apego a nuestras cosas materiales y empezamos a querernos a nosotros mismos.

7: Empezamos a reconocer ciertas señales que nos dan la clave de la verdad que nos ocultan.

8: Nos volvemos más empáticos de lo normal e incluso algunas enfermedades las cogemos por empatía con algunas personas. Este problema puede solucionarse conectándonos a la Tierra emocionalmente, como por ejemplo andando descalzo, sobre un césped. De este modo fortalecemos los chakras.

9: Dejamos de odiar a las personas que son muy Matrix y empezamos a sentir compasión por ellos.

10: No sentimos la necesidad de despertar a cada persona que vemos. Descubres que eres un misionero.

11: Aprendemos a defendernos de los vampiros energéticos que curiosamente vienen a nosotros como la luz atrae a los insectos. Así que tenemos que ser más vigilantes con nosotros mismos.

12: Nos volvemos curanderos de nosotros mismos utilizando las antiguas tradiciones de sanación, alimentos naturales, hierbas o medicina holística en sus diversas formas.

13: Empiezas a padecer el Efecto Copérnico, que al igual que todo el mundo decía que estaba equivocado, él estaba convencido de que estaba en lo cierto, como así fue.

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14: Nos volvemos más creativos: cantamos, pintamos, escribimos… Nuestra imaginación se agudiza.

15: Aceptamos las experiencias buenas y malas y aprendemos de ellas.

16: Descubrimos que la energía del amor está en todas partes, lo impregna todo y es infinita.

17: Necesitamos más soledad que la media de las personas.

18: Podríamos aburrirnos con facilidad, pero nos volvemos realmente buenos en entretenernos a nosotros mismos.

19: Cada vez nos cuesta más hacer las cosas que no queremos hacer.iluminacion

20: Nos obsesiona encontrar la verdad y la luz.

21: Empezamos a elevar nuestra conciencia y perdemos ciertos miedos que antes nos parecían normales.

22: Perdemos la percepción del tiempo. En ocasiones, un día lo sentimos como un minuto y una semana como un día.

23: Aborrecemos la rutina.

24: Solemos estar en desacuerdo con la autoridad (por razones obvias). Algunas personas lo llaman la anarquía o la rebelión.

25: Estamos a gusto con las personas amables e intentamos alejarnos o estar poco tiempo con los egoístas y groseros así como las personas que están obsesionadas con ellas mismas, personas que son insensibles a los sentimientos o puntos de vista de otras personas.

Artículo de: Josh Richardson

Masones Hispanos en New York se reunen para constituir Logia Femenina

Masones de la Lengua Española New York
Masones Hispanos en New York se reunen para constituir  Logia Femenina


El viernes 17 de octubre del 2014 El R:.H:. Victor salazar se reunio en Mahattan en la 42 y la 7av. con los Q:.H:. convocados a una tenida administrativa de Masones . Para conformar una logia mixta o femenina en New York. la cual se puso en consideracion el nombre de la Logia para la siguiente tenida.
Los convocados fueron El R:.H:. German E.Cerda 32° quien se unira al Triangulo Masonico Caballeros Racionales Constituida en New Jersey y New York.
V:.M;. Juan orrego 33 Gran Logia Hispana de Norte America

la formacion de la Logia Fenemina estaria Constituida por los Q:.H:.
Q:.H:.Sandra Mesones ,
Q:.H:.Rebecca Bullon ,
Q:.H:.Laura Estela,
Q:.H:. Beatriz Salazar ,
Maritza Castellanos
Blanca S. Cordova.
El R:.H:. Victor Salazar manifesto que en conversaciones con algunas Grandes Logias todos confirmaron su apoyo incondicional en esta gran iniciativa en bien general de la orden.
Masones de la Lengua española New York.
GRAN LOGIA DEL CENTRO DEL PERU DISTINGUE A ESCRITOR MASONICO M:.R:.H:. JAVIER AGÜERO VEGA



M:.R:.H:. JAVIER AGUERO VEGA

El M:.R:.H:. Abel Rodrigo Vega Vega, Gran Maestro de la Gran Logia del Centro del Perú, 2011-2014,en mérito al Decreto N° 040-8-2011-GLC-Perú, del 3 de Noviembre del 2011, ha concedido la calidad de Miembro Honorario al M:.R:.H:. Javier Agüero Vega, Past Gran Maestro y Gran Canciller de la Gran Logia Mixta de San Juan, en mérito a su trayectoria de escritor masónico que viene desempeñando una excelente labor en bien general de la Orden,y en particular de la masonería peruana,con la incesante búsqueda de la verdad, en especial, sobre los lamentables sucesos que dividieron a la masonería del Perú, tal cual puede apreciarse en su ya famoso libro LA DÉCADA DECADENTE.
Fue en la ceremonia de Instalación del Gran Maestro celebrada el pasado sábado 19 de Noviembre en la ciudad de Huancayo, cuando el nuevo Gran Maestro, M:.R:.H:. Abel Rodrigo Vega Vega, entregó el diploma correspondiente al reconocido escritor peruano, autor también de los afamados títulos “Cámara de Reflexiones” y “Entre Columnas” los mismos que desde 1980 vienen siendo manuales obligatorios de instrucción masónica. Igualmente le fue impuesto al M:.R:.H:. Javier Agüero Vega, el distintivo correspondiente en su calidad de Miembro Honorario de la Gran Logia del Centro del Perú-GLOCENPERU.
Al hacer uso de la palabra El M:.R:.H:. Javier Aguero, tanto en el templo como en la continuación de los trabajos, señaló con precisión que aquellos equivocados hermanos que pretenden irrogarse el falso privilegio de ser los únicos regulares en el país, son precisamente los ÚNICOS IRREGULARES al haber renunciado el 5 de Mayo de 1998 a la herencia, no muy prístina de la Gran Logia del Perú, al haber aceptado como “curador,” -cargo inexistente en la jurisprudencia masónica mundial-, a un profano con mandil elegido por tres grandes irradiados y nombrado por un juez profano.
Más allá de los gustos o preferencias, es un hecho que el último Gran Maestro de la Gran Logia del Perú debidamente elegido y regularmente instalado es el M:.R:.H:. Arturo Rivera del Piélago, quien detenta aún el Gran Mallete Regulador.



Publicación para Fenix por Edmundo Alosilla
GRAN LOGIA SOBERNANA UMSOI DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA: Cuadro lógico periodo 2014-2015

GRAN-LOGIA-SOBERANA-UMSOI-DE-LA-REPUBLICA-DE-COLOMBIA


GRAN-LOGIA-SOBERANA-UMSOI-DE-LA-REPUBLICA-DE-COLOMBIA

Or.: de Medellín, Octubre 11 de 2014 e.: v.:

ASAMBLEA DE LA GRAN LOGIA SOBERNANA UMSOI DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA Cuadro lógico periodo 2014-2015 e.: v.:

MRGM :. Luis Cayon

DGM:. Hugo Guarín

G PV:. Jaime Ocampo

G SV:. Carlos Montaña

G ORD:. Harold Londoño

G Secre:. Edwin Manjarrez

G M.: de C:. Carlos Londoño

G TES:. Eduin Ojeda

G HOSP:. Elkin Hamburger

G G.: T.: Int.: Ernesto Guttmann

G P:. Est:. Luis Prieto



GABINETE DE LA GRAN MAESTRÍA PERIODO 2014 – 2015 E.: V.:

MRGM.: Honorario: Hernando López

Gran Canciller .: Fabio Torrijos

Secretario del Poder Ejecutivo.: Saúl Beleño

Ecónomo:. John Porras
FRANCIA: CONFERENCIA PUBLICA DEL GODF

GODF2

Esta conferencia se celebrará en sábado, 25 de octubre de 2014 a 17:00 en 2, rue Thiers, 59000 Lille Il unos años – en cuanto al antisemitismo – cree el pasado anti-albañilería. Sin embargo, recientemente, los discursos de odio en contra de la francmasonería reaparecieron en la internet y redes sociales. Actos de vandalismo contra los templos masónicos han proliferado. El objeto de esta serie de conferencias es analizar la génesis y los componentes de la defensa contra el discurso de la masonería y la naturaleza de su resurgimiento actual.

¿I. contra la masonería en el siglo XVIII, nacimiento de un mito moderno: la conspiración de los masones por Daniel MORFOUACE profesor de filosofía en la escuela de enseñanza y Educación de la Universidad de Artois, dirigió el trabajo colectivo cambio la República? Cambio de la República. y contribuyó al diccionario de la laicidad.

II. la anti-masonería antirepublican, del siglo XIX las persecuciones de Vichy por Yves HIVERT – profesor honorario MATHUR y doctor en historia. Su obra, en la encrucijada de la historia y sociología, incluyen el protestantismo (siglos XIX-XX) y la masonería francesa.

III. la masonería contemporánea contra: resurgimiento y mutaciones por periodista Jiri PRAGMAN, fundó el Blog masónico “shabablek.com” y ha publicado “el Internet es masónico?” y “Anti-masonería actual”. Colaboró en la revista de masonería y es por iniciativa de masónico, el día del libro masónico en Bruselas


Del “Esoterismo” a la iniciación humanista
Foto de Juan Avila.

“El Hombre es ese animal loco cuya locura ha inventado la razón”.
(Castoriadis)
Respecto al pensamiento contemporáneo, el paso del tiempo parece haber arruinado la consideración que disfrutaba antes el concepto de “esoterismo”. En efecto, excepto para designar el ambiente interno y las tradiciones reservadas a los miembros de una cofradía, el esoterismo aparece hoy como una especie de jungla inextricable e indeterminada donde se funden y se reencuentran las innumerables elucubraciones irracionales, es decir antirracionales, que animan a las sectas.
A la llamada del término “esoterismo” en Internet, miles de artículos exponen las propuestas más insólitas para atraer nuevos clientes entre las personas que tienen un sentido crítico debilitado, es decir inexistente, o que buscan subconscientemente un “director de conciencia” o un “gurú”.
Pero sea cual sea el camino del acercamiento, al abordar las orillas del “esoterismo” así entendido, se penetra inevitablemente en la nebulosa de las sectas mercantiles o psicóticas o en su amalgama.
Estas sectas invierten el inmenso dominio de la creencia transformándolo en una feria mundial de la credulidad en la que los camelos de la ilusión defienden sentenciosamente mezclas “espirituales” tan dudosas como ostentosas.
Las falsas promesas de este “esoterismo” constituyen actualmente el tejido de la relación interactiva entre el fenómeno sectario y sus víctimas.
Para un espíritu libre y crítico, el término “esoterismo” recubre el conjunto heteróclito de creencias extravagantes y de estafas desvergonzadas que se reclaman vinculadas con la irracionalidad.
Ahora bien, la Francmasonería liberal y evolutiva se ha comprometido y se compromete cada vez más con su ideal humanista. Se ha alejado hasta tal punto de sus teorías y significados originales que el calificativo de “esotérico” se ha convertido, para ella, en una definición inadaptada. Los “esoterismos” y sus pseudo espiritualidades engañan el ojo, son antitéticas con la vocación ética de la francmasonería evolutiva actual y sobretodo del futuro.
De todas formas, en la actualidad los adultos toman por secretos de polichinela los pretendidos “misterios” de los que, invariablemente, se propone la revelación a todo eventual interesado. Pero hay que tener la madurez psíquica del adulto, lo que es menos normal de lo que se cree.
Por otro lado, el componente elitista del “esoterismo” es contrario al concepto democrático del saber, ya que reserva sus pretendidas “enseñanzas” a unos discípulos elegidos según los criterios y la buena voluntad de los “maestros del
pensamiento”. Ahora bien, están lejos los tiempos en los que los libros sagrados –con cierres excepcionalmente abiertos- se exhibían solemnemente, de lejos, ante la masa popular mantenida en la ignorancia y la tutela…
“Cuando en 1637, al comienzo del “Discurso sobre el método” Descartes afirma que el sentido común es “la cosa mejor repartida del mundo”, toma posición a favor de una ciencia que deja atrás la amplia herencia magico-astrológica del pensamiento antiguo y medieval, vinculado con la diferenciación entre profanos e iniciados” (Jean Paul Thomas en “Le Monde” 6-VIII-99).
Se puede constatar que existe actualmente una iniciación humanista abierta a todas las personas honesta, que deseen sinceramente aproximarse a la sabiduría y mantener su filantropía, mientras que las iniciaciones “esotéricas” continúan buscando, con sus promesas elitistas, a aquellos que desearían diferenciarse de todos los otros gracias a la adquisición privilegiada de pretendidos “secretos”.
Las doctrinas “esotéricas”, marcadas por sus connotaciones político-elitistas, correspondían todavía no hace mucho tiempo, a las reminiscencias de una sociedad aristocrática cuyos fundamentos y estructuras serían consideradas sin embargo caducas. Ahora bien, actualmente, todo lo que separa a los seres humanos en categorías exclusivas es contrario a los criterios de una francmasonería que se ha convertido en democrática.
Por otro lado, el complejo de las doctrinas “esotéricas” se rodea voluntariamente del dogma retrógrado y obscurantista que -a semejanza del “conocimiento primordial”, tan querido por René Guénon- confiere más valor a las enseñanzas del pasado que a los descubrimientos más recientes.
Los mitos de una “Edad de Oro” en el pasado, de la búsqueda en el presente de una misteriosa “Palabra perdida”, y las “Profecías” milenaristas que anunciaban para un futuro inminente todo tipo de cataclismos apocalípticos y la forma de salvarse de ellos –se proponen como grandes cebos del “esoterismo” y están reservados únicamente a los fieles adeptos, mientras que los objetores se encontrarían entre las condenas del “infierno”…
El argot esotérico-ocultista atrae a un publico especialmente sensible a las sugerencias del vocabulario fetiche de lo irracional, en el que florecen: los “horóscopos” y “temas astrales”, los “destinos”, las “reencarnaciones” concedidas según las fantasías más extravagantes, el “magnetismo”, los “dones de videncia”, o ”curaciones por imposición de manos” tan charlatanescas como megalomaniacas…
Los “esoterismos” no dejan de desembocar en todo tipo de “poderes ocultos” casi mágicos.
Así ocurre con las “aptitudes adivinatorias”, los “hechizos y los hechizos liberatorios”, las “curaciones” sobrenaturales, de una pretendida maestría de pretendidas “ondas positivas” y “ondas negativas”… y otras “mesas giratorias” que hacen girar las cabezas y desviarse el espíritu…
Pero, ¿qué tiene la iniciación humanista de la francmasonería en común con todo este embrollo del que es el antinomio?
La francmasonería liberal, que se considera garante del respeto y de la libertad del espíritu humano y, en consecuencia, garante de la honestidad intelectual contra la vergonzosa estafa –debe reclamar su reprobación ante la explotación de una clientela mistificada por todo tipo de imposturas pseudo culturales.
¿Por qué toda la literatura que trata de la francmasonería ha sido confinada sistemáticamente a la estantería del “Esoterismo” de todas las bibliotecas y librerías?
¿Acaso porque algunos escritos masónicos, a pesar de la evolución del pensamiento en el tiempo, continúan deletreando el alfabeto de los siglos precedentes? Entonces, ¿por qué no clasificamos igualmente las publicaciones de los químicos actuales entre las de los alquimistas de la Edad Media?
Para un buen número de observadores exteriores, la imagen de la francmasonería está todavía marcada por la historia de su filiación iniciática cuyas connotaciones esotéricas evocan los “misterios” antiguos y las iniciaciones elitistas.
En efecto, desde sus inicios modernos, en 1717, la francmasonería ha evolucionado en tres fases influenciadas cada una por el contexto sociocultural de la época:
En el siglo XVII la masonería fue religiosa y culta,
– en el siglo XIX fue netamente esotérico-ocultista,
– y durante el siglo XX se ha transformado cada vez más rápidamente en su estado actual de Orden filosófica y humanista.
Estas tres fases se han superpuesto progresivamente sin sustituir completamente una a la otra. Esta es la razón por la que las encontramos todavía frecuentemente unidas, estrechamente entremezcladas a pesar de sus contradicciones. Porque el humanismo que nos une es más fuerte que las ideologías que podrían separarnos.
Sin embargo, a fuerza de exaltar la libertad de elección, una corriente espiritual corre el riesgo de desvirtuar su identidad. Es por eso por lo que la masonería termina rompiéndose en un polvo de grupúsculos en busca de definiciones más exactas para unos o para otros…
En la actualidad, los ideales, para ser válidos y atractivos, deben definirse claramente. El oportunismo está mal visto y no se puede ya reagrupar, a cualquier precio, unos sistemas de pensamiento y sus contrarios con el único fin de permanecer nominalmente presente en todos los casos.
Parece claramente que la corriente masónica moderna no se satisface ya solamente portando insignias para conservadores de un Museo de las tradiciones esotéricas.
Las fábulas pseudo históricas del Caballero de Ramsay –declarando filiaciones míticas de la masonería con la orden desaparecida de los Templarios y otros grupos de caballeros de las cruzadas- se han hecho obsoletas y espiritualmente antinómicas en relación con la iniciación humanista que no se confunde ya con la cristianización. Y los títulos recargados e hiperbólicos, los decorados tradicionales, las espadas y otros símbolos de muerte al estilo antiguo, son solamente evocaciones históricas de la revolucionada época en la que una “nobleza” elitista se apoyaba en las armas, se autoproclamaba como valor hereditario.
Ahora bien, la francmasonería moderna es, ante todo, una corriente de reflexión ética y pragmática sobre los problemas planteados a la humanidad actual.
Así podemos considerar que las logias liberales se encuentran en un cruce de caminos: o bien que su maravillosa masonería se disuelva en reflejos lúdicos, mistificaciones, imposturas y engaños sectarios, o bien optan por la difícil vía de la rectitud y la autenticidad de la iniciación humanista.
LOS NUEVOS HORIZONTES DE LA ÉTICA
ÉTICA DEL SER VIVO
(Introducción del XIV Coloquio de Ferrette 1997)
Con la ética del ser vivo, tocamos un dato esencial de la problemática sin precedente y casi vital planteada a nuestra generación.
Hans Jonás, escribió en “Le Principe Responsabilité”:
“Vivimos en una situación apocalíptica, es decir en la inminencia de una catástrofe universal, en el caso en el que dejáramos que las cosas actuales siguieran su curso”.
Edgar Morin desarrolló brillantemente este tema durante el Coloquio de Ferrette 1994 sobre “Tierra-Patria” y acaba de citar, en el curso de las “Conversaciones del siglo XXI” de la UNESCO, una idea magistral de Hölderlin:
“Cuando el peligro crece, crece lo que salva”.
Nadie puede tener la pretensión de realizar por si solo un estudio sobre la Ética del Ser Vivo. Por eso es especialmente interesante consultar, entre otras, la obra de Lucien Sève: “Pour une critique de la raison bioéthique” (Ed. Odile Jacob, 1994).
El interés de una ética del ser vivo depende de la respuesta a dos cuestiones previas:
1) ¿Debe perdurar necesariamente la humanidad?
2) ¿Debemos preocuparnos de su continuación mucho más allá de nuestra propia existencia e incluso al precio de un ataque contra nuestra calidad de vida?
Sobre este tema, Hans Jonás escribe:
“Por sí mismo, nada de lo que no existe (todavía) tiene derecho a la existencia y a la reivindicación de que le ayudemos para llegar a existir”.
El paleontólogo americano Stephen Jay Gould piensa que “la consciencia quizás no se desarrolle más en ninguna especie durante los cinco mil millones de años de vida que le quedan a la Tierra antes de la explosión del Sol”. Esta suposición podría constituir, por sí misma, una motivación suficiente para preservar -hasta donde se pueda, en el infinito del espacio-tiempo- el accidente cósmico representado por la humanidad.
Pero, ¿qué clase de humanidad deseamos?
¿Cuáles son los criterios morales o éticos que permiten distinguir lo que es bueno para el género humano de lo que es -o podría llegar a ser- nefasto para él? Considerando además que, debido a los múltiples factores de cambio, el futuro se presenta como un enredo inextricable o casi impredecible. Y sepuede constatar -mejor todavía que en el pasado- hasta que punto las pequeñas causas pueden generar graves efectos…
¿Cómo cualificar lo que entendemos por “moral” y por “ética”? Se puede pensar como André Comte-Sponville que “la moral se refiere al Bien y al Mal considerados como valores absolutos o transcendentes; la ética a lo bueno y lo malo considerados como valores relativos ( a un individuo, a un grupo, a una sociedad) e inmanentes”.
Sin embargo, la novedad absoluta de los problemas planteados por la biología excluye -para la mayoría de ellos- una solución por la única referencia a unos textos antiguos venerados precisamente por su antigüedad.
En efecto, desde la emergencia del razonamiento lógico, la antigüedad de un documento no puede ya ser considerada como una garantía –a pesar de las innumerables traducciones, revisiones y readaptaciones de los textos antiguos a lo largo de los milenios.
Además, a pesar de sus apologías del respeto de la vida humana, las numerosas religiones que pretenden expresar las voluntades divinas nunca han logrado pasar de la palabra al acto. Por eso, para sacralizar realmente la vida humana, los religiosos debería haberse abstenido de proferir sus habituales amenazas de muerte contra sus adversarios o sus competidores; habrían debido obligarse también a luchar contra la pena de muerte, contra las atroces carnicerías por “infieles”, “brujas” y otras “herejías”… Habrían debido incluso rechazar el concepto antinómico de la “guerra santa”.
Pero por el contrario, y a pesar de las más vibrantes profesiones de fe de aquellos que se confiesan de esa fe, el hundimiento de la humanidad a las crueldades más atroces nunca ha sido criticado, sino todo lo contrario.
Al igual que la verdadera honestidad no reside en el temor al policía, igualmente los discursos más ditirámbicos sobre la fraternidad y el amor al prójimo no sustituyen a su práctica continuada en la vida corriente.
Saint-Exupery decía:
“Tu no puede permanecer sin cambios mientras el mundo cambia”.
La Luz Masónica


Si queremos aproximarnos al gran secreto, démonos cuenta que en último análisis todo no es sino vibración. Luz, calor, sonido, electricidad, magnetismo, todo se resuelve en ondas de mayor o menor amplitud; lo mismo sucede en el dominio más sutil del pensamiento, de la voluntad, de la imaginación y de la vida. Nada se pierde, nada se destruye, todo se vuelve a encontrar.
Estos principios, confirmados por la ciencia moderna en toda la extensión de sus constataciones, no nos interesan aquí sino en cuanto se aplican al pensamiento humano. Por sí mismo, y sin que se exprese de otro modo, éste se propaga, al decir de los iniciados, según el modo vibratorio que le es propio.
Una objetividad, independiente del cerebro y de su funcionamiento, correspondería, pues, a la luz intelectual, cuya conquista se persigue a través de toda la iniciación masónica. Lejos de ser el generador de esta luz, nuestro órgano pensante no es sino una especie de lámpara incandescente, que se ilumina desde que pasa la corriente necesaria. Se puede compararla también a un resonador que vibra bajo la acción de ondas particulares. Y tal es así, que el pensamiento no se le puede rebajar a una secreción elaborada pura y simplemente por algunas de nuestras células nerviosas cuyo papel es revelar el pensamiento, de hacérnoslo sensible; pero no de crearlo. Como en todas partes, la función es aquí la creadora del órgano. Nuestros lóbulos cerebrales no se han desenvuelto sino bajo la influencia de un dinamismo-pensamiento preexistente, que trataba de manifestarse en nosotros.
En otros términos, nuestra evolución, la del mundo y la de todos los seres, entra en el programa de la Grande Iniciación progresiva, cuyo Iniciador eterno toma el nombre de Logos en la doctrina platónica. Esta palabra griega que significa Palabra, Razón, Verbo, se refiere en realidad a la Luz intelectual increada, anterior a todas las cosas. No olvidemos a este respecto, que el Juramento Masónico se prestaba en otro tiempo sobre el Evangelio de San Juan, que principia como sigue:
“Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios; y el Verbo era Dios”.
“Él estaba al principio con Dios”. “Todas las cosas han sido hechas por él; nada de lo que ha
sido hecho, se ha hecho sin él”. “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”.
“Y la luz lució en las tinieblas; pero las tinieblas no la comprendieron”.
La naturaleza de este texto es para hacer reflexionar a los Iniciados. Diviniza a la Inteligencia, la que, aclarando gradualmente el caos, se comunica a los seres bajo forma de instinto primero, después de conciencia y de comprensión de más en más completa. La vida universal tiene el sentido de un inmenso trabajo constructivo, que no podría ejecutarse ciegamente. Si hay organización progresiva, y por tanto, coordinación, es que el discernimiento interviene, pero todos los constructores no están igualmente iluminados. Los hay que obedecen dócilmente a leyes de las cuales no tienen conciencia, mientras que otros han alcanzado un más o menos alto grado de iniciación, en la medida en que han sabido discernir el plan de la Grande Obra. Bajo este respecto, basta al Aprendiz estar firmemente decidido a instruirse en un arte del cual no posee todavía sino una vaga noción teórica. El Compañero se ejercita en la práctica, pero con vacilación, porque él tantea y se entrega a ensayos que no son todos felices. Para escapar a las incertidumbres del empirismo, es preciso que se eleve a la Maestría, a menos que se beneficie con la dirección de un Maestro plenamente iluminado.
Queda por penetrar el misterio de la Iluminación. Si ciertos hombres se muestran más clarividentes que otros y pueden así útilmente instruir y guiar a sus semejantes, ¿De dónde sacan la comprensión superior y la lucidez sorprendente de que dan prueba?. Nadie duda que estudios perseverantes, una larga experiencia y profundas meditaciones los preparen para su papel; pero, a fin de cuentas, su superioridad se basa sobre el afinamiento de sus facultades pensantes. Se han hecho más sensibles a las vibraciones de la luz iniciática, y de ahí su iniciación en los misterios no revelados aún al común de las inteligencias.
Es preciso ahora hacer remontar al Logos de Platón, a su Grande Arquitecto o Demiurgos, la luz que ilumina progresivamente al Iniciado. Más modestamente podemos detenernos en el que los Masones llaman su Maestro Hiram. Pero, ¿Cómo representarnos nosotros esta misteriosa entidad?. Lejos de ser un personaje, es una personificación. Pero, ¿De qué?. Del Pensamiento Iniciático, de este conjunto de ideas que sobreviven, aun cuando ningún cerebro sea ya capaz de vibrar bajo su influencia. Lo que es precioso no muere y subsiste como en estado latente, hasta el día en que se ofrecen posibilidades de manifestarse. Entonces Hiram resucita en la persona de cada nuevo Maestro.

viernes, 17 de octubre de 2014

Masones Hispanos en New York se reunen para constituir Logia Femenina




El viernes 17 de octubre del 2014 El R:.H:. Victor salazar se reunio en Mahattan en la 42 y la 7av. con los Q:.H:. convocados a una tenida administrativa de Masones . Para conformar una logia mixta o femenina en New York. la cual se puso en consideracion el nombre de la Logia para la siguiente tenida.
Los convocados fueron El R:.H:. German E.Cerda 32° quien se unira al Triangulo Masonico Caballeros Racionales   Constituida en New Jersey y New York.
V:.M;. Juan orrego 33 Gran Logia Hispana de Norte America

la formacion de la Logia Fenemina  estaria Constituida por los Q:.H:.
Q:.H:.Sandra Mesones ,
Q:.H:.Rebecca Bullon ,
Q:.H:.Laura Estela,
Q:.H:. Beatriz Salazar ,
          Maritza Castellanos
          Blanca S. Cordova.
El R:.H:. Victor Salazar manifesto que en conversaciones con algunas Grandes Logias todos confirmaron su apoyo incondicional en esta gran iniciativa en bien general de la orden.
Masones de la Lengua española New York.

GRANDE LOGE EGYPTIENNE REGULIERE DE FRANCE


GRANDE LOGE EGYPTIENNE REGULIERE DE FRANCE
R:.H:.Jean-Pierre Marty

jueves, 16 de octubre de 2014

La Masoneria en el Perú


A la vuelta de la esquina - La Masoneria en el Perú
Gran Logía del Perú
Fundada en 1882
Masones de la Lengua EspaÑola New York.
R:.H:. Victor Salazar
LA MASONERÍA JACOBITA

La Batalla de Culloden, por David Morier. El 16 de abril de 1746 tenía lugar la Batalla de Culloden,
en Escocia, la cual supondría el revés definitivo para las pretensiones jacobitas.


El final del Siglo XVII y comienzo del Siglo XVIII en Europa occidental quedó marcado para la historia por el éxodo de los hugonotes franceses hacia las naciones protestantes provocado por el Edicto de Nantes promulgado por Luis XIV en 1685 en Francia. Unos 200.000 protestantes se vieron obligados a emigrar so pena de acabar en galeras o en prisión. Sin embargo, esa misma época histórica vio otra diáspora a la que se suele prestar mucha menor atención, en parte por su menor envergadura (en torno a 25.000 expatriados) y quizá también por el hecho de que tenía un fuerte componente nobiliario. Se trata de la diáspora jacobita.



El Jacobismo fue esencialmente una reacción ante la discriminación sufrida en Escocia, Irlanda y el norte de Inglaterra por parte de católicos y, en menor parte, episcopalianos. El Jacobismo promovía la monarquía absoluta y hereditaria, con un rey coronado por la Gracia de Dios y únicamente responsable ante él. Además, el Jacobismo tenía un cierto tiente de obediencia pasiva ante la voluntad divina que emanaba de su interpretación de la Biblia. Realmente, la forma más sencilla de explicar el Jacobismo a un español -discúlpenme los amigos del otro lado del Atlántico que lean este blog- es evocar un movimiento español muy semejante: el Carlismo. De hecho, durante la Tercera Guerra Carlista, los jacobitas financiaron la compra de artillería para las tropas carlistas, e incluso durante la dictadura franquista era habitual que acudiesen gaiteros escoceses jacobitas a las celebraciones carlistas con el fin de compartir en fraternidad sus respectivos anacronismos históricos.


Sin embargo, había una diferencia importante entre la situación de los jacobitas del Siglo XVII y la de los carlistas que surgirían casi un siglo después: mientras que España el catolicismo era la religión hegemónica, en Gran Bretaña los católicos eran sistemáticamente discriminados. En Irlanda, en los 1640, los católicos habían organizado una Irlanda C0nfederada y se habían levantado contra el Parlamento inglés, lo que provocó que finalmente los terratenientes católicos fuesen expropiados y la Iglesia Católica sufriese una durísima represión. En Escocia, el apoyo jacobita anidó en la clase alta. Tras la Reforma de John Knox, católicos y episcopalianos se habían visto igualmente marginados. Los episcopalianos eran relativamente semejantes a los anglicanos, quienes, con ciertas modificaciones filoprotestantes, seguían siendo teóricamente católicos.

La Catedral de San Andrés de Escocia, en Saint Andrew, junto con su abadía, se convirtieron en símbolo de lo que supuso la reforma de John Knox, pues tanto catedrales como abadías hubieron de ser abandonadas. Esta catedral era la más grande de Escocia (120 metros de largo) y era la Primada de la Iglesa Católica en Escocia. En 1559 John Knox pronunció en la iglesia parroquial de Saint Andrews un sermón incendiario que provocó que los protestantes asaltasen la catedral, destruyendo altares e imágenes. Dos años después, en 1561, los agustinos que la regentaban fueron obligados a abandonar la catedral, la cual quedó vacía. Quizá en otro paraje hubiese aguantado mejor, pero en plena costa del Mar del Norte, las fortísimas tormentas primero abrieron huecos en el techo, dejando la estructura a la intemperie, con lo cual la catedral se fue paulatinamente derrumbando. Nadie se planteó prestarle cuidado alguno hasta 1826, pero para entonces ya era demasiado tarde.

Tras casi dos siglos de discriminación, los escoceses tanto católicos como episcopalianos habían desarrollado un resentimiento sumamente agresivo que hizo de los jacobitas escoceses los más irreductibles de todos. Por último, en Inglaterra, los católicos eran igualmente discriminados en función de lo que el Gobierno denominaba recusación. Los recusantes eran aquellos que se habían negado a adoptar la religión estatal, la Iglesia de Inglaterra, lo que les supuso encontrarse sometidos a sanciones tanto administrativas como penales hasta 1830, siendo en su mayoría católicos. Aunque los católicos eran muy minoritarios, en las áreas rurales de Lancashire y York suponían el 20% de la población, siendo por ello el norte de Inglaterra de donde surgiría el apoyo inglés a la causa jacobita.

Jacobo II de Inglaterra, retrato de 1686.

Jacobo II de Inglaterra era el primer monarca católico de Inglaterra en casi un siglo, lo cual alimentó las esperanzas de los católicos de que el Catolicismo fuese restablecido como religión oficial de Inglaterra. Jacobo II asumió el trono en 1685, a la muerte de su padre, Carlos II, quien había abrazado el Catolicismo en su lecho de muerte. Dos años tras su coronación, Jacobo II promulgó la Declaración para la Libertad de Conciencia, la cual otorgaba a sus súbditos total libertad para profesar sus cultos. Esto, unido a la promesa hecha al Parlamento irlandés de concederles la autodeterminación, y al detalle tan real como propagandístico de ser un rey de origen gaélico, convirtió a Jacobo II en el adalid de los católicos.

Tres años tras el comienzo de su reinado tuvo lugar la incruenta Revolución de 1688 (hoy más bien se diría un golpe de estado), en la cual el monarca fue depuesto y sustituido por su hija, María II de Inglaterra, Escocia e Irlanda, que profesaba la fe protestante. María II reinaría hasta 1694 y le sucedería su marido (y primo carnal) Guillermo, perteneciente a la Casa Orange-Nassau. El rey derrocado se vio obligado a huir a Francia, donde fue gustosamente acogido por su primo Luis XIV, el cual veía en él un posible Rey de Inglaterra que no solo no fuese su enemigo, sino que además fuese su aliado. Desde suelo francés Jacobo II dedicó a organizar las operaciones militares que deberían devolverle al trono.

Un año después de su partida Jacobo II regresaba a Irlanda con un ejército compuesto por franceses, escoceses e irlandeses. No obstante, la excelente caballería irlandesa fue incapaz de hacer frente a la artillería de los ingleses, y las tropas jacobitas fueron derrotadas en la batalla de Boyne.

En 1701 fallecía Jacobo II, al que sucedía su hijo Jacobo Francisco Eduardo Estuardo, el cual sí abrazaba la causa estuardista y fue reconocido como Jacobo III de Inglaterra y VII de Escocia por las cortes de Francia, España, Módena y el Papado.

Jacobo III, el viejo pretendiente,
por Alexis Simon Belle.
En 1715 Jacobo III intentó aprovechar la inestabilidad política producida por la hambruna que estaba padeciendo Escocia para intentar retomar el trono, de modo que el Conde de Mar estableció contacto con los clanes de las Tierras Altas y los terratenientes del norte de las Tierras Bajas para que apoyasen a Jacobo III. A ello se unió otro levantamiento jacobita en el norte de Inglaterra, pero finalmente los jacobitas fueron nuevamente derrotados en la batalla de Preston.


Carlos Eduardo Estuardo,
el joven pretendiente,
por Antonio David.
La derrota definitiva de los jacobitas aconteció en las Tierras Altas de Escocia, en la batalla de Culloden, el 16 de Abril de 1746, donde los estuardistas estuvieron capitaneados por el príncipe Carlos Eduardo Estuardo. Las tropas de la Casa de Hanóver fueron especialmente crueles, y tras la derrota mataron a todos los heridos que aún quedaban en el campo de batalla, peinando el área en busca de jacobitas huidos que fueron igualmente ejecutados. Únicamente se tuvo piedad con las tropas francesas, a quienes por ser tropas de un rey extranjero sí se les consideró sujetas a las reglas de la guerra, siendo repatriadas. Las consecuencias para los clanes escoceses fueron desastrosas, pues fueron puestos fuera de la ley, y hasta las gaitas y la vestimenta típica escocesa fue prohibida. Únicamente a finales del Siglo XVIII la cultura escocesa comenzó a ser paulatinamente rehabilitada.



Tropas inglesas buscando jacobitas huidos tras la batalla de Culloden,
óleo por John Seymour Lucas (1884).




LAS LOGIAS JACOBITAS EN FRANCIA

A partir de 1688 en Inglaterra, de 1691 en Irlanda, y durante toda la primera mitad del Siglo XVIII en Escocia se produjo una incesante diáspora jacobita, protagonizada esencialmente por antiguos miembros del ejército, que llevó a entre 20.000 y 25.000 personas a buscar refugio en la vecina Francia. Se estima que se exiliaron uno 12.000 soldados escoceses, acompañados de otros 4.000 civiles escoceses, junto con 6.000 soldados irlandeses y una cantidad indeterminada de ingleses.



El castillo de Saint-Germain-en-Laye fue la primera sede de la corte jacobita en Francia, aunque en 1673 Jacobo III prefirió cambiar su residencia a Versalles. En 1670, el registro parroquial de Saint-Germain-en-Laye dejaba constancia de la presencia en la localidad de 1729 nombres jacobitas.

Los exiliados estuardistas pasaron de la desesperación a integrarse paulatinamente en su nueva patria de acogida. La mayor parte de ellos se enrolaron en el ejército francés, aunque algunos católicos acabaron entrando en el clero francés, opción que obviamente no era posible para los episcopalianos. Unos pocos elegidos fueron destinados por la Corona francesa a servirla como diplomáticos. Fueron muchos los jacobitas exiliados en Francia que dependieron del dinero enviado por sus parientes en las islas para poder subsistir.

Regalía típica escocesa.
La primera Logia documentada en Francia data de 1721. El noble católico inglés Lord Derwentwater y el armador irlandés O'Hegarty fundaron en Dunquerque la Logia (no militar) Amistad y Fraternidad. Posteriormente, en 1725, Barnabé Hute fundaba la primera Logia parisina, y en 1732 martin Kelly fundaba la primera Logia en Burdeos. No obstante, resulta impensable creer que con semejante aluvión estuardista no hubiese Logias anteriormente, aunque fuesen de naturaleza militar, adscrita a los diferentes regimientos.

Según una tradición que se remonta a 1777, el Regimiento de Irlandeses Reales habría fundado la primera Logia, denominada La Perfecta Igualdad, en 1688, tras llegar a Saint-Germain-en-Laye acompañando a Jacobo II. Esta idea se ve reforzada por la presencia de numerosos aristócratas masónicos entre su séquito.

EL CABALLERO RAMSAY

Andrew Michael Ramsay
No obstante, el momento más célebre de la Masonería jacobita en Francia fue cuando Andrew Michael Ramsay, el Caballero Ramsey, leyó en 1737 la Asamblea de la Gran Logia Provincial de París su Oración Apología a los Masones Libres y Aceptados. Ramsay había nacido en Ayr, próximo a Kilwinning, y era un creyente de marcado misticismo. Educado como calvinista, tras pasar por distintos grupos religiosos se había convertido al Catolicismo Romano. Era un hombre sumamente instruido, Doctor en Derecho Civil por la Universidad de Oxford y miembro de la Royal Society, y en 1724 fue escogido por Jacobo III como preceptor de sus hijos.

Ramsay es recordado en la Masonería principalmente por dos cosas: la primera, por haber inventado el Oficio de Orador, que entonces tenía un carácter más religioso que en la actualidad. En calidad de Gran Orador, Ramsay escribió al Primer Ministro de Francia, el Cardenal De Fleury, para que la Iglesia pusiese bajo su tutela la Masonería cristiana que practicaban los jacobitas, aunque el Cardenal rechazó la petición anotando al margen de la petición "El Rey no lo desea".

El Cardenal De Fleury.
La segunda razón por la que es recordado es porque en 1737 pronunció en la Asamblea de la Gran Logia de Francia su famosa Oración Discurso para pronunciar en la recepción de Francmasones, en la que reivindicaba el pasado cruzado de la Masonería, presentándola como herederos de los Hospitalarios. Quizá el incipiente sistema de tres Grados era suficiente para Inglaterra; pero a la nobleza y clase alta francesa era preciso ofrecerles algo que presentase a la Masonería como un digno objeto de trabajo para caballeros de la alta sociedad, y Ramsay tocó la tecla adecuada.

En su Oración, Ramsay presentaba a los cruzados no solo como guerreros, sino como masones que habían buscado los secretos en Tierra Santa con la espada en una mano y la paleta en la otra. De hecho, presentaba como hecho fundamental de la Masonería (y en los Grados escoceses originales esta era uno de sus principales temas) el descubrimiento de la Palabra Perdida por parte de los cruzados al descender a una bóveda (tal y como se hace actualmente en el Arco Real). Esto fue el detonante para que empezasen a crearse en Francia Grados caballerescos de manera poco menos que incontrolada, Grados que posteriormente se irían reagrupando en los distintos ritos, o bien irían desapareciendo con el tiempo.



LOS GRADOS MASÓNICOS JACOBITAS

Aunque el discurso de Ramsay fue el pistoletazo que provocó la creación de centenares de Grados masónicos caballerescos en Francia, cabe preguntarse si no se habría creado antes el embrión de algunos Grados. Acerca de esto únicamente podemos especular. Otro elemento a tener en cuenta es que, si bien hay Grados de creación puramente jacobita, otros tan sólo muestran influencias o comparten temas comunes. Una línea ritual que está especialmente documentada como creación jacobita es la correspondiente al Capítulo de Clermont, cuya fundación suele atribuirse al Caballero de Bonneville en 1754, pero que es en realidad una continuación de la Orden Templaria en la que el Barón Von Hund fue recibido en 1743, y de la que sí se tiene constancia de haber sido creada por jacobitas todavía residentes en Saint-Germain junto con otros del Colegio de Clermont. Según Claude Antoine Thory, este Capítulo trabajaba los tres Grados Simbólicos, el Grado de Maestro Escocés de San Andrés, y tres Grados superiores: 5º Caballero del Águila o Maestro Selecto, 6º Ilustre Caballero Templario, y 7º Sublime Caballero Ilustre.

John Robinson y una edición
moderna de Proofs of a Conspiracy.
Antes de pasar a relatar una serie de Grados de indudable pedigrí jacobita creo conveniente citar, aun con todas las reservas que merecen, dos libros. El primero es Proofs of a Conspiracy de John Robinson, porque es el primer libro que trata este tema. Este libro está escrito en 1798 con unos criterios historiográficos más que dudosos, pues habla de Masonería de tres Grados mucho antes que se introdujese la leyenda hiramita, e incurre en constantes anacronismos. No obstante incluye algunos párrafos que dan que pensar, por ejemplo:

Fue en la Logia establecia en Saint-Germain donde el Grado de Caballero Masón Escocés fue añadido a los tres Grados Simbólicos de la Masonería. (...) Este Rango de Caballero Escocés fue considerado como el primer Grado del Perfecto Masón.

J.M. Ragon, en su Orthodoxie Maçonnique, afirma que

...la decapitación del rey Carlos I produjo grandes modificaciones en el último Grado, el cual había adquirido carácter bíblico. La misma época vio nacer los Grados de Maestro Secreto, Maestro Perfecto y Maestro Irlandés, de los cuales Carlos I sería el héroe, bajo el nombre de Hiram.

Afirmación que difícilmente puede sostenerse si tenemos en cuenta que la figura de Hiram Abiff no aparece en la Masonería hasta 70 años más tarde. No obstante insistimos en que ambos libros difícilmente pueden considerarse como fuentes fiables según los criterios historiográficos modernos.


Pasando ya a algunos de los Grados masónicos de más clara impronta jacobita, podríamos citar, entre otros:

Maestro Irlandés, Perfecto Maestro Irlandés, Poderoso Maestro Irlandés. Según afirma J. M. Ragon en su Thuileur Général, estos tres Grados fueron creados en 1747 en París por los favoritos de Carlos Eduardo Estuardo, siendo vendidos a los partidarios jacobitas. El Grado de Maestro Irlandés aparece en el Rito Escocés Primitivo como Maestro Irlandés o Preboste y Juez, siendo actualmente el 7º Grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. El Grado de Perfecto Maestro Irlandés pasó a ser el 7º del Rito de Misraim, y el de Poderoso Maestro Irlandés se convirtió en el 8º de la Université.

El Castillo de Mongenan mantiene el único
templo masónico francés del Siglo XVIII.
Maestro Escocés de la Bóveda de Jacobo VI. (El cardinal se debe a que Jacobo II era también Jacobo VI de Escocia). Este Grado que narra el descenso a la Bóveda donde se encuentran los Secretos del Maestro Masón fue posteriormente despojado de sus pretensiones políticas, y es presentado actualmente como el Grado 13º del R.E.A.A.: Real Arco de Salomón. En realidad este Grado forma parte de una tradición más amplia también atribuida a los planteamientos de Ramsay: los Grados Crípticos, que actualmente se practican en Estados Unidos, y que versan sobre los acontecimientos anteriores a la Leyenda Hirámica.

Maestro Escocés. Si hay algo que se parezca a una élite nobiliaria dentro de la Masonería, esto fue el Grado de Maestro Escocés, siéndoles sus privilegios reconocidos por la Gran Logia de Francia en 1755. Los Maestros Escoceses portaban una vestimenta distintiva, tenían el privilegio de permanecer cubiertos en Cónclave de Maestros, podían conferir Grados por medio de ceremonia o a la vista, y nombraban al Venerable Maestro de la Logia a la cual estaban adscritos sin que mediase votación en la Logia. Posteriormente la Gran Logia de Francia les permitió incluso emitir Cartas Patentes. La Logia Escocesa Madre de Marsella elaboró una serie de Grados que posteriormente no se incluyeron en el R.E.A.A., sino en el Rito de Menfis, de 96 Grados. Obviamente, si bien en la Masonería Simbólica podía ingresar una membresía más o menos ecuménica, el Grado de Maestro Escocés, así como el de Elegido (Élu), estaban reservados a la élite jacobita.


Ayuntamiento de Arras
(Artois, Francia)
Elegido (Élu). El Grado de Elegido, Electo o Élu es seguramente el Grado jacobita creado con mayor vocación elitista, e inicialmente se confería a contados personajes de la corte jacobita. No obstante enseguida se convirtió en uno de los más populares.

Escocés Jacobita. En 1747, un año después del desastre de Culloden, Carlos Eduardo Estuardo emitió una Patente para la formación, en la ciudad de Arras, de un "Soberano Capítulo Primordial de la Rosa Cruz, bajo el título distintivo de Escocés Jacobita". El mismo nombre no deja lugar a dudas. El documento original fue descubierto en 1853 por el Conde Hamel en los archivos del Departamento de Artois, circunscripción donde se encuentra Arras. En este documento el Joven Pretendiente cita sus títulos masónicos:


Nos, Carlos Eduardo, Rey de Inglaterra, Francia, Escocia e Irlanda, y como tal Gran Maestro del Capítulo de Heredom, conocido bajo el título de Caballero del Águila y el Pelícano, y tras nuestros pesares e infortunios como Caballero Rosacruz (...) creamos y erigimos, por la presente Bula, un Soberano Capítulo Primordial de la Rosa Cruz, bajo el título distintivo de Escocés Jacobita.

El modo de organización que se dispuso para estos Capítulos parecía más bien destinado a alistar a otros Masones bajo su enseña política: los miembros del Capítulo estaban autorizados "no solo a armar Caballeros, sino a fundar Capítulos en cualquier ciudad que considerasen conveniente".



Joya de pecho de la Real Orden de Escocia.
La enumeración de sus títulos contiene uno que quizá nos pase percibido pero que para cualquier escocés tiene una considerable carga afectiva: Gran Maestro del Capítulo de Heredom. El Capítulo de Heredom es el segundo Grado de la Real Orden de Escocia (el primero es Caballero de la Rosa Cruz), y este Capítulo se reúne dejando vacante el Sitial del Gran Maestro, pues tal honor corresponde al Rey de Escocia. Al declarase Gran Maestro del Capítulo de Heredom se ha especulado con la posibilidad de que fuese instalado como Gran Maestro en Escocia durante la campaña militar del año anterior, pero bien pudiera ser que, reconociéndose como Rey de Escocia, solo estuviese proclamando que esa Gran Maestría le corresponde.

Leal Masón Escocés. En 1747, supuestamente en agradecimiento por el buen recibimiento ofrecido en Toulouse a Sir Samuel Lockart, Edecán de Jacobo III, se creó el Capítulo de Leales Masones Escoceses o Rito de Veille Bru. En realidad este rito sirvió principalmente para que aristócratas jacobitas exiliados pudiesen tener unos ingresos, pues siguiendo la costumbre habitual en la época, las Patentes se vendieron sistemáticamente.

Escocés Trinitario. Este Grado data de 1756. Aunque hoy en día se confiere por comunicación, en su momento tenía un ritual extensísimo, seguramente porque surgió como compendio de una serie de Grados anteriores denominados Orden de los Escoceses Trinitarios. Se trataba de un Grado especialmente místico, cuyo ritual de apertura rezaba: "La armonía reina, la naturaleza espera, el Tercer Cielo ha sido abierto".

Por último, citar que hay algunas palabras del Rito Escocés Antiguo y Aceptado que apenas pueden ocultar su origen jacobita. Entre ellas destacan dos: Romvell, una clara alusión a Cromwell, quien ejecutó a Carlos I, abuelo de Jacobo II; y Jackson, cuyo origen probablemente tenga que ver con Jacques (Jacobo en Francés), de modo que Jackson sería una palabra híbrida del inglés y el francés: Jacques-son, hijo de Jacobo.

miércoles, 15 de octubre de 2014

El Grado de Past Venerable Maestro

El grado de Ex-Venerable Maestro (Past Master), a diferencia de otros grados de la Francmasonería, no esparce luz acerca de sí mismo. Antiguamente fue conferido únicamente a los Venerables Maestros de las Logias, para instruirlos en las obligaciones que tenían para con la Logia en la cual estaban llamados a presidir, e igualmente de las obligaciones de los Hermanos para con ellos. Pero nosotros, como Masones del Real Arco, conferimos éste grado no sólo como un paso preliminar, sino también con el propósito más importante de protegernos contra una transgresión de nuestras obligaciones masónicas.
Jewel of a Past Master of Mark Masons.


El uso general del término Past Master por el Gremio se aplicaba a quien había sido electo e instalado y había presidio por doce meses una logia regular. La acepción general del término no implica un grado separado, aun cuando en muchas Grandes Logias, el grado honorario de Past Master se confiere a un Maestro electo como parte de la ceremonia de instalación. Este grado suele conferirse únicamente en presencia de Past Master, y es el Segundo en la serie del Capitulo; de aquí surgieron los términos Past Master Real y Past Master Virtual, denotando este ultimo a quien ha recibido el grado en un Capitulo, pero no ha sido electo ni ha servido como Maestro de una Logia. Un Past Master Virtual no tenía derecho a ser reconocido por la Gran Logia como Past Master.

El grado es antiguo. Encontramos la expresión "Past Master" empleada en 1774 implicado a quien "había pasado por la Silla a través de alguna ceremonia". La Constitución de la Gran Logia de Inglaterra de 1723, habla del Maestro instalado mediante su paso a través de ciertas "significativas ceremonias". No cabe la menor duda de la antigüedad del grado. Data del nacimiento de la Francmasonería especulativa. La introducción del grado a la Masonería Capitular descansa en el hecho de que, originalmente, el Real Arco se confería solamente a quienes habían sido electos y habían presidido una logia como Maestros, pero era manifiestamente injusto hacia una gran porción de los hermanos interponerles tal restricción para alcanzar el Real Arco. La siguiente ley de 1789 ilustra este pacto: "Ningún hermano podrá ser exaltado hasta que cumpla cuando menos tres años como Maestro Masón y haya presidido seis meses como Maestro de alguna Logia regular con carta patente, o haya pasado por la Silla por Dispensación."

Esta ley muestra la antigua restricción y la enmienda que tomaba forma para permitir que recibieran el Real Arco quienes no eran Past Master reales. Una vieja ley encontrada en la Harmony Lodge No. 52, de Filadelfia, en 1799, estatuye: "que todo hermano que no haya pasado por la Silla deberá pagar catorce dólares, de los cuales se cubrirá la Dispensación; si ha pasado por la Silla, para ser exaltado, pagara ocho dólares."

Esto es, un Past Master real podía recibir el Grado de Real Arco por ocho dólares, pero el que no había recibido el Grado de Past Master tenía que obtener una Dispensación del Gran Maestro para recibirlo antes que pudiera ser hecho Masón del Real Arco, y le costaba catorce dólares.

Cuando el grado de Real Arco dejó de depender de la logia y pasó a ser un sistema separado, conocido como Capitulo, el pre requisito para el Real Arco permaneció, a saber: el Grado de Past Master. El Grado Virtual de Past Master se volvió parte de la serie del Capitulo. La razón de tal requisito previo salta a la vista cuando las lecciones de este bello grado del que tanto se abusa, se estudian y entienden. La lección de la obediencia a la autoridad es prueba contra la anarquía, y aquel que deberá enseñar debe antes aprender a obedecer.
ESCALERA-DE-CARACOL
Gustavo Pardo

1 Uno de los Símbolo Masónico menos conocidos el de la Escalera de Caracol. Este Atributo legendario de la Leyenda Masónica se sustenta en el Primer Libro de los Reyes Cap. VI, Vers. 8, donde se refiere que “La entrada que conducía a la cámara del medio estaba situada en el lado derecho del Templo; y tenia acceso por medio de escaleras de caracol a la cámara del medio, y de ésta comunicaba a la tercera.”

Según lo antes descrito, los escalones o gradas de la ”Escalera de Caracol” comienzan en el pórtico del Templos con lo que se establece una clara diferencia entre lo que hay “fuera” del Templo, o lo que es “profano”, y lo que se encuentra “dentro” del mismo, es decir, el mundo del iniciado o el universo “purificado” por la presencia divina, y va ascendiendo hasta el Trono del Ser Supremo, donde se encuentra la Perfección, aspiración esta de todo iniciado.

Al penetrar en el Templo, al “ver la Luz”, el iniciado se coloca en el umbral que ha de llevarle a conocer el verdadero significado de las enseñanzas que la Masonería oculta detrás de sus Símbolos, Leyendas y otras Alegorías.

Existen diversas versiones de la “Escalera de Caracol”, no obstante, el número de los escalones en todas estas variantes su número se ha mantenido impar. Al respecto recordemos que la Masonería ha tomado el simbolismo de los números del Maestro Pitágoras, en cuya filosofía a los números impares se les consideraban “perfectos”, por esa razón a la “Escalera de Caracol” se le considera como un “Sendero a la Perfección”.

El numero de escalones ha variado con el tiempo, sin embargo, en la actualidad prevalece como numero final el de 15, dividido tres series de 3 – 5 y 7.

En la primera de las series los Aprendices recuerdan al niño pequeño que requiere de una mano experta (Seg. Vig.) que le guíe por el laberinto que le llevara a conocerse a si mismo, lo cual le permitirá purificar su corazón, con el fin de prepararle para obtener la “Piedra labrada” al ascender al segundo escalón de la Escalera.

Ya en la segunda serie, como Compañero masón, representa al hombre que en su juventud emprende el viaje de la vida, iniciando así su educación intelectual la que le permitirá la elevación moral y espiritual de su carácter, siendo, precisamente en esta serie en donde se le enseña la necesidad de la disciplina y de la educación, valores éstos que habrán de acompañarle durante toda su carera masónica hasta que por medio del estudio y practica de la ¨Ciencia¨, logren alcanzar la Cámara del Medio, lugar éste en donde se encuentra la justa valoración de ¨la Verdad¨.

Al arribar a la tercera etapa, al Candidato que ha perseverado se le explica la ciencia humana en su conjunto, empleando para ello el simbolismo de las ¨Siete Artes¨y de las ¨Ciencias Liberales¨.

Al concluir su Iniciación en la Cámara del Medio, ya no necesita de Instructores o guías, pues el conocimiento del ¨trivium¨ ya le había proporcionado las claves de todos los conocimientos y el lenguaje, así como el estudio del ¨quadrivium¨ le permitía conocer las leyes secretas de la naturaleza, estos conocimientos, le invisten del carácter propio del Filósofo o “Maestro”.

Como hemos visto, el Simbolismo de la “Escalera de Caracol” representa el progreso que mediante el estudio y el trabajo, manifiesta la inteligencia del investigador (del Candidato), el cual requiere, en primer termino, del conocimiento de las ciencias humanas, antes de poder adquirir el Verdadero Conocimiento de la Verdad Divina, la cual la Masonería, por medio de la Leyenda del Tercer Grado, la simboliza en el Conocimiento de la Palabra.

Para ascender las diferentes series de escalones que componen la “Escalera de Caracol”, el masón requiere de la Fuerza, la Belleza y el Idealismo que le permitirán obtener la Inteligencia, la Rectitud, el Valor, la Prudencia y la Filantropía que nos ayuden a alcanzar el verdadero significado de la Gramática, la Retórica, la Lógica, la Aritmética, la Geometría, la Música y la Astronomía, con cuyo conocimiento se nos develará el comprensión de la verdadera naturaleza de Dios, y de la relación del hombre con Él y hacia Él, porque esta Verdad únicamente se devela cuando se trasciende, mediante la muerte, a un estado superior de vida.

La justificación del por que estos sublimes conocimientos se trasmiten e la “Cámara del Medio” es porque en es precisamente esta Cámara simboliza el “Justo Medio”, ese punto de equilibrio en donde radica esa propensión a la Tolerancia mas amplia que debe animar a quien desee contemplar de frente el fulgor de la Verdad, para que le permita comprender que, al menos, parte de ésta radica en el fondo de toda opinión o criterio que pueda emitir el mas humildes de los seres humanos.

El estudio del simbolismo de la “Escalera de Caracol” es muy amplio, trascendente y hermoso, ¡Investiguemos!
EL RITUALISMO DEL GRADO DE MAESTRO

La Retrogradación

Cuando el Compañero ha sido juzgado digno de la suprema Iniciación, es conducido a la entrada de un lugar tenebroso en donde es invitado a meterse gradualmente, pero volviendo las espaldas a la oscuridad, la que, haciéndose más y más espesa, envuelve finalmente en una negrura absoluta al temerario adepto, ávido, sin embargo, de luz integral. Como todo lo que se hace en Masonería, ésta marcha al revés es un símbolo susceptible de múltiples interpretaciones. Hace pensar desde luego en el Sol que, llegado al meridiano: región del Compañerismo, desciende poco a poco hacia la noche del Occidente. Debe verse ahí también una alusión al renunciamiento que conduce a la Maestría, la que exige el sacrificio de toda ilusión, aunque ésta sea el fruto de luces adquiridas iniciáticamente. Para pasar a ser Maestro es, en fin, necesario, poseer a fondo toda la enseñanza de los dos primeros grados; de ahí la obligación de repasar todo el curso ya recorrido.

Se trata, pues, para el Compañero de volver sobre sus pasos, partiendo de la Estrella Radiante, asimilada al rosetón que en las catedrales se ilumina a la caída de la tarde por encima del portal, entre las torres emblemáticas de las columnas J:. y B:.

Este astro de la comprensión ilumina solamente al Compañero en su retroceso que se efectúa sobre el recorrido del quinto viaje, consagrado a la contemplación. Pero esta vez ya no son las impresiones de afuera las que se trata de recoger. Entrando en sí mismo el iniciado medita sobre el valor de sus propias concepciones. Se da cuenta del abismo que separa a la realidad de las imágenes mentales por las cuales procuramos figurárnoslas. Con relación a la Verdad que encubren, nuestras ideas no son sino groseros ídolos: nos engañan, lo mismo que las palabras, si nos detenemos en la expresión, sin discernir lo que está expresado. En todos los dominios todo es símbolo; no seamos, pues, burlados y penetremos hasta lo simbolizado.

Plenamente edificado en lo que concierne a la imposibilidad de poseer la Verdad, la cual no se deja contener en ninguna fórmula, el Compañero debe, no obstante, obrar con certidumbre. Es por esto que él vuelve a encontrar retrocediendo, los útiles de su cuarto viaje: Escuadra y Regla. Cualquiera que sea su perplejidad desde el punto de vista puramente intelectual, el Iniciado no duda jamás, en efecto, en cuanto a la conducta que debe observar. Ésta se encuentra infaliblemente determinada por las exigencias constructivas que reclaman piedras talladas en ángulo recto. El constructor humanitario y social sabe, pues, siempre cómo debe conducirse con relación a los demás, porque aplica en todas las cosas la medida de la equidad (Escuadra). Por otra parte, él está cierto de la dirección inmutable que debe seguir, porque está animado del deseo profundo y constante de obrar bien (Regla).

Pero no es suficiente que el futuro Maestro sea ejemplar en su disciplina personal. Realizando la Piedra Cúbica, influye sin duda en su ambiente que lleva a una cristalización análoga a la suya; pero es preciso que obre a menudo con vigor para levantar las masas más pesadas y quebrantarlas por lo menos en su inercia. Le es preciso con este objeto la Palanca que se coloca en sus

manos, desde que la retrogradación lo trae sobre los rastros de su tercer viaje de Compañero. Si nada resiste a la energía del querer (Palanca) aplicado con una rectitud absoluta de intención (Regla), importa en estas materias que lo abstracto y lo concreto no sean confundidos; por eso el segundo viaje se rehace inspirándose en la Regla y el Compás, en la línea recta y el círculo. La teoría más rigurosamente lógica permanece estéril, si no se aplica teniendo en cuenta las contingencias y las relatividades. El compás es, por excelencia, el instrumento del Maestro, porque sólo el sentido de la realidad puede conducir a la Maestría.

Es preciso también, que el futuro Maestro aprenda a mandar, manejando el Mallete que golpea al cincel. No vacila, pues, en rehacer su primer viaje de Compañero, sabiendo muy bien que no deberá jamás cesar de trabajar en su propio perfeccionamiento. ¿Cómo, por lo demás, mandaría a otros si no hubiera alcanzado a dominarse a sí mismo?. Toda Maestría comienza por sí: ser su propio Maestro abre la vía a todas las soberanías.

Las Iniciaciones Profesionales

Si, adaptada al ingenio moderno, la intelectualidad de los antiguos Misterios revivió en la Franc-Masonería, ésta debe sus tradiciones inmediatas a una confraternidad constructiva de la Edad Media. En esta época, la talla de las piedras fue llevada hasta el refinamiento, gracias a un estudio profundizado de la esteorometría práctica. Sabios cálculos presidieron, por otra parte, a la agrupación de los materiales, cuya masa debía ser sistemáticamente reducida al mínimum, sin perjuicio para la solidez del edificio. Pero gravitando en torno de la geometría, su ciencia maestra, el saber de los maestros de obra fue de lo más extenso. Les estaba aún recomendado si es preciso creer a un antiguo manuscrito inglés , instruirse de omni re: sciibili et quibusdam aliis, según la fórmula de Pico de la Mirandola.

En todo caso, la astronomía les era indispensable, cuando más no fuese sino para orientar exactamente en el terreno los ejes del edificio por construir. El ritual agrega, por otra parte, tal importancia a las horas supuestas de apertura y clausura de los trabajos, que es inadmisible que la primera piedra de un edificio haya podido ser colocada a una hora no reconocida como propicia por la astrología. Los zodíacos y otros símbolos de las catedrales atestiguan preocupaciones astrológicas de los constructores, cuya ciencia del simbolismo debía extenderse, además, al hermetismo y a la Alquimia. El texto ya citado, cuyo estilo y ortografía cuadran con el siglo XV, se expresa a este respecto como sigue:

“Los Masones ocultan el arte de alcanzar maravillas y de predecir las cosas futuras, a fin de que los mal intencionados no puedan abusar de él. Asimismo se callan sobre el arte de las transmutaciones y sobre los métodos que conducen a la facultad de la Abrac (Kábala, Magia, Preparación de los Talismanes), pero su gran secreto enseña a hacerse bueno y perfecto, sin temer ni esperar nada. Poseen, en fin, un lenguaje universal que les es propio”.

Se puede lamentar, con Locke, que el conjunto de la humanidad no goce del gran secreto de los masones, que reside en una concepción particular de la vida a la que se le considera una. Ella anima toda la creación cuya obra, lejos de haberse detenido el sexto día bíblico, se prosigue indefinidamente. Es el objeto de la actividad constante del Grande Arquitecto del Universo, de la cual todos los seres son los obreros conscientes o inconscientes.

Lo que distingue a los Masones es que colaboran en la Gran Obra con pleno conocimiento de causa, porque han sido iniciados en el plano de la inteligencia constructiva del mundo y quieren trabajar bien. Su entusiasmo por la grandeza y la belleza de la obra los lleva aún por encima de toda preocupación de salario, pues trabajan por amor al arte, inaccesibles al temor de un castigo como a la esperanza de una recompensa. No siendo asalariados se elevan al rango de asociados del Patrón: trabajan por su cuenta y alcanzan así a la Maestría, que equivale a una divinización o a una apoteosis.

El lenguaje universal reservado a los Masones fluye de la clarividencia adquirida en la interpretación de las alegorías y de los símbolos. Aprendices y Compañeros se ejercitan en deletrear y descifrar más o menos penosamente las palabras sagradas, mientras los Maestros, que han transmontado las dificultades del extremo, poseen la clave de todos los simbolismos.

Para hacerse accesible al vulgo, el pensamiento demasiado sutil se reviste de imágenes groseras, ante las cuales se detiene el común de las inteligencias, mientras que el iniciado se aficiona a discernir lo que lo hablado quiere decir, guardándose de tomar al pie de la letra las fábulas, los mitos, el dogmatismo de las religiones o la terminología figurada de las antiguas escuelas filosóficas; el pensador verdadero se remonta hasta las nociones generadores, madres del saber humano.

Se inicia también en el secreto del pensamiento rebelde a toda expresión y penetra el alcance de todas las tradiciones misteriosas, llegadas hasta nosotros bajo la forma de leyendas desconcertantes, de poemas que cantan a héroes inverosímiles, de obras de arte enigmáticas o de síntesis filosóficocientíficas extravagantes a primera vista. El verdadero iniciado no se emociona con nada, no se espanta de ninguna apariencia y sondea con sagacidad los más turbadores misterios, persuadido de que importa ponerlo todo en claro, porque el polvo de oro de la verdad exige se le aísle laboriosamente del barro de las edades y de los escombros del pasado.

Es de observar que los antiguos Masones honraban a Pitágoras como el iniciado que ha contribuido más a hacer esparcir en Occidente la luz del Oriente. Nada más característico a este respecto que el texto del manuscrito ya citado, en que el nombre del filósofo se encuentra cándidamente inglesado.

“Peter Gower, un griego, se ha dicho, viajó para instruirse, por Egipto, Siria y por todos los países donde los Venecianos (léase Fenicios) habían implantado la Masonería. Admitido en todas las Logias de los Masones, adquirió una vasta sabiduría, después volvió a la Gran Grecia donde trabajó, aumentando sus conocimientos, tanto que llegó a ser un sabio poderoso, de una fama muy extendida. Fundó en esta región una Logia considerable, en Groton (Crotona), donde hizo muchos masones. Entre ellos algunos vinieron a Francia, donde hicieron, a su vez, numerosos Masones, gracias a los cuales, a continuación, el Arte pasó a Inglaterra”.

No veamos, en estas líneas sino un homenaje rendido a las doctrinas pitagóricas, sacadas de especulaciones sobre las propiedades intrínsecas de los números e inspiradas por las sugestiones de las figuras geométricas. Esta filosofía numeral y simbólica guió a los Masones en el trazado de sus planos y en la elección de las proporciones de cada detalle de sus edificios.
La Retrogradación
Cuando el Compañero ha sido juzgado digno de la suprema Iniciación, es conducido a la entrada de un lugar tenebroso en donde es invitado a meterse gradualmente, pero volviendo las espaldas a la oscuridad, la que, haciéndose más y más espesa, envuelve finalmente en una negrura absoluta al temerario adepto, ávido, sin embargo, de luz integral. Como todo lo que se hace en Masonería, ésta marcha al revés es un símbolo susceptible de múltiples interpretaciones. Hace pensar desde luego en el Sol que, llegado al meridiano: región del Compañerismo, desciende poco a poco hacia la noche del Occidente. Debe verse ahí también una alusión al renunciamiento que conduce a la Maestría, la que exige el sacrificio de toda ilusión, aunque ésta sea el fruto de luces adquiridas iniciáticamente. Para pasar a ser Maestro es, en fin, necesario, poseer a fondo toda la enseñanza de los dos primeros grados; de ahí la obligación de repasar todo el curso ya recorrido.
Se trata, pues, para el Compañero de volver sobre sus pasos, partiendo de la Estrella Radiante, asimilada al rosetón que en las catedrales se ilumina a la caída de la tarde por encima del portal, entre las torres emblemáticas de las columnas J\ y B\.
Este astro de la comprensión ilumina solamente al Compañero en su retroceso que se efectúa sobre el recorrido del quinto viaje, consagrado a la contemplación. Pero esta vez ya no son las impresiones de afuera las que se trata de recoger. Entrando en sí mismo el iniciado medita sobre el valor de sus propias concepciones. Se da cuenta del abismo que separa a la realidad de las imágenes mentales por las cuales procuramos figurárnoslas. Con relación a la Verdad que encubren, nuestras ideas no son sino groseros ídolos: nos engañan, lo mismo que las palabras, si nos detenemos en la expresión, sin discernir lo que está expresado. En todos los dominios todo es símbolo; no seamos, pues, burlados y penetremos hasta lo simbolizado.
Plenamente edificado en lo que concierne a la imposibilidad de poseer la Verdad, la cual no se deja contener en ninguna fórmula, el Compañero debe, no obstante, obrar con certidumbre. Es por esto que él vuelve a encontrar retrocediendo, los útiles de su cuarto viaje: Escuadra y Regla. Cualquiera que sea su perplejidad desde el punto de vista puramente intelectual, el Iniciado no duda jamás, en efecto, en cuanto a la conducta que debe observar. Ésta se encuentra infaliblemente determinada por las exigencias constructivas que reclaman piedras talladas en ángulo recto. El constructor humanitario y social sabe, pues, siempre cómo debe conducirse con relación a los demás, porque aplica en todas las cosas la medida de la equidad (Escuadra). Por otra parte, él está cierto de la dirección inmutable que debe seguir, porque está animado del deseo profundo y constante de obrar bien (Regla).
Pero no es suficiente que el futuro Maestro sea ejemplar en su disciplina personal. Realizando la Piedra Cúbica, influye sin duda en su ambiente que lleva a una cristalización análoga a la suya; pero es preciso que obre a menudo con vigor para levantar las masas más pesadas y quebrantarlas por lo menos en su inercia. Le es preciso con este objeto la Palanca que se coloca en sus
manos, desde que la retrogradación lo trae sobre los rastros de su tercer viaje de Compañero. Si nada resiste a la energía del querer (Palanca) aplicado con una rectitud absoluta de intención (Regla), importa en estas materias que lo abstracto y lo concreto no sean confundidos; por eso el segundo viaje se rehace inspirándose en la Regla y el Compás, en la línea recta y el círculo. La teoría más rigurosamente lógica permanece estéril, si no se aplica teniendo en cuenta las contingencias y las relatividades. El compás es, por excelencia, el instrumento del Maestro, porque sólo el sentido de la realidad puede conducir a la Maestría.
Es preciso también, que el futuro Maestro aprenda a mandar, manejando el Mallete que golpea al cincel. No vacila, pues, en rehacer su primer viaje de Compañero, sabiendo muy bien que no deberá jamás cesar de trabajar en su propio perfeccionamiento. ¿Cómo, por lo demás, mandaría a otros si no hubiera alcanzado a dominarse a sí mismo?. Toda Maestría comienza por sí: ser su propio Maestro abre la vía a todas las soberanías.
Las Iniciaciones Profesionales
Si, adaptada al ingenio moderno, la intelectualidad de los antiguos Misterios revivió en la Franc-Masonería, ésta debe sus tradiciones inmediatas a una confraternidad constructiva de la Edad Media. En esta época, la talla de las piedras fue llevada hasta el refinamiento, gracias a un estudio profundizado de la esteorometría práctica. Sabios cálculos presidieron, por otra parte, a la agrupación de los materiales, cuya masa debía ser sistemáticamente reducida al mínimum, sin perjuicio para la solidez del edificio. Pero gravitando en torno de la geometría, su ciencia maestra, el saber de los maestros de obra fue de lo más extenso. Les estaba aún recomendado si es preciso creer a un antiguo manuscrito inglés , instruirse de omni re: sciibili et quibusdam aliis, según la fórmula de Pico de la Mirandola.
En todo caso, la astronomía les era indispensable, cuando más no fuese sino para orientar exactamente en el terreno los ejes del edificio por construir. El ritual agrega, por otra parte, tal importancia a las horas supuestas de apertura y clausura de los trabajos, que es inadmisible que la primera piedra de un edificio haya podido ser colocada a una hora no reconocida como propicia por la astrología. Los zodíacos y otros símbolos de las catedrales atestiguan preocupaciones astrológicas de los constructores, cuya ciencia del simbolismo debía extenderse, además, al hermetismo y a la Alquimia. El texto ya citado, cuyo estilo y ortografía cuadran con el siglo XV, se expresa a este respecto como sigue:
“Los Masones ocultan el arte de alcanzar maravillas y de predecir las cosas futuras, a fin de que los mal intencionados no puedan abusar de él. Asimismo se callan sobre el arte de las transmutaciones y sobre los métodos que conducen a la facultad de la Abrac (Kábala, Magia, Preparación de los Talismanes), pero su gran secreto enseña a hacerse bueno y perfecto, sin temer ni esperar nada. Poseen, en fin, un lenguaje universal que les es propio”.
Se puede lamentar, con Locke, que el conjunto de la humanidad no goce del gran secreto de los masones, que reside en una concepción particular de la vida a la que se le considera una. Ella anima toda la creación cuya obra, lejos de haberse detenido el sexto día bíblico, se prosigue indefinidamente. Es el objeto de la actividad constante del Grande Arquitecto del Universo, de la cual todos los seres son los obreros conscientes o inconscientes.
Lo que distingue a los Masones es que colaboran en la Gran Obra con pleno conocimiento de causa, porque han sido iniciados en el plano de la inteligencia constructiva del mundo y quieren trabajar bien. Su entusiasmo por la grandeza y la belleza de la obra los lleva aún por encima de toda preocupación de salario, pues trabajan por amor al arte, inaccesibles al temor de un castigo como a la esperanza de una recompensa. No siendo asalariados se elevan al rango de asociados del Patrón: trabajan por su cuenta y alcanzan así a la Maestría, que equivale a una divinización o a una apoteosis.
El lenguaje universal reservado a los Masones fluye de la clarividencia adquirida en la interpretación de las alegorías y de los símbolos. Aprendices y Compañeros se ejercitan en deletrear y descifrar más o menos penosamente las palabras sagradas, mientras los Maestros, que han transmontado las dificultades del extremo, poseen la clave de todos los simbolismos.
Para hacerse accesible al vulgo, el pensamiento demasiado sutil se reviste de imágenes groseras, ante las cuales se detiene el común de las inteligencias, mientras que el iniciado se aficiona a discernir lo que lo hablado quiere decir, guardándose de tomar al pie de la letra las fábulas, los mitos, el dogmatismo de las religiones o la terminología figurada de las antiguas escuelas filosóficas; el pensador verdadero se remonta hasta las nociones generadores, madres del saber humano.
Se inicia también en el secreto del pensamiento rebelde a toda expresión y penetra el alcance de todas las tradiciones misteriosas, llegadas hasta nosotros bajo la forma de leyendas desconcertantes, de poemas que cantan a héroes inverosímiles, de obras de arte enigmáticas o de síntesis filosóficocientíficas extravagantes a primera vista. El verdadero iniciado no se emociona con nada, no se espanta de ninguna apariencia y sondea con sagacidad los más turbadores misterios, persuadido de que importa ponerlo todo en claro, porque el polvo de oro de la verdad exige se le aísle laboriosamente del barro de las edades y de los escombros del pasado.
Es de observar que los antiguos Masones honraban a Pitágoras como el iniciado que ha contribuido más a hacer esparcir en Occidente la luz del Oriente. Nada más característico a este respecto que el texto del manuscrito ya citado, en que el nombre del filósofo se encuentra cándidamente inglesado.
“Peter Gower, un griego, se ha dicho, viajó para instruirse, por Egipto, Siria y por todos los países donde los Venecianos (léase Fenicios) habían implantado la Masonería. Admitido en todas las Logias de los Masones, adquirió una vasta sabiduría, después volvió a la Gran Grecia donde trabajó, aumentando sus conocimientos, tanto que llegó a ser un sabio poderoso, de una fama muy extendida. Fundó en esta región una Logia considerable, en Groton (Crotona), donde hizo muchos masones. Entre ellos algunos vinieron a Francia, donde hicieron, a su vez, numerosos Masones, gracias a los cuales, a continuación, el Arte pasó a Inglaterra”.
No veamos, en estas líneas sino un homenaje rendido a las doctrinas pitagóricas, sacadas de especulaciones sobre las propiedades intrínsecas de los números e inspiradas por las sugestiones de las figuras geométricas. Esta filosofía numeral y simbólica guió a los Masones en el trazado de sus planos y en la elección de las proporciones de cada detalle de sus edificios.