EL HOSPITALARIO
por el R:.H:.Abraham Markelevich
Es este un cargo al que no siempre se le otorga la importancia que tienen sus funciones fraternales. Su nombre en ingles es “Almoner”, mientras que en hebreo se tradujo como Gabai Tzdaka.
Al adentrarnos en la historia y en la realidad actual de la Orden, en sus distintos ritos y piases, veremos que no hay una uniformidad formal ni jerárquica en cuanto al Oficial que cumple la función, aunque ella siempre se realiza. En Estados Unidos de América el cargo no es de una persona sino que la función es cumplida por una “Comisión de Caridad”. La masonería inglesa no siempre lo cuenta entre los Oficiales de las Logias y cuando así lo hace, ubica su jerarquía entre el Maestro de Ceremonias Adjunto y el Organista, no precisando el lugar de asiento dentro del Taller. El Rito York no lo cuenta ente sus Oficiales, mientras que en Rito Francés si lo encontramos y su lugar esta entre el Tesorero y el Guardatemplo Interno, ubicándolo en la columna del Norte, a la derecha del Secretario. En el Rito Escocés que se practica e Chile se lo ubica jerárquicamente entre el maestro de Ceremonias y los Expertos, y su lugar en Logia es como en el Rito Francés. la Constitución de la Gran Logia del Estado de Israel ubica el Gran Hospitalario entre el Tesorero y el Orador, destacando así la relevancia que se le asigna al cargo.
La joya (regalía) que identifica al Hospitalario es una talega (bolso para dinero o bienes) y sobre ella un corazón que simboliza la misericordia propia de la función.
Una costumbre distinta en distintas Logias del mundo s la de que sea el Hospitalario quien recolecte entre los Hermanos el óbolo para el Tronco de la viuda y otras contribuciones producto de su iniciativa, siendo el responsable y administrador de una cuenta especial, no relacionada con la Tesorería.
En relación a los egresos, es costumbre en muchas Logias predeterminar montos máximos de beneficencia o ayuda que el Venerable o el Hospitalario con su anuencia pueden efectuar sin previa consulta adicional.
Es función del Hospitalario prestar ayuda tanto a los Hermanos como a sus familiares, viudas o huérfanos. La ayuda no solamente tiene que carácter económico, sino que se traduce en consejos adecuados o guía para dirigirse a los organismos pertinentes.
Otra de las tareas asignadas al Hospitalario en diversas Logias es la de solicitar para los archivos de la Logia o de la Orden , los documentos, regalías y ornamentos del Hermano que ha pasado al Oriente Eterno, en aquellos casos en los que los familiares no desearen conservarlos o en aquellos en los que la ausencia de ellos haga suponer su perdida.
Todo esto implica la obligación del Hospitalario de estar permanentemente informado del estado de salud y de las dificultades económicas de cada Hermano del Taller, y se sus deudos en caso de su fallecimiento.
A este delicado e importante cargo debe llegar solamente un Hermano que disponga del tiempo necesario y de la independencia económica para poder cumplir con sus tareas y que ostente tanto cualidades humanas como de discreción. Que sea capaz de amar y hacerse amar por todos los Hermanos y sus familiares por su tacto y bondad. Una palabra de consuelo, un sabio consejo, una ayuda efectiva en el momento adecuado, tienen un valor inapreciable. Para poder brindarlos el Hospitalario debe ser un Hermano experimentado, conocer y ser conocido por todos.
Es necesario que cuente con la ayuda de todos los Hermanos y del propio necesitado, para recibir la información adecuada. nada es obvio y las informaciones no se transmiten como por arte de magia. No cabe la actitud de “no molestar”: esto es privar a los Hermanos del privilegio de ayudarlo. Así como informamos de nuestros éxitos y alegrías para compartirlas, debemos participar de nuestras penas y dificultades para recibir el bálsamo del apoyo fraternal.
Roguemos al GADU para que el Hospitalario sea un Oficial adecuado a su cargo y que las noticias que de nosotros reciba sean alegres y positivas.
Bibliografía:
Constitución de la Gran Logia del Estado de Israel.
Mackey: Enciclopedia de la Francmasoneria.Tomo II, pag. 733. Tomo III, pag. 876.
Entre Columnas. Tomo IV, pag 136.
León Zeldis: Estudios Masónicos, pag. 131.
Manual de Organización, pag. 18.
Revista Masónica de Chile, Mayo-Junio 1964, pag. 39-45.
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