viernes, 19 de junio de 2009

MASONESRIA ESOTERICA - MASONES DE LA LENGUA ESPAÑOLA NEW YORK - VICTOR SALAZAR


MASONERIA ESOTERICA

MANLY PALMER HALL.


El estudiante de la Masonería mística se ve enfrentado eternamente con un problema. Se le presenta bajo diferentes nombres. Se le ha hablado de él bajo muchos símbolos, pero, brevemente, puede ser definido como la purificación y liberación del cuerpo y el espíritu, del veneno de la cristalizació n y la materialidad. En otras palabras, él está buscando rescatar la vida enterrada entre las ruinas de su derruido templo y restaurarlo en su legítimo lugar como la nota clave de su arco espiritual.

Estudiando la Masonería antigua nos encontramos con las primeras revelaciones, que nosotros conocemos como las Enseñanzas de la Sabiduría. Al igual que otros grandes misterios, ellas consisten de soluciones a problemas de la diaria existencia. Podrá parecernos de muy poco uso para nosotros el estudio de esos antiguos símbolos abstractos, pero en su tiempo cada estudiante comprenderá que las cosas que ahora apartamos como sin valor, son las joyas que algún día necesitará. Como el centauro del zodíaco, el hombre está eternamente esforzándose en elevar la conciencia humana desde el cuerpo del animal; y en la escalera de tres peldaños de la Masonería, encontramos los tres grandes pasos que son necesarios para lograr esta liberación. Estas tres gradas son las tres grandes divisiones de la conciencia humana. Podemos, sucintamente, definirlas, como materialidad, intelectualidad y espiritualidad. Ellas también representan la acción en el peldaño inferior, la emoción en el del centro, y la mentalidad en el superior. Todos los seres humanos están haciendo el esfuerzo de llegar hacia Dios, subiendo por estas tres gradas que conducen a la liberación.

Cuando nosotros unimos estas tres manifestaciones en un armonioso equilibrio, tenemos, entonces, el flamante triángulo. Los antiguos declararon que Dios, como el punto en el círculo, es incognoscible, pero que dan fe de su existencia sus tres manifestaciones - el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Lo mismo es cierto con el hombre. Dios en cada uno de nosotros puede sólo manifestarse por sus tres manifestaciones; el Padre se manifiesta por medio de nuestros pensamientos, el Hijo por medio de nuestras emociones, y el Espíritu Santo por medio de nuestras acciones. Cuando armonizamos nuestros pensamientos, deseos y acciones, tenemos el triángulo equilátero. Cuando las energías vitales purificadas del hombre son irradiadas a través de esas tres manifestaciones, un halo llameante se agrega al triángulo, en cuyo centro está Dios - el incognoscible e impensable Uno; es el yod o llameante letra del alfabeto hebreo; el abismo que nadie puede conocer, pero del cual todas las cosas vienen. La vida de este desconocido emana hacia afuera a través del triángulo, el cual, en los grados superiores, esta rodeado por un halo de llamas. El halo es el alma construida por los transmutados pensamientos, acciones y deseos - el eterno triángulo de Dios.

Entre los símbolos Masónicos esta la colmena, llamada símbolo de la industria, porque ella demuestra, claramente, que el hombre debe cooperar con sus semejantes para lograr el desarrollo mutuo de todo. También contiene un mensaje mucho más profundo, porque cada alma viviente es una abeja que viaja por la vida y recoge el polen de la sabiduría en los distintos ambientes y experiencias de la vida. Así como la abeja liba la miel del corazón de la flor, cada uno de nosotros debe extraer el néctar espiritual de cada acontecimiento, cada gozo, cada sufrimiento, y llevarlo a la gran colmena de la experiencia - el cuerpo - alma del hombre. En la misma forma, se dice, que las energías espirituales en el hombre toman, eternamente, las fuerzas vitales que él está transmutando y - que las lleva a la colmena del cerebro, en donde es almacenada la miel o el combustible necesario para el mantenimiento de la vida.

Se dice que los antiguos dioses vivían de néctar y no tenían que comer o beber como los otros hombres. Es realmente cierto que la miel conseguida o extraída del enfrentamiento con los problemas del diario vivir, es el alimento más elevado del hombre. Mientras comemos a la mesa bien servida, sería bueno para nosotros considerar si el hombre espiritual también se nutre y desarrolla con las cosas que nosotros hemos transmutado en nuestra propia vida.

Un filósofo de la antigüedad dijo, que la abeja extrae la miel del polen de la flor, en tanto que la araña, de la misma fuente extrae el veneno. El problema, entonces, que se nos plantea, es: ¿somos abejas o arañas?; ¿transformamos las experiencias de la vida en miel o en veneno?; ¿nos ayudan a crecer y elevarnos, o seguiremos, obstinadamente, dando coces contra el aguijón?

Mucha gente se vuelve agria con la experiencia, pero el sabio toma la miel y la almacena dentro de la colmena de su propia naturaleza espiritual.

Es bueno, también, para nosotros el considerar “el saludo especial de la garra del león", uno de los símbolos de iniciación más antiguos del mundo. Antiguamente, el neófito en su camino hacia los templos de Misterios de Egipto, era al final, enterrado en un gran cofre de piedra destinado a los muertos para ser llevado, después, por el maestro, nuevamente a la vida, en su vestimenta de azul y oro. Cuando el candidato era levantado, el gran maestro llevaba en su brazo y manos, a manera de guante, una piel de león, y se decía que el discípulo, nuevamente despertado, había sido llevado a la vida "asido por la garra del león". La letra hebrea yod (que se coloca en el centro del triángulo y se usa, algunas veces, como símbolo del espíritu, por su aparente semejanza a una llama) significa, de acuerdo a los cabalistas, una mano extendida hacia adelante. Nosotros entendemos esto, como simbolizando al espíritu solar del hombre, que se dice está entronizado en el signo de Leo, el león de Judea. Y así como el fruto de los campos y semilleros crecen y se desarrollan por los rayos del sol, así también, se dice que la cristalizació n del hombre es destruida y disipada por la luz del sol espiritual, el cual levanta a los muertos con su poder y libera las fuerzas vitales latentes. El espíritu del hombre, con sus ojos que ven en la oscuridad, esta siempre esforzándose, por elevar la parte inferior de su naturaleza para que se una con él mismo. Cuando el hombre inferior es, de ese modo, elevado de la materialidad por los ideales superiores que desarrolló dentro de si, se dice que el espíritu de la luz y la verdad ha levantado al candidato, por la iniciación, con "la garra del león".


Examinemos el símbolo de los dos "Juan", como lo encontramos en los rituales Masónicos. Juan (John, en el original inglés) significa "carnero" (en inglés: ram), y el carnero es el símbolo de las pasiones e impulsos animales del hombre. En Juan el Bautista, vestido con pieles de animales, esas pasiones no han sido transmutadas, mientras que en Juan el Evangelista han sido transmutadas, y los vehículos y poderes que representan, se han convertido en los bienamados discípulos del Cristo en la vida del hombre.

Nosotros oímos a menudo, la expresión: “montar el chivo", o "agarrarse al palo enjabonado". Esto tiene una importancia simbólica para aquéllos que tienen ojos para ver, porque cuando el hombre domina su naturaleza animal inferior, puede decir honestamente, "que está cabalgando el chivo"; y si no puede cabalgar el chivo, no puede entrar en el templo de la iniciación. El palo enjabonado al cual debe aferrarse, se refiere, indudablemente a la columna vertebral; y es, solamente, cuando el hombre puede ascender por esa columna, conscientemente, y llegar así al cerebro, que puede tomar los grados de la fracmasonería.

El tema de la Palabra Perdida debe ser considerado como un problema individual. El hombre en si - esto, es el verdadero principio - puede ser llamado la Palabra Perdida; pero es mejor decir que es cierta cosa que irradia del hombre lo que constituye la consigna que es reconocida por todos los miembros de su comunidad. Cuando un hombre, como arquitecto de su templo abusa y destruye las energías vitales que están dentro de si mismo, entonces, el constructor, después de haber sido muerto por los tres cuerpos inferiores, se lleva consigo a la tumba en donde yace, la Palabra que es la prueba de su condición.

El abuso de los poderes físicos, mentales, o espirituales, da como resultado la muerte de la energía,; y cuando esta energía se pierde, el hombre pierde con ella la palabra sagrada. Nuestras vidas - pensamientos, deseos y acciones, - son las triples consignas vivientes por las cuales un maestro constructor conoce a sus obreros; y cuando el estudiante pide su admisión a la Cámara interna, debe presentar a la entrada del templo las credenciales de un cuerpo purificado y una mente equilibrada. Ningún dinero puede comprar esa palabra; ningún grado puede concederla. Pero, cuando dentro de nosotros mismos, el constructor muerto es resucitado nuevamente, él mismo pronuncia la palabra, y sobre la piedra filosofal erigida dentro de si mismo se grava el nombre viviente de lo Divino.

Solamente cuando es resucitado este constructor, los símbolos de la mortalidad pueden ser cambiados por los de la immortalidad. Nuestros cuerpos son las urnas que contienen las cenizas de Hiram, nuestras vidas son las columnas rotas, la cristalizació n es el ataúd, y la desintegració n es la abierta fosa. Pero, arriba de todo, está la rama de siempreviva, prometiendo vida a aquellos que despiertan el poder serpentino, y mostrando que debajo de las ruinas del templo está sepultado el cuerpo del constructor, quien es "revivido" cuando nosotros liberamos la vida divina que está encerrada en nuestras propias naturalezas materiales,


Hay muchos de estos maravillosos símbolos Masónicos, que nos han sido trasmitidos desde el olvidado pasado; símbolos cuyos significados, largo tiempo perdidos, han sido enterrados bajo el manto de la materialidad; El verdadero Masón - el hijo de la luz - sigue ansiando la liberación, y el vacío trono del rey de Egipto todavía aguarda al rey del Sol que fuera muerto. Todo el mundo espera todavía que Balder el Hermoso vuelva a la vida nuevamente, que el Cristo crucificado levante la lápida de piedra y se eleve de la tumba de la materia, llevando consigo su propia tumba.

Cuando el hombre ha vivido de modo que pueda entender este maravilloso problema, el gran ojo o centro de conciencia, es capaz de ver a través del limpio cristal del cuerpo purificado. Los misterios de la verdadera Masonería, por largo tiempo ocultos al profano, son, entonces, comprendidos, y el nuevo maestro revestido con sus mantos de azul y oro, sigue la senda de los inmortales que han ascendido, escalón por escalón, la escalera que conduce a lo alto, hacia las siete estrellas. En las lejanas alturas, el Arca - el manantial de vida - flota en las aguas del olvido, y envía su mensaje hacia abajo, al hombre inferior, por medio del cable de amarre. Cuando se alcanza este punto, la puerta en la "G" se cierra para siempre, porque el centro ha retornado al círculo; el triple cuerpo y el triple espíritu quedan unidos en el sello eterno de Salomón. Entonces, la piedra angular que el constructor rechazara vuelve a ser otra vez el vértice del ángulo y el hombre - la piedra culminante por largo tiempo perdida en el templo universal - vuelve a ocupar su lugar.

Las ocurrencias de la vida diaria están afinando nuestros sentidos y desarrollando nuestras facultades. Estas son las herramientas del artesano - el mazo, el cincel y la regla - y con estas herramientas autodesarrolladas, nosotros estamos lentamente devastando la piedra bruta o cubo, en el bloque pulido para el templo universal. Es sólo, entonces, que nos convertimos en iniciados de la llama, porque solamente en ese momento la luz reemplaza a la oscuridad. Así como vagando por las abovedadas cámaras de nuestra propia existencia aprendemos el significado de las abovedadas cámaras del templo, el ritual de la iniciación al desarrollarse ante nuestros ojos, nos hace reconocer en él la recapitulació n de nuestra propia existencia, el desarrollo de nuestra conciencia y el relato de nuestra propia vida. Con este pensamiento en la mente, seremos capaces de comprender no sólo por qué los atlantes de la antigüedad hacían el culto al Sol naciente, sino también cómo el moderno Masón simboliza este Sol como Hiram, el noble de nacimiento, cuando él asciende a lo alto del templo, coloca una piedra de oro allí y despierta a la vida todas las cosas existentes en el hombre.
MASONES DE LA LENGUA ESPAÑOLA NEW YORK.
VICTOR SALAZAR

TEMPLARIOS Y MASONES




Templarios y Masones

La iniciación en la masonería antigua comprendía las pruebas de la tierra, el agua, el aire y el fuego cuya presencia vemos en varias cofradías secretas de la antigüedad; la iniciación al grado
de Maestro descansaba sobre el mito del arquitecto asesinado.

Entre los símbolos secretos de los antiguos francmasones operativos,
hay que citar primero los laberintos
que son verdaderas rúbricas iniciáticas de magia telúrica. Fueron
destruidos, en su mayoría, por clérigos europeos a partir del
siglo XVII; los que subsisten están muy a menudo ocultos por maleza
que impiden sentir el inmenso impulso de las bóvedas.

En el centro de los laberintos figuraba, por lo general,
el rostro de uno o varios maestros de obras que encarnaban el alma de
la cofradía masónica que había construido la Catedral.

La escalera de caracol, que puede verse en numerosas torres de
catedrales, fue un importante símbolo de la masonería medieval; aludía a la necesidad de
evolucionar en torno a un eje central, de seguir las volutas de la existencia humana
sin perder nunca de vista una referencia sagrada.

A lo largo de esas escaleras o en los pilares, se encuentran
marcas de constructores y signos lapidarios que son, unas veces,
firmas de escultores, otras, restos geométricos que ofrecen claves de proporciones.

Esas marcas existían ya en la más alta antigüedad; en las paredes del templo egipcio de Medinet-Habu , Dyamet (nombre egipcio), que data de
la XVIII Dinastía, se ve la estrella de cinco puntas, la cruz de San
Andrés, un armonioso trazado de un plano de templo, un cuadrado largo es decir, un
rectángulo de 1 por 2 que es, hoy todavía, el símbolo de la logia masónica.

La gran «reserva» simbólica de la masonería medieval es,
esencialmente, el repertorio iconográfico de los capiteles esculpidos.

Allí encontramos el pelícano, el fénix y el águila de dos cabezas que se honran en los altos grados masónicos; todas las
actitudes rituales del escultor iniciado se representan en la piedra o en la madera,
todos los objetos sagrados de los albañiles son visibles en las iglesias y las catedrales,
todos sus secretos espirituales y técnicos son accesibles aún gracias al
lenguaje del símbolo.

El término de «símbolo», que sin duda es el mejor camino para comprender la
mentalidad medieval, nos da ocasión para abordar un tema delicado:
las relaciones de la francmasonería medieval con otra gran sociedad iniciática de aquel
tiempo, la orden caballeresca de los templarios.

Como demostró el historiador Paul Naudon, en una obra sobre "Les loges de Saint-Jean", la epopeya de las catedrales se debió a la acción conjunta de la Iglesia, los
templarios y los francmasones.

Puesto que la masonería del siglo XX reivindica de buen grado su
ascendencia templaría, es necesario examinar esta afirmación.

Es sabido que, según la leyenda, los nueve fundadores de la Orden encontraron
en los cimientos del templo de Jerusalén un cofre en el que se ocultaba un manuscrito secreto supuestamente escrito por el mismo Rey Salomón
de inestimable valor iniciático; éste relataba el procedimiento
empleado por Salomón para realizar la Gran Obra alquímica en el interior del cuerpo humano.

Poco después de su nacimiento, en 1118, la orden del
Temple tuvo una gran actividad arquitectónica; recurrió a los
albañiles y los protegió de un modo constante. En cada comandancia había un maestro arquitecto que velaba por los derechos de franquicia concedidos a todos los obreros que
solicitaban la hospitalidad del Temple.

En 1268, Fouques de la Orden del Temple es, a la vez,templario, francmasón y
maestro carpintero del rey; es el vivo símbolo de una unión total.

Además, en 1 155, casi
todas las logias inglesas eran administradas por el Temple.
El 19 de marzo de 1314 tiene lugar la ejecución en la orca de Jacques de Molay,
que supone la muerte oficial de la orden templaría. ¿Qué se reprochaba a esos
caballeros?
Son las calumnias habituales que aparecen sin cesar cuando se ataca a
las sociedades iniciáticas. De hecho, Felipe el Hermoso había visto cómo su
solicitud de admisión era rechazada por los maestros templarios, y su vanidad de tirano,
acompañada por una imperiosa necesidad de dinero, desembocó en los actos criminales
conocidos por todos.

Además, los templarios no revelaban a la Iglesia romana el secreto de
sus asambleas; los«capítulos» del Temple interior se reunían por la noche y no se
confundían con las asambleas que administraban los inmensos bienes materiales de la
orden.

Solo hemos conservado algunos retazos de la iniciación templaría.
Antes de laentrada del neófito, el maestro del lugar preguntaba a los hermanos:
¿Queréis que le hagamos venir por Dios?; a eso responden: «Hacedlo venir por Dios».
Cuando el neófito entra en el templo, todos los iniciados se vuelven hacia él y le
preguntan: «¿Os halláis todavía en vuestra buena voluntad?»; fórmula que la francmasonería
transformara ligeramente preguntando al profano si es libre y de buenas
costumbres.

«Requerís algo muy grande», dice el maestro al postulante, «pues solo veis la
corteza de nuestra orden.
Ignoráis los duros mandamientos de nuestra sociedad, pues es duro que
vos, que sois dueño de vos mismo, os hagáis siervo de otro». Durante la ceremonia,
una pregunta reaparece vanas veces: «¿Sois de buena voluntad?». Y todas las veces
el postulante se compromete más y manifiesta su deseo de proseguir.

El instante supremo es el de la «creación» del nuevo templario. El
maestro se dirige entonces a los hermanos: «Si entre vosotros hubiera alguno que conoce
en él (el postulante) algo que le impida ser un hermano según la Regla, que lo
diga; pues mejor sería que lo dijese antes que cuando haya acudido ante nosotros».

Esta fase ritual se conserva íntegramente en la iniciación masónica contemporánea.
Los templarios empleaban ya la calavera que se encuentra en el
«gabinete de reflexión» de los masones, honraban de modo particular una piedra
procedente del cielo que puede confundirse con la piedra cúbica del compañero masón.

Además, cuando el iniciado templario pasa por encima del crucifijo, lleva a cabo un
acto análogo al del maestro masón cuando pasa por encima del ataúd de Hiram. El Gran

Maestre de los templarios se afirma, por lo demás, como arquitecto, puesto que posee
el ábaco, el bastón sagrado de los constructores.

La fiesta del solsticio del san Juan de invierno reúne a
templarios y francmasones, y los grandes maestros de ambas órdenes
encienden personalmente las hogueras rituales.

Tras la destrucción de la orden del Temple,
algunos afirmaron que los templarios habían escapado de la matanza. Varios
hermanos se habrían refugiado en Escocia, cerca de Heredom, donde fueron
recibidos con alegría por los caballeros de san Andrés del Cardo.

En nuestros días, el Rito Escocés Rectificado reivindica a los templarios
que habrían creado ese rito masónico en Heredom, hacia
1340. Según otros relatos, el rey escocés Bruce habría acogido en su
corte a los templarios supervivientes y fundado en su honor la orden del Cardo,
hacia 1313.

En su obra Del régimen de estricta Observancia, el masón de Hund resume en
estos términos la leyenda que une los templarios con los masones: «Tras la
catástrofe, el Gran Maestro provincial de Auvernia, Pierre d'Aumont, huye con dos comendadores y cinco caballeros.

Para no ser reconocidos se disfrazaron de obreros albañiles y se
refugiaron en una isla
escocesa donde encontraron al gran comendador Georges de Harris y a
varios hermanos
más, con los que decidieron continuar la orden. Celebraron, el día de
san Juan de 1313,
un capítulo en el que Aumont, el primero de su nombre, fue nombrado Gran Maestro.

Para evitar las persecuciones, tomaron prestados símbolos del arte de
la albañilería y se denominaron albañiles libres». La nueva orden se extendió entonces
por Inglaterra, Alemania e Italia.

Los nombres y las fechas, una vez más, deben ser puestos en duda, y numerosos
historiadores rechazan la ascendencia templaría de la francmasonería.

Cierto es, sin embargo, que algunos templarios prosiguieron la Obra iniciada y se
refugiaron en las cofradías de albañiles a los que habían protegido cuando eran
poderosos.

La identidad de puntos de vista y la comunidad de los símbolos eran serios motivos de
aproximación.

Además, la filiación templaría es una realidad viva para muchos masones que recuerdan
las palabras pronunciadas por su hermano Ramsay en el siglo XVIII:
«Los cruzados [que se identifican aquí con los templarios], reunidos de todas partes de
la cristiandad en Tierra Santa, quisieron unir en una sola confraternización a los
subditos de todas las naciones. El nombre de francmasones no debe ser entendido, pues, en
un sentido literal, grosero y material... Qué agradecimiento se debe, pues, a esos
hombres superiores que, sin grosero interés, sin ni siquiera escuchar el natural deseo de
dominar, imaginaron un establecimiento cuyo único objetivo es la reunión de los espíritus y
los corazones, para hacerlos mejores, y formar, en el transcurso de los tiempos, una
nación del todo espiritual».

Llegados ya al final de este capítulo en el que hemos intentado hacer revivir
algunos de los aspectos de la francmasonería en la Edad Media. Es hora
de sacar algunas conclusiones de esta investigación, recordando los principios
esenciales de la Orden masónica en la cima de su gloria y de su genio; tendremos así
puntos de referencia para mejor comprender la ulterior revolución de la Orden.

El albañil, el masón de la Edad Media, entra en una cofradía cuyo objetivo
principal es construir un templo de piedra destinado a recibir la
asamblea de los fieles.
Construyéndolo, el iniciado aprende también a construir un templo
espiritual que nunca estará acabado. En el interior de la Orden no hay disociación entre
el espíritu y la mano,
entre los «pensadores» y los «manuales»; el Maestro de Obras es el
símbolo viviente de esta unidad.

Para el masón, el universo es una gigantesca obra donde se encuentran
todos los materiales indispensables para la erección de la catedral. A él le
toca saber utilizarlos y realizar la Obra más hermosa que ofrecerá a Dios y a los hombres.

«Todos los ritos de la masonería», escribió Jules Romains, «giran en torno a la idea de
construcción. Si habéis comprendido eso, lo habéis comprendido todo». El masón, en
efecto, no cree en el «buen salvaje»; a su juicio, el oficio es necesario para la
culminación del alma, el trabajo es la mejor aproximación a lo divino. Pero no se trabaja de cualquier modo; para reconstruir al hombre edificando una iglesia, hay que estar iniciado
y percibir el sentido de los símbolos.

«Dios escribe derecho con renglones torcidos», dice un proverbio
masónico que anuncia los descubrimientos de Einstein. Por eso la vida del masón es
una espiral que se desarrolla hasta el infinito, una curva armoniosa que une el cielo y
la tierra. El buen masón es el que tiene «el compás en el ojo», ese ojo de Luz que está
siempre situado por encima del Venerable Maestro del lugar, en las logias actuales.

Según la francmasonería, tres obras deben realizarse aquí abajo:
prolongar la Obra de Dios llevando a la existencia lo que antes no era;
por ejemplo, hacer surgir una catedral de la nada.
Prolongar la obra de la naturaleza revelando a los hombres lo
que estaba oculto; por ejemplo, traducir a símbolos las ideas
íniciáticas vividas en el secreto de los templos.
Finalmente, crear de acuerdo con las leyes de la Maestría, es
decir, unir lo que estaba separado y separar lo que estaba mal unido.

El Maestro de Obras es aquel que consigue realizar esas tres obras gracias a las
enseñanzas de la francmasonería.



De: Belino masonmex@hotmail.com

jueves, 18 de junio de 2009

CONOCER QUIEN ERES

MASONES DE LA LENGUA ESPAÑOLA NEW YORK
VICTOR SALAZAR
CONOCER QUIEN ERES - MAHARAJI.


PITAGORAS: LOS MISTERIOS DE DELFOS



PITAGORAS: LOS MISTERIOS DE DELFOS
FRATER LUIS

Conócete a ti mismo, y conocerás el Universo y los Dioses (Inscripción del templo de Delfos)

El sueño, el Ensueño y el Éxtasis son las tres puertas abiertas sobre el Más Allá, de donde nos vienen la ciencia del alma y el arte de la adivinación.

La Evolución es la ley de la Vida.
El Número es la ley del Universo.
La Unidad es la ley de dios.

El alma de Orfeo había atravesado como un divino meteoro el tempestuoso cielo de la Grecia naciente. Desaparecido él, las tinieblas lo invadieron nuevamente. Después de una serie de revoluciones, los tiranos de Tracia quemaron sus libros, derribaron sus templos, expulsaron a sus discípulos. Los reyes griegos y muchas ciudades, más envidiosos de su desenfrenada licencia que de la justicia que se desprende de las puras doctrinas, los imitaron. Pretendióse borrar su recuerdo, destruir sus últimos vestigios, y todo estuvo tan bien hecho que algunos siglos después de su muerte una parte de Grecia dudaba de su existencia. En vano los iniciados conservaron su tradición durante más de mil años; en vano Pitágoras y Platón hablaban de él como de un hombre divino; los sofistas y los rectores ya no lo veían más que como una leyenda acerca de los orígenes de la música. Aún en nuestros días los eruditos niegan porfiadamente la existencia de Orfeo. Se apoyan principalmente! en el hecho de que ni Homero ni Hesíodo pronunciaron su nombre. Pero el silencio de esos poetas se explica solamente por la prohibición que los gobiernos locales habían impuesto sobre el gran iniciador. Los discípulos de Orfeo no perdían ocasión alguna para referir todos los poderes a la autoridad suprema del templo de Delfos y no cesaban de repetir que era preciso someter al consejo de los antictiones las diferencias producidas entre los diversos Estados de Grecia. Eso molestaba a los demagogos tanto como a los tiranos. Homero -que probablemente recibió su iniciación en el santuario de Tiro, y cuya mitología es la traducción poética de la teología de Sankoniaton-, el jonio Homero bien pudo ignorar al dorio Orfeo, cuya tradición era tanto más secreta cuanto más perseguida estaba. En cuanto a Hesíodo, nacido cerca del Parnaso, debió de conocer su nombre y su doctrina por el santuario de Delfos; pero sus iniciadores le impusieron silencio, y con razón.

Entre tanto, Orfeo vivía en su obra, vivía en sus discípulos y en los mismos que lo negaban. ¿Qué es esa obra? ¿Dónde hay que buscar esa alma vital? ¿En la oligarquía militar y feroz de Esparta, donde la ciencia es despreciada, la ignorancia erigida en sistemas, la brutalidad exigida como un complemento del valor? ¿En esas implacables guerras de Mesenia, donde se viera a los espartanos perseguir hasta el exterminio a un pueblo vecino, y a esos romanos de Grecia anunciar la roca Tarpeya y los sangrientos laureles del Capitolio cuando arrojaron al abismo al heroico Aristómenes, defensor de su patria? ¿Acaso en la democracia turbulenta de Atenas, siempre presta a caer en la tiranía? ¿En la guardia pretoriana de Pisístrato o en el puñal de Harmodio y de Aristogitón, oculto bajo una rama de mirto? ¿En las ciudades numerosas de la Hélade de la Gran Grecia y del Asia Menor, donde Atenas y Esparta ofrecen los dos tipos opuestos? ¿En todas esas democracias y tiranías! envidiosas, celosas y siempre dispuestas a destrozarse entre sí? No, el alma de Grecia no está allí. Está en sus templos, en sus Misterios y en sus iniciados. Está en el santuario de Júpiter en Olimpia, en el de Juno en Argos, en el de Ceres en Eleusis; reina sobre Atenas con Minerva, irradia desde Delfos con Apolo, que domina y penetra en todos los templos con su luz. Ese es el centro de la vida helénica, el cerebro y el corazón de Grecia. Ahí van a instruirse los poetas que traducen a la multitud las verdades sublimes en vivientes imágenes, los sabios que la propagan con dialéctica sutil. El espíritu de Orfeo circula donde quiera que palpite la Grecia inmortal. Volvemos a encontrarlo en las luchas poéticas y gimnásticas, en los juegos de Delfos y de Olimpia, instituciones felices que imaginaron los sucesores del maestro para acercar y refundir las doce tribus griegas. Lo tocamos con el dedo en el tribunal de los anfictiones, en esa asamblea de los grandes iniciados, corte ! suprema y arbitral que se reunía en Delfos, gran poder de justicia y concordia, el único donde Grecia volvió a hallar su unidad en horas de heroísmo y abnegación.

Sin embargo, esa Grecia de Orfeo, que tenía por intelecto una pura doctrina conservada en los templos, por alma una religión plástica y por cuerpo una alta corte de justicia centralizada en Delfos, comenzaba a declinar desde el siglo VII.

Las órdenes de Delfos ya no eran respetadas, violábanse los territorios sagrados. Es que había desaparecido la raza de los grandes inspirados, poderes políticos; los propios Misterios comenzaron desde entonces a corromperse. El aspecto general de Grecia había cambiado. La antigua realeza sacerdotal y agrícola era reemplazada por la tiranía pura y simple, por la aristocracia militar o por la democracia anárquica. Los templos habíanse tornado impotentes para prevenir la disolución amenazante. Precisaban una nueva ayuda. Habíase hecho necesaria una vulgarización de las doctrinas esotéricas. Para que el pensamiento de Orfeo pudiera vivir y difundirse en todo su esplendor, era preciso que la ciencia de los templos pasara a las órdenes laicas. Y se deslizó, tras diversos disfraces, en la cabeza de los legisladores civiles, en las escuelas de los poetas, bajo los pórticos de los filósofos. Estos sintieron para su enseñanza la misma necesidad que Orfeo había reconocido para la religión, la de dos doctrinas: una pública, otra secreta, que exponían la misma verdad en medida y forma diferentes, apropiadas al desarrollo de sus alumnos. Dicha evolución dio a Grecia sus tres grandes siglos de creación artística y de esplendor intelectual. Permitió al pensamiento órfico, que es a la vez el impulso primero y la síntesis ideal de Grecia, concentrar toda su luz e irradiarla sobre el mundo entero, antes que su edificio político, minado por las disensiones intestinas, se sacudiera bajo los golpes de Macedonia para desmoronarse finalmente por la férrea mano de Roma.

La evolución de que hablamos tuvo numerosos obreros. Suscitó físicos como Tales, legisladores como Solón, poetas como Píndaro, héroes como Epaminondas; pero tuvo un jefe reconocido, un iniciado de primer orden, una inteligencia soberana, creadora y ordenadora. Pitágoras es el maestro de la Grecia laica, como Orfeo lo es de la Grecia Sacerdotal. Traduce, continúa el pensamiento religioso de su predecesor y lo aplica a los tiempos nuevos. Pero su traducción es una creación, pues coordina las inspiraciones órficas en un sistema completo; les suministra la prueba científica en su enseñanza y la prueba moral en su instituto de educación, en la orden pitagórica que le sobrevive.

Aunque haya aparecido en la plena luz de la historia, Pitágoras ha quedado como un personaje casi legendario. La razón principal de ello es la persecución encarnizada de que fue víctima en Sicilia y que costó la vida a tantos pitagóricos. Algunos perecieron aplastados bajo los escombros de su escuela incendiada, otros murieron de hambre en un templo. El recuerdo y la doctrina del maestro solamente se perpetuaron a través de los discípulos que consiguieron huir a Grecia. Platón, con gran esfuerzo y a alto precio, se procuró por intermedio de Arquitas un manuscrito del maestro, que por otra parte jamás escribió su doctrina esotérica sino en signos secretos y bajo forma simbólica. Su verdadera acción, como la de todos los reformadores, ejercíase por la enseñanza oral. Pero la esencia del sistema consiste en los Versos dorados de Lisis en el comentario de Hierocles, en los fragmentos de Filolao y de Arquitas, así como en el Timeo de Platón, que contiene la cosmogonía de Pitágoras. Por último, los escritores de la antigüedad están rebosantes del filósofo de Crotona. Nos transmiten las anécdotas que pintan su sabiduría, su belleza y su maravilloso poder sobre los hombres. Los neoplatónicos de Alejandría, los gnósticos y hasta los primeros Padres de la Iglesia lo citan como una autoridad. Preciosos testimonios, donde vibra siempre la poderosa oleada de entusiasmo que la gran personalidad de Pitágoras supo comunicar a Grecia y cuyas últimas sacudidas son todavía sensibles ocho siglos después de su muerte.

Vista desde lo alto, examinada con las claves del esoterismo comparado, su doctrina presenta un magnífico conjunto, un todo solidario cuyas partes están ligadas por una concepción fundamental. Encontramos allí una reproducción razonada de la doctrina esotérica de la India y de Egipto, a la cual da la claridad y la simplicidad helénica añadiéndole un sentimiento más enérgico, una idea más neta de la libertad humana.

En la misma época, y sobre diversos puntos del globo, grandes reformadores vulgarizaban doctrinas análogas. Lao -Tsé salía en China del esoterismo de Fo-hi; el último Buda, Sadkya-Muni, predicaba a orillas del Ganges; en Italia, el sacerdocio etrusco enviaba a Roma un iniciado provisto de libros sibilinos; el rey Numa, que procuró refrenar con prudentes instituciones las ambiciones amenazadoras del Senado Romano. Y no por obra del azar dichos reformadores aparecen al mismo tiempo entre pueblos tan diversos. Sus diferentes misiones concurren a una finalidad común. Prueban que, en ciertas épocas, una misma corriente espiritual atraviesa misteriosamente toda la humanidad. ¿De dónde procede? De ese mundo divino que está fuera de nuestra vista, pero del cual los genios y los profetas son enviados y testigos.

Pitágoras atravesó el mundo antiguo antes de decir su palabra en Grecia. Vio al África y Asia, a Menfis y Babilonia, vio su política y su iniciación. Su vida tempestuosa parece un navío lanzado en plena tormenta; con las velas desplegadas persigue su fin sin desviarse de la ruta, imagen de la calma y la fuerza en medio de los elementos desencadenados. Su doctrina da la sensación de una noche fresca que sucede a los agudos fuegos de una jornada abrumadora. Hace pensar en la belleza del firmamento, que despliega poco a poco sus archipiélagos centelleantes y sus armonías etéreas sobre la cabeza del observador.

Procuremos despojar a una y otra de las oscuridades de la leyenda y de los prejuicios de la escuela.
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Etiquetas: PITÁGORAS

martes, 16 de junio de 2009

MASONES DE LA LENGUA ESPAÑOLA NEW YORK - LA EXPECTATIVA MILENARIA DE NUEVA ERA


LA EXPECTATIVA MILENARIA DE NUEVA ERA
Por R:.H:. Victor Salazar(*)
M:.M:.
New York - Estados Unidos

CABALLEROS DE LA ORDEN DEL SOL

Las historias antiguas que contamos acerca de nosotros
ya no inspiran ni animan porque estan desconectadas
de un sistema entero de creencias y practicas.
En breve, los dioses antiguos estan muertos.
Sin embargo, viendolo por el lado bueno,
los nuevos estan empezando a emerger.
Joseph Capbell - Mitologo






RR:. y QQ:

El mensaje que traigo no es nada nuevo, solo quiero hacerles recordar, que fue guardado celosamente por aquellos grandes constructores, de nuestra cultura americana. Es asi que LA MADRE tierra es una sola CASA, que la división de América y nacionalidades es incierta e ilusoria por lo que es completamente ficticia. Constituimos una sola raza que evolucionado de forma diversa y rara cumpliendo el precepto cósmico, el patriotismo el fanatismo y/o el nacionalismo tonto, son los que han levantado fronteras de nuestro pueblo continente.

Más aun las energías pasadas retornan a la América, después de haber recorrido el tiempo cósmico de las doce casas zodiacales. No es un cambio, sino una reconexión de los tiempos áuricos, un redescubrir un despertar de las energías, que es atemporal, asimétrica, siempre renovante nueva.

Han pasado 25,920 años en el reloj cósmico, sabemos que una casa esta compuesta en su tiempo de 2160 años que rige nuestro tiempo terrestre, pero al mismo tiempo ilusorio y teórico, la aguja del reloj esta entrando en la casa de acuario y esta exactamente tomara posesión aproximadamente el 10 de diciembre del 2012. Como dice el calendario Maya, - Acuario, se caracteriza por ser el tiempo de luz , esto significa que la fe por la creencia ciega ya no puede sostenerse mas - y que ahora la fe tiene que sostenerse en base del conocimiento, de nuestra esencia y entender que no hay nada suelto, que todo es uno. Quien mira para afuera duerme, el que mira para adentro despierta.
Esto quiere decir que todas las Escuelas deben abrir sus puertas para trasmitir el conocimiento que heredado de generación en generación para la humanidad.

En lo que concierne a nuestra institución y me refiero a la masonería, como dice en la leyenda de Hiram Abiff, se perdió la palabra sagrada, yo digo mas bien, que se perdió el sentido y el camino de por que fue creada la masonería. Y digo esto porque hoy en día vemos como nuestra institución masónica en el mundo esta siendo usada, por hermanos que solo cuidan sus interés y/o lo de los grupo de poder inquistados en la orden, por lo que se creen ellos que son los únicos que tienen el derecho a estar en los cargos y directorios para así mantener el poder y en algunos caso han cometido delitos ante la justicia los cuales callan, quedando en muchos casos impune.

La MASONERÍA debe retomar su rumbo y recuperar lo perdido. MA= madre matriz S= el halito EL aliento creador y expansivo ON igual que OM el en sonido sagrado, como vibra el universo, en amor, es lo que llaman, el gran orgasmo cósmico creador que alguno llaman kabala.

Avizoró, un nuevo tiempo en que el cóndor y el águila vuelen juntos y que cada continente pondrá su parte en el buen devenir de los tiempos que ya esta irradiando y que despertaran las conciencia de los pueblos dormidos, que se han sentido oprimidos y marginados, y se integraran en una fraternidad justa donde el color de piel y la religión no levanten fronteras, porque todos somos hijo de la misma madre tierra (pachamama) hijos del mismo gran arquitecto que concibió en su mente, una sociedad justa que genere justicia e igualdad porque la necesidad lo exige, desde el inicio de los tiempos, el hombre a convivido en sociedad para su protección y seguridad de su clan, tanto el hombre y mujer, juntos de la mano lucharon, han trabajado para evolucionar a condiciones mejores de vida y en muchos casos tuvieron que sacrificar mucho de lo que ya tenían, y esto lo vemos incluso hoy en día.

Y final es lo mismo ayer, hoy y será mañana también, la libertad, igualdad, fraternidad, que son las tres grandes columnas que sostienen la francmasonería y llegamos a un punto de vigencia la regularidad e irregularidad como si uno es mejor que el otro y/o como que uno tiene derecho, y el otro no lo tuviese, es acaso, que uno se olvida del sagrado compromiso que realiza en el ARA del Templo, el juramento de servir al Gran Arquitecto, a tu familia, honrar al Creador y tu semejante, trabajar en el templo interno de tu “YO” mas profundo de tu ser y encontrar esa libertad que te libera, liberador de conciencia, nuestra naturaleza esta integrada a todas las emanaciones a todo la existencia que somos parte de un solo ser.

Es por ello que digo, que el Derecho otorgado por el creador de existir es igual para el hombre y la mujer. Y hemos contrariado al creador al negarle a las mujeres ese derecho y que por largo tiempos la hemos marginadas, recordemos hermanos dos letras masónicas que llevamos muchos en nuestros mandiles, las letras M:. Y B:. de nuestro mandil de maestro masón: M:. De MARIA B:. BETANIA o mejor dicho MARIA DE BETANIA, conocida también como MARIA DE MAGDALA y no tomadas en cuenta. Acaso se han olvidado que desde el inicio del tiempo el hombre y la mujer han caminado siempre juntos. El Ying y el Yang, las dos fuerzas energéticas que dan movimiento a todo lo visible e invisible. Juntos han caído y juntos se han levantado.

Hoy esa energía creadora que por mucho tiempo , alumbro y dio luz y conocimiento a la india a Tíbet y aportando grandes maestros a la humanidad ahora esta apuntado ese potencial energético a la América, como el nacimiento de las nuevas energías que dirigirán los nuevos tiempos del mundo espiritual , es responsabilidad de todos los seres que habitamos este continente trabajar en el desarrollo y bienestar de la humanidad. Tal es el compromiso, de nuestra Logia RLS:. GENESIS DE AMERICA N.144 y los Caballeros de la Orden del Sol.
(*) Miembro Ejecutivo de la revista FENIX

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