viernes, 1 de julio de 2016



✠ De "Milites Christi" a "Milites Templi" ✠

"...en un primer momento, el rey Balduino II hospedó a los monjes-soldados en una sala de su palacio, es decir, de la mezquita de Al-Aqsa, sobre la enlosada explanada de lo que entonces se denominaba Templo de Salomón. En 1120 el rey Balduino II transferirá la residencia real a la Torre de David, más fácil de defender y fortificar. Dejó a los templarios la libre disposición de su ex-palacio, cosa que prueba hasta la evidencia que eran más de nueve un año después de su creación. Fue aquí donde se instaló la casa presbiterial de la orden, de donde, de Milites Christi (Caballeros o soldados de Cristo) pasaron a tomar el nombre de caballeros del Temple o templarios. De ahí que uno de sus sellos represente el Templum Salomonis. Balduino II, siempre escaso de efectivos militares, comprendió perfectamente el beneficio que significaba la cofradía naciente: nada menos que un pequeño ejército permanente, un cuerpo de élite susceptible de intervenir a la primera señal. Según el sistema feudal, no disponía de un ejército en el sentido moderno del término, sino del concurso más o menos eficaz de sus barones y de sus hombres. Corría el riesgo de sufrir una catástrofe, hundimiento inmediato y total a consecuencia de la dispersión de sus fuerzas y del retraso producido en su «movilización» en caso de un ataque repentino y masivo por parte el adversario. Apoyó entonces la iniciativa de Hugo de Payens con todo su poder y toda su inteligencia, que era viva y penetrante. Sin duda los templarios proseguirían su primigenia misión de guardia religiosa y continuarían protegiendo a los peregrinos entre Caifas y Cesárea, pero era primordial que nutrieran también un cuerpo permanente del que el rey de Jerusalén pudiera disponer para la defensa de Tierra Santa. En ese caso había que procurarles todos los medios, ya que los templarios no existían institucionalmente y no tenían vestidos específicos ni reglamento propio. Todavía la Iglesia no les había reconocido. Indudablemente su estado de monjes-soldados despertaba las sospechas de algunos eclesiásticos y provocaba las primeras críticas, es decir, el escarnio de los clérigos. Si se deseaba que el Temple prosperara y que su reclutamiento no fuera sólo local había que interesar en ello a Occidente y obtener en primer lugar la aprobación pontificia"...

✚ Fuente: La vida cotidiana de los templarios en el Siglo XIII de Georges Bordonove

EL SIMBOLISMO DEL TRIGO


EL SIMBOLISMO DEL TRIGO

Profunda carga simbólica en la cultura y en la Masonería

El trigo simboliza el paso del estado salvaje, cuando el hombre todavía no se había era sedentario y vivía de caza, pesca y recoger frutos salvajes, a la dominación de la naturaleza, su control y gestión del medio de un modo más sostenible y sedentario.
Luego vendrá la concienciación, por la selección de las especies vegetales (“Separar el buen simbolismo-del-trigograno de la cizaña” del griego “zizania”).

Fue un acontecimiento considerable para la Humanidad. Por aquel entonces se pasó del paleolítico (paleo = antiguo) a una nueva era: el neolítico (neo = nuevo). Fue la “Revolución Neolítica“.
De modo que fue con el trigo que se empezó a sembrar, cultivar y cosechar, en todos los sentidos de la palabra, tanto agrícolas como sociales.

El cultivo del trigo nada tiene de espontáneo. Cuanto más se esmera uno, más produce. Requiere programar las cosechas, seleccionar las semillas y las tierras, labrarlas, proteger los cultivos de los elementos naturales, quitar las “malas hierbas”. Parece transmitir un sentido moral a la labor humana, transcendiendo incluso el aspecto físico hacia valores espirituales.
Después de cosechar el trigo, todavía se tiene que seleccionar los granos, hacer harina y transformar esta en pan o demás alimentos.
Es como una obra alquímica por los 4 elementos: producido en la tierra, se le añade agua (y ocasionalmente levadura), luego se deja que suba (aire) y al final se utiliza el fuego para cocer la pasta. ¡Un verdadero tratamiento simbólico!

Pensemos también en el símbolo de la semilla, sin sembrar no se puede cosechar. Si el trigo no «muere», y se mantiene putrefacto en la tierra, su semilla no dará paso a una nueva planta, una nueva vida vegetal.
Plinio el antiguo decía que durante el invierno los incipientes plantones de trigo “se nutren de la tierra”. Cabe comprender que aquí se trata no tanto de un mecanismo de absorción ordinario, sino de una acción aérea casi etérea en el sentido antiguo de la palabra, ligada a la naturaleza sutil del medio.
El gesto de sembrar trigo seguirá siendo uno de los más simbólicos del hombre, de ahora en adelante integrado en la naturaleza domesticada. Movimiento regular como el del péndulo de un reloj, evoca la medida del tiempo que pasa, la comunión con el medio y el fervor por una vida futura. Gesto de eternidad, ya no solo se trata de una técnica, sino de un arte y de un rito.

Desde los frescos egipcios, hasta los cuadros contemporáneos, pasando por los impresionistas y la escuela de Barbizon en el siglo XIX, los pintores siempre han intentado plasmar en sus obras este mágico momento de la cosecha del trigo. Su color dorado glorifica el trabajo humano: ¡Es el oro de la tierra, el oro de la labor! El haz de trigo siempre ha simbolizado prosperidad y felicidad. Como amuleto, se coloca delante de una casa nueva, cuando la carpintería está acabada, o encima de la puerta de la casa.
Entre los símbolos relacionados con la cosecha, recordemos a la propia herramienta empleada, la guadaña y su simbolismo.

En la antigua Egipto, esta dimensión sagrada, divina, del trigo tenía un valor de resurrección. Lo encontramos por ejemplo en los bajorrelieves del Templo de Isis en los que se puede observar la momia de Osiris, con un sacerdote espigando el trigo, en símbolo de renacimiento.
Se encuentra de nuevo el mismo símbolo en las estatuitas de arcilla de Osiris que contienen granos de trigo y que se colocaban en las tumbas, para garantizar la supervivencia de los muertos en el más allá. Esta estrecha vinculación entre la celebración de las temporadas, la muerte y el renacimiento del dios y la posibilidad de una vida, más allá de la tumba, muestra claramente la estrecha relación que existía entre el trigo y Osiris, el símbolo manifiesto de la resurrección que custodiaba en la religión egipcia.
En la simbología cristiana, el trigo y el pan son símbolos de fecundidad de la tierra, en el Antiguo Testamento [Génesis 27,28; Deuteronomio 8,7-9]. Es el obsequio de Dios, que también puede manifestar su ira, retirándolo, con las malas cosechas por ejemplo. El Nuevo Testamento vincula el fruto de la tierra con un don de Dios a los hombres.

Alegóricamente, mediante las parábolas, el trigo representa un don de Dios en el corazón del hombre (la gracia), en particular en la parábola del trigo y la cizaña (Mateo 13,24-25).
En cuanto al pan, siguiendo la tradición de las antiguas religiones, se convierte en el símbolo del don supremo de Dios al hombre: la Vida eterna (Jonás 6), el Cuerpo de Cristo en la Eucaristía: “Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía“. (Lucas 22,19).

Por el Pan de Vida alcanzamos el acmé de la comunión entre los hombres, con la naturaleza, el Cosmos, para la gloria del Padre, al que estamos unidos por el Cristo, en el Espíritu Santo.
El pan representa de este modo la alimentación física, pero también y sobre todo espiritual, recordemos en ese sentido la multiplicación de los panes, representación de la evangelización por Cristo y más tarde, por los apóstoles o también el Padre Nuestro.

Para crear un vínculo con el judaísmo, recordemos que la ostia que utilizamos para la eucaristía es de pan ácimo o sin levadura.
Antes de conocer los métodos para fermentar la masa de harina de trigo, era muy popular el consumo de pan ácimo.
En el Antiguo Testamento, el Eterno el maná a los Hebreos, mientras cruzan el desierto [Éxodo]. Por ello, este alimento simboliza el pan en la Eucaristía y es un signo de bondad de Dios hacia los hombres. Hoy en día los judíos celebran este episodio bíblico en la Pascua o Pesah, con un ritual que implica no utilizar levaduras. Recordemos también el significado en hebreo de Belem, la “Casa del pan”.

En cuanto a nosotros, el simbolismo del trigo tal vez sea la más bella representación de nuestra vida eterna. Pero no como la imaginamos bajo una forma etérea, sino precisamente aceptando nuestra finitud, crecer, madurar y por fin regresar a la tierra en un estado de putrefacción. Dicha finitud conlleva paradójicamente la promesa de vida eterna.
Si seguimos la metáfora del trigo para nosotros mismos, seguimos el ritmo de las temporadas, respetando y cumpliendo los ciclos de la naturaleza y de la tierra. Tal vez sea esto la vida eterna, no comprendida para sí mismo, sino para la humanidad. De lo contrario, ya vemos los cambios climáticos y como afectan y perjudicarán al planeta, generando posiblemente que el hombre desaparezca de la faz de la tierra.
http://www.fenixnews.com/2016/06/30/el-simbolismo-del-trigo/

LA PIEDRA BRUTA Y LA PIEDRA PULIDA


LA PIEDRA BRUTA Y LA PIEDRA PULIDA

El trabajo del iniciado es precisamente éste, saber en qué consiste su trabajo, es decir, tener conciencia de que el trabajo fundamental de todo iniciado consiste en conocerse a si mismo, o como llamamos en Mas.·. EL DESBASTAR LA PIEDRA BRUTA.
Tratemos de buscar el significado esotérico de la PIEDRA BRUTA, simbólicamente podemos ver representada ésta como una burda masa ígnea con aristas filosas que determinan su forma y que la podemos ver en Log.·. al lado derecho del trono del V.·.M.·., en otros templos, ésta está ubicada delante de la mesa del S.·.V.·.
Cuando el Neófito es aceptado en Mas.·. su mente está llena de interrogantes a los misterios que deberá descubrir, su primer trabajo es precisamente tallar la PIEDRA BRUTA, ir golpeando con el MAZO y el CINCEL sobre cada una de las aristas para moldearla, ir alisando la superficie y darle forma, éstas aristas representan pues los vicios que el Neófito debe reconocer y que ha traído consigo hasta ese lugar y que debe dejarlos en la medida que golpea su PIEDRA BRUTA.
Una de las preguntas que el Neófito trató de resolver en la ceremonia de su iniciación fue ¿Qué es el Vicio?, a lo que modestamente pudo dar una respuesta más o menos acertada que luego es explicada por el V.·.M.·., los VICIOS deben ser reconocidos por el Neófito en todo el término de su aprendizaje para ir puliendo su PIEDRA BRUTA y que en muchas ocasiones son difíciles de vencer, pues así mismo, la piedra en muchas ocasiones ofrecerá resistencia para que ceda ante los golpes del MAZO.
En los tiempo de la Mas.·. Oper.·. los aprendices pasaban durante tres años aprendiendo el arte de desbastar la PIEDRA BRUTA bajo la vigilancia de sus maestros, este arte era practicado con su conciencia o punto de vista interior haciendo lograr su perfeccionamiento en el arte para así ser aumentado de salario.
En nuestro tiempo de la Mas.·. Esp.·. en donde se ha dejado la burda labor material por el AUTOCONOCIMIENTO de desbastar la PIEDRA BRUTA en forma sustantiva, nos vemos obligados a analizar la interrogante de manera sistemática, lo cual solo podrá hacerse haciéndonos la pregunta de ¿Qué?, ¿Cómo?, ¿Con Qué? y ¿Para Qué?
De dicha cuestión, o dicho de otro modo: ¿Qué es esa famosa Piedra Bruta?, ¿Bajo qué métodos y con qué elementos podemos trabajarla? Y por ultimo ¿Cuál es el objetivo que perseguiremos en dicho empeño? Todo lo cual será enfocado desde una perspectiva valórica, así como también en el ámbito psicológico, todo ello para poder así aprovechar al máximo las enseñanzas que la ciencia oculta nos entrega, haciéndonos mediante este trabajo iniciático “Arquitectos de nuestro propio destino”, y poder así, acelerar el ritmo natural de nuestra propia evolución, contribuyendo al mismo tiempo y mediante misteriosos mecanismos místicos, con la evolución de la humanidad en general.
Visto lo anterior cabe preguntarnos ¿A qué nos referimos al hablar de la imperfección humana?, Pregunta esta, que a mi juicio nos lleva a considerar al hombre en relación con otros individuos de su especie que resultan ser mejores exponentes de las dimensiones psíquica, emocional y moral, propias del género humano, es decir aquellos individuos dotados de un mayor grado de desarrollo personal. Lo que a su vez nos obliga a concluir que la imperfección humana varia en grados, según sea mayor o menor el grado de desarrollo experimentado por los distintos individuos y este desarrollo a su vez se explica en lo que comúnmente llamamos “Personalidad” es decir; “Aquélla organización dinámica de los sistemas psicofísicos que determinan el ajuste y respuesta individual al medio circundante” y que permiten diferenciar a un individuo de los demás miembros de la especie humana. Todo lo cual nos permite sostener que la imperfección a que se alude en las ciencias ocultas, está directamente reflejada por el grado de desarrollo intelectual, psicológico, emocional y valórico de nuestra personalidad, por lo tanto; podemos entender que “el trabajo de desbastar la piedra bruta no es otra cosa que el proceso de revisión, análisis, selección, complementación y reestructuración gradual de los elementos y sistemas que constituyen nuestra personalidad, en pos de una reorganización más acorde con nuestras propias expectativas”. Lo que nos pone ante el desafió de explicar ¿cómo es que ha de desarrollarse dicho proceso?
Así de cierto, este proceso consiste en “Despojar a la PIEDRA BRUTA (nuestra personalidad) de sus asperezas (defectos) - poniendo primero en evidencia las caras ocultas que se encuentren en estado de rudeza, luego; rectificando esas caras, aislándolas y quitándoles todas aquellas protuberancias”. Agregando a todo esto, una advertencia fundamental para dicha tarea y que consiste en que “No ha de intentarse llevarle a la forma de un modelo exterior si no que el modelo o perfección ideal ha de buscarse dentro de la misma piedra”.
En conclusión de todo lo hasta aquí dicho solo me cabe agregar que; la finalidad del trabajo del Iniciado es hacer de él un hombre más grande, fuerte, inteligente y feliz, capaz de cumplir con las duras exigencias del camino iniciático y; sabio al punto, de poder servir a los suyos, ser útil a la humanidad toda y en especial a los propósitos del G.·.A.·.D.·.U.·. de los cuales la ciencia oculta resulta ser la custodia y garante.
Una vez obtenido esto, podemos decir que hemos concluido nuestro trabajo, hemos llegado a alizar todas las aristas de la PIEDRA BRUTA de tal manera que le hemos dado forma, la forma que hemos querido proporcionarle y la hemos convertido en una piedra lisa, perfecta, pura, que es denominada LA PIEDRA CÚBICA.
DE ahí en adelante solo nos queda, mantenerla de esa manera, ampliando nuestros conocimientos en otros menesteres para que esta PIEDRA CÚBICA sea alisada con otras herramientas que les será proporcionado a los APRENDICES, en otras cámaras y en otras condiciones de aprendizaje.
Es cuanto V.·.H.·., he cumplido con vuestra asignación y espero haya quedado satisfecho.
Carlos A. Noya M.·.M.·.
R.·.L.·. Lautaro No. 23 or.·. de Panamá.
Marzo 2 de 2009 e.·.v.·.
Publicado por El Escoces

ORÍGENES DE LA MASONERÍA EN LOS ESTADO UNIDOS DE NORTEAMÉRICA


ORÍGENES DE LA MASONERÍA EN LOS ESTADO UNIDOS DE NORTEAMÉRICA

El primer masón conocido en la historia de Estados Unidos fue John Skene. Había ingresado en la Logia número 1 de Aberden, Escocia, en 1682. Ese mismo año emigró a Norteamérica, instalándose en Burlington, estado de Nueva Jersey, del que llegaría a ser vicegobernador en 1685 y hasta su muerte en 1690.
El primer masón nacido en Estados Unidos fue Jonathan Belcher, natural de Boston, donde viera la luz el 8 de enero de 1681.
Durante una estancia en Londres, Belcher se afilió a una logia masónica (1704). Fue gobernador colonial de Massachussetts y New Hampshire. Con el paso del tiempo, otros masones debieron emigrar a Norteamérica. Massachusstts y Pennsilvania en 1730 disponían de logias masónicas.
Henry Price es llamado a veces el «padre de la masonería norteamericana». Nació en Londres alrededor del año 1697, y emigró a Norteamérica en 1723. Visitando Londres en 1730, fue incluido en la logia nº 75 que se reunía en el café del Arco Iris (Rainbow Coffee House) y en abril de 1733, fue nombrado por la Gran Logia inglesa Gran Maestre Provincial de Nueva Inglaterra, autoridad que al año siguiente le sería extendida a toda Norteamérica. Murió en mayo de 1780.
Declaración de Independencia de 4 de julio de 1776. En el grupo central de la pintura, Thomas Jefferson, el autor principal de la Declaración, deposita el documento ante John Hancock, presidente del Congreso. Con él están los demás miembros de la comisión que creó el proyecto: John Adams, Roger Sherman, Robert Livingston, y Benjamin Franklin. Esta pintura fue encargada por el Congreso de los EE.UU. a John Trumbull (1756-1843) en 1817.
El 23 de septiembre de 1743, Thomas Oxnard fue nombrado Gran Maestre de Norteamérica por Lord Ward, Gran Maestre de la Gran Logia de Inglaterra. Oxnard se había hecho miembro de la logia 1 de Boston el 27 de enero de 1736.
Quien quiera estudiar la historia de la masonería en las colonias norteamericanas durante la Guerra de la Independencia se encontrará con el obstáculo de no disponer apenas de documentos originales. A pesar de ello hay un considerable número de escritores masónicos empeñados en atribuir a la masonería un relevante protagonismo en la guerra de la Independencia y convertir a los principales dirigentes de la contienda en afiliados a alguna logia.
Afirman, entre otras cosas, que la famosa «reunión de té» de Boston se fraguó en la logia de San Andrés; que todos los generales de George Washington eran masones y que los firmantes de la Declaración de Independencia también lo eran, así como todos los que firmaron la Constitución de Estados Unidos a excepción de uno. Pero ninguna de estas aseveraciones es correcta.
Las «minutas» de la Logia de San Andrés respecto a la reunión que había de tener lugar la misma tarde en que se celebró la sesión de té de Boston, todavía se conservan, y puede advertirse que, al no haber aquel día quórum en la Logia, la reunión hubo de aplazarse.
Por su parte, George Washington era masón, pero no todos sus generales, pues de las investigaciones practicadas se deduce que de estos 74 generales, 33 pertenecían a la masonería y, quizá, 15 más. De los 26 restantes no hay prueba alguna.
De los 56 firmantes de la Declaración de Independencia de 4 de julio de1776 al menos 9 fueron con seguridad masones y respecto a otras 23 las pruebas son dudosas. Los 9 masones son: William Ellery, de Rhode Island; Benjamin Franklin, de Pennsilvania; John Hancock, de Massachussets; Joseph Hewes, de Carolina del Norte; William Hooper, de Carolina del Norte; Robert Treat Paine, de Massachussetts; Richard Stockton, de Nueva Jersey; George Walton, de Georgia y William Vhipple, de Nueva Hampshire.
39 firmas hay en la Constitución de Estados Unidos. De ellas, existen suficientes pruebas de que 13 firmantes eran masones y posiblemente otros 7, pero de los demás firmantes carecemos de testimonios concluyentes sobre su afiliación. Los 13 masones firmantes son: Gunning Bedford jr., de Delaware; John Blair, de Virginia; David Brearely, de New Jersey; Jacob Broom, de Delaware; Daniel Carroll, de Maryland; Honathan Dayton, de Nueva Jersey; John Dickinson, de Delaware; Benjamin Franklin, de Pennsilvania; Nicholas Gilman, de New Hampshire; Rufus King, de Massachussetts; James McHenry, de Maryland; William Paterson, de Nueva Jersey, y George Washington, de Virginia, que ingresó en la masonería el año 1753.
Uno de los primeros ideólogos de la constitución fue el masón Edmund Randolph, miembro de la Logia Williamsburg, que se había convertido durante la guerra en el Ayudante de Campo del propio George Washington; con el tiempo, Gobernador de Virginia y Gran Maestre de la Gran Logia de Virginia. Igualmente, John Hancock había sido uno de los firmantes de la Declaración de Independencia de 1776. Nacido el 23 de enero de 1737 en Braintree, Massachusetts, hijo de un reverendo, en 1762 ingresó en la conocida Logia de San Andrés.
En 1766, John fue elegido representante de la cámara de Massachusetts. Samuel Adams le introdujo en política y fueron colaboradores inseparables. Hancock fue el presidente del Congreso en los momentos más difíciles de la Revolución. Falleció el 8 de octubre de 1793. Por su parte, el masón Richard Stockton estudió derecho, convirtiéndose en un prestigioso abogado. Muy amigo de George Washington, fue nombrado Presidente del Tribunal Supremo de Nueva Jersey. Capturado por los ingleses, tuvo que sufrir prisión y en 1777 fue intercambiado por otros prisioneros ingleses. Murió el 28 de febrero.


George Washington, primer Presidente de los EEUU, iniciado en 1753 en la logia Fredericksburg de Virginia

La influencia de la masonería en algunos casos ha sido exagerada. Para muchos historiadores, el papel de la masonería en el Motín del té de Boston no habría sido determinante. Uno de los mayores ideólogos de la revolución, el inglés Thomas Paine, no era masón. Los líderes de la mayoría de las grandes logias en América eran leales al rey.
De los siete Grandes Maestres de provincias, cinco apoyaron al rey. Varios masones muy conocidos, como Joseph Galloway, se unieron al ejército británico. Otro masón muy popular, William Johnson, que inició al primer indio americano masón, Joseph Brant, se mantuvo leal a los británicos.
La fundación de los Estados Unidos de Norteamérica fue mucho más que el resultado de una victoria militar contra los ingleses, fue ante todo el triunfo de una ideología diferente. Los padres de la nación tomaron sus ideas de los filósofos del momento, pero también fueron influidos por las ideas de la masonería.
El lema de la igualdad, libertad y fraternidad, también la separación de religión y Estado, la plena tolerancia religiosa o el concepto individualista. Pero también la influencia cristiana en muchos de los ideales del nuevo Estado es evidente; la idea de fraternidad es claramente cristiana, también la idea de libertad, por la que muchos abandonaron sus países para practicar libremente su religión. En cierto sentido fue una amalgama de todas ellas.
En Norteamérica hay constancia de logias organizadas en el periodo de 1730 a 1740 en las colonias americanas. La primera noticia data de 1730 cuando Benjamín Franklin publicó un artículo en The Pensilvania Gazzete dando cuenta de la instalación de la masonería en la colonia. De hecho Franklin ingresó en la Logia SantJohn de Filadelfia en 1731 y llegaría a convertirse en Gran Maestre durante muchos años. Poco después publicaría como impresor las Constituciones de Anderson.
Respecto a la primera logia de carácter militar de la que hay noticia, fue creada en 1732 por el 1º Regimiento de Infantería, conocido también como los Escoceses Reales. En 1755 la masonería ya se había extendido por el ejército británico y existían veintinueve logias. Algunos miembros del alto mando pertenecían a distintas logias, como es el caso del general Sir John Ligonier y el duque de Cumberland. Uno de los subalternos de Ligonier, el futuro lord Jeffrey Amherst, se convertiría en uno de los miembros más destacados de la masonería. Amherst pertenecía al 1º Regimiento de Guardias de Infantería con el cargo de Ayudante de Campo.
Durante la Guerra de la Independencia todos los regimientos británicos disponían de una logia masónica incorporada a ellos, y había asimismo logias militares agregadas a algunos regimientos del ejército colonial. La más famosa de estas últimas era la Logia de la Unión Norteamericana, que se reunía de vez en cuando y, sobre todo, para festejar los días de San Juan.
Al terminar la guerra, se crearon logias y se estipuló como regla que sólo habría una Gran Logia por cada estado y que ninguna podría promulgar el privilegio de fundar una logia en un estado o
zona donde ya hubiese funcionando una Gran Logia. Principio calificado como «doctrina de jurisdicción exclusiva».
Tras la guerra George Washinton fue nombrado Presidente en el año 1789 (y reelegido en las presidenciales de 1792) y John Adams su Vicepresidente. La ceremonia de poderes, que se celebró el 30 de abril de ese mismo año, fue marcadamente masónica. El juramento fue tomado por Robert Livingston, Gran Maestre de la Gran Logia de Nueva York. La ceremonia fue dirigida por el también masón, general Jacob Morton. Al candidato le escoltó el general Morgan Lewis, que también era masón. Washington juró la Constitución sobre la Biblia de la Logia nº 1 de San Juan de Nueva York.
Las Grandes Logias creadas en las 13 primeras colonias se fundaron en las fechas siguientes: Virginia, 13-X-1778. Carolina del Sur, 27-XII-1783. Pennsilvania, 25-IX-1786. Georgia, 25-XII-1786. Nueva Jersey, 18-XII-1786. Maryland, 19-IV-1787. Nueva York, 6-VI-1787. Carolina del Norte, 12-XII-1787. Connecticut, 8-VII-1789. Nueva Hampshire, 8-IV-1789. Rhode Island, 27-VI-1791. Massachussetts, 5-III-1792 y Vermot, 15-XII-1794.
A medida que los colonos avanzaban hacia el Oeste, los masones que se instalaban en las nuevas zonas solicitaban privilegio para crear logias. Las logias militares y civiles encontraron en las guerras indias una razón para colaborar juntas. Muchos de los soldados y oficiales recién llegados eran masones.
En Boston el 29 de abril de 1787 Prince Hall fundó la Logia Africana nº 1, primera logia de hombres de color, bajo obediencia de la Gran Logia de Inglaterra
Las logias fueron verdaderos transmisores de ideas. La filosofía de Hume, Voltaire o Locke no hubiera llegado a tantos hombres sencillos de América si no hubiera sido por este tipo de logias. Muchos soldados no se hubieran convertido en defensores de las ideas ilustradas si no hubieran pertenecido a la masonería. Sin embargo, los hermanos de las logias tendrían que enfrentarse entre sí en la revolución americana y poner a prueba su fidelidad masónica y patriótica.
La masonería fue la primera organización que permitió la diversidad religiosa de sus miembros. Personas de todas las religiones, incluidos católicos y judíos, ingresaron en las filas de la hermandad. Muy tempranamente se permitió el ingreso de indios americanos y la creación de las primeras logias para gente de color.
La primera logia formada por hombres de color fue la Prince Hall. Las logias de afroamericanos surgieron de las logias militares que combatían en la Guerra de la Independencia. Muchos de los soldados negros fueron aceptados en las logias militares. Uno de ellos, Prince Hall, formó la primera logia de hombres de color.
Al parecer la logia nació en Barbados (Antillas) el 12 de septiembre de 1748. Algunos creen que llegó a Boston en 1765 procedente de África yl que fue liberado en 1770. Dicha logia de hombres de color fue autorizada como Logia Africana nº 1 por la Gran Logia de Inglaterra, en la ciudad de Boston el 29 de abril de 1787.
A esta logia se le permitió establecer otras y se convirtió en logia madre. Hubo algunos casos excepcionales de integración de hombres de color en logias de blancos, como la logia 116º de Nueva Jersey y algunas logias de Massachusetts y Nueva York.
Extractado de: Alphonse Cerza, “La Masonería en Estado Unidos”, en José A. Ferrer Benimeli (coor.), La Masonería, Historia 16, Extra IV- Noviembre 1977, pp. 88-94.

Historia del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

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Rito Escoces Antiguo y Aceptado
Historia del Rito Escocés Antiguo y Aceptado

Las verdaderas raíces del Rito Escocés de la Francmasonería se pierden en la noche de las épocas antiguas. Nuestras enseñanzas preceden a nuestra organización actual en miles de años. Los grados del Rito Escocés nos dan un sentido de valores y de normas históricas. Hoy es el niño de ayer. Nadie puede entender el significado de los acontecimientos que en cada época sacuden al mundo, a menos que se los vea desde la posición ventajosa de la historia. De las crisis del pasado, el hombre ha descubierto los principios que son tan sólidos como las montañas y tan perdurables como las estrellas.

El Rito Escocés esta formado por una acumulación de lecciones y de experiencias masónicas. Artefactos del Rito Escocés están dispersos a través de la historia de muchas razas, culturas, y sociedades. Los signos, símbolos, inscripciones, conceptos, y enseñanzas pueden ser encontrados en los estudios de la mayor parte del mundo antiguo. Están inscritos en las tumbas y los templos de la India, las ruinas de Nubia, y en el valle egipcio del Nilo hasta su mismo delta. También se encuentran en Caldea, Assyria, Persia, Grecia, Roma e incluso en México antiguo y Yucatán.

El origen del Rito puede ser rastreado a Francia a principios del Siglo XVIII, aunque algunos de sus rituales pueden tener un legado que data de los años 1600. Hay antiguas alusiones a la masonería "Escocésa", es decir, grados con un título "Escocés", que datan de 1741. El uso de la palabra "Escocés" ha conducido a muchos a creer que el Rito se originó en Escocia y que Escocia sigue siendo la fuente originaria de su actividad. Este no es el caso.

La Masonería, habiendo sido fundada en Inglaterra como una fraternidad simbólica, fue introducida en Francia por aquellos Escocéses que huían de la intranquilidad de esa época en las Islas Británicas. En Francia existía un medio ambiente muy fértil para la difusión de la Masonería y por la naturaleza misma del instinto de Francia por las cortes de realeza y los honores, desarrolló Grados "más altos" para honrar a los Masones que entraron en su medio.

La historia demuestra que un Cuarto grado fue creado llamado"Chevalier Macon Ecossais" o Caballero Escocés. Se cree que de ahí viene el término "Rito Escocés". Como se popularizó la creación de grados, cada uno con su propio propósito y moralidad, afloraron los esfuerzos para organizar a éstos dentro de un sistema de grados. Un sistema así se conoció como el "Rito de Perfección" y tenía veinticinco grados y estaba situado en Burdeos. Pero el origen más probable del Rito Escocés como ahora se lo practica puede ser rastreado al establecimiento del Capítulo de Clermont en 1754 en las afueras de París, por Chevalier de Bonneville, honrando al Duque de Clermont, entonces Gran Maestro de la Gran Logia Inglesa de Francia. Este Capítulo habría trabajado hasta 25 grados durante su período de cuatro año de existencia.

El Capítulo de Clermont fue sustituido por los Caballeros del Este y los Emperadores del Este y del Oeste, el último conocido en Francia como el Rito de Heredom durante los años 1750. Este Rito organizó el Rito de Perfección, comprendiendo 25 grados, 22 de los cuales fueron llamados los “haut grades,” o los altos grados, con los tres grados de la logia simbólica agregados. Un documento que concernía al Rito de Perfección, conocido como las Constituciones Secretas de 1761, designó a oficiales como Inspectores Generales del Trigésimo tercer grado.

Con la aparición de este documento, una patente conjunta fue otorgada por la Gran Logia de Francia y los Emperadores del Este y del Oeste a un comerciante llamado Etienne (Stephen) Morin, con el fin de establecer el Rito de Perfección en las Américas. El hogar de Morin era en Burdeos, el más viejo centro Masónico provincial de Europa. Allí le hicieron Masón en la Loge Francaise, que había sido creada el 13 de Diciembre de 1740 y más adelante fue llamada La Francaise Flue Ecossaise. Ésta era la Logia más antigua de más de cincuenta Logias-hijas de Loge L'Anglaise, una Logia que los Masones Británicos fundaron en Burdeos en 1732. Estas Logias-hijas dieron a luz a la proliferación de grados que resultaron ser los progenitores de nuestro Rito Escocés. Esta patente le dio a Morin el título de Inspector General, con la autoridad para crear otros inspectores y para establecer Logias que trabajen en "los grados perfectos y sublimes." Su primer nombramiento fue el de Henry Andrew Francken en las Indias Occidentales. Un año después, las Grandes Constituciones de 1762 fueron adoptadas, estipulando 25 grados, incluyendo los tres grados de la Masonería Simbólica, con autoridad para establecer Logias y para trabajar los grados bajo Inspectores Generales y sus Diputados. De la autoridad original de Morin, las patentes fueron concedidas que establecían el Rito de Perfección en las Indias Occidentales, Albany, New Orleans, Philadelphia, y Charleston.

Las Grandes Constituciones de 1786, adoptadas en Berlín el 1o de Mayo de 1786, estipularon que un Rito trabaje en Treinta y tres grados, del uno al treinta y tres, bajo el nombre de Rito Escocés Antiguo y Aceptado y sea gobernado por un Consejo Supremo. Esta Constitución creó la estructura y el gobierno del Rito Escocés como se practica hoy.

La razón original para la organización de Logias distintas para conferir estos grados "más altos" pudo haber sido el deseo de limitar la calidad de miembro a los de la fe Cristiana. Las Constituciones de Anderson de 1723 habían ampliado el campo de la Masonería a hombres de todas las denominaciones religiosas que creyeran en la Deidad y en la esperanza de la inmortalidad. A este respecto se debe observar que las últimas Constituciones del Rito Escocés de 1786 abrieron igualmente las puertas a los hombres de todas las religiones y estipulan que solo cuatro de los nueve gobernantes necesitan profesar la religión que prevalece.

Estas Logias también se habrían creado como refugio y desvío de las crueles operaciones bajo la famosa Bula papal "In Eminencia" de 1738 que decretó la prohibición y el castigo a los Masones y la Masonería y a cualquiera que les ayudaran. Morin era Católico, al igual que la mayoría de los primeros Masones Franceses.

Más adelante, estas Logias prosperaron y florecieron en los campos fértiles de la Masonería por razones más importantes. Se convirtieron en depositarios de las revelaciones mediante grados secuenciales, de grandes verdades derivadas de la sabiduría arcana de las generaciones, incluyendo descubrimientos que la Francmasonería original encubría dentro el conocimiento secreto, los símbolos y los Misterios Mayores y Menores que vinieron a través de los siglos, aun mucho antes que el enigma de la Esfinge Mística desconcertara las mentes de los hombres.

Manuscritos franceses antiguos contemporáneos al período prueban que desde alrededor de 1740 Burdeos era la madre y regulador de estos Grados Escocéses y que había autorizado organizaciones-hijas bajo diferentes regulaciones. Estas descendientes incluyeron: París 1747; Capital- Santo Domingo 1748; St. Pierre- Santo Domingo 1750; Por La Pair- Santo Domingo 1752; St. Marc- Santo Domingo 1753; Les Caye de Fond L ' Isla a Vaches- Santo Domingo 1757; Ferigueux- Francia 1759; New Orleans- E.E.U.U. 1763 (conforme a la petición de 1756).

El desarrollo y la expansión de grados en los de nuestro Rito Escocés Antiguo y Aceptado evolucionó por tanto del Rito de Perfección de Burdeos, del Capítulo aristocrático de Clermont en París que Chevalier de Bonneville fundó en la Universidad de los Jesuitas en 1754, del Consejo de Emperadores del Este y del Oeste, y de varios otros sistemas tributarios. Más adelante, el renombrado Soberano Gran Comendador y erudito clásico, Albert Pike trajo orden del caos y editó o reescribió los rituales para estos grados.

Un Supremo Consejo de nueve miembros se abrió por primera vez en Charleston, Carolina del Sur, en mayo de 1801, así estableciendose el "Consejo Madre del Mundo." Hoy, todos los Supremos Consejos regulares y reconocidos que existen en el mundo provienen esta fuente.

El 21 de febrero de 1802 el Supremo Consejo de Charleston concedió a de Grasse una Patente como Soberano Gran Inspector General y lo declararon Gran Comandante vitalicio del Supremo Consejo de las Islas Indias Occidentales Francesas con autoridad para establecer otras organizaciones del Rito Escocés bajo las Grandes Constituciones.

En 1802, de Grasse volvió a Santo Domingo, sirviendo como Capitán de Caballería bajo las ordenes del General Leclerc, cuñado de Napoleón, y más adelante bajo las ordenes del Comandante de Rochambeau, y fue allí que un año después un bloqueador Británico lo llevó preso a Jamaica.

Luego de estar cerca de siete meses en Kingston, Jamaica, estableció el Supremo Consejo de las Islas de Barlovento y de Sotavento en Port-au-Prince en 1803. Volviendo a Francia en 1804, se fue a Burdeos y estableció el Supremo Consejo de Francia en el mismo año, de Italia en 1805, de España en 1809, y de Bélgica en 1817.

Todos los trabajos regulares del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Francmasonería, ahora tienen un sistema de Treinta y tres grados. En la mayoría de las jurisdicciones, la autoridad sobre los primeros tres grados se deja a las Grandes Logias de Masones Antiguos, Libres, y Aceptados dentro de cada país o estado, así proporcionando una sociedad homogénea que promulgue un sistema progresivo de lecciones morales y éticas, que es la verdadera misión de la Francmasonería.

En vista de los trabajos, la dirección y los éxitos promocionales de Morin y de Francken, merecen tributo y reconocimiento duraderos. Sus celosos esfuerzos a través de muchos años sirvieron de trampolín que realmente lanzó al Rito Escocés en una órbita creativa y evolutiva, primero en los Estados Unidos y luego alrededor del mundo. Con visión profética despertaron en los hombres dominantes un impulso dinámico para un Rito Escocés que se expandía. Llevaron a la oscuridad y pasaron a otras manos una llama Viviente que continúa iluminando a la Francmasonería del Rito Escocés con una brillantez cada vez mayor. Esto condujo a los logros excepcionales que gozamos y por los cuáles estamos hoy tan agradecidos, como si fuéramos los herederos de una gran riqueza legada a nosotros por un testamento.

El primer Supremo Consejo en Sud América se estableció en Colombia en 1827, luego en Brasil en 1832, Uruguay en 1855, Argentina en 1858, Perú en 1875, Paraguay en 1896, Chile en 1899 y Bolivia en 1931.

LA CONFEDERACIÓN DE GRANDES LOGIAS UNIDAS DE AMÉRICA – GLUA- SALUDA A LA GRAN LOGIA SIMBÓLICA DE COLOMBIA POR SU V ANIVERSARIO DE FUNDACIÓN

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LA CONFEDERACIÓN DE GRANDES LOGIAS UNIDAS DE AMÉRICA – GLUA- SALUDA A LA GRAN LOGIA SIMBÓLICA DE COLOMBIA POR SU V ANIVERSARIO DE FUNDACIÓN

lunes, 27 de junio de 2016

ORÍGENES DE LA MASONERÍA EN LOS ESTADO UNIDOS DE NORTEAMÉRICA

ORÍGENES DE LA MASONERÍA EN LOS ESTADO UNIDOS DE NORTEAMÉRICA




Jonathan Belcher, natural de Boston, iniciado en 1704 en una logia de Londres. Fue gobernador de Massachussetts y New Hampshire


El primer masón conocido en la historia de Estados Unidos fue John Skene. Había ingresado en la Logia número 1 de Aberden, Escocia, en 1682. Ese mismo año emigró a Norteamérica, instalándose en Burlington, estado de Nueva Jersey, del que llegaría a ser vicegobernador en 1685 y hasta su muerte en 1690.

El primer masón nacido en Estados Unidos fue Jonathan Belcher, natural de Boston, donde viera la luz el 8 de enero de 1681. Durante una estancia en Londres, Belcher se afilió a una logia masónica (1704). Fue gobernador colonial de Massachussetts y New Hampshire. Con el paso del tiempo, otros masones debieron emigrar a Norteamérica. Massachusstts y Pennsilvania en 1730 disponían de logias masónicas.

Henry Price es llamado a veces el «padre de la masonería norteamericana». Nació en Londres alrededor del año 1697, y emigró a Norteamérica en 1723. Visitando Londres en 1730, fue incluido en la logia nº 75 que se reunía en el café del Arco Iris (Rainbow Coffee House) y en abril de 1733, fue nombrado por la Gran Logia inglesa Gran Maestre Provincial de Nueva Inglaterra, autoridad que al año siguiente le sería extendida a toda Norteamérica. Murió en mayo de 1780.



Declaración de Independencia de 4 de julio de 1776. En el grupo central de la pintura, Thomas Jefferson, el autor principal de la Declaración, deposita el documento ante John Hancock, presidente del Congreso. Con él están los demás miembros de la comisión que creó el proyecto: John Adams, Roger Sherman, Robert Livingston, y Benjamin Franklin. Esta pintura fue encargada por el Congreso de los EE.UU. a John Trumbull (1756-1843) en 1817.



El 23 de septiembre de 1743, Thomas Oxnard fue nombrado Gran Maestre de Norteamérica por Lord Ward, Gran Maestre de la Gran Logia de Inglaterra. Oxnard se había hecho miembro de la logia 1 de Boston el 27 de enero de 1736.

Quien quiera estudiar la historia de la masonería en las colonias norteamericanas durante la Guerra de la Independencia se encontrará con el obstáculo de no disponer apenas de documentos originales. A pesar de ello hay un considerable número de escritores masónicos empeñados en atribuir a la masonería un relevante protagonismo en la guerra de la Independencia y convertir a los principales dirigentes de la contienda en afiliados a alguna logia. Afirman, entre otras cosas, que la famosa «reunión de té» de Boston se fraguó en la logia de San Andrés; que todos los generales de George Washington eran masones y que los firmantes de la Declaración de Independencia también lo eran, así como todos los que firmaron la Constitución de Estados Unidos a excepción de uno. Pero ninguna de estas aseveraciones es correcta.

Las «minutas» de la Logia de San Andrés respecto a la reunión que había de tener lugar la misma tarde en que se celebró la sesión de té de Boston, todavía se conservan, y puede advertirse que, al no haber aquel día quórum en la Logia, la reunión hubo de aplazarse.

Por su parte, George Washington era masón, pero no todos sus generales, pues de las investigaciones practicadas se deduce que de estos 74 generales, 33 pertenecían a la masonería y, quizá, 15 más. De los 26 restantes no hay prueba alguna.


De los 56 firmantes de la Declaración de Independencia de 4 de julio de 1776 al menos 9 fueron con seguridad masones: William Ellery, de Rhode Island; Benjamin Franklin, de Pennsilvania; John Hancock, de Massachussets; Joseph Hewes, de Carolina del Norte; William Hooper, de Carolina del Norte; Robert Treat Paine, de Massachussetts; Richard Stockton, de Nueva Jersey; George Walton, de Georgia y William Vhipple, de Nueva Hampshire

56 firmas figuran al pie de la Declaración de Independencia. 9 de ellas correspondían con toda seguridad a masones y respecto a otras 23 las pruebas son dudosas. Los 9 masones son: William Ellery, de Rhode Island; Benjamin Franklin, de Pennsilvania; John Hancock, de Massachussets; Joseph Hewes, de Carolina del Norte; William Hooper, de Carolina del Norte; Robert Treat Paine, de Massachussetts; Richard Stockton, de Nueva Jersey; George Walton, de Georgia y William Vhipple, de Nueva Hampshire.

39 firmas hay en la Constitución de Estados Unidos. De ellas, existen suficientes pruebas de que 13 firmantes eran masones y posiblemente otros 7, pero de los demás firmantes carecemos de testimonios concluyentes sobre su afiliación. Los 13 masones firmantes son: Gunning Bedford jr., de Delaware; John Blair, de Virginia; David Brearely, de New Jersey; Jacob Broom, de Delaware; Daniel Carroll, de Maryland; Honathan Dayton, de Nueva Jersey; John Dickinson, de Delaware; Benjamin Franklin, de Pennsilvania; Nicholas Gilman, de New Hampshire; Rufus King, de Massachussetts; James McHenry, de Maryland; William Paterson, de Nueva Jersey, y George Washington, de Virginia, que ingresó en la masonería el año 1753.

Uno de los primeros ideólogos de la constitución fue el masón Edmund Randolph, miembro de la Logia Williamsburg, que se había convertido durante la guerra en el Ayudante de Campo del propio George Washington; con el tiempo, Gobernador de Virginia y Gran Maestre de la Gran Logia de Virginia. Igualmente, John Hancock había sido uno de los firmantes de la Declaración de Independencia de 1776. Nacido el 23 de enero de 1737 en Braintree, Massachusetts, hijo de un reverendo, en 1762 ingresó en la conocida Logia de San Andrés. En 1766, John fue elegido representante de la cámara de Massachusetts. Samuel Adams le introdujo en política y fueron colaboradores inseparables. Hancock fue el presidente del Congreso en los momentos más difíciles de la Revolución. Falleció el 8 de octubre de 1793. Por su parte, el masón Richard Stockton estudió derecho, convirtiéndose en un prestigioso abogado. Muy amigo de George Washington, fue nombrado Presidente del Tribunal Supremo de Nueva Jersey. Capturado por los ingleses, tuvo que sufrir prisión y en 1777 fue intercambiado por otros prisioneros ingleses. Murió el 28 de febrero.

Después de lo expuesto ¿se puede hablar de la influencia de la masonería en la Guerra de Independencia?, ¿Conspiraron los masones para provocar la guerra?



George Washinton, primer Presidente de los EEUU, iniciado en 1753 en la logia Fredericksburg de Virginia


La influencia de la masonería en algunos casos ha sido exagerada. Para muchos historiadores, el papel de la masonería en el Motín del té de Boston no habría sido determinante. Uno de los mayores ideólogos de la revolución, el inglés Thomas Paine, no era masón. Los líderes de la mayoría de las grandes logias en América eran leales al rey. De los siete Grandes Maestres de provincias, cinco apoyaron al rey. Varios masones muy conocidos, como Joseph Galloway, se unieron al ejército británico. Otro masón muy popular, William Johnson, que inició al primer indio americano masón, Joseph Brant, se mantuvo leal a los británicos.

La fundación de los Estados Unidos de Norteamérica fue mucho más que el resultado de una victoria militar contra los ingleses, fue ante todo el triunfo de una ideología diferente. Los padres de la nación tomaron sus ideas de los filósofos del momento, pero también fueron influidos por las ideas de la masonería. El lema de la igualdad, libertad y fraternidad, también la separación de religión y Estado, la plena tolerancia religiosa o el concepto individualista. Pero también la influencia cristiana en muchos de los ideales del nuevo Estado es evidente; la idea de fraternidad es claramente cristiana, también la idea de libertad, por la que muchos abandonaron sus países para practicar libremente su religión. En cierto sentido fue una amalgama de todas ellas.

En Norteamérica hay constancia de logias organizadas en el periodo de 1730 a 1740 en las colonias americanas. La primera noticia data de 1730 cuando Benjamín Franklin publicó un artículo en The Pensilvania Gazzete dando cuenta de la instalación de la masonería en la colonia. De hecho Franklin ingresó en la Logia Sant John de Filadelfia en 1731 y llegaría a convertirse en Gran Maestre durante muchos años. Poco después publicaría como impresor las Constituciones de Anderson.

Respecto a la primera logia de carácter militar de la que hay noticia, fue creada en 1732 por el 1º Regimiento de Infantería, conocido también como los Escoceses Reales. En 1755 la masonería ya se había extendido por el ejército británico y existían veintinueve logias. Algunos miembros del alto mando pertenecían a distintas logias, como es el caso del general Sir John Ligonier y el duque de Cumberland. Uno de los subalternos de Ligonier, el futuro lord Jeffrey Amherst, se convertiría en uno de los miembros más destacados de la masonería. Amherst pertenecía al 1º Regimiento de Guardias de Infantería con el cargo de Ayudante de Campo.

Durante la Guerra de la Independencia todos los regimientos británicos disponían de una logia masónica incorporada a ellos, y había asimismo logias militares agregadas a algunos regimientos del ejército colonial. La más famosa de estas últimas era la Logia de la Unión Norteamericana, que se reunía de vez en cuando y, sobre todo, para festejar los días de San Juan.

Al terminar la guerra, se crearon logias y se estipuló como regla que sólo habría una Gran Logia por cada estado y que ninguna podría promulgar el privilegio de fundar una logia en un estado o zona donde ya hubiese funcionando una Gran Logia. Principio calificado como «doctrina de jurisdicción exclusiva».

Tras la guerra George Washinton fue nombrado Presidente en el año 1789 (y reelegido en las presidenciales de 1792) y John Adams su Vicepresidente. La ceremonia de poderes, que se celebró el 30 de abril de ese mismo año, fue marcadamente masónica. El juramento fue tomado por Robert Livingston, Gran Maestre de la Gran Logia de Nueva York. La ceremonia fue dirigida por el también masón, general Jacob Morton. Al candidato le escoltó el general Morgan Lewis, que también era masón. Washington juró la Constitución sobre la Biblia de la Logia nº 1 de San Juan de Nueva York.

Las Grandes Logias creadas en las 13 primeras colonias se fundaron en las fechas siguientes: Virginia, 13-X-1778. Carolina del Sur, 27-XII-1783. Pennsilvania, 25-IX-1786. Georgia, 25-XII-1786. Nueva Jersey, 18-XII-1786. Maryland, 19-IV-1787. Nueva York, 6-VI-1787. Carolina del Norte, 12-XII-1787. Connecticut, 8-VII-1789. Nueva Hampshire, 8-IV-1789. Rhode Island, 27-VI-1791. Massachussetts, 5-III-1792 y Vermot, 15-XII-1794.

A medida que los colonos avanzaban hacia el Oeste, los masones que se instalaban en las nuevas zonas solicitaban privilegio para crear logias. Las logias militares y civiles encontraron en las guerras indias una razón para colaborar juntas. Muchos de los soldados y oficiales recién llegados eran masones.



En Boston el 29 de abril de 1787 Prince Hall fundó la Logia Africana nº 1, primera logia de hombres de color, bajo obediencia de la Gran Logia de Inglaterra


Las logias fueron verdaderos transmisores de ideas. La filosofía de Hume, Voltaire o Locke no hubiera llegado a tantos hombres sencillos de América si no hubiera sido por este tipo de logias. Muchos soldados no se hubieran convertido en defensores de las ideas ilustradas si no hubieran pertenecido a la masonería. Sin embargo, los hermanos de las logias tendrían que enfrentarse entre sí en la revolución americana y poner a prueba su fidelidad masónica y patriótica.

La masonería fue la primera organización que permitió la diversidad religiosa de sus miembros. Personas de todas las religiones, incluidos católicos y judíos, ingresaron en las filas de la hermandad. Muy tempranamente se permitió el ingreso de indios americanos y la creación de las primeras logias para gente de color. La primera logia formada por hombres de color fue la Prince Hall. Las logias de afroamericanos surgieron de las logias militares que combatían en la Guerra de la Independencia. Muchos de los soldados negros fueron aceptados en las logias militares. Uno de ellos, Prince Hall, formó la primera logia de hombres de color. Al parecer la logia nació en Barbados (Antillas) el 12 de septiembre de 1748. Algunos creen que llegó a Boston en 1765 procedente de África yl que fue liberado en 1770. Dicha logia de hombres de color fue autorizada como Logia Africana nº 1 por la Gran Logia de Inglaterra, en la ciudad de Boston el 29 de abril de 1787. A esta logia se le permitió establecer otras y se convirtió en logia madre. Hubo algunos casos excepcionales de integración de hombres de color en logias de blancos, como la logia 116º de Nueva Jersey y algunas logias de Massachusetts y Nueva York.

Extractado de: Alphonse Cerza, “La Masonería en Estado Unidos”, en José A. Ferrer Benimeli (coor.), La Masonería, Historia 16, Extra IV- Noviembre 1977, pp. 88-94.




Monumento a la Batalla de Gettysburg que tuvo lugar del 1 al 3 de julio de 1863 situado en el Cementerio Nacional de Gettysburg, Pennsylvania, erigido por la Gran Logia de New York. Aunque fue una victoria para el Ejército federal y un hecho desastroso para la Confederación supuso en todo caso la muerte de miles de personas. El monumento masónico lleva la divisa: "De amigo a amigo una Única hermandad". El último día de la batalla, Armistead, bajo el mando de George Pickett, gravemente herido "dio una señal masónica" para que alguien escuchara sus últimas voluntades. El capitán de la Unión, Henry H. Bingham, asesor del Mayor General Winfield S. Hancock, vino en su ayuda. La escena representa al General de la Confederación, Lewis A. Armistead confiando sus últimas voluntades al capitán de la Unión, Henry H. Bingham. Armistead, Bingham y Hancock eran masones. Repárese en la posición del caído, rodilla ligeramente levantada, y las manos de ambos, evocando la resurrección del maestro Hiram Abí





Theodor Roosevelt (Nueva York, 1858–1919) fue el vigésimo sexto Presidente de los Estados Unidos (1901 a 1909). Fue iniciado en la logia Matinecock nº 806 de New York




Franklin Delano Roosevelt, presidente de los Estados Unidos (1933-1945) fotografiado en un acto masónico con el alcalde de Nueva York, Fiorello Laguardia y otros Hermanos




Harry S. Truman, presidente de los Estados Unidos (1945-1953) como Past Gran Maestro de la Gran Logia de Missouri en una visita a la ciudad de St. Louis, Missouri, cruzando sus brazos con quien sería el nuevo Gran Maestre, James Bradford (a la izquierda en pantalla) y saliente Gran Maestre, Harry Sunderland





Vicepresidentes masones de EE. UU:

Thomar Jefferson, el 2º;

George Clinton, el 4º;

Elbridge Gerry, el 5º;

Richard M. Johnson, el 9º;

George M. Dallas, el 11º;

William R. King, el 13º;

John C. Breckinridge, el 14º;

Andrew Johnson, el 16º;

Adlai E. Stevenson, el 23º;

Garret A. Hobart, el 24º;

Theodore Roosevelt, el 25º;

Charles W. Fairbanks, el 26º;

Thomas R. Marshall, el 28º;

Henry A. Wallace, el 33º;

Harry S. Truman, el 34º;

Hubert H. Humphrey, el 38º.




http://mason33.com/masoneria/historia/museo-virtual-de-historia-de-la-masoneria/dpto-hdi/museovirtualhistoriamasoneria/6historia_%20masoneria_paises/origenes%20M%20en%20EEUU.htm