sábado, 12 de diciembre de 2009

Jefe Indio Noah Seattle, discurso a la naturaleza (1854)


Noah Seattle Jefe de los Suquamish y Duwamish antes de entregar sus tierras dio un discurso en 1854 al Gobernador Isaac I. Stevens. Se considera un canto a la naturaleza y el ecologismo. Audio extraido del programa de Onda Cero, La Rosa de los vientos de Juan Antonio Cebrián.
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CABALLEROS DE LA ORDEN DEL SOL - VICTOR SALAZAR

viernes, 11 de diciembre de 2009

Mensaje de los Ancianos Hopi sobre el 2012




Mensaje de los Ancianos Hopi sobre el 2012


Ustedes le han estado diciendo a la gente que esta es la Onceava Hora.
Ahora deben volver a la gente y decirles que esta es La Hora.

Estas son las cuestiones que deben ser contempladas:
• ¿Dónde estás viviendo?
• ¿Qué estás haciendo?
• ¿Cuales son tus relaciones?
• ¿Estás en relación correcta?
• ¿Dónde está tu agua?

Conoce tu jardín.
Es el tiempo de hablar la Verdad.
Crea tu comunidad.
Sean buenos los unos con los otros.
Y no busques por fuera de ti por un líder.
¡Este podría ser un buen momento!
Hay un río fluyendo muy rápidamente.
Es tan grandioso y suave que mucha gente podrá estar asustada.
Tratarán de aferrase a las orillas.
Sentirán como si los están arrancando y sufrirán enormemente.
Sepan que este río tiene su destino.
Los ancianos dicen que debemos soltarnos de la orilla, y empujarnos hacia el centro del río, mantener los ojos abiertos, y nuestra cabeza por encima del agua.
Mirar quien está allí contigo y celebrar.
En este momento de la historia, no debemos tomarnos nada personalmente, sobre todo a nosotros mismos! Pues en el momento en que lo hacemos, nuestro crecimiento y camino espiritual llegan a un alto en el camino.
Ya pasó el tiempo del lobo solitario.

¡Reúnanse!

Desaparece la palabra lucha de tu actitud y tu vocabulario.
Todo lo que hacemos ahora lo debemos hacer de manera sagrada y en celebración.
Nosotros somos por los que hemos estado esperando.

The Elders Los Ancianos
Oraibi, Arizona Oraibi, Arizona
Hopi Nation Nación Hopi

La falsa Masonería se basa en el culto a la personalidad, la verdadera Masonería es impersonal.


MASONES DE LA LENGUA ESPAÑOLA NEW YORK.
La falsa Masonería se basa en el culto a la personalidad, la verdadera Masonería es impersonal.

De: kadyr

La falsa Masonería se basa en el culto a la personalidad, la
verdadera Masonería es impersonal.
Constantemente vemos en nuestros Talleres Masónicos, a masones
peleando por que se les otorgue el puesto en Logia, luchas
encarnizadas entre hermanos, que a final de cuentas terminan en
divisiones dolorosas. Y es que en Masonería se rinde el culto a la
personalidad, pero esto es una trampa diseñada para desenmascararnos,
para hacernos evidentes ante los demás. El mal masón se desenmascara
solo. Sabemos que son puestos de responsabilidad y no de lucimiento,
pero no lo vemos así, los que buscan ese tipo de lucimiento y
reconocimiento son los que han fracasado en el mundo profano, son
malos padres de familia, y pésimos ciudadanos. Pero les agrada mucho
la pompa y los aplausos, aunque saben bien que dentro de Logia se
juega una farsa, que los altos grados son de oropel y los puestos de
dignidades, como el de Venerable Maestro y Gran Maestro son de
pacotilla, les importa poco. Pero al final de cuentas, los que hemos
estado lo suficiente dentro de la Masonería sabemos que la Realidad de
La Gran Obra Masónica, se cumple muy dentro de cada masón, al vencer
sus pasiones y sus bajos ímpetus emocionales. Pero al mismo tiempo,
todos sabemos que todo en Masonería tiene un sentido, aún lo más
fantoche y cursi.
Si quieres hacer feliz a un imbécil dentro de la masonería, o peor
hacerle creer que es feliz, dale diplomas, muchos grados, puestos,
nombramientos pomposos, poder, halagos, regalos, condecoraciones,
honores, reconocimientos etc.
– Ahora si quieres hacer feliz a un real y auténtico masón,
demuéstrale...¡
que te mejoras a ti mismo constantemente !

El masón es un creador de condiciones, estas condiciones crean
situaciones.
Las situaciones especiales dan frutos.
El mundo tal como lo imagina el masón, es en general,
una posibilidad, no un hecho.
Esto es, para la mayoría de la gente el mundo tal cual es, es el que
debería ser y punto. Pero para el masón, sueña con un mundo mucho
mejor- y el primer paso es:
Masón mejórate a ti mismo

jueves, 10 de diciembre de 2009


“A N T A R E S ”
BOLETÍN INFORMATIVO

EDITOR: ROBERTO PONCE MARAVER.

poncemaraver@yahoo.com.mx

Salmo CXXXIII

Sabemos que el origen de la masonería, ya casi en forma, fue cuando el Rey Salomón mandó iniciar los trabajos de la construcción del Templo dedicado a Dios.
Siendo estos trabajos la culminación de una obra que había prometido David a su Dios.
Resulta que una obra de tal naturaleza y magnitud, se llevaría una cierta cantidad de tiempo, que haría convivir diariamente a sus veinticuatro mil albañiles y mil maestros.
Tantos años de convivencia diaria, darían como resultado una fraternidad que con el tiempo formaría la masonería.
He comenzado el presente trabajo con esta breve cápsula histórica, que aparece en la Biblia, con el fin de hacer referencia al Salmo CXXXIII, el cuál enaltece a la fraternidad, a la hermandad que hay en la vida.
Este Salmo está dividido en tres secciones, y dice:
1a. Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía.
2a. Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cuál desciende sobre la barba, la barba de Aarón y baja hasta el borde de sus vestiduras.
3a. Como el rocío de Hermón que desciende sobre los montes de Sión, por que ahí envía Jehová, bendición y vida eterna.
¿Pero que se nos quiere decir? Básicamente la explicación se encuentra en la misma Biblia, en sus dos Testamentos; el Antiguo y el Nuevo.
Hablaré primeramente del Antiguo Testamento; las dos primeras partes, del Salmo, pertenecen al Levítico, donde se hace referencia a que Moisés se encuentra consagrando sacerdote a su hermano de sangre Aarón, o sea que la armonía de estos dos hermanos es tal que siguen casi la misma vida.
Al realizar la consagración, se vistió a Aarón con ciertas ropas y después fue ungido con aceites aromáticos derramándolos sobre la cabeza, y el cuál por gravedad baja; lo anterior me recuerda a la consagración de un Masón, al cuál se le viste con sus condecoraciones, y cuando el Venerable Maestro le coloca el acero sobre su cabeza y dicta las palabras ritualísticas.
La tercera parte se encuentra en el Libro de los Reyes, ya que se refiere a donde Jehová envió su halo, el agua lustral sobre el Monte Hermón, el cuál bajó hasta las faldas de la cordillera del Sión, ya que ahí se encontraba construido el Templo de Salomón, el cuál años más tarde fue destruido.
En la parte correspondiente al Nuevo Testamento, la explicación la encontramos en los Evangelios; ya que el primer párrafo nos recuerda a las palabras que siempre expresó Jesús: Amaos los unos a los otros, como yo os he amado; ya que él profesaba el amor fraternal y que su reino sería el reino del amor.
El segundo párrafo está indicando su bautizo, donde se le dio la consagración, hecho que fue efectuado por Juan Bautista, al que llamó hermano.
Y el último párrafo, se refiere al soplo que dio Dios a su hijo después de que éste fue crucificado, para darle la resurrección y la vida eterna, ya que el lugar conde se encontraba el sepulcro era en las faldas de los Montes de Sión.
He nombrado a Moisés y Aarón; a Juan y Jesús, unos representantes de Dios y otros del hombre, del exoterismo y esoterismo.
Actualmente dentro de nuestros trabajos simbólicos, podremos concluir que el primer párrafo hace referencia al desempeño que deben de practicar los aprendices, que deben conocer a su fraternidad; el segundo párrafo hace alusión a los compañeros que ya sienten lo que es la fraternidad y sus objetivos; y el último a los maestros, ya que están, en la realización de los objetivos.
Antonio Juan Franco Rodríguez .

EL CAMINO DEL MEDIO


EL CAMINO MEDIO
RADHA BURNIER
THE THEOSOPHIST.

uando hay manifestación, hay desarmonía. Esta es la situación casi todo el tiempo entre la gente, entre una persona y las circunstancias en las cuales se encuentra, etc. Pero armonía es uno de los deberes que tenemos que aprender para vivir rectamente. Esto significa que no lleguemos a ningún juicio rígido y rápido, algo que debemos practicar y comprender. Normalmente llegamos a un juicio en relación con varias cosas, pero debemos aprender a no llegar a una conclusión definitiva. Podemos tener una cierta opinión, pero al mismo tiempo darnos cuenta de que esa opinión puede estar equivocada, o en muchos casos muy limitada, y por consiguiente es sólo de valor temporal. Cada uno puede encontrar por sí mismo si su juicio es correcto o no, si es para ser considerado más ligeramente, o puesto de lado.

La Voz del Silencio dice: ‘Habiendo llegado a ser indiferente a los objetos de percepción, el discípulo debe buscar al Rey de los sentidos, el productor de pensamientos; el que despierta la ilusión.’ Lo que nos sucede en este nivel inferior de manifestación, el nivel físico, es que no nos damos cuenta de que nuestra visión de las cosas puede ser recta sólo hasta cierto punto; uno puede decir ‘no’ a algo o parcialmente ‘no’ a algo, y ‘si’ a algo más, pero tal visión puede estar equivocada. ¿Podemos mantener la mente en un estado en el cual no mantengamos esa visión como el juicio final? Hacemos inflexibles las experiencias por las que pasamos agarrándonos rápidamente a ellas, y sintiendo que esto es correcto. Actuar de acuerdo con lo que es correcto, o parece correcto en el momento, pero no agarrarse muy rígidamente, es difícil.

Pensemos acerca de esto un poco más. Es difícil actuar sin un motivo debido al sentido del ‘yo’. Pero, si no hay ‘yo’, o si el ‘yo’ no es fuerte, el motivo llega a ser menos fuerte. Así podemos hacer lo que pensamos que es correcto, pero pensamos que es una respuesta final. Esto es lo mismo que preguntar: ¿Estamos libres de atracciones y repulsiones, o gustos y antipatías? Hay algunas personas cuyas acciones parecen malas, y nos desagradan; pensamos que no están bien intencionadas, ¡pero quiénes somos para juzgar! Necesitamos no atribuir las acciones a la persona en cuestión, sino ver esto de manera diferente. Ésta es una de las lecciones que aprendemos del Nuevo Testamento. Jesucristo consideraba incluso a los más depravados, aquellos que no sabían cómo obrar, como sus amigos. Esa actitud es algo que tenemos que cultivar.

¿Podemos tener esa actitud de benevolencia por quienquiera que la necesite? El sentimiento de compasión, de cuidado, de deseo de ayudar a una persona: estas cosas marcan a la persona que está libre de motivación, de atracción y repulsión. Ella sabe que hay un elemento de lo divino en todas partes. Los objetos existen, los sentidos están activos, la mente percibe, pero sin movimiento, sin desplazarse o moverse a cualquier parte; todo esto es parte del yoga.

El yoga no indica que uno tiene que llegar a ser indiferente a los objetos. Ellos continúan existiendo, los sentidos están activos, la mente percibe, pero ella está inmóvil. Desplazarse sin movimiento es una parte importante del aprendizaje, porque el movimiento viene del yo. Ustedes mismos pueden ponerse en el lugar de cualquiera sin moverse de un lugar a otro. Tal vez necesitamos meditar sobre esto, y aprender a conocer la naturaleza del movimiento. El camino medio conduce a un orden superior que hace posible vivir de manera diferente. También se le ha llamado el sendero del filo de la navaja, porque el filo es agudo hasta que aprendemos a transitarlo; entonces se hace fácil.

En las escrituras Cristianas se dice ‘estrecha es la puerta, y angosto el camino’. Ese es el camino que tenemos que recorrer. Parece difícil cuando es visto por la personalidad, pero la austeridad llega por sí misma cuando uno comienza a hollar el sendero. Llega naturalmente, no como algo que fue aprendido y practicado. Muchos de nosotros sufrimos de autoindulgencia; vemos algo muy atractivo y sentimos que tenemos que adquirirlo. ¿Podemos vivir una vida en la cual no hay ni austeridad ni autoindulgencia? Nos gusta comer algo o nos gusta tenerlo cuando no es bueno para nosotros. Indudablemente tenemos que poner atención al cuerpo para mantenerlo limpio y útil, pero cuando le ponemos demasiada atención, como mucha gente lo hace, eso no es bueno. Es observando que llegamos al estado de equilibrio. La memoria puede hacer una cantidad de daño a los seres humanos. ¿Puede la mente permanecer imperturbable? Ver que la mente trabaje sólo cuando sea necesario, es llegar a ser consciente y saber. En una carta, el Maestro escribió a Sinnett: ‘Recuerde que la expectación ansiosa no es solamente seria, sino peligrosa. Cada movimiento y latido del corazón despierta las pasiones. Los afectos no son para ser complacidos por aquel que busca comprender.’

Algunas veces la gente dice: quiero alcanzar tal y cual estado en la vida espiritual, pero desear no tiene nada que ver con eso. Es mejor no desear muy apasionadamente, muy intensamente los objetos que deseamos alcanzar. El deseo mismo puede impedir la posibilidad de alcanzarlos. Consideremos por nosotros mismos qué es el camino medio, no desde un punto de vista sectario o Budista, sino claramente de acuerdo con nuestro juicio presente. Una de las cosas que hace esto difícil es la presión que es puesta sobre nosotros por la sociedad, por nuestras familias y nuestros amigos. Ellos sienten que nosotros debemos comportarnos del mismo modo que ellos lo hacen. ¿Podemos permanecer internamente libres, no atados a una religión o a las circunstancias sociales en las cuales nos encontramos? ◙

miércoles, 9 de diciembre de 2009

LA TRADICION ..TRAICIONADA..?



MASONES DE LA LENGUA ESPAÑOLA NEW YORK.

R:.H:. VICTOR GUERRA

LA TRADICIÓN… ¿ TRAICIONADA..?


Cuando las cosas no salen como se quiere o se persigue, o cuando el grupo que lidera un taller desea acabar con las voces discordantes, o críticas, se suele ir a la aplicación “sensu strictu” de las leyes, en en nuestro caso es la aplicación de los llamados Reglamentos Obedienciales, y eso los estamos observando en algunos problemas expuestos en los foros masónicos.
Eso de enrocarse en la aplicación a rajatabla de los Reglamentos es toda una tentación que está como bastante extendida en el seno del desarrollo logial y Obedencial.
Es más, me da la sensación que cuando algunos acuden o invocan a los Usos y Costumbres, o sea la Tradición, que debe formar parte de un taller junto los Reglamentos de la Orden, en forma de Reglamento Particular, noto que hay como una cierta tendencia a pensar que se está invocando una tradición que parece estar fuera de ciertas órbitas obedienciales liberales, pues no es menos cierto que hay quien adjudica esos Usos y Costumbres como patrimonio exclusivo de masonería ortodoxa, o mal llamada “regularidad”.
Esto de la ausencia de Reglamentos Particulares en la logia siempre nos afectará de un modo u otro, y e sería bueno que estuviesen siempre presentes en la logia como ya he dicho conformando parte con los Reglamentos Obedienciales.
Unos “Usos y Costumbres” a modo de Reglamentos Particulares, que no estarán evidentemente en contraposición con los Estatutos y Reglamentos de la Orden, pero que ayudarán a la hora de organizar y articular un buen desarrollo de la vida logial y que deben recoger los acuerdos y el ser y estar de la logia, para que haya menos hueco a los personalismos.
Los Usos y Costumbres significa recoger y plasmar, unas reglas del juego a donde no llegan los Reglamentos y que debe formar parte de nuestro bagaje a trasmitir, y no es menos cierto que a veces esos parámetros de uso y aplicación se pierden como una referencial vital de la propia masonería.
En este sentido quiero traer hasta este pizarrón un artículo de un Maestro Masón de la Gran Logia de Francia, de cuya Obediencia me queda por decir que siempre se han significado por tener una membresía de una alta talla intelectual, en general muy equilibrados, es por ese motivo por el cual aporto el trabajo del Hermano Jean-François Pluviaud, que publicó en el en el Nº 133 de Points de Vue Iniciatiques, que es la Revista oficial de la Gran Logia de Francia., y que viene a situar muy bien el contexto de la Transmisión y la Tradición y el papel que juegan en la vida logial y cuya conceptualidad debiera empaparse esa confección del Reglamento Particular de “Usos y Costumbres” logiales.
Dice Pluviaud:
La Transmisión es una de las palabras fundamentales de la Masonería. Se nos presenta como un deber inexcusable, una de las finalidades específicas de la Orden. Como ocurre con la mayor frecuencia, le compete a cada masón (es algo intrínseco a nuestro método) descubrir qué es aquello que está obligado a transmitir, cómo debe transmitirlo y, sobre todo, a quién debe transmitirlo.
En primera instancia, la transmisión tiene que ver con la perpetuación de la vida; pero también, por extensión, con la perpetuación en el tiempo, a través de una cadena de transmisión humana, de una idea o de un comportamiento determinado. ¿Qué sentido cobra entonces la transmisión en la Masonería? Un masón no debe conformarse con cualquier respuesta a esta cuestión, con una idea vaga; pues requiere de una reflexión para encontrar y dar el sentido correcto a la palabras y a las ideas.
La Orden Masónica halla su fundamento en una Tradición, que contiene y da expresión a lo esencial de la vida iniciática y en particular a cuanto concierne al papel y al lugar del hombre en el universo. La Tradición no es “la Verdad”, objeto de la búsqueda de los masones. La Tradición es, simplemente, la búsqueda de una respuesta para la pregunta primera que ya debió plantearse el hombre al convertirse en sapiens-sapiens : “¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí?”.
La Tradición es obra de los hombres, lo que quizás no resulte demasiado gratificante para algunos de ellos. Pero una Tradición es algo muy diferente a lo que solemos llamar “las tradiciones”. La Tradición es original, fundacional; las tradiciones contienen y expresan las creencias de un grupo determinado y son generadas por ese mismo grupo; dependen de la existencia de éste, son contingentes. A la misma pregunta, única, constante y universal, se ha dado una diversidad de respuestas de diferente naturaleza y de ellas han surgido las distintas religiones y, en consecuencia, las civilizaciones. En Occidente, la respuesta más frecuente ha recurrido a la verdad revelada y al correspondiente teísmo. Otras posibles respuestas se apoyan en postulados metafísicos y espiritualistas acompañados de todo un sistema moral y del comportamiento y de las implicaciones que de él caben deducirse.
En la Orden Masónica los diferentes Ritos se prefiguran en función de las tradiciones a las que están asociados, todas ellas interpretaciones específicas de una misma Tradición primera y sus diferencias atañen también al modo en que son puestas en práctica. La propia Orden es la responsable de la Tradición fundacional, cuyo olvido o modificación supondría una desnaturalización del pensamiento masónico en su conjunto y afectaría incluso al sentido mismo de nuestro compromiso con él. La primera responsabilidad de la Orden consiste, pues, en asegurar la transmisión de la Tradición, expresión del fundamento de nuestro empeño y camino iniciático, de la doble naturaleza del hombre –espíritu y materia-, y de la necesidad absoluta que éste tiene de restablecer el equilibrio entre ambas naturalezas, si quiere cumplir su proyecto de transformación de la humanidad.
Pero si la Orden es la responsable de la Tradición, esto no implica que la haya recibido en depósito oficial ni que sea su propietaria exclusiva. En caso contrario no nos hallaríamos muy lejos de una forma de revelación, acontecimiento totalmente antinómico con el hecho masónico. La masonería es una propuesta que se hace a los hombres para que encuentren el sentido de sus vidas y nunca ningún masón ha pretendido que se trate de la única respuesta posible o de la única solución imaginable; es una vía entre otras, aunque su coherencia y sobre todo las perspectivas que ofrece le confieren un atractivo innegable.
La Masonería ha heredado un método que, a través de los siglos, se ha ido enriqueciendo con cierto número de procedimientos, de maneras de ser que ya le son propios y que suponen un modo de llevar a la práctica una metodología iniciática universal. El conjunto constituido por la búsqueda de respuesta a la cuestión existencial, más todas las implicaciones derivadas de esa misma búsqueda –incluyendo elementos comportamentales- es lo que se denomina por extensión como “Tradición masónica”.
La Tradición de la que la Orden es depositaria ha sido elaborada a partir de una interpretación propia de la Tradición primera, de una lectura específica de ella, y de la tradición humanística de la que se reclama el pensamiento occidental, con una mirada particular que nace de una sensibilidad también particular. Quienes nos adherimos a la Masonería lo hacemos por afinidad con esta visión de la naturaleza del hombre y de su misión existencial; una visión con la que nos identificamos con precisión y que nos identifica, una visión de la que nuestra Orden es depositaria y responsable, una visión que la misma Orden ha construido. No hay en ella presencia alguna de la revelación: son los hombres, armados sólo de su inteligencia, de su “espíritu” y su incoercible necesidad de saber, quienes han formulado las etapas de esta búsqueda destinada a conjugar su angustia vital. Para el hombre que ingresa en la Masonería, aquél que comienza a hacerse preguntas y, evidentemente, a imaginar las respuestas sobre la naturaleza de sus mismos aspectos constitutivos, se produce una especie de revelación a partir de este acceso a la conciencia de sí mismo: la revelación de la idea.
Esta Tradición, que constituye el alma y el corazón de la Masonería, es lo que debe ser transmitido. Sin embargo, debemos tomar conciencia de que dicha transmisión sólo puede realizarse en el tiempo, en el largo plazo, no en el espacio de una sola vida sino a escala de todo el género humano. Para que pueda llegar a convertirse un día en una realidad para todos los hombres, es necesario que esta Tradición permanezca inmutable a través del espacio y del tiempo; por tanto, es necesario que sea transmitida en toda su integridad y su autenticidad. Y tal es la misión de nuestra Orden.
Para asumir su elevada misión, a partir del principio anteriormente insinuado (“sólo lo vivo transmite y sólo lo vivo puede ser transmitido”), la Orden masónica hace vivir la Tradición en los seres gracias a la vivencia de los principios masónicos. Al dotarlos de vida, la Masonería logra que esos principios puedan ser transmitidos ya que “estar vivo” es la única condición indefectible para la transmisión.
La Masonería, por sí misma, no transmite nada: forma hombres, iniciados en la vivencia de sus principios y son estos hombres quienes, a su vez, los transmitirán a otros hombres formando una cadena de iniciados que, ésta sí, asegura y garantiza la transmisión. No hay que confundir el principio fundador y el mensaje que contiene en su seno (mensaje que, a pesar de las vicisitudes de la Historia, debe mantenerse vivo y atravesar el tiempo) con los procedimientos de formación del hombre en tanto instrumento de la transmisión. Son procedimientos idénticos en su esencia pero contingentes en su forma. La Masonería suscita y construye hombres que darán vida a los principios al vivenciarlos, y así lograrán transmitirlos. Sin la acción de tales hombres la Masonería sería letra muerta, una mera curiosidad intelectual.
Es esta la Tradición que estamos obligados a transmitir como mensaje a todos los hombres de buena voluntad.
El deber de la ejemplaridad.
La cuestión no es, pues, la de saber qué se ha de transmitir, sino cómo podemos transmitirlo. Hoy, los masones dejamos a nuestros sucesores unos trazos e indicios muy concretos: escritos, rituales, procedimientos.., lo que los masones operativos denominaban un “saber hacer”.
Todo eso es muy útil e importante, pero no es suficiente; porque, a pesar de todas nuestras precauciones, ese “saber hacer”, ese método, se perderían o se desviarían si no alcanzamos a transmitir su razón de ser. El conjunto de nuestra Tradición no puede resumirse o traducirse a unos cuantos discursos, palabras o escritos. Ser masón es un estado, una manera de pensar y de vivir. El método adecuado para transmitir esta esencia es simple. De hecho, sólo hay uno: vivir. Vivir la Masonería en todo cuanto implica. Lo que da forma a eso que conocemos como “ejemplaridad”: Seremos creídos sólo si somos creíbles; seremos respetados sólo si somos respetables.
Esta forma de transmisión, la “ejemplaridad”, es la primera y más importante de todas. Sin ella, sin los comportamientos que implica, todo resulta una simple ilusión. Cualquiera que sean nuestros principios y teorías, no serán sino letra muerta si no los practicamos, si no los vivimos.
Cada masón está llamado a transmitir la Masonería viva. Y la transmitirá siendo él mismo Masonería, pues los masones no somos, ni individual ni colectivamente, más que transmisores, ejemplos vivos. Nuestros comportamientos son los responsables de la supervivencia de la Orden.
Transmitir, si, pero… ¿trasmitir a quién? Si dijéramos que a todos los hombres, diríamos una profunda verdad. Sin embrago, tal respuesta ha de ser convenientemente modulada.
A los Hermanos masones, en primer lugar, además de los principios que constituyen lo que podríamos denominar “la gran idea”, hay que transmitirles el método, los usos y costumbres, los comportamientos, los procedimientos y el vocabulario de la Orden. Esta transmisión intenta explicar el sentido profundo y la razón de ser de nuestra manera de actuar y de comportarnos; y las razones que nos llevan a adoptarlas. En una palabra, debemos explicarles la Masonería, instruirlos en Masonería. Depende de nosotros que se conviertan en buenos masones, pues la naturaleza y la calidad de nuestros discursos son con la mayor frecuencia determinantes en la evolución de los demás. A ojos de los Hermanos, de todos los Hermanos, somos enseñantes; pero enseñantes que no enseñan lo esencial y que son conscientes de la imposibilidad de hacerlo. Ayudamos, señalamos el camino, rectificamos… pero cada uno ha de recorrer su propio camino.
En segundo lugar, en lo concerniente a los profanos, nuestro papel no es el mismo; no podemos, evidentemente, mostrar la Masonería de la misma manera. Por definición, los arcanos de la Orden, el detalle de sus procedimientos, debe permanecer en el secreto reservado sólo a los masones. Hemos jurado no revelarlos. El secreto es el fundamento mismo del método, del descubrimiento de sí mismo conforme se va progresando. Revelar este secreto abiertamente, sin ninguna precaución, supondría la negación misma de nuestro sistema.
Como contrapartida, se puede decir algunas cosas, mostrar cuál es nuestro ideal, expresar nuestros principios, recordarlos o proclamarlos, dirigirnos a lo que hay de más elevado en cada persona.
Todo esto quiere decir, una vez más, que la transmisión no puede existir ni cumplirse si no es por medio de la ejemplaridad.
Cualquiera que sea la calidad o la elevación de nuestros discursos, si las palabras no están de acuerdo con los actos no servirán de nada. Logramos transmitir cuando somos precisamente aquello que queremos transmitir, “mostrándolo” antes que “diciéndolo”. Sin excluir por ello, obviamente, el decir: Hay que decir, decir incansablemente… y mostrar, y poner al alcance de los ojos. Esta ejemplaridad debe ejercerse en todos los dominios. No se pueden mantener dos actitudes diferentes según se trate con masones o con profanos, pues no hay más que una actitud posible: ser conforme a los propios principios.
Se puede por tanto afirmar que es necesario transmitir y que de ello depende la supervivencia de la especie, la pervivencia del espíritu; que no podemos elegir, que estamos ante una necesidad vital. Al igual que transmitimos la vida biológica debemos transmitir la del espíritu, de manera que ambos, armoniosamente equilibrados, avancen a un mismo ritmo, que es la condición esencial para la realización del progreso de la humanidad.
Debemos transmitir nuestra Tradición, nuestra visión del hombre, de su papel y de su lugar en el mundo, debemos transmitir el espíritu. A la pregunta: “¿según qué método de transmisión?” sólo hay una posible respuesta: siendo ejemplares, encarnando los principios que queremos transmitir.
Y debemos transmitir a todos los hombres sin ninguna restricción, por cuanto somos universales.
Debemos transmitir un mensaje único en el espacio y en el tiempo. En el espacio, esto es, en toda la superficie de la tierra, y en el tiempo, es decir, a todas las generaciones futuras. Y en eso consiste nuestra misión.”

Texto recogido por Víctor Guerra MM.:. del GODF

INTERPRETACION MISTICA DE NAVIDAD


Max Heindel

Interpretación Mística de Navidad


El Sol ha venido siendo adorado exotéricamente como el dador de la vida
desde tiempo inmemorial, debido a que la multitud fue incapaz de mirar más allá
del símbolo material de esta gran verdad espiritual. Pero además de aquéllos que
adoraron la órbita celestial que es vista con el ojo físico, ha habido siempre y aún
todavía es una pequeña, pero creciente minoría, un sacerdocio consagrado por
convencimientos más que por ritos, quienes vieron y ven las verdades espirituales
eternas entre las formas temporales y pasajeras; quienes envolvieron estas
verdades en atavíos cambiantes de ceremonial, con arreglo a las épocas y a los
pueblos a quienes fueron dadas originalmente. Para ello la estrella legendaria de
Belén brilla cada año como un Sol Místico de Medianoche, el cual penetra en
nuestro planeta durante el solsticio de invierno y entonces comienza a irradiar
desde el centro de nuestro globo Vida, Luz y Amor, los tres atributos divinos. Estos
rayos de esplendor y fuerza espiritual llenan nuestro globo con una luz suprema
que circunda a cada uno de los seres de la Tierra desde el más pequeño al más
grande, sin ninguna exclusión.
Pero no todos pueden participar de esta maravillosa dádiva en el mismo
grado; algunos consiguen más y otros menos y algunos, ¡ay! parece que no tienen
participación en la gran oferta de amor que nuestro Padre ha preparado para
nosotros en Su Hijo Unigénito, debido a que éstos no han desarrollado aún el
magneto espiritual, el Niño Cristo interno, que únicamente nos puede guiar a
nosotros hacia el Sendero, la Verdad y la Vida.

“¿De qué aprovechará que el Sol brille si yo no tengo ojos para verlo?

¿Cómo podré yo conocer que Cristo es mío, salvo que Cristo esté dentro de mí?

Esa voz callada dentro de mi corazón es una realidad del pacto entre Cristo y yo;
Esta voz imparte a la fe la fuerza de un hecho”.
Ésta es una experiencia mística que, sin duda, ha sido experimentada por
muchos de nuestros estudiantes, porque es tan cierto, literalmente hablando,
como que la noche sigue al día y el invierno al verano. A menos que nosotros
tengamos a Cristo dentro de nosotros mismos, a menos que el maravilloso pacto
de sangre de la fraternidad haya sido consumado, nosotros no podemos tener
parte en el Salvador, y por lo menos en lo que a nosotros concierne no importará
que las campanas de Navidad suenen una y otra vez; pero cuando el Cristo ha
sido formado dentro de nosotros mismos, cuando la Inmaculada Concepción ha
sido una realidad en nuestros propios corazones, cuando nosotros hemos asistido
al nacimiento del Niño Cristo y le hemos ofrecido nuestros regalos, dedicando la
naturaleza inferior al servicio de nuestro Yo Superior, entonces y solo entonces la
fiesta de Navidad es una fiesta a la que nosotros asistimos un año y otro año. Y
cuanto más ardientemente nosotros laboremos en la viña del Señor, tanto más
clara y distintamente oiremos aquella voz callada y muda que dentro de nuestros
corazones nos ofrece la invitación: “Venid a mí todos aquéllos que estáis
agobiados con vuestra carga, que yo os daré descanso. Tomad mi yugo,
porque mi yugo es blando y mi carga ligera”. Entonces nosotros oiremos una
nueva nota en las campanas de Navidad, tal como nunca antes la hemos oído,
porque en todos los días del año no hay día tan alegre como el día en que el
Cristo nace de nuevo en la Tierra, trayendo con Él regalos y dádivas al hijo del
hombre -dádivas que significan la continuación de la vida física- porque si no fuera
por esta influencia vitalizante y enérgica del Espíritu de Cristo, la Tierra
permanecería fría y desolada; no habría en ella un nuevo canto de primavera, ni
tampoco los admirables coristas del bosque para alegrar nuestros corazones al
aproximarse el verano, sino que el helado cepo de los polos mantendría a la Tierra
encadenada y muda para siempre, haciendo imposible para nosotros el continuar
nuestra evolución material que es absolutamente necesaria para enseñarnos el
uso del poder del pensamiento en debida forma.
El Espíritu de Navidad es, pues, una realidad viviente para todos aquéllos
que han desarrollado en su interior el Cristo. La generalidad de los hombres lo
sienten únicamente alrededor de los días santos, pero el místico iluminado lo ve y
lo siente meses antes y meses después del punto culminante de Nochebuena.
En septiembre hay un cambio en la atmósfera de la Tierra, empezando a
resplandecer una luz en los cielos, y parece que envuelve todo el universo;
gradualmente se hace más intensa y parece que envuelve a nuestro globo, para
después penetrar en la superficie de nuestro planeta y gradualmente concentrarse
en el centro de la Tierra, donde los Espíritus-grupo de las plantas tienen su hogar.
En el momento de la Noche Buena alcanza su tamaño lumínico superior y su
máxima brillantez. Entonces empieza a irradiar la luz concentrada y a dar nueva
vida a la Tierra para que este impulso pueda responder a las actividades de la
Naturaleza durante el año venidero.
Éste es el principio del gran cósmico drama “De la Cima a la Cruz” que se
representa anualmente durante los meses de invierno.
Cósmicamente el Sol nace en la noche más larga y obscura del año cuando
Virgo, la Virgen Celestial, está en el horizonte oriental a la media noche para
alumbrar al niño inmaculado. Durante los meses siguientes el Sol pasa por el
signo violento de Cáncer donde, místicamente, todas las fuerzas de las tinieblas
están concentradas en un esfuerzo decidido para matar al portador de luz; una
fase del drama solar que se relata en la leyenda del rey Herodes y la huida a
Egipto para escapar a la muerte.
Cuando el Sol entra en el signo Acuario, el Aguador, en febrero, tenemos la
época de las lluvias y de las tormentas, y como el bautismo consagra
místicamente al Salvador para su servicio y ministerio, así también los torrentes de
humedad que descienden sobre la Tierra la suaviza y ablandan, para que pueda
producir los frutos que necesitan para su sostenimiento las vidas que moran en
ella.
Entonces llega el pasaje del Sol a través del signo Piscis, los Peces. En
esta época las existencias del año precedente se han consumido casi totalmente y
los víveres del hombre son muy escasos. Por lo tanto tenemos el largo ayuno de
la Cuaresma que representa místicamente para el aspirante el mismo ideal que
aquél cósmicamente representado por el Sol. Al principio de esta época tenemos
el carnaval, que es el adiós a la carne, pues todo aquél que aspira a la vida
superior debe alguna vez dar la despedida a la naturaleza inferior con todos sus
deseos y prepararse a sí mismo para la Pascua que está muy próximo.
En abril, cuando el Sol cruza el Ecuador celestial y penetra en el signo
Aries, el Cordero, la cruz se nos presenta como un símbolo místico del hecho que
el candidato a la vida superior debe aprender a dejar a un lado el instrumento
mortal y empezar a ascender al Gólgota, el lugar del cráneo y de aquí cruzar el
umbral para penetrar en el mundo invisible. Finalmente, en imitación del ascenso
del Sol por los cielos del Norte, debe aprender que su lugar es al lado del Padre y
que últimamente debe también el ascender a lugar tan exaltado, además, como el
Sol no permanece en tal alto grado de declinación, sino que cíclicamente
desciende otra vez hacía el equinoccio del otoño y el solsticio de invierno, para
completar su circulo una y o través en beneficio de la humanidad, así también todo
aquél que aspira a convertirse en un Carácter Cósmico, en un salvador de la
humanidad, debe prepararse para ofrecerse a sí mismo como un sacrificio una y
otra vez en beneficio de sus semejantes.
Éste es el gran destino que tenemos delante de cada uno de nosotros; cada
uno somos un Cristo en formación, si el individuo lo quiere así, pues como Cristo
dijo a sus discípulos: “Aquél que cree en mi, las obras que yo hago hará
también y aún mayores obras hará”. Además con arreglo a la máxima “la
necesidad del hombre es la oportunidad de Dios” no habrá nunca una oportunidad
tan grande para imitar a Cristo y hacer los trabajos que Él hizo, como la que existe
actualmente en todo el continente de Europa bajo la agonía de una guerra
mundial, y el villancico más grande de todos los de Navidad: “Paz en la Tierra y
buena voluntad entre los hombres” parece que está más lejos de convertirse en
realidad que nunca. Nosotros tenemos el poder dentro de nosotros mismos de
acercar el día de la paz mediante hablar, creer y vivir en PAZ, pues la acción
concertada de millares y millares de personas produce una impresión en el
Espíritu de Raza cuando está enviada directamente, especialmente cuando la
Luna está en Cáncer, Escorpión o Piscis, que son los tres grandes signos
psíquicos más adecuados para un trabajo oculto de esta naturaleza.
Por lo tanto, durante los dos días y medio que la Luna está en cada uno de
estos signos sería conveniente, con el propósito de meditar sobre la Paz, que
tuviéramos presente en nuestra conciencia el villancico que cantaron los ángeles
al nacimiento de Cristo: “Paz en la Tierra y buena voluntad entre los hombres”.
Pero al obrar de este modo tengamos bien presente que no nos debemos inclinar
hacia ninguno de los dos lados, en favor o en contra de alguna de las naciones
combatientes, y en cambio recordemos en todos los momentos que todos y cada
uno de lo que pelean son nuestros hermanos. Cada uno de ellos tienen tanto
derecho a nuestro cariño y amor como el otro. No alejemos de nuestro
pensamiento la idea de que lo que nosotros necesitamos es ver la Fraternidad
Universal sobre la Tierra, es decir, “Paz en la Tierra y buena voluntad entre los
hombres” sin importarnos nada el punto en el que los combatientes nacieron, la
línea imaginaria trazada en el mapa del planeta Tierra, ni tampoco la lengua que
ellos hablan, ni los demás rasgos que nos separan aparentemente. Roguemos,
pues, por que la paz se haga o través en la Tierra; una “Paz eterna y buena
voluntad para todos los hombres” sin consideración ninguna a esas diferencias de
raza, credo, color o religión. En el grado que nosotros consigamos manifestar con
nuestros corazones, no con los labios solamente esta oración impersonal por la
Paz, en tal grado podremos apresurar y promover El Reinado de Cristo, porque
debemos recordar que eventualmente para este reinado es precisamente para lo
que estamos reunidos -el reino de los cielos- donde Cristo es “Rey de reyes y
Señor de señores”.

Max Heindel – Interpretación Mística de Navidad

domingo, 6 de diciembre de 2009

EL BIDISMO ZEN


El budismo zen

Paolo Coelho

Muchas veces esta columna ha trascrito algunos de los textos clásicos de la escuela zen. Pero, ¿qué quiere decir exactamente eso?

Como explica el Ming Zhen Shakya, el zen es para el budismo algo así como la cábala para el judaísmo, la contemplación para el cristianismo, o la danza sufí para el islamismo.
Es decir, es la práctica mística de enseñanzas filosóficas o espirituales. La escuela zen nace en China, mezclando el budismo venido del Nepal con las tradiciones locales del maoísmo (que discutiremos en el futuro). Entre los años 700 y 1200, unos monjes que viajaron al Japón desarrollaron allí dos tipos de meditación basados en la postura física: el estilo Rinzai predica que todo ser humano puede alcanzar la iluminación si vive su existencia con respeto y sobriedad, mientras que el estilo Soto predica la importancia de un prolongado entrenamiento para que este objetivo sea alcanzado.
Para los maestros zen, todos nosotros tenemos un conocimiento intuitivo de la razón de nuestra existencia. Por lo tanto, la mayor parte de las enseñanzas filosóficas o religiosas son sólo maneras de provocar en el interior de cada uno el contacto con esta sabiduría que ya está allí, enterrada debajo de muchas capas de prejuicios, culpas, confusión mental e ideas falsas respecto a nuestra propia importancia.
El budismo zen ­principalmente aquel que llegaría a ser elaborado a partir del estilo Soto­ desarrolló una serie de técnicas para que el ser humano pueda llegar hasta esta paz y comprensión interior. El practicante zen busca un lugar tranquilo y allí se sienta en una posición en la que consiga mantener su equilibrio durante largo tiempo, pero sin tener la columna apoyada. Por esa causa la posición más conocida lo muestra con las piernas cruzadas y las manos entrelazadas adelante, apoyadas sobre el sexo.
Algunos monasterios que visité en el Japón usaban una especie de almohada de cuero para elevar ligeramente el cuerpo y permitir una mayor circulación de sangre por las piernas. A partir de allí, se debe procurar mantener la inmovilidad el mayor tiempo posible al tiempo que se obedecen algunas reglas simples. La cabeza debe permanecer inclinada hacia abajo, los ojos no han de fijarse en nada pero tampoco pueden estar cerrados, para evitar la somnolencia. Se ha de observar la respiración, pero sin intentar alterar su ritmo, éste debe ser lo más natural posible, ya que a medida que el zazen (este es el nombre de la postura) progresa, la tendencia es que las inspiraciones y expiraciones se hagan más pausadas y lentas.
Por lo tanto, la idea central no es pretender controlar el pensamiento o las emociones, ni buscar un contacto espiritual con Dios; todo eso llegará a su debido tiempo, a medida que nos calmamos. Como la práctica del zen es extremadamente simple, sin ninguna connotación religiosa o filosófica, ella nos ayuda, paradójicamente, a conectarnos mejor con Dios y a responder de manera inconsciente a nuestras dudas.

Paolo Coelho

FRANCMASONERIA MIXTA UNIVERSAL


Gran Oriente de la
FRANCMASONERIA MIXTA UNIVERSAL

Libertad – Igualdad – Fraternidad
Libertad Absoluta de Conciencia
COMUNICADO

Convocada para los días 11 y 12 de Diciembre de 2009:

XII Gran Asamblea del GOFMU

El Gran Oriente de la Francmasonería Mixta Universal (GOFMU), Potencia Simbólica Soberana, con sede en el Oriente de Montevideo, República Oriental del Uruguay, tiene la satisfacción de anunciar a los Muy Ilustres Dignatarios de las Potencias amigas, y a los Hermanos y Hermanas Francmasones esparcidos por la faz de la Tierra, la realización de su XII Gran Asamblea.

Los días viernes 11 y sábado 12 de Diciembre de 2009, la máxima instancia legislativa y constitucional de nuestra Orden tendrá su Convento Anual, donde los Maestros Masones Delegados de sus Talleres tendrán la oportunidad de elegir las autoridades Obedenciales: Gran Maestro y Consejo de la Orden, Cámara de Justicia Masónica y Comisión Fiscal.

En el transcurso de la XI Gran Asamblea, se escucharán las Cuentas de cada uno de los Talleres de la Obediencia; Informe del Gran Hospitalario; Informe de la Comisión Fiscal; se debatirá y aprobará la Rendición de Cuentas del presente ejercicio y el Programa Presupuestal para el ejercicio 2010.

Se tomará conocimiento de las actuaciones de la Justicia Masónica a través del Informe del Presidente de la Cámara de Justicia.

También se pondrá en consideración el Informe sobre la Situación de la Obediencia presentado por el Gran Maestro (saliente) del GOFMU.

Una instancia especial lo constituirá la presentación de los Informes de Síntesis de los Temas de Estudio y Reflexión sobre los que trabajaron las Logias durante el Año Masónico 2009:

1) TEMA MASÓNICO: “¿En el compromiso masónico, que rol cumple el principio de dejar fuera del Templo los metales?”

2) TEMA SOCIAL: “Ciudadanía Digital. La Tecnología de la Información en la construcción ciudadana. ¿Qué sabemos y cómo nos preparamos los masones para el abordaje de esta nueva realidad?”

3) TEMA LAICIDAD: “Laicidad, Libertad Absoluta de Conciencia y Régimen Republicano”

En la Tenida Solemne de Clausura de la XII Gran Asamblea, se instalará el Gran Maestro electo en esta instancia, quién presentará las grandes líneas de su Plan de Trabajo para el Año Masónico 2010. Posteriormente, un Agape Fraternal cerrará las actividades del Año 2009.

El Gran Oriente de la Francmasonería Mixta Universal alumbró sus Fuegos y Levantó sus Columnas el 10 de Diciembre de 1998 ev, día del Cincuentenario de la "Declaración Universal de los Derechos Humanos" por parte de las Naciones Unidas. El 28 de Junio de 1999 ev, el Poder Ejecutivo de la República le otorgó la Personería Jurídica. Recibió Carta Patente del Gran Oriente de Francia en el año 2007

El GOFMU cuenta hoy con 15 Talleres en diferentes lugares del territorio nacional, que trabajan los tres grados universales de Aprendiz, Compañero y Maestro. Dichos Talleres practican el Rito Moderno (Rito Francés) o el Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

El GOFMU integra CLIPSAS (Centro de Comunicación y de Información de las Potencias Firmantes del Llamado de Estrasburgo) desde mayo de 2008, y es miembro fundador (2002) de la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica – CIMAS.

Ilustres Dignatarios, Queridos Hermanos y Hermanas,

Estaríamos muy felices de recibirles fraternalmente en nuestra Tenida de Clausura y Agape Fraternal, o de recibir vuestros mensajes de saludos, que contribuirán a fortalecer el sentimiento de que los masones, independientemente de la Obediencia a la que pertenezcamos, del Rito que practiquemos o de las tradiciones particulares a la que nos identifiquemos, somos una sola gran familia unida por los mismos valores y principios universales de Solidaridad, Tolerancia y Paz, condiciones indispensables para el Progreso de la Humanidad.

Para contactarnos:

GOFMU

San José 934
Montevideo - Uruguay

Tel. y Fax: (598) 2 – 901 82 54
Correo electrónico: gofmu@gofmu.org

INTERNET: http://www.gofmu.org