sábado, 1 de agosto de 2015

Masones de Lengua Española New York - R:.L:.S:. Genesis de America n.144


Compartiendo un momento de recreación en el Restaurant Don Alex (Queens) con los Q:.H:. Alejandro Picsil y Tomas Miranda de la R:.L:.S:. Génesis de América n.144
Demás de conversación e instrucción.
La Masonería Egipcia: Memphis y Misraim
Masonería Moderna  Liberal y dogmática
La problemática de la Masonería Hispana en Norte América

viernes, 31 de julio de 2015

LA LETRA G


LA LETRA G
EPIPHÁNEIA

– ¿Sois Compañero?
– He visto la Estrella Flamígera.
– ¿Por qué os habéis hecho recibir Compañero?
– Para conocer la letra G.
– ¿Qué significa esa letra?
– El G.·. A.·. D.·. U.·. o bien, el que ha sido elevado a lo más alto del Templo. Esa letra significa también la Geometría y puede recibir otras numerosas interpretaciones.

La letra G, símbolo esencial de la Logia de Compañeros, no sólo posee una multiplicidad de significados, sino que, característica propia de la Masonería, presenta incluso varios orígenes distintos. Entre sus numerosos significados destacan el del G.·.A.·.D.·.U.·., Principio Universal que ha trazado los planes del macrocosmos y el de la Geometría Sagrada, la ciencia que por excelencia predispone para la unificación del microcosmos y el macrocosmos, pero ante todo, y en virtud de que esta letra se encuentra en el centro de la Estrella Flamígera, su principal significado iniciático en la Logia de Compañeros es la representación del Principio Divino que reside en el corazón del hombre dos veces nacido, el Germen de Inmortalidad, latente en el centro del microcosmos humano.

Que la letra G representa tanto al G.·.A.·.D.·.U.·. como al centro del microcosmos humano es, en palabras de René Guénon, fácil de comprender puesto que el polo y el centro son en el fondo una sola y misma cosa, el punto único que permanece fijo e invariable en todas las revoluciones del devenir. El centro del estado humano, o lugar del Hombre Verdadero, puede ser representado como el Polo Terrestre, mientras que el centro del Universo total, o lugar del Hombre Trascendente, lo es como el Polo Celeste, siendo el Polo Terrestre el reflejo o proyección del Polo Celeste. Por eso, salvo en los casos donde ambos Polos son señalados expresamente por símbolos distintos, no ha lugar a diferenciarlos, teniendo así el mismo simbolismo aplicación en dos grados de universalidad diferentes, lo que revela además la identidad virtual del centro del estado humano con el centro del ser total, pues desde el punto de vista humano, el Hombre Verdadero no puede ser distinguido de la “huella” del Hombre Universal.1

Se encuentra en los antiguos rituales de la Masonería un claro ejemplo de esta separación expresa, donde la letra G representa al Polo Universal, pues estando figurada en el centro de la bóveda, cae suspendida de ella la Plomada del G.·.A.·.D.·.U.·. directamente sobre el centro de una swastika trazada sobre el piso, que, por analogía, representa al Polo Terrestre. En cambio, la letra G situada en el centro de la Estrella Flamígera, representación del Hombre Verdadero u Hombre Regenerado, alude directamente al principio divino que reside en el corazón del iniciado, polo del microcosmos humano. En ambos casos, la letra G sustituyó a la letra Iod hebraica, como consecuencia de la asimilación fonética de Iod con God2, siendo este hecho lo que transfiere a la letra G su verdadera significación esotérica e iniciática, pues por sí misma, al no formar parte de una lengua sagrada, no podría ser considerada como un verdadero símbolo sagrado.

Iod, primera letra del Tetragramatón (el Nombre Divino Inefable) representa al Principio, de tal suerte que puede considerarse que ella sola constituye un nombre divino, el primero de todos según ciertas tradiciones. De hecho, en hebreo, a veces el Tetragramatón se representa abreviadamente por tres Iod o por una sola, inscrita dentro de un triángulo3. Su primacía viene indicada por su misma forma que evoca un punto o un germen, simbolizando la esencia indivisible que se encuentra en el origen de toda la creación, de tal manera, que la letra Iod constituye el elemento principal del cual se derivan todas las demás letras del Alefato.4 Por todo ello la Iod, como la G, tras la transposición comentada, es a la vez Principio y Germen, Principio en el mundo superior, que contiene en potencia todas las cosas, y Germen en el mundo inferior, que está contenido en todas las cosas.

Por otra parte, la letra ha sido asociada siempre a la semilla (o germen) porque encierra un contenido significativo, que debe ser extraído y desarrollado en la conciencia, ya que en la letra se esconde lo nombrado. Puede verse en todo ello una estrecha relación con el simbolismo de la Palabra de Paso, que permite al Aprendiz la entrada en la Logia de Compañeros. Tal palabra, ligada al Paso de las Aguas, se representa precisamente por una espiga de trigo al lado de un río5, en alusión a un pasaje del Libro de los Jueces, donde se relata cómo la correcta pronunciación de la consonante inicial de esta palabra permitía el paso del Jordán6, mientras que la incapacidad de pronunciarla correctamente arrastraba a la muerte7. La inicial es el símbolo del Principio y, en materia de iniciación, todo desconocimiento del Principio (el empobrecimiento del sentido de las Palabras Masónicas) cierra el camino y conduce al error y a la muerte. Ninguna enseñanza exotérica es capaz de otorgar el conocimiento real, que el hombre debe encontrar solamente en sí mismo, pues todo lo que el hombre aprende ya está en él y todas las experiencias y aprendizajes no son más que ayudas que contribuyen a la anamnesia o reminiscencia. Pero para poder acceder al conocimiento es necesaria una transmisión iniciática, que permita el despertar de las posibilidades latentes que el ser porta en sí mismo, habiendo ahí una verdadera cuestión de cualificación, pues en la edad en que vivimos la Verdad ya no es accesible a todos los hombres indistintamente. Toda iniciación comprende necesariamente varias fases que se corresponden con otros tantos estados correspondientes. Estos grados pueden ser reducidos a tres, que vienen caracterizados por las fases de nacer, crecer y producir, o, en otras palabras, descubrimiento, asimilación y propagación de la Luz. Y es precisamente la conciencia de la Luz lo que constituye el Secreto masónico, cuya posesión cualifica para el paso a otro grado.

Todo símbolo sagrado, por su condición vehicular, supone la posibilidad de un pasaje desde la realidad material hacia la verdad interior oculta. En concreto, el cruce de una orilla a otra del río, y a causa de la necesidad de esa cualificación iniciática de la que hablábamos, representa el lugar de pruebas y peligros donde el hombre comunica con su propia realidad espiritual y resulta posible el paso de uno a otro grado del ser. El Paso de las Aguas, por lo demás, suele estar asociado con un simbolismo violento que caracteriza a ese hiato o discontinuidad que marca el paso “violento”, primero de lo profano a lo sagrado, de lo exotérico a lo esotérico después y, finalmente, de los misterios menores a los misterios mayores. Durante el paso de lo exotérico a lo esotérico, que realiza el Compañero vemos en la realización del quinto Viaje, durante el cual la punta de la espada del H.·. Exp.·. incide en el corazón del inminente Compañero, una correspondencia con el uso que hace Alejandro Magno de la espada, al cortar con ella el nudo gordiano, que le confiere el acceso a Asia, y que supone un Paso de las Aguas equivalente al llevado a cabo por César en el Rubicón (o río Rojo) o al realizado por el pueblo judío, bajo la amenaza de las tropas del Faraón, en el Mar Rojo. De hecho, podemos ver en la herida realizada en el corazón por la punta de la espada del H.·. Exp.·., que actualiza la marca impresa por la punta del Compás cuando el Neófito presta juramento, otro de los significados de la letra G, debido a la equivalencia simbólica del Ojo del Corazón, la Iod y esa herida punzante recibida en el corazón, símbolos que, curiosamente, presentan una semejanza formal particularmente sugerente.8

Conocido el simbolismo del corazón como centro de la individualidad humana y sede simbólica del conocimiento, o receptáculo de las influencias espirituales, el Ojo del Corazón representa propiamente a la Intuición Intelectual, esa capacidad suprahumana por la cual, el ser humano puede participar directamente de la Inteligencia Universal. La Intuición Intelectual reside en el corazón y no podría ser de otra manera, ya que, es en el centro mismo del ser donde se halla el punto de contacto con lo Divino. El Conocimiento del Corazón, que penetra a un ser desde el interior y lo ilumina con su irradiación, es en sí mismo incomunicable, de ahí que el simple conocimiento de las Palabras Masónicas no haga partícipe del Secreto. Para alcanzar el conocimiento real el hombre debe transferir su conciencia al corazón, pues es allí donde el Germen de Inmortalidad madura y fructifica.

La letra G, decíamos, representa a ese Germen permanente e indestructible del ser, el Núcleo de Inmortalidad, denominado Lûz en la tradición hebrea, del cual se dice que se localiza en diferentes lugares del cuerpo humano, en función de la fase de desarrollo espiritual del iniciado, que se corresponden con los centros orgánicos sutiles de la doctrina hindú denominados chakras. Así, mientras en el hombre ordinario, inmerso en el estado de sueño, el Lûz se localiza en la base de la columna vertebral, es en el corazón donde ocurre la fase inicial de su germinación, que constituye propiamente el segundo nacimiento, que culminará cuando el Lûz se sitúe en el Ojo Frontal, lo que corresponde a la perfección del estado humano o reintegración del estado primordial. Finalmente, su localización en la coronilla permitirá el paso a los estados supraindividuales del ser. Por consiguiente, la letra G, representa tanto al Ojo del Corazón (particularmente cuando la Iod aparece escrita dentro de un corazón), como al Ojo Frontal o Tercer Ojo, que permite la contemplación del eterno presente y caracteriza al Hombre Verdadero o microcosmos regenerado, simbolizado por la Estrella Flamígera, e incluso, macrocósmicamente, al Ojo que Todo lo Ve, contenido en el Delta Radiante y situado en Logia entre el Sol y la Luna, ojos derecho e izquierdo respectivamente del G.·.A.·.D.·.U.·. u Hombre Universal.

La etapa de Compañero comienza entonces con la localización del Germen de Inmortalidad en el corazón y finaliza cuando éste alcanza el Ojo Frontal. Al transferir la conciencia al corazón actúa la Intuición Intelectual, regenerándonos hasta devenir en Hombre Verdadero. Es como si, estando al Orden de Compañero, alimentásemos por medio del Signo de Fidelidad el crecimiento de la Espiga, que podría verse reflejada en el Signo del Saludo, como una proyección exterior, que nace en el Germen del Corazón, se desarrolla y florece a la altura de la frente. La Espiga de trigo (como el maíz en la Tradición Americana o el arroz en la Extremo Oriental –alimentos de inmortalidad) simboliza el Conocimiento por transposición de la asimilación corporal a otra intelectual, y su llegada a la madurez indica el florecimiento de las posibilidades del ser. La etapa de Compañero terminará con la muerte de esa espiga, pues el Compañero debe morir nuevamente para poder seguir desarrollándose, ya que deberá volver a nacer, pero esta vez, fuera del mundo de las formas.

Nos queda por comentar todavía otro significado de la letra G, también recogido en el Manual de Instrucción del grado de Compañero, según el cual alude a la Geometría Sagrada, quinta de las Siete Artes Liberales, lo cual no es por casualidad, ya que este grado, que reúne numerosos elementos provenientes de la Tradición Pitagórica, está situado bajo el signo del número cinco.

En la Escuela Pitagórica, la Geometría, junto con el resto de ramas de las Matemáticas, eran consideradas como una preparación indispensable para acceder a un Conocimiento superior. Platón, que también consideraba la Geometría como un símbolo de la Verdad espiritual, había inscrito sobre su escuela: “Nadie entre aquí si no es geómetra”, lo que se comprende fácilmente cuando se sabe que a él mismo se le atribuye la fórmula de que “Dios hace siempre Geometría”. Cuando se habla de un Dios geómetra se está aludiendo a Apolo, pues si bien todas las ciencias estaban atribuidas a Él, esto era incluso más especialmente en cuanto a la Geometría y a la Medicina. La letra G, inicial de la inscripción grabada al frente del Templo de Apolo: “Gnothi séauton” (“Conócete a ti mismo”), evoca la Gnosis y, más particularmente, el Conocimiento adquirido por la vía iniciática de la Geometría.9

En los antiguos manuscritos de la Masonería operativa, la geometría se identifica constantemente con la Masonería misma, identificación particularmente apreciable en los numerosos símbolos de origen pitagórico presentes en el grado de Compañero. En este origen del significado de la letra G, ésta ha tomado el lugar de su equivalente la Gamma griega, letra que, en sí misma presenta cierto interés desde el punto de vista del simbolismo masónico, en razón de su forma misma en escuadra. Es más, el conjunto de cuatro Gammas colocadas en ángulos rectos las unas respecto de las otras conforma la swastika, lo cual alude nuevamente a la posición central o polar de la letra G. La swastika como la letra G son símbolos de la Estrella Polar, la cual es a su vez símbolo del G.·.A.·.D.·.U.·..


NOTAS
1 Cf. René Guénon: La Gran Tríada, capítulo XVIII, "El hombre verdadero y el hombre trascendente".
2 "Stands for God" recogen los rituales ingleses. Ver René Guénon: "La letra G y la svástika", capítulo XVII de Símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada.
3 La relación de la Iod con el triángulo deviene del hecho de que en la Cábala la letra Iod se considera formada por la reunión de tres puntos, que representan las tres middôt o dimensiones supremas, puestas en escuadra.
4 Así, por ejemplo, la Alef, primera letra del alfabeto hebreo, está compuesta por cuatro Iod.
5 Shibbolet significa habitualmente espiga, pero admite también el significado de la corriente del río.
6 Cuya consonante inicial coincide precisamente con la del nombre de la columna donde reciben su salario los Compañeros masones.
7 Parece ser que el uso de "shibbolets", donde la puesta en evidencia de las iniciales jugaba un papel principal, debió de ser bastante usual en la antigua Masonería operativa. Es más, todas las organizaciones artesanales disponían de un lenguaje hablado secreto, en el que la alteración y mutación de las consonantes iniciales era particularmente significativa, de tal modo que por esas deformaciones de la pronunciación podían hablar en público sin ser comprendidos por los profanos. Ver Denys Roman: Réflexions d'un Chrétien sur la Franc-Maçonnerie, "L'Arche vivante des Symboles", capítulo VII: "René Guénon et la lettre G".
8 El Ojo del Corazón como figuración simbólica de una herida se relaciona en la Tradición Occidental con la leyenda del Grial y con el doble chorro de sangre y agua que manan del corazón de Cristo, como fuente de inmortalidad. Se relaciona también con el simbolismo del Corazón Abierto de la Tradición Islámica. Cf. René Guénon: "El ojo que todo lo ve", capítulo LXXII de Símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada.
9 René Guénon habla de una estrecha relación entre Pitágoras y el Apolo délfico e hiperbóreo. De hecho, Pitágoras era llamado Pythios, nombre que significa "Guía de la Pythia", expresión, que se aplica al mismo Apolo. La Pythia era la mujer que recibía la inspiración de los Dioses en el Templo de Delfos, lugar donde era abolida la condición temporal en beneficio del Eterno Presente. Apolo, "el Médico Infalible y el Salvador Eterno", permitía al organismo humano reencontrar ese estado primordial, donde el hombre está en perfecta armonía con el Cosmos.

ENTRE LA ESCUADRA Y EL COMPÁS


ENTRE LA ESCUADRA Y EL COMPÁS

René Guénon

Un punto que da lugar a una aproximación particularmente significativa entre la tradición extremo oriental y las tradiciones iniciáticas occidentales, es el que concierne al simbolismo del compás y de la escuadra: éstos, como ya lo hemos indicado, corresponden manifiestamente al círculo y al cuadrado[1], es decir, a las figuras geométricas que representan respectivamente el Cielo y la Tierra[2]. En el simbolismo masónico, conforme a esta correspondencia, el compás está colocado normalmente arriba y la escuadra abajo[3]; entre los dos está representada generalmente la Estrella irradiante, que es un símbolo del Hombre[4], y más precisamente del «hombre regenerado»[5], y que completa así la representación de la Gran Tríada. Además, se dice que «un Maestro Masón se encuentra siempre entre la escuadra y el compás», es decir, en el «lugar» mismo donde se inscribe la Estrella irradiante, y que es propiamente el «Invariable Medio»[6]; así pues, el Maestro es asimilado al «hombre verdadero», situado entre la Tierra y el Cielo y que ejerce la función de «mediador»; y esto es tanto más exacto cuanto que, simbólica y «virtualmente» al menos, si no efectivamente, la Maestría representa la culminación de los «pequeños misterios», donde el estado del «hombre verdadero» es el término mismo[7]; vemos allí un simbolismo rigurosamente equivalente al que hemos encontrado precedentemente, bajo varias formas diferentes, en la tradición extremo oriental.

A propósito de lo que acabamos de decir del carácter de la Maestría, haremos incidentalmente una observación: este carácter, que pertenece al último grado de la Masonería propiamente dicha, concuerda bien con el hecho de que, como lo hemos señalado en otra parte[8], las iniciaciones de oficio y las que se derivan de ellas se refieren propiamente a los «pequeños misterios». Por otra parte, es preciso agregar que, en aquellos que son llamados los «altos grados», y que están formados por elementos de procedencias muy diversas, hay algunas referencias a los «grandes misterios», entre las cuales hay al menos una que se vincula directamente a la antigua Masonería operativa, lo que indica que ésta abría al menos algunas perspectivas sobre lo que está más allá del término de los «pequeños misterios»: nos referimos a la distinción que se hace, en la Masonería anglosajona, entre la Square Masonry y la Arch Masonry. En efecto, en el paso «from square to arch», o, como se decía de una manera equivalente en la Masonería francesa del siglo XVIII, «du triangle au cercle» [«del triángulo al círculo»][9], se encuentra la oposición entre las figuras cuadradas (o más generalmente rectilíneas) y las figuras circulares, en tanto que corresponden respectivamente a la Tierra y al Cielo; por consiguiente, no puede tratarse más que de un paso del estado humano, representado por la Tierra, a los estados suprahumanos, representados por el Cielo (o los Cielos)[10], es decir, de un paso del dominio de los «pequeños misterios» al dominio de los «grandes misterios»[11].

Volviendo a la aproximación que hemos señalado al comienzo, debemos decir también que, en la tradición extremo oriental, el compás y la escuadra no solo se presupone implícitamente que sirven para trazar el círculo y el cuadrado, sino que ellos aparecen expresamente en algunos casos, especialmente como atributos de Fo-hi y de Niu-koua, como ya lo hemos señalado en otra ocasión[12]; pero entonces no tuvimos en cuenta una particularidad que, a primera vista, puede parecer una anomalía a este respecto, y que nos resta por explicar ahora. En efecto, el compás, símbolo «celeste» y por tanto yang o masculino, pertenece propiamente a Fo-hi, y la escuadra, símbolo «terrestre», y por consiguiente yin o femenino, a Niu-koua; pero cuando son representados juntos y unidos por sus colas de serpientes (que corresponden así exactamente a las dos serpientes del caduceo), es por el contrario Fo-hi quien lleva la escuadra y Niu-koua el compás[13]. Esto se explica en realidad por un intercambio comparable al que hemos mencionado anteriormente en lo que concierne a los números «celestes» y «terrestres», intercambio que muy propiamente se puede calificar, en casos semejantes, de «hierogámico»[14]; no se ve cómo, sin un tal intercambio, el compás podría pertenecer a Niu-Koua, tanto más cuanto que las acciones que le son atribuidas la representan como ejerciendo sobre todo la función de asegurar la estabilidad del mundo[15], función que se refiere efectivamente al lado «substancial» de la manifestación, y que la estabilidad es expresada en el simbolismo geométrico por la forma cúbica[16]. En cambio, en cierto sentido, la escuadra pertenece también a Fo-hi en tanto que «Señor de la Tierra», la cual utiliza para medirla[17], y, bajo este aspecto, corresponde, en el simbolismo masónico, al «Venerable Maestro que gobierna con la escuadra» (the Worshipful Master who rules by the square[18]); pero, si ello es así, es porque, en sí mismo y no ya en su relación con Niu-koua, él es yin-yang en tanto que está reintegrado en el estado y en la naturaleza del «hombre primordial». Desde esta nueva perspectiva, la escuadra misma adquiere otro significado, ya que, debido al hecho de estar formada por dos brazos rectangulares, se la puede considerar entonces como la reunión de la horizontal y la vertical, que, en uno de sus sentidos, corresponden respectivamente, como hemos visto precedentemente, a la Tierra y al Cielo, así como también al yin y al yang en todas sus aplicaciones; y es por lo demás así como, también en el simbolismo masónico, la escuadra del Venerable es considerada en efecto como la unión o la síntesis del nivel y de la plomada[19].

Añadiremos una última observación en lo que concierne a la representación de Fo-hi y de Niu-koua: el primero está situado a la izquierda y la segunda a la derecha[20], lo que corresponde a la preeminencia que la tradición extremo oriental atribuye habitualmente a la izquierda sobre la derecha, de la que ya hemos dado la explicación anteriormente[21]. Al mismo tiempo, Fo-hi tiene la escuadra en la mano izquierda, y Niu-koua tiene el compás en la mano derecha; aquí, en razón del significado respectivo del compás y de la escuadra, deben recordarse las palabras que ya hemos mencionado: «La Vía del Cielo prefiere la derecha, la Vía de la Tierra prefiere la izquierda»[22]. Puede verse aquí con mucha claridad, en un ejemplo como éste, cómo el simbolismo tradicional es siempre perfectamente coherente, pero también se ve que no podría prestarse a ninguna «sistematización» más o menos estrecha, dado que debe responder a los múltiples puntos de vista bajo los que pueden considerarse las cosas, razón por la cual abre posibilidades de concepción realmente ilimitadas♦




*«Entre l’équerre et le compas», cap. XV de La Grande Triade [La Gran Tríada].

[1] Haremos observar que, en inglés, la misma palabra square designa a la vez la escuadra y el cuadrado; en chino igualmente, el término fang tiene los dos significados.

[2] La forma en que el compás y la escuadra están dispuestos uno con relación a la otra, en los tres grados de la Craft Masonry, muestra las influencias celestes dominadas primero por las influencias terrestres, luego desprendiéndose de ellas gradualmente y terminando por dominarlas a su vez.

[3] Cuando esta posición es invertida, el símbolo adquiere un significado particular que debe relacionarse con la inversión del símbolo alquímico del Azufre para representar el cumplimiento de la «Gran Obra», así como al simbolismo de la doceava lámina del Tarot.

[4] La Estrella irradiante es una estrella de cinco puntas, y 5 es el número del «microcosmo»; por lo demás, esta asimilación se indica expresamente en el caso donde la figura misma del hombre se representa en la estrella (identificándose la cabeza, los brazos y las piernas a cada una de sus cinco puntas) como se ve concretamente en el pentagrama de Agrippa.

[5] Según un antiguo ritual, «la Estrella irradiante es el símbolo del Masón (podría decirse más generalmente del iniciado) que resplandece de luz en medio de las tinieblas (del mundo profano)». Hay aquí una alusión evidente a las palabras del Evangelio de San Juan (1,5): «Et Lux in tenebris lucet, et tenebrae eam non comprehenderunt».

[6] Así pues, no es sin una razón que la Logia de Maestros se llame la «Cámara del Medio».

[7] En relación con la fórmula masónica que acabamos de citar, se puede precisar que la expresión china «bajo el Cielo» (Tien-hia), que ya hemos mencionado y que designa el conjunto del Cosmos, es susceptible de tomar, desde el punto de vista propiamente iniciático, un sentido particular, que corresponde al «Templo del Espíritu Santo, que está en todas partes», y que es donde se reúnen los Rosa-Cruz, que son también los «hombres verdaderos» (cf. Aperçus sur l’Initiation, cap. XXXVII y XXXVIII). Recordaremos también a este propósito que «el Cielo cubre», y que precisamente los trabajos masónicos deben efectuarse «a cubierto», siendo la Logia por lo demás una imagen del Cosmos (cf. Le Roi du Monde, cap. VII).

[8] Aperçus sur l’Initiation, cap. XXXIX.

[9] El triángulo ocupa aquí el lugar del cuadrado, puesto que es como él una figura rectilínea, lo que no cambia en nada el simbolismo en cuestión.

[10] Con todo rigor, no se trata aquí de los mismos términos que son designados así en la Gran Tríada, sino de algo que corresponde a ellos en cierto nivel y que está comprendido en el interior del Universo manifestado, como en el caso del Tribhuvana, pero con la diferencia de que la Tierra, en tanto que representa el estado humano en su integridad, debe ser considerado como comprendiendo a la vez la Tierra y la Atmósfera o «región intermedia» del Tribhuvana.

[11] La bóveda celeste es la verdadera «bóveda de perfección» a la que se refieren algunos grados de la Masonería escocesa; por otra parte, esperamos poder desarrollar en otro estudio las consideraciones del simbolismo arquitectónico que se refieren a esta cuestión.

[12] Le Règne de la Quantité et les Signes des Temps, cap. XX.

[13] Por el contrario, una tal inversión de los atributos no existe en la figuración del Rebis hermético, en donde el compás es sostenido por la mitad masculina, asociada al Sol, y la escuadra por la mitad femenina, asociada a la Luna. Respecto de las correspondencias del Sol y de la Luna, podrá remitirse aquí a lo que hemos dicho en una nota anterior a propósito de los números 10 y 12, y también, por otra parte, a las palabras de la Tabla de Esmeralda: «El Sol es su padre, la Luna es su madre», que se refieren precisamente al Rebis o al «Andrógino», puesto que éste es la «cosa única» en la que están reunidas las «virtudes del Cielo y de la Tierra» (única en efecto en su esencia, aunque doble, res bina, en cuanto a sus aspectos externos, como la fuerza cósmica de la que hemos hablado anteriormente y que recuerdan simbólicamente las colas de serpientes en la representación de Fo-hi y de Niu-koua).

[14] M. Granet reconoce expresamente este intercambio entre el compás y la escuadra (La Pensée chinoise, pág. 363) así como también para los números pares e impares; esto hubiera debido evitarle el enojoso error de calificar al compás de «emblema femenino» como lo hace en otra parte (nota de la pág. 267).

[15] Véase Le Règne de la Quantité et les Signes des Temps, cap. XXV.

[16] Con la inversión de los atributos entre Fo-hi y Niu-koua, puede relacionarse el hecho de que, en las láminas tercera y cuarta del Tarot, a la Emperatriz se atribuye un simbolismo celeste (estrellas) y al Emperador un simbolismo terrestre (piedra cúbica); además, numéricamente y por el rango de estas dos láminas, la Emperatriz se encuentra en correspondencia con el 3, número impar, y el Emperador con el 4, número par, lo que reproduce también la misma inversión.

[17] Volveremos un poco más adelante sobre esta medida de la Tierra, a propósito de la disposición del Ming-tang.

[18] El imperio regido y organizado por Fo-hi y sus sucesores estaba constituido de manera de ser, como la Logia en la Masonería, una imagen del Cosmos en su conjunto.

[19] El nivel y la plomada son los atributos respectivos de los dos Vigilantes (Wardens), y son puestos por ello en relación directa con los dos términos de la complementariedad representada por las dos columnas del Templo de Salomón. Conviene precisar también que, mientras que la escuadra de Fo-hi parece ser de brazos iguales, la del Venerable debe tener por el contrario, regularmente, brazos desiguales; esta diferencia puede corresponder, de una manera general, a la de las formas del cuadrado y de un rectángulo más o menos alargado; pero, además, la desigualdad de los brazos de la escuadra se refiere más precisamente a un «secreto» de la Masonería operativa concerniente a la formación del triángulo rectángulo cuyos lados son respectivamente proporcionales a los números 3, 4 y 5, triángulo cuyo simbolismo encontraremos por lo demás en la continuación de este estudio.

[20] En este caso, se trata naturalmente de la derecha y de la izquierda de los personajes mismos, y no de las del espectador.

[21] En la figura del Rebis, la mitad masculina está al contrario a la derecha y la mitad femenina a la izquierda; esta figura no tiene por otra parte más que dos manos, la derecha sostiene el compás y la izquierda, la escuadra.

[22] Tcheou-li.

La Masoneria Universal

LA MASONERÍA UNIVERSAL.

Todos sabemos, porque mucho se ha hablado y debatido, que la masonería universal se encuentra en un fuerte proceso de cambio.

En alguna oportunidad se a dicho que ese proceso es similar al ocurrido a principios del siglo XVIII. En aquel momento había una masonería que estaba declinando lentamente, pues la época le estaba pasando por arriba y ella tenía enormes dificultades de adaptación. Y la época hizo surgir una nueva masonería que ya anidaba en la antigua entre los “masones aceptados”, donde debemos recordar en particular a Elias Ashmole en la ultima mitad del siglo XVII.

Hoy tenemos una masonería que, si bien aun es hegemónica, y que intenta también adaptarse al nuevo mundo, viene sin embargo declinando encerrada en viejos moldes que le cuesta romper.

Algunos de esos moldes son:

•la negativa a considerar a la mujer como válida para la iniciación masónica;
• la prohibición de debatir de religión y de política;
• la necesidad de la creencia en un principio creador, en la inmortalidad del alma y muchas veces en un dios;
• el trabajar en presencia de un libro sagrado;
• la negación de la condición masónica de aquellos que no practican este modelo;
• un excesivo encierro en unas concepciones espiritualistas y herméticas con pocos nexos con la comunidad;
• en otros casos, una excesiva politización;
• en otros casos, aun, una excesiva inclinación sobre la beneficencia o la obra filantrópica.
• Y, en otros casos todavía, una política de encierro al interior de los Templos, como huyendo de las inclemencias de un mundo y un tiempo que no comprendemos en todos sus parámetros.

Y algo que encima al conjunto, que es la no aceptación de la pluralidad masónica, es decir, la no aceptación de la existencia de múltiples maneras de vivir la masonería, la mayoría de ellas válidas siempre y cuando mantengan un nexo con la tradición iniciática propiamente masónica, y sean épicamente aceptables.

En esto al mismo tiempo, hay que ser cuidadoso: no todo lo que por ahí anda y se dice masónico resiste un análisis mínimo.

En el mundo, y en nuestro continente en particular, las potencias masónicas se vinculan entre ellas desde tres tipos de prácticas diferentes: una es la existencia de potencias que se vinculan a nivel individual, bilateral, con pactos o tratados o simplemente amistad.

Otras que prefieren vincularse a foros masónicos, que implican compromisos mínimos, o pocas obligaciones.

OTRO PROPÓSITO DE LA MASONERÍA

“Es trabajar respetando sus antiguas tradiciones, contribuyendo con nuevos ideales de servicio a la humanidad, protegiendo el patrimonio ecológico, y correspondientemente, de nuestro sistema planetario.

Pretende alcanzar sus metas a través de la difusión de sus ideales, la prédica a través del ejemplo, y la acción positiva de sus miembros sobre la sociedad, difundiendo el conocimiento y el espíritu científico y luchando contra la ignorancia.

Reconoce y proclama en su totalidad, la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS DEL HOMBRE, aprobada por las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948, y trabaja por favorecer el establecimiento de un ORDEN SOCIAL que garantice tales derechos.

Sostiene que el Estado de Derecho y el Régimen Democrático de gobierno es el que mejor cristaliza la voluntad popular, y aspira a impedir los privilegios, la explotación del hombre por el hombre y la de los pueblos débiles por los pueblos fuertes.

Como toda asociación que aspira a realizar sus fines dentro de la comunidad humana, nada de los que sucede en la sociedad le es ajeno, y no fomenta la neutralidad de sus miembros en ninguno de los temas que atañen a la misma. No es órgano de ningún partido político, agrupación social o centro de poder, pero agrupa en su seno a hombres y mujeres de diferentes posiciones personales metafísicas, filosóficas o ideológicas, dispuestas a estudiar e impulsar un Estado laico, a partir de la enseñanza básica, en beneficio de la humanidad y asegurar así la JUSTICIA Y LA PAZ entre los hombres y entre los pueblos, sin distinción alguna de raza, sexo, color, nacionalidad, etc.

Considerando que las ideas metafísicas son del dominio exclusivo de la apreciación individual, la Institución rechaza toda afirmación dogmática, por lo que no prohíbe ni impone a sus miembros ninguna convicción teológica o metafísica.

Proclama los principios de LIBERTAD DEL PENSAMIENTO Y DE CONCIENCIA y se compromete a defender los ideales y las instituciones laicas, expresiones de los principios de la Razón, la Tolerancia y la Fraternidad, que tienen por fin mantener un ambiente de convivencia pacífica, pero que no supone indiferencia ante la diversidad de ideas y creencias, pues la Institución declara que es objetivo fundamental de la misma, la búsqueda de la verdad, para impulsar EL PROGRESO DEL GENERO HUMANO, obstaculizado constantemente por la ambición, la ignorancia y la superstición.

Los Precursores de la Revolución Americana y sus relaciones con la Francmasonería


Los Precursores de la Revolución Americana y sus relaciones con la Francmasonería

Don Francisco de Miranda Rodríguez

Por: José Stevenson Collante 33º
Ex Gran Maestro de la Muy Resp.·. Gr.·. Log.·. del Norte de Colombia

Según el Diccionario de la Lengua Española, XXII Edición, el vocablo Precursor, que precede, designa al que profesa o enseña doctrinas o acomete empresas que no tendrán razón ni hallarán acogida sino en tiempo venidero. Ese es el motivo por el cual antecede al nombre de pila de dos de nuestros libertadores, como un justo reconocimiento a sus épicas hazañas en favor de nuestra independencia del yugo español. Solo dos connotados patricios, uno venezolano y otro colombiano, merecieron llevar ese calificativo, a los que me referiré a continuación, en su orden continental:

I) Don Francisco de Miranda Rodríguez
Precursor de la Independencia Americana

Todos los historiadores consideran que el Precursor o Padre Espiritual de la libertad y de la independencia hispanoamericana fue el Francmasón venezolano, el general Francisco de Miranda Rodríguez, nacido en Caracas el 16 de marzo de 1750, del hogar que formaron el Capitán de Marina, canario, don Sebastián de Miranda y Pardo y doña Francisca Antonia Rodríguez Espinosa. Su vida fue una de las más arriesgadas por las múltiples dificultades que tuvo que pasar y vencer osadas aventuras. Un ser inteligente, intrépido, de buen trato y caballeroso, tenía que gozar del aprecio general y tener buenas relaciones con los distintos personajes que le tocó alternar en su agitada vida de visitante de muchos países y Cortes imperiales, tanto en Europa como en Norte América.

Desde Caracas partió en enero de 1771 rumbo a España y en el Puerto de Cádiz permanece hasta 1778, dedicado al estudio y a la carrera militar, no sin antes haber estudiado Filosofía, en la Universidad de su país. Su clara inteligencia, su fuerte personalidad y su formación académica, le abrieron camino para establecer relaciones intelectuales con personas de la mayor distinción en aquellos países que visitaba. Como militar luchó en el norte de África a la orden del ejército español, hasta obtener el grado de Capitán. Buscando ayuda para solucionar el grave problema de la independencia americana, en 1780 se encuentra en Cuba, que utiliza como puente para llegar a la Florida. Días después, que el patriota Jorge Washington, apoyado por Lafayette y Rochambeau, habían derrotado en Trenton y Yorktown a los ingleses, donde participa en la toma de la Plaza de Pensacola contra las fuerzas inglesas, donde por su arrojo es ascendido a Teniente Coronel. Allí tuvo la oportunidad de conocer a Lafayette y a otros ilustres europeos.

Por razones religiosas como anticristiano y por la manifiesta antipatía de los militares españoles el General De Miranda es acusado de simpatizar en 1782 con los ingleses, lo que le ocasiona ser tomado prisionero y encarcelado en el Castillo del Príncipe en La Habana, de donde logró huir a Carolina del Sur en 1783 y conoce a Jorge Washington, victorioso de la Revolución Norte-americana. Lograda su independencia, con deseo de libertad realiza un viaje de observación por varios países de Europa, donde tuvo la oportunidad de conocer y tratar con varios personajes importantes del mundo Europeo, como Catalina II Zarina de Rusia y Federico II de Prusia, quienes le prometieron ayuda para la puesta en marcha de sus aspiraciones libertarias de América Meridional.

Como viajero de muchos países, emprendió acciones notables para liberar a las naciones de América del Sur, por los contactos que obtenía a través de la Masonería, en la que ocupó destacadas posiciones. Con éste propósito recurrió al apoyo de las principales Logias de los países europeos que visitaba como Francia, Inglaterra, Provincias Unidas, Italia, Turquía, Rusia en busca de ayuda para organizar y realizar la revolución de las colonias Hispano – Americanas.

Aprovechando en 1790 las desavenencias entre España e Inglaterra por el dominio de los mares, el General De Miranda presentó al joven Ministro inglés, William Pitt, un proyecto por él elaborado para lograr la emancipación de las Colonias Americanas de España, programa que no prosperó, en razón de que España desistió de su empeño de expansión marítima. Como Teniente General de Francia, es Comandante del Ejército del Norte en 1792 en las famosas campañas contra Bélgica y Holanda en el período de la Revolución.

Sin duda, fue un soldado americano al servicio del gobierno revolucionario francés para liberar los pueblos subyugados y oprimidos por la fuerza de los tiranos. Por sus servicios como defensor de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad; por sus aportes y acciones al gobierno revolucionario, el General De Miranda es ascendido a Mariscal de Campo. Fue perseguido como conspirador contra Napoleón al ser delatado por su enemigo personal Joseph Fouché, por lo que fue expulsado de Francia. Más tarde, después de la Revolución, sus servicios fueron reconocidos por el gobierno francés al ser su nombre grabado en una urrna vacía en el Arco del Triunfo de la Estrella que preside los Campos Elíseos de París, como Mariscal de Francia, único americano a quien le fue otorgado ese honor.

Después de la derrota de Neerwinden, aldea de Bélgica, celebre también por el fracaso de Guillermo de Orange en 1623, el General de Miranda fue acusado de traición. Luego de dos meses de estar encarcelado fue absuelto por no encontrarse mérito para ello.

Las más diligentes investigaciones no han tenido éxito para conocer el nombre, el lugar y la fecha de iniciación de la Logia donde el General de Miranda fue recibido en nuestra augusta Institución, por cuanto algunos historiadores afirman que se inició en una Logia de Virginia; otros que en Filadelfia; otros que en Londres y algunos aseguran que fue en París.

Este es un rompecabezas que aún no ha sido resuelto, pero no hay duda de que fue un Masón bien formado y con las mejores calidades como patriota y revolucionario y de ideas progresistas modernizantes.

Después de algún tiempo de su periplo mundial y de su permanencia en Francia, el General De Miranda regresa a Inglaterra donde la empresa libertadora sufre un descalabro por la poca importancia que le prestó el Ministro W. Pitt a sus ideas libertarias. Esto lo obligó a redoblar esfuerzos para fundar en Londres en 1797 La Gran Reunión Americana que tenía, además de los fines Masónicos de formar hombres libres y de buenas costumbres, otros de carácter social, como era la liberación de las Colonias Españolas en América Meridional. En su residencia, en la ciudad de Londres, donde la gente procede con lentitud, sin alterarse, el General de Miranda funda la Gran Logia Regional Americana; allí adoctrinaba, como Gran Maestro, a los patriotas americanos y revolucionarios que venían de sus países de origen, destacándose entre ellos los chilenos Bernardo O’Higgins, José M. Carrera, Juan Martínez, Gregorio Argomedo, Juan A. Rojas; los argentinos José de San Martín, José Ma. Zapiola, Carlos Ma. de Alvear, Bernardi Monteagudo y Mariano Moreno, quienes en 1811, organizaron en Buenos Aires la Logia Lautaro, que luego fue extendida a Mendoza y a la ciudad de Santiago de Chile; También participaron de México, el fraile Bernardo Teresa de Mier, Vicente Rocafuerte, Carlos Montufar; de Cuba, Pedro Caro; de Venezuela don Andrés Bello, Luís López Méndez y el Libertador Simón Bolívar; de Santafé José Ma. Vergara Lozano, eran los más asiduos contertulios a las famosas Tenidas.

La Gran Reunión Americana fue fundada en Londres en 1797; además de los fines Masónicos que ejercía, tenía ciertos fines políticos, como era la emancipación de las colonias Españolas en América, como ya lo he expresado. Para tal fin, allí organizó la primera de éstas de esas sociedades, para atraer a los criollos americanos que aspiraban liberar a sus nacientes repúblicas. De boca de los chilenos que participaban activamente en esas Tenidas, conoció las hazañas del cacique araucano Lautaro, caudillo de su tribu, en las selvas de Carampanguey y el Tirúa en 1534 (a orillas del Matiquito), hijo del Cacique Curiñanca. En 1550 entró como caballerizo al servicio del conquistador don Pedro de Valdivia a la sazón gobernador de Chile, y en 1553 huyó con los indios y se convirtió en jefe nato de los revolucionarios indígenas.

Tras vencer a Valdivia en la batalla de Tucapel en ese mismo año, en la que el español resultó muerto, volvió a derrotar a los imperiales ahora mandados por Francisco de Villagrán, gobernador interino de Chile, en Mariqueñu. Beneficiándose del desconcierto producido entre los españoles por la falta de un auténtico gobernador –lo que no se resolvió hasta la llegada de García Hurtado a Mendoza– asaltó diversos núcleos humanos; en 1554 tomó Concepción, que luego abandonó para recuperarla momentáneamente en 1556; en 1555 atacó fuerte Penco; al año siguiente intentó en vano tomar Santiago, y así mismo las ciudades de Valdivia y de La Imperial tuvieron que defenderse de sus ataques.

Mientras tanto la Audiencia de Lima nombraba a don Francisco de Villagrán corregidor de justicia mayor de Chile, para que se solucionase la situación creada por el Cacique araucano. Este fue sorprendido y asesinado por las tropas de Villagrán en su campamento cuando ultimaba los preparativos de la Batalla de Petorca, en la que los araucanos, sin jefe, lograron resistir a sus enemigos por unas horas. El Cacique Lautaro, fue un hombre de gran habilidad guerrera, recibió las alabanzas del escritor Alfonso de Ercilla en su obra La Araucana.

Este relato sorprendió positivamente al General De Miranda y para rendir tributo de admiración, fundó Logias filiales de la Gran Reunión Americana, en Londres, Cádiz, Madrid, París, sitios donde llegaban los americanos a estudiar o adelantar actividades mercantiles.

Las de París y Madrid operaba con el nombre de Juntas de las ciudades y Provincias de la América Meridional y la de Cádiz con el nombre de Sociedad de Lautaro o de Los Caballeros Racionales, por ser esta ciudad española la puerta de entrada de los criollos que llegaban a Europa, sitio donde comienza el adoctrinamiento ideológico y Masónico.

Con justa razón se les llamó Logias Mirandistas a las cuales asistían los principales dirigentes y jefes de la independencia americana, destacándose entre ellos O´Higgins, Carrara, San Martín, Andrés Bello, Simón Bolívar, etc. Sin embargo, era necesaria la ayuda económica para comprar naves, municiones, pago de personal, alimentación y compra de material bélico y embarcaciones marítimas que fueron requeridas.

Le tocó al Gran Maestro, el General De Miranda, iniciar las primeras jornadas de la empresa libertadora. Con la ayuda financiera recibida en 1805 en Londres, se traslada a los EE. UU., donde logró que el Presidente y Hermano Jefferson le concediera ventajas para la expedición.

En marzo del año siguiente, zarpa de Nueva York para Venezuela con más de 200 hombres, mas su arribo en abril, al puerto de Ocumare, fracasa. Diezmada la tripulación y con un solo barco, se refugia en la Isla de Granada y de allí pasa a Barbados, donde el Almirante Cochrane le facilitó atenciones y ayuda logística. Después de reorganizar su ejército, ataca de nuevo al territorio de su país y tomó a la Vela de Coro, que tuvo que evacuar a los pocos días por la escasez de municiones y personal. Después se dirigió a Trinidad donde tuvo que disolver su expedición por las razones ya anotadas.

Como las gestiones que había adelantado no tuvieron el éxito esperado y al no contar personal preparado bélicamente ni recursos económicos suficientes, regresó en 1808 a Londres donde se reencontró con Bolívar, a la sazón, Delegado a la Junta de Caracas. Visto que, ya desde 1807, empezaron las reuniones secretas en la casa del General Bolívar, y a comienzos de 1808 los patriotas caraqueños se habían organizado en una Sociedad Secreta, que desde aquel momento tuvo marcada influencia sobre el movimiento revolucionario, donde la sola presencia del general caraqueño ejercía preponderancia sobre las iniciativas de aquel grupo. No obstante que la mayoría de los diputados eran, por diversas causas, partidarios de la Independencia no daban el paso definitivo, pese a que la sociedad patriótica presionaba constantemente a los congresistas, discutiendo en asambleas públicas los problemas de la nación, tal como lo practica hoy nuestro presidente reeleccionista, por lo que aquí no podemos hablar de modernidad de un sistema de Gobierno.

Las actividades de la Sociedad Patriótica tuvieron serios contratiempos al entregar uno de sus miembros –el Marqués del Toro– al Gobernador, Capitán General Amparan las instrucciones secretas del General De Miranda para la Junta Suprema de Caracas. No obstante estos inconvenientes, la Sociedad Patriótica logró culminar su movimiento revolucionario con la Declaración de Independencia, firmada en Caracas el 19 de abril de 1810, donde se formó un gobierno autónomo con el nombre de Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII, cuyo Presidente fue don José de las Llamosas.

Esta Junta nombró al General Simón Bolívar, Teniente Coronel de Milicias y lo envío a Londres en misión diplomática, conjuntamente con don Andrés Bello y Luís López Méndez, quienes se embarcaron en la corbeta inglesa Wellington en el puerto de La Guaira, el 10 de junio de 1810 y después de un mes llegaron al puerto Portomoun, Inglaterra.

Siguiendo un estricto orden cronológico, podemos observar que el año de 1810, fue el Año de la Libertad de algunos países americanos tal como se indica a continuación:

• Venezuela, Caracas, el 19 de Abril de 1810.
• Argentina, el 25 de mayo de 1810
• Nueva Granada, Santafé de Bogotá, el 20 de julio de 1810
• México, con el grito de Dolores el 10 de septiembre de 1810
• Chile, el 18 de septiembre de 1810
• Nueva Granada, Cartagena de Indias, el 11 de noviembre de 1811.

Es un acontecimiento histórico que no ha sido desmentido. En Londres, el General Bolívar conoció al General De Miranda y a muchos otros patriotas suramericanos, con quienes a más de tratar sobre el tema político de la emancipación de las colonias hispanoamericanas, instruía en las reuniones de la Logia La Gran Reunión Americana.

Salió de Inglaterra el 21 de septiembre de 1810 y llegó al puerto de La Guaira el 4 de diciembre del mismo año para continuar en el propio suelo su proyecto independista.

Sobre la Iniciación del Libertador no hay un criterio unánime: El historiador Jules Manzini, en su obra «Bolívar y la Emancipación de las Colonias Españolas», dice que se inició en la ciudad de Cádiz en la Logia Lautaro y que en 1810 durante su misión diplomática a Londres conferida por la Junta de Gobierno de Caracas, recibió del Precursor General De Miranda en persona, el Grado de Iniciación en la Gran Logia Americana, en donde repitió el juramento que hace poco había prestado en la Logia de Cádiz. Sin embargo, otros historiadores afirman, que el Coronel Simón Bolívar ingresó a la Masonería en la Respetable Logia San Alejandro de Escocia de París en 1805 y recibió el Grado de Compañero en la misma Logia el 11 de Noviembre del mismo año. Solo existían esos dos grados; el de Compañero aseguraba la Maestría.

Como la situación política era delicada, y el palo no estaba para hacer cucharas, nueve días después del arribo del General Bolívar a Caracas, se comunicó con el General De Miranda, que se encontraba en la Isla Holandesa de Curasao y le solicito que viniera a Caracas para dar los últimos toques al problema de la liberación. En efecto, el 11 de diciembre de 1810 el General De Miranda llegó a La Guaira en el buque de guerra El Avon de la corona británica. Ya el Precursor había aceptado el cargo de Jefe de la Junta Revolucionaria de Caracas.

Venía funcionando en esta ciudad una Logia con el nombre de Sociedad Patriótica dependiente de la Gran Logia Americana de Londres, que orientaba a los Hermanos patriotas revolucionarios agrupados con tan señalado propósito.

Para esa ocasión la nueva República de Venezuela se encontraba amenazada por las fuerzas imperiales dirigidas por el capitán de fragata Domingo Monteverde, osado oficial, manipulador e inescrupuloso, de autos conocidos como militar y que después en marzo de 1810 se declaró defensor de los realistas y como Jefe de los Derechos del Rey Fernando VII organiza la resistencia para establecer nuevamente el Gobierno Español.

Como el Gobierno republicano de los patriotas en Venezuela de las Provincias Confederadas, por Decreto del 28 de abril de 1812 había conferido al General de Miranda la Dictadura y el título de Generalísimo de mar y de tierra, y desde el día 11 venía despachando como tal, el 1º de mayo de 1812 nombra al Coronel de Milicias Simón Bolívar como Comandante político y militar de la plaza de Puerto Cabello, dándole posesión al día siguiente.

Las contradicciones existentes entre criollos y españoles, eran un problema delicado de oportuna atención, por lo que no resultaron necesarias y suficientes las conversaciones adelantadas por el Libertador.

Como los acontecimientos de la guerra en Puerto Cabello fueron desfavorables a los patriotas, la pérdida de esa Plaza Fuerte significó un grave descalabro para la República y tal circunstancia fue aprovechada hábilmente por el capitán de Milicias Francisco Fernández Vinoni, natural de Garachico –Isla Canaria de Tenerife–, oficial de guardia del Castillo de Puerto Cabello, bajo cuya dirección el sargento mayor Antonio de Guzmán y otros presos políticos realistas se habían sublevado. Sobre la responsabilidad de este desafortunado acontecimiento se han hecho muchas conjeturas, la mayor parte de las cuales apuntan contra el coronel Simón Bolívar, por la pasiva actitud asumida cuando injustamente fue sindicado de traidor, el Precursor De Miranda.

No me corresponde hacer un juicio de responsabilidades sobre este penoso incidente, ni ser defensor del Libertador de la acusación de haber participado en la delación y captura, que no se hubiese generalizado a no ser por las cartas que el futuro Libertador enviara al Precursor desde Caracas (12 de julio de 1812 y 14 de julio, dos días después), donde le manifiesta su estado anímico de abatimiento por la pérdida de Puerto Cabello y le solicitó, permiso para descansar después de trece noches de insomnio por hallarse en una especie de enajenamiento moral.

En la segunda y última carta, lleno de vergüenza, con habilidosa sutileza evade responsabilidades: Yo no soy culpable, pero soy desgraciado y basta. Una frase por demás desobligante y altanera. Por esta razón muchos historiadores son de la opinión que si el Coronel Bolívar no hubiera escrito esas dos cartas y se hubiese mantenido al margen de los acontecimientos, con toda seguridad la opinión pública, que es el mejor juez, no lo hubiera señalado como delator y traidor.

El Precursor De Miranda, era un soldado vencido por los años, sin energías, sin espíritu de militar osado, con muchas adversidades y confiando en la sagrada palabra de honor militar del opositor, accedió a suscribir un Tratado de Capitulación con el jefe realista, General Domingo de Monteverde, Capitán de Fragata, cuyas negociaciones comenzaron el 12 de julio de 1812 en la ciudad de Valencia y se firmó la Capitulación el 25 del mismo mes, por el Oficial José de Sata y Bussy, a nombre y en representación del Precursor, en el pueblo de San Mateo, con el descontento de los patriotas. Desde ese momento la Primera República Venezolana quedó sepultada.

El Comandante del ejército realista Brigadier General Domingo de Monteverde –hombre de mala fé– violó amplia y descaradamente las cláusulas de la Capitulación de San Mateo, suscrita con el General De Miranda en que se permitía a los Oficiales y patriotas civiles comprometidos en la revolución expatriarse, y ordenó al traidor Coronel Manuel María de las Casas, cerrar el Puerto de La Guaira y evitar la fuga de los 400 comprometidos a los cuales se les capturó y arrastró por las calles de Caracas asidos a las colas de los caballos. Esta orden fue cumplida el 31 de julio.

La primera y mejor pieza de esa cacería humana fue el General De Miranda, quien se había instalado en la residencia del Gobernador Militar de La Guaira, el Coronel Manuel Ma. de las Casas –de cuya deslealtad desconocía– en compañía de su edecán Carlos Soublette y de dos servidores más, quienes fueron apresados por los realistas.

Es entonces cuando se pone en evidencia la delación hecha contra el Precursor. Impulsados por un falso dolor, movidos por el resentimiento y la mentirilla de que el general De Miranda había negociado con Monteverde a espalda de las autoridades patrióticas, un grupo de militares, entre ellos los generales Tomás Montilla, Simón Bolívar y Luís B, Chantillon, disponen apresar al Precursor y entregarlo a las nuevas autoridades.

Tan torpe maquinación se efectúa a las dos de la mañana, cuando el General es sacado de la vivienda y llevado al Castillo de San Carlos, y por orden del General Monteverde es remitido a las bobedas del Castillo de San Felipe en Puerto Cabello, el día 2 de agosto de 1812. El 2 de julio de 1813 es trasladado al Castillo del Morro de San Juan de Puerto Rico y en diciembre del mismo año es embarcado para España a donde llega el 5 de enero de 1814 a Cádiz y encerrado en el presidio de La Carraca, en un calabozo del Castillo de la Cuatro Torres.

Para muchos historiadores imparciales y críticos escritos llamó poderosamente la actitud asumida por el entonces coronel Simón Bolívar junto con los comandantes Montilla y Chatillón no solo de haber faltado al Honor Militar sino al vínculo espiritual contraído de defender, dar asilo y proteger la vida del general De Miranda Gran Maestro de la Logia Regional Americana, y Precursor de la Independencia de América. No nos queda la menor duda de la tremenda metida de patas del coronel Bolívar, quien al no ver ninguna posibilidad de huir del país para ponerse a salvo del enemigo español, se refugia escondiéndose en Caracas, de donde, gracias a los buenos oficios e influencias del español don Francisco de Iturbe, obtuvo el pasaporte otorgado, nada menos, por el Brigadier General Domingo de Monteverde, nuevo Jefe del gobierno español, y para lograr salir de La Guaira el 27 de agosto de 1812 para llegar a Curazao el 2 de Noviembre del mismo año.

Para esos días de noviembre, procedente de esa Isla, el coronel Bolívar llegó a Cartagena, acompañado de varios oficiales venezolanos y extranjeros entre ellos el Oficial francés capitán Antonio Leleux, un varón inquieto, de gran fe republicana y fervoroso Masón; como tal, hizo parte de la Logia Masónica en Cartagena Las Tres Virtudes Teologales, siendo Presidente el abogado y Hermano Manuel Rodríguez Torices, mártir de la Patria.

Con la llegada a Cartagena de los refugiados venezolanos y militares extranjeros que pudieron huir de Venezuela a la caída de la Primera República en 1812 aumentó el número de miembros de la Logia Las Tres Virtudes Teologales, que funcionó normalmente hasta 1815, por el insostenible sitio, impuesto por el pacificador español General Pablo Morillo en ese año.

En 1814, la Asamblea Legislativa del Estado de Cartagena elige por segunda vez al Hermano Masón Manuel Rodríguez Torices en el cargo de Presidente, Gobernador, Dictador del Estado, designación que rechaza, por tener que ocupar su curul como diputado por dicho Estado al Congreso de la Federación de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, reunido en la Villa de Leiva y el 24 de octubre de 1815 donde fue elegido Presidente de dicho Congreso.

Conviene recordar que, durante el Gobierno republicano del Estado de Cartagena, desde el 11 de noviembre de 1811, hasta su caída y emigración el 5 de diciembre de 1815, el movimiento marítimo de La Ciudad Heroica con las islas Antillas y países amigos fue intenso. La isla de Jamaica, dependiente del gobierno inglés era no solo un centro de abastecimiento comercial sino una importante sede Masónica británica en donde se respiraban los principios libertarios contra España y su tiranía. Con gran facilidad los criollos americanos ingresaban a las Logias de esa Isla al igual que muchos frailes dominicanos que salieran huyendo de Santa fe de Bogotá al tener conocimiento de la victoria en el Puente de Boyacá el 7 de agosto de 1819. Algunos de estos frailes regresaron con ideas republicanas modernizantes y los más curioso investidos con el título de masones.

El claro entendimiento entre los masones fue un factor determinante, no sólo para que se fortaleciera la Logia Las Tres Virtudes Teologales sino para, a partir de 1809 y 1819 permitiera el nacimiento de Talleres en Santa fe. Así se explica la sincronización del movimiento emancipador ya que para prosperar una revolución se necesita preparación, fijar las ideas y la confianza en un grupo de personas, de tal manera que haya una enorme fuerza humana en la que se apoya el proceso, que lo sostenga, le dé firmeza y lo ejecute. Para salud de la Nueva Granada, así ocurrió.

Indudablemente, con el general Francisco de Miranda, Precursor de la Independencia Hispanoamericana, se iniciaba la influencia de la Francmasonería en el proceso revolucionario de América Española, inspirado en los principios tutelares de la Revolución Francesa con sus enseñas; la triada fundamental de nuestra organización de Libertad, igualdad y fraternidad, lema que utilizaron los revolucionarios Franceses. Por ello, el gran general. Precursor de la Independencia de América del Sur se sirvió de la Organización Masónica para llevar a cabo sus proyectos emancipadores por medio del símbolo, y el respeto guardado al secreto de los juramentos, y de evadir además la persecución de sus enemigos tradicionales: La ignorancia, la hipocresía y la ambición.

El gran general don Francisco De Miranda, general de División del Ejercito Francés, excombatiente del ejercito español en el norte de África, soldado de la Independencia Norteamericana, Precursor de la Independencia de América del Sur, preso en Castillas, murió el 14 de Julio de 1816 en una celda de las Cuatro Torres del presidio de la Carraca de Cádiz con una cadena atada en su cuello.

Designios criminales dirigidos por manos clericales robaron su cadáver sin que hasta la fecha se sepa con seguridad donde lo ocultaron o si le dieron sepultura en cualquier monasterio de España.

Su cripta en el Arco del Triunfo de los Campos Eliseos aún sigue vacía esperando sus despojos mortales.

BIBLIOGRAFÍA

PERFILES MASÓNICOS. Stevenson Collante, José. Ediciones Sociedad Hermanos de la Caridad. Barranquilla, Colombia. 30 de octubre de 1999.

HISTORIA DE COLOMBIA. Henao, Jesús M. y Arrubla, Gerardo.

LA MASONERÍA EN LA INDEPENDENCIA DE AMÉRICA. Carnicelli, Américo. Cooperativa Nacional de Artes Gráficas. Bogotá. 1970.

HISTORIA DE LA MASONERÍA COLOMBIANA. Carnicelli, Américo. Cooperativa Nacional de Artes Gráficas. Bogotá. 1975.

REVISTA EL MISIONERO. Números 8, 51, 52, 53 y 54. Sociedad Hermanos de la Caridad. Artes Gráficas Industriales Limitada. Barranquilla, Colombia.