viernes, 25 de julio de 2025

ABRAXAS

ABRAXAS En el estudio de la Gnosis se utiliza consistentemente la palabra “esotérico” y ésta vale la pena comprenderla, pues su mala interpretación puede llevar a muchos sinceros a rechazar la enseñanza. La palabra esotérico es una adaptación latina de la palabra griega esoterikos, que según la escuela de Aristóteles (384 a 322 A.C.), se refería a “Filosofías muy complicadas que sólo los eruditos, o ‘los de adentro’, podían comprender”. Por otra parte, la Real Academia lo define como “Oculto o impenetrable para los no iniciados”. Por consiguiente “esotérico” significa “oculto”, “velado” o “para los pocos”. Esotérico nada tiene que ver con la interpretación asustadiza de “oculto” que mal traducido implica “de la oscuridad” o “tenebroso” que de ahí y en adelante, la ignorancia le continúa añadiendo tantas otras definiciones inventadas como “demoníaco”, “satánico” y “del diablo. De Egipto emergió uno de los muchos grandes maestros del Gnosticismo Esotérico Universal: Basílides, quien ofreció la enseñanza oculta en las tierras de Alejandría durante el siglo II A.C. y la tradición que nos llega de Clemente de Alejandría narra que Basílides mismo recibió la enseñanza de los labios de Glaucios, un intérprete del Apóstol Pedro. Cabe mencionar que la enseñanza gnóstica que recibió Pedro de los labios del Gran Maestro Jesús, está escrita de forma minuciosa en el Pistis Sophia (que significa “La Sabiduría del Despertar” o “El Poder de la Sabiduría”); libro que guarda las enseñanzas ofrecidas por el Gran Maestro Jesús a sus apóstoles durante once años después de su resurrección. Abraxas Basílides hablaba de ABRAXAS como “el Gran Arcano”, la deidad suprema (representada por el Sol), fuente de las emanaciones divinas y dios de los Principados de las 365 esferas de la creación, y el fundamento principal de su enseñanza, siendo que la salvación del hombre venía a través de la gnosis solamente cuando el hombre es capaz de encarnar ABRAXAS en sí mismo. Las siete letras de la palabra ABRAXAS se basan en la Ley del Heptaparaparshinok o la Ley del Santo Siete. Esta es la ley cósmica que se encarga de traer orden a la creación misma. Cada una de las letras hace referencia a uno de los “siete planetas clásicos” que se pueden apreciar a simple vista; debemos entender que planeta no se refiere a lo que hoy día de inmediato visualizamos como una mole de materia que orbita alrededor del sol, sino planeta en su sentido original de viajero u Hombre Errante. ABRAXAS es un acrónimo de los Siete Cosmocratores (creadores del cosmos) o Siete Hombres Celestes que en el cristianismo se reconocen como los Arcángeles: GABRI-EL (El Héroe de Dios). RAPHA-EL (La Sabiduría de Dios o La Curación de Dios). URI-EL (El Amor y la Misericordia de Dios). MICHA-EL (Quién como Dios). SAMA-EL (La Justicia de Dios). ZACHARI-EL (La Memoria de Dios o El Gran Hombre que Guarda el Pozo de la Sabiduría de Dios). ORIFI-EL (La Luz de Dios). Estos se asocian a los “siete planetas clásicos” pues cada Arcángel en sí mismo es un alma planetaria; Gabriel es el alma de la Luna, Rafael de Mercurio, Uriel de Venus, Michael del Sol, Samael es Marte, Zachariel es Júpiter, y Orifiel es Saturno. A su vez, estos siete planetas son el fundamento de los siete días de la semana, pues: Domingo es el día del Sol, lunes es el día de la Luna, martes es el día de Marte, miércoles es el día de Mercurio, jueves es el día de Júpiter, viernes es el día de Venus y sábado es el día de Saturno. Por consiguiente, ABRAXAS es la fuerza que organiza la creación misma, y también es la fuerza que influencian nuestra psiquis, y las fuerzas que permean e influyen en nuestro diario vivir. En un nivel superior ABRAXAS es en sí el Gran Aliento; como fuente de las emanaciones divinas, es la Corona de la Vida – el Kether de los cabalistas hebraicos – y también es el Gran Rayo, el espacio increado y la luz inmanifestada. Los practicantes de los antiguos misterios reconocían que tal poder, al verbalizar su nombre, impartía cualidades de tipo superior con capacidad de influenciar eventos y realizar prodigios haciendo uso de las fuerzas ocultas de la creación. Por eso vemos amuletos como la Piedra de ABRAXAS, donde un Gallo impulsado por dos serpientes se mueve hacia la derecha, vestido de guerra, protegido con un escudo y con un látigo en su mano. Tal piedra sintetiza de forma oculta (esotérica). El gallo es símbolo del Chrestos griego o Cristo Cósmico; la inteligencia del Padre que está en secreto. Este mismo gallo es el que vemos en el evangelio del Apóstol Marcos: Y el gallo cantó la segunda vez: y Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba. Marcos 14:72, Reina Valera Antigua. Las serpientes que lo impulsan son PITÓN (a su izquierda) y KUNDALINI (a su derecha). La primera es la serpiente tentadora del Edén, la segunda es la serpiente sagrada de nuestros mágicos poderes; aquella que en trabajo de la magia del amor tiene la capacidad de destruir nuestros defectos, de regenerarnos y transformarnos profundamente. PITÓN es simbolizada en la [Divina] Comedia de Dante por aquellas serpientes que atormentan las almas en los mundos infiernos. Kundalini es su aspecto contrario, la serpiente enroscada en la garganta del Señor SHIVA o “el Señor de la Creación”, que en el cristianismo es el mismo Espíritu Santo. El GALLO se encuentra vestido de guerra y tal vestimenta es símbolo de los vehículos superiores del Ser que no tenemos, hay que fabricarlos por medio del proceso científico de la transmutación alquímica de las energías del mismo ser humano. Su escudo es similar al escudo de plumas del dios azteca Huitzilopochtli, símbolo del Cristo y del Ser. El escudo es símbolo del amor, pues es el amor la fuerza que nos protege contra las fuerzas negativas externas e internas. Por último, su látigo es símbolo de la fuerza de la voluntad, la eliminación del Fariseo interior que nos permite vivir la vida en el camino del recto pensar, del recto actuar y del recto sentir. Tal camino de rectitud se simboliza con el Gallo caminando hacia la derecha, el camino de los “diestros”. Todos estos símbolos se encuentran cincelados en piedra, pues el trabajo Gnóstico Esotérico es el trabajo con la piedra filosofal. El nombre de la piedra filosofal es Patar, que también es el nombre del Apóstol Pedro, por lo que el Gran Maestro Jesús dijo: Mas yo también te digo, que tú eres Pedro (Patar), y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.

La Iniciación Masónica

La Iniciación Masónica ¿Qué es la iniciación? Todos los masones hemos atravesado un viaje durante ese rito que cambió el sentido de nuestras vidas, y que nunca olvidaremos. Hay quienes creen que ese rito de pasaje, que nos lleva desde la condición de profanos a la de iniciados culmina en el momento en el que vemos la luz. Para el masón –dice Daniel Beresniak- , el viaje es el principio de la iniciación. Con el tiempo comprendemos que la iniciación es un viaje en etapas, desde nuestro nacimiento masónico hasta el último pasaje, hacia el Oriente Eterno. También comprendemos que un Rito debe seguir un hilo, una suerte de desarrollo congruente a través de las distintas estaciones de nuestro propio Via Crucis. Esa congruencia debería reflejarse etapa tras etapa, grado tras grado, desde el principio al fin. Un sistema masónico tradicional debería asegurarnos esta vía iniciática coherente, sin solución de continuidad en todos sus niveles. Este hilo sólo es posible con una enseñanza, una instrucción y –de hecho- una doctrina. Este es el punto en donde la masonería tradicional colisiona con la liberal. Se escuchan voces en el mundo masónico –especialmente en sus corrientes liberales- en las que la iniciación se nos presenta como una “ceremonia de ingreso” intentando reducirla a una mera formalidad burocrática, un remedo de antiguos “usos y costumbres” que se mantienen a modo simbólico. Dice el diccionario de la Real Academia que el vocablo ceremonia (del latín caeremonia) es la acción o acto exterior arreglado, por ley, estatuto o costumbre, para dar culto a las cosas divinas, o reverencia y honor a las profanas. El vocablo rito –acto con el que se lleva a cabo una iniciación- tiene dos acepciones 1.- Costumbre o ceremonia. 2.- Conjunto de reglas establecidas para el culto y ceremonias religiosas. Esas mismas voces son las que han remplazado el sentido original de la iniciación por una suerte de códice moral que sustituye el sentido que antiguamente se planteaba al recipiendario y que no es otro que el de recuperar la semejanza divina con la que el hombre fue creado. La Regla Masónica (al uso de las Logias Rectificadas) le dice al iniciado: Si las lecciones que la Orden te ofrece, para facilitarte el camino de la verdad y la felicidad, se graban profundamente en tu alma dócil y abierta a los efectos de la virtud; si las máximas saludables, que marcan, por así decirlo, cada paso que des en tu carrera masónica, se vuelven tus propios principios y la regla invariable de tus acciones, ¡oh, hermano mío!, ¡cuál será nuestra alegría! Cumplirás tu sublime destino, recobrarás esa semejanza divina, que formaba parte del hombre en su estado de inocencia, que es el objetivo del Cristianismo, y del cual la iniciación Masónica hace su objeto principal. Te volverás la criatura amada del Cielo: sus bendiciones fecundas recaerán sobre ti, y mereciendo el título glorioso de sabio, siempre libre, feliz y estable, pasarás por ésta Tierra como los reyes, benefactor de los hombres, y modelo de tus hermanos. [1] Pero para que este destino sea posible, la iniciación debe estar acompañada de una instrucción, una enseñanza y una doctrina. Dice Jean François Var acerca del Régimen Escocés Rectificado que: “…posee en propiedad, una doctrina de la iniciación explícitamente formulada y metódicamente enseñada. Así, al mismo tiempo que hace avanzar a sus miembros por la vía de la iniciación, les dispensa una enseñanza teórica en forma de discurso pedagógico al respecto de esta misma iniciación. Esta enseñanza se da en las “instrucciones”, redactadas ne varietur, que puntúan los grados sucesivos, en los rituales en los que están incluidas y en los que la lectura es, teóricamente, obligatoria…” “…Los miembros del Régimen reciben, pues, de éste, simultáneamente y en paralelo, una iniciación y una instrucción, una transmisión ritual y una transmisión intelectual. Todo ello con un objetivo evidente: producir en el hombre así condicionado, una doble mutación, a la vez en lo que concierne al estado del ser y al estado de consciencia…”[2] Raimon Panikkar, en su libro Iconos del Misterio –La experiencia de Dios- se refiere a la iniciación, en su concepto más vasto, con reflexiones que bien podrían aplicarse al sentido de la iniciación tal como la comprendemos en la masonería tradicional, y que transcribo para su serena meditación. Dice Panikkar: “Todas las tradiciones proponen una preparación para los distintos estadios de la vida, sea intelectual, social o religiosa. Sin fe, dicen por ejemplo el Vedanta y la Patrística, no es posible hacer teología; el ingreso en la Academia Platónica requería el conocimiento de la geometría; el ingreso en la vida religiosa requiere un noviciado; la entrada a la vida de adulto comienza con el uso de razón y éste con el despertar de la sexualidad; la aceptación por un gurú pasa por una ceremonia previa; el ingreso en algunas comunidades requiere la circuncisión; el ejercicio de la medicina exige un diploma, la función sacerdotal una consagración etc. Todas estas tradiciones creen que la realidad es jerárquica, esto es, que hay niveles en ella, y que la realidad es solidaria, a saber, que es tal porque está sólidamente aglutinada.” “Solidaridad y jerarquía son dos presupuestos que dan sentido a la iniciación. Esta consiste en un tránsito de un nivel a otro (que puede ser muy bien de un grado de conciencia a otro) en virtud de una acción iniciada por un factor (generalmente humano) solidariamente capacitado para ello.” “La iniciación sólo tiene sentido dentro de un mundo jerárquico y solidario. Fuera de él degenerará en superstición. Hablar de iniciación en un mundo donde prevalece cierta mentalidad igualitaria e individualista es un contrasentido o un anacronismo.” “Dentro de un mundo solidario la iniciación es posible porque no hace sino actualizar la ontonomía (ni heteronomía ni autonomía) de cada ser. La iniciación no daña ni enajena sino que es un dinamismo del Ser… Dentro de un mundo jerárquico –entendida la jerarquía en un sentido etimológico (orden sacro)- la iniciación es necesaria, porque el salto de un estado a otro, de un grado a otro, de un nivel a otro, no es automático; se necesita una colaboración entre una mano que se tienda y unos brazos que se alcen para llegar a coger esa mano.” “La iniciación se establece en aquellas sociedades tradicionales que son conscientes del carácter solidario y jerárquico de la realidad y que consideran que el camino humano hacia su perfección requiere una serie de pasos, un progreso en la escala de los seres.”[3] Como se comprenderá, esta visión, en sintonía con la de la masonería de tradición, se da de bruces con la figura del masón librepensador, hijo del Siglo de las Luces, un dilema que enfrentan muchos masones y que se resuelve de manera sencilla si, como se ha afirmado tantas veces y suele decir frecuentemente Ramón Martí Blanco, se concluye en que la iniciación es la esencia de la Orden Masónica, lo que verdaderamente le da sentido y razón de ser.

Soberano Santuario Internacion Memphis Misraim para los Estados Unidos de Norteamerica - New York Gran Hierophante Victor Salazar Soto 100°

Soberano Santuario Internacion Memphis Misraim para los Estados Unidos de Norteamerica - New York Gran Hierophante Victor Salazar Soto 100°

Álbum Musical Himno a la alegría, Gran Hierofante Víctor Salazar 90º95º97º99º100º

Soberano Santuario Internacional Memphis Misraim para los EStados Unidod de Norteamerica - New York Álbum Musical Himno a la alegría, Gran Hierofante Víctor Salazar 100º