sábado, 28 de octubre de 2017

MAREA LOJĂ NAŢIONALĂ ROMÂNĂ 1880

MAREA LOJĂ NAŢIONALĂ ROMÂNĂ 1880
(Gran Logia Nacional Rumana 1880 - M.L.N.R. 1880)
Representado por el Soberano Gran Comandante Gran Maestro
General (a) Bartolomeu Constantin SVOIU


La Gran Logia Nacional Rumana 1880 - M.L.N.R. .Nombro Gran Maestro y Embajador Honorario de la Gran Logia Nacional de Rumania 1880 (MLNR 1880) y Copresidente de la Unión Tradicional Masónica Mundial (WTMU), al Venerable Gran Maestro Víctor Salazar Soto. Y la Alianza Cristiana Masónica Mundial (WMCA), estas organizaciones hacia todas las Gran Logias Masónicas independientes y Grandes Orientes de las 3 Américas para desarrollar, fortalecer las relaciones de hermandad Masónica y promover, compartir y difundir sus ideales, metas e iniciativas e identificar potenciales Las organizaciones masónicas están dispuestas a suscribirse a la misma visión y perspectivas.

Bucarest, ......... noviembre de 2016

Gran Logia Nacional de Rumania 1880
Soberano Gran Comandante Gran Maestro Gran Maestro
Gen. (r) Bartolomeu Constantin SVOVO

Gran Logia Mixta Nombra Embajador en U.S.A.

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Gran Logia Mixta Nombra Embajador en U.S.A.

El I.·. y P.·.H.·. Víctor Salazar Soto 33° visitó el Perú y compartió los trabajos masónicos con las Grandes Logias afines como la Gran Logia Mixta, la Gran Logia Patriótica y la Gran Logia Constitucional, las mismas que entre ellas, desarrollan una alturada, igualitaria y muy fraterna relación inter potencial, con sendos Tratados de Paz, Reconocimiento y Ayuda Fraternal, así como la colegiatura conjunta al C.C.Po.M.A. (Confederación Continental de Potencias Masónicas Américas) y a cuya presidencia está el Muy Respetable Gran Maestro de la última de las nombradas.

embajador 001
Las coincidencias en la Visión y Misión de la Masonería para los Tiempos Nuevos, ha permitido una estrecha relación entre la Gran Logia Mixta y el I.·. y P.·.H.·. Víctor Salazar Soto 33°, por lo que nuestra Gran Maestra M.·.R.·.H.·. Licia Chuecas Velásquez propuso nombrar al dilecto hermano como EMBAJADOR PLENIPOTENCIARIO de nuestro alto cuerpo masónico, propuesta que mereció el voto aprobatorio de su Gran Gabinete en la reciente sesión del pasado viernes 28 de Septiembre.embajador
embajador 003

La Gran Cancillería ya hizo llegar al I.·. y P.·.H.·. Víctor Salazar Soto 33° el respectivo Diploma que lo acredita como EMBAJADOR PLENIPOTENCIARIO de la MUY RESPETABLE GRAN LOGIA MIXTA DEL PERÚ.

Luvetones, adopciones y reconocimientos

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Luvetones, adopciones y reconocimientos

Los investigadores de antiguos documentos, han encontrado que la Adopción de Luvetones tuvo en sus inicios el objetivo de protocolizar la protección a los hijos (varónes o mujeres) de un H:. desaparecido, para que estos en su condición de “ahijados” de la logia gozaran de la protección material y moral de todos los Hermanos del Taller. Con el correr del tiempo esta ceremonia modifica y se realiza, en vida del hermano, para asi garantizar que si fallece, sus familia sera protejida. Se separan entonces varias ceremonias, la de luvetones para los hijos, la de reconocimiento para la esposa, y las adopciones en general para algun familiar desprotegido que no pueda valerse por si mismo. La adopción en general es el proceso mediante el cual una logia se encargaba de la manutención de un menor o de un anciano, a petición fundada y motivada de un Hermano.
En la plancha del QH BLASCO IBAÑES (DANTÓN) ; nos damos cuenta como se amplia el sentido de la ceremonia, pues ademas de la mera proteccion, se trata ahora de dar lineamientos en la formación de los recipiendarios, en sus palabras: ” … se trata de liberarles de los males con que le amenaza la superstición; iniciarle en la vida de la inteligencia; quitarle el velo materia que cubre sus ojos y purificando su cuerpo, llevar a su espíritu con el amor al estudio, la inspiración de la virtud y de la fraternidad universal, para que esta, su primera iniciación, le abra el camino de la felicidad”.
Origen del termino Luveton.
En algunos escritos masónicos antiguos se denomina también “Lobato”, “Lobatón”, “Lobatillo”, “Luston”, “Lowton”, “Loweton” o “Lewis”.
Hay quienes afirman que este nombre proviene del antiguo Egipto, donde los iniciados en los misterios de Isis o isíadas, cuando se encontraban en público llevaban una Máscara dorada de Cartón con la efigie del Dios Tot, por cuyo motivo se les daba el nombre de lobos o chacales.
Otros, sostienen que esta palabra deriva del término “Louve”, de origen normando, con el que en la Edad Media se nombraba una herramienta empleada en el arte de la construcción que sirve para levantar piedras (Ritualmente la Leva (Louve) o palanca; en este caso se entendería que “Louve” indica la participación de la logia en la formación del menor adoptado que podría también definirse como “Levantar al vástago”

Ceremonia
La edad que se propone para los luvetones va de los 7 a los 17, Lo importante es que cuenten con la edad suficiente para entender lo que se les dice y el tipo de ceremonia al que serán sometidos, pues se pretende tener por luvetones a seres concientes y no meramente conducidos a ello solo por las ideas o conveniencia de sus padres.
A decir de algunos, la ceremonia debe realizarse en verano (San Juan Bautista, al equiparar algunos esta ceremonia a una especia de “Bautizo Masónico”); otros afirman que en invierno (San Juan Evangelista era el menor de los apóstoles); pero en todo caso, debe llevarse a cabo antes de la Tenida Solemne de Solsticio.
Para la ceremonia de adopción de LUVETONES, se adorna la logia con lazos blancos y azules, guarnecidos de oro, el dosel, el trono, las mesas de los vigilantes, las de los oficiales y las columnas, cuyas letras quedan encerradas dentro de una corona de flores de la que penden anchas cintas blancas. Delante del ORT:. una mesita triangular cubierta con un tapete blanco, con flores, una vasija con agua, una fuente de plata y un paño blanco. Sobre la fuente de plata habrá pan, una vasija con miel, una copa de vino y una cucharilla de plata. En el centro de esa mesa se coloca un candelabro de tres brazos, con las luces apagadas. En el altar del V:.M:. se pondrán, a ambos lados jarrones con flores. Se considera bueno y edificante para los profanos y ventajoso para la orden, que los parientes del niño asistan a la ceremonia, en compañía de otros profanos cercanos al Luvetón.
El niño será apadrinado en este acto, por uno o dos maestros masones, esta generalmente admitido que figure como madrina alguna señora o la esposa, hija o hermana de algún masón.
Al final de la Ceremonia, el Venerable le coloca al Luvetón la Medalla de la Logia, que porta al cuello con un listón de color azul; le entrega el Diploma o la plancha que oficializa su adopción, la plancha alusiva del Orador, así como un regalo de parte de todos los Hermanos del Cuadro.


http://www.fenixnews.com/2017/10/17/luvetones-adopciones-y-reconocimientos/

Masonería y superstición



Masonería y superstición

Por Máximo E. Calderón


Cuando se dice que el masón debe ser un permanente luchador contra la superstición y la estupidez, no se está diciendo poca cosa. Sin embargo, ocurre con demasiada frecuencia que encontramos comportamientos supersticiosos entre masones, ya sea en el decurso de su vida profana, o en el fraternal encuentro con sus hermanos de logia.
Según Oswald Wirth y los estudiosos de la etimología, superstición derivaría de “superstes”, algo así como lo que sobrevive a través del tiempo, lo que se mantiene y va pasando de generación en generación, sin saber bien de donde viene (y menos aún a donde va).
Según mi humilde entender, el mantenimiento de las supersticiones es un ejemplo paradigmático, similar a aquel experimento científico en donde varios monos estaban encerrados en una jaula, y si alguno de ellos intentaba trepar por la reja, todos los monos allí recibían una desagradable descarga eléctrica. Al poco tiempo, ninguno de ellos subía, más si incorporaban un mono nuevo a ese grupo, y se le ocurría trepar, todos los otros lo golpeaban.
Llegó un momento en que todos los simios fueron remplazados, y las descargas eléctricas hacía mucho tiempo que no se efectuaban. Sin embargo si entraba otro simio a la jaula e intentaba trepar, los demás lo castigaban duramente, sin saber siquiera cual era la razón.
Seguramente las cosas que hoy se constituyen en supersticiones, tuvieron alguna vez su razón de ser, pero es más fácil creer a ciegas, temer, persignarse, cruzar los dedos o tocarse alguna parte del cuerpo, que investigar las raíces de nuestros miedos.
La Masonería especulativa que plantó bandera en Inglaterra en 1717, habló de negarle la entrada a los “ateos estúpidos” y a los “libertinos irreligiosos”, pero nunca habló de los supersticiosos.
Quizá sea por eso que es muy común entre masones, escuchar bendiciones del tipo: “Que el Gran Arquitecto te proteja”, o frases como “El GADU sabe por qué lo hace”.
La superstición entre masones, es más frecuente en las corrientes esotéricas como Memphis y Misraim, y en algunos grados filosóficos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (especialmente en algunas Obediencias de Italia y del norte de EEUU). También en la Masonería turca.
En algunos otros puntos de América se toma al pie de la letra aquella parte del Ritual donde dice que el masón es un mago, y se dedican a estudiar algo de magia, lo cual como es de esperar, nunca lleva a resultados mensurables.
Solamente el Gran Oriente de Francia, es la única Potencia masónica que no deja resquicio alguno para la superstición entre sus filas. El GOdF es la primera confederación de logias ocupada en difundir el llamado Rito Moderno o Francés, buscando con ello salvar lo mejor que se pueda, las bases más genuinas de la “moderna” Francmasonería.
El REAA – que también se trabaja en el GOdF – es el más laico del mundo, sin perder el sentido de este rito que vio la luz en Francia, a pesar de llamarse escocés.
Tenemos que ya en la Edad Media, los monjes dominicos aseguraban que la geometría era cosa del demonio, y la Iglesia estaba muy preocupada cuando Galileo renegó de la teoría Ptolemaica, y dijo que la Tierra se movía alrededor del sol. No fuera a ser que las personas pensaran que si había otros planetas, estos podían estar habitados, y aún siendo hijos del mismo dios, alguien podía llegar a dudar de las enseñanzas de la Biblia.
Pero volviendo a las supersticiones puras, veamos aquí el origen de algunas.
Origen de las supersticiones mas comunes

– No pasar debajo de una escalera: ya sea que se trate de una escalera tijera o una que se apoye en la pared, siempre ocurre que la escalera forma un triángulo, figura asociada a la Santísima Trinidad.
La enseñanza escolar en la Edad Media estaba casi exclusivamente a cargo del Clero, y se utilizaban las figuras de las escaleras para graficar el triángulo divino, por lo tanto los niños asociaban pasar bajo una escalera como una profanación, y se guardaban de hacerlo.
– El gato negro: estos pequeños felinos caseros siempre han sido respetados y hasta odiados, por su independencia y poder de auto-determinación.
En la Europa de los aquelarres y la caza de brujas, las almas simples creían que las brujas se transformaban en gatos y salían a hacer sus fechorías. No necesariamente gatos negros.
Por eso cuando se cruzaba un gato en su camino, inmediatamente huían o volvían sobre sus pasos para no tener que enfrentarse con la tan temida bruja. O lo mataban.
Tan grande fue el temor a los gatos y su matanza, que en el Siglo XIV habían desaparecido los gatos en muchos países de Europa, lo que llevó a la expansión de la pandemia entonces conocida como “Peste negra” (transmitida por las ratas), que en 1348 diezmó casi la mitad de la población del continente.
– No abrir un paraguas bajo techo: esta tradición no viene de Europa sino de China, en donde la sombrilla del Emperador, representaba simbólicamente a la bóveda celeste.
Más allá de que la sombrilla protegiera del sol o del agua, se consideraba un gran sacrilegio extender uno de estos artefactos debajo de un techo realizado por el hombre, ya que la comunicación entre el cielo y su representación en la Tierra, se vería interrumpida.
Como solo los Emperadores poseían sus sombrillas/paraguas, nadie de la plebe podía osar tocar siquiera este artefacto divino, y si lo hacía era condenado a muerte.
– Romper un espejo: durante muchos siglos el arte de fabricar espejos se asemejaba a los secretos de construcción de los antiguos masones operativos.
Del espejo bruñido se pasó a los espejos de cristal, pero siempre configuraron un misterio para las personas que los contemplaban con espíritu reflexivo.
Es que moviéndonos frente a un espejo, observamos toda una copia exacta de la realidad, pero en sentido simétrico. Y si nos asomamos a él como si fuera una ventana, descubrimos imágenes laterales más profundas, que por momentos pueden sugerir que detrás de ese vidrio liso, existe toda una dimensión paralela con vida propia.
Por ello es que los espejos se utilizaron a veces en los rituales de mancias, y algunos ritos masónicos y rosacruces lo utilizan hoy en ceremonias íntimas o personales.
Pero el espejo, y más tarde la fotografía, dieron la idea de que el espíritu de la persona reflejada podía quedar atrapada en la imagen.
Si ese espejo o esa fotografía se rompía, solo desgracias podían ocurrirle a la persona que se reflejaba en ese momento, porque su imagen, y quizá su alma, se había desintegrado con los cristales que ahora solo reflejaban una imagen fragmentada y espantosa.
Lo de siete años de mala suerte, es un agregado posterior.
– El número trece: en la tradición católica se suele afirmar que el trece es un número de mala suerte, porque sería esa la cantidad de personas reunidas en la última cena.
Sin embargo es muy poco probable que esta sea la verdadera razón, ya que si los discípulos de Jesús eran doce, sería entonces muy habitual que en la mesa compartida por ellos hubiera trece personas.
Pero en la numerología, el trece significa lo oculto, aquello que permanece escondido detrás de lo visible. Hacen falta exactamente doce esferas iguales, para rodear y esconder una decimotercera.
La cifra uno, con la cifra tres, siempre significaron la unidad y la trinidad. Es la máxima representación del uno, al lado de la trinidad. Por lo tanto representarlo gráficamente significaría, exteriorizar por mano humana algo que solo puede venir de la deidad.
Y las trinidades no solo existen en el cristianismo, sino que existieron entre los babilonios, los egipcios, los persas, los judíos, los hindúes, etc.
Sería sacrílego y por tanto digno del castigo divino, profanar a la deidad representando gráficamente el número trece. Por ello, lo que supuestamente traía mala suerte era escribir el número y no el número en sí.
Lo del martes trece es solo una asociación con el día del dios Marte, dios de la guerra y representante de la energía y el empuje arrollador.
Se lo consideraba infausto, simplemente porque su regente era la divinidad generadora de las guerras y todas sus consecuencias.
– Encender más de dos cigarrillos con la misma llama: la superstición nació muy bien fundamentada durante la Primera Guerra Mundial.
Esta contienda se caracterizó por ser una guerra de trincheras, y si un soldado encendía un fósforo o un encendedor en la noche, la llama alertaba a los enemigos que prestos apuntaban sus fusiles hacia la llama. Si un segundo fumador encendía su cigarrillo sin que la llama se apagase, esto le daba tiempo al enemigo para apuntar, y dispararle certeramente a la cabeza del tercero que se acercara a encender su tabaco.
Seguramente más de un fumador dejó el vicio de improviso, luego de encender en tercer lugar su ansiado papel entabacado.
– Derramar la sal: en algunas épocas de nuestra civilización, la sal llegó a ser un tesoro más preciado que el oro. De allí que incluso en los evangelios se hable de “la sal de la vida”, representando con ello cosas muy importantes para el ser humano social.
La palabra “salario” deriva del latín salarium, que era el pago que en algunos momentos se le otorgó a los soldados del Imperio Romano, luego de sus campañas. El pago con sal era tan valioso como el pago con metal noble. De allí que derramar la sal sea algo tan nefasto, ya que se estaría desperdiciando un elemento carísimo.
En algunas culturas se acostumbra aún, que cuando algún comensal solicita la sal durante una comida, quien le alcance el salero no debe entregarlo en mano sino apoyarlo sobre la mesa.
Esto sería simplemente una medida de precaución, ya que realizando esta maniobra, se evita el riesgo de que el salero se caiga cuando es pasado de mano en mano.
Lo de arrojar parte de la sal derramada sobre el propio hombro, es un aditamento posterior.
Sería una forma de regar con sal el camino por donde se ha caminado, cumpliendo en algunos casos la función de devolver sal a la tierra como agradecimiento, y otros, esterilizar la tierra que se ha pisado para que nadie más vuelva a sacar frutos de ella.
– Tocar madera: este viejo y simple ritual protector, apareció y desapareció varias veces en la historia de la Humanidad. La madera es árbol, y el árbol siempre fue sinónimo de protección.
Los católicos creen que tiene relación con algunas reliquias de la cruz del calvario, pero la costumbre viene de mucho tiempo antes. Entre los judíos precristianos se veneraban reliquias que supuestamente serían parte de la vara de Aarón, inclusive también del árbol de la vida en el jardín del Edén.
Esta asociación de la madera con la protección, amén de la propia calidez y aspecto que posee, tiene que ver con la utilidad que siempre le dio el hombre a la madera. Para sus viviendas, sus muebles, sus techos, sus herramientas, sus juguetes, para encender su fuego y hasta para la caja de su descanso final.
La antigua visión protectora de la madera reapareció en esta Era con la Patrística, apareciendo por doquier pedazos de maderas raras, que supuestamente eran fragmentos de la cruz del calvario.
Entre el Siglo XVI y el XVIII nadie se acordaba de tocar madera, hasta que llegó la General Electric con su electricidad hogareña, y luego de varias electrocuciones con dispares consecuencias, la gente volvió a encontrar en la madera un elemento protector.
La madera es un elemento natural que aísla de la electricidad y sus peligros. Por ello se la utiliza para apartar a una víctima de electrocución del foco eléctrico, y la gente empezó a pensar que tocando madera, la electricidad no los afectaría.
En pocas décadas del Siglo XX ya se olvidó el tema de la electricidad, y se volvió a tocar madera para buscar seguridad o protección por parte de fuerzas o entidades superiores.
– Brindar golpeando las copas: este ritual extraño, en donde hoy se deja escuchar el suave tañido de las copas de cristal, viene de la época en que los vasos eran un poco mas rústicos, generalmente de latón o de madera.
Nunca faltaba algún descuidado que en ocasión de una cena especial, dejara caer un poco de veneno en la copa de un amigo no deseado, que mezclado con el vino puro y a temperatura ambiente, no era notado por el resto de la mesa hasta que el descuidado catador caía envuelto en convulsiones y moría unos minutos después.
De allí la sana costumbre de entrechocar repetidamente los vasos de los bebedores, para que en los choques se entremezclen las bebidas de todos, y nadie se vea tentado a dejar en alguno de ellos una sustancia inoportuna, ya que todos beberían vino envenenado (incluso el envenenador).
– Levantarse con el pie derecho: era costumbre que los caballeros y guerreros medievales durmieran vestidos, sin sacarse siquiera la espada de la cintura. Las grandes espadas utilizadas por personas diestras, se usaban del lado izquierdo del cuerpo para facilitar la rápida extracción de la vaina.
Si el caballero era atacado mientras dormía, bajándose de su cama por el lado derecho tenía oportunidad de desenvainar su espada aún sin haberse puesto de pié.
De intentar incorporarse por el lado izquierdo, podía enredarse y tardaría mucho tiempo en desenvainar, para lo cual debería estar totalmente de pie y acomodar la funda del arma.
Levantarse con el pie derecho podía significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Según recientes estudios de la ciencia, algunas supersticiones utilizadas como cábalas podrían incidir en una mayor autoconfianza y exigencia de las personas.Sin embargo un masón no debe apoyarse en elementos externos a sí mismo. Desde adentro debe expandir su fuerza, y buscar siempre la luz del conocimiento, para abatir a esos tres malos compañeros llamados ignorancia, codicia y estupidez.

INFORMACIÓN PARA QUIENES PRETENDEN ENTRAR EN LA MASONERÍA

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INFORMACIÓN PARA QUIENES PRETENDEN ENTRAR EN LA MASONERÍA


“Deseando la Sociedad Masónica que todo el que manifieste interés en pertenecer a ella se libre del riesgo de sufrir un desengaño, y queriendo dar en tiempo oportuno una prueba de su buena fe, considera justo facilitar a los aspirantes ideas exactas, tanto para que se instruyan en el verdadero objeto de la Sociedad, cuanto para que desechen esas vulgaridades que por ignorancia o por maledicencia corren de boca en boca y hacen formar de ella erróneos y ridículos conceptos […].

La masonería tiene por misión combatir la ignorancia bajo todas sus formas, constituyendo una escuela de enseñanza mutua, cuyo programa se encierra en los siguientes lemas: Obedecer las leyes del país; vivir honradamente, practicar la justicia, amar a sus semejantes y trabajar sin descanso por la felicidad humana y su progresiva y práctica emancipación.

La masonería no se propone satisfacer ningún interés mezquino; ninguna mira egoísta; su objeto es altamente noble, su misión exclusivamente humanitaria. Ella trabaja por alcanzar la posible perfectibilidad y para fomentar la caridad y la filantropía entre los hombres de todas las clases y condiciones, cualesquiera que sean sus principios políticos o sus creencias religiosas. Pretender el ingreso en esta asociación por intereses privados o por objetos particulares, sería un absurdo, y un fracaso para el que lo efectuare sin la abnegación que, como toda sociedad que sólo se dedica al bien por ello bien mismo, demanda la masonería.

La masonería tiene secretos y juramentos que no deben quebrantarse: pero ni unos ni otros se oponen en lo más mínimo a la religión, a las leyes ni a la moral.

El aspirante que intentare su incorporación por curiosidad, no conseguirá su objeto porque los misterios en que está envuelta la masonería, se van comunicando por grados que se confieren, después de muchas pruebas de fidelidad, al que más lo merece y menos lo solicita. El que se liga con juramento y lo quebranta, no infiere daño alguno a la sociedad; el mal recae solamente en el que no ha tenido bastante constancia para cumplir el deber que voluntariamente se impuso.

La masonería no exige de sus miembros la abjuración de sus principios religiosos, bástale saber que practican la más pura moral y no impone violentamente sus creencias.

De este modo la masonería es el centro de unión de todos los hombres de buena voluntad y el lazo que estrecha en cariñosa amistad y fraternal abrazo a quienes, de otro modo, por sus preocupaciones y errores, quedarían separados para siempre.

La masonería no necesita poderosos; pero tampoco admite en su seno personas que no tengan una ciencia, arte, oficio o renta con que poder atender a las necesidades de su familia, y sin menoscabar estos primeros deberes, un sobrante para coadyuvar los fines altruistas que practica la masonería, así como algún tiempo para su asistencia a las reuniones o para el desempeño de las comisiones que pudieran encomendársele, no pudiendo negarse a ello sin legítima causa justificada.

En los templos masónicos, donde se rinde culto a la fraternidad universal, no pueden admitir discordias, pleitos ni riñas entre sus miembros: toda diferencia debe arreglarse entre ellos fraternalmente. El que intente ingresar en la orden, debe estar dispuesto a llevar a la práctica estos principios extirpando de su corazón todo sentimiento de animosidad o prevención contra cualquiera de sus hermanos.

El que aspire a afiliarse en la masonería debe ser honrado, social, política y moralmente considerado. Fiel a sus superiores, amigo de sus iguales y padre de sus inferiores. Deben huir del juego, de la embriaguez, de la usura, de las deudas y de todos los vicios, prestando a sus hermanos cuantos socorros les permitan las circunstancias […]”.

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Alberto Moreno, y el Origen de los Grados Masónicos

Moreno


Alberto Moreno, y el Origen de los Grados Masónicos

Víctor Guerra

Andaba escasa la bibliografía masónica española de trabajos de cierta enjundia, y que estuvieran alejados del sesgo obediencial, y creo que con este libro el amigo Alberto Moreno, se acaba de doctorar en masonología, sin falta de pasar por másteres jesuíticos, u otros tan al uso,.con su libro El Origen de los Grados Masónicos.
Realmente no es que fuera difícil superar el listón que había, dado que la referencia que hasta ahora teníamos era el libro de Los Ritos Masónicos, de Manuel Rodriguez Castillejos.
Texto fácil superar dada la pobreza argumental, sino que el reto que ha hecho Alberto era el de afrontar desde una perspectiva histórica y documentada el nudo gordiano que supone desentrañar los Ritos Masónicos.
En este sentido Alberto Moreno, ha realizado un desembarque múltiple y pluridisciplinar, por un lado manejado textos y referencias inglesas y añadiendo la plusvalía de manejar otras fuentes de otros continentes geográficos y conceptuales como ha hecho siguiendo la escuela francesa, en el tema de la clasificación de los Old Charges a Patrick Negrier, al cual sigue sus pautas en cuanto al estudio y clasificación de los catecismos proveniente de lo que pudiéramos calificar, como Masonería Antigua, o sea los Antiguos Deberes.
Aunque el título del libro se sujeta más bien al desarrollo de los Grados Masónicos, es óbice que en su interior encontramos otros marcos de reflexión como son los propios Ritos y los rituales, como piezas esenciales para entender y comprender la masonería, que es algo que no parecen entender muy bien algunos autores españoles que se dedican a crear toda una corriente epistemológica y filosófica sin citar o traer a colación ni un trozo de los catecismos o los rituales para explicar los paradigmas masónicos.
Alberto Moreno, tiene varias ventajas a la hora de entrar en estos fangosos territorios masónicos de los siglos XVII y XVIII, por un lado, su conocimiento del idioma inglés, y por otro lado su membresía masónica, representada en una peculiar práctica dentro de la «masónica regular», lo cual para este libro le ha venido de maravilla, teniendo en cuenta la escasez de trabajos que se pueden hallar traducidos desde la lengua de Shakespeare, e incluso sin olvidar la real dificultad de hallar en esa misma lengua trabajos que aborden algunas vertientes de la historiografía masónica inglesa del siglo XVII y XVIII, cuyos autores en parte han obviado algunos enfoques, que desde el Continente se tiene como importantes y esenciales para entender la masonería y su desarrollo.
Tal vez, por la propia cercanía al tema, los autores ingleses no han sentido la necesidad de explicar y explicarse algunas cuestiones, de hecho cuando los propios ingleses ven u oyen trabajos sobre su propia historia trabajados desde otras esferas geográficas o conceptuales, quedan hasta extrañados de los contenidos, y eso le pasó a Roger Dachez, en sus conferencias por Inglaterra, y a mí mismo, con el trabajo sobre el Ritual de Bristol, y la logia de Wigan, a cuya temática solo una autor como David Harrison, le dio cierta importancia.
Por tanto, Alberto Moreno nos aporta una interesante y dual visión aportando numerosos detalles y cuestiones a la hora de hablar de ritos y rituales, lo cual hace de este libro un interesante lexicón de consulta, pues quien crea que está ante un libro para leer de un tirón y en la cama se equivoca, puesto que aborda temas y temáticas varias y variadas, abriendo puertas e invitaciones otras posibles introspecciones e interrogaciones sobre los grados y los rituales, desde vertientes conceptuales, huyendo de otras prospecciones más historicistas acerca de las presiones para hacer desaparecer o reaparecer determinados grados.
Al respecto de este tema , me viene al recuerdo de cuando Roëttiers de Montaleau, apareció en la Cámara de Grados del Gran Oriente de Francia en 1782, y le fueron echando a la papelera como nulos para el progreso masónico, o por cristianizantes el grado de Maestro Secreto, o ser depositados en el Secretariado , grados como el Escocés de Clermont, o el Sublime Escocés de Inglaterra, o el grado intitulado de Águila Negra, que se estima por la cámara contrario al espíritu masónico y a la humanidad, o que fuera poco inteligible el grado de Principe Rey del Santuario.
Una de las cuestiones que se deja notar rápidamente, al menos para los que conocemos el paño, es el descubrimiento, tardío de la escuela francesa, por parte de Alberto Moreno, que ha tenido una cierta revelación a modo de Saulo, con Patrick Negrier, a la hora de ver y analizar los sujetos que han incidido en la conformación de los catecismos profesionales de los Antiguos Deberes, orientaciones, intromisiones y mixturas políticas -religiosas, difíciles de captar desde el Continente y desde una visión católica, y que fueron dando forma a unos pudiéramos llamarlos pre-rituales, originados desde la vertiente masónica católica, y reformados y posteriormente las nuevas hornadas reorientadas hacia el protestantismo más diverso, pues en ellos se encuentran nos solo las presencias católicas, sino rasgos calvinistas, episcopalianos, anabaptistas, luteranos, etc, disolviendo la raíz católica en la que se sumergió la masonería primera y en la cual se enraíza el Caballero Ramsay.
A este respecto hay un trabajo interesante que nos ayudará a entender los estrechos lazos entre una cuestión que aborda Moreno en su libro y que se estudió y publicó en Francia: Protestantisme& Franc-maconnerie. De la tolerance religieuse a la religión de la tolerance? .
En cuyo texto hacen aportaciones Pierre Yves Beaurepaire sobre el ecumenismo cristiano y los masones católicos y protestantes en el siglo XVIII, o las espculaciones sobre el Templo de Salomón dentro del protestantismo masónico británico del siglo XVII de Pierre Tournu, contando con el trabajo de Eric Saunier con protestantes y francmasones en los años 1750-1830.
Por otro lado, sí ya Joaquim Villalta, nos introdujo en los estudios de Patrick Negrier, en el ámbito de estudios masónicos, en cuanto a la Mot de Mason, y con ello dio en el clavo, y nos puso en unas determinadas hondas de trabajo y estudio, ahora es Alberto Moreno el que nos trae a colación de nuevo al autor francés, para redondear la visión sobre la conformación de esa Masonería Antigua y su acercamiento o eclosión a partir precisamente de la Mot de Mason.
Evidentemente falta, y lo dice el propio autor, textos y referencias documentales, que nos ayuden a explicarnos algunas lagunas, y una larga trayectoria y misteriosa invisibilización de corte histórica, acerca de lo que se pregunta también François Cavaignac en su Mythes Maçonniques revisités, al reflexionar sobre las Columnas antidiluvianas, los criterios del Noaquitismo, o sobre el aspecto profesional y salarial de los Antiguos Deberes, sin obviar el olvido de la figura de Euclides como parte importante de los Old Charges, presente como tal figura, en elRegius, en el Ms. Grand Lodge nº1, o en el Dumfries nº 4.
En fin, digamos para poner un contrapunto que Alberto Moreno, llega tarde, a l amplio campo de la bibliografía masónica francesa, aunque eso se puede remediar con una visita a mi biblioteca, donde podrá encontrar los amplios y profundos estudios de los masonólogos franceses citados, y otros.

Por ejemplo cita como de pasada para otro tema, y para él (Alberto Moreno) sobre la cuestión escocista le hubieran sido esenciales, pues trabajos como los de André Kervella, que se ha adentrado en la mítica ramsiana con un trabajo sobre Le Chevalier André-Michel Ramsay, o la Franc-maçonnerie, La Légende des fondations, y sin dejar de citar La Passion Écossaise; y la Historie Volée des Franc-maçons, además de las aportaciones de Pierre-Marie Savaignac: Perspectives spirituelles de L´esossisme, o las Meditations sur les hauts grades du REAA de Jean Bartholo, que a buen seguro que de haberlos tenido a mano, hubiera encontrado algunas respuestas o textos de apoyo para su importante trabajo.
A este respecto indicar que Alberto, se preguntaba sobre algunas cuestiones acerca de la Guide des Maçons Ecossais, y a buen seguro que de haber podido contar con el interesante trabajo de introducción a este ritual, proveniente de un autor como Pierre Noël, publicado por editions A L´Orient, es muy posible que ese capítulo estaría más redondo, aunque no por ello dejarían de aflorar nuevas preguntas.

Eso sí, eso nos llevaría a que el libro que ya se nos muestra muy ambicioso, debería ser desdoblado en otras entregas, o tomos, pues la verdad es que la obra conseguida por Alberto Moreno, no es para llevársela a la cama o leerla en el metro. Mi ejemplar, puedo decir que está subrayado y anotado de forma marginal a lo largo de todo el texto.
Incido una vez más en la carencia, en cuanto al manejo de las fuentes francesas, que una vez más se deja notar en las citas bibliográficas al uso, y en los autores manejados, así como en las exposiciones acerca de lo concerniente al Gran Oriente de Francia, tema difícil y complejo, como lo sería para mi entrar en los grados colaterales de la masonería inglesa. Pero digamos que lo cortés no quita lo valiente, y el propio autor reconoce las limitaciones que tenemos los autores no profesionales de la masonología.
Me han resultado muy interesantes las exposiciones sobre los Grados Colaterales, La Marca, o el Arco Real, dado que son temáticas muy poco, por no decir, nada tratadas en España, y dado que mi cultura masónica procede de la rama moderna y liberal, es obvia mi ignorancia acerca de sus estructuras y conformaciones como tal escalera masónica sea iniciática o lúdica, lo cual me ha parecido interesante, más que emboscarse en el tema del REAA que si bien es algo que aquí se ha tratado poco , en el seno del quehacer de los masonólogos franceses es un tema bastante trillado.-
En lo que a mí respecta, debe darle la enhorabuena al amigo, Hermano, y colega (Alberto Moreno) en las lides de los estudios masonólogicos, cuando indica desde la humildad y la cortesía, que dado que algunos hemos trabajado el tema del Rito Moderno, y el Rito Francés, el obvia en su trabajo el realizar una profundización a tal cuestión, pues cree que ya está bien respondida y conformada, tal vez por mi parte echo de menos una cita en la recetario final dedicado a la bibliografía, una reseña de los trabajos realizados a este respecto por varios de nosotros, y por tanto hubiera venido bien una segmentación bibliográfica de buenas referencias para profundizar en los distintos aspectos que trata en su libro.
Por lo demás, y sin añadir más a lo expuesto a la ya conocida reseña de Joaquim Villalta, dar la enhorabuena por este denso trabajo que a buen seguro tendrá en mi mesa un lugar preferente a la hora de la consulta sobre los grados masónicos.
Gracias.

Víctor Guerra

¿QUÉ ES LA MASONERÍA?


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¿QUÉ ES LA MASONERÍA?


Bajo la inspiración de Dios (Delta sagrado), entre las columnas J y B, y desde el trono del rey Salomón la Masonería, inspira los elevados ideales de Salud, Fuerza, Unión; Libertad, Igualdad, Fraternidad entre todos los pueblos del Orbe.

La masonería no es un partido político, ni un sindicato, tampoco, es un religión, ni una secta, y ni una sociedad secreta, aunque, naturalmente, tenga sus secretos como cualquier otra institución. La masonería tampoco es una doctrina filosófica. En el mejor de los casos no pasarían de ser meras reflexiones personales, como en su día hicieron masones, como Lessing, Fichte, Herder, Goethe o Krause. Una cosa es que haya habido masones filósofos o masones eclesiásticos, y otra, que la masonería como institución se quiera confundir con una religión o una filosofía. La masonería es un cuerpo que intenta unir a los hombres en torno a valores comunes de tolerancia y fraternidad.

LA propia Gran Logia de Inglaterra, en varias ocasiones, ha tenido que salir al paso de falsas interpretaciones. Así, en 1950, en carta dirigida a la Gran Logia de Uruguay se expresó diciendo que la masonería no es un movimiento filosófico que admita toda orientación y opinión. La verdadera masonería —añadirían— es una práctica ritualizada «para conservar y extender la creencia en la existencia de Dios, para ayudar a los masones a regular su vida y su conducta en los principios de su propia religión, cualquiera que ésta sea: cristianismo, budismo, islamismo; pero ésta debe ser una religión que tenga un libro sagrado sobre el cual pueda el iniciado prestar juramento».

Por supuesto, tampoco tiene nada que ver con toda esa serie de leyendas con que se le ha rodeado, y donde el solo nombre de masón evoca misas negras, profanación de hostias, asesinatos de niños, culto a Satanás, venganzas sangrientas… y todo un cúmulo de fábulas que han llegado a cobrar consistencia y ser creidazas por obra de educadores, cuya ignorancia sobre el tema no les ha impedido el deformar sistemáticamente que ha sido fomentada por intereses político-religiosos y de ciertas ideologías necesitadas de prefabricar conspiraciones y contubernios «judeo-masónicos». Las sociedades del orden que sean, religiosas, políticas, profesionales, económicas o comerciales, observaban antaño un ritual durante sus reuniones; tenían símbolos, programas y palabras de orden o contraseñas. Asociaciones semejantes se formaron en todos los cuerpos de oficios.

Pocos gremios del Medievo han tenido tanto influjo y repercusión en la historia posterior como el de construcciones. La logia era una oficina de trabajo provista de mesas o tableros de dibujo, en la que había un suelo de yeso para trazar los detalles e la obra. Desde el punto de vista administrativo, la logia era también un tribunal, bajo la autoridad del maestro albañil, quien mantenía la disciplina. Allí donde se acometían obras de alguna importancia se construyeron logias, y a su alrededor habitaciones convertidas en colonias o conventos, ya que los trabajos de edificación duraban varios años. La vida de estos trabajadores estaba reglamentada por estatutos, cuyo fin principal era lograr una concordia completamente fraternal, porque para realizar una gran obra era indispensable que convergiera la acción de las fuerzas unidas.

Como todos los gremios medievales, también los albañiles tenían sus Patronos protectores, que eran honrados con solemnes fiestas. Estos eran los dos San Juan, el Bautista y el Evangelista, más conocidos con el nombre de San Juan de verano y San Juan de invierno, y en especial los Cuatro Santos Coronados. Así, por ejemplo, los Estatutos de Ratisbona de 1559 comienzan de esta forma: «En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, de la bienaventurada Virgen María, así como de sus Bienaventurados Siervos, los Cuatro Santos Coronados, a su memoria eterna».

En Inglaterra, en 1350, aparece por vez primera la denominación de Francmasón o de free-stone-mason, es decir, el albañil que trabaja la piedra de adorno, para distinguirlo del rough-mason, trabajador tosco, comúnmente aplicado a los canteros ingleses. Se encuentra en un Acta del Parlamento, correspondiente al año veinticinco del reinado de Eduardo III. No obstante el término de franquicia, freedom, para algunos autores tendría relación con la exención o liberación de los albañiles de las grandes construcciones, respecto de las corporaciones de las ciudades en las que vivían. Y estos grupos de masones itinerantes defendían con gran empeño su unión y sus franquicias o exenciones, no queriendo depender en modo alguno de las corporaciones locales, lo que hoy día llamaríamos la autonomía sindical.

El paso de la masonería medieval de los constructores de catedrales (masonería operativa), a la masonería moderna (masonería especulativa) puede seguirse a través de una serie de documentos que permiten apreciar la transición. Estos se encuentran, sobre todo, en la famosa Gran Logia de Edimburgo, que tenía sus reuniones en la St. Mary Chapel. Precisamente la St. Mary Chapel Lodge de Edimburgo ha conservado sus archivos completos desde 1599. Estos archivos nos permiten constatar que a lo largo del siglo XVII, aparecen, al lado de los verdaderos operarios que trabajan la piedra, otros personajes que ejercían una profesión totalmente diferente: abogados, mercaderes, cirujanos, etc., a título de accepted masons o miembros honorarios, más conocidos con el nombre de «masones aceptados». Solía tratarse de aquellos personajes de la alta sociedad que patrocinaban los gremios, y les prestaban ayuda. Por otra parte la aparición de las Academias de Arquitectura quitó razón de ser al sistema gremial de aprendizaje de la construcción. Al cesar, la edificación de las grandes catedrales, las hermandades y logias masónicas fueron paulatinamente quedando en manos de los miembros adoptivos, o de los francmasones adoptados; que tomó cuerpo a partir de 1717, y en especial con las Constituciones de Anderson en 1723. El período de transición abarca fundamentalmente de 1660 a 1716, época de trastornos civiles, y que había concentrado en Inglaterra a la mayor parte de los masones operativos europeos a fin de reconstruir la ciudad de Londres, prácticamente destruida a raíz del incendio de 1666.

La redacción de dichas constituciones corrió a cargo de dos pastores protestantes: John Th. Desaguliers y James Anderson. La primera edición apareció en 1723. De una forma simbólica se hace constar en ellas que en adelante ya no será la catedral un templo de piedra a construir, sino que el edificio que habrá de levantarse en honor y gloria del Gran Arquitecto del Universo será la misma Humanidad. El trabajo sobre la piedra bruta destinada a convertirse en cúbica; es decir, apta a las exigencias constructivas, será el hombre, quien habrá de irse puliendo en contacto con sus semejantes. Cada útil o herramienta recibirá un sentido simbólico: la escuadra, para regular las acciones; el compás, para mantenerse en los límites con todos los hombres. El delantal, símbolo del trabajo, que con su blancura indica el candor de las costumbres y la igualdad; los guantes blancos, que recuerdan al francmasón que no debe jamás mancharse las manos con la iniquidad; finalmente la Biblia, para regular o gobernar la fe.

La masonería proporcionaba un lugar de encuentro de hombres interesados por el humanismo como fraternidad, por encima de las separaciones y de las oposiciones sectarias que tantos sufrimientos habían acarreado a Europa la Reforma, por una parte, y la Contrarreforma, por otra. Les animaba el deseo de encontrarse en una atmósfera de tolerancia y fraternidad. El artículo fundamental de las Constituciones de 1723 lo subraya claramente al exigir a todo masón la creencia en Dios como medio de conciliar una verdadera amistad entre sus miembros. Otro artículo precisa que ningún ataque o disputa serán permitidos en le interior de la logia, y mucho menos las polémicas relativas a la religión o a la situación política. De hecho son pocos los artículos, pero todos ellos son claros, precisos e inspirados en los más nobles sentimientos de fraternidad y de honor. Se inculca la práctica de la virtud por el sentimiento del deber, no por la esperanza de premios o por el temor de castigos. Y como nota digna de destacarse en aquella época, no se hace distinción ni de clases ni de creencias políticas o religiosas. Es curioso observar que fuera en las logias de masones donde precisamente se establecieron normas donde la tolerancia religiosa permitía la convivencia de católicos y protestantes, precisamente en una nación donde los católicos eran duramente perseguidos.

Tanto la Masonería reflejada en sus propias Constituciones, como la que resulta de los informes de la policía de diversos países o los de la Inquisición, viene a ser una asociación basada en una cierta mística ritualista, tomada en gran parte de sus tradiciones medievales, que respetaba y armonizaba a todas las religiones monoteístas, actitud que suponía la tolerancia religiosa que en aquella época era sinónimo de herejía, y en la que los masones se encontraban dentro de un ambiente social en el que se borraban las diferencias de clases, fortuna y religión, y en el que dentro de un espíritu de fraternidad e igualdad podían dar cauce a la filantropía. La unanimidad de noticias, informes, publicaciones, correspondencias, etc. a lo largo de todo el siglo XVIII, provengan del país que sea, resulta tan reveladora como sus propias Constituciones. La Masonería aparece como una reunión, por encima de las divisiones políticas y religiosas del momento, de hombres que creían en Dios, que respetaban la moral natural, y que querían conocerse, ayudarse y trabajar juntos a pesar de la diferencia de rango social, y de la diversidad de sus creencias religiosas, y de su filiación a confesiones o partidos.

El denominador común de la Masonería del siglo XVIII, en países tan dispares como Austria, Italia, Portugal, Suiza, Francia, Holanda, Bélgica, Alemania, Suecia, México, Inglaterra, Perú, etc., es el de una asociación admiradora de la armonía de la naturaleza, obra del Gran Arquitecto del Universo, y propagadora de la amistad universal entre los hombres que permitía a cada uno encontrar en las logias su bienestar, gracias a la tolerancia de los demás.

Además, el secreto (que procedía de la necesidad de conservar cuidadosamente las fórmulas arquitectónicas de la Edad Media), sus ceremonias, su gusto por lo simbólico y litúrgico, dotaba a la masonería de un incentivo místico que ejercía un poderoso atractivo que hizo que fuera masiva la afluencia a las logias de católicos y de eclesiásticos. Así se explica no sólo la presencia de sacerdotes en la mayor parte de las logias europeas, en las que figuran obispos, abades, canónigos, teólogos y toda clase de sacerdotes y religiosos, sino la existencia de logias integradas únicamente por sacerdotes y religiosos.

Hispano America y los Caballeros de la Orden del Sol .


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Hispano América y los Caballeros de la Orden del Sol .

Director: Víctor Salazar Soto

Sobre Hispano América , donde convergen las nuevas ideas de iluminacion en el mundo Espiritual.
Las energías que retornan nuevamente a América Andina ,son aquellas ,que en otro tiempo aportaron grandes Maestros de los glorioso nevados de los Himalaya, en la India y el Tibet.
En ella convergen nuestras tradiciones ,que se unen a las nuevas concepciones de los nuevos tiempos.
Los grandes nevodos de Himalaya a dado la posta a los nevados de los Andes ,en Hispano amerika.
Las energías femeninas que entravan los nevados de Himalaya , hoy estas energías han retornado ha América. han pasado 25,920 Años y activado en este tiempo ruta del Capacñac que la ruta del Sol.Hispano Amerika ,despues del Pachacutic ( 500 años ),durante este tiempo se ha preparado a sus hijos en el yachay huasi de la vida( escuela de conocimiento ), para llevar el mensaje de hermandad a las diferentes latitudes del mundo , de buena voluntad de trabajar ,conjutamente, con todas las fraternidades , que están trabajando en bien progreso de la humanidad. Las organizaciones que fueron creadas para aportar a la humanidad el recuerdo el conocimiento , lamentablemente estas escuelas filosóficas filantrópicas se han vuelto cludes sociales ,donde se habla mucho y no se hace nada en bien de la humanidad ,sea creado una rivalidad entre estas ,pidiendo su misión de origen.
Debemos cuidar nuestro eco sistema de vida para que las siguientes generaciones lo distruten.
La paz no esta ha fuera de uno sino es un estado de conciencia personal.
La vanda magnetica femenina se a despasado de asía al sur de los andes.
Amaraka ( América ) tierra de inmortales
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Freemasonry in central Europe - conference 2017


¿ PORQUÈ MASONERÌA ESTÀ PRESENTE EN TODOS LADOS?

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¿ PORQUÈ MASONERÌA ESTÀ PRESENTE EN TODOS LADOS?

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Masoneria – instituciòn de matriz inglesa – naciò como punta de lanza y herramienta afiladìsima del liberalismo inglès.

Su impronta estuvo desde un principio delìneada por la colectividad judìa que habìa podido hacer pie en las islas britànicas luego de muchas persecuciones. Hoy practicamente toda la civilizaciòn está orientada hacia una moral y forma de hacer judeo – cristiana…..Y la masonerìa tiene muchìsimo de eso en todos sus grados tomando tambièn lo mejor de lo sufì , de lo musulman, de lo cristiano, de lo catòilico, de lo judìo…Pero ademàs está siempre en contra de dictadores y absolutistas, de fanàticos y de la codicia que genera el propio ego…..

Por todo eso, esta instituciòn “prende” en todos lados….Porque su entidad es por sobre todas las cosas, humanista. Y eso a todo el mundo le gusta –
http://www.fenixnews.com/2017/10/26/porque-masoneria-esta-presente-en-todos-lados/

viernes, 27 de octubre de 2017

La iniciacion.


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La iniciación.
Víctor Salazar Soto .
Caballeros de la Orden del Sol.

La vida es un camino constante de aprendizaje y renovación. Cuenta la historia que los caminos iniciáticos era toda una vida de preparación del profano, eran duras pruebas, antes de dar el paso.
El maestro examinaba al profano, preguntándole sus intenciones, de entrar a la escuela, sus obligaciones, tenía que ser un hombre libre y de buenas costumbres. No esclavo de sus pasiones profanas, pero también habían profanos recomendados por algunos maestro, por su sapiencia, esto se entendía que eran espíritus viejos, que estaban en tránsito en este mundo, y que era el tiempo de ser parte de la fraternidad, para el proseguir en el camino de evolución. Pero tenía que someterse al ritual, como cualquier otro profano que había tocado la puerta de la escuela iniciática.
La fraternidad centra su foco de luz en diferentes países, para que en un tiempo prudente .Los seres humanos, despierte de la irrealidad, y sean consiente de sus verdades.
La vida es un constante camino de evolución de retorno a la fuente. No hay dos ni tres todo proviene del uno primordial.
La Fe como experiencia Propia.
Así sea.