martes, 15 de agosto de 2017

Alquimia y Hermetismo



Alquimia y Hermetismo



LAVAGNINI ALDO

Como del Oriente asiático han venido las doctrinas cabalistas, al Egipto y a la tradición hermética (de Hermes Trismegisto o Thot, el fundador de los misterios egipcios) se hace remontar la Alquimia (palabra árabe que parece significar “la Substancia”) de los que se llamaban a sí mismos verdaderos filósofos.

El significado común y familiar del adjetivo hermético puede darnos una idea de la secreteza por medio de la cual los alquimistas acostumbran ocultar la verdadera naturaleza de sus misteriosas pesquisas. No debe por lo tanto extrañarnos si la mayoría sigue creyendo aún hoy que sus principales objetos fueran los de enriquecerse por medio de la piedra filosofal, que debía convertir el plomo en oro puro, y alargar notablemente la duración de su existencia, librándose al mismo tiempo de las enfermedades por medio de un elixir y de una milagrosa panacea.

En esa mística lapis philosophorum, sin embargo, nosotros los masones no podemos dejar de reconocer una particular encarnación, un estado de pureza, refinamiento y perfección de la misma piedra en cuyo trabajo principalmente consiste nuestra labor. Y cuando reflexionamos sobre el secreto simbólico, en el cual a nuestra semejanza envolvían sus trabajos, para ocultarlos a los profanos del Arte, no nos puede caber la menor duda de que, por encima de esas finalidades materiales, que justificaban para los curiosos sus ocupaciones, los verdaderos esfuerzos de todos los verdaderos alquimistas fueran dirigidos hacia objetos esencialmente espirituales.

La piedra filosofal no puede ser, pues, sino el conocimiento de la Verdad, que siempre ejerce una influencia transmutadora y ennoblecedora sobre la mente que la contempla y se reforma en su imagen y semejanza. Únicamente por medio de ese conocimiento, que es realización espiritual, pueden convertirse las imperfecciones, las pasiones y las cualidades más bajas y viles del hombre en aquella perfección ideal de la que el oro es el símbolo más adecuado.

Con esta clave se nos hace relativamente fácil entender el misterioso lenguaje que los alquimistas emplean en sus obras, y cómo la propia personalidad del hombre sea el atanor, mantenido al calor constante de un ardor duradero, en donde tienen que desarrollarse todas las operaciones.

El parentesco entre el simbolismo alquímico y el masónico aparece con bastante claridad en el grabado que reproducimos, sacado de una ilustración de la obra de Basilio Valentino sobre la manera de hacer el oro oculto de los filósofos y aportado por otros autores.

La Gran Obra de los alquimistas, y la que perseguimos en nuestros simbólicos trabajos, nos presentan, efectivamente, una idéntica finalidad común a todas las escuelas iniciáticas, ya sea en el significado místico de realización individual, como en una iluminada y bien dirigida acción social, que tiene por objeto el mejoramiento del medio y la elevación, el bien y el progreso efectivos de la humanidad.

Taller masónico

¿En que día de Semana Santa se celebró la Ultima Cena?


¿En que día de Semana Santa se celebró la Ultima Cena?

La última comida que, según la Biblia, compartió Jesucristo con sus doce apóstoles en la noche del Jueves Santo tuvo lugar en realidad un miércoles, según afirma un experto británico de la Universidad de Cambridge Reino Unido.

Colin Humphreys asegura haber resuelto uno de los grandes misterios del Nuevo testamento de la Biblia tras descubrir que la llamada Última Cena” tuvo lugar el miércoles 1 de abril del año 33. Los detalles de su teoría se publican en un libro titulado The Mystery of the Last Supper ”El misterio de la última cena”.

La cena es considerada por la mayoría de los teóricos como una Cena de Pascua, celebrada en la noche del jueves santo antes de la crucifixión el viernes santo. Esta creencia se basa en la cronología de los evangelios, pero la cronología del Evangelio de Juan indica que se celebró antes de Pascua (Juan 13:1, 18:28).

Las referencias en el evangelio de Juan marcan el día de la preparación para la pascua (Juan 19:14, 31, y 42), se toman por muchos para indicar que la muerte de Cristo ocurrió en el tiempo de la matanza de los corderos de la Pascua (esta cronología posterior es la aceptada por la iglesia Ortodoxa). Sin embargo, aquellos que sitúan la última cena en la tarde del jueves, generalmente le atribuyen a Marcos 14:12 y Lucas 22:7 las únicas referencias explícitas en los evangelios a que en el momento de la crucifixión de Cristo se da la matanza de corderos, y se da lugar el Día de la Preparación en el Evangelio de Juan como una posible referencia al Viernes de pascua durante el cual se realizan las preparaciones para el descanso del Shabat.

Además, muchos teóricos han cuestionado estas cronologías, y han rechazado sus afirmaciones de que los evangelios hacen referencia a la pascua y sostienen que coinciden con Juan, ya que existen multitud de hechos que tienen lugar tras la Última Cena, como la traición, el arresto, interrogatorio y los posteriores juicios, que difícilmente podrían haber tenido lugar durante una noche. Algunos grupos minoritarios de cristianos creen que un exhaustivo examen de los evangelios indican que la Última Cena tuvo lugar en martes, y que Jesús fue crucificado en un miércoles.

La cena se discute a través de los cuatro evangelios de la biblia canónica. Los evangelios sinópticos afirman que en la mañana del mismo día el cordero pascual para la cena, sea sacrificado.

Sin embargo, bajo el método judío de tiempo recogimiento, el día era considerado que empieza justo al amanecer, por lo tanto la festividad de la pascua se contempla que ocurra en el día posterior en que fue sacrificado. Esto implica que o los sinópticos no están instruidos en el conocimiento del recogimiento judío, o que ellos usaron la técnica literaria de ver los eventos que pasaron en varios días en solo uno. Otros interpretan el lenguaje de los Evangelios sinópticos como suficientemente permisivos para tener una tarde sacrificando a los corderos pascuales.

En 1983 una investigación con astrofísica de Oxford, llegan a la misma conclusión de que fuese un miércoles, puesto que sería materialmente imposible que se produjeran en el transcurso de una única noche todos los eventos que sucedieron antes de su ejecución: arresto, interrogatorio, además de los juicios separados de Poncio Pilato y Herodes, que por si fuera poco tuvieron lugar en varias zonas de Jerusalén.

De acuerdo con algunas investigaciones teologales, Jesús se ajustó a un viejo calendario judío en lugar de basarse en el calendario lunar oficial, que estaba muy desarrollado en los años de su muerte.

En los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas se dice que la Última Cena fue una comida pascual, mientras que en el evangelio de Juan se establece que tuvo lugar antes de la Pascua.

De este modo, los investigadores concluyen “que ambas versiones tienen razón pero se refieren a dos calendarios diferentes”, y que son compatibles con la teoría de que la Última Cena se celebró en realidad en miércoles.

Los Misterios de Leonardo Da Vinci

Entre los años 1495 y 1497, Leonardo da Vinci pintó un mural, en el convento de Santa María de Gracia, en Milán, mejor conocido como “La última cena”, obra que algunos expertos consideran la mejor del mundo dentro de la categoría pictórica.

Según cuentan, el artista italiano necesitó cerca de una década para llevar a cabo esta obra, la cual con los años, ha adquirido gran fama, no sólo por su espectacularidad, sino también porque guarda una serie de secretos y mucho misticismo.

Hace no mucho se dio a conocer la noticia de que en esta obra podrían estar ocultos datos e información valiosa, así como también uso los rostros de algunos personajes bíblicos y algunos históricos que al parecer, da Vinci los colocó en determinados puntos, de manera precisa y sin que nadie se percatara de ello.

Sin embargo, parece que existe un secreto más que esconde esta obra. El músico italiano Giovanni Maria Pala es un estudioso apasionado de dicha pintura y ha invertido varias horas de trabajo para hallar qué otras cosas quiso, Leonardo, plasmar en este trabajo.

Según el músico, tras cuatro años de investigación, asegura que en ésta hay escondida una pieza musical, así lo indica ciudadania-espress.com. Para ello, dibujó sobre el cuadro un pentagrama, marcó las manos de los ahí retratados y las hogazas de pan, lo cual da origen a una partitura que si se lee de derecha a izquierda, da una melodía cuya duración es de 40 segundos.

A este italiano le llamó mucho la atención que los personajes de “La última cena” estuvieran agrupados de tres en tres, lo que reforzó su teoría de la existencia oculta de una melodía que dada esta característica, probablemente se tratara de una obra cuyo ritmo es de tres cuartos.

Giovanni Maria Pala publicó un libro titulado “La música escondida”, en donde explica cómo es que nació su inquietud, así como los métodos que utilizó para llegar a dicha conclusión.

Anteriormente, ya había escuchado por televisión la versión de que en la pintura escondía música, ese réquiem que asegura se trata de “un himno a Dios”.

“Es como una banda sonora que enfatiza la Pasión de Jesús”, comentó el músico y también experto en informática en una entrevista para la BBC, quien también señaló que existen otros mensajes cristianos ocultos, lo que afirma la teoría de que Leonardo da Vinci además de pintor, era músico y un teólogo “refinado y sutil”.

María Magdalena, una mujer que por el Vaticano fue considerada como prostituta, en los evangelios apócrifos se muestra como la mujer de Jesús, su compañera mas cercana, con la que incluso tuvo un hijo.

Para quien no sepa que son los evangelios apócrifos son aquellos escritos sobre la vida de Jesús descartados y prohibidos por la iglesia católica.

En este cuadro DaVinci muestra a Magdalena como sustituta del apóstol Juan, ya que en la época era muy común hallar similitudes entre ambos.

Si nos fijamos bien en la mesa no aparece ni el grial, ni la santa forma, sugiriendo que Magdalena era el cáliz en sí, la portadora del hijo de cristo.

ultima_cena_leonardo_da_vinci

En la parte derecha del cuadro, aparecen tres apóstoles que están completamente desentendidos de lo que pasa en el lado izquierdo.

Muestran una conversación particular apartados de las palabras de Cristo. Para retratar al ultimo (apóstol Simón) se dice que utilizó como imagen un busto de Platón, y para el apóstol Judas Tadeo que aparece justo al lado de Simón, un autorretrato suyo, así quiso darle un toque de herejía al cuadro, como el siempre decía “Prefiero ser mas filosofo que cristiano”

Por ultimo en el lado derecho del cuadro, aparece el apóstol Juan con un cuchillo, que intenta ocultar tras su espalda, y con la otra mano parece hacer un gesto amenazante a Magdalena, se puede apreciar incluso como el apóstol Andrés alza las manos al sentir el puñal cerca de su cuerpo. Representando como la iglesia de Pedro amenazaba a la iglesia de María Magdalena.

Muchos estudiosos creen que el Cenáculo –la habitación en la que tuvo lugar la Ultima Cena–, y el Santo Cáliz eran propiedad de la familia de san Marcos, el evangelista, que hizo de intérprete de san Pedro en Roma.

San Marcos y san Pedro vivían en relación estrecha y parece tener sentido que san Marcos diera la Santa Copa a san Pedro, por la simple razón de que era muy importante para los primeros cristianos usar reliquias en la liturgia, y Pedro era la cabeza de la Iglesia.

La tradición española afirma que san Pedro se llevó el Santo Cáliz consigo a Roma, donde lo pasó a sus sucesores hasta la persecución de Valeriano, en el año 258.

Debido al grave peligro de que la preciosa reliquia cayera en manos de los romanos, san Sixto II, sabiendo que pronto sería martirizado, confió la copa a su tesorero y diácono, san Lorenzo. Éste a su vez la dio a un soldado español pidiéndole que la llevara a Huesca, España, donde sabía que su familia se haría cargo de ella.

Esta antiquísima tradición se apoya en muchos factores: el canon romano de la Misa, el hecho de que la copa no se menciona en Roma hasta el siglo III, varios documentos, y la presencia tradicional e histórica del Santo Cáliz en España.

Los hechos a menudo se mezclan con afirmaciones falsas y material legendario, de tal manera que hacen dudar sobre la posibilidad de llegar a saber la verdad.

Un serio rival de la tradición de san Lorenzo, al menos en la opinión popular, es la leyenda de que José de Arimatea llevó el Santo Grial a Inglaterra.

José de Arimatea, hermandad de la Piedad (Cabra, España).
José de Arimatea, hermandad de la Piedad (Cabra, España).

Narra que José de Arimatea recogió la sangre de Cristo en una vasija que fue usada como bandeja para el pan y el cordero pascual en la Ultima Cena, y luego la entregó al dios celta Bron que la llevó a Occidente como un talismán de inmortalidad. No es difícil comprender hay leyendas que solo se basan en acciones jamás probadas y el grial en cualquier caso es una copa histórica, o más bien una bandeja que no existió en realidad, o la sangre real de cristo que marcan sus descendientes con Maria Magdalena. Nos encontramos ante un ejemplo perfecto de mezcla de fantasías y realidad, literatura y leyenda que permite muchas discusiones sobre el Santo Grial.

El Santo Grial debería interesar ante los ojos de la fe los cristianos de hoy por la misma razón de que siempre ha sido venerado, a través de los siglos, como un símbolo de la copa usada por Cristo durante la Eucaristía.







En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo:
el que coma de este pan vivirá para siempre.

Y el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo.
Disputaban entonces los judíos entre sí:
¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Entonces Jesús les dijo: Os aseguro que si no coméis
la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre,
no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre
tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre;
del mismo modo, el que come vivirá por mí.

Éste es el pan que ha bajado del cielo:

no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron:
el que coma este pan vivirá para siempre.”

Juan 6, 51-58

Alquimia y Hermetismo



Alquimia y Hermetismo

LAVAGNINI ALDO

Como del Oriente asiático han venido las doctrinas cabalistas, al Egipto y a la tradición hermética (de Hermes Trismegisto o Thot, el fundador de los misterios egipcios) se hace remontar la Alquimia (palabra árabe que parece significar “la Substancia”) de los que se llamaban a sí mismos verdaderos filósofos.

El significado común y familiar del adjetivo hermético puede darnos una idea de la secreteza por medio de la cual los alquimistas acostumbran ocultar la verdadera naturaleza de sus misteriosas pesquisas. No debe por lo tanto extrañarnos si la mayoría sigue creyendo aún hoy que sus principales objetos fueran los de enriquecerse por medio de la piedra filosofal, que debía convertir el plomo en oro puro, y alargar notablemente la duración de su existencia, librándose al mismo tiempo de las enfermedades por medio de un elixir y de una milagrosa panacea.

En esa mística lapis philosophorum, sin embargo, nosotros los masones no podemos dejar de reconocer una particular encarnación, un estado de pureza, refinamiento y perfección de la misma piedra en cuyo trabajo principalmente consiste nuestra labor. Y cuando reflexionamos sobre el secreto simbólico, en el cual a nuestra semejanza envolvían sus trabajos, para ocultarlos a los profanos del Arte, no nos puede caber la menor duda de que, por encima de esas finalidades materiales, que justificaban para los curiosos sus ocupaciones, los verdaderos esfuerzos de todos los verdaderos alquimistas fueran dirigidos hacia objetos esencialmente espirituales.

La piedra filosofal no puede ser, pues, sino el conocimiento de la Verdad, que siempre ejerce una influencia transmutadora y ennoblecedora sobre la mente que la contempla y se reforma en su imagen y semejanza. Únicamente por medio de ese conocimiento, que es realización espiritual, pueden convertirse las imperfecciones, las pasiones y las cualidades más bajas y viles del hombre en aquella perfección ideal de la que el oro es el símbolo más adecuado.

Con esta clave se nos hace relativamente fácil entender el misterioso lenguaje que los alquimistas emplean en sus obras, y cómo la propia personalidad del hombre sea el atanor, mantenido al calor constante de un ardor duradero, en donde tienen que desarrollarse todas las operaciones.

El parentesco entre el simbolismo alquímico y el masónico aparece con bastante claridad en el grabado que reproducimos, sacado de una ilustración de la obra de Basilio Valentino sobre la manera de hacer el oro oculto de los filósofos y aportado por otros autores.

La Gran Obra de los alquimistas, y la que perseguimos en nuestros simbólicos trabajos, nos presentan, efectivamente, una idéntica finalidad común a todas las escuelas iniciáticas, ya sea en el significado místico de realización individual, como en una iluminada y bien dirigida acción social, que tiene por objeto el mejoramiento del medio y la elevación, el bien y el progreso efectivos de la humanidad.

Taller masónico

La masonería, del secreto a la discreción



La masonería, del secreto a la discreción

Por: Édgar Artunduaga

La idea es explicar “como nunca antes” la historia de la masonería, porque sociedades enteras se debatían y consumían entre verdades totales de las que unos y otros se hacían dueños, sobre secretos absolutos y verdades totalizantes que convirtieron en dogmas para dominar a los ignorantes.

Siglos y siglos de hegemonías epistemológicas con un alto componente teológico, explica Hernán Bueno Castañeda. Constituyeron instituciones que aún pululan en nuestros días, y generaron ambientes que señalaban toda diferencia como enemiga, todo disenso como perversión y toda disidencia como traición.

Bueno es filósofo, literato, criminólogo y victimólogo, profesor universitario y un estudioso del tema, miembro activo de la Gran Logia de Colombia. Escribió un libro de 138 páginas, que resumo en pocas páginas y poco tiempo, no como gran conclusión sino como quien abre una puerta para que los interesados profundicen.

-La masonería considera que la única manera de consolidar la vida es a través de un respeto absoluto hacia la muerte, de un reconocimiento siempre activo de su presencia.

-En materia de sexualidad, los masones han sido blanco de todo tipo de críticas y maledicencias. Se habla de reuniones orgiásticas, de bacanales desenfrenadas y de adoraciones a deidades que exigen todo tipo de manifestación sexual. Quizá este andamiaje mórbido tenga su raíz en la mala interpretación de sus símbolos.

-La función primordial y más importante de la simbología masónica es justamente ésta: abrir la mente y el corazón a la maravilla suprema de todo ser.

-No es de extrañar que la masonería, en muchos momentos de su historia, y por razones bien diversas, haya tenido que fungir con un secretismo absoluto, ya sea porque sus miembros participaran de labores, en cuyo contexto, el secreto constituía el fundamento mismo de su oficio, o bien porque de lasreservas que se tuvieran de todo lo ocurrido en logia, dependía el éxito o fracaso de una causa política en concreto.

-Con la masonería ocurre lo que se da con el amor: nadie puede explicar un beso. Un beso como un poema no se explica, ¡se vive¡. Por más que hablemos de la masonería, es honesto aclarar que sólo se sabe con claridad lo que en ella es, cuando se ha vivido un ritual de iniciación y se ha compartido una liturgia en logia, o cuando se tratan sus principios de la manera honesta, clara y transparente.

-Los masones no somos reptilianos, ni extraterrestres, ni raza superior de ningún tipo, ni siquiera somos amantes de un poder, siempre efímero y mezquino. Detrás de nuestros mandiles y collarines sólo hay hombres y mujeres libres y de buenas costumbres.

-Los masones no sacrificamos niños ni gatos, y menos acompañamos nuestros encuentros en logia, con adoraciones al diablo o a lucifer.

-Hay un componente mágico dentro de la masonería. Se llama símbolo. El símbolo es narración, metáfora y herramienta a la vez.

-El poder de los masones se centra en un trabajo de interpretación de los símbolos y de las herramientas, como mecanismos para trabajar en la propia naturaleza de su humanidad.

-El único dios al que se le debe reverencia, es ese que habita en la propia individualidad; ese con el que conectamos, una vez se han roto las barreras del consciente; ese con el que se trabaja todos los días, cuando la persona induce cambios en sí misma, y desde allí altera el entorno y por lo tanto el universo mismo de las cosas.

-Dentro de la institución no se cae en la ingenuidad de reconocer las metáforas como historias literales, que aseguran un espacio perfecto y un tiempo eterno. Nuestras herramientas se trabajan en la propia piedra que es cada uno y las narrativas abandonan toda carta de literalidad. Aquí no hay promesas de eternidad, ni espacios idílicos rebosantes de leche y miel, aquí hay mensajes del universo que conectan con el interior de cada quien.

-El trabajo masónico como ruta para la transformación individual, y desde allí colectiva, sienta su naturaleza en el trabajo de conexión con el universo. Como microcosmos, nos unimos en logia con el macrocosmos a través de la comprensión interior del símbolo, de sus metáforas, sus sentidos, sus diferentes connotaciones.

-Los masones trabajamos por devolver el poder al hombre, por reivindicar su naturaleza divina, porque vuelva a beber de la fuente de la razón y a nutrirse con lo que el símbolo le diga como símbolo. Queremos que la humanidad pueda reconocer la narrativa como metáfora, y se sirva de las herramientas, para la construcción de su propio templo. Sólo en el trabajo sobre La Piedra, que es cada uno de nosotros, podrá el hombre construir un templo ¡Su Templo¡

-Los masones trabajan con La Plomada y El Nivel, buscando siempre elequilibrio entre fuerzas dispares, entre opuestos irreconciliables, y por lo tanto entre modos de pensamiento tan disímiles, como en apariencia podrían ser la ciencia, la tecnología y el pensamiento mágico.

-La masonería se sitúa por encima del dogma, y convierte cada espacio de encuentro en una oportunidad para el debate de ideas, la confrontación de posiciones y el fluir de la conciencia.

-La mente tiene todas las herramientas para constituir como verdad, lo que le parezca más conveniente a sus intereses.

-Tú eres Piedra, y sobre esta piedra es que se construye. Sé tu propio arquitecto, el obrero de tu Gran Obra. A ti fueron dadas las llaves del Reino. El Reino que tu propia voluntad se atreva a construir.

-Ten siempre presente que eres microcosmos, reflejo del universo. Por lo tanto, todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.



Fuente; kienyke.com

El simbolismo y el sentido filosófico del Grado 18 de la Masonería



El simbolismo y el sentido filosófico del Grado 18 de la Masonería

José Morales Manchego 33º

“La divinidad atribuida a Jesús de Nazareth no es para nada tomada en cuenta en este grado, ni la Masonería se ocupa en atribuirle ni negarle tal o cual carácter. Es para nosotros el símbolo del maestro, la alegoría que representa el poder del amor y la virtud. En él vemos el luchador que combate la ambición con las armas de la Tolerancia y la Caridad, y como éstos son los únicos medios que debemos emplear para realizar la obra masónica, se deduce que Jesús es para los masones un símbolo de abnegación, un emblema de la Sabiduría, extirpando el error con la razón.” Lorenzo Frau Abrines. (Diccionario enciclopédico de la Masonería. Tomo 5. P. 795)

Por su simbolismo y su ceremonial, el Grado de Soberano Príncipe Rosacruz (Grado 18) ha sido interpretado por algunos masones, como un grado de tipo religioso, dedicado a conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Cristo, y la doctrina compendiada en los cuatro evangelios.

Frente a esa interpretación es preciso anotar que la Masonería que se practica en este Oriente y en este Valle, auspiciada por el Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia, del R:. E:. A:. A:., no establece en ninguno de sus grados las creencias religiosas. Al contrario, advierte al iniciado que todas las religiones fueron creadas por el hombre[1], enmarcadas en el contexto económico, político, literario, ling ístico e histórico de la coyuntura que las vio nacer.

En esa misma secuencia de ideas es importante anotar que los principios de la Orden se fundamentan en el racionalismo, médula filosófica de la Edad Moderna, de cuyas entrañas surgió la Masonería. La Masonería, es entonces una escuela de formación moral e intelectual de corte racionalista. Por eso, ante la triada religiosa que enseña: fe, esperanza y caridad, la Masonería dice: caridad, esperanza y fe[2].

Dicho esto es necesario aclarar que la posición teológico-religiosa es congruente con el pensamiento de San Agustín, cuando dice: “Creo para comprender”. En cambio, el racionalismo de la burguesía naciente, que más tarde será recogido por la Masonería, comienza a balbucear por boca de Abelardo, quien invertía la frase de San Agustín y decía: “Comprendo para creer”. Es importante recabar sobre estos planteamientos: Si San Agustín decía: “Creo para comprender”, Abelardo manifestaba: “Comprendo para creer”[3].

Con estos prolegómenos vamos a entender mejor por qué la teología dice: Fe, esperanza y caridad; mientras que la Masonería dice: “Caridad, esperanza y fe”.

Ahí está la diferencia entre el fanatismo y la razón, entre la astucia que engaña y la verdad que enseña. En otras palabras, en esa simple transposición de palabras que son la base del Grado XVIII, está la diferencia sustancial entre religión y Masonería[4].

La Masonería empieza con la caridad. Pero en este punto también es preciso hacer otra aclaración: para nosotros la Caridad no es la limosna, que consuela un día para hacer más angustioso el día siguiente, tal como la entienden las religiones. Para nosotros la caridad es la educación que perfecciona al hombre y lo forma como trabajador digno, para que la justicia y el amor recíproco reinen en el universo[5].

La religión dice: “Fe es creer lo que no entendemos y no vemos”[6]. Apreciación que se opone a la razón. Para la Masonería la fe es la certeza de lo que se espera. Es la “Confianza en avanzar en el progreso y mejora de la humanidad”[7]. En ese sentido, la Masonería tiene Fe en la ciencia que ha de traer la perfectibilidad y el bienestar al género humano.

Por eso el Grado XVIII debe enfocarse con los criterios y la metodología que nos depara la ciencia y la perspicacia que nos dan las enseñanzas iniciáticas. Con esas guías para analizar los hechos, nadie puede entender cómo para salvar a la humanidad se tenía que sacrificar a un hombre justo, como fue Jesús. En cambio, desde el punto de vista iniciático podemos entender que la muerte y resurrección en los libros sagrados es un simbolismo de la iniciación.

La resurrección de Lázaro, por ejemplo, es el simbolismo de una iniciación. Los exégetas de la Biblia, como Eduardo Shure, dicen que la muerte y resurrección de Lázaro es una simbolización de la iniciación de Juan, el discípulo amado. En una dimensión más profunda, “La escena del Gólgota no es otra cosa que una Iniciación transportada sobre el plano de la historia Universal”[8].

Entonces tenemos que la resurrección ha sido entendida de dos maneras:

1. La interpretación que tienen las religiones, la cual es una resurrección material. Es decir, es un acto mediante el cual “todas las almas de los hombres, tanto buenos como malos, se juntarán con sus cuerpos en la segunda venida de Cristo.”[9] En otras palabras, es la vuelta a la vida, con carne y todo, del cuerpo material que dejó de existir hace mucho tiempo.

2. La interpretación que tiene la Masonería de la resurrección es diferente. Para nosotros la resurrección es espiritual, y no es más que la profunda idea de la iniciación. Para el Masón, la resurrección significa la purificación y regeneración espiritual, hechos que comienzan con la iniciación y deben continuar con el pulimento permanente de la piedra bruta.

Un verdadero masón, que razone sobre el simbolismo de sus grados, y que use bien las herramientas y la antorcha que le da la Orden, no puede ver el espectro religioso en el contenido esencial del grado XVIII, ni puede dejarse engañar por las mentiras de las sectas fanáticas y supersticiosas. No olvidemos la enseñanza Masónica: “No serás verdadero masón mientras no sepas distinguir la verdad de la mentira y hacer la demostración.”[10]

En el simbolismo del grado XVIII se reafirma que la muerte de Jesús constituyó una catástrofe que estremeció el templo de la libertad, la justicia y la fraternidad. Es el momento en que el Hijo del Hombre cayó victima del despotismo político y religioso, que le dio un suplicio de esclavo, al sublime redentor de la humanidad, al amigo de los pobres e infortunados, al modelo inmaculado de las más excelsas virtudes.

Por eso la hora del Capitulo Rosa Cruz es: “La que nos recuerda el instante en que el velo del Templo se rasgó, en que las tinieblas y la Consternación cubrieron la tierra, en que desapareció la Estrella Flamígera, en que se oscureció la Luz del día, en que las CCol:. y los instrumentos Mmas:. cayeron destruidos; en que la Piedra cúbica sudó sangre y agua, el instante, en fin, en que se perdió la Libertad de la Palabra, y la censura, la delación, el despotismo y el envilecimiento, fueron la Ley Universal de las naciones”[11].

Cabe preguntar: ¿Qué significan estos fenómenos para la Masonería?

Para la Masonería estos acontecimientos no son sobrenaturales, sino que poseen una trascendencia simbólica y una significación mística. Ellos representan las intangibles consecuencias de la muerte del Maestro. En palabras más explicitas: la muerte de Jesús es la luz perdida o la palabra perdida. Es la destrucción de los instrumentos masónicos que simbolizan las excelsas virtudes. Es el momento en que la piedra Cubica, que representa el alma del que aspira alcanzar su fuente -en este caso Jesús- sudó sangre y agua en la angustiosa noche de Getsemaní. Es la desaparición de la Estrella Flamígera, que simboliza al Hombre o microcosmos[12], como expresión del espíritu que anima al universo y se constituye en principio de toda sabiduría.

En síntesis, he aquí la verdad punzante: el Maestro ha desaparecido, y con él desapareció la esperanza de libertad, igualdad y fraternidad. Sin embargo, un rayo de luz rasga las profundas tinieblas. Jesús ha resucitado y con la antorcha de su ideario alcanzaremos la victoria. Por eso, la emancipación que plantea la Orden en el Grado 18 está clara cuando dice: “Pues si la Mas:. Conmemora tal catástrofe, EExc:. CCab:. VVig:. pedid a los HH:. que decoran nuestros VVall:., que nos ayuden a continuar los TTrab: del Sob:. Cap:., para tratar con renovados esfuerzos de volver a poseer esas libertades incomparables”[13]. En efecto, la Masonería recupera la doctrina diáfana de Cristo, simbolizada en la Ceremonia del domingo de pascua de resurrección en el que se encienden las luces apagadas el jueves santo. En ese sentido, “se restaura el reino de Jesús, para lo que el iniciado debe prepararse, convirtiéndose en sabio universal.”[14]

___________________________________
1 Liturgia del Grado XXX. Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia (Fundado en 1833). R:. E:. A:. A:..Barranquilla, febrero de 2006. p. 12.
2 Liturgia del Grado XVIII. Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia (Fundado en 1833). R:. E:. A:. A:. . Barranquilla, noviembre de 2004. pp. 35-36
3 Véase: Ponce, Aníbal. Educación y lucha de clases. Pp. 151-152
4 Liturgia del Gr:. XVIII. Op. Cit. p. 36.
5 Ibíd. Pp. 36-37.
6 Catecismo Católico Explicado del P. Gaspar Astete y el P. Eliecer Salesman. Editorial centro Don Bosco. Santafé de Bogotá, 1983. P. 199
7 Diccionario Akal de la FrancMasonería. Ediciones Akal. S. A. Madrid, 1997. P. 148. [1] Shure, Eduardo. Iniciaciones Secretas de Jesús. Editorial Solar. Bogotá, 1993. p. 168.
8 Sagrada Biblia. (glosario). Traducción de la Vulgata Latina al Español (1884) por el Ilmo. Señor Félix Torres Amat. Editorial: Impreandes Presencia S. A. Santafé de Bogotá, 1999. Pp.1290-1291.
9 Sagrada Biblia. (glosario). Traducción de la Vulgata Latina al Español (1884) por el Ilmo. Señor Félix Torres Amat. Editorial: Impreandes Presencia S. A. Santafé de Bogotá, 1999. Pp.1290-1291.
10 Liturgia del Grado XXX. Op. Cit. p. 12.
11 Liturgia del Grado XVIII. Op. Cit. p. 59.
12 Daza, Juan Carlos. Diccionario Akal de la Francmasonería. Op. Cit. P. 141.
13 Liturgia del Grado XVIII. Op. Cit. p. 3.
14 Daza, Juan Carlos. Op. Cit. p. 332.

El mito de Prometeo y la masonería



El mito de Prometeo y la masonería

Prólogo

Conocer los mitos y leyendas del pasado, que en general son ficciones de historias que han sucedido realmente, nos permite comprender el presente, para de ese modo estar más preparados para afrontar el futuro.

Recordemos la historia de Prometeo, el “ladrón del fuego divino”, una de las claves sobre las que se halla concebido el origen de la humanidad según los griegos, la eterna oposición entre las tinieblas y la luz, la curiosidad y la sabiduría, la lucha contra el poder establecido y el siempre presente tema de la bella mujer tentadora y peligrosa.

El mito tiene tres etapas. La primera corresponde a la creación del hombre, e incluye el robo del fuego, elemento básico para la elaboración del concepto de cultura. La segunda se refiere a la seducción del hombre por una bella mujer y la tercera cuenta el castigo al héroe (Prometeo) de parte del poder establecido.

La Leyenda

Según la leyenda griega los elementos de la naturaleza fueron la primera generación de divinidades primordiales y quienes crearon una raza de gigantes que habitaron la Tierra antes de la creación del hombre denominados Titanes. Posteriormente estos Titanes comandados por Cronos (el dios del tiempo) destronaron al Cielo, la tierra y al resto de las divinidades primordiales.

Cronos reinaba sobre los Titanes y se comía a sus hijos a medida que nacían para que no lo destronen, pero cuando nació Zeus su madre engaño a Cronos dándole una piedra a para que la comiera en su lugar. Posteriormente Zeus mata a Cronos y libera al resto de sus hermanos para que formen parte de los Dioses Olímpicos. Después, Zeus sucede a su padre y junto a sus hermanos vence a los Titanes en una guerra sangrienta que lleva a los olímpicos al poder.

Siguiendo la lógica de esa evolución, la raza que sucediera a los olímpicos, en términos de tiempo, debería, en igual forma, combatirlos y destronarlos.

Prometeo, un Titán que no luchó contra los Dioses Olímpicos, sabia que en la tierra reposaba la simiente de los cielos, por eso recogió arcilla, la mojo con sus lágrimas y las amasó, formando con ella el cuerpo de “Los Hombres” a imagen y semejanza de los dioses. Fue así que surgieron, según la leyenda, los primeros seres humanos, que poblaron la tierra. “Atenea”, diosa de la sabiduría, insuflo en ellos el espíritu o soplo divino. Prometeo además les enseño el modo de dominar la naturaleza y de conocerse a sí mismos.

Zeus, sospechaba de los seres humanos, ya que no fue él quien los creo, y no tenia interés alguno en mantenerlos en la tierra. Por consiguiente, cuando “Prometeo” reivindico para ellos el fuego, que les era imprescindible para la preparación de los alimentos, para el trabajo y principalmente para el progreso material y desenvolvimiento espiritual, el Dios griego decidió negárselo, temiendo que las nuevas criaturas se volviesen más poderosas que él. Entretanto Prometeo resolvió frustrarle sus planes, con la intención de conseguir para los hombres ese precioso instrumento.

Con un palo hecho de un pedazo de vegetal seco, se dirigió al carro del “Sol” donde a escondidas tomo un poco de fuego, trayéndolo para los seres humanos. Al dar fuego a los hombres, Prometeo los libera definitivamente de la dependencia divina. Sin el fuego, no sería posible transformar el medio ambiente, ni adaptarlo a las necesidades físicas de cada pueblo, de cada región. Alrededor del fuego se reunían los hombres primitivos, haciendo de ese elemento un importante factor de sociabilidad.

El fuego no es sólo el instrumento de transformación de las substancias, de cocción de los alimentos, de creaciones artesanales como la cerámica o la metalurgia. El fuego representa, también, la luz y el calor. Pero también agente de destrucción. Maravillados por sus propias invenciones, se imaginaron iguales a los dioses y dejaron de hacer sacrificios a los inmortales.

Solo cuando por toda la tierra se encendieron las fogatas, es que Zeus tomo conocimiento del robo de Prometeo, pero ya era tarde. Puesto que ya no podía confiscar el fuego a los hombres, concibió ahí para ellos un nuevo maleficio: Les envió una Virgen creada artificialmente, “Pandora”, el símbolo de los deseos terrenales, de belleza incomparable, con un ánfora portadora de muchos males. Prometeo le advirtió a “Epimeteo”, su Hermano de no aceptar ningún presente de Zeus, pero este no lo recordó y recibió con alegría a la linda doncella, quien abrió la caja de los males los cuales se esparcieron rápidamente sobre la tierra. Junto a ellos se encontraba él más precioso de los tesoros, “La esperanza”; pero Zeus le había encomendado a Pandora no dejarla salir y así fue hecho. El ánfora se cerró justo antes de que la esperanza fuera liberada y nunca salió. Una vez que Pandora liberó todos los males, la humanidad se quedó sin esperanzas.

Los hombres que hasta aquel momento habían vivido sin sufrimientos, sin dolencias, sin torturas y sin vicios, comenzaron a partir de entonces a corromperse sin “Esperanza”, olvidándose el objetivo de su propia existencia, “La Evolución”.

Castigada la humanidad con un diluvio del que se salva solo una pareja, Zeus decide castigar a Prometeo, y lo envía al desierto, donde fue encadenado a la pared de un abismo, de pie, sin reposo alguno, durante 30 siglos, sufriendo la amargura de que su hígado sea devorado por un águila que venia cada día a la región para dicho fin, después de que el órgano se volviera a reconstituir.

Tal suplicio concluye cuando Heracles, hijo de Zeus, mata al águila liberándolo. Zeus respeta la decisión de su hijo y termina liberándolo. Este mito nos revela que Prometeo es aquel que roba a los dioses el fuego del saber, el conocimiento sagrado, las antiguas tradiciones para trasladarlas a los hombres sin importarle sus propios dolores

Prometeo se reconcilia con Zeus y entra en el Olimpo. Las consecuencias de esa culpa son olvidadas. El fuego deja de ser un poder destructivo para constituirse en un elemento purificador, con el cual se realizan los sacrificios divinos.

Puntos clave y elementos para la reflexión



1. El fuego: Marco de Civilización y evolución espiritual

Queriendo salvar al hombre de la destrucción, Prometeo le dio el fuego. Este es un mito. Ningún mito es verdadero en la forma en que es presentado, pero muchos mitos contienen algo de verdad. En el ejemplo presente, el hombre no recibió el fuego como un don de Prometeo o de ningún otro dios; lo descubrió él mismo por su propia inteligencia. Los griegos reconocieron esto, puesto que interpretaron a la figura de Prometeo como el símbolo de la inteligencia humana. Además, reconocieron que la inteligencia era inseparable la facultad del lenguaje. El hombre se diferencia de los animales por poseer el logos, que significa razón, entendimiento y también lenguaje.

El fuego es un símbolo sagrado, dependiendo de cómo se utiliza, puede iluminar o quemar. Ilumina a los que actúan de acuerdo a su conciencia, pero puede ser el infierno para los curiosos o inconscientes.

2. Entre la sabiduría y el casamiento.

Prometeo significa todas las tendencias que nos empujan a saber, porque no es lo mismo entender que saber; saber, es saber hacer. Justamente la duda producto del razonamiento genera la desconfianza e intenta advertir a su hermano, que no acepte regalo alguno de Zeus. Pero este siendo desmemoriado lo hace, para luego abrir la famosa “caja de Pandora” seducido por los
encantos de la doncella, la cual fue creada artificialmente, al ser creada de dicha manera no posee alma, representando a la muerte y el error. Luego se casan ambos, es decir quedan establecidos aquellos vicios y males.

El contenido de la fábula es, como se ve, análogo al del relato mosaico. Prometeo es Lucifer. Epimeteo y Pandora constituyen la primera pareja humana, que paga con su felicidad el robo del “fuego celestial” (que aquí sustituye a la manzana). Y el resultado de ello es la desdicha del género humano motivada, como en el Paraíso, por la curiosidad de la primera mujer. Es sorprendente el parecido con la historia del Paraíso y la Caída por una mujer tentadora y peligrosa. También hay coincidencias respecto al libre albedrío y al diluvio.

Los Griegos la presentaban a Pandora como la primera de entre las mujeres, que en sí mismas traen el mal: en adelante, el hombre debe optar por huir del matrimonio, a cambio de una vida sin carencias materiales, pero sin descendencia que lo cuide y que después de su muerte cuide sus bienes; o bien casarse, y vivir constantemente en la penuria.El mito intenta imponer a la mujer la culpa de todos los males de la humanidad, estaríamos por tanto ante un ejemplo de mito de una sociedad patriarcal que se ha impuesto a una antigua sociedad matriarcal.

3. La lucha contra el poder establecido

La alegoría de Prometeo simboliza el rescate de lo justo y verdadero, a costa del propio sacrificio y sufrimiento. Pues al intentar estimular el conocimiento de los hombres para hacerlos más racionales, se debe enfrentar necesariamente al poder instituido, deseoso de mantener las cosas tal como están. El castigo que el establishment realiza sobre el héroe altruista que lo desafía, debe ser ejemplar para evitar su imitación.

Es importante reconocer el paralelismo existente entre los dioses del Olimpo y el poder religioso y político instituido, que durante siglos han mantenido a la humanidad subyugada a intereses mezquinos de una minoría, de forma totalmente arbitraria.

Por ello esta leyenda debe llamarnos a la reflexión, a todos y en particular a nosotros los masones, ya que como hijos de la luz a la cual nacimos, debemos seguir luchando por un estado laico, libre, de educación gratuita y de acceso a todos los niveles. Sin embargo nos encontramos hoy adormecidos, avalando con nuestro silencio a esos dioses falsos en cualquiera de sus nombres o formas.

Conclusiones personales

Me llama la atención la nitidez con que la mitología griega nos habla de la existencia de una civilización pre diluviana evolucionada, lo que coincide no solo con la Biblia, el Popol Vuh y otros libros antiguos. Es muy probable que hace mas de 10.000 años haya habido otras culturas hoy desaparecidas con un desarrollo significativo en áreas diferentes de las actuales. De ellas han quedado entre otras cosas un sistema de medidas basado en el sistema solar que aun se utiliza en los países sajones, el conocimiento preciso del diámetro y peso de la Tierra, o la distancia exacta desde la tierra al sol, lo que revela un científico avanzado. Son muchos las evidencias de la existencia de un conocimiento ancestral que fuera transmitido y conservado por grupos selectos, que han sabido mantener el secreto.

En general las civilizaciones se originan con la revelación de un secreto y se expanden con la paulatina publicación del mismo y terminan en el agotamiento cuando ya no queda secreto alguno, cuando el secreto ha sido divulgado es decir profanado.

Es evidente que el desarrollo humano no ha sido una línea recta desde el ignorante hombre de las cavernas hasta el sofisticado habitante de la ciudad moderna. Por el contrario, si bien ha habido un adelanto material, en el plano espiritual y de realización personal los referentes de la humanidad siguen siendo hombres del pasado como Buda, Jesús, Mahoma o Lao Tse, que a su vez invocaban el conocimiento de esos secretos ancestrales. La luz sigue viniendo de las raíces de la humanidad. Pues, en los antiguos mitos como el de Prometeo hay ocultamiento y también revelación

El acceso a esa luz y sus misterios es el objetivo de muchos para completar su iniciación. Esa luz no puede ser expresada con palabras, sólo puede ser sentida y expresada con acciones. Es en realidad un secreto abierto que cada hombre conoce de acuerdo con su capacidad y en la medida que lo busque. Algunos lo buscan en el templo, otros en los libros, otros en las entrañas de la tierra. Como todas las cosas más valiosas, nadie puede aprenderlas si no es por sí mismo, pero tampoco nadie puede aprenderlas solo. Se aprenden en comunidad, hombro con hombro, codo con codo, con los compañeros del cuerpo y del espíritu.

Bibliografia

· La primera civilización – C Knight – A Buttler
· Biblia
· Prometeo – El Maestro que robó el Fuego –
 por Q.H. José Riquelme – Ori:. del Paraguay