martes, 23 de junio de 2009

MASONES DE LA LENGUA ESPAÑOLA USA - EL CONCEPTO MASÓNICO DE LA VERDADERA LIBERTAD


TEN.: MAGNA de SOLSTICIO de INVIERNO
Aug.: y Resp.: Log.: LUZ DE ORIENTE Nº 152
Valle.: de Ciudad del Este
Tenida a cargo del V.`.M.`. FERNANDO ACOSTA, acompañado de las Autoridad del Supremo Consejo Grado 33º REAA y Representante de la Centenaria Gran Logia Simbólica del Paraguay.


EL CONCEPTO MASÓNICO DE LA VERDADERA LIBERTAD

De: francmason masonik@hotmail.com

Nuestra comprensión de lo que es masonería no surge únicamente de las palabras que escuchamos o leemos, sino que consiste en el reconocimiento interno de su significado real. En la vida, todas las palabras son tomadas como absolutos, sin pensar en su significado real. Si ellas, las palabras son tomadas de manera absoluta, en el mejor de los casos son limitadas y en el peor, realmente nos confunden sobre aquello que la masonería intenta transmitirnos. Por eso usamos terminos extraídos de la propia experiencia masónica para darles un sentido, aquel sentido de cómo nos transforma el proceso iniciático, sobre cómo vivir la masonería de una manera muy práctica.
“Solamente el librepensamiento conduce a la libertad. Estas son las palabras de la verdad masónica. No sabéis que es la verdad porque no sabéis qué es la libertad de pensamiento. Toda la verdad que conocéis hoy es ‘verdad’ entre comillas. Hay otra verdad, pero que no es teórica: no puede expresarse con palabras. Sólo los que la han sentido en sí mismos pueden comprender esta verdad”.
“Ahora voy a daros una explicación de las palabras que os he dicho, descansan sobre las siguientes bases: la libertad de que hablo es la libertad, que constituye la meta real de la masonería de todos los tiempos. Y, de verdad, os digo que esta libertad puede ser muy grande. Todo el mundo quiere esta libertad, e incluso se esfuerza, por conseguirla; pero nunca se puede alcanzar sin el primer tipo de libertad, que llamaré ‘Libertad Menor’. La Libertad Mayor es nuestra liberación de todas las influencias que actúan desde el exterior. La Libertad Menor es nuestra liberación de todas las influencias que actúan dentro de nosotros mismos. De partida, para los que sois principiantes, la Libertad Menor es muy grande, ya que no está sujeta a vuestra dependencia de las influencias externas, por ello solamente hombres y mujeres libres pueden ser iniciados masones, porque ya tienen la Libertad Menor, pero no la Libertad Mayor”.
“Tenéis que comprender que, mientras seáis esclavos de las influencias internas: las pasiones y emociones, no podéis poneros bajo la acción de influencias externas. Esto puede ser hasta bueno, en tanto que no se tiene libertad interna. Tened presente que el hombre que está liberado de sus influencias internas empieza a caer bajo el dominio de las externas”.
“Las influencias internas, que producen vuestra esclavitud interior, proceden de muchos orígenes distintos. O sea, que hay un gran cúmulo de factores independientes que hacen que un hombre se convierta, interiormente, en un esclavo. Estas influencias son distintas para cada persona. En unos casos es una la más fuerte y en otros casos es otra. Pero, en todos sin excepción, hay tantos factores de esclavitud que, si tuvieseis que luchar con cada uno de ellos separadamente, y liberaros de ellos uno a uno, necesitaríais tanto tiempo que la mitad de la vida no sería suficiente”.
“Por lo tanto, debemos encontrar unos medios o un método de trabajo que nos permita destruir simultáneamente el mayor número posible de enemigos que hay dentro de nosotros, que originan esas influencias que producen la esclavitud”.
“Como he dicho, hay muchos enemigos independientes; pero dos de los más importantes son la Vanidad y el Amor-Propio. En algunas doctrinas se las llama los jefes de embajadores del Mal, se puede añadir, de paso, que por alguna razón se les llama la Señor Vanidad y el Señor Amor-Propio. He mencionado solamente a dos de estos enemigos internos, como característicos, pero nos llevaría demasiado lejos mencionar a todos ahora”.
“También tenemos muchos esclavos dentro de nosotros y cada uno de ellos quiere ser libre, pero es difícil que cada uno de ellos actúe directamente y hacia el exterior. También es muy difícil para estos esclavos enfrentarse a estos enemigos, ya que ninguno de ellos tiene tiempo suficiente. En un momento se hace presente un esclavo; en otro momento, otro, y, para entablar una contienda con estos enemigos, se necesita mucho tiempo. En consecuencia, hay que actuar indirectamente, para lograr liberarnos de varios enemigos al mismo tiempo”.
“Para ello, tenemos que saber cómo actúan estos enemigos y de dónde sacar su fortaleza. Debéis saber que esos representantes del mal están permanentemente en nuestra puerta y niegan la entrada a todas las influencias que vienen de fuera, tanto si son buenas como si son malas. Por tanto, tienen su lado bueno y su lado malo. Si alguien quiere limitar la entrada de influencias exteriores, le conviene tener estos centinelas; pero si, por cualquier razón, quiere que entre en él todo tipo de influencias, entonces tiene que liberarse de estos dos centinelas. Lo único que hay que comprender de una vez para siempre es que no se puede seleccionar la influencia que se quiere. Por ejemplo, no se pueden seleccionar sólo influencias buenas. Los centinelas son
indeseables, sólo para los que verdaderamente quieren la libertad, los que se han propuesto conseguir esta libertad, tienen que luchar con todos los medios a su alcance para, antes de nada, liberarse de estos dos enemigos: la vanidad y el amor propio”.
“Para esto hay un sinfín de métodos y muchos medios diferentes; pero, un masón, te aconsejaría que te desembaraces de ellos simplemente razonando, de una forma sencilla y activa, contigo mismo”.
“Esto es posible con una mentalidad activa; y debo avisarte que, si fracasas o te resulta imposible por estos medios, tienes que encontrar otros, ya que no tendrás posibilidad de avanzar mientras no hayas erradicado algunos de estos enemigos”.
Por ejemplo, el amor propio o falso orgullo, absorbe la mitad de nuestro tiempo y la mitad de nuestra vida; si alguien o algo del exterior hiere nuestro orgullo, nosotros nos ofendemos, no sólo en ese momento, sino que nos dura bastante tiempo después, y este sentimiento herido, actuando por inercia, cierra la puerta que nos comunica con la vida"”
“¡Yo vivo! La vida está afuera. Yo vivo mientras estoy en contacto con el exterior. Si la vida existe sólo dentro de mí, eso ya no es vida en absoluto. Cuando me observo a mí mismo, me doy cuenta de que estoy unido con el mundo exterior. Todo vive así y nada puede existir sin este enlace”.
“Se nos desvanece una experiencia y, antes de desaparecer por completo, ya tenemos otra ocupando su lugar. Nuestra máquina está hecha de tal forma que no tiene distintos departamentos donde puedan permanecer simultáneamente varias experiencias. En nosotros sólo hay sitio donde puedan estar las experiencias y, si este sitio está ocupado por experiencias indeseables, no hay duda de que es imposible que lo ocupen experiencias deseables. Tenéis que comprender y admitir como un hecho real que vuestras experiencias no pueden conduciros a ningún logro ni liberación, a no ser que hayáis vivido por medio de ellas. Tenéis que haber tenido experiencias, incluso más de las que podáis imaginar, tanto buenas como malas, pero no podéis permitir que os esclavicen. Al revés, tenéis que hacer uso de ellas para preparar un sitio donde podáis ser libres”.
“No nos reconocemos ni estamos orgullosos de nosotros mismos, el orgullo de sí mismo es algo muy grande. En la misma forma en que debemos reprochar el orgullo, tal como se entiende normalmente, así mismo necesitamos ese verdadero orgullo, que, desgraciadamente, no tenemos”.
“El orgullo de sí mismo es la señal de que se está en dominio de sí mismo. Si un hombre tiene orgullo de sí mismo, demuestra que es él. Pero, como dije al principio, el orgullo de sí mismo es también el representante del Mal , el enemigo jefe, el principal obstáculo para todos nuestros proyectos y logros. El orgullo es la principal herramienta del representante del infierno. El orgullo es también un atributo del alma. Por el orgullo podemos distinguir el espíritu. El orgullo propio es el indicador y la prueba de que un individuo así pertenece a los Cielos. El orgullo de sí, es Yo. Yo es Dios. Por lo tanto, es muy necesario tener orgullo. El orgullo es el infierno. El orgullo es el cielo. Estos dos, que llevan ambos el mismo nombre y parecen también ambos de la misma sustancia, son, no sólo completamente distintos, sino opuestos. Nadie, con un simple examen superficial llegaría a distinguir uno de otro, aunque dedicase a ello toda su vida”.
“Hay un proverbio que dice: ‘Los que tienen orgullos son medio libres’ y, si nos fijamos en los que estáis sentados aquí, cada uno tiene orgullo para dar y tomar. Esta es la paradoja. Estamos llenos de orgullo hasta el borde y no tenemos la mínima libertad para nosotros mismos. La meta debe ser tener orgullo. Si logramos tener orgullo, llegaremos a vernos libres de muchos de los adversarios que tenemos instalados dentro de nosotros mismos, y hasta podremos librarnos de los más importantes: la Señora Vanidad y el Señor Amor-Propio”.
“Si queréis la libertad, aunque sea la Libertad Menor, tenéis que pagar un alto precio”.
“Hay quien se queja a veces de que no puede hacer las tareas que yo les pongo. ¿Qué esperan? Hay bastante que si veis la posibilidad de hacerlo; el resto depende de vuestra fortaleza y de vuestro propio deseo de ser libres. Ahora no podéis hacerlo porque no sois libres”.
“Tenéis que pensar que no podéis empezar por la libertad. La libertad es la meta, el destino. Hay quien dice que Dios creó al hombre libre, eso es un gran malentendido, la libertad no la da nadie, ni siquiera el Amantísimo Creador. Dios ha dado al hombre lo más grande que puede tener: la posibilidad de hacerse libre. El deseo de libertad es innato en todo hombre digno de ser hombre, pero el hombre es estúpido y piensa que puede tener libertad exterior sin libertad interior. Todos nuestros males vienen de esta estupidez. Si no queremos, por encima de todo, vernos libres de nuestros enemigos internos, iremos de mal en peor”.
“Por tanto, cada uno debe examinarse a sí mismo y tratar de encontrar en sí un sincero deseo de liberarse de las fuerzas de la vanidad y del amor propio que actúan en él. Esta esclavitud interna es la peor degradación para el hombre. Es el infierno donde el hombre se permite a sí mismo vivir. El sincero deseo de liberarse es el principio del verdadero orgullo”.
Uno de los requisitos básicos para ser iniciado en nuestros antiguos misterios es ser un hombre libre y de buenas costumbres, lo que implica que únicamente aquellos que reúnan dichas condiciones pueden ser admitidos a nuestra Orden.
Ahora bien, que entendemos por "hombres libres y de buenas costumbres", dicha condición preliminar que se pide al profano para ser admitido, es necesaria para su progreso moral y espiritual, para todo adelanto en el sendero de la verdadera luz, vale decir, de la verdad y de la virtud.
La idea de libertad está vinculada con el hecho de estar despojado de rejuicios, de los errores, de los vicios y de las pasiones que embrutecen al hombre y hacen de él un esclavo de los inconvenientes del materialismo irracional.
De buenas costumbres, implica ser portador de una reputación intachable, como padre, hijo, hermano, marido, amigo, trabajador y ciudadano, además por haber orientado su vida hacia lo más justo y ético, hacia lo más elevado del espíritu.
La libertad interior y la adecuada orientación moral de su vida, vale decir, lo que el hombre "es" y lo que "puede ser", son los pilares en que descansan la construcción de su templo interior para intentar convertirse en un Obrero de la inteligencia constructora del Universo.
Aquellos candidatos que reúnan en su personalidad dichas condiciones, podrán llegar a convertirse en Masones constructores o reales y no en masones de etiqueta.
Como debe conducirse un Masón Constructor es la pregunta obligada, y su respuesta está vinculada con las obligaciones del Masón, para con Dios, para consigo mismo y para con la humanidad.
Para con Dios es amarlo por sobre todas las cosas, y en ese acto de amor intentar lograr la Unidad con él ser superior, mediante el cumplimiento de sus deberes para consigo mismo y para con los prójimos.
Para arribar a la Unión, el masón debe practicar costumbres sanas, que lo podrán elevar a construir un templo ideal, consistente en un cuerpo sano, un pensamiento puro y una conducta solidaria y fraterna con todos los seres del Universo.
Algunas prácticas tendientes a dicha búsqueda están relacionadas con la respiración (ejercicios respiratorios, yoga y similares) y buenos hábitos de vida. Debe conservarse siempre con el ánimo alegre y el pensamiento puro, porque el hombre aspira átomos afines a su pensamiento.
Debe cuidar sobre todo su alimentación, buscando armonizar la ingesta de alimentos con la de agua pura.
Es preciso conservar el equilibrio del cuerpo, mediante las buenas posturas, la práctica habitual de ejercicios y caminatas, deben recibirse los rayos solares y buscar purificar los pulmones aspirando el aire puro del bosque o del campo.
Se debe masticar correcta y completamente los alimentos, y buscar asistencia profesional para lograr una dieta balanceada, equilibrada y saludable.
No se debe descuidar el estado de ánimo, eliminando la melancolía y la tristeza, siendo modesto, prudente y callado.
En el éxito se debe agradecer siempre a los demás y jamás jactarse de la inteligencia y el poder, pues muchas personas son más sencillas y menos inteligentes y sin embargo más útiles a la humanidad. La cólera y los malos tratos denotan debilidad e ignorancia.
El mayor bien que se puede hacer a los demás es no juzgarlos, la tolerancia debe ser la primera norma de vida, particularmente con los propios familiares y seres queridos.
Cuando nos toca la oportunidad de servir a los demás, debemos agradecer que se nos haya conferido dicho honor.
Con respecto a la mujer, se la debe tratar con respeto y sinceridad, velando siempre por su bienestar, independientemente del trato que nos dispense y sin esperar recompensa alguna.
Finalmente, además del régimen alimentario sano, privación de drogas y estupefacientes, sueño moderado, vida laboriosa, y de buscar aportar positivamente a la humanidad, es preciso ser un miembro fiel de la Orden, buen ciudadano, respetuoso de las normas, buen padre, hijo, esposo, hermano y amigo, cumplir con el deber y la palabra empeñada.
No debe olvidarse que no basta con no hacer daño a los demás, es preciso hacer siempre el bien. QQ:.HH:. deseo finalizar esta plancha repitiendo el viejo refrán que dice Es relativamente fácil ingresar a la Masonería, pero muy difícil que la Masonería entre en nosotros

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