viernes, 20 de enero de 2012

Masonería Liberal o Adogmática
Universi Terrarum Orbis Summi Architectonis Ad Gloriam Ingentis


A La Gloria del Gran Arquitecto del Universo

Ordo Ab Chao

Salud, Estabilidad y Poder


Si en la España de finales del siglo XX y de principios del XXI la Francmasonería resulta un fenómeno difícil de entender para la mayoría de la población –resonando en los medios, sobre todo, la crítica infantiloide de la extrema derecha-, el lector de este sitio web puede que experimente todavía mayor extrañeza ante los altos grados escoceses que constituyen el objeto de trabajo del Supremo Consejo Masónico de España. Lamento desilusionar a quienes busquen arcanos alquímicos, conspiraciones diabólicas, secretos inconfesables o atajos hacia el poder. No encontrará nada de ello y, sin embargo, podrá acceder a la visión de un grupo de personas comprometidas, desde la preservación del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Francmasonería universal, con la defensa de la democracia y de la laicidad, con la difusión de los valores que vertebran una sociedad buena y con las libertades de investigación y de conciencia, como elementos motrices del progreso, en el mejor sentido de esta palabra, y de la felicidad, como una aspiración puesta al alcance de todos.

La Francmasonería española nace en 1728 y malvive bajo las pulsiones autoritarias de una Nación que se resiste a serlo, porque está sojuzgada por la Religión. El Supremo Consejo Masónico de España se crea en 1811, bajo el influjo reformador de la civilización francesa. En la actualidad, la Francmasonería racionalista (no por ello, incapaz de cultivar la belleza del espíritu liberado de tutelas) cuenta entre sus exponentes a la Gran Logia Simbólica Española, reconstruida en 1980, en la estela de Rosendo Arús. Los francmasones de la Gran Logia Simbólica Española que acceden a los altos grados escoceses se agrupan en el Supremo Consejo Masónico de España, nacido de una tradición de doscientos años, que me honro en servir, desde el 22 de febrero de 2010, por un período de tiempo limitado, como es propio de cualquier ente asociativo de inspiración radicalmente democrática.

El Supremo Consejo Masónico de España se siente hoy deudor del trabajo constructivo realizado por los Hermanos y por las Hermanas que constituyen desde su creación hasta hoy una cadena de unión imperceptible y a quienes debemos el legado del Rito y el mandato de combatir por una sociedad mejor. Respetamos la pluralidad de matices de la Orden y, al mismo tiempo, auspiciamos la unidad; y lo hacemos recibiendo a quienes llaman a la puerta del Templo y visitando a quienes nos acogen. Vivimos una sociabilidad fraternal, un trabajo intelectual exigente y un ritual sugeridor de nuevas vías para el pensamiento libre.

Estas páginas se han escrito para quienes, francmasones o no, se hallen movidos más por el afán de construir que por la curiosidad, más por la geometría que por el conformismo, más por la capacidad de compromiso que por el individualismo egoísta. Se han escrito, en suma, para quienes opten por “no ir a la suya” y piensen que la educación de las nuevas y de las viejas generaciones está en el corazón de la ilusión revolucionaria por la libertad, la igualdad y la fraternidad. Para quienes, en último término, crean que las palabras pueden llenarse de contenido, que el ser humano alcanza su plenitud en la emancipación y que quienes han accedido al bienestar y la cultura tienen el insoslayable deber de hacer posible su redistribución por medios operativos y eficientes.

Joan-Francesc Pont Clemente

Gran Comendador

No hay comentarios: