Palabras de bienvenida pronunciadas por Elbio Laxalte Terra presidente de CIMAS a los participantes en el 6º Encuentro em Sao Paulo.
Queridos Hermanos y Hermanas:
Nosotros estamos seguros que este Encuentro de Celebración de nuestro aniversario, por la nutrida concurrencia, por la calidad de las ponencias que serán presentadas en el día de mañana, dejará su huella indeleble en el camino de construcción de esta nueva masonería que pugna por desarrollarse en nuestro continente. Vamos a celebrar, en la alegría del compartir; pero vamos a trabajar para reafirmar nuestros valores y principios.
Una característica tiene nuestra Institución masónica universal, es que ella se proyecta cargando siempre con sus tradiciones, recuerdos y enseñanzas. Pero la Masonería de Progreso que encarnamos, señala además que la tradición no es un ancla que nos amarra, sino una muy fuerte referencia que nos impulsa. Es una continuidad de una historia que empezó antes que nosotros, y que nosotros debemos dejar para quienes nos seguirán. Pero una continuidad dinámica, adaptada a las nuevas épocas y nuevas situaciones.
Por ello, siendo hoy un 20 de setiembre, no podría dejar de referirme al significado que tiene para nosotros esta fecha, y que nuestra Confederación desde su 4º Encuentro en Santiago de Chile en el año 2007, reivindica como el Día del Librepensamiento.
Este día recuerda un episodio fundamental en la historia masónica y particular del pueblo italiano, como fue el incidente conocido como la “Brecha de la Puerta Pía” ocurrido el 20 de setiembre de 1870, y que posibilitó la unidad italiana impulsada por los masones de aquel país.
Fue una batalla, donde los bersaglieri italianos vencieron a las fuerzas conservadoras del vaticano apoyada por Francia, controlaron Roma y unificaron Italia.
Pero sobre todo significó la histórica derrota del poder temporal del papado, y del último régimen político de derecho divino en Occidente. Significó un gran triunfo para las fuerzas democráticas, republicanas y secularizantes del mundo. Simbólicamente, el 20 de setiembre -fecha de coincidencia equinoccial- pasó a significar entonces – y así fue visto por generaciones de masones en todo el mundo – como el día de una gran derrota del dogmatismo, del oscurantismo y la esperanza del renacimiento de la Luz, que representa el triunfo de la Razón y de la Libertad Absoluta de Conciencia.
Pero recordar este hecho histórico, significa también realizar un justo homenaje a los combates libertarios y al impulso a los ideales democráticos, republicanos y laicos que protagonizaran tantos Ilustres Hermanos y Hermanas, pero muy particularmente, el Muy Ilustre Hermano José Garibaldi, tanto sobre el continente americano, donde fue iniciado masón en Montevideo, en 1844, como en el continente europeo, en particular en Francia, y naturalmente en su Patria, Italia, en la cual fue sin dudas el gran protagonista de su unidad impulsada por sus “camisas rojas”.
Nuestro H.·. Garibaldi estuvo en nuestro continente entre marzo de 1834 y julio de 1848. Luchó por la República en Río Grande del Sur, aquí en Brasil, y desde 1841, luchó por los ideales liberales y republicanos en el Montevideo sitiado, antes de partir para Italia a encabezar las luchas por la unificación de su patria.
Por ello, la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica – CIMAS, sin sentirse protagonista exclusiva, intenta ser, junto a otras manifestaciones de la masonería, un baluarte actual, en nuestra América, de ese mensaje librepensador que nos legaran nuestros ancestros masones. Intenta ser un faro de luz masónica que ilumine nuestros combates del presente siempre en pos de la emancipación humana.
La Declaración de Principios de CIMAS, aprobada justamente en su Asamblea Fundacional en el año 2002, aquí mismo en San Pablo, señala que CIMAS ”proclama los principios de Libertad de Pensamiento y de Conciencia y se compromete a defender los ideales y las instituciones laicas, expresiones de los principios de la Razón, la Tolerancia y la Fraternidad…“.
La Masonería de Progreso que representa el pensamiento de CIMAS, manifiesta su oposición a toda opresión espiritual, ideológica, intelectual y política. Y sus más nobles objetivos la llevan a promover y defender la Paz, la Libertad, los Derechos Humanos y Ciudadanos, la Laicidad y la Libertad Absoluta de Conciencia. Promueve la amistad entre los pueblos y la Integración del Continente Americano.
Guiados por el espíritu de fraternidad y solidaridad humana, CIMAS está comprometida en fomentar la tolerancia y el pluralismo, y un orden social que proteja la dignidad, la justicia social, las libertades individuales, los derechos fundamentales y el Estado de Derecho; y una democracia integral que comprenda lo político y lo económico. En particular, lucha contra toda forma de discriminación, sea por razones étnicas, de género, de identidad sexual, cultural o cualquier otro propósito que atente contra la dignidad humana.
Al celebrar entonces esta fecha como elDía del Librepensamiento, CIMAS rinde homenaje a todos nuestros Hermanos y Hermanas que a lo largo y ancho de nuestro continente, dieron en el pasado, y dan en el presente lo mejor de si por la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, la Laicidad y el progreso de sus sociedades y países, siguiendo la vocación constructiva de la Francmasonería. Y, además, porque se entronca con el corazón del proyecto por el cual CIMAS fue creado hace 10 años.
CIMAS es una entidad que pretende impulsar los necesarios cambios en nuestra antigua Institución a los efectos de abrir cauces a una masonería más adaptada a los tiempos actuales, capaz de comprender los rumbos actuales de la civilización para vigilar su desarrollo y proponer e impulsar todas aquellas cosas que signifiquen una centralidad humanista, de manera de construir una Humanidad más justa, más libre, más fraterna, más inteligente y más espiritual.
Es también un proyecto de renovación masónica.
Este proyecto encara los tres aspectos del trabajo masónico como una totalidad: el iniciático, el intelectual, y el cívico, concibiendo un accionar masónico en todos los terrenos de la vida humana, desde el espiritual, pasando por el conocimiento para llegar a la liberación personal, social y humana en su más amplia acepción.
De ahí el carácter moderno y abierto de este proyecto en el cual pueden reflejarse todas las sensibilidades, de los masones, naturalmente, pero también de los profanos de buena voluntad, deseosos de tomar su parte en la construcción de la civilización nueva que pugna por nacer en medio de las incertidumbres y falta de sentido del mundo actual.
Y justamente, uno de esos caminos fundamentales es el de trabajar para desarrollar la existencia de ciudadanos conscientes de su rol, con conocimientos, e implicados en la construcción de su comunidad de pertenencia, pero con una visión global que los compromete con la construcción de la humanidad.
Una tarea primordial para los masones de hoy, hacia ellos mismos y hacia la sociedad, es formar, construir y educar al individuo, para que él devenga un ciudadano, en un proceso continuo y que lo siga a lo largo de su vida, para ayudarlo a adaptarse a las nuevos impactos que la vida en sociedad nos irá reservando en la medida que el cambio global se vaya desarrollando. Porque, mantener la democracia esencial, hoy más que nunca necesita y necesitará, para su supervivencia, de ciudadanos activos, no solamente informados, sino con capacidad de traducir esa información y hacerla inteligible, también capaz de actuar en la vida colectiva de la comunidad, sea política o asociativa, local, nacional y/o global. Cada vez más, la ciudadanía tendrá varias dimensiones, en la medida de la complejidad general.
Por ello la adquisición de la ciudadanía real, pasa por un proceso fuerte de construcción, individual y colectivo. Hay que impulsar un desarrollo en las ideas y los valores que serán las bases subjetivas y afectivas de los comportamientos sociales, empezando por la tolerancia y la solidaridad. Hay que potenciar las capacidades y las competencias que faciliten la actuación en los diversos contextos sociales. Hay que potenciar los ideales y los fundamentos democráticos y republicanos, para que todos los miembros de una comunidad tengan los conocimientos y las posibilidades de participación. Es decir, tenemos una inmensa tarea por delante, en una época difícil, caracterizada por el estímulo al repliegue sobre la vida privada y el consumo desorbitado, y el abandono de la cosa pública en manos de tecnócratas, demagogos, incompetentes o corruptos.
Algo hemos avanzado en todos estos años. El Coloquio del día de mañana sobreFrancmasonería, Dignidad Humana y Desarrollo Durable, pretende dar nuevos pasos en ese sentido.
Al abrir estas celebraciones, y junto a la felicidad y alegría colectiva que viviremos estos próximos días, les llamo a no olvidar, mis Hermanos y Hermanas, y tener en cuenta estos aspectos de la problemática actual. Y, que estamos frente a momentos cruciales de la historia, que nos urgen a un compromiso militante con el futuro de nuestras democracias y de nuestras repúblicas. Y es día a día y en eventos como el que estamos protagonizando hoy, que construiremos este instrumento de liberación personal y colectivo que es la masonería.
Mis Hermanos y Hermanas, les deseo a todos un muy feliz aniversario, y hagamos entre todos votos para que nuestra Confederación siga escribiendo varias páginas más en la historia de la masonería de nuestro continente. Pero eso, sin dudas, depende de lo que nos comprometamos y hagamos todos y cada uno de nosotros.
Viva la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica
Viva la Masonería Universal
Ha sido mi palabra
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