domingo, 1 de noviembre de 2015

RITOS MASÓNICOS


RITOS MASÓNICOS

Una cuestión que con suma frecuencia provoca los más variados errores (involuntarios a veces, pero muchas otras debido a la ignorancia o a la mala fe) es la pertinaz confusión entre un Rito y una Obediencia (o Potencia) masónica; esto ha llevado a las más inverosímiles y excéntricas conclusiones a los eternos aprendices de brujos que incurren en el simple error de hablar de lo que no saben. Usualmente, muchos “estudiosos” acuden a expresiones tan indefinidas y equívocas como “masonería escocista” o “los masones ingleses” y otras por el estilo intentando, de ese modo, explicar las diversas líneas o tendencias masónicas cuya existencia – muchas veces – solo se da en sus propias mentes. En realidad, expresiones tales como “masonería escocesa” y “masonería de Escocia” no son equivalentes y se refieren a realidades distintas, pero este hecho radica en causas muy diferentes a las que dichos “estudiosos” esgrimen.

En términos generales, se reconocen dos acepciones de la palabra “rito” según se escriba con “R” mayúscula o con “r” minúscula. En el primer caso, se alude a una manera determinada de trabajar, a un sistema de grados completo, a una rama de la Masonería cuyo origen y desarrollo se puede determinar histórica y geográficamente. En el segundo caso, se trata de una “acción ritual” específica y definida con anterioridad de acuerdo con su finalidad iniciática: por ejemplo, durante la ceremonia de iniciación, el “rito de despojamiento de los metales” o el de “purificación por los cuatro elementos”. En esta ocasión nos referiremos, principalmente, a la primera de las dos acepciones, es decir, al “Rito” con mayúscula, que designa una forma determinada de realizar los trabajos masónicos, un sistema particular de grados y símbolos.
En principio, dentro de la Masonería Especulativa moderna, se pueden distinguir dos grandes corrientes masónicas cuyas morfologías, aunque hayan sufrido diversas variaciones a través del tiempo, están suficientemente estabilizadas:

a) La llamada “Masonería Inglesa”, firmemente apoyada en la noción de “oficio” o “arte” (craft) de la construcción. Es la que más pone el énfasis en la historia y el simbolismo de las antiguas cofradías de constructores. En esta corriente masónica lo esencial es el aspecto ritual, la forma, la exactitud de la práctica, los signos y gestos, etc. Los rituales deben conocerse a la perfección, se desalienta toda innovación en ellos y en las “tenidas” se deben recitar de memoria. Genéricamente, se puede decir que trabajan en el comúnmente llamado “Rito Inglés”, aunque éste reconozca variantes particulares: Emulation, Stability, West End, Logic, Bristol, etc. Naturalmente, el área geográfica de mayor expansión de esta escuela masónica es la Gran Bretaña y los países de cultura anglosajona. Por lo tanto, la “Masonería Inglesa” se practica también fuera de Inglaterra y no corresponde a una noción geográfica.

b) La llamada “Masonería Escocesa” está signada por el viejo ideal caballeresco e impregnada de hermetismo renacentista. Si bien el fundamento histórico y simbólico de esta corriente es innegablemente escocés, por influencia del caballero Andrew Ramsay y su famoso Discurso, por los llamados Altos Grados “escoceses” – algunos de los cuales contienen más elementos de la iniciación caballeresca que de la constructiva – por el origen de sus leyendas iniciáticas medievales de Heredom, de Kilwinning, de Rosslyn, etc. hay que reconocer que su gran desarrollo tuvo lugar en Francia a manos de los exiliados estuardistas destronados por los príncipes protestantes holandeses de los Hannover-Orange. Esta corriente masónica, en sus rituales, pone el acento principalmente en el simbolismo hermético y templario y en sus tenidas se vuelca a cuestiones más mundanas, filosóficas, culturales, etc. Esta “Masonería Escocesa” está dividida en diferentes Ritos en los cuales se cumple la ley que dice que cuanto más moderno es un Rito más grados posee. En efecto, los Ritos Escoceses más antiguos, particularmente los del siglo XVIII (p. ej.: Vieille Bru, Rite Ecossais Philosophique, Rite Ecossais Primitif, Heredom de Kilwinning, Rito Escosés Rectificado y otros ya desaparecidos), poseían – y poseen – pocos grados: cinco o siete la mayoría de las veces, nueve en algún caso, pero nada más. Habría que esperar hasta 1801-1804 para que surja el Rito Escocés Antiguo y Aceptado con la innovación de sus treinta y tres grados. Otro ejemplo, aunque no perteneciente al Escocismo, de esta ley de “cuanto más grados más nuevo”, es el Rito Oriental de Memphis-Misraim de noventa y seis Grados, unificado por Giuseppe Garibaldi en 1882. Por otra parte, pocas veces se recuerda que los grados masónicos se conferían aisladamente y son pre-existentes y anteriores a los Ritos Masónicos especulativos.
No obstante lo anterior, el Rito Escocés Antiguo y Aceptado es el más conocido mundialmente y el más practicado por lo cual, muchas veces, se lo confunde directamente con “la” Masonería cuando, en realidad, es solo una de las tantas formas particulares de practicar la Masonería. Hablando con propiedad, este Rito está constituido por los grados 4° al 33° que conforman una pirámide de grados (o, mejor dicho, grupos de grados) que tomara su base del llamado Rito de Perfección que constaba originalmente de veinticinco grados. En cada jurisdicción nacional este Rito debería estar regido por un Supremo Consejo del grado 33. La realidad indica que, en muchos países, existen varios Supremos Consejos disidentes entre sí.
El Rito Escocés Rectificado tiene su origen en el Convento de Wilhemsbad (1782) por la iniciativa de Jean-Baptiste Villermoz quien, como Prefecto de la Provincia de Auvernia de la Orden Masónica de la Estricta Observancia Templaria, decide la separación de dicha Provincia,, el rechazo del Grado de Caballero del Templo y su reemplazo por el de Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa (C.B.C.S.). Este fue, en definitiva, la “rectificación” operada por Willermoz. Práctica, según la modalidad y la época, entre siete y nueve grados y está estrechamente emparentado con el Rito Sueco cuyo Gran Maestre hereditario es el rey de Suecia. Por sobre los tres primeros grados se encuentra el de Maestro Escocés de San Andrés y por encima de éste el de Escudero-Novicio y el ya mencionado de Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa.
El llamado Rito Francés – a pesar de su nombre – es también un Rito escocista por su origen y por la cualidad de los siete grados que lo componen. Por su parte, el Rito Escocés Primitivo pertenece también al fondo común de la Masonería Escocesa jacobita y practica cinco grados iguales a los del llamado Traditional Irish Rite. A este mismo grupo de Ritos Escoceses y templaristas pertenecen la Orden Real de Heredom de Kilwinning, la Royal Order of Scotland en su tercera reorganización, la Ordre Royale d´Ecosse y la Estricta Observancia Templaria en su resurgencia actual.
A lo largo de su historia, la Masonería ha conocido decenas de Ritos – la gran mayoría ya desaparecida – entendidos como formar particulares de trabajar masónicamente: Schroeder, de Perfección, Iluminados de Avignon, de Bouillon, de Heredom de Kilwinning, Escocés Filosófico (en el sentido de “alquímico” de la palabra), Hermético de Montpellier, Early Grand Scottish Rite, York, Stability, Emulation, Orden Masónica de la Estricta Observancia Templaria, Oriental de Memphis-Misraim, Francés, Mexicano, Español, etc. De todas estas formas rituales se han impuesto mundialmente (no sin altibajos) la corriente inglesa y sus variantes (encarnada por la Gran Logia Unida de Inglaterra), que solo reconoce los tres primeros Grados de la Masonería Simbólica y ningún Alto Grado, y la corriente escocesa (encarnada en una multitud de Obediencias disímiles entre sí), caracterizada por la práctica de varios sistemas de Altos Grados por sobre los tres primeros.

+ Merlín
Soberano Gran Comendador General
Orden Real de HRDM+KLWNNG

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