“LA MUERTE”
Fraternalmente.
Lázaharo Hael,’,
Prologo.
La cábala posee 10 sephiroth unidos por 22 senderos, y en cada sendero se ubica uno de los 22 arcanos mayores del Tarot. La carta número 13, “La Muerte” se localiza en el sendero que une a Tiphareth (Belleza) la sephirah de los Dioses solares y Netzach (Victoria) que forma parte de los cuatro sephiroth inferiores y de Assiah el mundo de la acción, la materia o las formas. Algunas tradiciones han antropomorfizado y dado nombre a la muerte, incluso algunas personas le rinden culto como a una divinidad, como es el caso del Arcángel Azrael o por un esqueleto humano con una guadaña en sus manos entre otras formas más, pero la muerte no es ningún ser divino, sino el “proceso” del final de la vida de un ser biológico.
“LA MUERTE”
Solve Et Coagula. “Sin cambio continuo no podría existir la vida y la evolución, y aunque pudiera, su monotonía seria insoportable. La muerte es solamente una transformación de nuestra forma, el paso a una nueva vida. Los grandes sabios místicos afirman que la muerte es la coronación de la vida, el premio, el paso a una nueva forma para expresarse”. “La disolución es el secreto de La Gran obra. Para crecer y desarrollarnos debemos cambiar, transformarnos. El hombre es inmortal y eterno, aunque sus cuerpos cambien y se desintegren mil veces, él permanece” (1).
“Observando lo visible conoceréis los invisible”. El universo no es producto del azar, sino que tiene su origen y existencia por leyes y fuerzas cósmicas, algunas nos son conocidas pero otras no. El cambio es una ley cósmica, nada permanece, todo fluye y cambia constante, lo que el hombre fue ayer o un minuto antes, hoy no lo es… Aunque detrás de este aparente cambio algo permanece, como la parte superior que sujeta el cordón del péndulo, y entre más se aleja de este punto, la oscilación o cambio es mayor.
“La muerte es una quimera, pues cuando yo estoy, ella no está; y cuando ella está, yo no” (2). La Quimera es un monstruo mitológico que simboliza la fantasía. La vida es eterna, sí la vida despareciera de nuestro planeta, en muchos otros se estaría gestando o manifestando. Nosotros los seres humanos, conforme crecemos y evolucionamos nos creamos una personalidad, palabra que quiere decir “mascara”, con la cual nos identificamos, pero que en realidad no somos. Mientras vivimos biológicamente, somos seres virtuales circunscritos a la presente encarnación y producto de la información que recabamos sobre nosotros mismos desde el instante mismo de nuestro nacimiento hasta nuestra muerte. Somos información de lo que sabemos o creemos ser, y en ese proceso, la esencia, el ser, o el alma, que es el punto fijo y constante de donde pende el cordel del péndulo, se descubre o se vuelve gradualmente consciente de sí misma a través del movimiento del hombre o masa esférica que pende en extremo opuesto del cordel.
Algunos escritores mencionan que más que conocimiento, somos “consciencia”, Pero la consciencia no es el ser, sino una facultad, misma que nos distingue como seres vivientes pensantes… ¿Acaso es la conservación aún después de la muerte, de la consciencia y el conocimiento de cuanto somos… la vida eterna que pregonan las religiones? Porque si continuo viviendo después de la muerte biológica y no recuerdo quien fui, en verdad morí.
Existen personas muy religiosas que prefieren más creer que pensar, como también existen aquellos que sienten aversión hacia todo lo religioso o espiritual, grave error por ambas partes, pues no consideran que la tradición prístina que sirvió de origen a algunas religiones actuales, poco tiene que ver con la ortodoxia que predican. Pero sus libros sagrados en muchas ocasiones dicen más de lo que contienen escrito. Estos libros han sido repetidamente alterados con “nobles propósitos”, pero aun así, conservan perlas preciosas entre líneas. Por ejemplo: la biblia nos dice “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Ef. 2:10. Este párrafo hace una diferencia entre sustancia y esencia. Nos dice que fuimos creados “en” Cristo, la materia “primordial” con que el universo fue hecho y modelado según las leyes cósmicas. Después de todo, se dice que Jesús el Cristo es el hijo “primogénito” y “unigénito” del Dios Único, esto tiene concordancia con el primer capítulo del evangelio de San Juan. La sustancia seria el cuerpo material, y la esencia el ser consciente y pensantes interior engendrado por el aliento del Dios Único. “El señor Dios formo al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un alma viviente”. Génesis 2:7… Lo que vendría siendo la famosa “palabra perdida” que tanto Masones, Rosacruces y otras órdenes y fraternidades buscan; y ya que menciono a la Masonería, la liturgia del Grado 18 Caballero Rosacruz de la Masonería Escocesa dice: “Los templos de Dios en la tierra son los cuerpos humanos, y en cada uno de ellos se encuentra, como una proyección suya, un maestro cuya mente está imbíbita en la mente cósmica, un maestro cuya alma y cuya vida son alma y vida de Dios” (3).
Z’ev Ben Shimon Halevi haciendo eco a lo anterior dice: “Dios quiso contemplar (Conocer) a Dios, y así de la nada (Aquello que no alcanzo a ver o comprender), surgió la luz primordial (7), que simboliza la voluntad divina” (5).
Deepak Chopra agrega: “El universo te creó para tomar conciencia de sí mismo” (4), y en algún otro libro suyo expresa: “El universo se experimenta a sí mismo a través de la humanidad”.
Nacimiento y muerte forman parte de la vida, de tal modo que todo ser vivo sabe consciente o inconscientemente que algún día habrá de morir. Sin embargo, el no conocer si sea el fin definitivo o algo desconocido les espera después de este momento, les causa angustia y ansiedad. Sin embargo, las personas que practican la meditación y han alcanzado un estado profundo de introspección, saben por experiencia propia, que existe una parte inmaterial en nosotros mismos, y es ahí donde se rescatan las experiencias de nuestra vida. Pero no es exactamente lo experiencia que obtuvimos como mecánicos, ingenieros u otra cosa, sino más bien como y porque actuamos, sentimos y pensamos como lo hacemos. Nosotros somos el sujeto y el objeto de la observación, y cuando meditamos disminuyendo el trabajo de nuestra mente consciente y nuestra parte emocional permaneciendo solamente en estado receptivo profundo, descubrimos algo intangible, abstracto o espiritual en nuestro interior que en ocasiones se percibe como algo supra físico. Después de todo, el creador se refleja en su obra, pero permanece separado al mismo tiempo. El creador conserva subjetivamente en su mente su obra, perfeccionándola y al mismo tiempo, perfeccionándose él mismo… Y cuando de por terminada su creación, su proyecto o idea anterior dará origen o participara de una nueva creación.
La Masonería Escocesa expresa lo anterior en diferente forma, en la liturgia del Gr. 18 Caballero Rosacruz, menciona la existencia de una iniciación trascendental que no puede ser otorgada por ningún ser humano, y solo se alcanza por vos mismo en el silencioso santuario de vuestro fuero interno. (3)
Es cuanto mi opinión, pensar y sentir.
“El secreto es inviolable por su propia naturaleza, y se conserva hoy tan puro como cuando se encontraba en los templos de India, de la Samotracia, del Egipto y de la Grecia” (8).
“La vedad absoluta no existe, solo la interpretación” (6).
Fraternalmente.
Lázaharo Hael,’,
Nota:
Palabras, símbolos y alegorías, no son verdades por sí mismas, solo señalan hacia ellas.
El presente, son reflexiones y meditaciones personales. No representan necesariamente la opinión de la orden.
No escribo para todos, sin embargo, todos son invitados a leer.
Culiacán, Sinaloa. México. Miércoles 19 de octubre del 2016.
Bibliografía:
(1).- Tarot.- Isabel Fernández.
(2).- Epicuro.- Filósofo Griego (341-270 a.C.)
(3).- Liturgia Caballero Rosacruz Gr. 18. .- Masonería Escocesa.
(4).- El Libro de los Secretos.- Deepak Chopra.
(5).- Astrología y Kabbalah.- Z’ev Ben Shimon Halevi.
(6).- Friedrich Nietzsche.
(7).- Luz primordial.- En Ocultismo, es la luz que nace en y a través de las preternaturales tinieblas del Caos, que contiene “el todo en todo”.- La Doctrina Secreta (Vol 1. Cosmogénesis), y glosario teosófico de Helena P. Blavatsky.
(8).- Liturgia Aprendiz de Mason.- Masonería Escocesa.
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