viernes, 10 de marzo de 2017
El segundo Grado de la Masonería Egipcia
El segundo Grado de la Masonería Egipcia
El valor de reconciliarse con la vida
Cuando el Aprendiz deja atrás algunas de las taras que la sociedad Profana le había transmitido, empieza a comprender el valor de recapitular en su mente y en sus emociones el sentido Iniciático de la Masonería de Egipto. Una cosa es leer y entender de forma intelectual, y otra muy distinta es tener la vivencia directa de lo que los Maestros del Pasado han indicado que es necesario experimentar.
Puede comprender que ha emprendido un viaje real hacia la transformación de su vida interior descrita por los grandes maestros como “la muerte mística” o de la humana personalidad.
Es necesario decir que es un proceso que puede durar bastante tiempo (inconcluso en la mayoría de quienes lo emprenden), que es un objetivo muy relativo o indeterminado pero que reporta con toda seguridad avances parciales que pueden ser lentos o rápidos dependiendo de muchas circunstancias. Pero siempre hemos dicho que el Iniciado verdadero logrará su cometido en virtud de la constancia y el empeño por interiorizar para asumir lo que las enseñanzas del Rito Antiguo y Primitivo de Menfis – Mizraim le entregan.
El Compañero Masón ya ha elegido tomar el camino de la Verdad en cierta bifurcación que la vida masónica, espiritual y mística le había planteado para elegir y descubrir que el paso hacia las nuevas dimensiones que desea conocer empieza con el amor que nace en la columna de fuego que abraza a los Adeptos de Menfis – Mizraim desde su propio ser. El compañero debe danzar en medio de ese fuego sagrado, el que no tiene para nada que ver con los métodos presuntamente Iniciáticos de los tántricos (peligrosos por el fanatismo y problemas en la salud, además de ser muy frustrantes para muchas personas).
Ha superado duras pruebas que los elementos le han puesto en su marcha, pero aún tiene grandes tareas para realizar y una enorme cantidad de asuntos para resolver en su vida interior. La espiritualidad se asoma, pero es dulce y amarga al mismo tiempo. Dulce porque la luz que emana la vida espiritualidad empieza a mostrar sus primeros rayos, pero amarga porque es necesario dejar aún demasiados laberintos mentales, costumbres y apegos con que la vida profana lo ha estigmatizado.
Sin embargo, el Compañero que persiste logra superarlo todo para sostener con firmeza su decisión de hallar en su propio corazón la fuerza necesaria para enfrentar el Trabajo que le espera.
A continuación lo que ocurre es que el Masón Egipcio de Segundo Grado debe caminar hacia el amor divino, hacia el encuentro del Maestro interno y obtener de él la verdadera guía en su viaje hacia el infinito.
http://www.fenixnews.com/2017/03/07/el-segundo-grado-de-la-masoneria-egipcia/
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