lunes, 12 de octubre de 2009

LA BUSQUEDA HACIA EL INTERIOR DE NUESTRO SER


BÙSQUEDA HACIA EL INTERIOR
DE NUESTRO SER
De: Solaris

La Iniciación Masónica provoca un proceso de búsqueda hacia el Interior de Nuestro Ser.
La Iniciación Masónica es un complejo proceso que conduce al individuo para alcanzar y en su caso traspasar su propio centro, hasta remontar, en un largo viaje para el encuentro del ser creado, con el Ser Increado que habita dentro de cada uno de nosotros. Este mítico viaje hacia donde se funden lo conocido con lo desconocido y donde acaba desapareciendo toda dualidad, esto ha fascinado a los masones de todas las épocas. Hoy, algunos masones aún se atreven a llevar a cabo en sí mismos este proceso de iniciación, para así culminar lo con éxito.
Las Liturgias masónicas de los tres primeros grados, son las
únicos manuales que aportan numerosas claves para emprender este portentoso viaje iniciático.
El ser humano sumergido en el mundo profano, habiendo gustado de su sabor y embrutecidos por su atmósfera ilusoria y engañosa ha caído en un profundo sueño psicológico. Hemos olvidado así nuestro origen divino y nuestro algo inmortal. De pronto recibimos una llamada que nos saca de nuestra rutina habitual y algo nos hace presa de una profunda nostalgia. La iniciación nos trae recuerdos que nos estimulan a seguir adelante, los sonidos adquieren el tono de una antigua canción, la luz que vemos cuando nos quitan la venda de los ojos se torna dorada, de repente, siente la llamada de un lugar lejano, ignorado, pero que influye familiar y nos sentimos extranjeros en este mundo profano, nos hacemos conscientes de que ésta no es nuestra patria. Todavía no sabemos de dónde somos, ni menos que poseemos una Alma Inmortal con linaje Divino, pero dos fuerzas implacables luchan dentro de nosotros, una que nos llama a volver al
mundo profano y otra que nos abre las puertas del Reino de la Gran Luz.
Es cuando la Iniciación Masónica se convierte en un Drama para el Iniciado Masón. La decisión puede llevarle horas, días, meses años. O tal vez desista dejando a un lado la Iniciación para siempre. Pero cuando el masón haya respondido a la llamada, un recuerdo penetrará una y otra vez más en su alma, hasta que ponga en marcha el proceso de transmutación. La Iniciación por decirlo así va madurando gastándose poco a poco. Su entorno comienza a cambiar, antiguos conocidos desaparecen de su círculo y nuevas personas aparecen. Todo parece sonreír, surgen ideas, libros, información por Internet, cursos, conferencias, encuentros con personas que nos abren a nuevos e insospechados mundos alternativos, las casualidades se multiplican y, así sin darse cuenta nos convertimos en seres diferentes, hemos activado algo en nosotros, hemos iniciado el camino masónico, un camino que nos convertirá en Seres Luz. Comenzamos la búsqueda frenética de nosotros mismos, pero de lo que realmente somos, no de lo que nos han contado. Ahora hay pistas, mapas, compañeros de búsqueda, guías. El camino masónico discurre en que hemos encontrado al fin el camino deseado, ahora todo tiene sentido y orden.
Los viejos demonios están bajo control, los antiguos esfuerzos dan fruto casi de inmediato y sin esfuerzos, todo marcha bien en nosotros y en nuestro entorno, porque ahora somos dueños de nosotros mismos y de nuestro propio destino. Nuevos conocimientos brotan de todas partes, la
intuición comienza a despertar , la conciencia se expande, nuevas y mejores capacidades se manifiestan, los sentimientos de amor universal y solidaridad se hacen más intensos y surge la necesidad de ponerse al servicio de los demás.
Cuando la decisión de ser masón es firme, cuando se sirve
desinteresadamente a la Orden Masónica, es cuando hace la aparición todo lo que es necesario para llegar a cumplir con nuestro destino aquí en este Planeta, que es ser Luz para el Mundo.




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