martes, 2 de febrero de 2010

ETICA Y MORAL



A L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.
V:.M:.Ipatia –
QQ.:HH.: en vuestros grados y calidades

ÉTICA Y MORAL

Investigando en la palabra ética, se encuentran bastantes aplicaciones a este término, teniendo por sí misma su definición, sin embargo para nuestra Institución el término de ética Humanista me parece bastante acertada, en contraste con la ética autoritaria, basándose ésta en el principio de que sólo el hombre, por sí mismo, puede determinar el criterio sobre virtud y pecado, y no una autoridad que lo trascienda.

¿Es importante la ética?

Sí, vale la pena decir que la ética es importante en grado sumo porque somos inteligentes y no nos gobierna el instinto ni la sensibilidad, porque somos libres y estamos obligados a elegir, pero no estamos obligados a aceptar, por eso necesitamos una brújula que nos oriente en la azarosa navegación de la vida, y porque hacemos nuestra condición de sujetos sujetando nuestros actos, llevando las riendas de nuestra conducta, porque usamos inteligencia y libertad, dos cosas que muchas veces no encajan bien.
Por lo tanto, daremos un paso más al identificar a la conciencia como el instrumento ético, que se encarga de señalar el rumbo de distinguir el bien y el mal.
Porque la ley de la selva sólo es buena para la selva, porque necesitamos vivir en sociedad, porque el mal esclaviza y necesitamos ser felices. Entonces vamos entendiendo para qué la ética, para vivir como lo que somos: hermanos, para que no seamos lobo de lobos, para que la sociedad no envenene al inocente, porque el trabajo de Humanista debe ir unido a nuestra propia evolución, ya que el arte de la ética es el arte de construir también nuestra propia vida.

No vivimos aislados sino en convivencia con nuestras acciones éticas, con las cuales construimos una sociedad más Fraterna, Igualitaria y Libre, con nuestra falta de ética la perjudicaríamos.
Por definición, la ética busca el bien, y el bien se logra cuando se conoce y se respeta la verdad. Y entre la multiplicidad de verdades, la verdad sobre el propio hombre, la más depurada sabiduría griega recomienda el conócete a ti mismo, y Platón afirma que no podríamos conocer qué conducta nos hace buenos si desconocemos lo que somos.
Nuestro hermano Antonio Machado escribió que de diez cabezas, nueve embisten y una piensa. Su poética exagerada esconde una advertencia: que la conducta ética puede determinarse por mayoría siempre, y cuando esa mayoría esté integrada por gente que no embiste por personas razonables que miran la realidad con respeto y sin prejuicios, funciona.
Queridos hermanos, me referiré a la ética también como una propuesta sobre virtudes, y las virtudes se pueden reducir a cuatro que proceden directamente de Platón y los Estoicos. Ellas realizan perfectamente los cuatro modos generales de obrar humanamente, la determinación práctica del bien Prudencia, su realización en la sociedad Justicia, la firmeza para defenderlo o conquistarlo Fortaleza y la moderación para no confundir con el placer Templanza.
¿Cómo sabemos que estas cuatro virtudes son las cuatro formas generales que debe adoptar toda conducta ética?
Lo sabemos porque estas cuatro líneas Maestras se han decantado en el obrar humano desde hace miles de años.

Teóricamente podemos decir también que la Ética se encarga del estudio de la moral, cabe resaltar que tiene como objeto de estudio a la moral, la cual se puede definir como un conjunto de reglas que regulan la conducta del ser humano frente a situaciones y miembros de la sociedad a la que el ser humano pertenece.
La moral, puede decirse, es básica para la vida humana, es decir, el comportamiento del ser humano se basa en reglas, que aunque no estén estipuladas conducen su vida en buscar y encontrar un estado de balance con respecto a su entorno.
El ser humano necesita de guías y pautas que modelen su comportamiento, reacciones y actitudes. La ética y la moral constituyen a la persona, no son un ingrediente extra de nuestras vidas. Emmanuel Kant, quien no olvidó la moral en sus filosofías sino que tomó la moralidad como base de ellas, partió de la moralidad para expresar su pensamiento, sensibilidad, acción, voluntad, entorno y personalidad, afirmó que el hombre se define según la filosofía con la que esté de acuerdo.
Las doctrinas de los filósofos de toda época consideraron fundamental el tratamiento de los principios morales, los cuales son los que originan los cuestionamientos más importantes de los pensadores. Sócrates pide que a la base de la moral y la política se encuentre el conocimiento.
¿A qué conocimiento se refiere? Podemos distinguir entre el saber hacer algo y el saber en qué consiste ese algo.
Para el intelectualismo moral, la perfección moral es una consecuencia de la perfección del intelecto o razón, sin embargo otros autores como Aristóteles se acercarán más al punto de vista corriente al considerar que el conocimiento no es condición suficiente para la conducta justa y buena.
El verdadero placer y la felicidad verdadera son bienes que consigue el ser humano moral, más que el inmoral, basado en una ética racional fundada en la naturaleza humana. La naturaleza humana es siempre la misma y los valores éticos son permanentes y representan normas para la conducta humana.
Sin embargo, la virtud también puede ser enseñada intelectualmente, pero no así la virtud misma que es el auténtico convencimiento íntimo.
La conducta buena no depende tanto del conocimiento como de la disciplina de la voluntad en la realización de las acciones justas. Así, desde el punto de vista de Aristóteles y en contra del intelectualismo moral, cabe concluir que seguramente para ser justo es necesario saber realizar la justicia, pero aquí esta palabra no designa un conocimiento explícito y teórico de la justicia sino la posesión de una habilidad o disposición para la realización de acciones justas.
Las contradicciones sociales, la política, la justicia, las pasiones humanas, el egoísmo del mundo, despertaban la necesidad de los filósofos de indagar sobre la naturaleza de la moral.
A Sócrates lo que más le interesaba era formar hombres de bien que fueran buenos ciudadanos. Su pensamiento se refiere a una filosofía de la moral por sobre todas las cosas y hasta su muerte es una demostración de conducta ética, manteniéndose hasta el final fiel a sus principios.
Sócrates consideró también importantes las definiciones universales porque estaba interesado particularmente en la conducta ética.
Mediante el razonamiento y a través del diálogo intentaba descubrir las verdaderas definiciones de los valores humanos, yendo de la definición menos perfecta a la más perfecta.
La ética, sin embargo, no prescribe ninguna norma o conducta, no manda ni sugiera directamente qué debemos hacer. Su cometido consiste en aclarar qué es lo moral, cómo se fundamenta racionalmente una moral y cómo se ha de aplicar ésta posteriormente a los distintos ámbitos de la vida social.
En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la utilización de un sistema moral u otro.

Queridos hermanos, nuestra Institución Masónica está también regida por valores como es la voluntad en la realización de las acciones justas. Define los valores humanos, yendo de la menos perfecta a la más perfecta.
No manda ni sugiere directamente qué debemos hacer, pero sí demanda y necesita fundamentar una ética y moral en los distintos ámbitos de la vida social. Y sigue los pasos de Sócrates, lo que más le interesa es formar hombres de bien que sean buenos ciudadanos.
Nosotros, como parte de la Institución Masónica, hemos heredado herramientas suficientes para trabajar con ética y moral, nuestra evolución y perfeccionamiento.
Tenemos que ser ya conocedores de lo que somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos, pero necesitamos, como os decía, de guías y pautas que modelen nuestro comportamiento, reacciones y actitudes, y la ética y la moral constituyen a la persona.
Nos hemos definido según la filosofía con la que estamos de acuerdo, luchemos por ella con Sabiduría, Fuerza y Amor.

Es mi palabra, V.:A.:

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