sábado, 6 de noviembre de 2010


UNIVERSI TERRARUM ORBIS ARCHITECTONIS AD GLORIAM INGENTIS.
ORIENTE DEL VALLE DE CULIACÁN, SIN. MÉXICO. 02 DE JUNIO DEL 2010 E.’. V.’.
S.’.C.’.R.’.C.’. “LEANDRO QUINTERO No. 87”
S.’.M.’. QQ.’.HH.’.
Un requisito ineludible para ingresar en la masonería

Introducción:
Un requisito ineludible para ingresar en la masonería, es creer en la existencia de un ser supremo ó Dios. Y dentro del ritual de todos los grados se eleva una pequeña oración a Dios para que dirija é inspire los trabajos de ese momento. También esta prohibido hablar de política y religión, esto tiene el propósito de no entrar en polémicas conflictivas con los diferentes credos ó tendencias que cada hermano profesa o ejerce libremente en el mundo profano.

Hablar de Dios, si esta permitido, porque Dios y religión no son una misma cosa. La Masonería esta extendida por toda la faz de la tierra, motivo por el cual la pluralidad de mentes y culturas religiosas existente entre los Masones, y las diferentes formas que tiene cada uno de ellos de dirigirse o nombrar a Dios, obligo a la masonería a dirigirse a Dios como: EL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO.

“ G.’. A.’. D.’. U.’. ”
(Reflexiones)

Todo cuanto existe para el hombre, es lo que él percibe o ha creado en su consciencia. Pudiese no existir algo en el universo, pero, si el hombre cree que existe, esta irrealidad o fantasía, será una realidad existente para el hombre. Como también pudiese existir algo en el universo, pero si el hombre no es consciente de ello, esto no existe para él.

El universo del hombre, esta limitado por lo que el hombre percibe a través de sus sentidos y lo que la consciencia interpreta de estas percepciones. De modo que lo que percibimos podría ser muy distinto a la realidad existente.

En los albores de la humanidad, el hombre lleno de temor, percibió el poder de las fuerzas de la naturaleza, y su consciencia se pobló de un mundo mágico de Dioses y Demonios que estaban detrás de los fenómenos naturales… Estos recuerdos ancestrales aun perduran como reminiscencias arquetípicas en el subconsciente de la consciencia colectiva y racial de los pueblos.

El hombre sobrevive y evoluciona por sus ideales, anhelos y sueños a realizar, el hombre es un ser imperfecto, de mente relativa y finita, más sin embargo él tiene un ideal de perfección absoluta e infinita, Dios, él es el ideal más alto que el hombre percibe de si mismo a alcanzar, Dios es el superhombre a ser, quizás por ello, cuando Moisés le cuestiona sobre su nombre, Dios responde: “Yo soy lo que soy” o “Yo soy lo que seré”.

El hombre desea alcanzar el “Cielo” y ser uno con Dios después de su propia muerte física, pero niega a la vez su propia divinidad como hijo de Dios. Ha la vez que degrada al Dios mismo al separarlo de su vida y destino final, olvidando que Dios es el todo… incluyendo al Hombre mismo.

El hombre con su imperfección, finitud y mente relativa, solo puede ver en Dios los atributos del hombre mismo, porque no es posible que lo imperfecto, finito y relativo, perciba lo perfecto, infinito y absoluto de Dios.

El hombre ante la imposibilidad de percibir la grandeza de Dios, ha creado incontables Dioses a travez de la historia, estos son sus propios ideales de perfección ha alcanzar en él mismo, y en su andar evolutivo por la vida, ha alcanzado estos ideales, provocando la muerte y nacimiento de nuevos Dioses, con atributos más altos y profundos de perfección a alcanzar… Para que su Dios no muera, debe evolucionar en la misma medida que el hombre, para que como ideal o anhelo ha alcanzar, permanezca siempre adelante del hombre… ¿De donde saca el hombre a sus Dioses? De donde siempre lo ha hecho, de los arcones del inconsciente colectivo, donde dormitan en forma arquetípica en espera de ser llamados y revestidos con los atuendos de los tiempos actuales.

¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el espíritu de Dios mora en vosotros? 1 Co.3:16 San Pablo es uno de los que escriben en la Biblia con gran profundidad. Algunas personas al orar voltean su rostro hacia el cielo, o dirigen su vista hacia una imagen, San Pablo tiene razón, el hombre ha de buscar a Dios dentro de él mismo, el sendero hacia Dios es interior, es ahí donde mora la chispa divina que emano del Padre, pero el hombre a vivido tanto tiempo luchando en este mundo material, que se ha olvidado de su propia espiritualidad, y busca a Dios fuera de él, como ir al supermercado, a la escuela, al trabajo, etc… Todo lo busca fuera de él, sin comprender que él es el inicio de toda verdad.

Las personas deben proyectar su Dios, al concepto cósmico, sosteniendo la vida en planetas, manteniendo encendidas las luminarias del cosmos, la armonía de las galaxias y la existencia del universo entero. ¿Cómo se llamaría Dios en una humanidad de una lejana galaxia y un pequeño planeta? ¿Cómo seria su forma? ¿Cómo seria la religión que le rindiera culto?... ¿Porque peleamos contra hermanos por tener un Dios con nombre diferente al nuestro? ¿Dios necesita que luchen por él o es la ambición de unos y la ignorancia de otros, lo que impulsa al hombre ha matar en su nombre?

A Dios le han llamado de diferentes formas y le han personificado en forma humana y hasta en forma de animal. Dios es el todo, y cualquier nombre o forma que tuviese Dios lo individualizaría separándolo del resto del universo.

El hombre es el inicio y final de todo cuanto existe para él mismo, y no puede percibir más allá de sus sentidos y consciencia, por ello para percibir a Dios, solo lo puede hacer a travez de sus propias creaciones, sus propios Dioses.

El hombre necesita libertad para buscar a Dios. Liberarse de sofismas, paradigmas, anatemas, supersticiones y temores. Algunos líderes espirituales nos han llenado de miedo con el pecado o la posibilidad de ofender a Dios, En realidad Dios esta infinitamente más arriba del hombre que seria muy difícil o imposible ofenderle. Busquemos a Dios con nuestras posibilidades y recursos, no caigamos en la indolencia ni nos conformemos con las palabras de guías espirituales, que con sus palabras melosas o atemorizantes te sacan muy buen dinero, además “algunos” de ellos, están más lejos de Dios, que tú mismo.

“Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tu formaste, Digo: ¿Que es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que le visites? Le has hecho poco menor que los Ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies. ¡Oh Jehová, señor nuestro, Cuan grande es tu nombre en toda la tierra!” Sal. 8:1-9

“Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos del altísimo; pero como hombres moriréis, Y como cualquiera de los príncipes caeréis. Levántate. Oh Dios, juzga la tierra; Porque tú heredaras todas las naciones” Sal. 82:1-8.

“Hombre conócete a ti mismo, así algún día conocerás al universo y a sus Dioses”

José David Belmontes Beltrán.
Soberano Príncipe Rosa Cruz 18°


Bibliografía:
La Biblia.- Reina-Valera.

Glosario:
Arquetipo.- Formas primordiales que sobreviven en las conciencias colectivas, elementos estructurales numinosos de la psique y poseen cierta autonomía y energía especifica en virtud de lo cual pueden atraerse los contenidos de la conciencia que les de convenga (diccionario símbolos - J Eduardo Cirlot).

La teología negativa también llamada teología apofática (del griego ἀποφάναι que significa "decir no", "negar"), es una vía teológica que se aparta de todo conocimiento positivo de la naturaleza o esencia de Dios; de acuerdo a la teología negativa, para el intelecto humano sólo es posible aprender lo que Dios no es, mientras que la comprensión real de la divinidad es imposible, aun de manera fragmentaria.
Para esta vía, Dios es incognoscible e incomprensible; lo que conocemos y comprendemos nunca es lo divino, sino una entidad finita. De aquí se deduce que sólo podemos decir de Dios lo que no es: que no es un género, ni una especie, y que está más allá de todo lo que podemos conocer y concebir.
La teología negativa o vía negativa como forma de expresar lo inefable se inicia en el neoplatonismo pagano mediante Plotino y la la filosofía patrística cristiana con Clemente de Alejandría (siglo III), continúa en la obra de San Agustín (siglo V) y, sobre todo, en los escritos del Pseudo Dionisio (siglo V).
En palabras del Pseudo Dionisio, cuando la mente ha desnudado su idea de Dios de los modos humanos de pensamiento, penetra en la "oscuridad del no-saber", en la cual "renuncia a toda aprehensión del entendimiento y se entrega a lo que es totalmente intangible e invisible... unida a Aquel que es totalmente incognoscible." (Teología Mística, 1).
Escoto Eriúgena (Neoplatónico cristiano traductor de las obras de Dionisio) incluso ha llegado a proponer una ontología negativa ya que no sólo Dios es incognoscible, sino también las esencias de las cosas (que, en cierto sentido en palabras de Escoto Eriúgena, terminan siendo parte de Dios - en tanto causa).
Dios.- El concepto teológico, filosófico y antropológico de Dios hace referencia a una suprema deidad.
Dios es el nombre que se le da en español a un ser único omnipotente y personal en religiones teístas y deístas (y otros sistemas de creencias) quien es: o bien la única deidad, en el monoteísmo, o la deidad principal, en el politeísmo.1
Dios también puede significar un ser supremo no personal como en el panteísmo, y en algunas concepciones es una mera idea o razonamiento sin ninguna realidad subsistente fuera de la mente, como en los sistemas materialistas.
A menudo Dios es concebido como el creador sobrenatural y supervisor del universo. Los teólogos han adscrito una variedad de atributos a las numerosas concepciones diferentes de Dios. Entre estos, los más comunes son omnisciencia, omnipotencia, omnipresencia, omnibenevolencia (perfecta bondad), simplicidad divina, y existencia eterna y necesaria. Dios también ha sido concebido como de naturaleza incorpórea, un ser personal, la fuente de toda obligación moral, y el "mayor ser concebible con existencia".1 Estos atributos fueron sustentados en diferentes grados por los primitivos filósofos-teólogos judíos, cristianos y musulmanes, incluidos Maimónides,2 San Agustín,2 y Al-Ghazali,3 respectivamente. Muchos destacados filósofos medievales y filósofos modernos desarrollaron argumentos a favor de la existencia de Dios.3 En forma análoga numerosos filósofos e intelectuales de renombre han desarrollado argumentos en contra de la existencia de Dios.
Anatema (del latín anathema, y éste del griego Ανάθεμα) significa etimológicamente ofrenda, pero su uso principal equivale al de maldición, en el sentido de condena a ser apartado o separado, cortado como se amputa un miembro, de una comunidad de creyentes.
Era una sentencia mediante la cual se expulsaba a un hereje del seno de la sociedad religiosa; era pena aún más grave que la excomunión. Su significado originalmente procede del griego, como una "ofrenda" a los dioses; posteriormente vino a significar:
• Estar formalmente separado,
• desterrado, exiliado, incomunicado o
• innominado, a veces malinterpretado con el significado de maldito.





CONSTITUCIÓN DE ANDERSON

I.- LO QUE SE REFIERE A DIOS Y A LA RELIGIÓN

El Masón está obligado, por vocación, a practicar la moral y si comprende sus deberes, nunca se convertirá en un estúpido ateo, ni en un hombre inmoral. Aún cuando en los tiempos antiguos los masones estaban obligados a practicar la religión que se observaba en los países donde habitaban, hoy se ha creído más oportuno, no imponerle otra religión que aquella en que todos los hombres están de acuerdo, y dejarles completa libertad respecto a sus opiniones personales. Esta religión consiste en ser hombre buenos y leales, es decir, hombres de honor y de probidad, cualquiera que sea la diferencia de sus nombres o de sus convicciones. De este modo la Masonería se convertirá en un centro de unidad y es el medio de establecer relaciones amistosas entre gentes que, fuera de ella, hubieran permanecido separados entre sí.


II.- DE LA AUTORIDAD CIVIL, SUPERIOR E INFERIOR

El masón, debe ser una persona tranquila, sometida a las leyes del país donde esté establecido y no debe tomar parte ni dejarse arrastrar en los motines o conspiraciones fraguadas contra la paz y contra la prosperidad del pueblo, ni mostrarse rebelde a la autoridad inferior, porque la guerra, la efusión de la sangre y los trastornos, han sido siempre funestos para la Masonería. Así es que en la antigüedad, los reyes y los príncipes se mostraron muy bien dispuestos para con la sociedad, por la sumisión y la fidelidad de que los masones dieron constantemente pruebas en el cumplimiento de sus deberes de ciudadano y en su firmeza para oponer su conducta digna a las calumnias y acusaciones de sus adversarios; esos mismos reyes y príncipes no se desdeñaron de proteger a los miembros de la corporación y de defender el honor de la misma que siempre prosperó en los tiempos de paz. Siguiendo esas doctrinas, si algún hermano se convertía en perturbador del orden público, ninguno debía ayudarle en la realización de sus propósitos y por el contrario, debía ser comparecido como un ser desgraciado. Pero por este sólo hecho y aún cuando la cofradía condenase su rebelión para evitarse el dar al gobierno motivo alguno de sospecha o de descontento, siempre que el rebelde no pudiese ser censurado de otro crimen, no podía ser excluido de la Logia, permaneciendo inviolables sus relaciones con ésta Logia y los derechos de que como masón gozaba.


III.-DE LAS LOGIAS

La logia es el lugar donde los masones se reúnen para trabajar, y por extensión se da este nombre a toda asamblea de masones constituida; todos los hermanos deben formar parte de una logia y someterse a sus reglamentos particulares y a las ordenanzas generales. Las Logias son particulares o Generales y el mejor medio de distinguirlas en estos dos distintos caracteres es visitarles y estudiar los actuales reglamentos de las Logias Generales o Grandes Logias. Antiguamente los maestros y los miembros de éstas Logias, no podían ausentarse, ni dejar de asistir a sus sesiones, cuando eran invitados, sin incurrir en un castigo severo, a menos que hicieren conocer a los maestros y a los inspectores, las causas que les habían impedido cumplir con este deber. Las personas que querían ser admitidas en calidad de miembros de las Logias, debían ser hombres buenos y leales, libres de nacimiento, de edad madura y razonable y de buena reputación; estaba prohibido admitir en la Masonería, esclavos, mujeres y hombres inmorales, cuya conducta fuera motivo de escándalo.


IV.- DE LOS MAESTROS, INSPECTORES, COMPAÑEROS Y APRENDICES

Entre los Masones, las preferencias no pueden fundarse exclusivamente, en el verdadero mérito personal, se debe cuidar con especial atención de que los propietarios que disponen las construcciones, serán servidos a su completa satisfacción; debe procurarse que los hermanos no tengan porque avergonzarse de sus obras de que la Real Asociación, no pierda la consideración de que goza. Por esta razón, los maestros e inspectores deben ser elegidos teniendo en cuenta más que su edad, sus méritos personales. Es imposible tratar todas estas cosas por escrito. Cada hermano debe estar en su lugar y aprender éstos principios según el método adoptado en cada cofradía; debe, sin embargo, tenerse en cuenta por los aspirantes que ningún maestro puede aceptar un aprendiz, si este no le presenta suficientes obras, si no es un joven perfecto, sin deformidad física alguna y sin defecto que le haga incapaz de instruirse en su arte, de servir a su maestro y de llegar a ser a su vez un hermano y maestro, cuando haya transcurrido el tiempo de su aprendizaje. Debe ser también, hijo de padres honrados, para que si posee otras cualidades, pueda llegar a obtener el puesto de inspector, de maestro de una Logia, de Gran Inspector y de Gran Maestro de todas las Logias, según su mérito y virtudes. Los Inspectores han de ser miembros de la corporación y los maestros han debido desempeñar antes el cargo de Inspector. Los Grandes Inspectores han de haber sido maestro de Logia, y en fin, para ocupar el puesto de Gran Maestro ha de poseerse el carácter perfecto de Masón. El Gran Maestro debe ser noble de nacimiento, o bien ocupar una posición excepcional, de una educación perfecta, o bien un sabio distinguido, un arquitecto hábil, un hábil hijo de padres honrados, y además, las Logias deben reconocer en él un mérito real, y para que pueda llenar los deberes de su cargo de un modo más perfecto, se le autoriza para designar y nombrar un diputado que debe ser o haber sido maestro de una Logia Particular; el Diputado Gran Maestro, tiene el deber de realizar todos los actos que son de la competencia del Gran Maestro, su superior, en las ausencias de éste o por su delegado. Todos los hermanos están obligados a prestar obediencia a todas estas ordenanzas y a todos los gobernantes superiores y subalternos de la Antigua Logia, en sus diversos empleos, con arreglo a las antiguas leyes y reglamentos, y ejecutar las órdenes con respeto, afecto y actividad.


V.- DEL REGLAMENTO DE LA CORPORACIÓN DURANTE EL TRABAJO

Durante los días laborables, todos los masones deben trabajar lealmente, para que puedan disfrutar mejor del día de fiesta; el compañero de más conocimientos y experiencia, debe ser elegido en calidad de maestro o superintendente de los trabajos de construcción dispuestos por el propietario, y los que trabajan bajo sus órdenes deben llamarle maestro. Los Compañeros deben evitar toda inconveniencia deshonesta y el darse nombres poco decentes, se titularán mutuamente Hermanos o Compañeros y conducirse cortésmente, tanto dentro como fuera de la Logia. El Maestro, debe emprender los trabajos del propietario en las condiciones más justas y equitativas, y emplear lo que a éste pertenezca, como si se tratase de sus propios bienes; y no dar a cada aprendiz o compañero más salario que el que realmente merezca. Maestros y masones, todos deben ser fieles al propietario que los ocupe y les paga religiosamente su salario, y ejecutar sus trabajos a conciencia, bien trabajes o jornal o a destajo. Ningún hermano debe mostrarse celoso de la prosperidad de otro, ni atormentarlo o procurar separarlo de su trabajo cuando es capaz de ejecutarlo, porque ninguno puede terminar un trabajo empezado por otro en condiciones tan ventajosas como el que lo empezó, a no poseer un conocimiento profundo de los planos y dibujos de la construcción. Si un Inspector de los trabajos, se elige entre los compañeros, debe ser fiel al maestro y a los compañeros; en ausencia del maestro, velará cuidadosamente, en interés del propietario, por la buena ejecución de los trabajos, y sus hermanos deben obedecerle. Todos los masones recibirán su salario con reconocimiento, sin murmuraciones ni observaciones y no abandonarán a su maestro hasta que la obra termine. Debe enseñarse la obra a los hermanos jóvenes, para que aprendan a emplear bien los materiales y para que por medio de esta fraternal enseñanza se consolide entre ellos la más estrecha amistad; todos los útiles empleados para los trabajos, deben ser aprobados por la Gran Logia. En los trabajos exclusivos de la Masonería, no debe emplearse ningún jornalero y los mismos maestros, no deben trabajar sino con sus compañeros, a no ser que a ello obligue una apremiante necesidad; tampoco podrán comunicarse sus enseñanzas a los obreros que no pertenezcan a la sociedad.


VI.- DE LA CONDUCTA En la Logia Organizada:

No se debe instruir comisión particular alguna, ni entablar negociación sin haber obtenido la autorización del maestro; no debe tratarse ninguna cuestión inoportuna o inconveniente; ni interrumpir la palabra del maestro o de los inspectores o de cualquier hermano que sostenga diálogo con el maestro. Tampoco deben emplearse frases jocosas mientras la Logia se ocupe de asuntos serios, ni usar en caso alguno lenguaje poco honesto, y en todas las ocasiones sebe darse al maestro, a los inspectores y compañeros, el término del respeto que merecen, y que todos les deben. Si se presenta una queja contra un hermano, el culpable debe someterse al juicio y a la decisión de la Logia, que es el tribunal real, a menos que corresponda su conocimiento a la Gran Logia. En tales casos debe cuidarse de que no interrumpan por estas causas los trabajos del propietario, y si llegase a ocurrir una suspensión forzosa, debe tomarse una decisión con arreglo a las circunstancias. Tampoco debe recurrirse a los tribunales de justicia para ventilar asuntos de la Masonería, a no ser que la Gran Logia reconozca y declare ser de indispensable necesidad.


Conducta que debe observarse cuando la Logia este cerrada, pero estando aún reunidos los hermanos:

Los hermanos pueden dedicarse a placeres inocentes, y regulares, mutuamente según los medios de cada cual, pero procurando evitar los excesos de todo género, sobre todo en la mesa. también deben abstenerse de decir y de hacer cosa alguna que pudiere herir o romper la buena armonía que entre todos debe reinar siempre; por ésta razón, no deben llevarse a éstas reuniones, odios privados sin motivo alguno de discordia y sobre todo, deben evitarse en absoluto las discusiones sobre religión y política, sobre nacionalidad, puesto que los masones, como antes hemos dicho, no profesan otra religión que la universal, y que pertenecen a todos los pueblos, a todas las lenguas, y son enemigos de toda empresa contra el gobierno constituido; la falta de observancia de éstos preceptos, han sido y serán siempre funestos para la prosperidad de las Logias. En todo tiempo, la observancia de éste artículo del reglamento, se ha impuesto con gran severidad, y más especialmente después de la reforma de la Iglesia anglicana, cuando l pueblo inglés se retiró y separó de la comunidad de la Iglesia Romana.


Reglas de conducta, cuando los hermanos se encuentran fuera de la Logia y sin la presencia de extraños:

Deben saludarse amistosamente, y según está dispuesto, darse el nombre de hermanos, comunicarse recíprocamente las noticias que puedan serles útiles, teniendo cuidado de no ser observados ni oídos; deben evitar toda pretensión de elevarse sobre los demás, y dar a cada uno la manifestación de respeto que se otorgarían a cualquiera que no fuese masón; porque aún cuando todos los masones en calidad de hermanos están en la misma altura, la Masonería no despoja a nadie de los honores de que goza antes de ser masón, antes por el contrario, aumenta éstos honores, principalmente cuando se ha merecido por el bien de la cofradía, que debe honrar a aquellos que son acreedores, y anatematizar las malas costumbres.


Conducta que debe observarse delante de los que no son masones:

Deben los masones ser circunspectos en las palabras y sus obras, a fin de que los extraños, aún los más observadores, no puedan descubrir los que no es oportuno que aprendan; algunas veces debe aprovecharse el giro que toma la conversación, para hacer recaer ésta en la cofradía, y hacer con tal motivo su elogio.
Reglas de conducta que deben observarse por los masones en su propia casa y entre sus vecinos.

Los masones deben conducirse como conviene a un hombre prudente y moral, y no ocuparse de los asuntos de la logia con la familia, con los vecinos, con los amigos; y no perder de vista, en ningún caso, que el honor propio y el de la cofradía están unidos; esto, por razones que no podemos exponer aquí, no debe descuidarse los propios intereses, permaneciendo ausente de su casa después de las horas de la logia; evítense igualmente la embriaguez y las malas costumbres, para que no se vean abandonadas las propias familias, ni privadas de aquello que tienen derecho a esperar de los masones, y para que éstos no se vean imposibilitados para el trabajo.

Conducta que debe observarse con un hermano extranjero.
Es preciso preguntarle con precaución y del modo que la prudencia os aconseje, a fin de evitar el que, bajo falsas apariencias, seáis engañados, rechazadle con desprecio y tened cuidado de no hacer ningún signo de reconocimiento. Pero si descubrís que es un verdadero hermano, debéis tratarlo como tal, y si tiene necesidad, debéis procurarle socorro o indicarle los medios de obtener esos socorros. Debe procurársele algunos días de trabajo, para que pueda instalarse; de todos modos no estáis obligados a hacer por él más de lo que vuestros recursos os permitan, debiendo tan sólo preferir a un hermano pobre que sea un hombre honrado, a otra cualquiera persona que se encuentre en iguales condiciones.

En fin, debéis conformaros a todas estas prescripciones, así como a cuantas se os comuniquen por otro conducto; debéis practicar la caridad fraternal, que es la piedra fundamental la llave, el cimiento y la gloria de nuestra cofradía; debéis evitar toda querelle, toda discordia, todo propósito calumnioso, toda maledicencia; no permitir que en vuestra presencia se ataque la reputación de un hermano respetable, en tal caso defenderlo para prestarle este servicio en tanto que lo permitan vuestro honor y vuestros intereses; y si algún hermano os perjudica se cualquier modo, debéis llevar vuestra queja a vuestra logia o a la de dicho hermano, apelando si es preciso a la Gran Logia en la asamblea trimestral, y en último término a la asamblea anual, según la buena y antigua costumbre observada por nuestros antepasados en todos los países. No debéis intentar proceso alguno, a menos que el caso no pueda resolverse de otra forma, y debéis acoger con deferencia los consejos amistosos del maestro y de vuestros compañeros, si tratan de evitaros que comparezcáis en juicio delante de extraños; en todo caso, debéis procurar presentar todos los medios para facilitar la acción de la justicia, a fin de que podáis ocuparos con toda tranquilidad de los asuntos de la cofradía. En cuanto a los hermanos y compañeros que tengan entre sí algunas diferencias, los maestros y los hermanos pedirán consejo a los hermanos que conozcan el derecho, para proponer un arreglo amistoso, que las partes en litigio aceptarán con reconocimiento. Si éstos medios produjesen resalto, se aceptará sin demora el entrar en el pleito; pero reprimiendo toda animosidad, toda cólera, absteniéndose de hacer o de decir cosa alguna que pueda lastimar la caridad fraternal o interrumpir la reciprocidad de las buenas relaciones, con objeto de que todos sientan la influencia bienhechora de la Masonería. De este modo han obrado siempre, desde el principio del mundo, todos los buenos y fieles masones y así obrarán los que nos sucedan en lo porvenir.

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