Juridiccionada a la MRGLM “Lázaro Cárdenas”
V:.M:. Pablo Manuel Ramos Vallejo; QQ:.HH:. Todos
¿Se ha perdido la palabra?
En tiempos de crisis, como la que vivimos ahora, tiempos de discordia, recelo, encono, enfrentamiento de unos y otros, sin saber quién es quien desde la mirada ajena a la partidista. Lo que sí sabemos es que la obscuridad nos invade, así como la desesperación de ver un caos, donde sólo nos anima una posible luz de esperanza; y en medio de esta confusión, sólo hay palabras para mostrar nuestra impotencia y para reclamar justicia, la que por cierto no se asoma, parece que se niega a estar presente en esta confusión, mezclada de temor y malestar. Similares tiempos a los que vivió el que este día nació, solo que en 1885: el I:.P:.H:. Lázaro Cárdenas del Río.
¿Será que esa palabra está perdida?, como está perdido el método de aplicación, no podía ser de otra manera; pero hay que seguir nombrándola hasta encontrarla para que nos ayude a lograr el equilibrio de la razón. Quizá el grito la haga despertar, por si acaso está dormido quien la tiene atrapada en la bolsa del silenciamiento. O tal vez murió y quien sabe de ello no nos lo quiera comunicar, hasta después de pasar el tiempo de luto, no se sabe, sólo sabemos que necesitamos de ella, que ha desaparecido desde algunas lunas y su presencia es urgente.
Pero como no va a ser urgente, si se pasea sin recato alguno la ignorancia acompañada de la violencia, la ignominia y la barbarie, juntas recorren los escenarios de inocencia, estacionándose donde se les pega la gana, acariciando y seduciendo a los jóvenes y pervirtiéndolos con su lenguaje prosaico y con doble interés atrapan a los necesitados de amor, comprensión, comunicación y de esperanza; les encadenan su libertad y si acaso los dejan vivir algún tiempo breve lleno de diversión, lujos y goce, realidad sólo vista en la televisión.
La zozobra psicótica ya llegó a muchas personas, la sangre corre, la muerte prematura del guía, si el maestro, ya no está, ahora han sido suplantada su figura, su pensamiento, su sentimiento y su cuerpo, haciendo a este último un receptáculo de sustitutos, que sólo nos lleva a las mayores tinieblas. Con nuestra actitud no podemos ser centro de energía, la inquietud nos hace chocar, y ante la ausencia de la palabra sagrada, y la presencia de nuevas, solo confunden el paso de la luz de la verdad, que incluso no alcanzamos a percibir en ese viaje de oriente a occidente; que en realidad deberíamos percibir en sentido contrario. Ante esto, ¿qué necesitamos?. Entre muchas cosas, necesitamos de guías, líderes que se caractericen por hacernos reflexionar, que nos digan en donde se ha perdido la palabra, quien influyo para que desapareciera, porque la causa del caos no está aquí, aunque los políticos traten de decirnos que el problema está en estos territorios. Necesitamos al líder para que nos ayude a descifrar los lenguajes de la mentira, porque prácticamente han destruido nuestro nido cultural. Hay ausencia de palabras claves y guías honestos; se hace necesario partir el viaje de la reconstrucción con lo que tenemos, y lo que tenemos es creencia de recuperar lo perdido, creemos que hay una luz que no se extinguirá y esa esta en los hombres y mujeres buenas, aquellos que no han perdido la esperanza, que mantienen firme su razón ante el fanatismo y la superstición. Ante ello los masones necesitamos cumplir con nuestra misión, que es promover los valores humanos de respeto, tolerancia y justicia, y eso sólo se da a través de la unir palabra y hecho como dijera Francisco J. Mujica.
No solo es un asunto educativo, es más bien cultural, que nos haga entender que la ambición, los vicios y las pasiones esclavizan la mente, el cuerpo y el espíritu. Tenemos que desterrar las imágenes que transfieren embriaguez, soberbia, abnegación y vanidad, pues un ser educado en su cultura puede ser portador de la verdad sin dobleces, que es la única que puede salvar a la humanidad.
Por ello QQHH:. no sólo recibamos los grados, debemos asimilarlos y poseerlos efectivamente, en la lectura y la acción está el tesoro, ahí está la libertad anhelada, no perdamos el tiempo en indolencias, tonterías, recelos, egolatrías y disipaciones.
Recuperemos las sabias palabras del filósofo Gurdjieff, cuando señala: “Sólo puede ser llamado notable el hombre que se distingue de los que lo rodean por los recursos de su espíritu y que sabe contener las manifestaciones de su naturaleza, mostrándose al mismo tiempo justo e indulgente hacia las debilidades de los demás”.
Or:. de Morelia, Mich., a 21 de mayo de 2013 E:.V:.
M:.M:. Juan Avila Osornio
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