jueves, 5 de marzo de 2015
LOS CURAS MASONES
Sacerdotes católicos en la MasonerÍa
"LOS CURAS MASONES
Por Máximo E. Calderón - Gran Maestre (G.L.S.A.)
Al momento de la muerte del Papa Juan Pablo I, ya hacía tiempo que sonaban en Italia los nombres de muchos Cardenales, Obispos y prelados de alto rango, que habían sido relacionados con la Francmasonería.
La Logia Propaganda Due (P2), masónica en sus orígenes y luego transformada en una Logia Operativa de poder económico, había destapado una verdad conocida por pocos, escondida por muchos, desmentida por casi todos.
Pero aunque la relación institucional de la Iglesia Católica con la Masonería o con alguna Logia pseudo-masónica, era algo relativamente nuevo, a nivel individual fueron muchos los sacerdotes y frailes católicos que fueron iniciados en el llamado “arte real”, y pasaron a la historia como masones confesos y en muchos casos, paladines de la libertad.
Según se afirma en La Francmasonería, preguntas y respuestas de Touvia (Teddy) Goldstein: "El considerado objetivo y científico historiador de la Masonería, aun cuando jesuíta, José Ferrer Benimeli, que ha tenido acceso a los archivos del vaticano, ha constatado más de 2.000 nombres de sacerdotes que durante la segunda mitad del siglo XVIII pertenecieron a la Masonería.
Según este autor, en esa misma época, hubo Logias compuestas exclusivamente por sacerdotes católicos, como por ejemplo: "La Parfaite Unión", en Rennes, L´Amitié a l´Epreuve, en Narbona, y la "Loge Teresienne" en Mons.
No solo simples curas párrocos han pertenecido a la Masonería, sino altos Dignatarios, como fueron el Príncipe de la Iglesia de Lieja, Charles François de Velbruck. El cardenal de Breslau en Austria fue iniciado poco tiempo después de la primera Bula papal".
Veamos algunos de esos hombres, esos caballeros de honor que sin renunciar a su fe católica y a los hábitos religiosos, fueron también francmasones acérrimos y defensores de los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Sin pretender agotar lo que seguramente debe ser una larga lista, veamos aquí los nombres de algunos de esos curas masones.
El cura Hidalgo
Miguel Antonio Hidalgo y Costilla, fue un sacerdote y militar que se destacó en la Guerra de la Independencia de México. Intervino y dirigió los primeros movimientos independentistas, pero fue capturado el 21 de marzo de 1811, llevado prisionero a Chihuahua, en donde se los juzgó vilmente y se lo fusiló el 30 de julio de ese año.
Hombre muy culto y profundo conocedor de las ideas de la Ilustración, las puso en práctica entre sus feligreses, en su mayoría indígenas, en el intento de mejorar sus condiciones económicas y de vida.
Para ello les enseñó a cultivar viñedos, criar abejas y dirigir pequeñas industrias, lo que le valió el apoyo incondicional de sus feligreses.
Al ser atrapado luego de su última derrota, se lo acusó de Alta Traición y de varios asesinatos, a pesar de que en las revueltas, Hidalgo nunca había matado a nadie, y solo una persona había muerto por el agravamiento de heridas producidas durante una refriega
El Obispo Don Manuel Abad y Queipo excomulgó al cura Hidalgo, y luego el doctoral de la Iglesia de Durango, monseñor Francisco Fernández Valentín, se ocupó del proceso de degradación sacerdotal, que se llevó a cabo en el Hospital Real de Chihuahua.
Le rasparon con un cuchillo su cuero cabelludo hasta arrancárselo. Luego le cortaron a cuchillo las yemas de los pulgares e índices, partes consagradas en el momento de su ordenación sacerdotal. Finalmente y luego de torturarlo y humillarlo de esa forma, la Iglesia mexicana lo entregó a los españoles para que lo fusilaran.
Mario Avila González, representante en Michoacán de la Confederación de Grandes Potencias Masónicas de la República mexicana, asegura que lo que se hizo con Hidalgo, es un increíble monumento al odio y a la maldad.
Francisco Calvo
Llamativamente, la Masonería en Costa Rica fue fundada en 1865 por un sacerdote católico. El presbítero Francisco Calvo, de espíritu liberal e independentista, estaba íntimamente relacionado con los grupos de poder en su país, y logró sumar a la Francmasonería a otros sacerdotes como Carlos María Ulloa y Francisco Pacheco.
Se cree que el padre Calvo, habría sido iniciado en la Masonería peruana, en la Logia Concordia Universal del Callao, y su diploma de maestro masón, le fue extendido el 8 de Abril de 1858 por la Logia Fraternidad Universal, del Valle de Cerro de Pasco, dependiente del Gran Oriente Nacional Peruano.
Francisco Calvo fue una persona sumamente caritativa que dio ayuda y consuelo a los menesterosos y su nombre se recuerda con cariño como uno de los benefactores del Lazareto; durante muchos años fue capellán de los leprosos a quienes sirvió con verdadera piedad. En varias ocasiones, formó parte de la Junta de Caridad de San José.
Don Joaquín Bernardo Calvo, en sus "Apuntamientos Geográficos, Estadísticos e Históricos" relata que, en los días aciagos de la campaña del 56, el Dr. Andrés Sáenz, cirujano del ejército y el Capellán Dr. Francisco Calvo, "dieron ejemplo de abnegación admirable permaneciendo en Rivas, al lado de los enfermos del cólera, mientras su permanencia fue necesaria, no obstante que el ejército y también el Estado Mayor, habían regresado precipitadamente a causa de la alarmante propagación de la peste"
En junio de 1872, el Presidente Don Tomás Guardia lo llevó con él a los Estados Unidos, pero Calvo no regresó con el Presidente, sino que se dirigió a Europa, siendo recibido en España con grandes honores masónicos.
Una publicación de esa época dice: "Los miembros de la Logia "Silencio No. 42", del Or. de Barcelona, España, obsequiaron al Il. H. Francisco Calvo, Ganganelli, 33, Gran Maestro del Gr. Or. Centro Americano, con un suntuoso banquete".
Murió en San José, en el Hospital de San Juan de Dios, a los 73 años de edad, en la madrugada del día 18 de julio de 1890.
El Conde de Schaffgotsh
El Arzobispo Católico Romano de Breslau, el Conde Schaffgotsh fue masón.
La Ben.•. Leal y Cent.•. Resp.•. Log.•. Simb.•. "Mariano Arista N°2", afirma en su página web que en 1784 la Gran Logia de Austria tenía 66 Logias. Ocho de ellas estaban en Viena. Esta Gran Logia había sido constituída gracias a los esfuerzos de nadie menos que del Arzobispo Católico Romano de Breslau, el Conde Schaffgotsh.
Esto a pesar del hecho que la Iglesia Romana a través del Papa Clemente XII había condenado la Orden en 1738.
En 1738, Schaffgotsch fue ordenado sacerdote católico en Viena, con el tiempo fue nombrado canónigo en Olmütz, Halberstadt y, posteriormente, en Breslau.
Durante este tiempo se convirtió en un miembro de la organización conocida como Hermanos Masones y fue fuertemente influenciado por la filosofía e ideas de la Ilustración.
Aunque la Masonería fue condenada por el Papa Clemente XII en 1738 en la Bula En eminenti, Schaffgotsch apoyó la creación de la primera Logia Francmasónica en Viena, capital de Austria.
Bernardo Augusto Thiel
Fue un sacerdote católico alemán, que desarrolló su obispado en Costa Rica. Este Lazarista, nació en Alemania en 1850 y fue ordenado sacerdote en 1874 en París.
Sus superiores lo enviaron a Ecuador, y una vez allí, asumió en Quito las cátedras de Teología y Derecho Canónico en el Seminario mayor.
Debido a problemas de persecución religiosa en el Ecuador, tuvo que abandonar ese país y dirigirse a Costa Rica en 1878.
Fue consagrado obispo en San José por el Vicario Apostólico Monseñor Luigi Bruschetti en 1880, casi nueve años después de la muerte de su predecesor, el Obispo Llorente y Lafuente.
Thiel tuvo que luchar con enormes dificultades de corte político, pero dejó gran número de cartas pastorales y varias obras de incalculable valor para la historia de la Iglesia Católica costarricense. Él asumió personalmente la catequización de los indios de Talamanca, Chirripó y Guatuso, que constituye la página más brillante de su carrera.
En julio de 1884, y ya trabajando dentro de la Masonería, Thiel fue expulsado del territorio nacional por constituir "amenaza para el orden público".
Thiel había llevado consigo a los Jesuitas que fueron expulsados de Ecuador en 1878, y junto a ellos se metió en asuntos políticos tanto que el Presidente Fernández los expulsó a todos de Costa Rica.
El Obispo Thiel se exilió en Panamá en 1884 pero regresó a Costa Rica en 1886. Era instrumental en la organización del Partido Unión Católica del Clero de Costa Rica, que defendía los intereses de la Iglesia Católica social.
Introdujo en Costa Rica la doctrina social de la Iglesia con su carta pastoral Sobre el justo salario de los obreros y artesanos (1893). Murió en San José en 1901, a la edad de 51 años.
Ramón Ignacio Mendez
Si de un verdadero rebelde vamos a hablar, masón hasta los huesos, entonces debemos forzosamente nombrar al Presbítero Ramón Méndez, arzobispo de Caracas, varias veces expulsado de la tierra que amaba, y luchador inquebrantable por sus convicciones.
Este ciudadano de Barinas, dotado de una altísima capacidad intelectual, fue Bachiller, Licenciado y Maestro de Filosofía; Bachiller, Licenciado y Doctor en Derecho Civil; Bachiller, Licenciado y Doctor en Derecho Canónico y Bachiller en Teología.
A comienzos de 1810 se dirigió a Caracas, en donde lo sorprendieron los sucesos del 19 de Abril, donde el Capitán Emparán dimitiría luego del primer referéndum que se recuerda en Venezuela.
La provincia de Barinas se une a la revolución el 5 de mayo, y uno de los Departamentos de esa provincia (Guasdualito), eligió al Dr. Méndez como su representante al Congreso constituyente del año 1811.
Se dice que durante la sesión del 3 de julio, este vehemente sacerdote quiso tomar a golpes de puño al General Francisco de Miranda. Aparentemente Méndez no estaba de acuerdo con los métodos propuestos por Miranda, aunque finalmente iba a suscribir sin reparos al Acta de la Independencia, aunque no compartiera los métodos del precursor.
El presidente José Antonio Páez lo menciona varias veces en su autobiografía, designándolo como uno de los grandes patriotas barineses. Entre los hechos más importantes junto a Páez, se puede recordar la presencia de Méndez en el acto donde Páez reconoció a Bolívar como Jefe Supremo.
El 21 de mayo de 1826 fue nombrado Arzobispo de Caracas, con una carta expedida personalmente por el Papa León XII.
Con el tiempo Ramón Méndez comenzó a tener roces con el Gobierno, lo cual desembocó en conflictos que determinaron su destierro de Venezuela en dos oportunidades. Aun desde el exilio, el sacerdote arremetió contra la Oligarquía conservadora, retornando dos veces a su tierra hasta que en 1836 fue finalmente expulsado so pena de muerte, por haberse negado a dejar que el Gobierno posicionara a su gente entre los dirigentes católicos.
Luego de radicarse en Curazao y luego en Santa Marta, Méndez muere enfermo camino a Bogotá, el 6 de agosto de 1839.
Julián Segundo Agüero
Este sacerdote argentino, nació en Buenos Aires en 1776. Según se cuenta, luego de su ingreso a la Masonería dejó de celebrar misa y, en cuanto a religión se refiere, se dedicó solamente a la labor pastoral.
En la década de 1820 fue líder de la facción partidaria de la guerra contra el Imperio del Brasil, con la idea de recuperar la Banda Oriental para las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Agüero obtuvo el doctorado en Teología en la Universidad de Chuquisaca, y a su retorno a Buenos Aires sirvió como consejero legal en la Real Audiencia.
A la hora de los sucesos de 1810, asistió al cabildo del día 22 de mayo pero se retiró si suscribir el acta. Aún así, el 25 de mayo de 1817 declaró públicamente su oposición a España y sus ideas libertarias que coincidían con la Ilustración.
Defendió a ultranza las reformas eclesiásticas de Rivadavia, como así también sus ideas Unitarias, llegando luego de su trabajo en el Congreso de 1824, a enfrentarse duramente con Manuel Dorrego y los estancieros Federales.
Entre 1821 y 1839, fue Agüero el líder de la Logia masónica que apoyaba a Rivadavia, la cual mantenía en sus filas a aristócratas y burgueses de alcurnia, que por fijarse en sus planes a largo plazo al estilo europeo, miraban con desdén los problemas inmediatos y específicos de su pueblo.
Nunca gozó Rivadavia del apoyo popular. Los créditos para obra pública pedidos a Inglaterra, se utilizaron en la guerra contra Brasil, y el desastre financiero de las Provincias Unidas, hacía cada vez mas débil al Gobierno.
El vergonzoso acuerdo de paz firmado luego de la guerra por el ministro Manuel García, terminó de caldear los ánimos populares. El 27 de junio de 1827 debió renunciar el Presidente, quien junto a Julián Agüero (su Ministro de Gobierno) y un grupo de acólitos, huyeron en ese momento a Montevideo.
Julian Agüero organizó en 1822 la Sociedad Literaria, en donde publicó los periódicos, El Argos y La abeja argentina. Murió en Montevideo en 1851.
Fray Cayetano Rodríguez
Poeta, político y religioso argentino nacido en San Pedro, provincia de Buenos Aires, en 1761. Entró en la Orden Franciscana a los 16 años, como novicio y en 1778 profesó en el Convento de Buenos Aires. Luego en Córdoba fue ordenado sacerdote y allí dictó cátedras de teología y filosofía.
Regresó a Buenos Aires al Convento Franciscano, donde enseño teología, filosofía, hermenéutica y física. Participó en los prolegómenos de los movimientos revolucionarios de mayo de 1810. El 24 de setiembre de ese año, a instancias de Mariano Moreno, fue elegido como primer director de la Biblioteca Pública, que recién se estaba fundando, cargo que ocupó hasta 1814.
En febrero de 1811 fue elegido Ministro Provincial.
El 4 de abril de 1812 fue elegido vocal de la primera Asamblea y en 1813 participó en la Asamblea Constituyente.
En 1815 fue elegido diputado por Buenos Aires para el Congreso de Tucumán. Fue el encargado de la redacción de un diario de sesiones denominado "El Redactor del Congreso Nacional".
Enviado como delegado al Congreso de Tucumán, fue nombrado secretario y, además de registrar sus disposiciones, redactó la Declaración de la Independencia, que luego firmó; también escribió excelente poesía. Bien conocidas fueron sus odas en honor de Alvear, del cruce de los Andes, de la victoria de Chacabuco como también sus poemas patrióticos más extensos dedicados a Mariano Moreno y a José de San Martín a los que se le puso música; famoso por su elocuencia, fue elegido para hacer el panegírico en el funeral de Manuel Belgrano. También se lo reconoce por ser el primer autor del Himno Nacional Argentino.
Fray Cayetano Rodríguez defendió fervientemente los derechos de la Iglesia contra el secularismo de Rivadavia y sus reformas eclesiásticas; las discutió vigorosamente en las páginas de El Oficial del Día, creado con ese propósito, con los editores y escritores del Argos quienes defendían la posición del gobierno; cuando se promulgó la ley en 1821, se retiró de la vida pública; se dedicó a sus deberes religiosos hasta su muerte en el monasterio franciscano, en 1823.
Santiago Figueredo
Este sacerdote católico uruguayo, nació en 1781 y fue ordenado sacerdote en 1806, luego de haberse formado en el Colegio San Carlos en Buenos Aires.
En 1810 apoyó la Revolución de Mayo y tuvo participación activa en la Revuelta de Montevideo de Prudencio Murguiondo.
Luego de ser derrotado por los españoles, huyó a Buenos Aires y pasó a desempeñarse como párroco de San Nicolás de los Arroyos.
No contento con haber dejado su país, regresa al poco tiempo a la Banda Oriental, en donde José Artigas lo nombra su capellán, después de la Batalla de Las Piedras.
Sin embargo las relaciones con Artigas no iban a ser del todo buenas, por lo que junto a Manuel de Sarratea, Figueredo intentó sobornar a algunos altos oficiales del ejercito para que reconocieran la autoridad del Triunvirato.
Al enterarse el caudillo de esta acción, inmediatamente lo expulsó de la Banda oriental.
Se trasladó a Buenos Aires, donde gracias a algunos amigos masones, se lo incorporó a la Logia Lautaro. Tras el rechazo de los diputados orientales, el general José Rondeau reunió un grupo de adictos al gobierno porteño y les hizo elegir diputados a la Asamblea del año XIII.
Uno de ellos fue Figueredo, que fue un firme aliado de Alvear y enemigo de Artigas.
En septiembre de 1814 fue nombrado cura vicario del Ejército del Norte. Pero, estando en camino, al pasar por Córdoba, gestionó y obtuvo el título de doctor en derecho civil. Regresó a Buenos Aires al saber que el Ejército del Norte había rechazado a Alvear, y apoyó su breve gobierno.
En julio de 1815, meses después del derrocamiento de Alvear, fue condenado a destierro en la Guardia del Monte. Recién en septiembre del año siguiente recuperó la libertad, por orden de Pueyrredón y con permiso del Congreso de Tucumán.
En 1818 fue nombrado canónigo de la catedral porteña. Apoyó la política religiosa de Bernardino Rivadavia, pero se fue distanciando del partido unitario, y durante su gobierno se destacó como opositor.
En 1827 fue electo diputado provincial por el Partido Federal y fue uno de los electores y principales apoyos de Manuel Dorrego.
Se opuso a la revolución del general Lavalle y bajo el gobierno de Juan José Viamonte, fue miembro de la comisión de justicia militar. Fue uno de los más entusiastas aliados del gobierno de Juan Manuel de Rosas y lo apoyó desde la legislatura.
En agosto de 1830 fue electo rector de la Universidad de Buenos Aires.
Renunció a su rectorado en octubre de 1831, dejando como cuarto rector al padre Paulino Gari, porque se hallaba gravemente enfermo. Falleció en Buenos Aires en febrero de 1832."
LOS CURAS MASONES
Por Máximo E. Calderón – Gran Maestre (G.L.S.A.)
Al momento de la muerte del Papa Juan Pablo I, ya hacía tiempo que sonaban en Italia los nombres de muchos Cardenales, Obispos y prelados de alto rango, que habían sido relacionados con la Francmasonería.
La Logia Propaganda Due (P2), masónica en sus orígenes y luego transformada en una Logia Operativa de poder económico, había destapado una verdad conocida por pocos, escondida por muchos, desmentida por casi todos.
Pero aunque la relación institucional de la Iglesia Católica con la Masonería o con alguna Logia pseudo-masónica, era algo relativamente nuevo, a nivel individual fueron muchos los sacerdotes y frailes católicos que fueron iniciados en el llamado “arte real”, y pasaron a la historia como masones confesos y en muchos casos, paladines de la libertad.
Según se afirma en La Francmasonería, preguntas y respuestas de Touvia (Teddy) Goldstein: “El considerado objetivo y científico historiador de la Masonería, aun cuando jesuíta, José Ferrer Benimeli, que ha tenido acceso a los archivos del vaticano, ha constatado más de 2.000 nombres de sacerdotes que durante la segunda mitad del siglo XVIII pertenecieron a la Masonería.
Según este autor, en esa misma época, hubo Logias compuestas exclusivamente por sacerdotes católicos, como por ejemplo: “La Parfaite Unión”, en Rennes, L´Amitié a l´Epreuve, en Narbona, y la “Loge Teresienne” en Mons.
No solo simples curas párrocos han pertenecido a la Masonería, sino altos Dignatarios, como fueron el Príncipe de la Iglesia de Lieja, Charles François de Velbruck. El cardenal de Breslau en Austria fue iniciado poco tiempo después de la primera Bula papal”.
Veamos algunos de esos hombres, esos caballeros de honor que sin renunciar a su fe católica y a los hábitos religiosos, fueron también francmasones acérrimos y defensores de los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Sin pretender agotar lo que seguramente debe ser una larga lista, veamos aquí los nombres de algunos de esos curas masones.
El cura Hidalgo
Miguel Antonio Hidalgo y Costilla, fue un sacerdote y militar que se destacó en la Guerra de la Independencia de México. Intervino y dirigió los primeros movimientos independentistas, pero fue capturado el 21 de marzo de 1811, llevado prisionero a Chihuahua, en donde se los juzgó vilmente y se lo fusiló el 30 de julio de ese año.
Hombre muy culto y profundo conocedor de las ideas de la Ilustración, las puso en práctica entre sus feligreses, en su mayoría indígenas, en el intento de mejorar sus condiciones económicas y de vida.
Para ello les enseñó a cultivar viñedos, criar abejas y dirigir pequeñas industrias, lo que le valió el apoyo incondicional de sus feligreses.
Al ser atrapado luego de su última derrota, se lo acusó de Alta Traición y de varios asesinatos, a pesar de que en las revueltas, Hidalgo nunca había matado a nadie, y solo una persona había muerto por el agravamiento de heridas producidas durante una refriega
El Obispo Don Manuel Abad y Queipo excomulgó al cura Hidalgo, y luego el doctoral de la Iglesia de Durango, monseñor Francisco Fernández Valentín, se ocupó del proceso de degradación sacerdotal, que se llevó a cabo en el Hospital Real de Chihuahua.
Le rasparon con un cuchillo su cuero cabelludo hasta arrancárselo. Luego le cortaron a cuchillo las yemas de los pulgares e índices, partes consagradas en el momento de su ordenación sacerdotal. Finalmente y luego de torturarlo y humillarlo de esa forma, la Iglesia mexicana lo entregó a los españoles para que lo fusilaran.
Mario Avila González, representante en Michoacán de la Confederación de Grandes Potencias Masónicas de la República mexicana, asegura que lo que se hizo con Hidalgo, es un increíble monumento al odio y a la maldad.
Francisco Calvo
Llamativamente, la Masonería en Costa Rica fue fundada en 1865 por un sacerdote católico. El presbítero Francisco Calvo, de espíritu liberal e independentista, estaba íntimamente relacionado con los grupos de poder en su país, y logró sumar a la Francmasonería a otros sacerdotes como Carlos María Ulloa y Francisco Pacheco.
Se cree que el padre Calvo, habría sido iniciado en la Masonería peruana, en la Logia Concordia Universal del Callao, y su diploma de maestro masón, le fue extendido el 8 de Abril de 1858 por la Logia Fraternidad Universal, del Valle de Cerro de Pasco, dependiente del Gran Oriente Nacional Peruano.
Francisco Calvo fue una persona sumamente caritativa que dio ayuda y consuelo a los menesterosos y su nombre se recuerda con cariño como uno de los benefactores del Lazareto; durante muchos años fue capellán de los leprosos a quienes sirvió con verdadera piedad. En varias ocasiones, formó parte de la Junta de Caridad de San José.
Don Joaquín Bernardo Calvo, en sus “Apuntamientos Geográficos, Estadísticos e Históricos” relata que, en los días aciagos de la campaña del 56, el Dr. Andrés Sáenz, cirujano del ejército y el Capellán Dr. Francisco Calvo, “dieron ejemplo de abnegación admirable permaneciendo en Rivas, al lado de los enfermos del cólera, mientras su permanencia fue necesaria, no obstante que el ejército y también el Estado Mayor, habían regresado precipitadamente a causa de la alarmante propagación de la peste”
En junio de 1872, el Presidente Don Tomás Guardia lo llevó con él a los Estados Unidos, pero Calvo no regresó con el Presidente, sino que se dirigió a Europa, siendo recibido en España con grandes honores masónicos.
Una publicación de esa época dice: “Los miembros de la Logia “Silencio No. 42″, del Or. de Barcelona, España, obsequiaron al Il. H. Francisco Calvo, Ganganelli, 33, Gran Maestro del Gr. Or. Centro Americano, con un suntuoso banquete”.
Murió en San José, en el Hospital de San Juan de Dios, a los 73 años de edad, en la madrugada del día 18 de julio de 1890.
El Conde de Schaffgotsh
El Arzobispo Católico Romano de Breslau, el Conde Schaffgotsh fue masón.
La Ben.•. Leal y Cent.•. Resp.•. Log.•. Simb.•. “Mariano Arista N°2″, afirma en su página web que en 1784 la Gran Logia de Austria tenía 66 Logias. Ocho de ellas estaban en Viena. Esta Gran Logia había sido constituída gracias a los esfuerzos de nadie menos que del Arzobispo Católico Romano de Breslau, el Conde Schaffgotsh.
Esto a pesar del hecho que la Iglesia Romana a través del Papa Clemente XII había condenado la Orden en 1738.
En 1738, Schaffgotsch fue ordenado sacerdote católico en Viena, con el tiempo fue nombrado canónigo en Olmütz, Halberstadt y, posteriormente, en Breslau.
Durante este tiempo se convirtió en un miembro de la organización conocida como Hermanos Masones y fue fuertemente influenciado por la filosofía e ideas de la Ilustración.
Aunque la Masonería fue condenada por el Papa Clemente XII en 1738 en la Bula En eminenti, Schaffgotsch apoyó la creación de la primera Logia Francmasónica en Viena, capital de Austria.
Bernardo Augusto Thiel
Fue un sacerdote católico alemán, que desarrolló su obispado en Costa Rica. Este Lazarista, nació en Alemania en 1850 y fue ordenado sacerdote en 1874 en París.
Sus superiores lo enviaron a Ecuador, y una vez allí, asumió en Quito las cátedras de Teología y Derecho Canónico en el Seminario mayor.
Debido a problemas de persecución religiosa en el Ecuador, tuvo que abandonar ese país y dirigirse a Costa Rica en 1878.
Fue consagrado obispo en San José por el Vicario Apostólico Monseñor Luigi Bruschetti en 1880, casi nueve años después de la muerte de su predecesor, el Obispo Llorente y Lafuente.
Thiel tuvo que luchar con enormes dificultades de corte político, pero dejó gran número de cartas pastorales y varias obras de incalculable valor para la historia de la Iglesia Católica costarricense. Él asumió personalmente la catequización de los indios de Talamanca, Chirripó y Guatuso, que constituye la página más brillante de su carrera.
En julio de 1884, y ya trabajando dentro de la Masonería, Thiel fue expulsado del territorio nacional por constituir “amenaza para el orden público”.
Thiel había llevado consigo a los Jesuitas que fueron expulsados de Ecuador en 1878, y junto a ellos se metió en asuntos políticos tanto que el Presidente Fernández los expulsó a todos de Costa Rica.
El Obispo Thiel se exilió en Panamá en 1884 pero regresó a Costa Rica en 1886. Era instrumental en la organización del Partido Unión Católica del Clero de Costa Rica, que defendía los intereses de la Iglesia Católica social.
Introdujo en Costa Rica la doctrina social de la Iglesia con su carta pastoral Sobre el justo salario de los obreros y artesanos (1893). Murió en San José en 1901, a la edad de 51 años.
Ramón Ignacio Mendez
Si de un verdadero rebelde vamos a hablar, masón hasta los huesos, entonces debemos forzosamente nombrar al Presbítero Ramón Méndez, arzobispo de Caracas, varias veces expulsado de la tierra que amaba, y luchador inquebrantable por sus convicciones.
Este ciudadano de Barinas, dotado de una altísima capacidad intelectual, fue Bachiller, Licenciado y Maestro de Filosofía; Bachiller, Licenciado y Doctor en Derecho Civil; Bachiller, Licenciado y Doctor en Derecho Canónico y Bachiller en Teología.
A comienzos de 1810 se dirigió a Caracas, en donde lo sorprendieron los sucesos del 19 de Abril, donde el Capitán Emparán dimitiría luego del primer referéndum que se recuerda en Venezuela.
La provincia de Barinas se une a la revolución el 5 de mayo, y uno de los Departamentos de esa provincia (Guasdualito), eligió al Dr. Méndez como su representante al Congreso constituyente del año 1811.
Se dice que durante la sesión del 3 de julio, este vehemente sacerdote quiso tomar a golpes de puño al General Francisco de Miranda. Aparentemente Méndez no estaba de acuerdo con los métodos propuestos por Miranda, aunque finalmente iba a suscribir sin reparos al Acta de la Independencia, aunque no compartiera los métodos del precursor.
El presidente José Antonio Páez lo menciona varias veces en su autobiografía, designándolo como uno de los grandes patriotas barineses. Entre los hechos más importantes junto a Páez, se puede recordar la presencia de Méndez en el acto donde Páez reconoció a Bolívar como Jefe Supremo.
El 21 de mayo de 1826 fue nombrado Arzobispo de Caracas, con una carta expedida personalmente por el Papa León XII.
Con el tiempo Ramón Méndez comenzó a tener roces con el Gobierno, lo cual desembocó en conflictos que determinaron su destierro de Venezuela en dos oportunidades. Aun desde el exilio, el sacerdote arremetió contra la Oligarquía conservadora, retornando dos veces a su tierra hasta que en 1836 fue finalmente expulsado so pena de muerte, por haberse negado a dejar que el Gobierno posicionara a su gente entre los dirigentes católicos.
Luego de radicarse en Curazao y luego en Santa Marta, Méndez muere enfermo camino a Bogotá, el 6 de agosto de 1839.
Julián Segundo Agüero
Este sacerdote argentino, nació en Buenos Aires en 1776. Según se cuenta, luego de su ingreso a la Masonería dejó de celebrar misa y, en cuanto a religión se refiere, se dedicó solamente a la labor pastoral.
En la década de 1820 fue líder de la facción partidaria de la guerra contra el Imperio del Brasil, con la idea de recuperar la Banda Oriental para las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Agüero obtuvo el doctorado en Teología en la Universidad de Chuquisaca, y a su retorno a Buenos Aires sirvió como consejero legal en la Real Audiencia.
A la hora de los sucesos de 1810, asistió al cabildo del día 22 de mayo pero se retiró si suscribir el acta. Aún así, el 25 de mayo de 1817 declaró públicamente su oposición a España y sus ideas libertarias que coincidían con la Ilustración.
Defendió a ultranza las reformas eclesiásticas de Rivadavia, como así también sus ideas Unitarias, llegando luego de su trabajo en el Congreso de 1824, a enfrentarse duramente con Manuel Dorrego y los estancieros Federales.
Entre 1821 y 1839, fue Agüero el líder de la Logia masónica que apoyaba a Rivadavia, la cual mantenía en sus filas a aristócratas y burgueses de alcurnia, que por fijarse en sus planes a largo plazo al estilo europeo, miraban con desdén los problemas inmediatos y específicos de su pueblo.
Nunca gozó Rivadavia del apoyo popular. Los créditos para obra pública pedidos a Inglaterra, se utilizaron en la guerra contra Brasil, y el desastre financiero de las Provincias Unidas, hacía cada vez mas débil al Gobierno.
El vergonzoso acuerdo de paz firmado luego de la guerra por el ministro Manuel García, terminó de caldear los ánimos populares. El 27 de junio de 1827 debió renunciar el Presidente, quien junto a Julián Agüero (su Ministro de Gobierno) y un grupo de acólitos, huyeron en ese momento a Montevideo.
Julian Agüero organizó en 1822 la Sociedad Literaria, en donde publicó los periódicos, El Argos y La abeja argentina. Murió en Montevideo en 1851.
Fray Cayetano Rodríguez
Poeta, político y religioso argentino nacido en San Pedro, provincia de Buenos Aires, en 1761. Entró en la Orden Franciscana a los 16 años, como novicio y en 1778 profesó en el Convento de Buenos Aires. Luego en Córdoba fue ordenado sacerdote y allí dictó cátedras de teología y filosofía.
Regresó a Buenos Aires al Convento Franciscano, donde enseño teología, filosofía, hermenéutica y física. Participó en los prolegómenos de los movimientos revolucionarios de mayo de 1810. El 24 de setiembre de ese año, a instancias de Mariano Moreno, fue elegido como primer director de la Biblioteca Pública, que recién se estaba fundando, cargo que ocupó hasta 1814.
En febrero de 1811 fue elegido Ministro Provincial.
El 4 de abril de 1812 fue elegido vocal de la primera Asamblea y en 1813 participó en la Asamblea Constituyente.
En 1815 fue elegido diputado por Buenos Aires para el Congreso de Tucumán. Fue el encargado de la redacción de un diario de sesiones denominado “El Redactor del Congreso Nacional”.
Enviado como delegado al Congreso de Tucumán, fue nombrado secretario y, además de registrar sus disposiciones, redactó la Declaración de la Independencia, que luego firmó; también escribió excelente poesía. Bien conocidas fueron sus odas en honor de Alvear, del cruce de los Andes, de la victoria de Chacabuco como también sus poemas patrióticos más extensos dedicados a Mariano Moreno y a José de San Martín a los que se le puso música; famoso por su elocuencia, fue elegido para hacer el panegírico en el funeral de Manuel Belgrano. También se lo reconoce por ser el primer autor del Himno Nacional Argentino.
Fray Cayetano Rodríguez defendió fervientemente los derechos de la Iglesia contra el secularismo de Rivadavia y sus reformas eclesiásticas; las discutió vigorosamente en las páginas de El Oficial del Día, creado con ese propósito, con los editores y escritores del Argos quienes defendían la posición del gobierno; cuando se promulgó la ley en 1821, se retiró de la vida pública; se dedicó a sus deberes religiosos hasta su muerte en el monasterio franciscano, en 1823.
Santiago Figueredo
Este sacerdote católico uruguayo, nació en 1781 y fue ordenado sacerdote en 1806, luego de haberse formado en el Colegio San Carlos en Buenos Aires.
En 1810 apoyó la Revolución de Mayo y tuvo participación activa en la Revuelta de Montevideo de Prudencio Murguiondo.
Luego de ser derrotado por los españoles, huyó a Buenos Aires y pasó a desempeñarse como párroco de San Nicolás de los Arroyos.
No contento con haber dejado su país, regresa al poco tiempo a la Banda Oriental, en donde José Artigas lo nombra su capellán, después de la Batalla de Las Piedras.
Sin embargo las relaciones con Artigas no iban a ser del todo buenas, por lo que junto a Manuel de Sarratea, Figueredo intentó sobornar a algunos altos oficiales del ejercito para que reconocieran la autoridad del Triunvirato.
Al enterarse el caudillo de esta acción, inmediatamente lo expulsó de la Banda oriental.
Se trasladó a Buenos Aires, donde gracias a algunos amigos masones, se lo incorporó a la Logia Lautaro. Tras el rechazo de los diputados orientales, el general José Rondeau reunió un grupo de adictos al gobierno porteño y les hizo elegir diputados a la Asamblea del año XIII.
Uno de ellos fue Figueredo, que fue un firme aliado de Alvear y enemigo de Artigas.
En septiembre de 1814 fue nombrado cura vicario del Ejército del Norte. Pero, estando en camino, al pasar por Córdoba, gestionó y obtuvo el título de doctor en derecho civil. Regresó a Buenos Aires al saber que el Ejército del Norte había rechazado a Alvear, y apoyó su breve gobierno.
En julio de 1815, meses después del derrocamiento de Alvear, fue condenado a destierro en la Guardia del Monte. Recién en septiembre del año siguiente recuperó la libertad, por orden de Pueyrredón y con permiso del Congreso de Tucumán.
En 1818 fue nombrado canónigo de la catedral porteña. Apoyó la política religiosa de Bernardino Rivadavia, pero se fue distanciando del partido unitario, y durante su gobierno se destacó como opositor.
En 1827 fue electo diputado provincial por el Partido Federal y fue uno de los electores y principales apoyos de Manuel Dorrego.
Se opuso a la revolución del general Lavalle y bajo el gobierno de Juan José Viamonte, fue miembro de la comisión de justicia militar. Fue uno de los más entusiastas aliados del gobierno de Juan Manuel de Rosas y lo apoyó desde la legislatura.
En agosto de 1830 fue electo rector de la Universidad de Buenos Aires.
Renunció a su rectorado en octubre de 1831, dejando como cuarto rector al padre Paulino Gari, porque se hallaba gravemente enfermo. Falleció en Buenos Aires en febrero de 1832.
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