lunes, 30 de marzo de 2015
Masonería Siglo XXI El trabajo intersubjetivo en logia
Masonería Siglo XXI El trabajo intersubjetivo en logia
Hay en el libro El Pensamiento Masónico del siglo XIV al XX, de P. Negrier, un capítulo titulado “El trabajo intersubjetivo en logia” que para mí gusto da en el clavo de una forma resumida en cuanto a ciertas situaciones que se dan en muchas obediencias y por ello dentro de las logias y que a mi particular juicio, tal capítulo constituye todo un tratado a tener en cuenta, y sobre manera, cuando estudiamos tanta escisión masónica como ha habido, y tan poco reconocimiento mutuo.
La primera cuestión que Negrier pone encima de la mesa y que afecta al trabajo logia es la emulación intelectual y moral.
Según el autor , dentro del Discurso del Caballero Ramsay (1736-1737), ya se describe una gran diversidad de masones dentro de los cuales se reúnen las competencias más variadas dentro del gran campo del conocimiento. Materia en la que también entra Fichte al hablar del plano moral de cierta complementariedad entre los masones y sus iguales, y cuyas virtudes en este campo tienen- según Negrier- mucho que ver con ciertos ideales judeocristianos como la conciencia y la comunión de los santos.
Nada que objetar a la afirmación subjetiva de Negrier, aunque analizando ciertas masonerías e intentar descifrarlas a la luz de la razón, uno se encuentra con como de sopetón con un cierto enraizamiento juedo-cristiano querido y hasta perseguido , y plasmado en algo que viene a decir “ser mejores y más buenos”, y que constituye, casi diríamos, una especie de “comunión de los santos” en ayuda y progreso para el mejoramiento de la humanidad.
Tal vez desde las masonerías deístas tenga mucho sentido esta afirmación y regla o landmark, pero para algunos masones que nos situamos en la cultura del racionalismo, esto de la emulación moral nos suena un poco añejo, pero como estamos en una época de poca crítica y solemos dar por válido casi todo, pues al final nos tragamos, como dice el Maestro de Ceremonias de mi logia “un pan como dos hostias” y para colmo sin decir ni esta boca es mía, ni los unos ni los otros.
Esa emulación intelectual a veces no tiene parangón, pues vemos a Maestros coger de allí y de allá, dentro del amplio y escaso mundo bibliográfico masónico, salvo el internautico, muy agrandado por las aportaciones capitales al modo de los de los Incas y las Masonería, o la Eklesia y la Hermenéutica masónica.. etc y todo ello sin distinguir sin son churras o merinas, por ejemplo y solo he como referencia, todos hemos visto a masones de corte racionalista y liberales tomar prestados los textos de algún masón ocultista y enemigo de los rituales más positivistas, y encasquetarse tales enseñanzas dándolas por buenas para de este modo acometer una interesante plancha , pues no hace mucho veía yo una plancga de un preboste de Rito Francés , manejando como referencia intelectual a Lavanigni… o cuando se hace un libro- o diccionario sobre el simbolismo y se intenta educar a otros masones pretendiendo crear con ello un modelo de masón a emular.
Por eso es siempre interesante releer a Fichte, en su Filosofía de la Masonería “Cartas a Costant” y muy en concreto en esos párrafos con respecto a lo que hablamos, y para ello sugiero repasar la carta séptima que le dirige a Costant.
«El masón ha de ser libre, y por libertad se ha de entender que el modelo que se escoja debe tener campo suficiente para desarrollarse, sin pretensiones de crear escuelas de emulación tan al uso, el masón debe constituir un modelo de independencia que suscite entre sus iguales un modelo que debiera corresponder con el lema introspectivo y librepensador».
Las rivalidades interpersonales
Ciertas posiciones dentro de la logia como en la propia vida, unas a veces son más confortables que otras. Los detentadores el poder, del saber estar, los maquiladores de la estructura, se vuelven aparentemente aventajados aunque en el fondo con esa “voluntad de poder”, crean una espiral silenciosa de rivalidades interpersonales, de la cual nos habla Nietsche y el propio Negrier, en relación a la emulación. Lo cual puede ser beneficiosa en tanto que es un importante estimulo de la creación, pero en conjunción con lo que los franceses llaman La “volonté de puissance” puede provocar graves reacciones en las logias.
Es evidente que los masones poseen casi por naturaleza, o por razón de su trabajo personal, las ventajas del poder, o del saber, y con ello contraen- consciente o inconscientemente- también la posibilidad de servir de ejemplo y de modelo, incluso para inspirar a los otros un modelo de desarrollo masónico o personal, y esa es una responsabilidad que debe ser reflexionada dadas sus consecuencias, aunque no siempre está en las manos de uno abordar tales discernimientos.
Se da un problema en muchas ocasiones en las logias, y es que algunos Hermanos terminan por establecer el propio modelo como una referencia de vital importancia para el desarrollo masónico del grupo , de hecho hay masones que intentan vehiculizar y modelar todo el conjunto hacia esa “figuración idealista propia” que se ha obtenido evidentemente por el mérito personal, y desde luego puede ser una ventaja, aunque también un importante factor de desestabilización.
En el caso de la primera parte de la premisa es cierta y es buena , y no siempre está en la mano de uno constituirse como tal, sin embargo si hay una responsabilidad en la injusticia que se crea cuando ese rol de intentar modelar al conjunto logial en función de los “arquetipos propios” .
Y esto último, es una cuestión que muchas veces los Venerables orquestan como marcos de trabajo su propio modelo, marginando otros modelos como no idóneos para el conjunto de la logia, o de las responsabilidades del ejercicio de los oficios de la logia, perdiendo de ese modo la singularidad de lo diverso, y la posibilidad de la contrastación.
Con esas acciones desde “volonté de puissance”se va hacia la perfidia del lema masónico de “Reunir lo disperso” haciendo que lo “disperso se configure en torno a un modelo único”.
Al final de todo el proceso nos podemos encontrar en que si los espíritus no son libres en la logia, y son atenazados por la ignorancia y desconocimiento de otros miembros, o por esa “volonté de puissance” que se ejerce muchas veces por voluntad propia, saltaran no las singularidades, sino la rivalidades, y eso ha traído a la larga la desaparición de muchas logias.
Es un juego sutil entre el “ser y estar”, entre el “poder y el ejercer”, un juego que se puede desarrollar entre la vanidad y la ambición personal en el convencimiento de que se trabaja por el bien de la logia, y cuyo juego termina por llevar a la logia a una situación a veces insostenible, fortaleciendo de este modo no el trabajo singular y diverso, sino la suscitación de las rivalidades a veces enfrentadas entre modelos y ambiciones. ¿Cuántas veces no hemos visto juegos de esta naturaleza en logia…?
La Amistad
Si la propia vida en sus múltiples facetas nos aporta una serie de amistades, un centro de encuentro, regular como es la logia, no podía ser menos, y ya de hecho Anderson en sus Constituciones nos habla de ello. Y ello es bueno en un circulo tan cerrado como la logia desde la perspectiva de constituirse en una convergencia entre las dos orilla que en ella se citan.
Dice Negrier , que la amistad es el resultado de coaptación mutua y reciproca entre dos personas y que artificialmente es muy difícil de crear, ya que la amistad es libre por esencia y por naturaleza, constituyendo un don misterioso, y tan frágil como un milagro suspendido en el factor temporal que los suscita.
La amistad unida a lo que anteriormente comentábamos no puede o debiera acabar en gregarismos en parte auspiciados por la “volonté de puissance” o en cratofilias tendentes a sostener el “stauo quo” y cuya consecuencia más inmediatas es la restricción de libertad de los otros, no tanto porque se prohíban ciertas manifestaciones (expresión o propuestas de actuación) sino porque una gran parte del modelo de convivencia y actuación va a estar definido de antemano por esa dependencia relacional que se suscita en función de los enunciados que Negrier nos expone.
Por eso la amistad en logia debe ser un modelo de independencia y de transparencia hacia el otro, de tal modo que la logia tenga la seguridad de que las decisiones, gusten o no, no podrán estar hipotecadas por esa dependencia relacional que ha procurado un mal desarrollo de la Amistad.
La dualidad de las vías de acceso al conocimiento.
Nos dice Negrier en el citado capítulo que en masonería hay dos tipologías de espíritus: por un lado aquellos que estudian la tradición esotérica (los simbolistas) ; y los que se creen dignos sucesores de René Descartes y las Luces del siglo XVIII (racionalistas) . Los primeros tienden a interpretar objetivamente los símbolos tradicionales y ellos representan la tendencia hermenéutica de la masonería. Los segundos utilizan los símbolos como simples soportes de su meditación subjetiva y ellos representan la tendencia profética de la masonería.
Las dos tendencias coexisten en la masonería y son una parte representativa de las fuerzas que mueven a los masones y a la propia masonería, y nadie debe sentirse ni legitimado , ni desligitimado por estar en una u otra posición, el enunciado de una por la otra , el intento de descubrirse, de interpretarse o de interpelarse la una a la otra no puede ser entendido por un ataque o una guerra, sino por la propia acción dialéctica que se produce entre la coexistencia de dos visiones en la logia.
Unos representan el espíritu griego de Homero y Platón, los estoicos, los cínicos o los seguidores del epicureísmo, y los otros al esoterismo cristiano como vía del conocimiento.
“Car tu n´as pas besoin des choses cachées. Dans ce qui te dépasse ne vas pas t´immiscer, car ce qu´ont t´a montré est déjà trop pour l´íntelligence humaine.
Pero ambos grupos han de saber separar las esencias de lo superfluo, los dogmas y tópicos que ambas posiciones arrastran sin una consideración crítica hacia ellos, la aceptación de estas dos cuestiones en logia, en planos de igualdad sin balanzas autobasculadas, sino muy al contrario por la acción de la compresión de las diferencias del otro, que es lo que nos debe mantener unidos en el trabajo logial.
En logia se han de saber respetar la distintas vías, que pasan por la introspección llevada desde la acción individual de cada Hermano de penetrar en los misterios, en las amplias lagunas de la historia masónica, del simbolismo, etc. Los Hermanos deben saber que cada uno de sus iguales debe ser respetado por ese valor de plantear en solitario aquellos resultados de sus experiencias y estudios, pues han salido de la búsqueda de la verdad y no de la recitación coránica del tópico o dogma al uso.
Las afirmaciones dogmáticas
Otro de los problemas que surgen en el trascurso de los trabajos en logia, es el dogmatismo, entendido este como la universalización de ciertas afirmaciones. El problema teórico pasa por la cuestión de los dogmas en tanto que el pensamiento se reduce a una subjetivación puramente individual, y como tal no es universal, y como consecuencia es incompatible con cualquier extensión dogmática.
Hay que tener en cuenta el relativismo en que se mueve la masonería y por tanto entramos en las dinámicas del funcionamiento del pensamiento y sus enunciados y los problemas de la universalización de las verdades o de los dogmas.
Un pensamiento dotado de fundamento ontológico no tiene derecho a ser afirmado como una verdad universal ante otros interlocutores. Es más un locutor no puede enunciar un pensamiento ontológico como una verdad universal que no sea capaz de ser reconocida por sus interlocutores ese reconocimiento del origen ontológico de es este pensamiento y por consecuencia de su carácter universal..
No debemos olvidar que en logia el locutor se dirige al grupo, y puede enunciar una verdad universal sin que ninguno de los Hermanos de la logia la ratifique, dentro de ese encuadramiento de la comunicación pública. Digamos que el locutor propone y el interlocutor dispone.
Pero todo ello debe plantearse el trabajo en logia desde un ángulo neutro, donde lo anteriormente expuesto no tenga, no cabida, porque ello sería utópico, pero si es menester que siendo conscientes de todas esas subjetividades en logias, estas consideraciones tengan el menor peso posible. Sería todo un deseo.
Víctor Guerra
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