La Masonería ha sido definida como “una ciencia de moral, velada en alegorías y esclarecida por medio de símbolos”.
El símbolo es la expresión de una idea que esta derivada de la comparación o contraste de algún objeto, con una concepción moral o atributo. Es un signo visible, con el cual se representa una realidad espiritual, mental o invisible. El ejemplo más usado es el de la “piedra bruta”; no existe tal cosa en el plano espiritual; pero la tarea de desbastarla o pulirla esta significando la labor que debe realizar el masón de perfeccionar su carácter y su conducta.
Los tres primeros grados de la Masonería -aprendiz, compañero y maestro- se llaman grados simbólicos, porque las lecciones que le son comunicadas a los candidatos en estos grados, son suministradas generalmente por medio de símbolos, tomados de las herramientas utilizadas en la construcción: la plomada, símbolo de rectitud; el nivel, de igualdad, etc. Igual cosa acontece con las religiones, especialmente las primitivas, que fueron eminentemente simbólicas: se adoraban objetos visibles, que simbolizaban la Divinidad invisible: el Sol, la Luna, el buey Apis, etc. Ello se debe a que esos objetos son manifestaciones visibles de dios, ya que son parte de la Creación. Recién con el Judaísmo se inicia la adoración del Dios invisible; pero con el Cristianismo la Divinidad vuelve a adquirir “visibilidad” a través de quien es considerado como el Hijo de dios, Jesucristo.
Y ello me permite ya definir la primera regla o el primer principio del Simbolismo: TODA LA CREACIÓN U OBJETOS VISIBLES SON LA REPRESENTACIÓN SIMBÓLICA O REPLICA MANIFESTADA DE LA CREACIÓN O DE LA REALIDAD INVISIBLE, MENTAL, METAFÍSICA O INMANIFESTADA.
Y en este aspecto, de todos los objetos que constituyen la ciencia masónica del simbolismo, el mas importante, el que mas prefieren los masones y el que tiene mayor significación es el Templo de Jerusalén. La espiritualización del Templo es el primer símbolo de la Francmasonería, el más prominente y el mas generalizado. Los masones han aprovechado siempre y han retenido con avidez, la idea de representar en su lenguaje simbólico al hombre interior y espiritual en un templo material. Y ello conforme a las expresiones bíblicas: “Y harán un santuario para mi, y habitare en medio de ellos” (Éxodo, 25/8). “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros,” (Corintios I, 2/16). De modo que la labor principal del masón, como “constructor” no operativo, es la de levantar en su interior un Templo, que es su propia conciencia, para que en él more la Divinidad, que es su ser espiritual.
El segundo principio del Simbolismo podría ser enunciado así: EL OBJETO PRINCIPAL DE LA VIDA HUMANA ES DESCUBRIR, COMPRENDER Y DESCIFRAR LOS SÍMBOLOS EXISTENTES EN LA PARTE VISIBLE DE LA CREACIÓN Y DE ESE MODO IR COMPRENDIENDO LA PARTE INVISIBLE DE ELLA.
Y cada símbolo que se descubre y comprende produce un resplandor de luz dentro de si mismo, que hace vivir los momentos de autentica felicidad. Es como si fuera descubriendo una a una las infinitas partes del gran “rompecabezas” de la Creación.
Y el tercer principio es el siguiente: EL NIVEL EVOLUTIVO DE LA CONCIENCIA HUMANA ESTA DETERMINADO POR LA CANTIDAD DE SÍMBOLOS QUE CADA UNO LOGRO CAPTAR, COMPRENDER, DESCIFRAR Y ASIMILAR. Porque en cada símbolo que logra develar, hay una partícula de dios que se le va revelando al ser humano, y a medida que va acumulando esos conocimientos simbólicos, v comprendiendo mejor la Creación. Es como se el Gran Arquitecto del Universo se ocultara detrás de cada símbolo y se fuera manifestando al hombre en el descubrimiento del arcano que cada símbolo encierra.
Si el hombre no realiza esta sublime tarea de descubrir el significado de los símbolos dispersos en toda la Creación, que es el quehacer fundamental de su vida en la tierra, corre el riesgo de considerarlos como única realidad de la Creación, y por ende crea un sistema de valores erróneo, capta una realidad deformada y en consecuencia, vive en un mundo quimérico o irreal.
por el V:.H:. Enrique Bzura P.M.
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