miércoles, 26 de mayo de 2010

LA PIEDRA BRUTA


La piedra bruta


Gentileza del H.·. Manuel I. Arellano Méndez

En la tenida pasada, al entrar a mi madre Logia, tropecé con este grotesco y feo pedrusco que llamamos "Piedra Bruta", que adorna mi columna.

Con burla di la vuelta y le dije "Perdón, piedra bruta", con asombro escuche que me contesto. "No hay de que AJEF bruto". Picado me regrese y le dije: ¿Ah, con que hablas también? "Si, me dijo, hablo y lo que es mejor, pienso lo que digo, pena me da ver que HH.·. como tu me tienen en tan poca estima, pasan son siquiera darme una mirada compasiva o tan siquiera un gesto amable.
Esto me irrita porque me doy cuenta, cuan pocos comprenden la grandeza que encierro dentro de mi gran significación.

Aquí como me ves, no fui siempre lo que soy, yo vengo de picachos, de las alturas; donde podía ver el sol antes que nadie y de cuando tú vivías en la penumbra, yo aun podía disfrutar de sus suaves destellos.
A mi altura donde yo estaba, sólo los cóndores llegaban y era agradable ver a mis plantas, como arrodilladas ante mi grandeza, la inmensa esmeralda del valle, bordada de lentejuelas de mil colores.
Mi orgullo llego a tal grado de cegarme que me creí invencible y eterna. Pero cuan equivocada estaba, un día el universo como queriendo demostrar mi error, desato sobre mi sus furias y mando sobre mi el rayo que con su luz cegó mis ojos y al terrible impacto volé en mil pedazos y sobre el barro descendí hasta dar en el fondo.

Llore de rabia al verme en la infinita impotencia, y así permanecí no se cuanto tiempo... hasta que al igual que otras piedras compañeras mías de infortunio nos transportaron.
Y volvió a renacer mi esperanza, pensé que quizá me podrían en el lugar que por mi alcurnia me pertenecía.
"Seré ahora un monumento" -pensaba- con mi concursó simbolizare la justicia y en las manos de un artesano, con mi cuerpo formare el corazón duro e inflexible de la razón o quizá la venda que represente la imparcialidad en todos los juicios.
Me gustaría ser la corona de laureles que ciña la sien del patriota o quizá, porque no, ser parte integrante del monumento a la madre, para que las generaciones venideras vean, que con mi cooperación e inmortalice el más puro y más grande que existe.

Cuantas y cuantas ilusiones me hice, cuantos deseos de altura y grandeza y en cambio aquí me tienes tan dura y fea como el barraco, tan grotesca que causo pena y si no me escupen es porque ni de eso tengo forma, ¿No habrá algo que me transforme y me de vida?... Sólo he servido para representarte, para que veas en mí tus imperfecciones, tus vicios y tu ignorancia, soy ahora ejemplo del mal y sin embargo, a veces me avergüenzo que me comparen con alguno de ustedes.


Poco tienes de verme, yo en cambio he visto tantos y tantos que por aquí entran, que hasta he perdido la cuenta.
Y me pregunto: ¿Dónde están ahora tantos AJEF que vinieron a jurar fraternidad, lealtad y amor a esta Augusta institución?
¿En dónde están tantos AJEF que aquí se iniciaron? No lo se, ni me los explico. Sólo se que salieron para nunca volver y que andarán por ahí diciendo:

"Soy AJEF"
Y esto me da pena y lástima , no por la Logia, sino por ellos que no fueron capaces de ver más allá de sus propias narices; porque, iluso creyeron que la Logias es feria de vanidades, cuando que mejor debieron haber luchado por encontrar la inmensa belleza que encierra esta luz y esta verdad. A ustedes Aprendices, los he estado observando, y no creo que tu sea diferente que aquellos y por eso te deseo aconsejarte. Te he visto cuando llevas y lees tus trabajos tembloroso, tanto que casi se te doblan las rodillas de miedo.
Y te pregunto ¿Miedo a que o a quién? ¿Tienes acaso, miedo a ti mismo?... Pero en cambio cuando escuchas el aplauso de tus HH.·., te vienes a tu puesto ancho y gordo. Te inflas como pavorreal y si pudieras verte como te veo, no eres más que un pobre Guajolote.

De reojo te miro en tu puesto y casi revientas de satisfacción ante la alabanza. Y eso es muy malo, no se te debe subir a la cabeza el éxito porque puedes caer en el error de sentirte superior, cuando no eres más que un insignificante Aprendiz.

Se prudente en tus actos y humilde en tus afirmaciones, práctica sus teorías e bueno, caritativo, honrado, estudioso, ayuda a tu Logia y a tus HH.·.. No seas AJEF de pico, es decir AJEF teórico. La virtud, el honor, la lealtad, no se adquiere macheteando liturgias.
¿Te has fijado en la inmensa dicha que le causa a tu madre cuando su hijo de tierna edad; dice sus primeras palabras? ¿No te has puesto ha observar, como festeja y ánima a la madre cuando por primera vez el hijo de sus entrañas dice "bu bu"?
Con que caricias y mimos se le trata cuando se da cuenta que empieza a germinar el fruto de sus más caro anhelos. Pero imagínate el efecto que le causarías a tu madre, que a tu edad lo único que sabes decir es "bu bu"... Espero que me entiendas lo que digo, que comprendas. No te envanezcas, acepta los aplausos como un aliciente en bien de tu propia superación. Y no te enquistes, escucha bien lo que te digo, no te detengas nunca cuando ya te hayas trazado una senda para seguir.
La logia es grande, muy grande, a donde sólo llegan pocos y adonde también la malediciencia y la mediocridad los pierde en los torbellinos obscuros de la nada.

Para terminar quiero pedirte un favor:

"No me digas PIEDRA BRUTA, soy PIEDRA EN BRUTO, que es distinto"

H·.· Guía Manuel I. Arellano Méndez
"Vicente Guerrero" No.1, OR.·. de Zacatecas Julio de 2009.



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