viernes, 21 de mayo de 2010



MASONES EN EL VATICANO?

El secretismo que envuelve el funcionamiento del aparato de poder vaticano, tanto en lo que afecta al ámbito eclesial como al de sus manejos económicos y políticos, así como la discutible calaña de muchos de sus hombres notables, ha propiciado —y a buen seguro propiciará— la creación de todo tipo de teorías, hipótesis, leyendas y cuentos chinos sobre lo que acontece, o se supone que acontece, en la muy presunta casa de Pedro.

Una de las leyendas conspiranoicas de mayor éxito literario durante las cuatro últimas décadas pretende mostrar la infiltración de la masonería en las altas instancias del Vaticano, un proceso que llegaría hasta su cumbre con el progresista Pablo VI —acusado de masón, claro está—, para acabar descendiendo a mínimos con el ultraconservador Juan Pablo II.

La primera pregunta que debería hacerse cualquier criminólogo aficionado es ¿qué ganaría la masonería infiltrándose bajo los faldones de cardenales y de otros de su especie? Para quienes conocen la masonería y la Iglesia católica, la respuesta sería ¡nada en absoluto! En caso de que «la masonería» se dedicase a esos juegos, perdería miserablemente su tiempo, dinero y esfuerzo.

¿MASONES EN EL VATICANO? Sí, claro. Ya Malachi Martin, el jesuita que fue consejero de Pío XII —el Papa que ¡en 1950! impuso el dogma de que la Virgen fue elevada a los cielos en cuerpo y alma—, hablaba en sus libros —por ejemplo en Vatican (1986)— de la presencia masónica, pedófila e incluso satánica en los vértices de la Iglesia católica, alucinando kilómetros tras beber, entre otras, de las fuentes ya secas de su correligionario Leó Taxil, el escritor falsario que, en el siglo XIX, inventó una parte notable de la leyenda negra de la masonería, unas mentiras públicamente desveladas y reconocidas por él mismo, pero que todavía hoy se acunan y repiten desde la caverna católica.

En tiempos recientes, muchos libros han abordado este asunto de los masones infiltrados en el Vaticano y su supuesta lucha por hacerse con el poder dentro de la Iglesia. Bajo el seudónimo de Los Milenarios, monseñor Marinelli, en su libro Via col vento in Vaticano, editado en España como El Vaticano contra Dios (1999), habla de diversos miembros de la curia a los que atribuye filiación masónica. Para mayor jolgorio, también reproduce la patética, vacua y absurda confesión —¿había un micrófono en el confesionario?— de un supuesto y arrepentido miembro del grupo satanista que, según Marinelli, campa a sus anchas por el Vaticano.

¿Existe algún fundamento para pensar que una parte de sus eminencias llevan mandil debajo de sus sotanas? La única supuesta prueba es un listado de presuntos clérigos masones, de paternidad tan desconocida como dudosa, que a lo largo de tres décadas se ha venido reproduciendo en diferentes medios —fundamentalmente medios católicos muy conservadores—, de manera seguidista y acrítica.

Ese presunto listado de masones vaticanos fue publicado en diversos medios de prensa italianos a partir de 1976, una fecha a recordar, ya que la aparición del listado en esa época no fue nada casual. Según los datos de que disponemos, el listado apareció en el semanario Panorama el 10 de agosto de 1976, siendo reproducido ese mismo año en Publia Gazzette y en el francés Bulletin de l'Occident Chrétien; en Euroitalia fue publicado el 17 de agosto de 1978; en OP (Osservatore Politico) vio la luz el 12 de septiembre de 1978; en Oggi, el 17 de junio de 1981; y en 30 Giorni —revista del grupo ultraconservador Comunión y Liberación—, el 11 de noviembre de 1992. Ese mismo listado será reproducido por Ricardo de la Cierva (2002) y por Jorge Blaschke y Santiago Río (2006) en sus respectivos libros ya citados.

Publicado Por Pepe Rodriguez (2006)
http://www.pepe-rodriguez.com/Masoneria/Masoneria_Vaticano.htm

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