jueves, 8 de septiembre de 2011

SIGNIFICADO DE LA CÁMARA DE REFLEXIONES

Vamos a tratar un tema que muchas veces a lo largo del Sendero en la Masonería se ha tocado ampliamente, es el del valor y significado de LA CÁMARA DE REFLEXIONES.

En un mundo donde el excesivo ruido, las ofertas baratas, de todo viento de doctrina y el agitado ir y venir de lo cotidiano, hace a veces, que ciertos actos profundos, pierdan significado, aún frente a nosotros mismos. Esta modesta conferencia busca recordar algunos valores y significados de la parte inicial de la Iniciación.

Debemos recordar en primer lugar, que el conocimiento iniciático, lejos de ser un conocimiento teórico, es ante todo y sobre todo, una vivencia al interior de uno mismo, que de acuerdo a la intensidad con que se viva, afectará positivamente nuestro entorno y nuestra relación con nuestros
semejantes; porque un Iniciado es alguien que hoyando el Sendero, o sea el camino de búsqueda de la verdad y la virtud, a partir de sí mismo, conduce al mundo del caos al cosmos, por eso la Iniciación se convierte en el comienzo de un proceso vital, para algunos y no para todos: "Porque son muchos los llamados, pero pocos son los escogidos", dice Jesús en el Evangelio. Es entonces la Iniciación un proceso transformante.

En la Iniciación, y particularmente en la Cámara de Reflexiones, recordamos, que los ritos son vehículos, mediante los cuales en las alegorías de la ceremonia, nos da los elementos para en adelante, aplicarlos a la práctica vivencial de nuestro quehacer masónico desde el grado de Aprendiz a la Maestría; pues la iniciación libera, da otra visión del mundo y una perspectiva distinta de nuestro papel como transformadores de nuestra interioridad y de la sociedad en que vivimos a partir de esa reflexión en solitario que el profano vive en la oscuridad de la Cámara de Reflexiones. Así, entonces, un Iniciado no es un santón egoísta, que piensa en poderes sólo en el reino o dominio de lo mágico y oculto, sino, un Iniciado es un mago, en el genuino sentido de tal término, es alguien que recibió de otro, ya evolucionado en el sendero místico, elementos de conocimiento y reflexión que le permitan trasmutar el mundo, la sociedad, la justicia, caminando de lo imperfecto a lo perfectible, de hacer creer que los valores tiene un sentido ético y moral permanente. Un iniciado de acuerdo a ello, no es un anticlerical barato y visceral, ni un contestatario trasnochado y rebelde que amparado en el libre pensamiento se olvida de sus responsabilidades de ser luz, camino, verdad y vida; es ante todo un convencido de que su quehacer en el cosmos, es ser elemento de transformación, agente de cambio, como los elementos con que tendrá contacto en el resto de la iniciación.

Un Iniciado entonces tampoco será, un indiferente social, acomodado en la armadura malsana de un esoterismo ególatra, sino de un esoterismo donde el espiritualismo le da voces, herramientas y conceptos para ver la realidad, de manera distinta al común de los vivientes.

Un Iniciado es un depositario y a la vez un vehículo de la Tradición Espiritual organizada desde tiempo antiguo y expresión de las Ciencias Secretas y que hace perpetuo el Sendero Interior por la transmisión oral de la Iniciación y por el testimonio personal de su propia vida, aún en el caer y levantarse cotidiano; el Iniciado es alguien elevado , con una misión distinta al común de los mortales. La iniciación es entonces el umbral para el comienzo profundo de la búsqueda y aproximación a la Verdad, guardada por siglos en la Ciencia Sagrada.

Recordemos, que el profano, el primer contacto ritual y meditativo que toma para la Iniciación es, en la Cámara de Reflexiones, donde vuelve simbólicamente al vientre de la Tierra, para nacer luego más adelante a la LUZ, y en ese contacto con la tierra, toma contacto en un lugar de oscuridad, tenebroso, fúnebre, con algunos elementos: agua, pan ,azufre sal y carbon o ceniza, el significado de cada uno de estos elemento tiene un profundo valor simbólico, el agua nos recuerda la moderación con la cual se controlan los instintos, las pasiones y los deseos de orgullo ,vanidad y falso amor propio, el pan la frugalidad que debe tener el masón frente a las cosas , pues siendo el pan el símbolo del alimento de cuerpo, así el pensamiento recto, positivo y edificante ha de ser el alimento del alma y el bien obrar será lo que alimente el espíritu bueno, justo y caritativo; el azufre, la sal y el carbón o ceniza, representan elementos de la tierra y significan el sentido de la purificación interior del profano, camino a la Iniciación, muriendo a los vicios y renaciendo a la virtud. Es allí donde redacta su testamento y donde en silencio y en solitario medita las imprecaciones que están escritas en las paredes. Allí el profano, que por breve tiempo, se prepara para el nuevo nacimiento y las pruebas que en adelante tendrá que pasar con el aire, el agua y el fuego, medita sobre la brevedad de la vida, el sentido y valor de los deberes del hombre, para con Dios, el prójimo y consigo mismo. Reflexión que le señala en ese pequeño triángulo equilátero, tres palabras que en su vida masónica siempre estarán con él: vida, generación, regeneración y su homologación con agua, aire, fuego; resolviendo finalmente que sus deberes para con Dios son: el Amarlo y respetarlo y esos mismos lo son con el prójimo y consigo mismo, lo cual no es ni más ni menos que la evidencia efectiva de la Unidad de Dios, no en sus pruebas ontológicas,sino en la práctica diaria de la búsqueda, la práctica del bien y el amor a los demás.

Antiguamente para que un hombre fuera aceptado como candidato a la Iniciación, era necesario un testimonio de vida santa, espíritu puro y bien educado, lo cual deduce la necesidad de haber llevado integralmente una vida buena, que le permita paulatinamente adentrarse en los misterios esotericos, por es que la Orden procura que quien llegue a la Iniciación sea, hombre libre, de costumbres buenas , amigo de la filantropía, pues el Señor Jesús ,bien lo dijo, "Angosta es la puerta, y angosto el camino, que lleva a la Vida" .

Aquel que desea entrar el la Cámara de Reflexiones y salir de ella . como quien sale del vientre de la tierra, para caminar al encuentro de la Luz, es necesario, sea varón con amplio discernimiento moral, que pueda distinguir los valores eternos de los valores terrenos, que pueda permitir ser conducido del camino de irreal a lo Real, ha de ser y perfeccionarse , siendo hombre de valores altos, metas claras , firmeza de propósito. Ser capaz de dar espacio de escucha atenta y comprometida a su Yo Interior.

El candidato antes y después del paso por la Cámara de Reflexiones, debe ser amigo de lo Justo, hombre de bien, capaz de ser luchador contra la absurda ambición de los reconocimientos y glorias humanos, sabiéndolas efímeras frente a la inmensa grandeza y justicia del Eterno.

Deseo terminar este humilde aporte, citando una reflexión de Lessing ,que dice:

"No vale tanto el hombre por la verdad que posee o dice poseer como por el esfuerzo sincero que le ha costado conseguirla; porque sus poderes no aumentan al poseer la verdad, sino por el contrario al investigarla, que es en lo único en que consiste sus perfectibilidad.

Las riquezas y las posesiones, adormecen las energías del hombre y le llenan de pereza y vanidad.

Si Dios me ofreciese con la mano derecha la verdad absoluta y con la mano izquierda únicamente el intenso impulso interno hacia la verdad. Y me dijese: ¡ Elige¡ me asiria humildemente a su mano izquierda, aun a riesgo de exponer a la humanidad a errar continuamente, y le diría:

"Oh,Padre mío, dame lo que tienes en esa mano; porque la verdad absoluta solo a ti pertenece".

Que esta cita nos recuerde, nuestro paso, tímido y tembloroso por la Cámara de Reflexiones, para así, meditar en el valor supremo de conocer la Luz, para el servicio a los demás y el crecimiento interior.

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