miércoles, 23 de noviembre de 2011

“Apertura Y Clausura De Los Trabajos En Logia”

Los trabajos masónicos son la alegoría del trabajo canterano de los primeros masones, alegoría que hoy los masones actuales representamos y bajo la cual trabajamos en logia.

La apertura y clausura de nuestros trabajos encierran la percepción masónica de la vida, el ser y su entorno, describe los deberes de un masón y recuerda el modo de vida deseable en un masón.

El golpe del mallete resuena en todo el salón, y aviva las mentes reunidas a lo largo y ancho del lugar :

¡Silencio Hermanos Míos estamos en logia!

Es la orden que prepara a los hombres que esta noche han de ofrendarse a si mismos el honor de la compañía intelectual, el momento de la reflexión colectiva y el esfuerzo del trabajo individual.

El salón guarda profundamente silencio, y una figura sigilosa y firme recorre el salón a la orden superior, se asegura en cada rincón, escuadrita cada espacio, se asegura que el discreto vació nos acompañe y no lo haga ni una sola mirada indiscreta u oído malsano.

¡Estamos a cubierto de toda indiscreción profana!

La logia se encuentra resguardada de toda influencia profana, así se consagra el templo, la intimidad y augusta calma de nuestro taller nos remonta a un lugar cercano muy alejado de la inconciencia profana, pues la logia se presenta como el cosmos, en el cual trabajaremos sobre nosotros mismos, simbólicamente solo nuestro conciente lo hará, nuestro ente intelectual, es la separación de la conciencia con la tierra, es la base de la entrada a este lugar construido a la virtud, labor que hará nuestro hermano guarda templo, asegurándose de limitar el acceso impropio y garantizar solo el acceso a los obreros de luz.

Dentro, el silencio y se rompe con una orden que demanda identificar a los presentes, si uno entre nosotros no es digno de estar aquí ahora lo sabremos.

¡Aseguraos que todos los presentes son aprendices de masón!

Recorriendo los cuatro puntos cardinales de la logia, los vigilantes del taller se aseguran de nuestra condición de iniciados, cada uno en su columna, delimitan así el lugar de trabajo dentro de la logia, al encontrarnos iguales y en perfecto orden y en silencio se encienden las luces de nuestro taller, describiendo sus funciones y su lugar en logia, el H.·. SEG.·. VIG.·. Se identifica como el conductor de los trabajos, el H.·. PRIM.·. VIG.·. Como el sol que se despide, despide a los obreros contentos y satisfechos, el V.·. M.·. como el sol naciente, abre los ojos de los hombres con su luz y conocimiento …

Se encienden silenciosamente las luces, con la fina atención de los oídos, ojos y mentes curiosas y perspicaces de los presentes…

¿Sois masón?

El reconocimiento de los míos me hace serlo y mis actos les hacen reconocerme, así:

Todos mi QQ.·. HH.·. me reconocen como tal, así mis actos hablan por mi fuera de logia y dentro de ella son reconocidos, un masón sin entenderse es como un estudiante que no sabe que estudia, hablara de lo que no sabe, pensara algo que no comprende y las razones que le muevan serán nada, pues solo será un autómata por ende una pregunta mas enciende los odios de los presentes:

¿Que entendéis por Masonería?

La respuesta es única, es precisa pero a la vez múltiple y flexible: El estudio de la filosofía y en particular de la moral, para conocer y practicar la virtud, entonces los aprendices una vez mas recordamos el motivo de nuestros esfuerzos: desbastar la piedra en bruto que representa nuestro estado imperfecto pero perfectible, nos recuerda a todos los presentes que la fuerza y la constancia harán padecer hasta la muerte a nuestros vicios y así encontrarnos con nuestras virtudes.

Enseguida, nuestra edad y tiempo de trabajo que nos identifica como infantes de la luz, aprendices de masón nos llaman correctamente nuestros Hermanos mayores, del medio día a la media noche sin descanso y en pro de nuestra superación, creceremos los días, los meses y los años necesarios, hasta ver la luz.

El frío nocturno se hace presente, aun sin ver pasar el ocaso, aun sin sentir las horas envejecernos algo cada vez, se llega la media noche, y de pie y al orden, exhaustos, satisfechos recordamos nuestros deberes de masón, con los cuales luchamos con nuestros vicios para cumplirles a cabalidad y actuar de manera prudente, diligente, moderada y justa, recordamos el juramento de lealtad a nuestros hermanos y nuestra orden, recordamos el por que de nuestros trabajos, así sin buscar el reconocimiento injusto, verbal y efímero, buscaremos el reconocimiento personal, el reconocimiento de nosotros mismos en personas justas, liberales y plenas, así sin adjetivos, ni alardes, solo buscaremos la satisfacción de haber trabajado con fuerza y no inútilmente.

Pues lo dije y lo repito, la apertura y la clausura de nuestros trabajos encierran el por que de nuestros esfuerzos, en conclusión hermanos como lo hacemos al final de nuestros trabajos:

Juremos tolerancia y amor a nuestros semejantes, protección y socorro a nuestros hermanos, secreto cumplido a nuestros trabajos y sobre todo practiquemos las virtudes propias de un masón y de un buen hombre, entendamos la verdad en su verdadera naturaleza: implacable y así a mi parecer saldremos de las sombras intelectuales con el único motivo de escribir la historia con la verdad en la mano.


28 de Octubre del 2008 E.·.V.·.

FRATERNALMENTE



M.·. M.·. José David Santana Alaniz

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