domingo, 16 de noviembre de 2008


SIMBOLISMO DEL GRADOS DE APRENDIS MASÓN.
V:.M:. VICTOR SALAZAR ..
R;.L:.S:.GENESIS DE AMERICA N.144 ..
La misión principal de la masonería es enseñar la ley de evolución y sabiendo como trabaja la madre naturaleza, el hombre perfecto. No es posible hallar una verdadera interpretación de la masonería si no se relaciona su sistema, estrechamente con el proceso evolutivo de la humanidad.
Todo en ella gira en torno de un progreso gradual de la oscuridad a la luz y todo lo que la luz trae aparejado. Sus ceremonias se caracterizan por viajes circulares, indicando ciclos evolutivos de oriente a occidente y de occidente a oriente, o sea de la oscuridad a la luz. Tiene una estrella en el oriente simbólico para guiar hacia allí al masón a través de la noche oscura en que camina. Para cada grado simbólico tiene pasos progresivos hacia el oriente de la luz.
La logia, como reproducción simbólica del ser tiene un piso inferior y otro superior, indicando que, en el progreso hacia el oriente se asciende a un plano superior de la vida y de ser. A tal efecto, tiene escalones representativos de sus tres grados simbólicos por los cuales se asciende a ese plano superior. Le presenta al masón, apenas entra al Templo, una piedra bruta y otra pulida y cúbica para indicarle su objetivo de realización.
Nadie dejará de reconocer que la evolución es un proceso universal y natural.
Ninguno de nosotros es un producto acabado. Estamos siempre en proceso de creación o evolución. La historia del hombre ha sido la historia de la búsqueda y del descubrimiento del sendero evolutivo dentro de sí. En todos los tiempos éste ha hollado el sendero, aceptando sus condiciones, soportando sus disciplinas, ha recibido sus salarios y alcanzado sus metas. La existencia de ese camino cuenta con el testimonio de todos los que lo han recorrido conscientemente. Es el sendero hacia la realidad suprema que, en masonería , está representada por el oriente simbólico.
Algunos estamos empeñados en la búsqueda de algo que esperamos alcanzar fuera de nosotros, sin saber que es el sendero dentro de nosotros. Muchos ingresamos en la masonería creyendo que podríamos encontrarlo en ella. Con este enfoque, por lo dicho, nos sentiremos siempre defraudados en la misma.
La masonería muestra, simbólicamente, el drama de la evolución humana. También los pasos mediante los cuales se llega a la meta de perfección del instrumento de manifestación que tiene el ser supremo en nosotros. Muestra el objetivo de realización del individuo; enseña el camino del crecimiento espiritual y las leyes a que obedece este crecimiento. Empero tenemos que recorrerlo palmo a palmo; el progreso depende de nosotros.
Este es un camino de experiencias que nadie puede vivir por nosotros. No tiene atajos, requiere el roce de la vida que ningún libro o maestro puede otorgarnos. La alegoría del Maestro Hiram trata de enseñar esto a los que buscan la realización propia por medio de un acto misterioso o una palabra mágica en vez del esfuerzo individual.
A diferencia de todos los otros seres en el mundo material, el hombre es el único que tiene la capacidad para tomar su evolución en sus propias manos. De ahí su posibilidad de autorrealización. El puede acelerarla o retardarla. Pero sea cual fuere su duración, tiene que pasar, indefectiblemente, por las tres etapas del proceso natural de la síntesis que caracteriza el proceso evolutivo: 1) QUIEN SOY, 2) DE DONDE VENGO, 3) A DONDE VOY, su fructificación como resultado de la fusión o unión de dos polaridades. Los límites fijan los principios básicos de estos tres grados evolutivos.
Tratándose de una evolución en conciencia, este proceso va encaminado a la adquisición del elemento más valioso y más importante para el hombre y para la masonería: ¡LA LUZ! Aquello que se conoce como la luz de la conciencia, o del conocimiento, es una síntesis emergente de las experiencias vividas.
Tratándose de cualquier tipo de evolución, es indispensable la existencia de grados sucesivos de realización. Efectivamente, en lo que concierne al desarrollo de la luz de la conciencia en los seres humanos, éste consiste en tres etapas, comprendidos en el sistema masónico por sus tres grados simbólicos.
Estos grados corresponden a las mismas tres etapas del proceso evolutivo de la luz de las ideas que viene del razonamiento; a saber: 1) el análisis, 2) la correlación y 3) la deducción o la síntesis. Esta evolución en conciencia comprende, al mismo tiempo, un proceso gradual de integración hasta llegar a la unión con todo.
El primer grado, el de aprendiz, comprende esa etapa de desarrollo de lo que se denomina en sicología conciencia individual. En esta etapa se lleva la integración de la personalidad o el ser inferior. Está bajo la dirección del segundo vigilante, que representa la personalidad. Esta integración tiene por finalidad hacer que la personalidad se vuelva un instrumento equilibrado, coordinado y armónico, de manera que pueda sintonizar y expresar con fidelidad a ese Ser Superior que hay en nosotros.
Esta integración exige disciplina, ejercitar, desarrollar y controlar los tres aspectos (físico, emocional y metal) de nuestra personalidad para lograr un domino completo sobre ellos, de manera que ninguno de los tres predomine, haciéndonos perder el equilibrio.
De ahí que la disciplina sea la principal característica de este grado. Esta etapa evolutiva corresponde, por analogía, a la del análisis de tendencias opuestas y luchas dentro de sí, para coordinarlas e integrarlas gradualmente en un todo armónico que permita la captación y transmisión de la luz superior en nosotros, sin distorsionarla. SOLO LA VERDAD NOS DA LIBERTAD.
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