viernes, 26 de marzo de 2010

“LA CUARTA DIMENSIÓN”



“LA CUARTA DIMENSIÓN”
¿Será la explicación de la existencia del mundo
Invisible o intangible solo perceptible a los ojos psíquicos?

Autor: Dr. Harver Spencer Lewis
Extraído de la Revista El R+C Vol. I setiembre de 1,947

La mayor parte de los estudiantes de metafísica y de ocultismo, tarde o temprano, llega a interesarse en la posibilidad de la existencia de una cuarta dimensión; cuando éste interés se despierta, se convierten ellos en investigadores entusiastas que buscan mayores conocimientos con respecto a esta dimensión. Sin embargo, de mis muchas entrevistas con diferentes estudiantes, he llegado a la conclusión de que el interés en éste asunto desarrolla en cada estudiante un concepto muy elevado de la índole maravillosa de la cuarta dimensión. En ese estudiante, la sola idea de ésta dimensión va desarrollando y revelando gradualmente un mundo grande y misterioso que él no ha podido comprender.

A medida que el estudiante continúa sus meditaciones y análisis del asunto, se va desarrollando en él, por extraño que parezca, una admiración todavía mayor por la naturaleza y manifestación de esta cuarta dimensión, y parece que la uniera a las otras tres para representar a los cuatro grandes métodos fundamentales para analizar la existencia de las cosas de este mundo.

Sin embargo, rara vez comprende semejante estudiante que al concebir las cuatro dimensiones, está en realidad comprendiendo dos grandes símbolos de la Ley Cósmica: el triángulo y el cuadrado. El triángulo representa las tres dimensiones que nos son familiares, a saber: largo, ancho y profundidad. Esta trinidad de dimensiones, enseñada a nuestra conciencia objetiva desde la infancia y a través de toda la vida, se convierte en la vara de medir de nuestra comprensión objetiva. Es sólo cuando el individuo se interesa en asuntos místicos u ocultos cuando llega a comprender que hay una cuarta dimensión. Desde ese momento él cambia su triángulo de medidas por un cuadrado, porque entonces dispone de cuatro dimensiones para su consideración, en lugar de tres.

Desgraciadamente, al cambiar el estudiante el triángulo por el cuadrado, convierte las cuatro dimensiones en una nueva norma o unidad de medida, para juzgar y medir las manifestaciones del universo entero. Al proceder así, limita él su habilidad para analizar las cosas que lo rodean y se engaña por que cierra los ojos y la consciencia a una porción considerable de cuanto existe.

En nuestra infancia y juventud se nos enseña algo que al ser adultos se convierte en una ley para nosotros; a saber: que todo aquello que no podemos ver o sentir o gustar o medir por medio de las tres dimensiones, no existe. Esta creencia constituye la formación material y objetiva de nuestras experiencias humanas. Según semejante norma, el alma no existiría, ni el espíritu universal y en realidad parecería que no existiera la consciencia, la energía divina, ni el espíritu universal y en realidad parecería que no existiera el Dios del universo, ya que todas esas cosas, incluyendo la mayor de todas, no pueden medise con las tres dimensiones. Esto es lo que ha dado origen en el mundo a la conciencia materialista de los seres humanos, tan universal y extendida. Ésta es la causa de la duda y de la falta de fe que existen con respecto a cuestiones religiosas, a cuestiones místicas y a todos los principios metafísicos, lo que a todas las leyes ocultas.

Al agregar una cuarta dimensión a nuestro concepto de vida, no cambiamos mayormente el punto de vista materialista, si es que lo cambiamos en algo. He hablado con centenares de personas de ideas materialistas, quienes admiten la comprensión y la posible existencia de una cuarta dimensión, pero todavía se atienen a la idea de que, a menos que una cosa pueda ser medida por las cuatro dimensiones, no existe ni tiene sitio en nuestra consciencia como cosa efectiva. Esas personas son, en realidad fundamentalmente materialistas, que miden y calibran todas las cosas por medio de las tres dimensiones materialistas de largo, ancho y profundidad, agregando una cualidad a estas cosas, gracias a la consideración de la cuarta dimensión.

La Gran Lección

Sin embargo la gran lección que tienen que aprender los estudiantes de misticismo y ocultismo, es que el triángulo de las tres dimensiones es un concepto independiente y separado, y que el cuarto punto, que constituye el cuadrado, es la idea de la cuarta dimensión más, añadida a las otras tres para que el análisis de las cosas sea más completo. Esas personas son incapaces de juzgar debidamente las cosas más sutiles y misteriosas de la vida.

El procedimiento correcto es recordar de la misma manera que podemos agregar una dimensión más a las tres fundamentales, para formar así cuatro dimensiones, también podemos quitar tres de ellas a las cuatro, y dejar entonces una sola dimensión. Dicho de otro modo, en vez de pensar siempre con las cuatro dimensiones, podríamos pensar que las tres primeras constituyen un grupo y la cuarta dimensión constituye una manifestación separada de la ley natural.

El primer grupo de tres dimensiones corresponde al mundo material y forma parte de nuestra consciencia materialista. La cuarta dimensión debe ser considerada como una ley de la naturaleza, separada y distinta, que no está relacionada de ningún modo con las otras tres dimensiones. Y de la misma manera que podemos agregar esta cuarta dimensión a las otras tres, o dejar de tomarla en cuenta, si así queremos, así también podemos dejar de tomar en cuenta las tres dimensiones y juzgar todas las cosas tomando como única base la sola dimensión que llamamos la cuarta.

La Dimensión Cósmica

Si fuéramos a elegir un nombre más apropiado para la cuarta dimensión, yo la llamaría la Dimensión Cósmica y llamaría a las otras tres, las dimensiones mundanas. Al considerar las cosas, de una manera general, sería razonable examinarlas desde ambos puntos de vista, el materialista y el Cósmico. Es esto lo que el estudiante de ocultismo y de metafísica hace. Parecería razonable y lógico hacerlo, pero en realidad, es esto un grave error que cierra la puerta de nuestra consciencia a la consideración verdadera de las cosas, tal como ellas son. Para explicar claramente lo que quiero decir, supongamos que las tres dimensiones de largo, ancho y profundidad, son las dimensiones que nos da nuestro cuerpo humano. Y digamos que la cuarta dimensión es la que pone un alma en nuestro cuerpo y hace que nuestros cuerpos vivan y tengan energías vitales. El materialista cree solamente en las tres dimensiones y dice que el hombre es solamente un cuerpo físico. El estudiante de metafísica y de ocultismo, que no piensa mucho, dice al materialista que esta equivocado y que la cuarta dimensión o sea el alma, debe agregarse al cuerpo para tener un concepto perfecto de lo que es el hombre. Semejante estudiante cree que es únicamente por la unión del alma y el cuerpo, como tenemos evidencia o prueba de la existencia de las cosas vivientes.

Pero de la misma manera en que podemos tener un cuerpo de tres dimensiones sin alma, así también podemos tener un alma como si fuera una cuarta dimensión, sin cuerpo alguno.

Los estudiantes de mística generalmente aceptan el cuerpo y el alma como dos entidades separadas, y que pueden separarse o unirse, pero cuando se trata de estudiar las dimensiones, estos mismos estudiantes parece que pensaran que la cuarta dimensión debe agregarse siempre a las otras tres y que la única manera de estudiar y analizar la existencia de las cosas de este mundo, es considerarlas por medio de las normas de medida de las cuatro dimensiones, todas juntas.

Ahora bien, quiero decir a estos estudiantes que el verdadero concepto místico de las cosas es ignorar las primeras tres dimensiones y verlo todo desde el punto de vista de la cuarta dimensión únicamente. ¿Qué nos dan las primeras tres dimensiones que sea de alguna importancia? Largo, ancho y profundidad son términos materialistas. Ellos miden el tiempo y el espacio y nada más. Ellos solo tienen que ver con la materia y con su comprensión objetiva. El tiempo y el espacio son cosas puramente imaginarias que no tienen lugar en la comprensión cósmica y que están completamente más allá de toda dimensión, desde el punto de vista cósmico.

Punto de Vista Cósmico

Desde el momento en que consideramos las cosas desde el punto de vista cósmico, el tiempo y el espacio quedan eliminados. Si eliminamos el tiempo y el espacio, eliminamos también la anchura, la profundidad y la altura. El largo o la longitud de una cosa, es el espacio que ocupa. Lo mismo sucede con la anchura y la profundidad. Son, o la existencia que ocupan en el espacio, o el tiempo que ocupan en nuestra consideración de ellas. Si no tuviéramos concepto de tiempo y espacio, nunca concepto de las primeras tres dimensiones. Pero con la cuarta dimensión todo es diferente. La cuarta dimensión se relaciona con la naturaleza de las cosas y con su verdadera existencia cósmica, independientemente de sus cualidades materialistas, tales como longitud, anchura y profundidad.

En el mundo cósmico todo existe a causa de la cuarta dimensión, en el plano de la tierra, la cuarta dimensión es la causa de la naturaleza de las cosas, mientras que las otras tres dimensiones son la causa de la visibilidad objetiva de las cosas.

En la Cuarta Dimensión

Si pasamos a examinar la posibilidad de las leyes de la cuarta dimensión, inmediatamente vemos que las cosas pueden existir en este universo, sin tener longitud, anchura ni profundidad. Tales cosas, entonces, tendrían toda la naturaleza que la cuarta dimensión les diera, pero serían invisibles a nuestros ojos e inconmensurables por cualquiera unidad materialista. Por lo tanto vemos que la cuarta dimensión nos ayuda a comprender y a apreciar el gran mundo invisible e intangible. Si el hombre se despojara súbitamente de las primeras tres dimensiones y viviera únicamente en la cuarta, sería invisible para el ojo objetivo y sería intangible para los sentidos objetivos. No solamente nos sería imposible verlo, sino que tampoco podríamos tocarlo, ni sentirlo ni palarlo. Semejante persona no estaría en algún estado mental extraño, sino simplemente, poseería un estado espiritual inusitado, mientras ustedes leen estas consideraciones en este artículo, pudiera estar de pie junto a ustedes, o detrás de ustedes un ser humano de la cuarta dimensión. Semejante ser humano tendría la naturaleza que la cuarta dimensión da a nuestro cuerpo físico, pero esa persona no tendría la manifestación de las otras tres dimensiones: largo, ancho y grueso. Por lo tanto, ustedes no verían a esa otra persona, ni la sentirían, ni sabrían que está allí, excepto por medio de algún sentido psíquico. Al comprender esto, comprenderemos también que todo el espacio que nos rodea y aún el espacio muy limitado de nuestro cuarto, en el cual vivimos, de nuestras oficinas, de nuestros automóviles y vehículos pueden estar llenos de manifestaciones de la naturaleza de la cuarta dimensión, sin que sepamos nada de ellas.

Es solamente cuando la esencia y el espíritu de la cuarta dimensión toman en sí mismos las otras tres dimensiones, cuando las cosas se hacen objetivamente visibles. Para la mente objetiva del hombre, es necesario que las otras tres dimensiones objetivas sean agregadas a la cuarta, para que sea posible ver y medir y comprender las cosas. Pero el hombre necesita desarrollar sus sentidos psíquicos y sus cualidades psíquicas hasta el grado en que pueda sentir las manifestaciones de la cuarta dimensión, aún en ausencia de las otras tres dimensiones.

Esto es precisamente lo que sucede cuando el estudiante de ocultismo y de mística se refiere a muchas cosas invisibles e intangibles, diciendo que tiene contactos con ellas de vez en cuando y que las siente. Está él en armonía con la cuarta dimensión y está completamente independiente de las otras tres dimensiones. Si desde este mismo día, procedéis a ignorar la necesidad de tomar en cuenta las tres dimensiones y a comprender que solo la cuarta dimensión es la que real y efectivamente la naturaleza verdadera de las cosas, hallaréis que el mundo puede estar lleno de criaturas, de cosas vivientes, de plantas y árboles, flores y otras cosas, que son desconocidas de todos aquellos que se atienen rígidamente a la consideración de las dimensiones primeras, tal como se ha manifestado anteriormente.

HH:. esperando haya sido en beneficio de vuestros conocimientos quedo de vosotros;


Fraternalmente,

R:. H:. P:.V:.M:.I:. Carlos Napoleón Del Carpio Palacios – M:. del Real Arco ADONHIRAM

No hay comentarios: