ELEFANTE MASÓN
LO QUE PODEMOS APRENDER DEL ELEFANTE
Gentileza del R.·.H.·. JULIO CÉSAR LOAYZA
Valle de Santa cruz. Gran Oriente de Bolivia
El elefante es un animal muy sobresaliente en el Reino Animal, reino de animales a los que los humanos somos unos más del grupo, tiene varias características los Elefantes que deben ser resaltadas y que los buenos masones deberíamos imitar para hacer una excelente carrera masónica, y claro una vida provechosa. Ciertamente es un animal muy grande y pesado, que camina con ponderación pues sabe que en asuntos de vida se corre más con la cabeza que con los pies. Analicemos a los extraordinarios paquidermos de la cabeza a los pies.
Es reconocido por una portentosa memoria que le permite aprender tareas con precisión, además nunca olvida lecciones, quienes les hicieron daño para evitarlos, y menos lo que le hace salir adelante, y agruparse con sus iguales, para protegerse. Contrario sucede con los humanos que no aprenden y menos ejecutan con éxito muchas de las labores asignadas por años; además padecemos como humanos de una memoria tan débil que cuando nos equivocamos olvidamos todo, aunque solo hayan transcurrido unas horas. En algunos humanos la velocidad del olvido aumenta en asuntos que le son perjudiciales, agrupándose de nuevo con gente nociva.
El elefante tiene muy grandes orejas que le permiten escuchar con agudeza y prontitud. Contrariamente son muchos pseudo masones que no escuchan nada de lo importante de lo que pasa a su alrededor, a no ser que sean chismes de escándalos en Logias, o algo morboso que le sucedió a una mujer, sobre todo no escuchan algo importante a menos que no les incumba. Así, toman decisiones sin una previa comunicación que los ubique en la realidad de las cosas, con el tiempo acentúan su sordera a las cosas de verdadera importancia, mientras que incrementan su capacidad auditiva a lo impúdico. El elefante también ha sido dotado de una gran nariz –trompa- que le permite husmear y olfatear el ambiente, evitando las imprudencias y ampliando el conociendo del terreno en el que actuará. Nosotros como masones venimos padeciendo de pérdida del sentido del olfato, -en este caso - algo que nuestros masones del pasado tenían más que desarrollado, y que les permitió orientar a la Masonería por el camino correcto.
Experiencia y honestidad. En el elefante los colmillos a más grande más edad representan, son reflejo de mucha mayor experiencia; esto los convierte en los líderes que imponen el ritmo al caminar hacia su meta, a donde hay agua y alimento. Los mayores son quienes definen con sabiduría el camino de la manada, puesto que tienen la sapiencia y el conocimiento que da la experiencia en la Vida. En la Masonería actual cualquiera cree poder ser Líder, aunque sean pocos los que estudian lo propio de la Masonería, no conocen los problemas que la Masonería enfrenta, y menos tienen la capacidad para crear estrategias correctas para cuidar a una sociedad que cada día pierde libertades ante un Clero Católico que intenta desmantelar al Estado Laico en muchas partes del Planeta. Al punto de que da la impresión de que la Masonería actual es la única profesión que se puede ejercer sin haber estudiado sobre la materia que se ejerce, para ser masón se necesita estudiar mucho; pero en Masonería la improvisación y la poca sensatez es la regla que gobierna las Logias. Además, es común el desprecio de los sabios consejos de los masones viejos, esos que tienen “colmillo masónico político liberal juarista”. Y que son los únicos que nos pueden dar la pauta para enfrentar al Clero Vaticano que se quiere apoderar de Nuestro México.
Al elefante la naturaleza le dotó de una piel gruesa y fuerte, lo que le permite repeler los ataques de las fieras, y evitar heridas profundas. Recordemos como en las películas legendarias de la Selva o de aventuras en África o la India, las flechas rebotaban si provocarle daño alguno. En la Masonería de hoy son los masones honestos y comprometidos los que quieren participar en la defensa de los ataques del Clero, no les da temor enfrentar los ataques infundados y malintencionados de adversarios del Clero Católico y de alguna prensa comprada por la derecha mexicana o la izquierda mexicana, socialista y derechistas lo vimos todos fueron a besarla la mano al Papa cuando vino a México, pero los masones sabios tienen la piel fuerte del elefante. Así los políticos han preferido hacerse a un lado para dejar el espacio a los curas que son gentes sin capacidad para que gobiernen México, y gentes del magisterio les cederán a los sacerdotes católicos pedófilos para que eduquen a los niños y jovencitos mexicanos, sacerdotes que no tienen la piel dura, pero sí la “cara muy dura por sinvergüenzas”, y por ello poco les importa ventilar su oscura hoja de vida ante la opinión pública, además, todo lo justifican como una sucia “campaña política en su contra”, cuando lo que hacen es retar a la sociedad de que son impunes y están sobre la ley, aun si violan niños y niñas, la Ley Jamás los Castigará.
Empero, hay algo extraordinario en ese caminar lento y firme del elefante y de su manada -que evita que se cansen o les duela- es que en su caminata dejan huella. Todos con facilidad podemos ver las pisadas firmes, grandes y profundas que el elefante deja en su paso. Por la forma y su gran tamaño nadie duda quién es el dueño de esas huellas. Los verdaderos masones, los Políticos Masones como el Q:.H:. Pablo Benito Juárez García, dejan por años y años huellas en la sociedad que hacen que nadie olvide sus obras, a pesar de las diferencias y duras batallas. De ellos se hablará siempre, puesto que son recordados por la “buena huella política” oportuna que dejaron en la nación; ellos se reconocen en la posterioridad como beneméritos de la patria y sus obras se convierten en patrimonio nacional y universal.
Ah, olvidaba, una característica formidable en el elefante, tiene un cola tan corta que nunca se le pisará, lo digo por aquella famosa frase popular que dice de la gente honesta “que no tiene cola que le pisen” una cola larga es fácil de pisar por todos. Los masones no debemos tener cola larga. Son las ratas, no elefantes, los que tienen colas largas, tan largas como sus cuerpos..
Los Masones como los Elefantes debemos estar unidos en Grupos o Manadas, y la verdad es que los Elefantes son los verdaderos Reyes de la Selva, ni los felinos leones los enfrentan. Los Elefantes son ritualistas, tanto que al final se dirigen a un cementerio a morir en paz, sabiéndose dignos de esos cementerios, son ellos los Elefantes los que se alimentan de las hojas de Acacia, de las hojas más altas del árbol.
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