LA MAGIA
VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA
Es
el conocimiento superior de las leyes del universo y de la creación que
posee el mago. Conociendo el modo que opera la creación, puede
modificar las cosas y los acontecimientos.
La magia es
el uso de las energías naturales y la visualización positiva para crear
cambios en nuestras vidas. Todos somos mágos, simplemente porque estamos
rodeados de energía. Con ella tenemos el poder de originar el bien en
nuestras vidas o también emplearla para atraer negatividad. La tierra
está llena de maravillas vivas, y utilizando sus energías podemos crear
magia que puede ser usada en la vida cotidiana como ayuda en la
visualización de nuestras necesidades. Un pensamiento positivo puede ser
proyectado al universo y convertirse en una hermosa transformación
psicológica. Por ejemplo, las plegarias, los cánticos, rezos,
meditaciones habladas, mantras son formas de magia, que muchos lo hacen
diaria y casi mecánicamente, pero no saben de su poder, ya que es
energía enviada al universo de forma positiva y con el tiempo es
reflejada. Muchos sueños y deseos han sido cumplidos a través de una
súplica humilde y ferviente
La
Magia fue la ciencia de Abraham, Orfeo, Confucio, Zoroastro, Buda,
Jesús, Enoc, HermesTrismegisto, Mahoma, Paramahansa Yogananda. Sus
nacimientos comportan un cambio drástico en nuestras vidas y sus
doctrinas mágicas han perdurado en el tiempo porque han llegado a un
perfecto dominio de sí mismo. Moisés las purificó y quitó el velo: este
es el sentido del vocablo "revelar". El nuevo disfraz que les brindó fue
el de la Cábala: exclusiva herencia de Israel e inviolable secreto de
sus sacerdotes. Los misterios de Eleusis y Tebas se preservaron entre
los gentiles por sus símbolos, pero en forma degradada, y la clave
mística se perdió en medio del aparato de una superstición en constante
crecimiento, a pesar de ello ha llegado hasta nuestros tiempos la
palabra perdida y recobrada y transmitida a los elegidos de las
iniciaciones. en la célebre orden de los templos de las asociaciones
secretas de rosacruces, illuminati y masones, y que se da significado
en sus ritos, a través de signos más o menos convencionales, y da una
justificación a su creencia, al igual que una clave a su poder.
Es
importante también hacer una distinción entre magia y brujería, aunque
ambos interactúan con el mundo, concretamente con el invisible, donde se
práctica en modalidades distintas.
El Chamán es el súcubo del mundo de los espíritus, el medio por el que pasa la información
de
un mundo a otro, al nuestro. Está en contacto con otras dimensiones y
en estado de trance la describe, proporcionando a quien le escucha
informaciones útiles. A veces, durante su visita al mundo de la otra
dimensión, se encuentra con seres, formas, colores que no son los
nuestros. Cuando vuelve en sí intenta representar las visiones que ha
tenido, en una reproducción de imágenes y figuras que necesariamente
fuerzan nuestras capacidades cognoscitivas, porque se refieren a una
realidad que no es la nuestra. debido a esto se producen imágenes
extrañas, onírica, que representan criaturas que pueden ser en parte
humanas y en parte animales o demoniacas. Antiguamente, y hoy que se
está recobrando el valor de las culturas pasadas, que fueron aplastadas
y alteradas por los invasores, el Chamán es quien se relaciona con
otras dimensiones practicando un conjunto de comportamientos, actitudes
mentales y creencias gracias a los cuales pueden ponerse en contacto con
el mundo de los espíritus, recibir sus mensajes o enseñanzas y ejercer
de puente entre la otra dimensión y la nuestra.
El
chamanismo está presente en todos los pueblos y en todas las épocas,
con características comunes pero también específicas de cada tradición.
Ejemplo son los indios que pueblan toda América, que poseen una gran
riqueza de información que aporta sobre las técnicas chamánicas. La
figura del chamán es de un médico que utiliza canales energéticos útiles
a través de los cuales fluye el poder de sanación. Es un catalizador y
dirige todo el poder necesario para realizar curaciones o sortilegios.
Le basta con una acción muy simple como la de tomar entre sus manos unas
piedrecitas cogidas del lecho de un río, -ya que el agua las purifica_
y les carga de energía según la intención por la que trabaje. Las
piedras se convierten en potentes tótems, es decir, amuletos aliados del
chamán. Este, después de haber acumulado en su interior el significado y
la carga de su intención, transforma el objeto con el que ha entrado en
contacto en un campo energético radiante, que continuará emanando la
información energética hasta que haya modificado la realidad y haya
cumplido lo que se le había encargado. Con su poder, o su carga
energética, el chamán puede modificar las manifestaciones energéticas de
las personas. De esta manera se puede eliminar el bloqueo de los
chakras que no dejan fluir libremente la energía y provoca enfermedades u
malestares.
Según la importancia de la acción que debe realizar, el chamán conectará con el poder de la
creación,
requiriendo para sí el poder de las plantas, de los animales, de la
tierra o de todo el universo. Obtiene el poder máximo cuando requiere a
toda la creación visible invisible. Para ello extrae energía de todas
las direcciones cardinales incluyendo el centro inferior y superior.
estas direcciones están colocadas en la llamada rueda de la medicina, un
círculo en el que se encuentran todas las direcciones donde el chamán
invoca y el poder se manifiesta visible e invisible, representando la
realidad cumplida, es decir mediante la fuerza que moldea el campo
energético.
Visible e invisible son dos
caras de la misma moneda, como la noche y el día, como la vida y la
muerte. La una no concluye con la otra, sino que antipa su llegada. La
realidad es vivida en sentido circular, porque a cada fin, a cada muerte
corresponde siempre un renacimiento, en un ciclo eterno que representa
la respiración vital del universo.
EL MAGO
Del griego magos, que significa hombre consagrado. Este nombre se dio a la casta
sacerdotal
a la que Zoroastro confió el cuidado del culto, la interpretación de
los movimientos de los astros y la custodia del fuego. Esta ciencia de
la religión de Zoroastro, es célebre en la antigüedad porque se
participa en el estudio de conocimientos sobre medicina, ciencias
naturales y las ciencias ocultas.
El mago posee unas
características muy distintas al chamán. No es necesario que tenga una
sensibilidad especial, no actúa de manera pasiva con la otra dimensión,
sino que estudia el cosmos y sus reacciones.
Impone su
voluntad, a partir de sus conocimientos superiores del mundo y del
universo, mediante rituales, fórmulas, energías pocos conocidas y, sobre
todo, el conocimiento y la utilización de la regresión cósmica.
La
magia se basa en la ley de la simpatía universal, según la cual todo
está relacionado con todo. Por medio de un fluido sutil que une todas
las cosas, cualquier movimiento en las distintas dimensiones del cosmos
se transmite a todas las demás cosas, preferentemente a aquello que
tiene capacidad de resonar. Una vez conocida la dirección exacta, se
puede influir en cualquier cosa, porque no existen áreas de
discontinuidad como cree la ciencia moderna.
Este
proceso de resonancia es particularmente válido para el humano, que es
un microcosmos que refleja plenamente el macrocosmos de la creación. En
efecto, el hombre está compuesto por los mismos elementos que se halla
en el universo, son las mismas sustancias, los mismos procesos, los
mismos desequilibrios que tenemos todos los que poblamos la tierra
(microcosmos) y también en el macrocosmos que regulan las fuerzas del
universo.
LA REGRESION COSMICA
Es
el gran secreto de los magos. Según la concepción antigua, un mago no
podría intervenir de manera significativa en el curso de los
acontecimientos si no supiera trabajar con la regresión cósmica. Para
entender qué es y cómo funciona este concepto debemos conocer cómo
procede la creación, ya que, de hecho, la regresión cósmica es un modo
de conectarse de nuevo con la creación del universo e imitar las acción
de los dioses.
Según los antiguos hermetistas,
filósofos, pensadores y magos del mundo griego, egipcio y caldeo, que
vivieron entre el siglo II a.de n.e. y los primeros siglos de esta era,
en la creación existe un centro que origina energía que difunde a su
alrededor, A medida que esta se aleja del centro decae hasta llegar a un
punto de congelación de la materia.
El mago es capaz
de trabajar con esta energía, interceptándola en el momento en que se
dispone a transformarse en materia y acontecimientos. Aquí, en este
espacio y en este tiempo, que no es nuestro, sino el tiempo sagrado del
mito, el mago consigue interponer el filtro de sus transformaciones
entre el antes del todavía no materia y el después de la materia ahora
ya transformada.
De esta manera puede incorporarse a
este proceso creativo, mediante la repetición de las acciones de los
dioses en el rito y en las celebraciones que permiten salir de nuestro
espacio/tiempo cotidiano profano para entrar en el espacio y en el
tiempo sagrados, idénticos a aquellos en los que los dioses llevaron a
cabo el acto de magia más importante que es la creación, existiendo una
dimensión diferente a la nuestra.
MAGIA Y ALQUIMIA
El acto creativo que acabamos de describir sigue un procedimiento utilizado por una
disciplina tradicional próxima a la magia: la alquimia.
Las
transformaciones alquímicas no pueden tener lugar si los materiales
con los que se trabaja no se llevan antes a un estado de materia prima,
entendida como la sustancia cósmica originaria de la que todo procede.
Si
primero el alquimista no transforma sus elementos en materia prima, no
tiene la posibilidad de incorporarse al proceso creativo de los
orígenes, y, por ejemplo, no puede convertir el plomo en oro.
El
alquimista, al igual que el mago, debe identificarse con las fuerzas
del universo para poder entrar a una dimensión que le permita interferir
en la naturaleza. La imitación de la acción principal de como está
organizado el cosmos tiene una importancia fundamental para entender el
estado psicológico en que deben estar el mago y el alquimista para
encontrar la carga psicoenergética necesaria para hacer posible la
operación mágica y alquímica.
IDENTIFICACIÓN CON LAS DIVINIDADES
En
la magia también tiene lugar un proceso de identificación con la
divinidad: hay que seguir el mismo camino que la divinidad para llegar a
ser capaz, con ella, de modificar los acontecimientos. esta es una
convicción que tiene un fuerte arraigo en el pensamiento mágico.
En
los grimonios medievales, que es la gramática de la operación mágica,
encontramos esta identificación entre mago y divinidad. El mago,
mientras recita el ritual, llega a identificarse un poco con una
divinidad, del que se cree procede la creación, y puede, como él,
pronunciar el fiat, o sea, con el que ordena a la naturaleza.
Encontramos
un ejemplo de esta identificación en el Heptamerón, atribuido a Pietro
de Abano, es el exorcismo general para los espíritus del aire, el mago
actúa enganchándose a los atributos de potencia y creación de dios, es
decir, absorbe la potencia de otras entidades, y una vez asumido el
poder de imposición de la divinidad, habla al final en tercera persona
como si fuera dios, y su voluntad es la de que debe ser obedecida.
LA MAGIA COMO HOMEOPATIA
Las
pinturas rupestres prehistóricas testimonian con abundantes ejemplos
que los animales pintados y las escenas de caza no son representaciones
naturalistas, sino formas de propiciación mágica. Golpear con la punta
de una lanza al animal representado, descargando la agresividad contra
él, es un procedimiento muy común en todas las tradiciones mágicas del
mundo. La imagen representada actúa como nexo con el animal real. este
es el principio de la homeopatía.
Dicho principio es
afín al del contagio, según el cual un testimonio de la persona o del
animal ( un elemento que tenga un vínculo directo con ellos, como es el
pelo, sangre o una prenda que haya llevado) permite repercutir en la
persona o animal del que procede. De hecho, precisamente en este
principio se basa el mal de ojo.
El principio de la
analogía es igualmente importante, porque se encuentra en los
fundamentos del pensamiento de las sociedades tradicionales: dos cosas
son de alguna manera análogas si comparten determinadas características
funcionales. Tal como afirmaba Papus, un antiguo egipcio podría haber
razonado del siguiente modo: ¿Para que sirven los pulmones? Para
absorber el aire que, una vez transformado, alimenta el organismo. ¿Para
que sirve el estómago? Para transformar la comida que alimenta el
organismo. Por tanto , estómago y pulmones son análogos porque
desempeñan funciones similares.
A partir de ahí se puede elaborar toda una serie de equivalencias análogas entre varias partes del organismo.
HIPOTESIS MODERNA DEL FUNCIONAMIENTO DE LA MAGIA
Tras el análisis de la literatura mágica del pasado podemos llegar a la conclusión de que,
para que la magia pueda funcionar, se debe cumplir cuatro condiciones:
* Los seres vivos han de poder recibir y transmitir algún tipo de energía, conocida o desconocida.
* Debe haber un medio portador capaz de transmitir a gran velocidad estas radiaciones en la distancia.
* El hombre ha de poder entrar en resonancia con otros seres humanos.
*
La ritualidad y la simbología mágicas han de poder activar algún tipo
de campos energéticos dirigidos por la voluntad del mago.
El
primer punto tiene una gran importancia. Según el pensamiento
tradicional, cualquier cosa está vinculada y resuena con otra
cualquiera, en cumplimiento del concepto de simpatía universal. Por esta
razón no hay nada extraño en el hecho de que el mago pueda actuar a
distancia sobre algo o alguien.
El
historiador árabe Ibn Khaldun, con respecto al tema de la magia,
consideraba que el mago tenía la capacidad para llevar a cabo actos
mágicos a distancia a través de un fluído especial emitido por él mismo.
Muchos
autores compartían la opinión de que algún tipo de esencia magnética o
fluído estaba unido a todo lo que existe. Prueba de ello es la
convicción de que era posible transmitir a distancia estos influjos
magnéticos.
Paracelso hace un comentario relevante
sobre el hecho que sea posible que los medicamentos ejerzan su acción,
aunque no sean ingeridos, sino simplemente puestos en contacto con el
cuerpo; igualmente no debería parecerte extraordinario e imposible que
un fármaco pueda curar al hombre incluso sin ser ingerido, sino solo
llevado colgado edel cuello como amuleto.
En la base del pensamiento de Habnemann, padre de la homeopatía, hay indudablemente
una
concepción de la vida de tipo fundamentalmente tradicional. Esto se
desprende, en particular, de sus opiniones sobre la fuerza vital. Esta
esencia inmaterial es una dimensión informativa vital, que es la que
regula el organismo y lo mantiene en un estado de equilibrio
psicofísico. Tanto es así que una perturbación de la fuerza vital puede
comportar descompensaciones físicas.
Cuando se
suministra un medicamento se crea una interacción energética entre uno
de los cuerpos sutiles del humano, quizás el cuerpo etéreo o un sistema
concreto de nuestro organimso, como por ejemplo el inmunitario y el
mensaje transmitido por el medicamento probablemente por vía
electromagnética.
El segundo punto tiene que ver con la
existencia de un portador capaz de transmitir relaciones en la
naturaleza. Puesto que en acto mágico se manifiesta sin problemas de
espacio la acción del mago que podrá transportarse en la distancia en
tiempos muy breves a través del eter, que es el fluido omnipresente que
une todas las cosas del universo, ya que son partículas más veloces que
la luz.
El campo constituido de esta manera sería el
portador de cualquier información, por ejemplo, la de las formas de
pensamiento del mago emitidas por ondas cerebrales, capturadas por el
portador superveloz y transmitidas a distancias increíbles. Por tanto,
este portador podría intervenir en el proceso mágico.
En
el tercer punto hay que hacer referencia a los experimentos realizados
por el investigador italiano Alberto Tedeschi sobre la interacción de
las ondas cerebrales.
Uno de sus
experimentos tenía como objeto estudiar si en los electroencefalogramas
de pacientes y el terapeuta, se registraba alguna interacción entre sus
ondas cerebrales en el curso de la sesión. Y se vio que, al principio
las dos personas tenían frecuencias diferentes, a medida que avanzaba la
sesión se producía un acercamiento de la frecuencia del paciente y la
del terapeuta hasta acabar siendo idénticas.
En una
segunda serie de experimentos se observó que cuando el terapeuta a unos
metros de distancia concentraba su atención en algunos órganos del
paciente, en estos se registraba variaciones de su frecuencia
específica, influenciada por la actividad mental del terapeuta.
Son estudios que demuestran la existencia de un proceso de interacción y resonancia entre los seres humanos.
El cuarto y último punto puede explicarse por las que se han venido a denominar ondas de forma.
Según la opinión de muchos radiestesistas y geobiológicos, el campo magnético terrestre,
cuando
se encuentra una figura geométrica tridimensional o bidimensional es
atraído por dicha figura, que se impregna de energía recibida y la emana
de nuevo, modificando el mensaje típico: lo que inicialmente podía ser
inofensivo, ahora puede ser peligroso, porque algo ha cambiado en el
tipo de radiación.
Las figuras geométricas emiten en
determinadas condiciones energías sutiles que pueden resultar positivas o
negativas para los seres vivos.
Conociendo estas
fuerzas, el mago puede suscitar, con simples dibujos jeroglíficos o
movimientos rituales, ondas de forma que son producidas por las formas
dinámicas y que son emitidas a través de movimientos de danza o gestos
rituales una serie de efectos tanto sobre los seres biológicos como
sobre la materia.
LA MUJER DEJO DE SER PREDOMINANTE EN LA MAGIA
En tiempos antiguos, las tribus tenían dos figuras predominantes. La primera era el líder: el
más
valiente, fuerte y suficiente para derrotar a sus semejantes que lo
desafiaban, lo bastante inteligentes para escapar a las conspiraciones
de la eterna lucha del poder, que no solo se da hoy, sino que nació en
la noche de los tiempos. Una vez establecido en su cargo, era
responsable por la protección y el bienestar de su pueblo en el mundo
físico. Con el transcurso del tiempo, lo que fue una selección natural
terminó por corromperse y la figura del líder pasó a ser transmitida
hereditariamente. es el principio de la perpetuidad del poder, donde
surgen los emperadores, reyes y dictadores. Todos ellos vienen hacer lo
mismo, mantienen el poder sin la aceptación de su pueblo.
Sin
embargo, más importante que el líder era el chamán. Ya en los albores
de la humanidad los humanos percibían la presencia de una fuerza
superior, la razón para vivir y morir sin que pudieran explicar de dónde
venía. Junto con el nacimiento del amor, surge la necesidad de una
respuesta al misterio de la existencia. Los primeros chamanes fueron
mujeres, fuente de vida; como no estaban ocupadas con la caza o la
pesca, se dedicaban a la contemplación y acabaron sumergiéndose en los
misterios sagrados. La tradición era transmitida a las más capaces, que
vivían aisladas, y por eso eran vírgenes en su mayoría. Trabajaban en un
plano diferente, equilibrando las fuerzas del mundo espirituales como
las del mundo físico.
El proceso era casi
siempre el mismo; la chamana del grupo entraba en trance por medio de la
música, en especial la de percusión. Bebían y administraban pociones
que extraían de la naturaleza. Su alma salía del cuerpo y entraba en el
universo paralelo. Ahí encontraban a los espíritus de las plantas, de
los animales, de los muertos y de los vivos, todos conviviendo en un
tiempo único.
Desde ese punto único ellas encontraban a
sus guías para equilibrar las energías, y encontraban la cura a las
enfermedades, provocaban las lluvias, restauraban la paz, descifraban
símbolos y señales enviadas por la naturaleza, castigaban a todo aquel
que estuviese estorbando el contacto de la tribu con el todo. En aquella
época, como el viaje en busca de comida obligaba a la tribu a estar
siempre en un lugar distinto, no era posible construir templos o altares
de adoración. Sólo estaba el todo, en cuyo vientre caminaba la tribu.
En
la misma forma como aconteció con los líderes, la función de los
chamanes fue desvirtuada. debido a que la salud y la protección del
grupo dependían de la armonía con el bosque, el campo y la naturaleza,
las mujeres responsables del contacto espiritual, el alma del grupo,
comenzaron a ser investidas con una gran autoridad, generalmente
superior a la del líder. Es un momento que la historia no sabe precisar,
aunque se cree que fue poco después del descubrimiento de la
agricultura y el fin del nomadismo, el don femenino fue usurpado por el
hombre. La fuerza se sobrepuso a la armonía. las cualidades naturales de
esas mujeres ya no se tomaban en cuenta; lo que importaba era el poder
que tenían.
El siguiente paso fue organizar
el chamanismo, ahora masculino, en una estructura social. Nacieron las
primeras religiones. La sociedad había cambiado y ya no era nómada, pero
el respecto y el temor al líder y al chamán estaban y continúan
estándolo, quedaron arraigados de manera definitiva en el alma de los
seres humanos.
Conscientes de eso, los sacerdotes se
asociaron con los líderes para mantener al pueblo sumiso. Quien
desafiara a los gobernantes era amenazado con el castigo de los dioses.
en un momento dado, las mujeres comenzaron a reclamar que se les
devolviera el papel de chamanes, porque sin ellas el mundo se encaminaba
al conflicto. Pero siempre que eso ocurría, eran inmediatamente
apartadas, tratadas como herejes y prostitutas. Si la amenaza era
realmente fuerte, el sistema no dudaba en castigarlas con la hoguera, el
apedreamiento y, en casos más suaves como el exilio. La historia de la
civilización no dejó vestigios de religiones femeninas; sólo sabemos que
los objetos mágicos más antiguos descubiertos por los arqueólogos
representan diosas.
Pero eso se perdió en las arenas
del tiempo. De la misma manera en que el poder mágico, utilizado sólo
para fines terrenales, terminó diluido y sin fuerza. Lo único que
permaneció fue el miedo al castigo divino que subsiste hasta hoy.
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