“LA LIBERTAD”
La Masonería adopto el lema: Libertad, igualdad, y fraternidad, que surgió durante la revolución Francesa, cuyo lema original era: ¡Liberté, égalité, fraternité, ou la mort!
Mucha tinta se ha corrido hablando hermosa y poéticamente sobre estas palabras. Las concepciones sobre ellas son variadas y las diferencias solo son diferentes facetas de un mismo prisma.
“La Libertad es la capacidad de la conciencia para pensar y obrar según la propia voluntad”. El hombre nace, crece y muere sin tener la libertad de elección o sin que nadie pida su consentimiento. Vivimos en una libertad relativa, limitada y condicionada por las leyes de la naturaleza y del hombre. Leyes humanas escritas y no escritas como las tradiciones, usos y costumbres, y en una palabra por la idiosincrasia en la que fuimos formados.
La libertad es un estado mental. “El “yo o “ego”, es la instancia consciente de un individuo, por la cual toda persona se puede hacer responsable de su identidad así como de sus relaciones con el medio; El “ello” consiste en pulsiones y deseos instintivos animales, íntimamente relacionados con la búsqueda del placer; El “superego” es en parte consciente y en parte inconsciente, representa los pensamientos morales y éticos internalizados de la cultura y de los padres al ser aprobados y recompensados por estos; A lo anterior, Carl Gustav Jung agrega el “inconsciente colectivo”, como un deposito de predisposiciones y potencialidades universales para experimentar y responder al mundo. Los contenidos del inconsciente colectivo se denominan arquetipos, los cuales equivalen para el psiquismo lo que serian los genes para lo biológico. Estos factores dinámicos que se manifiestan en impulsos tan espontáneamente como los instintos” (1), Todo lo anterior hace eco en las palabras de Friedrich Nietzsche cuando dice: “Eso que el hombre llama voluntad propia, solo es el resultado de luchas que ya se sucedieron con anterioridad a espaldas del hombre”, mientras que Freud menciona: “Los estados conscientes son escasos, y además pasajeros; Lo consciente dura sólo un momento, Como contenido, la conciencia es un mínimo comparado con el inconsciente” (2), Todos estos factores influyen en diferente grado en la libertad de pensar y actuar del ser humano. Nuestra mente no es reflejo de lo que en esencia somos, sino que es el reflejo de la sociedad en que nacemos, crecemos y morimos. Tenemos una mente formada o modelada por intereses o fuerzas sociales, religiosas y políticas entre otras más, de tal modo que podríamos cuestionarnos: ¿Somos libres o creemos serlo?
La libertad es un estado mental. Pero en muchas ocasiones vivimos como esclavos de pulsiones instintivas y paciones descontroladas, y tras rejas de angustias, incertidumbres, complejos, traumas, y miedos que disimulan ante las personas que les rodean, pero interiormente son seres infelices, viven en la desconfianza y la incertidumbre alejándose del amor que nos da estabilidad y confianza. Sobre lo anterior se ha podido observar a personas de los diferentes estratos socio económicos y culturales que en apariencia han alcanzado el existo, como ejemplo tenemos a Marilyn Monroe, Michael Jackson y recientemente Robín Williams por mencionar algunos ampliamente conocidos. La libertad es una condición para alcanzar la realización y ser feliz, Entonces cabe la pregunta, ¿En dónde radica felicidad y realización del ser humano? ¿En el Tener o ser?
El hombre renuncia a su libertad en el momento que decide dejar de razonar por sí mismo. La verdad para el hombre, no es exactamente lo que ve o escucha, sino la interpretación y lo que hace con aquello que percibe.
La religión católica romana, impuso una serie de creencias y dogmas que culmino con la abominable santa inquisición como defensora de la fe, pero más que defensora, fue un organismo dictatorial que impuso por medio de la fuerza del terror, la tortura y la muerte su fe religiosa. Incontables personas y naciones sufrieron las consecuencias y encontraron la muerte por medio de la hoguera, el potro, la cuna de judas, la pera vaginal, la doncella de hiero, el rompe cráneos entre otras más… Desgraciadamente las personas aparte de la apatía para pensar al respecto, tienen muy mala memoria.
El primero y más grande pecado del ser humano, no es dejar de creer o amar a Dios, sino renunciar a tu libertad de pensar por ti mismo, porque de otro modo, jamás encontraras la realidad de lo que eres, y a Dios tampoco.
La Libertad, Igualdad y Fraternidad forman parte de la naturaleza humana, pero hoy es un ideal abstracto que quizás cuando la humanidad se realice trascendiendo las reminiscencias y residuos de su paso por el reino animal, el ideal se convertirá en una realidad.
La ciencia oficial reconoce tres reinos, mineral, vegetal y animal, ubicando en éste último a la humanidad, sin embargo, yo en forma “personal”, y por las características del pensamiento, razón e inteligencia del hombre, reconozco un cuarto reino, el humano.
Un apreciado frater me envió un comentario sobre el presente en el cual destaco lo siguiente: “Yo mismo afirmo que allá afuera no hay nada ni nadie… la puerta que tocas siempre es la de tu propia realidad creada, y tu mente la dota de todo aquello que le es dable… la realidad es un deseo manifestado”
Nota:
Palabras, símbolos y alegorías, no son una verdad por sí mismas, solo señalan hacia ella.
El presente, son reflexiones y meditaciones personales, no representan necesariamente la opinión de la orden.
No escribo para todos, sin embargo, todos son invitados a leer.
Bibliografía:
1).- El Rosacruz No. 355. AMORC.
2).- Le memoria del olvido.- Patricia Corres Ayala.
3).- Mi esperanza está en Dios.
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