jueves, 23 de julio de 2009

EL ESPEJO: UN VIAJE A NUESTRO SUBCONSCIENTE



por Adrián Pérez de Vera F.R.C.

El espejo, un viaje al subconsciente



Desde tiempos inmemorables nos llegan datos de prácticas de concentración ante una superficie reflectante, espejo, recipiente de agua, charco o metal bruñido ¿Qué importancia tiene esta práctica? ¿Para qué sirve? El espejo es una puerta o ventana a otra dimensión, a través de la práctica de la concentración en el espejo podemos penetrar en nuestro subconsciente y "ver" otras realidades distintas a la de la vida consciente.

Ante el espejo se pueden realizar muchos experimentos como el de reencarnación, lo que allí se observa a partir de cierto momento y siguiendo cierta técnica nos puede dar material abundante para pensar en que somos mucho más que lo que creemos que somos. Otra práctica quizás más productiva es la de la búsqueda de nuestra guía interna. Esto se hace concentrándose en nuestros ojos reflejados y preguntándonos cosas o inquiriendo sobre algunos aspectos de nuestra vida que requieren orientación. Después de unos minutos podemos cerrar los ojos y relajadamente escuchar la voz de nuestro maestro interior,

La contemplación o concentración en el espejo, nos hace ver que los objetos reflejados tienen categoría relativa y que lo que empezamos a ver en el espejo después de cierto tiempo tiene categoría de realidad, todo lo contrario a como solemos racionalizar la realidad.

El uso de ciertos sonidos vocales o mantras ante un espejo no solo cambia las vibraciones del entorno sino que nos hace introducirnos en otra dimensión que siempre está en nosotros aunque no seamos conscientes de ello. En estas experiencias el tiempo y el espacio tal como concebimos estos conceptos desaparecen.

Otra cosa que podemos tratar ante el espejo son nuestros miedos, ahí las cosas importantes de nuestra vida se `pueden trabajar, es un medio de desarrollo personal. Se necesita valentía y sinceridad para enfrentarnos a nosotros mismos, pero es el mejor sistema de desarrollo, es el "conócete a ti mismo". El temor es un signo de incomprensión, solo se teme lo que no se conoce. Lo que se refleja en el espejo corresponde a dos planos de conciencia, la externa, es decir, los objetos y nuestra propia imagen reflejada, y la interna, es decir, cosas que no están en la habitación pero que existen dentro de nosotros. Por tanto, no hay que tener miedo a nada que se refleje en el espejo, porque o son las cosas físicas de la habitación o las psíquicas que viven en nuestro interior, el espejo es un medio para comunicarnos con nosotros mismos.

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