domingo, 19 de julio de 2009

EL SENTIDO DE LA BUSQUEDA.


El Sentido de la búsqueda


Introducción:

Enseñar a ignorar, si esto se toma sin paradoja,

es tan importante como enseñar a saber.


(Carlos Vaz Ferreira)

Filósofo y pedagogo uruguayo (Montevideo, 1872-1958).

QQ:.HH:. el tema que nos convoca esta noche es de vital importancia, ya que, la masonería en su docencia pretende mostrarnos el camino a la verdad, esa verdad largamente buscada, a veces intuida, otras vislumbrada, pero sin embargo, siempre escapando cuando estamos a punto de alcanzarla, por que digo esto, porque no debemos olvidar QQ:.HH:., que nuestra verdad termina donde empieza la verdad del otro.

Desde este prisma, enfocare mi trabajo, que espero arroje algunas luces a mis QQ:.HH:., y ustedes a su vez lo enriquezcan con sus comentarios.

Desarrollo

Para comenzar, en el diccionario de internet Wikipedia el significado de la palabra:Verdad, abarca desde la honestidad, la buena fe y la sinceridad en general, hasta el acuerdo de los conceptos con las cosas, los hechos o la realidad en particular. El término no tiene una única definición en la que estén de acuerdo la mayoría de estudiosos y filósofos profesionales y las teorías sobre la verdad continúan siendo ampliamente debatidas.

Como primera fase intentare esbozar el concepto de realidad, apoyado en los conceptos filosóficos de Vaz Ferrada.

El punto de partida es el reconocimiento de una realidad que nos supera, pero con la que podemos entrar en contacto de distintos modos. Disponemos de dos grandes herramientas para acceder a esa realidad: la lógica (para organizarla y hacerla así manejable) y el lenguaje (para hacerla sólida y poder así compartirla). Gracias a ellas (aunque no sólo con ellas) se construyen teorías científicas y sistemas filosóficos, discusiones, argumentos, se dan conferencias, se escriben libros… Es decir, se construyen nuevas herramientas de las que nos servimos para tratar de domesticar la realidad. La justificación de este artificio es práctica: necesitamos manejar la realidad para poder operar sobre ella, aunque al manipularla la desfiguremos en alguna medida.

Teniendo en cuenta esta radical diferencia entre una realidad continua, compleja y vastísima, y unas herramientas que la trocean, simplifican y reducen a un tamaño manejable Ferreira habla en numerosas ocasiones de la inadecuación del lenguaje y del pensamiento discursivo para expresar la realidad, y, en general, de la insuficiencia de los sistemas para pensar el mundo que nos rodea. La sistematización, por una parte, es una tendencia natural del espíritu humano (que "todo lo completa, todo lo simetriza") y, por otra parte, es una tendencia que da sus frutos en muchas ocasiones (la sistematización aporta simplicidad y, en consecuencia, facilidad para el manejo y capacidad de previsión). Pero seríamos dogmáticos si creyéramos que esa herramienta tan útil puede sustituir a lo real, o que puede aplicarse con igual éxito a cualquier realidad. Dicho de otro modo, las limitaciones de los sistemas son dos: primero, puesto que los sistemas simplifican, siempre hay algo de la realidad que el esquema no atrapa; segundo, puesto que cada situación concreta es distinta, el querer aplicar un sistema ya hecho en lugar de ponerse a la tarea de pensar equivale simplemente a negarse a mirar la realidad que se tiene delante. Cada uno de nuestros intentos por comprender la realidad (sea científico, filosófico, o de cualquier otro tipo) no nos da sino un aspecto de esa riquísima realidad.

Y en este proceso no hay un límite, aunque sí un objetivo nunca completamente alcanzado: la verdad.

La búsqueda de la verdad, para ser auténtica en sentido socrático, ha de implicar la voluntad firme de querer encontrar y aceptar lo encontrado. Si no se tiene confianza de encontrar la verdad o no se desea plegar la propia mente a las exigencias de la misma, se cae en la tentación de convertir la búsqueda en una meta

La búsqueda de la verdad es una necesidad de la vida humana. La búsqueda del conocimiento no es la única finalidad de la existencia, sino un medio que permite ser y obrar como hombre. La búsqueda de la verdad puede presentar tres aspectos,

El deseo de conocer obedece a la necesidad de vivir: a diferencia del animal, que encuentra insertos los conocimientos para realizar su existencia, en el hombre el instinto es insuficiente frente a los problemas que tiene que enfrentar, que pueden ser el del alimento, el de la casa, el de la comunicación, el comercio, etc. Estas necesidades son las que impulsan a la instrucción escolar, a la técnica, a la ciencia, etc.

La búsqueda de la verdad lleva indefectiblemente a encontrar un sentido a la existencia: para vivir humanamente, es necesario saber que es el hombre y para qué se vive, para qué se lucha. La promoción científica y técnica no se agota en el conocimiento del mundo material sino que requiere una iluminación del significado de la propia existencia.

El deseo de conocer nos conduce a un juicio sobre las realidades concretas: o sea, a un sentido ético que ilumina el modo de obrar humanamente en este mundo.

Quien dice “no existe la verdad”, afirma que al menos existe una verdad: la de “que no existe la verdad”.

Si afirmamos “que no existe la verdad”, afirmamos que al menos existe una verdad: “que no existe la verdad”. Es decir también afirmamos que existe la verdad, al menos una verdad. Pero si negamos esa proposición ya decimos que “existe la verdad”. En cualquier caso el hombre no puede llegar a otra conclusión sino que existe la verdad.

El hombre, todo hombre, tiene sed de la verdad. Pero si bien existe el agua, un animal en el desierto puede morir de sed. Si el hombre busca en un “desierto” la verdad, si bien la verdad existe, puede no atinar con ella.

Sin embargo hay muchas verdades que no son lógicas o que no son estrictamente empíricas: la belleza de una flor puede verse ocultada más que desvelada por las verdades estrictamente científicas: si me obsesiono con que la flor está compuesta de células y éstas de átomos y estos de electrones, neutrones y así sucesivamente a medida que avanza el conocimiento científico, puede ser que no capte el perfume y la belleza de la flor.

Si nos obsesionamos con que la música es una vibración del aire que captan nuestros oídos, puede ser que no sepamos escuchar y disfrutar de la música: hay verdades parciales que más bien pueden tapar u ocultar una verdad superior.

No olvidemos QQ:.HH:. qué nuestra institución tiene como objetivo la búsqueda de la verdad y fomentar el desarrollo intelectual y moral del ser humano, y en nuestra inacabable actividad por la búsqueda de la verdad asignamos a la razón un lugar preferencial, y de modo alguno desconocemos la importancia que el sentido de trascendencia tiene en la vida humana y creemos, que la razón es capaz de descubrir dónde está el final del camino.

Los mitos y leyendas son hitos de nuestra búsqueda de la verdad a través de los tiempos, del sentido, dado a cuanto ansiamos encontrar un sentido a la vida. Al fin y al cabo, los mitos y leyendas son eso, pistas que nos ayudan a encontrarnos a nosotros mismos, pistas de las potencialidades espirituales de la vida humana para encontrar la experiencia de la vida.

Conclusiones:



Hemos iniciado libre y voluntariamente el camino de la búsqueda de la verdad, nuestra verdad, aquella que tal vez nos sorprenda, nos atemorice, nos reprima, pero, no importa, tenemos las herramientas necesarias para hacer frente a ella, nuestra verdad, nuestro sentido de la búsqueda de la verdad, somos nosotros mismo, es nuestro espejo, así, como el hombre sediento sabe que existe el agua, pero no la encuentra el desierto, nosotros no debemos buscar donde no exista nuestra verdad, fuera de nosotros mismos no esta, esta dentro de cada uno de nosotros, y será tan variada como tantos seamos, sin embargo tendrá un elemento en común, conocernos y a través de ello mejorar. No temamos a vernos tal cual somos, si existe en nuestro espiruto el deseo de luchar para mejorar.

Recuerdo inevitablemente mi iniciación, ese cuarto húmedo y siniestro, que albergaba nuestros nombres, cuando tenemos que entregarnos a la muerte simbólica, después renacer a nuestra vida iniciática, donde comenzamos nuestro eterno y escabroso peregrinar, en la búsqueda de la verdad, la verdad no es la que encontramos en un libro, no es la que nos dicen, como se le dice a un niño, que es así , porque así nomas es, el que se nos impone por dogmas o por creencias.

QQ:.HH:., la venda ya no nos cubre los ojos, callo de nuestros rostro, llego la luz, solo tenemos que buscarle el sentido a nuestras vidas, para poder lograr encontrar nuestra verdad, la verdad de nuestros corazón, al igual que la solo la que nos dejara con la satisfacción de haberla buscado.


S:.F:.U:.

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