martes, 20 de octubre de 2009
GRAN LOGIA HERMETICA MIXTA “VALLE DEL POTOSI” ¿QUE ES LA MASONERIA PARA PROFANOS?
GRAN LOGIA HERMETICA MIXTA “VALLE DEL POTOSI”
¿QUE ES LA MASONERIA PARA PROFANOS?
Impresa bajo los Auspicios del
M:.R:.G:.M:. Gregorio Palafox Palafox
Punto Geométrico: latitud 22°06´37.33” N; longitud100°57´10.50” O
República de Polonia número 265, Col. Lomas de Satélite, C.P. 78380, San Luis Potosí, S.L.P.
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Según mi opinión,
de la misma manera en que hombre y mujer son fundamentalmente uno,
en esencia también sus problemas deben ser uno.
En ambos el espíritu es el mismo.
Ambos viven la misma vida,
tienen idénticos sentimientos.
Cada uno es complemento del otro.
Ninguno de los dos puede vivir sin la activa ayuda del otro.
Mahatma Gandhi
PROLOGO
Normalmente cuando una persona a ingresado a la Masonería, lo ha realizado debido a que le han invitado a pertenecer a esta noble Institución. Obviamente quienes le han abierto la puerta son miembros o adeptos de algún Taller Masónico. Otras tantas veces, la persona hombre o mujer que para este caso es considerado “profano”, toca la puerta y al igual que cuando se es invitado, se investiga su persona, es decir, hay que mencionar que se requiere cubrir ciertos requisitos para que sea aprobado su ingreso a la Francmasonería.
En primer lugar se requiere que el profano o aspirante, tenga ciertas virtudes que le destaquen en la vida cotidiana, así mismo, que sea un hombre o mujer libre de ataduras en el aspecto psicológico, moral y que posea cierta capacidad intelectual, que no sea fanático, que tenga capacidad crítica y una gran dosis de cambiar en beneficio de su patria, de la humanidad y de su propia persona en particular.
Es muy importante que el aspirante tenga conocimiento del aspecto histórico de esta Honorable Institución, así como de quienes han sido las grandes columnas que han pertenecido y que en el pasado dejaron huella por sus grandes obras a favor de la humanidad. En este contexto, a pesar de que la Masonería es una institución de respetable antigüedad, y que de ella se han ocupado ampliamente historiadores, filósofos y escritores, existen en la actualidad una desorientación y desconocimiento casi completos de lo que realmente es esta organización que tiene sucursales en casi todo el mundo, y de cuáles son sus finalidades y qué medios utiliza para lograrlas.
La mayoría de quienes han escuchado en alguna ocasión referencias vagas a la Institución Masónica, se la representan como una especie de mafia tenebrosa que se dedica a incorporar en sus filas a los oportunistas, los cismáticos, los hombres o mujeres sin credo ni religión, los politicastros sin escrúpulos y a los incautos para sus conspiraciones secretas.
Se supone que el objetivo principal de la actividad masónica consiste en atacar a la religión, y el secundario es conseguir puestos lucrativos en el gobierno, la industria, el comercio, o dondequiera que sus adeptos puedan introducirse con sus maniobras encubiertas. Se habla de que la intimidación y el terror son las armas con que son manejados eficazmente los juramentos de esta sociedad secreta, y aun brotan aquí y allá consejas que hablan de terribles y espeluznantes venganzas masónicas:
Muy distinta es la idea que se forman de la Masonería quienes han tenido algún trato con miembros de la Institución. En muchos casos, han creído descubrir que se trata de gente inofensiva, incapaz de "matar una mosca", idealistas y hasta ingenuos, que se reúnen semana a semana en sus "Iogias", como otros lo hacen en el café o en la cantina, para darle su arreglada al mundo. Como no se ve que para estas personas cambie en forma alguna su situación económica, a veces precaria, ni que se realicen jamás los proyectos loables que dejan traslucir en pláticas, se deduce que la Masonería es una especie de club en que se vuelcan, en saludable "catarsis", la frustración e impotencia de los ideales fallidos y las metas inalcanzadas, y se busca en la discusión libre de variados temas un desahogo a las inquietudes y cierto solaz en el intercambio: de conceptos filosóficos.
Para quienes han asistido a ceremonias masónicas, o han leído artículos ilustrados de los fastuosos actos que se llevan a cabo, los masones quedan catalogados como una gente ociosa que vive en un mundo artificial de fantasía y teatralidad, reminiscente de la pompa y circunstancia de las órdenes de caballería y la nobleza medieval, sin más finalidad que la de conferirse mutuamente ridículos y altisonantes títulos que halagan su vanidad y darle variedad a la incolora mediocridad de la vida real.
Finalmente, hay quienes ven en la Masonería, poco más que un club social, como los Rotarios o los Leones, aunque con cierto sabor arcaico de misticismo, que únicamente sirve para darle marco y ambiente a las altruistas finalidades de ayuda mutua y solidaridad fraterna que se supone deben existir entre sus miembros. Como puede verse, la imagen que se forja una mente que trata de juzgar a una institución viéndola desde afuera, no puede nunca ser exacta. En verdad, debemos admitir que aún para muchos de los masones que forman parte de la Institución, el concepto tampoco es muy claro, y ello se debe, precisamente a que han transportado al campo masónico sus aspiraciones particulares y han convertido a sus logias en un reflejo de lo que esperaban encontrar en la Masonería.
Al solicitar su admisión, un candidato sea hombre o mujer, en la Orden, se le pregunta si lo hace de su libre y espontánea voluntad; pero ¿cómo puede haber libre y espontánea voluntad de hacer algo, si se ignora lo que ello es? ¿Cómo puede jurarse el cumplimiento de una constitución y reglamentos si se desconoce completamente? ¿Qué puede pensarse de un hombre que va a comprometer su palabra de honor y su buen nombre sin haberse preocupado por investigar más a fondo las consecuencias de tal acto?
La verdad es que escasean lamentablemente las fuentes fidedignas de información sobre lo que es y lo que no es la Masonería, y esta deficiencia no siempre se puede subsanar por medio de la interrogación directa, pues lo más probable es que se reciban contestaciones contradictorias y vagas por el temor de muchos masones a decir más de la cuenta, violando las normas de discreción que recomienda la Orden.
Tampoco se sale de apuros leyendo obras de consulta de filosofía masónica, o aún los rituales (si se consiguen), pues en toda la literatura que se publica se supone que el lector es masón y, por lo tanto, se omite todo aquello que le ha de ser bien conocido; pero que es precisamente lo que más interesaría al que tiene deseos de investigar la conveniencia o inconveniencia de iniciarse en la Masonería.
Para intentar llenar este hueco se escribió la presente publicación, que no trata, ni con mucho, de ser un libro de consulta de Masonería. Existen buenas obras de este tipo que ayudarán a quien desee obtener información específica sobre algún aspecto particular del tema. Lo que aquí nos hemos propuesto es presentar el panorama general, como lo haríamos ante quien nunca hubiese oído hablar de la Masonería. No se trata de una propaganda en favor ni en contra, sino simplemente una exposición escueta de hechos y datos fáciles de comprobar, pero que, hasta ahora, no estuvieron reunidos en un sólo libro.
Ese es el papel principal que juega este documento, el de darte brevemente una introducción a la historia de la masonería, sus orígenes, sus fines, quienes la han conformado y sobre todo, los derechos y sus obligaciones, a los que toda persona hombre mujer se comprometen al solicitar su ingreso y ser aceptado en esta noble Institución.
Quedará mucho aún por decir, y algunas cosas habrán de leerse entre líneas; pero tengo la convicción leal de que no son las más importantes las que falten y que la información condensada en esta publicación será más que suficiente para el fin que se persigue, que es el de orientar debidamente a quienes desean conocer realmente lo que es esta institución mundial.
Los años no siempre dan sabiduría. La lucha deja siempre una experiencia.
¿CUÁLES SON LAS FINALIDADES DE LA MASONERÍA ?
Cuando por primera vez oímos a alguna persona decir: "Fulano es masón", la pregunta que surge inmediatamente en nosotros es: ¿Qué cosa significa ser masón? , es una religión, o una secta, o un club filosófico, o un partido político, o qué?
Daremos contestación a estas preguntas: Masón significa constructor, o sea el que fabrica a cal y canto un edificio, pero aunque antiguamente este título se les aplicaba a los miembros de las asociaciones de constructores que dieron a Europa sus mejores edificios de la Edad Media y del Renacimiento, actualmente hemos de entenderlo en su acepción figurada, diciendo que el masón es un constructor del templo simbólico de la ciencia y de la virtud, que construye su propia personalidad. En otras palabras, un masón es un individuo que trabaja en perfeccionarse y en evolucionar, tanto en sus conocimientos como en su comportamiento moral, y para ello sigue los caminos que le indica la antigua asociación que se nombra Masonería o, más correctamente, Francmasonería.
Correlativamente, la institución Francmasónica tiene como finalidad principal la de constituirse en guía de quienes buscan y anhelan este perfeccionamiento, para lo cual va desgranando una a una sus sabias enseñanzas, en dosis graduadas y de acuerdo con el adelanto de .cada uno de sus miembros. A través del estudio razonado y crítico de la filosofía moral se obtiene un mejor conocimiento de las virtudes y del modo de practicarlas.
PERO ENTONCES CABRIA PREGUNTARSE ¿ LA MASONERIA ES UNA ESCUELA ?
Desde luego que no, si entendemos por escuela un lugar donde se imparten clases sobre materias específicas, basándose en libros de texto, y se capacita a los alumnos para desempeñar un trabajo que les permita ganarse el sustento. La Masonería es algo más que eso. Es un Centro de Luz o espacio sagrado de sus miembros.
En primer lugar, su filosofía educativa es totalmente distinta a la de cualquiera escuela, puesto que en vez de exigir el aprendizaje de tales o cuales postulados y principios, estimula la exposición libre, la discusión ilustrada y el desarrollo de la imaginación y del pensamiento original, como medio para conseguir que cada quien llegue, por su estudio independiente y su meditación profunda, a sus propias conclusiones lógicas y a la afirmación de sus convicciones. Por tanto, usa ampliamente del símbolo y de la alegoría; pero no ofrece de ellos ninguna explicación fija y dogmática, sino que deja en libertad al iniciado para que ejercite sus propias facultades deductivas e inductivas para descifrarlos y aprender -por sí mismo- las provechosas lecciones que encierran.
Se ocurre preguntar qué utilidad tiene esto. La historia nos enseña que de la Masonería han salido, en todos los tiempos, hombres de gran visión, acrisolado altruismo e inagotable energía, que han dado a la humanidad sus más grandes impulsos de progreso. Para descubrir estos nuevos caminos, necesitaron nutrirse de la duda filosófica, no de la certeza dogmática; precisaron examinar lo que no es típico, en vez de conformarse con lo usual y corriente. Tuvieron que desechar los cartabones, los textos consagrados y los manuales establecidos, decidiéndose a recorrer sendas supuestamente prohibidas para el pensamiento y descubriendo las nuevas soluciones a los problemas irresueltos. Para esto, dispusieron de una maravillosa facultad: la imaginación creadora.
Quizá la Masonería ha sido, a través de los tiempos, la única institución que se ha percatado de la importantísima función que tiene esta imaginación creadora en la evolución de la humanidad, y ha descubierto y aplicado un método sencillo y eficaz para desarrollarla. Por eso ha sido y seguirá siendo el semillero de nuevas ideas, el portaestandarte de las vanguardias y la escuela en que se modelan los hombres marginales que viven y piensan entre el hoy y el mañana... los conductores de la humanidad. Pero no solamente a esto se limita la Masonería; no se conforma con ver que cada miembro hombre o mujer se cultive y perfeccione a sí mismo, sino que trata de desarrollar en todos y cada uno de ellos el firme sentimiento de fraternidad y abnegación, encauzando cuidadosamente todos sus esfuerzos hacia los nobles fines de justicia social, equidad, libertad, auténtica democracia y progreso material y espiritual de toda la humanidad.
Dejaría la Masonería de ser universal en sus finalidades si se mostrara partidaria de algún "ismo", o enemiga de alguna religión. En su seno se admiten a hombres y mujeres de todas las religiones y se respetan las creencias de cada uno y su forma personal de rendir culto a Dios. Por lo mismo, están proscritas las discusiones sobre los méritos relativos de tal o cual forma de culto, como no sea para reconocer que todas ellas representan modalidades del sentimiento de veneración del hombre hacia esa Entidad Suprema a quien cada quien llama con distinto nombre.
La Masonería de ninguna manera resume todas esas apelaciones a un común denominador denominado "Gran Arquitecto del Universo", como suelen establecer algunos adeptos equivocadamente. Respeta la denominación que cada quien trae consigo, pues al fin y al cabo es parte de su propia moral, sin establecer ningún culto especial para adorarle, pues considera que todos son buenos cuando nacen de los anhelos puros del hombre o mujer.
En concomitancia con estos principios de libertad de conciencia y de culto, la Masonería no puede permanecer al margen de cualquiera violación de estos postulados, como cuando los ministros de alguna religión (sea ésta católica, mahometana, budista, etc.) detentan los poderes públicos y la soberanía de los pueblos. Cuando las religiones, convertidas por los hombres en tiranías esclavizadoras de las conciencias y prostituidas por la ambición de poder temporal, pretenden sojuzgar a los hombres y mujeres, la Masonería se yergue como campeona de la legítima libertad de creer o no creer, atendiendo únicamente a los dictados de la íntima conciencia y de la razón. De ahí que, aunque algunas veces y en algunos países la Masonería haya adoptado posturas anticlericales, y no por ello es antirreligiosa.
En resumen, la Masonería no es una religión, ni discute los principios de ninguna religión, sino por el contrario, las respeta a todas. La Masonería es más que un club filosófico o una escuela de moral. Es una libre asociación de hombres y mujeres de todas condiciones económicas, y de todos los grados de cultura, a quienes los une el deseo de alcanzar un desarrollo y una evolución más alta en su personalidad interna, un dominio más perfecto de sí mismos, una afirmación de sus convicciones, una agudización más sutil de sus facultades intelectuales y un acendrado espíritu de abnegado servicio hacia sus semejantes. Dentro de la Masonería encuentran estos hombres y mujeres un ambiente de libertad, de respeto mutuo, orden, seriedad, estudio y fraternidad.
La Masonería contiene una filosofía educativa propia, basada en el estudio imaginativo y profundo de símbolos y alegorías, que persigue como finalidad el desarrollo del pensamiento propio, original, lógico y constructivo, con el resultado de que cada masón palpa pronto los frutos de este perfeccionamiento personal al notar que se ensancha extraordinariamente su manera de ver la vida, se despiertan aptitudes dormidas, surgen perspectivas de mejoramiento y entra plenamente en el camino que los transforma en guías y benefactores de la sociedad.
¿CÓMO ESTA ORGANIZADA INTERNAMENTE ?
La Francmasonería no es una sociedad simple, sino una agrupación de sociedades que aceptan como base fundamental un conjunto de TRES antiguas leyes, escritas o no escritas, que se denominan "Antiguos Límites", "Antiguos Cargos", "Marcas o Landmarks", las cuales son:
1.- La creencia en una causa primera.
2.- La inmortalidad del Alma, y
3.- La Fraternidad.
Este cuerpo de ordenamientos se deriva directamente de los que regían el funcionamiento de las asociaciones de masones operativos en la Edad Media y es el resultado de una larguísima experiencia.
Los Antiguos Límites han logrado que la Francmasonería sea siempre una e indivisible, a pesar de la variedad de cuerpos que la constituyen, y que no se modifique ni prostituya su carácter esencial a través de los tiempos. Por encima de cualquier constitución o reglamento están siempre los Antiguos Límites; éstos definen las normas básicas de funcionamiento de la Institución, los requisitos, derechos y obligaciones de los miembros y funcionarios y la postura filosófica, social y política de la Masonería universal. A pesar de su importancia, no son dogmáticos sino convencionales y admiten que exista una variedad casi infinita en la manera y orden con que pueden impartirse las enseñanzas, en el estilo de la decoración de los "Templos", en las liturgias y en muchos otros aspectos. A ello se debe la diversidad de los Ritos Masónicos que son aceptados como "regulares".
Se llama rito, en Masonería, al conjunto de reglas o preceptos de conformidad con los cuales se practican las ceremonias y se comunican las instrucciones de los grados. Pasan de cien los ritos que han sido fundados, en diversos tiempos, dentro de la Masonería, y que se han considerado como "reconocidos". Muchos de ellos tuvieron una vida efímera pero otros han subsistido hasta nuestros tiempos. El pertenecer a un rito determinado, sin embargo, no es obstáculo para que los masones se traten entre sí como miembros de una misma gran familia y se visiten mutuamente. De todos los ritos, son considerados como los principales el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y el Rito Inglés de York o Rito de Real Arco. Sin embargo, en algunos países han existido ritos nacionales que han demostrado gran actividad, como el Rito Moderno Francés, del que surgió la Revolución Francesa; el Rito del Celeste Imperio, que sé practica en Turquía; el Rito Sueco, el Tien-Foe-Whe, de la China; el Benemérito Rito Nacional Mexicano, de gloriosa minoría en nuestro país, y muchos más.
En México, la gran mayoría de los masones están afiliados al Rito Escocés Antiguo y Aceptado, aunque también existen logias yorkinas, principalmente para personas de habla inglesa, así como otros cuerpos que pertenecen al Rito Nacional Mexicano, al Rito Primitivo de la Masonería Universal, al del Derecho Humano ("Droit Humain"), al de Adopción y a otros más. Los masones se congregan en pequeños grupos formados con algunas decenas de miembros, que se denomina "Logias" y se reúnen una vez por semana en un local adecuado que recibe el nombre de “Taller”, dando a entender con ello que se congregan para trabajar.
El valor e importancia de los trabajos que se desarrollan en las logias no depende del estilo o fastuosidad de su decoración. Muchas de ellas procuran limitar al mínimo estos adornos para que no se distraiga la atención y se desvíe del trabajo principal, que es de orden intelectual. Se puede trabajar masónicamente a campo raso y bajo la bóveda celeste, o en una choza de paja, sin que nadie pueda alegar que se demeritan en algo las bellas ceremonias en que se van revelando las enseñanzas y secretos de la Masonería.
En cada población de regular importancia existe, por lo menos, una logia masónica que imparte los tres grados fundamentales del Simbolismo, o Masonería Azul: Aprendiz, Compañero y Maestro. Cada una de estas logias está incorporada a una Gran Logia, cuyos límites de jurisdicción corresponden generalmente a los del Estado en que se encuentra. Los funcionarios de estas Grandes Logias son electos democráticamente entre los maestros de todas las logias simbólicas de la jurisdicción y toca a ellos gobernar en los asuntos que incumben a la agrupación. Finalmente, existe dentro de cada país un organismo o Confederación de Grandes Logias y, en el plano internacional, otros organismos que preparan y realizan congresos regionales y mundiales para el estudio y resolución de los problemas generales de la Orden; estos superorganismos solamente pueden formular recomendaciones a las Grandes Logias.
Es la Masonería Azul, o sean las Logias Simbólicas, la que constituye el grueso del pueblo masónico, y aunque existen otros cuerpos superiores que imparten los grados Capitulares, Filosóficos y Administrativos, hasta el último grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que es el 33°, existe una independencia completa entre la Masonería Azul y estos otros niveles de la Masonería, por lo cual los grados que otorgan no tienen preponderancia alguna en las Logias Simbólicas, en donde no se reconoce otra categoría superior a la de Maestro.
Igual independencia existe con relación a otros organismos "colaterales", como son de diversas órdenes de Caballería (Templarios, Cruz de Constantino, Shriners, etc.). órdenes juveniles (Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad, de Molay, etc.), y femeninas (Arco Iris Estrella de Oriente, etc.) Estos organismos no son parte de la Orden Masónica, aunque algunos de ellos fijen como requisito para ser admitido la posesión de ciertos grados masónicos; pero le son complementarios en aspectos sociales, benéficos, educativos y de acción externa.
Las logias simbólicas se rigen a sí mismas en todos los asuntos internos, empleando para sus deliberaciones el orden parlamentario y tomando sus acuerdos en votaciones democráticas. Eligen periódicamente a sus funcionarios y otorgan a los nuevos miembros los diversos grados, a medida que los van mereciendo. Establecen sus reglamentos internos y le imprimen a los trabajos y estudios el curso que consideran más conveniente, procurando no salirse de los principios generales de la Orden.
En resumen, es la Logia Simbólica la unidad orgánica de la Institución Masónica. Estas logias se encuentran congregadas en Grandes Logias y pertenecen a algún Rito reconocido, subsistiendo por encima de estas divisiones de carácter administrativo la absoluta unidad de todos los masones del mundo entero, que se reconocen fraternalmente, se ayudan y trabajan de común acuerdo hacia las metas de progreso y bienestar de la humanidad, que constituyen el deber cotidiano que todo masón se ha impuesto voluntariamente.
Finalmente, abordamos un breve panorama de la Mixidad, una forma de expresión masónica que teniendo su origen como organización masónica especulativa en 1724 y consolidándose a fines del siglo XIX, recobra en la actualidad su fuerza y vigor y se proyecta como una alternativa iniciática para la sociedad global del siglo XXI.
En el mundo profano, a medida que la organización del tejido social ha evolucionado, la mujer ha ido ocupando cada vez mayores y mejores espacios, como co-partícipe y co-protagonista de la actividad económica, política, social y cultural de su comunidad, de su nación y del mundo.
Por el contrario, en lo esotérico, sobre todo desde la época del paradójicamente llamado "Renacimiento" (Al respecto, ver: Fulcannelli, “El Misterio de las Catedrales”, Editorial Plaza y Janes, Barcelona, España, p. 81 y ss.), se ha visto limitada para ejercer e incrementar su potencial físico, mental y espiritual, hecho lamentable desde siempre, pero particularmente inadmisible en nuestro tiempo, justo en un momento en donde el ser humano, ante el materialismo y la descomposición de las tradiciones y estructuras filosóficas, morales y espirituales, busca desesperadamente refugio en toda aquella institución o doctrina que le abra sus puertas, que le muestre aunque sea a lo lejos, una pequeña señal de luz y de esperanza trascendental.
En este contexto, tenemos que en el caso de la Francmasonería, curiosamente uno de los temas que ésta guarda desde sus orígenes "Andersonianos" con el mayor recelo en el fondo de sus anales obscuros, es el de la Masonería Femenina. Y digo curiosamente, porque a pesar de que nació casi al mismo tiempo que la masculina, ha sido, sin embargo, víctima de un gran silencio de parte de los dedicados a estudiar estos asuntos, sea esto posiblemente causado por desconocimiento del tema o por considerarlo un tabú que al develarse podría trastocar principios fundamentales de la organización, como el de Igualdad, arista indiscutible del triángulo democrático liberal.
Este oscurantismo, como todos los de su clase, hijo de la estulticia y de la intolerancia, ha provocado una gran laguna en los estudios masónicos, misma que hasta ahora no se ha querido, ni se ha sido capaz de llenar. En efecto, hasta la fecha no se ha dado una justificación real y convincente al no reconocimiento formal de la mujer como elemento activo dentro de la Francmasonería y a mi modo de ver, la principal causa de esto es un profundo desconocimiento del tema.
La ausencia, entre otras cosas, de estudios históricos sobre la masonería femenina en general en cada uno de los países donde existe o ha existido presencia de Obediencias y Logias, sean éstas Masculinas, Fememinas o Mixtas, ha impedido a los masones y masonas conocer y lo que es más, comprender, la realidad del trabajo que las mujeres liberales y progresistas del mundo han llevado a cabo en el ámbito masónico.
La ignorancia siempre engendra monstruos. En ciertos casos, es triste ver que en su error y podría decir, en su ingenuidad, algunos masones llegan a extremos tales como al desprecio de las hermanas y adoptando una actitud que podríamos llamar "masónica-machista", consideran el tema de la masonería y la mujer cuando mucho como un tema de cafetín, pero en ningún caso digno de ser llevado una a reflexión y discusión profundas.
Ahora bien, nosotros sí destacamos el papel preponderante que ha jugado la mujer en la Francmasonería y su lucha por encontrar un sendero iniciático propio, aún cuando dentro de la historia de “los hombres libres y de buenas costumbres”, se ha demostrado lo contrario, ya que al alterar los LanMarks, incluyeron el desprecio y prohibición del ingreso de la mujer en la masonería. Por ello hay que recordar que los LanMarks, los únicos y originales límites que fueron creados son Tres: 1.- La creencia en una causa primera. 2.- La inmortalidad del Alma, y 3.- La Fraternidad. Sin embargo la soberbia de mis hermanos, les llevó a alterarlos y a aumentarlos a 8, luego a 15 y ahora son 25.
Por ello, el papel que juega nuestra Institución Hermética Mixta, es muy especial, como el de ir a nuestros orígenes, rescatar los antiguos ritos y trabajar con los Tres LanMarks verdaderos, y sobre todo darle el lugar que merece de igualdad a la mujer en nuestra Institución Masónica. Y en tal sentido, en la Gran Logia Hermética Mixta “Valle del Potosí” esta conformada por las Logias Herméticas como son: Reencuentro, Renacimiento, “Prana y Aura Mazda”, en donde hay hombres y mujeres que tienen hambre de saber… hombres y mujeres libres y de buenas costumbres que pretenden seguir las huellas de aquellos que nos dieron Luz, pero sobre todo, buscan darle un sentido a su estancia en esta vida, teniendo Fe en sus Ideales, con la Esperanza de realizarlos, por Amor a la Humanidad.
Esta es nuestra Misión, la de rectificar los errores de aquellos que nos antecedieron e invitar a todos aquellos hombres y mujeres de buenas costumbres, a generar una verdadera conciencia de Unidad Masónica, para que juntos hombres y mujeres, como verdaderos Hermanos, por el vínculo espiritual que nos une, estrechemos los lazos de unión al desarrollar nuestros trabajos en las Logias Herméticas Mixtas, con el favor de quien nos visita con el ánimo de crecer y desarrollarse, ayudándonos en nuestras tareas. Porque en las Logias Herméticas Mixtas, reunidos, católicos, mormones, protestantes israelitas, paganos ó creyentes, levantamos juntos el Altar de la Tolerancia en el Templo de la Sabiduría, porque no conocemos las odiosas divisiones de ritos, credos, partidos, nacionalidades y sexo; y como antes de ser ciudadanos hemos nacido mujeres u hombres libres respectivamente, á todos los que nos visitan les reconocemos como hijos de Dios, y como hermanos!
¿CUÁL ES LA HISTORIA DE LA MASONERÍA?
Dejando a un lado muchos y muy antiguos antecedentes históricos de la masonería, oscuros e inconexos, señalaremos aquí que la Francmasonería surgió de las corporaciones de obreros de la construcción en la Edad Media. Los canteros alemanes y los constructores ingleses de esos tiempos no constituían únicamente asociaciones de oficios ("guildos"), sino verdaderas hermandades en donde se enseñaba y ejercitaba una teoría secreta de sus respectivas artes y oficios. Muchos autores han probado que los francmasones no han inventado su liturgia y sus símbolos, y que tampoco los han copiado de otras sociedades secretas arcaicas, sino que les han sido transmitidos, por sucesión directa, de las sociedades gremiales de que proceden.
Se pretende que la Masonería es tan antigua que ya existía y se practicaba en las pirámides de Egipto, en los templos de la India, en las cavernas de los Esenios, en las criptas secretas de los Mayas, en la Academia de Pitágoras y en muchas otras sociedades iniciáticas de muy remota antigüedad. Las semejanzas, reales o imaginadas, con los ritos y ceremonias que se llevaban a cabo en esos remotos tiempos, demuestran que la Francmasonería llena una íntima necesidad del espíritu humano, cual es la de buscar la superación personal y encauzar las potencialidades individuales hacia el bien común. No es pues, la lógica de las técnicas y métodos que son más eficaces para lograr la evolución interna en el hombre. Que estas técnicas no hayan variado grandemente en el curso de varios milenios no debe extrañarnos, ya que los antropólogos y etnólogos han demostrado que el hombre sigue siendo esencialmente semejante en sus manifestaciones mentales y afectivas desde que es hombre, a pesar de todas las modificaciones ambientales que ha logrado la civilización.
La Masonería, en su forma actual, tomó cuerpo en Inglaterra a fines del Siglo XVII. Con anterioridad, existían en Alemania, Francia e Italia las cofradías de constructores, o "masones", en donde se enseñaban no solamente las artes y las ciencias que debía dominar un maestro constructor, sino que se impartían principios de moral y buena conducta, que garantizaran la armonía dentro de las corporaciones. Los lustros de duración de las monumentales obras que ejecutaban los "masones" (entre las cuales se cuentan las más preciadas joyas del estilo gótico) favorecían que se estableciesen relaciones muy estrechas entre los numerosos artistas y obreros, los cuales formaban verdaderos " equipos" bajo la dirección de sus grandes maestros arquitectos, que eran solicitados para ejecutar obras en ciudades distantes y en diferentes países.
Natural es que, en sus viajes, buscasen la ayuda de otros miembros de su misma profesión, también agremiados en cofradías, y que asistiesen a las reuniones de sus "Logias". De esta necesidad de viajar y ser reconocidos y atendidos, como de las precauciones que cada agrupación debía tomar para no admitir entre sus miembros a un operario que fuese a romper la armonía por su mala conducta, o a explotar en su beneficio personal los conocimientos técnicos que se impartían en las logias, surgieron los signos secretos de reconocimiento, la jerarquización en tres grados, con obligaciones y prerrogativas distintas, y el sigilo y discreción para realizar las reuniones de masones.
El nombre de francmasón, derivado de la palabra freemason, y que significa "masón libre", se daba a los constructores que tenían libertad para contratar sus servicios con cualquiera persona y en cualquier país," a diferencia de los que estaban al servicio exclusivo de algún noble, prelado eclesiástico o monarca. Estos últimos, desde luego, no precisaban de signos de reconocimiento, ni de todas las demás cosas que caracterizaban a las logias de francmasones. Por la necesidad de viajar y de conocer diversos países y costumbres, los francmasones tuvieron contacto con distintas maneras de pensar y diferentes organizaciones políticas, lo cual les confirió un punto de vista excepcionalmente amplio hacia los problemas religiosos, filosóficos, económicos, sociales y políticos de su época. Hubieron de admitir, con igualdad de derechos, a hombres de distintas nacionalidades, credos y razas, y esto sentó las bases a los principios humanistas de la naciente Orden.
En los siglos X, XII y XIV, se emprendieron en Escocia e Inglaterra grandes obras, y para su realización se importaron constructores alemanes, quienes llevaron consigo los usos y costumbres de las logias alemanas. A su influjo, nacieron las logias escocesas e inglesas. Hacia principios del siglo XVIII, la construcción había decaído grandemente y, consecuentemente, languidecían las logias de los masones operativos; entonces, en 1717, se constituyó Londres en una Gran Logia, bajo el patrocinio de un grupo de hombres de gran ilustración, que veían con pena la decadencia de las logias de constructores.
Fue entonces cuando nació, propiamente, la Francmasonería de nuestros tiempos, la cual ha conservado cuidadosamente el espíritu de las antiguas cofradías, sus principios constitucionales y los usos y costumbres tradicionales, apartándose de la construcción material. Admitió en sus filas a hombres de todos los oficios y condición social, a la vez que daba una interpretación elevada y filosófica a sus símbolos; así, la Francmasonería adquirió un carácter más amplio, susceptible de extenderse por todo el mundo.
Al ser electo -Jorge Payne para cargo de Gran Maestro, emprendió la meritoria tarea de reunir todos los preceptos existentes y formar una colección de 39 ordenanzas generales, que fueron revisadas por el Dr. James Anderson, teólogo e historiador, y sirvieron de base a la Constitución publicada en 1723, que es el primer fundamento legal de la Masonería.
Prosperó, a partir de ese momento, la Orden, contando entre sus iniciados a distinguidos miembros de la nobleza y de la familia real de Inglaterra. Entre 1739 y 1772, surgieron ciertas desavenencias internas que dieron origen a su separación en dos ritos: el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y el Rito de York, o del Real Arco. De Inglaterra, la nueva Francmasonería se extendió rápidamente a otros países.
En Francia apareció entre 1721 y 1732 y alcanzó un auge inusitado. Se formaron nuevos ritos y se crearon grados filosóficos, siendo ésta, al principio, una innovación mal recibida en los demás países, ya que infringía los Antiguos Límites que únicamente establecían los primeros tres grados.
La Masonería Francesa ha contado entre sus miembros a distinguidas personalidades, como Voltaire, Rousseau, Condorcet, Víctor Hugo, Gambetta, Herriot, Dantón, Marat, Alejandro Dumas, Napoleón Bonaparte, Emilio Zolá, además es importante señalar el papel activo de la mujer, ya que se establecieron a partir de 1775, varias logias de Adopción. La más famosa fue La Candeur, en la que se admitió a burguesas como la señora Helvetius, mujer cultísima y con un espíritu muy abierto, y a miembros de la Aristocracia, como la Princesa de Lamballe, la Duquesa de Chartres cuyo marido, el futuro Philippe Egalité, era Gran Maestre de la Orden, y además a un gran número de damas de la Corte. de mujeres como la Duquesa de Borbón, prima del Rey y madre del Duque de Enghien, fue la Gran Maestra de la Francmasonería de Adopción (en 1778, Voltaire le envía versos a la gloria del Templo).
Con la Revolución desaparecen las Logias de Adopción y sus miembros fueron esparcidos por la emigración, el encarcelamiento o la acción política. Afortunadamente, bajo el Primer Imperio renacen las Logias de Adopción, siendo la Emperatriz Josefina, Gran Maestra, durante un corto tiempo. Poco a poco, durante el siglo XIX las logias de Adopción irán desapareciendo o subsistirán en un estado vegetativo, con un desarrollo muy lento, y siempre tuvo menos miembros que la masonería masculina, pero a finales del XIX llegó a tener unas 150 Logias.
El 14 de enero de 1882, la logia Los Libre pensadores del Pecq (localidad próxima a París), decidió iniciar a una mujer; María Deraisme, periodista y gran feminista. La emoción que provocó el acto de insubordinación de la Logia del Pecq fue enorme. Se entabló una viva polémica y cuatro meses después de este acontecimiento, la Logia del Pecq tuvo que abandonar la obra emprendida. Superando su decepción, María Deraisme decidió entonces crear una nueva Obediencia, y el 4 de abril de 1893 nació el "Derecho Humano", Obediencia mixta, bajo la dirección del Doctor Georges Martin. Hoy día, el Derecho Humano, con el título de "Derecho Humano Mixto e Internacional", posee Logias en todos los continentes.
La masonería de Adopción o de "Damas", se halla presente en muchos países europeos o del Continente americano. Todas las Logias trabajan según los Rituales franceses del siglo XVIII.
Curiosamente, los primeros datos que se pueden encontrar en los Archivos españoles, son de 1885 aproximadamente, es decir, que aparecen o renacen las logias de adopción en España en un momento en el que en Francia, la masonería de Adopción había casi desaparecido.
Hay que considerar que en los años 1874-80, existe en España un resurgimiento de la masonería, debido a la influencia de la Primera República Española. La mujer española solicitará su ingreso en la masonería y empezarán a florecer Logias de Adopción. Entre las Logias de adopción del Gran Oriente Español, se pueden citar Las Hijas de la Regeneración de Cádiz, Las Hijas de los Pobres de Madrid, Las Hijas de la Unión nº 5 de Valencia. El Anuario de 1894 a 1895 del Gran Oriente Español, consta de siete Logias de Adopción.
También por esos años, podemos ver en los Cuadros de Logia masculinos, es decir, en las Listas de los miembros de una Logia, como por ejemplo en Los Hijos de Riego de Madrid, o Nueva Cádiz, nombres de mujeres. Lo que nos permite comprobar que, a pesar de la Constitución de Anderson, se iniciaban a mujeres en el Rito masculino (quizás para crear Logias de Adopción), y que éstas, asistían regularmente a los trabajos de la logia masculina, como se puede leer en los libros de Actas. Todas esas Logias pertenecían al Gran Oriente Español. Ya a fines del siglo XIX, también se tiene noticias de que en algunas Logias del Rito Escocés Antiguo y Aceptado trabajaban también mujeres (según lo asentado en sus libros de actas).
En Francia como ya se dijo, la mujer empieza a participar con los mismos derechos y obligaciones que el hombre en la Logia del Derecho Humano (“Le Droit Humain”).
Los cuerpos directivos de las Obediencias masónicas de Portugal, Argentina, Cuba, Brasil y otros países establecieron Logias del Rito de Adopción a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En cuanto a las logias italianas, éstas abrieron sus puertas a las mujeres en 1819.
En las logias masónicas se gestó la Revolución Francesa, y de los principios masónicos se sirvieron los revolucionarios como bandera en la lucha contra la tiranía.
Entre los masones más distinguidos mencionamos a Federico el Grande de Prusia, Francisco I de Austria, Goethe, Mozart, Beethoven, Wagner, Benjamín Franklin, Jorge Washington, el Conde de Lafayette, Tomás Jefferson, Abraham Lincoln, Américo Vespucio, Leonardo de Vinci, Gral. Prim, Francisco Javier Mina, Emilio Castelar, Simón Bolívar, José Martí, Bernardo O'Higgins, José de San Martín, Antonio José de Sucre, José Ma. Morelos y Pavón, Ignacio Allende, Vicente Guerrero, don Guadalupe Victoria, Agustín de Iturbide, Valentín Gómez Farías, Nicolás Bravo, Benito Pablo Juárez García, Melchor Ocampo, Sebastián Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz, Ignacio M. Altamirano, Juan de Dios Peza, Amado Nervo, Ignacio Ramírez, Alfredo Chavero, el Barón de Humboldt, Francisco I. Madero, José Ma. Pino Suárez y muchos otros más.
La Masonería ha tenido en México un glorioso historial de gestas libertarias, y ella ha sido la inspiradora de nuestros movimientos políticos e ideológicos de mayor trascendencia. Sin temor a exagerar, podemos decir que los masones mexicanos dieron a nuestra patria la Independencia, las leyes de Reforma y la Revolución de 1910, y que siempre que ha sido necesario combatir por nuestra mexicanidad y por los derechos del hombre, han sido los primeros en ofrendar su pecho y su pensamiento en defensa de nuestra soberanía y libertad.
En 1891 se instala en nuevo Laredo Tamaulipas una Logia Femenina llamada “Josefa C. de Cantón”, perfectamente reconocida por la masonería del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, incluso por Logias de Texas. En 1898, se forman en el norte de México, cuatro (4) Logias integradas por mujeres. En 1935 algunos hermanos de la Logia “Reforma 33” Nº 5, inician en la masonería escocesa un grupo de mujeres progresistas, medicas algunas de ellas, formando la Logia “Alma Mexicana” Nº 9. En 1945 pasan a formar parte del Rito Nacional Mexicano y años después se constituyen en Gran Logia Femenina. En 1965 se establecen como Gran Logia Independiente practicando el Rito Escocés Antiguo y aceptado con el nombre de Gran Logia Unida Femenina “Alma Mexicana”, el que conserva aun. Esta Gran Logia esta conformada por más de 30 Logias Femeninas, dos (2) de las cuales están en el extranjero. Otras Grandes Logias que funcionan en México son: la Gran Logia “Teoyocihuatl”, Gran Logia “Alma de Anahuac”, Gran Logia “Mujeres Insurgentes”, Gran Logia Femenina de Michoacán, Gran Logia Femenina de Veracruz, Gran Logia Femenina de San Luís Potosí. En 2000 se gesta la semilla del Hermetismo Mixto Mexicano, y producto de ello, es el nacimiento e instalación de las Logias Herméticas Mixtas: Prana en 2002; Reencuentro en 2003, Renacimiento en 2005 y Aura Mazda en 2007.
En la actualidad, con la excepción de España y Rusia, en todos los demás países del mundo tiene raíces profundas la Masonería y cuenta con mayor número de miembros que cualquiera otra sociedad internacional de este tipo.
Las fuerzas renovadoras que han actuado dentro de ella, en nuestro país, la han modernizado y cohonestado con los adelantos de nuestro tiempo, y se observa una saludable tendencia a incorporar a sus técnicas y enseñanzas los descubrimientos más modernos de la ciencia. De esta manera, la Masonería evoluciona y se pone a tono con la época, para seguir siendo la fuente de donde brota la fuerza renovadora del pensamiento humano.
Grande ha sido la lucha de la mujer por conquistar espacios que le habían sido vedados durante muchas centurias por justificaciones artificiosas que nada tenían que ver con supuestas incapacidades y limitaciones; sino con una lucha por el poder, basada en la violencia física, ideológica y psicológica. Hoy la mujer en casi todo el mundo ha ido recuperando derechos que le habían sido arrebatados. En Venezuela, así como en otras naciones, Nuestra carta magna establece la igualdad jurídica de mujeres y hombres y eso se traduce en un sinnúmero de oportunidades para educarse y recibir capacitación para acceder a los mas variados puestos de trabajo, obteniendo así independencia económica, para tener voz y voto en los foros nacionales e internacionales, donde se presentan y discuten asuntos de importancia para la economía, el bienestar social, la paz, etc., para alcanzar posiciones políticas que conllevan tomas de decisiones, etc. Se ha conquistado en otras palabras, el espacio exterior; pero hay un espacio mas importante que hay que conquistar, porque de eso depende nuestra excelencia humana: el espacio interior, el que abarca los aspectos sentimentales o afectivos, morales y espirituales y ese es el mas difícil de conquistar, tanto para hombres como para mujeres, porque vivimos inmersos en una cultura utilitaria, consumista, competitiva, enajenante y de rampante corrupción. Sin embargo, no todo son sombras, porque hoy la masonería cuenta con un lugar para las mujeres que quieran trascender sus ancestrales limitaciones a través de sus enseñanzas, aunque esto no sea bien visto por algunas personas, hermanos y parcelas que viven anclado en el pasado o sugestionados por normas y limites realizados en un pasado que no es el presente, ni es el nuestro.
¿INTERVIENE LA MASONERÍA EN LA POLÍTICA ?
Con mucha frecuencia se formula la pregunta de si la Masonería desarrolla actividades de índole política. Esto es lo primero que se le ocurre a quien lee en las páginas de la historia la larga lista de estadistas, reformadores, revolucionarios y patriotas que fueron masones. Quienes piensen que la masonería es una organización política están equivocados, como suele equivocarse quien examina superficialmente las cosas y no penetra tras las apariencias para aquilatar su verdadero significado. Es cierto que en las Logias Masónicas se han formado con hombre como Voltaire, Washington, Bolívar, Juárez y Madero; pero también de ellas han surgido grandes sabios y artistas, como Franklin, Newton, Mozart, Beethoven, Wagner, Chavero, Edison, Kant, Spinoza, Rutherford, H.G. Wells, Einstein, Oppenheimer, Dewey, y tantos otros más que nunca se ocuparon de la política, como no fuese desde un plano filosófico y humanista.
Pese a los esfuerzos de quienes en ciertas épocas han pretendido desentenderse del carácter real de la Institución y han hecho esfuerzos por transformarla en bandera política, la Masonería ha conservado, hasta ahora, su verdadera naturaleza de escuela y taller en donde se forja la personalidad y evolucionan las facultades más nobles del hombre. Es un laboratorio en donde se ejercita el análisis y la síntesis de todas las ideas y de todos los nuevos conceptos filosóficos, en el ambiente aséptico propicio para el claro y recto pensar, y en donde se funden en el crisol del trabajo mancomunado y de la lucha constante, los más diversos metales, para obtener la amalgama y la aclaración con que se forjan los hombres y mujeres capaces de dedicar sus vidas al progreso propio, de su familia y de la humanidad, sin distingos de raza, credo o nacionalidad.
En este sentido, la Masonería nos da una muestra que tiene como principio fundamental, el haber enseñado a estos hombres que somos Trinos, y una vez que lo comprendieron, a luchar primero consigo mismos en el dominio de las bajas pasiones de su cuerpo para limar sus asperezas y fortificar sus almas en la búsqueda de su espiritualidad.
Les ha mostrado también, el respeto a su compromiso contraído consigo mismo, con la Institución, con la Masonería y sobre todo con mayor profundidad con la Orden, una vez que se ha logrado lo anterior, se esta en el camino de la convivencia fraterna, el respeto mutuo, la dignidad, la responsabilidad, la honestidad, la fe en su ideales, la esperanza en realizarlos, el amor a la humanidad y el heroísmo.
Valores y virtudes que ha inflamado sus corazones con el amor a sus semejantes y la santa indignación contra la injusticia y la tiranía que degradan al hombre y encadenan su pensamiento. Por eso es que en su seno se han gestado tantas iniciativas trascendentales para el adelanto de la humanidad y de ella han surgido, de tiempo en tiempo, grupos fuertes y de gran cohesión que han logrado imprimir a sus naciones, y al mundo, los más importantes impulsos evolutivos.
La Masonería es esto y mucho más; pero lo que no es, ni ha sido jamás, es un partido político, ni una organización militante al servicio de tal o cual encumbrada personalidad, ni los exponentes de tal o cual "ismo" (ni siquiera del liberalismo, como doctrina política) ni una mafia de "carbonari", aunque sus detectores así le hayan descrito con demasiada frecuencia. Jamás podría ser cualquiera de estas cosas sin perder inmediatamente su sentido humanista y universal, quedando a merced de las contingencias temporales ya la mezquindad de las lides personalistas.
La Masonería está por encima de la política y, sobre todo, de la politiquería. Pero así como nadie construye una casa para que permanezca deshabitada, ni se fabrica un barco si nunca ha de navegar, ni se prepara un banquete si nadie ha de comerlo, ni ejercita el atleta sus músculos si no ha de emplearlos, así también, carecería de sentido alguno la actividad personal e interna masónica del desarrollo de las facultades superiores del hombre, si esta no se desembocara en forma natural y lógica en los múltiples cauces de la actividad social desempeñada por cada uno de sus miembros, dentro de la esfera de influencia personal y como resultado de su iniciativa propia.
Por ello es que, aun no siendo la Masonería una organización política, y ocupándose, como lo hace, principalmente de la evolución personal de cada hombre, resultaría absurdo que forjase guerreros del progreso y conductores de la humanidad y les prohibiese toda actividad política, ya que en la realización de logros concretos, está la justificación histórica de la Institución... generar cambios internos en la construcción del pensamiento y de la conciencia humana para que de manera interna e individual produzca acciones en bien propio, de su familia y de la sociedad en general. Es ahí cuando la Masonería ha logrado que un adepto encuentre la luz de su camino.
De lo cual resulta que, individualmente, los masones sí intervienen activamente en la política de sus países cuando la ignorancia, el fanatismo o la ambición, tratan de sojuzgar a los pueblos.
Con respecto a las batallas que libran los masones en el mundo, la Institución Masónica se mantiene tan independiente como lo puede ser una Universidad con relación al trabajo profesional de sus egresados.
Existe, sin embargo, una diferencia importante: mientras la Universidad se limita a preparar al estudiante y una vez que le ha entregado su título pierde casi todo contacto con él y con el buen o mal trabajo que desarrolle, en cambio la Masonería sigue abrigando con sus alas a sus miembros, dándoles ocasión de que nunca cesen de estudiar y perfeccionarse, velando por que se consoliden los lazos de fraternidad y comprensión mutua y juzgando severamente la actuación de cada uno de ellos cuando violan los principios morales proclamados por el ideario de la Orden.
PERO ¿CUÁLES SON LAS OBLIGACIONES Y LOS DERECHO DE UN MASÓN?
Toda sociedad tiene el derecho de exigir de sus miembros el cumplimiento de ciertas obligaciones y, a la vez, le hace partícipe de los beneficios que ofrece. La Masonería no es una excepción, por lo que es justo y necesario que antes de contraer las obligaciones de un masón, sepa cuáles son estas obligaciones y cuáles los derechos que se adquieren.
La primera de las obligaciones consiste en guardar un silencio absoluto de los asuntos tratados en las reuniones o "tenidas" (como se les designa masónicamente). Aunque es importante señalar al respecto, que la Masonería no es, propiamente, una sociedad secreta, pero sí es discreta. En los varios siglos de actuación que lleva recorridos ha podido aprobar que sólo con reserva, sigilo y discreción se puede estar a salvo de los ataques que nacen de la incomprensión, del fanatismo y de la envidia. A los que comentan que: " ¡Algo de malo habrá en ello, puesto que se esconden para hacerlo! ", les contestaremos que nunca las nuevas ideas han encontrado el camino sembrado de comprensión, buena voluntad y aliento.
Por el contrario, recordemos a Sócrates acusado de pervertir a la juventud, a Galileo torturado por blasfemo, a Spinoza excomulgado por ateo, y tantos otros que han seguido igual o peor suerte. Y si hay quien diga que esos tiempos ya pasaron y que en los tiempos actuales hay libertad de expresión y respeto hacia las ideas nuevas, les diremos que están en su derecho para creerlo así; pero que la Masonería está estructurada de modo tal que pueda seguir funcionando aunque impere un régimen de opresión política y económica y de coartación de la libertad. Por tanto, no necesita justificar su exigencia de que los miembros guarden cuidadosamente sus secretos, puesto que ello es parte de su naturaleza, y la sabiduría de este proceder ha sido constatada en tiempos buenos y malos.
La segunda de las obligaciones de un buen masón es la de trabajar intensamente en pro de su propia perfección interna. Deberá corregir sus propios defectos, combatir sus pasiones (dominar la ira, la envidia, la insidia, la traición, su deshonestidad, su irresponsabilidad, etc) y prodigarse en el servir a los demás. Es decir empezando a dar fe, esperanza y amor en su propia casa, para volcarlo posteriormente hacia los demás.
Al respecto, que nos baste recordar, que no podemos dar lo que no tenemos. O dicho de otra manera, no se puede ser candil de la calle y oscuridad de su casa, contradicción inoperante en el desarrollo espiritual de un verdadero masón. En esto consiste el trabajo masónico, que es, como se dijo antes un trabajo personal de evolución y labrado de la personalidad.
Aquí es importante aclarar, que no es buen masón quien solamente se dedica a reunir abundantes conocimientos sobre filosofía, historia, ciencia litúrgica, psicología, sociología, etc., si esta ilustración no va acompañada de un auténtico espíritu fraternal que le impulse a correr en auxilio de todo hombre que necesite de sus servicios.
Tampoco podrá calificarse de masónica labor de quien está animado de grandes deseos de hacer el bien, pero que carezca de la ilustración y capacidad suficientes para reconocer la forma más eficaz y provechosa de hacerlo. El verdadero masón cohonesta sus conocimientos con un comportamiento altruista y virtuoso, y pone en juego ambas cualidades en trabajo infatigable, para que sus buenos deseos se transformen en realidades palpables. En suma, debe ser coherente entre lo que dice y lo que hace.
La tercera obligación es la de cumplir con los Estatutos Generales de la Orden, la Constitución de la Gran Logia a que pertenezca y los Reglamentos particulares de su Logia. Aunque no sería posible dar a conocer en esta obra este cuerpo de disposiciones legales, bastará explicar que su objeto único es el de fijar las normas de gobierno y funcionamiento interno de las logias, y que todo masón sabe que estas órdenes tienen como mirar el bien común y jamás pueden contravenir los principios de honor y virtud que proclama la Orden.
Huelga decir que entre las obligaciones que se desprenden de los Reglamentos particulares de las Logias están incluidos los de:
asistir puntualmente a las "tenidas" (reuniones de trabajo) semanales,
estar al corriente en sus aportaciones para las festividades de grandes ceremonias, así como del mantenimiento y mejoras hacia su Taller,
muy especialmente en los pagos de las cuotas de iniciación, así como las personales o cápitas (cuota mensual) que se establezcan para cada miembro,
y sobre todo, conducirse siempre con decoro y orden.
¿QUE OFRECE A CAMBIO LA MASONERÍA?
En primer lugar, sólo ofrece su conjunto de enseñanzas sistematizadas, las cuales va impartiendo a cada quien, según sus méritos alcanzados por su esfuerzo personal. Otorga a todos sus miembros el derecho de recibir ayuda y amor fraternal en cualquier lugar del mundo en que se encuentren.
El masón tiene amigos y amigas en todas partes, siempre dispuestos a correr en su auxilió en el momento en que los llame. Sin importar las diferencias de rito que practique ni la jurisdicción a que pertenezca, cada masón se considera hermanado con todos los demás masones del mundo.
En la mayoría de las organizaciones masónicas existen, además, otras ventajas de orden mutualista, como por ejemplo: el seguro de vida, bolsa de trabajo, fondo asistencial, etc. Debemos hacer notar, sin embargo, que no es en estos servicios asistenciales donde radican los beneficios de la Masonería, sino lo esencial se encuentra en la oportunidad que brinda a sus miembros para estudiarse a sí mismos y ponerse a prueba dentro de los trabajos de la logia, alcanzando un mejoramiento constante, gracias a las sabias disciplinas de la Orden.
Finalmente, la Masonería brinda a quienes evolucionan dentro de ella, la oportunidad de ampliar su campo de acción en el mundo externo y desarrollar una actividad de mayores alcances y trascendencia. Esto se logra como resultado de la cohesión que se establece entre los masones y que después trasciende a los diversos campos de acción en que se encuentran profesionalmente.
No es esto el producto de un plan de acción premeditado por la Institución Masónica y que aconseje colocar a fulano aquí y a zutano allá, como piezas de un ajedrez en que se juegue alguna trascendental partida política; es más bien la polarización espontánea de todos los hombres en quienes se ha sublimado el amor a la libertad, a la justicia social y al progreso, cuando con ocasión de un acontecimiento que viola los derechos del hombre y la mujer, obstaculizando la marcha ascendente de la humanidad, convergen al unísono, impelidos por sus ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Para coordinar la actividad externa social, educativa, benéfica y política de los masones existen asociaciones civiles, en cuyo seno se reúnen los masones de todos los ritos, jurisdicciones y obediencias, para aunar sus esfuerzos y luchar hacia las nobles metas que en los talleres masónicos se enseñan. Estas asociaciones representan, para la masonería, lo que el brazo es para el cerebro: un órgano ejecutivo para la realización de los ideales masónicos.
Fuera de estas obligaciones y derechos no hay otros. Cada masón lo es por su libre y espontánea voluntad, y tiene derecho a retirarse, como caballero, de la Masonería, cuando lo desee, sin que por ello sufra persecuciones, amenazas o ataques. Sólo se le pide, bajo su palabra de honor, que no revele los secretos de la Institución, y si no lo cumple, el único que se perjudica es él mismo y no la Masonería, ya que el verdadero y más preciado secreto masónico es inviolable por naturaleza.
Y cuando alguna persona hombre o mujer, es invitada a pertenecer a formar parte de la enorme cadena de la unión que conforman los masones, lo deberá meditar para que sin influencia alguna, creyendo en la existencia de una Primera Causa y en la inmortalidad del Alma, y estando enterado de los fines de esta Antigua y Honrada Institución de Libres Masones, de su libre y espontánea voluntad y bajo su palabra de honor, solicite por escrito ser aceptado o aceptada en esta Logia, y se ofrezca como candidato o candidata para INICIACION, prometiendo acatar todos los usos establecidos y someterse a todos los requisitos de ingreso de la Institución, deseando como fin último…ser útil a la humanidad.
En las Logias Herméticas “Prana”, “Reencuentro” “Renacimiento” y “Aura Mazda” , buscamos tener ojos para desarrollar una mirada esotérica, la cual sin duda alguna, esta visión se ira abriendo gradualmente en nuestro camino interior. Y juntos mediante la constancia de nuestros trabajos, iremos comprendiendo, que el espíritu del Padre, su Ser más Interno, es idéntico al espíritu del Hijo.
Esta conciencia de Unidad es la meta de todo trabajo de orden esotérico e iniciático bien entendido. Hacia esa visión se dirigen todos nuestros esfuerzos, en Ella ponemos nuestro pensamiento y nuestra concentración interior, con el único objetivo de lograr el Triunfo de la Luz sobre las Tinieblas.
Esta es nuestra Misión, invitar a todos aquellos hombres y mujeres de buenas costumbres, a generar una conciencia de Unidad, la cual descansa en la expectativa de que os vamos a ofrecer, para que valga la pena perder tu tiempo cuando menos tres horas a la semana en trabajar en las Logias Herméticas “Prana”, “Reencuentro” “Renacimiento” y “Aura Mazda”, y reflexionar, meditar y comprender ¿qué estoy haciendo aquí? ¿de dónde vengo? y ¿adónde voy?.
Para que en uso pleno de su razón y libre albedrío de cuenta con plena conciencia, de cuales son los tesoros que posee, y cuales esta dispuesto a legarse a sí mismo, a su familia, a su País y a la humanidad en general.
¡Y reiteremos siempre en cada tenida, que juntos hombres y mujeres, como verdaderos Hermanos, por el vínculo espiritual que nos une, hemos estrechado, con el favor de quien nos visita con el ánimo de crecer y desarrollarse, ayudándonos en nuestras tareas. Porque aquí en las Logias Herméticas “Prana”, “Reencuentro” “Renacimiento” y “Aura Mazda”, reunidos, católicos, protestantes israelitas, paganos ó creyentes, levantamos juntos el Altar de la Tolerancia en el Templo de la Sabiduría, porque no conocemos las odiosas divisiones de ritos, credos, partidos, nacionalidades y sexo; y como antes de ser ciudadanos hemos nacido mujeres u hombres libres respectivamente, á todos los que nos visitan les reconocemos como hijos de Dios, y como hermanos!
Por ello, con el firme deseo de que esta información te de Luz acerca de qué es la Masonería, así como de que sepas que la Gran Logia Hermética Mixta “Valle del Potosí” esta conformada por las Logias Herméticas como son: Renacimiento, “Prana y Aura Mazda”, en donde hay hombres y mujeres que tienen hambre de saber… hombres y mujeres libres y de buenas costumbres que pretenden seguir las huellas de aquellos que nos dieron Luz, pero sobre todo, buscan darle un sentido a su estancia en esta vida, teniendo Fe en sus Ideales, con la Esperanza de realizarlos, por Amor a la Humanidad.
También esta Gran Logia Hermética Mixta “Valle del Potosí”, en un esfuerzo con gran visión, ha conseguido la apertura filosófica capitular de alto rendimiento para aquellos hermanos que desean hacer carrera masónica, creando en el nombre de la Francmasonería Universal, bajo los auspicios de los SOBERANOS GRANDES INSPECTORES GENERALES, grado trigésimo tercero y último del RITO ESCOCÉS ANTIGUO Y ACEPTADO, del Alto Cuerpo Hermético Masónico y del Supremo Consejo Hermético Mixto de México con sede en esta ciudad de San Luis Potosí, y con ello, por primera vez en esta Entidad se cuenta con dos Instituciones de Altos Estudios Filosóficos Herméticos, para que todos juntos, luchemos por “El Triunfo de la Luz sobre las Tinieblas”.
FRATERNALMENTE
“POR UNA HUMANIDAD CON LUZ”
M:.R:.G:.M:. GREGORIO PALAFOX PALAFOX
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