lunes, 5 de abril de 2010

EL ELEMENTO FUEGO.



ELEMENTO FUEGO

R:.H:. Carlos Napoleón Del Carpio Palacios
P:.V:.M:. de la R:.L:.S:. Cordillera Escalera Nº 6 Vall:. Tarapoto – San Martín – Perú
M:. del R:.A:. Real Arco “ADINHIRAM” Vall:. Tarapoto – San Martín – Perú

La supervivencia del hombre depende de su capacidad para respetar la Tierra como principio y como planeta. Sabemos perfectamente por nuestros estudios que los cuatro principales elementos son Tierra – Aire – Agua y Fuego lo que además hace en todo momento el equilibrio de la tierra y su condición para ser habitada. En anteriores trazados, trate sobre nuestro planeta Tierra y los elementos: Tierra, Aire y Agua; en esta oportunidad el Tra:. está dedicado al estudio en desde el punto de vista esotérico sobre el elemento FUEGO` por lo que a continuación les presento un estrato de la obra de UNA OBRA TITULADA “Ensayo Sobre el Fuego Sagrado y sobre las Vestales” de Dubois – Fontanelle, el Tra:. Constituye una exposición sobre la utilización mística del fuego y sobre el simbolismo que, desde los inicios de la humanidad, le ha estado siempre asociado:

“Desde la más remota antigüedad, los hombres siempre han sentido un gran respeto por el fuego. ¿Cómo entro en su espíritu esta idea de veneración? El fuego servía en todas las ceremonias religiosas, puesto que el mismo Dios se ofrecía a sus ojos revestido de un cuerpo luminoso: el sol. ¡Cuantas razones para que este principio fuera respetable Los hombres, testigos de sus apariciones brillantes, convencidos de la espiritualidad de su creador, no osaban hacer una imagen de Dios por que no sabían qué forma podrían darle. Así, buscaron entre los objetos más pomposos del Universo el que mejor le representaba a su imaginación. El Sol llenando la Tierra y el Cielo con sus rayos, dando calor a la Naturaleza y fecundándola, madurando los frutos, pronto fue considerado como el brillante símbolo de la Divinidad bienhechora. La Luna y las Estrellas, que emitían sus destellos durante la oscuridad de la noche, les parecieron destinadas a embellecer su morada y su trono. Acudían a estos Astros siempre que querían adorar al Ser Supremo. Su resplandor y majestuosidad elevaban el alma y la preparaban para la magnificencia de su Autor.

Tal fue sin duda el primer culto, el más simple y el que estaba más al alcance de la limitada inteligencia de los humanos. Pero, pronto los cuerpos celestes, accesibles sólo a sus miradas, les parecieron demasiado lejanos. Buscaron a su alrededor lo que tenía mas parecido al Sol. No percibieron mas que el fuego; lo encendieron por todas partes convirtiéndolo en el signo visible de un Ser invisible que fue revelado bajo este emblema. Se cuidaba con esmero; se miraba con respeto. Se sabía que la Divinidad se había manifestado en otro tiempo bajo este aspecto. Cuando, por azar, dejaba de arder, parecía que Dios se había retirado del lugar, y se daban prisa en reanimarlo. Después, los fieles se apresuraron a alimentar esta creencia que pronto hizo que se pensara en conservar un Fuego perpetuo que se convirtió en sagrado cuando el tiempo cubrió de sombras el motivo de esta costumbre. Según Varrón, el fuego es el alma de la Naturaleza. Plutarco añade algo más preciso: “El Fuego es la imagen más brillante del poder inmortal, cuya mano compone y conserva el universo; es el principio de Todo, el alma del mundo”. ¿Qué puede responderse a eso?
Dubois Fontanelle (Siglo XVIII)

De los cuatro principios o elementos de la naturaleza, el Fuego ha sido tradicionalmente como el más importante, ya que su simbolismo está relacionado con la dimensión espiritual del hombre y con a Creación visible e invisible.

El Fuego en el plano visible, la mayor manifestación natural del fuego es el sol. Esta estrella esta situada aproximadamente a 150 millones de kilómetros de la Tierra, constituye el corazón de nuestro sistema planetario. Según los astrofísicos, esta esencialmente formada por átomos de hidrógeno, cuyos núcleos se fusionan constantemente, traduciéndose esta fusión nuclear por una gigantesca emisión de luz y de calor. Este calor es de aproximadamente de seis mil grados en la superficie y de dieciséis millones de grados en el centro. El sol es igualmente el foco a partir del cual se irradia la esencia cósmica indispensable para la vida vegetal, animal y humana. Aunque este hecho aún no ha sido demostrado por la ciencia, muchas escuelas están convencidas de que lo será en un futuro más o menos cercano. Entonces se tendrá la confirmación científica de una verdad mística.

En la prehistoria, el sol era considerado como la fuente de vida, convirtiéndose en objeto de culto. Para los hombres primitivos, era el espíritu supremo de la naturaleza. Durante milenios, lo adoraron y vivieron con el temor de que no volviera a aparecer por el horizonte, puesto que eran incapaces de comprender porqué se desplazaba por el cielo y desaparecía cada tarde detrás de las colinas, al final de la llanura o en el océano. Al ver que regresaba regularmente todas las mañanas, lo utilizaron para simbolizar la vida, la muerte y la resurrección. De hecho, todas las grandes civilizaciones del pasado lo integraron en sus prácticas religiosas pero especialmente, en el antiguo Egipto, donde fue deificado bajo el nombre de “Ra” dando origen a un clero muy poderoso, el de Amón. Con la aparición del monoteísmo establecido por Akhenatón hermano de Moisés, el astro del día tomo una nueva dimensión mística, ya que este faraón inspirado hizo de él el símbolo visible del Dios único al que veneraba. Contrariamente a lo que afirman algunos historiadores, Akhenatón no fue nunca un adorador del sol.

El simbolismo del sol continúa estando presente en las grandes religiones actuales. Así en el Parisismo, que desciende del Zoroastrismo, representa a Ahura Mazda, ángel de la Luz y del bien. En el Hinduismo, es el símbolo de Vishnú, a quien se considera el organizador del Universo y el Protector del mundo. Se encuentra igualmente en el Judaísmo, donde se refieren a él como la expresión terrenal del Fuego Divino. En la antigüedad, el gran sacerdote de los Hebreos llevaba un disco de oro sobre el pecho en veneración de este fuego. En el Cristianismo, el sol simboliza la Luz Celestial, el mismo Jesús fue llamado “Sol Justiciae” (“Sol de Justicia”) o “Sol Invictus” (“Sol Invencible”). En cuanto a Buda, en varios textos chinos a menudo se le designa con el nombre de “Sol Buda”. Por último en el Islam, el sol representa la fuente de las luces reflejada en el mundo por la luna, símbolo del conocimiento velado. Notemos que en la astrología representa igualmente el resplandor de las virtudes humanas más puras.

Si el sol es la mayor manifestación natural del fuego, la llama es la expresión terrenal más elemental, estando asociada, desde hace milenios, con el mismo simbolismo que el fuego. Es decir, representa tradicionalmente al Fuego Divino y a la Luz Divina. Esta es la razón de que se incluyan velas o cirios en la mayor parte de las ceremonias religiosas. Lo mimo ocurre con los rituales de nuestra Orden, que son las Tres Luces Menores “El Sol, La Luna y el V:.M:.” las que guardan una relación muy directa con la espiritualidad. La luz conjunta de las tres luces menores representa el deseo interior de los HH:. de ser iluminado a lo largo de la vida masónica. En muchas ordenes fraternales, apagan siempre sus velas con un apagador, es porque la llama simboliza igualmente la vida, y se considera que el aliento es una expresión de la Fuerza Vital; y este aliento, no debe ser utilizado para hacer desaparecer el símbolo mismo de la vida.

En su estado natural, el fuego es un principio que consume todo lo que quema, en otras palabras, reduce a cenizas las sustancias combustibles y purifica las que no lo son. Por ejemplo en los estudios Masónicos se habla que el primer Tem:. del R:.S:. construido después de la salida de los Israelitas de Egipto y que fuera incendiado para luego iniciar la reconstrucción del segundo Tem:. ¿es una alegoría que simboliza un cambio del H:. Mas:. del 3º a los grados filosóficos? Por esta razón, el fuego, era utilizado por los alquimistas en el curso de sus operaciones como un agente de transformación y nosotros los Mmas:. Somos alquimistas por formación de nuestro H:. Boaz que fue un alquimista y que esta representado por la Col:. “B” lugar por donde todo Mas:. de los diferentes Grados ingresa al Tem:. En este sentido alquímico es el que hay que interpretar las letras “INRI” inscritas en la cruz de Jesús, puesto que estas letras son una abreviatura de la frase latina “Igne Natura Renovatur Integra”, que significa: “La naturaleza es íntegramente regenerada por el fuego” aplicada al hombre, esta frase estérica significa: La naturaleza humana es enteramente regenerada por el fuego divino”.

MASONES DE LA LENGUA ESPAÑOLA NEW YORK.

Nuevo Templo masónico en Valencia, plancha de inaguración



El Venerable Maestro (presidente)de la R.·. L.·. ACACIA Núm. 57 de la G.·.L.·.S.·.E.·.Or.·. de Valencia

Hace unos días os comunicábamos la inauguración de un nuevo Templo masónico en Valencia. Hoy nos congratulamos de publicar la plancha (escrito) leída con este motivo por el Presidente (Venerable Maestro) de la Logia Acacia de Valencia de la GLSE, además de unas fotografías del nuevo Templo que ha tomado por nombre de "Luis Cimarro Lacabra”, el mismo es compartido por la logia Perceverança i Llibertat de la GLCE. La ceremonia fue presidida por la hermana Nieves Bayo Gran Maestra Adjunta de la GLSE.

La Respetable Logia JOAQUÍN SOROLLA cambia su nombre por el de “R.·. L.·. ACACIA” (Gran Logia Simbólica Española) e Inaugura nuevo templo en el Oriente de Valencia

Con fecha 20 de marzo del año en curso (e. v.), se aprobó el cambio de nombre de la R.·. L.·. JOAQUÍN SOROLLA (GLSE) por el de R.·. L.·. ACACIA (GLSE).

No se trata de un mero cambio de nombre, no es un cambio administrativo; dado que estábamos y estamos, muy orgullosos de haber llevado, durante más de diez años, el nombre del insigne pintor valenciano.

El cambio de nombre, viene aparejado a la inauguración de nuestro nuevo Templo; todo desencadenado por los mismos motivos.

El 27 de marzo, con la consagración e inauguración del nuevo Templo -lleva por nombre “LUIS SIMARRO LACABRA”- y la entrada en vigencia del nuevo nombre de nuestra R.·. L.·. hemos dado vuelta una página de nuestra vida masónica. La hemos sellado. Tratando solo, de capitalizar lo bueno que ella ha tenido y de lo malo, sacar experiencias positivas, para no volver a cometer los mismos errores.

Preferimos no recordar los motivos de las dos grandes alegrías que hemos disfrutado el sábado pasado, 27 de marzo (e.v.). Solo queda de estos motivos, para que nunca se olvide, el lema que hemos de utilizar de ahora en más “Conocemos lo que no queremos”, facilitado por la R.·. L.·. Mediodía (G.·. L.·. S.·. E.·.) al Oriente de Sevilla. Queridos Hermanos muy cerca nuestro, en todo momento.

¿Porque Acacia? Acacia, ese nombre tan significativo en la Masonería, con el que vulgarmente se denomina a las plantas que pertenecen a la Orden Fabales; familia de las Fabaceae, subfamilia Mimosoedae; es, desde la antigüedad una madera noble.

Los hebreos utilizaban la Acacia Seyal, con la cual, según los Libros Sagrados, se construyo el Tabernáculo.
La acacia tiene la particularidad de generar sus propias defensas contra los depredadores, llegando a matarlos.

Otra particularidad es que no se pudre, siendo muy resistente a la cal, a la sequía, a la humedad, a las adversidades.
Cuando uno elige un nombre, es que ve parecidos con lo que ese nombre representa. Después de lo pasado, creemos que tenemos algunos parecidos con las reacciones y resistencias de la Acacia.

Así finaliza una etapa; pero comienza otra, dura, con muchos escollos por superar, para cumplir las metas que nos hemos impuesto y que seguramente, con la colaboración de todos nuestros allegados, hemos de lograr.
La Augusta Institución es Filosófica, Filantrópica y Progresista. A desarrollar estos tres fundamentos, nos abocaremos de hoy en adelante.
No podemos dejar que otros hagan nuestro trabajo, mientras nosotros embelesados, nos miramos el ombligo.
La Masonería es trabajo, sin esperar beneficio ni agradecimiento alguno.
Si, ya se lo que me van a decir; que la Masonería en España, vio interrumpida su actividad durante 40 años; bien, lo acepto; pero esos 40 años finalizaron, afortunadamente, hace 35 años. ¿Que se ha hecho en esos 35 años?
Queridos Hermanos el movimiento se demuestra andando; es por eso, que les pido a todos que, de una vez por todas, nos movamos.

Los hermanos de la R.·. L.·. Acacia, de hoy en mas, miraremos para adelante, ni siquiera a los costados, y de nuestras heridas del pasado, sacaremos la parte positiva. Tenemos un futuro prometedor.
Cuando nos pongan palos en las ruedas, quitémoslos y continuemos nuestro camino. Así llegaremos a ser verdaderos Aprendices Masones.

He dicho.


Publicado por El Masón Aprendiz en 17:28
Etiquetas: glse, logias, masonería, Masonería Adogmática, Templo Masónico

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