lunes, 6 de diciembre de 2010

 SIMBOLISMO DE LOS TRES GRADOS DE LA MASONERÍA. .                                                                
         
La misión principal de la masonería es enseñar la ley de evolución y corolario, el hombre perfecto. No es posible hallar una verdadera interpretación de la masonería si no se relaciona su sistema, estrechamente con el proceso evolutivo de la humanidad.
Todo en ella gira en torno de un progreso gradual de la oscuridad a la luz y todo lo que la luz trae aparejado. Sus ceremonias se caracterizan por viajes circulares, indicando ciclos evolutivos de oriente a occidente y de occidente a oriente, o sea de la oscuridad a la luz. Tiene una estrella en el oriente simbólico para guíar hacia allí al masón a través de la noche oscura en que camina. Para cada grado simbólico tiene pasos progresivos hacia el oriente de la luz.
La logia, como reproducción simbólica del ser tiene un piso inferior y otro superior, indicando que, en el progreso hacia el oriente se asciende a un plano superior de la vida y de ser. A tal efecto, tiene escalones representativos de sus tres grados simbólicos por los cuales se asciende a ese plano superior. Le presenta al masón, apenas entra al Templo, una piedra bruta y otra pulida y cúbica para indicarle su objetivo de realización.
Nadie dejará de reconocer que la evolución es un proceso universal y natural.
Ninguno de nosotros es un producto acabado. Estamos siempre en proceso de creación o evolución. La historia del hombre ha sido la historia de la búsqueda y del descubrimiento del sendero evolutivo dentro de sí. En todos los tiempos éste ha hollado el sendero, aceptando sus condiciones, soportando sus disciplinas, ha recibido sus salarios y alcanzado sus metas. La existencia de ese camino cuenta con el testimonio de todos los que lo han recorrido conscientemente. Es el sendero hacia la realidad suprema que, en masonería , está representada por el oriente simbólico.
Algunos estamos empeñados en la búsqueda de algo que esperamos alcanzar fuera de nosotros, sin saber que es el sendero dentro de nosotros. Muchos ingresamos en la masonería creyendo que podríamos encontrarlo en ella. Con este enfoque, por lo dicho, nos sentiremos siempre defraudados en la misma.
La masonería muestra, simbólicamente, el drama de la evolución humana. También los pasos mediante los cuales se llega a la meta de perfección del instrumento de manifestación que tiene el ser supremo en nosotros. Muestra el objetivo de realización del individuo; enseña el camino del crecimiento espiritual y las leyes a que obedece este crecimiento. Empero tenemos que recorrerlo palmo a palmo; el progreso depende de nosotros.
Este es un camino de experiencias que nadie puede vivir por nosotros. No tiene atajos, requiere el roce de la vida que ningún libro o maestro puede otorgarnos. La alegoría del Maestro Hiram trata de enseñar esto a los que buscan la realización propia por medio de un acto misterioso o una palabra mágica en vez del esfuerzo individual.
A diferencia de todos los otros seres en el mundo material, el hombre es el único que tiene la capacidad para tomar su evolución en sus propias manos. De ahí su posibilidad de autorrealización. El puede acelerarla o retardarla. Pero sea cual fuere su duración, tiene que pasar, indefectiblemente, por las tres etapas del proceso natural de la síntesis que caracteriza el proceso evolutivo: 1) la siembra de la semilla, 2) su germinación y crecimiento, y finalmente, 3) su fructificación como resultado de la fusión o unión de dos polaridades. Los límites fijan los principios básicos de estos tres grados evolutivos.
Tratándose de una evolución en conciencia, este proceso va encaminado a la adquisición del elemento más valioso y más importante para el hombre y para la masonería: ¡LA LUZ! Aquello que se conoce como la luz de la conciencia, o del conocimiento, es una síntesis emergente de las experiencias vividas.
Tratándose de cualquier tipo de evolución, es indispensable la existencia de grados sucesivos de realización. Efectivamente, en lo que concierne al desarrollo de la luz de la conciencia en los seres humanos, éste consiste en tres etapas, comprendidos en el sistema masónico por sus tres grados simbólicos.
Estos grados corresponden a las mismas tres etapas del proceso evolutivo de la luz de las ideas que viene del razonamiento; a saber: 1) el análisis, 2) la correlación y 3) la deducción o la síntesis. Esta evolución en conciencia comprende, al mismo tiempo, un proceso gradual de integración hasta llegar a la unión con todo.
El primer grado, el de aprendiz, comprende esa etapa de desarrollo de lo que se denomina en sicología conciencia individual. En esta etapa se lleva la integración de la personalidad o el ser inferior. Está bajo la dirección del segundo vigilante, que representa la personalidad. Esta integración tiene por finalidad hacer que la personalidad se vuelva un instrumento equilibrado, coordinado y armónico, de manera que pueda sintonizar y expresar con fidelidad a ese Ser Superior que hay en nosotros.
Esta integración exige disciplina, ejercitar, desarrollar y controlar los tres aspectos (físico, emocional y metal) de nuestra personalidad para lograr un domino completo sobre ellos, de manera que ninguno de los tres predomine, haciéndonos perder el equilibrio.
De ahí que la disciplina sea la principal característica de este grado. Esta etapa evolutiva corresponde, por analogía, a la del análisis de tendencias opuestas y luchas dentro de sí, para coordinarlas e integrarlas gradualmente en un todo armónico que permita la captación y transmisión de la luz superior en nosotros, sin distorsionarla.
El segundo grado, el de compañero, comprende la etapa de correlación. El nombre mismo del grado sugiere compañerismo o correlación. En este grado de desarrollo se trasciende la conciencia individual separatista del primer grado y se desarrolla la conciencia grupal integrando la personalidad con la de los demás hermanos de logia y de otras logias, lo que equivale a una expansión de la conciencia.
El tercer grado, el de maestro, corresponde a la etapa de la deducción o la síntesis y resume los grados anteriores. Está bajo la dirección del Venerable Maestro, que representa el Espíritu o Ser Supremo en nosotros. En esta etapa evolutiva uno se integra con el Todo y adquiere una conciencia universal, la cual está en correspondencia con el carácter universal de la masonería.
Este proceso de integración como se ve, conduce a esferas cada vez más amplias de luz y comprensión, acercando al hombre, gradualmente, a la liberación de las limitaciones que son propias de la oscuridad en que vive; liberación que, para el mundo material, equivale a la muerte, pero que, para el mundo interno del espíritu es la vida.
El proceso de evolución en conciencia lleva gradualmente al reconocimiento de la realidad de nuestra divinidad, y tiende a facilitar la manifestación del Dios inmanente en cada ser, acondicionando la personalidad, que es su instrumento de expresión. Las tres etapas de este proceso son similares a las que condujeron a la trinidad de manifestación del Ser Supremo; unidad, dualidad y nuevamente unidad, lo cual es otra expresión del proceso de la síntesis. Siendo todo un reflejo de la trinidad, de alguna manera debe manifestarse la misma en todo proceso que se lleva a cabo en el universo.
El método para llegar al objetivo de integración que marca cada grado, en lo que respecta al sistema masónico, está señalado en la leyenda del tercer grado por las tres herramientas utilizadas para perpetrar el “crimen”, y por los lugares del cuerpo sobre los que éstos fueron utilizados. Estas son:
1.   - Las reglas de disciplina y meditación aplicadas con la acción o el ejercicio continuo.
2.   - La rectitud de la escuadra aplicada con todo el corazón.
3.   - La voluntad del mállete aplicada con toda la mente.
Estas tres etapas de la evolución humana constituyen una características de todos los tiempos para todos los hombres en todas partes. Se hallan confirmadas por los conocimientos esotéricos de todas las épocas. En la masonería estos tres grados son solo simbólicos. Hay muchos masones que ostentan el tercer grado, el de maestro y que apenas están en los primeros peldaños del grado de aprendiz en la escala evolutiva. Hay, así mismo, aprendices que, en realidad, son maestros. En el verdadero sentido de la palabra.
La finalidad de estos grados simbólicos es presentar al masón tres objetivos de evolución en conciencia, los cuales debe esforzarse por alcanzar, para que el grado simbólico que ostenta esté más lo cerca posible del grado evolutivo que ha alcanzado.
El camino evolutivo, en el cual se funda la masonería, es, desde todo punto de vista, práctico y útil. Significa, para el que recorre, un progreso en capacidad mental, conocimientos, visión, sabiduría y fuerza espiritual. Significa pasar, primero, de la oscuridad a la luz; segundo, de la irrealidad o el engaño de si mismo a la realidad, finalmente, de lo perecedero a lo imperecedero. Todo esto redunda en un progresivo dominio sobre si mismo y sin destino, con una vida más abundante y un panorama más amplio de la vida y de las cosas. ¡ Qué puede ser más práctico para el hombre!.
Prueba de ello es que en logia se reciben los salarios en la columna del primer vigilante en el occidente, quien representa el alma en la oscuridad, queriéndose implicar que es el alma de cada uno la que recibe los beneficios de los trabajos realizados en forma de luz de la conciencia y, a su vez los importantes a sus colaboradores en remuneraciones o “salarios” de orden tanto material como espiritual.
La masonería nos ofrece ayuda y guía para que nos volvamos cada día más conscientes de que nada puede detener el impulso que motiva el progreso del alma humana en su peregrinaje de la oscuridad a la luz, de la irrealidad a la realidad, y de lo perecedero a lo imperecedero, y nos ofrece luz para que podamos aprovechar este impulso en vez de tratar de oponernos a él.
Ella procura imponernos de que la cosa debe preocuparnos, más que nada, como masones, es la realización del individuo; que esto, a su vez, es posible sólo en la medida que podemos ayudar a éste (como unos que somos con el ) a encontrarle significado y propósito a la empresa humana de vivir. Que todo lo demás es secundario.
Procura demostrarnos, en fin, que seremos esclavos de nosotros mismos y susceptibles a circunstancias limitadoras sólo hasta ese momento glorioso en que alcancemos el grado supremo de maestro, tras haber trascendido, en forma efectiva, los grados anteriores de evolución, y nos encontraremos liberados como resultado de hallarnos identificados con el Todo.
                                    

CUADRO DE GRADOS Y EDADES DEL RITO ESCOCÉS ANTIGUO Y ACEPTADO
Grado
Nombres
Edad
Aprendiz
3 años
Compañero
5 años
Maestro
7 años y más
Maestro secreto
3 veces 27 años cumplidos
Maestro perfecto
1 año para abrir los Trabajos
7 años para cerrar los Trabajos
Secretario íntimo
10 años; el doble de 5
Preboste y Juez
14 años; el doble de 7
Intendente de Fábrica
3 veces 9 años
Maestro Elegido de los Nueve
21 años cumplidos; el triple de 7
10º
lustre Elegido de los Quince
25 años cumplidos; 5 veces 5
11º
Sublime Caballero Elegido
27 años
12º
Gran Maestro Arquitecto
45 años, 5 veces el cuadrado de 3
13º
Real Arco
63 años cumplidos; 7 veces el cuadrado de 3
14º
Gran Elegido Perfecto y Sublime masón
27 años cumplidos
15º
Caballero de Oriente o de la Espada
70 años
16º
Príncipe de Jerusalén
25 años cumplidos
17º
Caballero de Oriente y Occidente
Sin edad
18º
Caballero Rosa Cruz
33 años
19º
Gran Pontífice o Sublime Escocés
Sin edad
20º
Venerable Gran Maestre de todas las Logias Regulares
Sin edad
21º
Patriarca Machita
Sin edad
22º
Caballero de la Real Hacha
Sin edad
23º
Jefe del Tabernáculo
Sin edad
24º
Príncipe del Tabernáculo
Sin edad
25º
Caballero de Aíran o de la Serpiente de Bronce
Sin edad
26º
Príncipe de la Merced o Escocés Trinitario
81 años
27º
Gran Comendador del Templo
Sin edad
28º
Caballero del Sol
Sin edad
29º
Gran Escocés de San Andrés
81 años
30º
Gran Elegido Caballero Kadosch
Un siglo y más
31º
Gran Inspector Inquisidor Comendador
Sin edad
32º
Sublime y Valiente Príncipe del Real Secreto
Sin edad
33º
Soberano Gran Inspector General
33 años cumplidos

No hay comentarios: