viernes, 29 de abril de 2011

LA COLUMNA DE LOS APRENDICES


Q.•.H.•. José Luis Carrasco Barolo
2do V.•. de la F.•.C.•.R.•.L.•.S.•. Luis Heysen Incháustegui N° 3


He querido plasmar en letras el sentimiento que me llena al contemplar a mis HH.•. AAp.•., pues vosotros me enseñan cada día cuán poco se puede en realidad avanzar en la masonería, ya que si bien el camino del conocimiento lo va construyendo uno mismo, es sólo desde el corazón general de la Orden que la sabiduría se hace palpable. Y vosotros, mis QQ.•.HH:. AAp.•., desde su inocencia manifestada en el blanco de sus mandiles, que los HH.•. mayores escondemos tras los signos de nuestro «supuesto» avance, tienen la gracia del G.•.A.•.D.•.U.•. de ser los soportes en donde su magnificencia se empieza a trazar. Por eso se nos ha escuchado decir que el M.•., no importa la edad que tenga, es un eterno A.•., pues solo de esa manera el G.•.A.•.D.•.U.•. lo inundará con mayores luces y le mostrará el sendero suave, el camino directo por la escala de Jacob hacia la Verdad del Altísimo. Es la humildad de vuestros corazones lo que los hace especiales y únicos: el espíritu del A.•. es el terreno especial en donde la semilla de la bondad y el amor fraternal dan un fruto fuerte y unido, como un solo cuerpo. Si el A.•. no hace bien su trabajo, será un mal compañero y si el compañero no lo hace bien, será entonces un mal maestro. No hay que temer reconocerlo, pues es la responsabilidad de nosotros, los que nos hacemos llamar HH.•. mayores. Por eso me acerco a vosotros, con la esperanza de cumplir satisfactoriamente con mi lote de trabajo, como una ofrenda a mis HH.•. AAp.•. Se me ha encomendado que les comente sobre la Col.•. del Ap.•., pero lo que he encontrado en el buceo constante que hago sobre los diferentes temas de mi estudio masónico, es que se habla más de las particularidades de dicha columna o de las columnas de la Log.•., pero no en específico sobre la «columna del Aprendiz» Y esto tiene su razón de ser, que no es el del secreto que debemos guardar, sino que el hablar de la Col.•. del Ap.•. es tratar de la Col.•. vertebral de nuestras Llog.•. de donde se ramifican y en donde se sostiene todo el cuerpo de nuestros Ttall.•. Recordemos: siempre seguiremos siendo AAp.•. y no porque el conocimiento sea muy difícil de alcanzar –que lo es-, sino porque en la orden son importantes, son trascendentales, los obreros mucho más que aquéllos que han llegado a saberlo todo y terminan sentados viendo como el otro pule su piedra y construye un hermoso templo espiritual.
La Col.•. del Ap.•. es nuestro cimiento: en nuestro ritual se lee que el H.•. recién iniciado es conducido por el H.•. 2do D.•. hacia el noreste de la Log.•., porque en dicho espacio se coloca la piedra angular de nuestras construcciones, pero si se revisan las fotos de la arquitectura antigua, esta piedra de fundación no es cúbica sino cilíndrica. Es decir, que la piedra más importante de la construcción no es un cubo sino la base de una Col.•., de donde deben salir los demás trazados en el plano espiritual de la construcción de nuestro Templo personal y del Templo universal de la orden. Más aún, las Ccol.•. que representan a las tres luces se cuentan su tamaño por cilindros y no por centímetros ni por metros lineales.. El diámetro es la medida de la circunferencia. Así, encontramos también Ccol.•. a lo largo de las paredes de nuestro Templo, que identifican a los signos zodiacales. Entonces ¿por qué la Col.•. del Ap.•. resulta tan importante como para colocarlo de piedra angular? Porque desde la forma del círculo surgen en matemática las otras dos figuras básicas y sagradas para los antiguos: el cuadrado y el triángulo. Así entendido, la Col.•. del Ap.•. es la base fundacional de nuestras Llog.•.. También es la Col.•. que se le conoce como la del silencio, la de la poca luz, la de la belleza. ¿Por qué estas denominaciones? El silencio es una virtud y no un defecto, ya que el Ap•. que no sabe escuchar resulta perdiendo su tiempo en banalidades y deja pasar delante de él la sombra de la sabiduría y del conocimiento. El silencio no lo entendemos como la imposibilidad de emitir sonido, sino como la libertad para poder hacer nuestros los sentimientos y emociones de los otros. Como verán en la cadena que circunda nuestro Templo, cada eslabón va unido al otro como si fuera la continuación del mismo y si lo dibujáramos como una sola línea de seguro nos saldría una forma parecida al signo del infinito, sin cortes y sin vacíos. La unión que existe entre los HH.•. es la prueba que el silencio no es la falta del habla, sino la manifestación del amor del H.•. hacia el otro, es la represión de nuestras pasiones, es el freno natural a nuestros impulsos egoístas. Con el silencio nos hacemos uno entre todos, pues aunque cada uno tenga un sonido especial, todos los órganos de nuestro cuerpo se unen en una sinfonía única llamada vida, a imagen y semejanza del G.•.A.•.D.•.U.•.
También se le llama la Col.•.de la Belleza, y nos referimos a una «belleza espiritual», no usando este concepto para diferenciarnos de la falta de belleza que existe en el mundo profano, sino para diferenciarnos de la carencia de belleza de nuestras pasiones personales. El deseo y la pasión no son malos, sino que nuestras intenciones los hacen inoportunos e ineficaces para el desarrollo del hombre y para el nuestro, es decir, para el crecimiento de la humanidad. De esta belleza nacen mis palabras y no de aquella que tiene que ver con lo hermoso. La belleza te da fortaleza y no un mejor aspecto. Por eso se dice que la belleza adorna y no que mejora.
También se dice que la Col.•.de los AAp.•. es la Col.•.del N.•. o la Col.•.a donde llega poca luz, en atención a que al rotar la tierra, dicho espacio geográfico es poco iluminado por el astro alrededor del cual da vuelta nuestro planeta. Pero también tiene un significado espiritual, ya que en el camino del conocimiento, salimos del N.•. para ir buscando llegar al Or.•., nacemos de la materia para llegar a la luz de la Verdad del G.•.A.•.D.•.U.•. En este camino, se nos irán abriendo los ojos y podremos cada día ver más del amor que la O:. le entrega a cada H.•. Es nuestro objetivo: terminar siendo uno solo con la fraternidad, como las granadas que coronan la columna de la izquierda del T.•. del R.•. S.•. y que representa a la Col.•.de los AAp:. puesto que su significado representa la fortaleza del golpe que se da con el mazo y el cincel sobre la piedra bruta o tosca, para de esa manera moldearla y luego entregarla a un artesano experto, quien le dará la forma necesaria para ser incorporada a la construcción final. El trabajo fuerte del Ap.•. debe centrarse en pensar cada concepto, término, palabra o símbolo que se le presente, ya que la única forma de construir nuestros templos es pensando. No olvidéis: cogito ergo suum (pienso, luego existo) y tendrán presente la importancia del silencio y de la belleza en el camino de alcanzar más luz para llegar al oriente, en donde hallareis la bondad del G.•.A.•.D.•.U mostrándose en la forma de la sabiduría.


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