LA LLANA
Por Iván Herrera Michel
La Masonería utiliza el simbolismo de la llana o trulla para acentuar la capacidad y la necesidad del Masón de mantener (o restablecer cuando se hayan perdido) la concordia y la armonía en los trabajos, posibilitando la reconciliación fraternal.
En la albañilería del renacimiento, de donde se toma la herramienta en su forma simbólica, la llana constaba de dos piezas de madera: una superficie plana que se sujeta por el anverso con un asa, y se utilizaba para alisar y despojar de irregularidades una superficie, o extender con suavidad la cal y el yeso.
En algunas partes, las Logias en vez de usar la llana, toman la figura del palustre como símbolo, que es una plancha triangular metálica unida a un mango que igualmente sirve para extender la argamasa. De cualquier manera, el mensaje Masónico es el mismo para ambas herramientas.
Tanto la llana como el palustre, en tanto que símbolos Masónicos, evocan de manera general la fraternidad universal y la aceptación de la diferencia. Es una herramienta de unión y de coordinación recordatoria de los lazos intangibles que deben unir a los Masones como eslabones de una misma cadena. Implica perdonar y olvidar las ofensas, así como también el goce por estar juntos en las deliberaciones y en la camaradería de la construcción.
La fraternidad Masónica lleva implícita la familiaridad y la solidaridad, así como el preocuparse por el salario mutuo, la asistencia a las viudas y los huérfanos, la presencia en los funerales y en las celebraciones, y un largísimo etcétera de buenos pensamientos y acciones en dirección a la concordia.
La llana es la herramienta que se usa para perfeccionar los muros. Con ella se sostiene y extiende el cemento para unir las piedras y alisar su superficie. Es el símbolo que representa el afecto fraterno y la bondad entre los Masones. También lo es para buscar el detalle final que perfecciona y brinda armonía. Con ella se llega a las soluciones que son aceptables por todos, conforme al interés común.
Con la llana nos esforzamos por acercar los puntos opuestos. Por buscar que toda discusión o debate se mantenga dentro del marco del más absoluto respeto a las opiniones y las convicciones ajenas, así como por encontrar las diferencias y las semejanzas en las ideas expuestas en la construcción colectiva de un pensamiento y un sentimiento enriquecido.
La existencia del símbolo de la llana, muestra que lo de la Masonería no es el pensamiento único, sino la pluralidad y la búsqueda de unir lo disperso, para estructurar una nueva especulación plena de afecto fraternal y desarrollo social y humanitario. Su uso implica una voluntad armónica para la acción en la continua tensión entre la conciencia y el carácter que hemos estado construyendo, y la presión moral externa.
Es la permanente labor para constituir un orden en el que los Masones puedan reunirse a plenitud en una forma solidaria y fraternal, para lograr las metas que concientemente se han trazado.
Es decir, que la Llana en la Orden representa la reconciliación moral con nosotros mismos, con los demás y con la humanidad. Algo que debería ser sencillo para los Masones y que de todos modos es imprecindimble para todos.
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