jueves, 23 de abril de 2015
LA LOGIA LAUTARO COMO LOGIA OPERATIVA
LA LOGIA LAUTARO COMO LOGIA OPERATIVA
Por Emilio J. Corbiere
La Logia Lautaro es la organización emblemática del análisis historiográfico. Debe su nombre a los relatos que contó Bernardo O´Higgins a Miranda sobre la oposición que realizó el toqui mapuche Lautaro a la dominación española de Chile en el siglo XVI.
En sus principales objetivos estaba el de lograr la independencia de América, para establecer una confederación de repúblicas. Seguían la línea de los Caballeros Racionales, logia creada en 1807 y que luego tomaría en Cadiz el nombre mismo de Lautaro.
Es interesante ver que la masonería llega de la mano de los liberales españoles y no de los ingleses, como critica la línea revisionista. De hecho, cuando llegan San Martín y Alvear a Buenos Aires en 1812, venían actuando en logias previas, entre la más reconocida fueron las Independencia, una que levantó columnas en 1795 y otra del mismo nombre que trabajaron desde 1806 hasta confluir en la Lautaro.
Si bien son logias de influencia masónica, las mismas eran operativas, con lo cual se salían del ritualismo y se concentraban en los objetivos específicos establecidos. Además, como comenta José Stevenson Collante, durante el proceso revolucionario, los miembros de la masonería tenían doble investidura, participaban de Logias Simbólicas Universales y de Logias Operativas de carácter patriótico para la revolución americana.
Algunos de los principales miembros a destacar fueron: Francisco de Miranda, Andrés Bello y Simón Bolivar de Venezuela, José María Caro de México, Bernardo O´Higgins de Chile, Juan Pablo Fretes de Paraguay; y en Argentina actuaron José de San Martín, Carlos de Alvear, Bernardo de Monteagudo, Gervasio Posadas y Tomás Guido, entre otros.
¿Qué fue Lautaro? Fue un taller operativo masón. El error de muchos historiadores masónicos y antimasónicos es que no hablan de las logias operativas. Son eminentemente políticas. No son las logias de formación espiritual y cultural.
A veces aparecen, en momentos excepcionales, logias operativas que se caracterizan por tener un solo objetivo político.
Y la Logia Lautaro tuvo un fin exclusivo: el cruce de los Andes. Había muchos planes para enfrentar al imperio español y derrotarlo. Uno de ellos era cruzar los Andes, tomar por la espalda, liberar la capitanía de Chile y seguir al Perú. El objetivo era no ir a la lucha frontal contra el poderoso ejército español que venía desde el norte, ya que no estaba preparada.
La masonería no es ajena a la realidad de su tiempo. No mira pasar los hechos sino que trata de influenciar en los mismos.
Pero esa participación masónica desde el siglo XIX se ha realizado a través de logias o talleres operativos cuya característica es la de tener una vigencia determinada en el tiempo, que se mide en relación con el cumplimiento del objetivo.
Mientras las logias simbólicas funcionan como centros iniciáticos (en términos más sencillos de estudio y formación personal), las operativas son creadas con un fin y objeto determinado.
Las logias operativas desarrollan su actividad dentro de un período de tiempo determinado, cesando luego en su acción.
En otro orden, hay que diferenciar entre masonería y seudoespiritualismos. Como demostró el pensador y místico francés René Guénon, en el estudio de las llamadas sociedades herméticas, debe diferenciarse la francmasonería de los charlatanismos.
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