El pasado sábado día 2 de Junio en el
Oriente de Valladolid y en el transcurso de la Asamblea General de la Orden, fue
instalada como Gran Maestre de la Gran Logia Simbólica Española la Hermana
Nieves Bayo, que recibió el Primer Mallete de la Obediencia de manos del H.·.
Jordi Farrerons, hasta ese momento Gran Maestre en activo.
Inmediatamente después de su instalación, Nieves Bayo se dirigió a la
Asamblea y tras agradecer la confianza depositada en su persona manifestó su
intención de trabajar en pos de alcanzar una mayor visibilidad e implicación de
la GLSE en la sociedad, para lo cual se propone reforzar la comunicación externa
de la Obediencia y a la vez valerse de todos los medios a su alcance para la
divulgación interna al conjunto de Talleres y membresía bajo su
jurisdicción.
La Gran Maestre expuso que la defensa de la laicidad como garante de
convivencia democrática y de respeto a todas las sensibilidades de la
ciudadanía, tendrá un lugar destacado en sus proyectos. Igualmente manifestó que
la nueva dirección trabajaría de forma colegiada a la vez que lo hará con
objetivos de potenciar el sentimiento de pertenencia a la GLSE; sin menoscabo
alguno de las voluntades individuales ni de la soberanía de las logias por ser
estas los pilares básicos de la libertad y emblema de la masonería.
La Gran Maestre Nieves Bayo siguió su intervención saludando las muy
estimables relaciones con diversas Potencias Masónicas mundiales de visión
Liberal e igualmente hizo mención a la importancia y potencial del Espacio
Masónico de España como lugar de encuentro y de divulgación de la Masonería
liberal o adogmática; finalizó su intervención incluyéndolos en su proyecto de
potenciaciones de su legislatura.
Darán asistencia a la Gran Maestre como Grandes Maestres Adjuntos los HH.·.
Manel Camòs y Esther Mascaró.
El Masón Aprendiz saluda a la Serenísima Gran Maestre Nieves Bayo.
Relación de Potencias Masónicas asistentes
Como colofón de un día de tan intenso trabajo masónico se dio entrada a las
otras Obediencias u organizaciones que habían querido acompañar a la GLSE en ese
evento, y así fueron entrando por este orden:
Gran Logia Simbólica Helvética, Gran Logia Soberana de los Ritos Unidos,
Gran Oriente de la Francmasonería Uruguaya, Gran Logia Femenina de España, Gran
Oriente Latino Americano, Federación española del Derecho Humano, Grande Oriente
Ibérico, Gran Oriente de Suiza , Gran Oriente Lusitano, Gran Oriente de Francia,
Confederación Interamericana de Masonería Simbólica (CIMAS) y Supremo Consejo
Masónico de España.
Publicado por El Masón Aprendiz
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Reportaje a José Antonio Ferrer
Benimelli
en Radio “El Espectador” de
Montevideo-GOU
Por Emiliano Cotelo
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX
se suscitaron duros enfrentamientos entre la Iglesia Católica y la Masonería, en
un momento en que Uruguay daba el paso de separar el Estado de la Iglesia. Esa
disputa tuvo consecuencias en la formación de nuestra nacionalidad e
idiosincrasia. A nivel internacional, esa guerra venía por lo menos desde 1738,
cuando el Papa Clemente XII emitió la encíclica“In
Eminenti”. ¿Cuál es la situación hoy en día? Para conversar sobre este
asunto, el programa “En Perspectiva” entrevistó a José Antonio
Ferrer Benimeli, especialista de larga trayectoria en los temas de Iglesia y
Masonería y escritor de 47 libros vinculados a la Masonería.
EMILIANO
COTELO: La relación entre la Iglesia Católica y la masonería
siempre ha estado cargada de tensión y hasta de cierto misterio. Durante
siglos, los diferentes papas católicos consideraron negativamente a los masones.
Llegaron a incluso a tratarlos de criminales. Esa oposición tan radical parece
haberse moderado en algo en nuestro tiempo. Pero ¿qué tipo de relación hay, si
es que hay alguna, entre estas dos instituciones tan arraigadas en el mundo, y
particularmente aquí en Uruguay? ¿Se puede ser católico y masón? ¿Ha habido
curas masones? Esta mañana recibimos En Perspectiva a
José Antonio Ferrer Benimeli, un especialista de larga trayectoria en los temas
de Iglesia y masonería que esta semana se encuentra de visita en nuestro país
para ofrecer dos conferencias, una hoy y otra el jueves de noche en el Ateneo de
Montevideo. Ferrer Benimeli tiene 78 años, nació en 1934 en Huesca, España. Es
licenciado en Filosofía y Letras con especialización en Historia por la
Universidad de Zaragoza y desde fines de los años 60 es profesor en esa casa de
estudios. En esa universidad, además, dirige el Centro de Estudios Históricos de
la Masonería Española. (*) Según la información disponible en internet, usted
ha escrito 47 libros relativos a la masonería, pero además ha colaborado en
otros 200 libros y lleva más de 400 artículos publicados. ¿Esos números son
correctos?
JOSÉ ANTONIO FERRER
BENIMELI: Creo que quedan cortos.
EC - ¿Por qué ha
encarado esta especialización, por qué se ha concentrado de esa forma en la
Masonería? ¿Qué es el Centro de Estudios Históricos de la Masonería
Española?
JAFB - Empezando por la segunda
parte, el Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española es una
institución universitaria a la que pertenecemos 120 profesores de universidad y
algunos profesores de enseñanza media o de centros de investigación, como el
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y se constituyó hace 25 años
con la finalidad de estudiar una asociación de la que todo el mundo hablaba y de
la que se sabía tan poco. Y estudiarla desde un punto de vista histórico, no
desde un punto de vista polémico ni apologético, que es en lo que más se ha
insistido a lo largo de la historia. Si analizamos la bibliografía, en concreto
la última que publicamos, que consta de 20.000 títulos, veremos que hay una
parte que es totalmente apologética y otra que es totalmente antimasónica, y lo
que nos interesaba era, desde la óptica universitaria, intentar acercarnos a la
verdad de esta institución que ha sido tan tergiversada, tan polémica y que
sigue siendo tan desconocida y sigue suscitando tanto morbo en torno a ella.
EC - Usted en
particular, por lo visto, ha dedicado prácticamente su vida a este
tema.
JAFB - Toda la vida no, pero 50
años sí. Cuando empecé a hacer mi tesis doctoral sobre esta cuestión -y esto
enlazaría con la primera pregunta del porqué me he dedicado más o menos, no de
una forma monográfica, puesto que ha habido otras líneas de investigación a lo
largo de mi vida-, en nuestra universidad se estaban estudiando los políticos
aragoneses del siglo XVIII y en concreto me dije: “¿Y por qué no abordas
la historia del conde de Landa?”, el primer ministro de Carlos III, del
que se decía que había sido masón y fundado la masonería en España. Y empezamos,
pero a los pocos meses llegué a la conclusión de que ni había fundado la
masonería ni había sido masón, con lo cual me encontré un tanto desarbolado en
mi tesis doctoral y tuve que buscar una deriva, y puesto que ya estaba
introducido en el tema, me dediqué a trabajar sobre todo en el archivo secreto
Vaticano y en otros 120 archivos de Europa cuáles fueron las motivaciones, las
primeras condenas pontificias de esta institución. Entonces incidí hasta el
siglo XVIII, cuando se agota se pasa al siglo XIX y del siglo XIX se pasa al XX
y del XX al XXI, y aquí estoy, en ese cepo enganchado en esta investigación.
EC - Aquí en
Uruguay, a fines del siglo XIX, pero sobre todo a comienzos del XX, se dio un
proceso de separación de la Iglesia Católica y el Estado. Un proceso que incluyó
medidas como la obligatoriedad del matrimonio civil, la supresión de toda
alusión religiosa en los actos de toma de posesión de las autoridades o, quizás
la más importante, la instauración de la laicidad en la educación pública. Según
el escritor Fernando Amado, que ha publicado dos libros muy exitosos sobre
masonería en Uruguay hace poco, ese proceso de separación entre Iglesia y Estado
fue el origen de los encontronazos más duros que ha habido entre Iglesia y
masonería en nuestro país. De todos modos en el mundo el enfrentamiento es muy
anterior a aquellas fechas, ¿no?
JAFB - Data del año 1738.
EC - Muy cerca del
nacimiento de la masonería.
JAFB - Sí, que fue en 1717. Ese
fue el punto de partida del estudio de mi tesis doctoral que versó sobre esta
cuestión.
EC - Cuando usted
alude a 1738…
JAFB - Es la bula de Clemente
XII, la primera condena pontificia.
EC -
Instituye “la excomunión de todos los católicos que pertenecían o
pretendían ingresar a la sociedad secreta conocida como masonería”. Así
dice textualmente.
JAFB - La bula no dice eso, eso
es posterior o es una interpretación histórico periodística de ella. El contexto
es un poco más complejo. Ya en 1735 las autoridades protestantes de Ámsterdam y
de La Haya prohíben las reuniones de masones. En 1737 lo hacen las autoridades
protestantes de Berna y de Ginebra, o el jefe de la Policía de París, el
cardenal [...], que era el primer ministro de Estado. Pero podríamos seguir año
por año, 1738 las ciudades hanseáticas, 1742 la emperatriz María Teresa de
Austria, 1748 el [...] de Constantinopla, el rey Carlos III de Nápoles en el 51,
su hermano Fernando en España… Podríamos llegar hasta 1798 con el zar Pablo
II. No prohíben la institución, sino las reuniones de masones, porque en
aquella época los gobiernos eran absolutistas y una institución -y este fue el
problema fundamental- que se creó al margen de la autoridad según la legislación
de la época, que era el derecho romano, incurría inmediatamente en ser
sospechosa de ir contra la tranquilidad pública. Porque entonces el monarca, el
rey tenía los tres poderes, era legislador, era prácticamente todo; incluso
imponía la religión de sus súbditos [...], los reyes luteranos imponían el
luteranismo, los anglicanos el anglicanismo, los católicos el catolicismo.
Esta asociación, la masonería, nace en un contexto inmediatamente posterior a
las guerras de religión. En nombre de Dios se había matado tanto gente, y esto
lo podemos comprender hoy día quizás mejor con la experiencia fundamentalista de
tantos países, y nace con una idea de tolerancia, de búsqueda, de fraternidad,
de libertad entre personas que piensan de forma diferente no solamente en el
terreno político, sino en el terreno religioso, en el terreno cultural. Este fue
el origen y esto es lo que les crea complicaciones, porque se crean al margen de
la autoridad.
EC - Tengo aquí
expresiones del papa Pío VIII, alrededor del año 1820:
“Son asociaciones secretas de hombres facciosos, enemigos declarados de Dios y
de los príncipes, que emplean todo su esfuerzo en desolar la Iglesia, en
trastornar los Estados, en perturbar todo el universo, y que, rompiendo el freno
de la verdadera fe, abren el camino a todos los crímenes”.
JAFB - Sí, hay muchas
expresiones, pero estamos hablando ya del siglo XIX. Hay un salto entre el siglo
XVIII y el siglo XIX, en el siglo XIX después de la Revolución francesa la
masonería va a ser identificada, falsamente, con las sociedades que luchan y
maquinan contra los poderes civiles legítimamente establecidos. Y en concreto en
Roma el poder civil legítimamente establecido era el rey de Roma, era el papa,
que al mismo tiempo era el jefe de la Iglesia. Por eso hay aquí hoy una
vinculación, de la misma forma que en el XVIII el papa empieza su prohibición
siguiendo el ejemplo de los otros gobiernos “yo también prohíbo las reuniones de
masones”. Después de la Revolución francesa ya no se prohíben las reuniones de
masones sino que se prohíbe la institución, que se identifica con las ideas del
liberalismo, con las ideas de libertad, con las ideas de democracia, de
constitucionalismo, que son opuestas al absolutismo que se mantiene en la
Europa, por revolucionaria. En la Europa absolutista del Congreso de Viena, el
zar de Rusia, el emperador de Austria- Hungría, los principados de Italia, el
rey de España, es decir, los países absolutistas, frente a los que han
descubierto ya la libertad como es el caso de Francia, como va a ser muy pronto
el caso de todas las repúblicas hispanoamericanas. Y el masón defiende la
libertad, la libertad individual, entonces es muy fácil en este caso dar el
paso, y así fue, la masonería no solamente defiende la libertad, sino que
defiende también la libertad de los pueblos, y por eso liderará los movimientos
no solamente de insurgencia sino de independencia de los pueblos o estará muy
identificada. La pregunta aquí sería si la masonería se introduce antes o
después de la independencia. Cuándo se constituyen las grandes logias, 1862,
1856 aquí en Uruguay. Creo que la respuesta está clara, aunque hubiera algunos
personajes que pudieran colaborar antes en esa política.
EC - A partir de su
exposición está claro qué es lo que la Iglesia Católica rechazaba en la
masonería. Pero ¿cómo era este enfrentamiento visto desde el otro lado? ¿Qué
rechazaba la masonería en la Iglesia Católica, por dónde venía el enfrentamiento
por el lado masón? En los hechos, efectivamente. JAFB – En sus orígenes,
incluso hoy día en la mayor parte de las masonerías… Porque estamos hablando
de masonería en singular y habría que hablar de masonerías en plural, porque no
es lo mismo la masonería en Estados Unidos, en Gran Bretaña, que la masonería en
Francia, en Italia o en España, ni en España es lo mismo la masonería del siglo
XIX que la masonería del siglo XX. Entonces este es un matiz que conviene
insistir. En las constituciones de la masonería en el artículo 2 se exige para
ser masón creer en Dios y en la inmortalidad del alma, y se insiste en que cada
masón tiene que ser fiel a su religión. El que en la masonería o en las logias
se admita a hombres de diferentes religiones no significa ni sincretismo ni nada
que sea contrario a la propia religión. Haciendo una trasposición terminológica,
en algunos sitios se le llama a eso ecumenismo. Pero en el siglo XVIII eso no se
podía entender, porque los católicos no podían ni siquiera reunirse con los no
católicos, incurrían en la pena de excomunión. ¿Y por qué los masones son
condenados con la excomunión? Porque en la bula In Eminenti, siguiendo el
ejemplo de otros gobiernos, motivación política, pero como los masones se reúnen
o permiten en sus logias que haya no católicos, entonces incurren en la pena de
excomunión porque los católicos no podían reunirse con no católicos.
EC - Pero la
masonería o algunas logias masónicas ¿nunca hicieron la guerra a la Iglesia
Católica?
JAFB - Sí, por supuesto. Por eso
digo que hay que ir deslindando el panorama. En el siglo XVIII no hay problema,
es más, yo he publicado 5.000 sacerdotes católicos que pertenecieron a la
masonería en el siglo XVIII, incluso después de las condenas pontificias, porque
según su propia conciencia allí no había nada que atentara.
EC - En Uruguay en
particular se da como un hecho que el padre Dámaso Antonio Larrañaga, estrecho
colaborador del general José Artigas, un cura, era masón.
JAFB - Sí, pero ya estamos en el
siglo XIX, y en el siglo XIX hay una serie de masonerías que en vez de
involucrarse como las más tradicionales y herederas de la fundación inglesa de
1717, que se fundamentan sobre todo en lo ritual, en lo espiritual, en una
espiritualidad masónica o una espiritualidad incluso de los ateos, de los no
creyentes en Dios, como se ha dicho en varias publicaciones últimamente. Y hay
otras masonerías en el siglo XIX, especialmente en los países europeos, en
Francia, en España, en Italia, que se involucran más en los problemas
sociopolíticos, y entonces sí que hay ahí una íntima unión con estas políticas
laicistas o que dan una importancia mayor a lo que ocurre que a la propia
formación, porque la masonería de hecho es una escuela de formación del hombre.
Pero hay otros que dicen “no, pero salgamos de nuestro propio mundo
personal, involucrémonos en el mundo que nos rodea”. Yo eso lo
experimenté hace unos años en una zona bastante pobre de Brasil donde había una
logia centenaria y me comentaron: “Aquí ha habido una escisión porque un
grupo de masones no entendían que nos reuniéramos vestidos de negro, con
guantes, con todo el rito y que a nuestro alrededor estuvieran las
favelas”. Entonces hubo un grupo que se marchó a una favela y ahí
construyó su propia logia con unos ladrillos, con suelo de tierra, con unas
sillas que cada una era diferente, crearon un dispensario, una escuela y se
dedicaron a buscar agua porque ni siquiera había agua en esas favelas. Dos
formas de concebir la masonería, como exclusivamente formación de sí mismo o
como compromiso social con el entorno. Entonces algunas masonerías del siglo
XIX, del siglo XX e incluso de hoy día están más involucradas con estos
problemas sociales y políticos, y por eso no es de extrañar que defendieran la
separación de la Iglesia y el Estado en el siglo XIX. Pero es que luego en el
siglo XX es el Concilio Vaticano II el que defiende la separación de la Iglesia
y el Estado. Así que a veces por adelantarse a los tiempos uno sufre ciertos
castigos, por ser pionero.
EC - ¿Y eso fue lo
que entiende usted le pasó a la masonería?
JAFB - A algunas masonerías sí
que les pasó.
***
EC - ¿Hoy cómo es
la relación entre masonería e Iglesia Católica? ¿La Iglesia sigue considerando a
la masonería una secta?
JAFB - Todo depende de lo que
entendamos por Iglesia. Sí, hay documentos que siguen hablando de secta; desde
el punto de vista de la historia creo que no es acertada esa expresión, porque
¿qué es una secta? Secta es una falsa religión en la óptica de la Iglesia
Católica, y desde el momento en que la masonería no es una religión,
difícilmente puede ser una secta. El punto de partida puede ya plantearnos dudas
o incluso incomprensiones.
EC - ¿Cómo se
define la masonería? Tengo aquí un folleto de la propia institución, y
dice: “La masonería es una asociación universal, científica, filosófica
y progresista que agrupa a todos los seres humanos que se sienten unidos por el
vínculo de la solidaridad, resultante de los principios de amor a la humanidad y
a la verdad. En ella se estimula y practican: 1) el estudio de la moral, de las
ciencias y de las artes para mejorar la condición social del hombre por todos
los medios lícitos, y especialmente por la instrucción, el trabajo y la
abnegación; 2) la tolerancia, ejercida para hacer más sólidos los lazos de unión
entre los semejantes, extinguiendo los antagonismos de nacionalidad, de opinión,
de razas y de intereses partidistas; 3) el librepensamiento, sin deprecio de
ninguna idea, en la seguridad de que es el raciocinio humano lo que rige los
destinos del mundo. La masonería reconoce la existencia de un principio creador
superior, ideal y único cuya interpretación es personal y absolutamente libre
para cada hombre. La idea de un único y común origen de los seres humanos es el
fundamento en el que se basan los conceptos sociales de igualdad y fraternidad,
y, consecuentemente con ellos, el derecho de los pueblos a ser libres y
gobernados democráticamente”.
JAFB - Más que una definición,
es una declaración de principios. Las definiciones tienen que ser cortas. Es una
declaración de principios, y en este caso se adapta en muchos puntos a lo que
dicen otras masonerías.
EC - Y luego cuando
se la define como institución aparece expresamente la precisión que usted
formulaba hace un rato: la masonería no es una religión.
JAFB - Exactamente. En cada país
no es que haya una masonería, sino que puede haber incluso varias masonerías.
Por ejemplo en Francia incluso hoy en día hay hasta 15 masonerías diferentes,
como en España, entonces cada masonería puede tener una orientación más
particular o más concreta. Esta me figuro que es la que refleja la masonería de
aquí de Uruguay, la actual. Entonces es correcto, y como usted verá allí no hay
ningún enfrentamiento con la Iglesia, aunque hay algunos principios que puedan
ser interpretados por la Iglesia de otra forma. Sobre todo cuando se habla de
librepensamiento, que tiene toda una trayectoria y que es necesario saber
comprender y situar en cada momento de la historia y en cada país. Pero viniendo
a cuál es la situación hoy día, la masonería durante muchos años estuvo
prohibida, y no solamente prohibida, sino condenada con la pena de excomunión
por la Iglesia Católica. Esto se recogía en el primer Código de Derecho Canónico
de 1917. Este Código de Derecho Canónico recopilaba toda la legislación previa
que habían dado los diferentes papas a lo largo de la historia, y especialmente
los previos a la fecha de 1917. Esos papas son Pío Nono y León XIII. Solamente
estos dos pontífices, que son los que están involucrados en la lucha del
Vaticano contra los patriotas italianos que están intentando unificar la
península italiana y que son los que más se oponen a esta, porque el papa Pío
Nono, sobre todo, estaba convencido de que si no tenía un poder temporal tampoco
podía tener un poder espiritual. Entonces la defensa de los estados pontificios
frente a los ejércitos de Víctor Manuel o de Garibaldi por el sur que están
intentando conquistar y unificar Italia. Aquí ya tenemos otro problema a
añadir, que es el problema político de la unificación. Por eso no es de extrañar
que Pío Nono y León XIII, solamente ellos dos, que son los protagonistas de ese
problema, dieran 2.200 documentos condenando a la masonería, por la identifican
con los carbonarios, con las sociedades patrióticas, con todos aquellos que
están luchando por la unificación italiana. Y no es de extrañar que el código
que se promulga inmediatamente después recoja toda esa situación. ¿Qué nos dice
el Canon 2335? Que los que dan su nombre a asociaciones que maquinan contra la
Iglesia y los poderes civiles legítimamente establecidos incurrirán en la pena
de excomunión ipso facto, cuya pena está reservada al Sumo Pontífice, excepto en
los casos de muerte. Aquí están hablando de masonería que se identifica con
sociedades que maquinan contra la Iglesia y los poderes civiles legítimamente
establecidos. El papa era el poder civil legítimamente establecido y era la
Iglesia, según esta legislación. Y estamos por lo tanto identificando una
institución con un problema político-social o político-militar italiano del
momento.
EC - Pero mucho más
cerca en el tiempo, hace pocas décadas, yo he escuchado hablar a católicos,
quizás católicos con una ubicación ideológica a la derecha, de la conspiración
Judeo -masónica, por ejemplo.
JAFB
- Judeo-masónico-comunista.
EC – En algunos casos la conspiración
Judeo-masónico-comunista. Estoy hablando del siglo XX.
JAFB - Sí, se lo puedo explicar
muy bien porque tengo un libro titulado “El contubernio
Judeo-masónico-comunista”. Es un reflejo de una mentalidad de extrema
derecha que necesita culpabilizar a alguien para poder salvarse ellos mismos.
Quisiera cerrar el tema de la situación jurídica actual. El Canon 2335
desaparece con la promulgación del nuevo Código de Derecho Canónico, que tiene
lugar en 1982, y el Canon 2335 va a ser sustituido por el 1374, que
dice: “Los que dan su nombre a asociaciones que maquinan contra la
Iglesia incurrirán en una pena justa, y aquellos que las dirigen en la pena de
entredicho”. Es decir que han desaparecido las
palabras “masonería” y “excomunión” y la
expresión “los que maquinan contra los poderes civiles legítimamente
establecidos”. Es decir lo que era una situación concreta del siglo XIX
en el siglo XX ha desaparecido.
EC - ¿Y cómo se
traduce en términos prácticos esa nueva norma?
JAFB - Si hay masonerías que
maquinan contra la Iglesia incurren en esa pena, pero si hay masonerías que no
incurren difícilmente pueden caer.
EC - Pero por
ejemplo, en el libro de Fernando Amado “En penumbras. La masonería
uruguaya 1973-2008″, un libro del año 2008…
JAFB - Hay que añadir la
reacción que luego hubo y la nota de prensa que salió en L’Osservatore Romano a
continuación. Supongo que se refiere a eso.
EC - No, me refiero
a que aparecen declaraciones de monseñor Pablo Galimberti, obispo de Salto, que
entiende, a propósito de la posibilidad de ser masón y católico: “No es
posible, tal como la masonería hoy se presenta debo decir que la Iglesia
Católica ya ha tenido su pronunciamiento en cuanto a que son concepciones
filosóficas diversas y antagónicas”. Y cuando le preguntan si le daría
la comunión a un masón, contesta: “No, no le daría la comunión. Porque
yo creo que él mismo se ha colocado en una zona en la cual está afirmando su
pertenencia a una asociación cuyos principios filosóficos a lo más que llegan
simbólicamente es a un Supremo Arquitecto, pero la Iglesia no sostiene a un
Supremo Arquitecto como una cuchara con un ojo”.
JAFB - Es una interpretación que
respeto como espero o desearía que él respetara otras interpretaciones. Yo le
podría citar otras muchas de otros obispos o incluso cardenales que no son tan
radicales ni coinciden, sino más bien diría que están en otra situación muy
diferente.
EC - ¿Usted dice
que dentro de la Iglesia Católica la norma vigente promulgada por el Vaticano se
interpreta de maneras diferentes?
JAFB - Siempre ha sido así, ¿no?
De todas formas la norma jurídica está muy clara, la norma jurídica no habla de
masonería ni habla de filosofía de la masonería. Y esta interpretación que me
acaba de leer todo lo basa en una interpretación filosófica, pero ¿de qué
masonería habla? ¿Y de qué filosofía, si la masonería no tiene filosofía?
EC - Por lo tanto,
si venimos al año 2012, en el que nos encontramos, ¿cómo define usted la
relación entre la Iglesia y la masonería? ¿Hay que hablar
de “relaciones“?
JAFB - De relaciones y de
iglesias, porque ¿quién es la Iglesia? En cada diócesis la Iglesia es el obispo,
¿no? En Brasil hay 360 obispos. No sé si necesita más explicación. Yo tengo
experiencias de Brasil de estar dando conferencias en diferentes ciudades,
llegar a una ciudad y el obispo decir que no fuera nadie a escucharme porque no,
y al día siguiente el obispo de la diócesis siguiente llamarme para que hable a
los sacerdotes y a las monjas de su diócesis en su propio palacio episcopal.
Afortunadamente la Iglesia tiene una variedad que es lo que la enriquece.
EC - Pero
institucionalmente entre la Iglesia Católica y la masonería ¿hay
vínculos?
JAFB - Todo depende de lo que se
considere como vínculo. La masonería no es una religión; al no ser una religión
no tiene por qué tener un vínculo con una religión concreta. Los vínculos son ya
más personales, si un masón tiene problemas de conciencia y es católico, lo
lógico es que acuda o bien a su párroco, a su confesor o a su obispo y que
intente clarificar el tema, porque esa es la norma. Lo que ocurre -y quiero
decirlo para evitar luego falsas interpretaciones- es que cuando se promulga
este Código de Derecho Canónico, el mismo día el entonces cardenal Ratzinger dio
una nota de prensa en L’Osservatore Romano diciendo que aunque en el nuevo
Código de Derecho Canónico no se mencionaba a la masonería, la actitud de la
Iglesia permanecía invariable respecto a esta institución y por lo tanto todos
los masones estaban en estado de pecado mortal y no podían acceder a los
sacramentos.
EC - ¿Cómo se
entiende eso?
JAFB - Es difícil de entender.
Yo le podría hablar desde el punto de vista histórico, no desde el punto de
vista ideológico. Hay un punto de partida que creo que es falso. En muchas de
estas interpretaciones eclesiásticas se identifica a la masonería con una
religión, y no lo es. Esto viene ya de una declaración de los obispos alemanes
de los años 80, que es la que luego se ha intentado introducir. Le voy a dar un
dato: la víspera de la promulgación del Código de Derecho Canónico, en la
Comisión Pontificia de Derecho Canónico, que estaba integrada por más de 50
entre cardenales, arzobispos y expertos, se discutió si se mantenía o no la
excomunión a los masones, se estuvo discutiendo este tema. Un tema que llevaba
20 años, porque el Código de Derecho Canónico tardó 20 años y le puedo decir que
yo seguí paso a paso porque incluso en alguna ocasión tuve que participar en
alguna consulta. ¿Qué pasó en esa votación? Que los que pedían que se mantuviera
la excomunión perdieron la votación en una proporción de 30 y tantos frente a 15
o 16. Por lo tanto en el nuevo Código de Derecho Canónico no se habla de
masonería ni de excomunión. Ahora, si usted me dice quiénes son los que votaron
a favor de que se mantuviera la excomunión yo le podría decir que entre ellos
estaba el cardenal Ratzinger, que es el que luego da la nota al
día siguiente. Y es la nota que hoy día se mantiene. Pero de entonces a hoy no
se ha vuelto a hablar de ese tema, excepto cuando las diferentes conferencias
episcopales de los países más involucrados con el tema de la masonería, como
podían ser Estados Unidos, Brasil, los países escandinavos, donde el cardenal
Sepe, que es el antecesor de Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la
Fe, había autorizado en el año 1972 que los católicos pudieran ser masones de
aquellas masonerías que no atentaran contra la Iglesia Católica. Entonces
no es cierto que la actitud de la Iglesia sea invariable, hubo cambios, si se
mantiene invariable el decreto del cardenal Sepe y la norma que existía
inmediatamente o la norma que existía en el siglo XIX. Es complejo, sobre todo
cuando lo ves desde la historia y analizando los documentos y cómo se crean
esos documentos, porque muchas veces el documento
es frío, pero cuando tú analizas en los archivos cómo se llegó a ese documento,
entonces puedes ver que la cosa no es tan sencilla.
***
|
Por si no tuviéramos motivos suficientes para ir, el director del Museo
Cristiano Francenchini nos invita el próximo sábado 9 de Junio a un buen día de
debates o charlas, casi maratonianos, ya que durante toda la mañana nos hablarán
sobre la Masonería italiana, la guerra de independencia de Italia y la
conflagración civil americana. La tarde tendrá un tema monográfico dedicado a la
Masonería femenina, con la participación de todo un elenco internacional de
Hermanas masonas.
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sábado, 9 de junio de 2012
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