miércoles, 14 de julio de 2010

Voltaire, ¿un masón sin mandil?



Voltaire, ¿un masón sin mandil?


Por Ludovic Marcos, conservador del Musée de la Franc-maçonnerie de ParísVoltaire fue iniciado en la Logia Las Nueve Musas en Paris, el 7 de abril de 1778, menos de dos meses antes de su muerte, la cual aconteció el 30 de mayo del mismo año. El astrónomo Jérôme de Lalande, entonces director del Observatorio de París, fue quien fungió como Venerable de la Logia en la iniciación del filósofo. Ese día 7 de abril de 1778, Voltaire se encontraba muy débil, se desplaza con mucha dificultad, y para su entrada al Templo de la Logia, deberá solicitar ayuda de los Hermanos, y uno, es el conocido físico Benjamín Franklin. Se le dispensa de las pruebas físicas de la iniciación, incluida, la de caminar con los ojos vendados.El evento está a la altura del prestigio de Voltaire y en cierto modo representa la unión de la corriente de pensamiento emancipador de la ilustración y la Francmasonería. El símbolo es muy fuerte, y de sus ecos, la noticia se propagara en los círculos de intelectuales y comunes de toda Europa. Hasta en Viena, la gaceta “Für Freymaurer” dedicó un largo artículo refiriendo el acontecimiento.Los archivos de la Logia las Nueve Musas, creada en 1776 y cuya vocación es la de trabajar por la cultura, las ciencias y las artes, en sus actas se relata el acontecimiento de la siguiente manera:“El Hermano Abad Cordier de Saint-Firmin anunció a la Logia que tenía el placer de presentar para ser recibido como Aprendiz Masón, el Sr. De Voltaire. Se dijo en una asamblea literaria que la masonería debía sentirse halagada del deseo que demostraba el hombre más célebre de Francia, y que se tendría un infalible respeto, a su recepción, por la avanzada edad y frágil salud de este ilustre neófito”.De la leyenda a lo real
En la ceremonia de recepción, Voltaire recibió como regalo el Mandil que portaba el filosofo Helvétius, uno de los creadores de la Logia Las Nueve Musas, el cual falleció en 1771. La leyenda narra, que arrebatado por la emoción, Voltaire, lo levantó hasta sus labios. Más esto es solo una leyenda… Evidentemente, Voltaire nunca más tendrá oportunidad de ceñirse este mandil, puesto que muere poco tiempo después.
Extracto de la Revista Franc-maçonnerie Magazine - núm. 5
Traducción: Rodrigo Álvarez Reynal

Fuente: Masonería para todos

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