viernes, 21 de enero de 2011

Las 7 lagrimas de un viejo maestro mason

Esto lo tome de la R.L. Centauro 9-96, me gusto tanto y me identifique
tanto que quise compartirlo con aquellos buenos hermanos con fe y
corazón que aun quedan, disfruten.

En un rincón del Templo, sentado en su banquita, mirando el Delta
Luminoso, un triste y viejo Maestro Masón lloraba.

De sus ojos, extrañas lágrimas le escurrían por el rostro, sin
saber el porqué, se las conté: fueron siete. Con las ganas
incontenibles de saber el motivo, me aproximé y lo interrogué,
"¿Habla, mi Viejo Maestro! Dile a tu eterno Aprendiz por que
externas así tan visible dolor?"

El, suavemente, me respondió, "¿Estás viendo a estos Hermanos
que entran y salen? las lágrimas que contaste están dedicadas a
algunos de ellos."

"La Primera, es por esos indiferentes, que no valoran la historia,
el esoterismo, la liturgia y el ritual, y aquí vienen en busca de
distracción, para salir ironizando aquello que sus mentes ofuscadas
no pueden concebir."

"La Segunda, me la arrancan esos eternos inseguros que pretenden
creer desacreditando a los viejos Maestros y a la expectativa de un
milagro que les haga alcanzar aquello que sus propios méritos le
niegan".

"La Tercera, se distribuye a los malos, a aquellos que solamente
asisten a la Logia para promover la discordia entre los Hermanos".

"La Cuarta, es por los HH.·. fríos y calculadores que, aún
sabiendo que existe una Fuerza Espiritual, procuran beneficiarse de ella
de cualquier forma y no conocen la palabra Amor".

"La Quinta, va a los que llegan con suavidad, tienen la sonrisa y el
elogio a flor de los labios, pero si pudiéramos ver bien su
semblante, veremos escrito en el rostro: Creo en el Gran Arquitecto Del
Universo, en la Orden y en mis Hermanos, pero sólo si pudiera
servirme de ellos".

"La Sexta, se la doy a los fútiles, insignificantes, que van a la
Log.·. buscando acercamientos para cobijarse pero sus ojos revelan un
interés diferente".

"La Séptima, mi amado H.·., fue grande y se deslizó pesada!
fue la última lágrima, aquella que vive en los ojos del Verdadero
Masón. Que estas lágrimas, Q.·. H.·. sirvan para recordarle
a los HH.·. vanidosos que olvidan que existe el respeto y que existen
HH.·. necesitados de caridad y tantos seres humanos necesitando de el
amparo material y espiritual".

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