viernes, 29 de agosto de 2014

El Simbolismo Hermético-Cabalístico-Mágico-Alquímico en la Tradición Masónica

Por: Víctor. A. Cabello. Reyes (Ex maestro)
“Lo verdadero no es siempre verosímil.” Voltaire

Parece correcto señalar, que existe en la Orden masónica un fuerte influjo o espíritu esencial milenario de clara procedencia tradicional mistérica que se encuentra firmemente establecido dentro de todo el cúmulo de corrientes, doctrinas y enseñanzas ocultistas, herméticas, cabalistas esotéricas y presocráticas que han logrado persistir y subsistir en la masonería desde tiempos y épocas arcaicas. A partir de entonces, estas doctrinas mistéricas fueron ampliamente recibidas y lograron fusionarse y aceptarse a través de la asimilación receptiva de sus principios básicos consagrados dentro de la misma estructura constitutiva formal e iniciática de la Orden masónica.
Como consecuencia, es muy frecuente encontrar opiniones encontradas como posible explicación racional de la manera que este ´´poderoso espíritu ancestral tradicional´´ -sus corrientes, líneas espirituales, formas iniciáticas y procedencias-, logra marcar e impregnar su más sólido influjo ideológico dentro del andamiaje estructural sistémico y el complicadísimo cuerpo de símbolos iconográficos e imágenes. Todo ello, dentro del conglomerado doctrinal de profundas enseñanzas y rituales masónicos. Sin embargo, son ellas doctrinas y enseñanzas originales de clara procedencia milenaria esotérica y oculta de origen y de procedencia y naturaleza de una ancestral y viejísima ciencia y sabiduría mistérica. De esta manera, lo que René Guénon llamó acertadamente ´´intelectualidad auténtica´´ [1] se encuentra fuertemente depositada, consolidada y cimentada dentro esa antigua sabiduría y dentro de los mismos procesos iniciáticos y, esto, gracias a la posible y efectiva asimilación milenaria teúrgica y ritual-en la Orden masónica- depositada sistemáticamente en las más variadas y diversas influencias y corrientes espirituales.

Nuestras enseñanzas y símbolos precedieron por miles de años a nuestra organización formal. Se remontan hasta más allá de las edades antiguas. Los signos, símbolos e inscripciones vienen hasta nosotros desde largas y espaciadas centurias, y pueden encontrarse desde las tumbas y templos de la India hasta los de Nubia, a través del Valle del Nilo en Egipto bajando por el Delta, lo mismo que en lo que entonces se conocía como Caldea, Asiria, Persia, Grecia, Roma, y hasta en Méjico y Yucatán.[2]

Hemos realizado, y esto por varias décadas, investigaciones históricas y documentales relacionadas con la proyección mesoamericana dentro del simbolismo arquitectónico masónico. [3] A este respecto, cabe añadir, que estas poderosas corrientes espirituales y ancestrales (Modelo Cósmico) son nuevamente expuestas, revaluadas y reconsideradas dentro de todo un riguroso y novísimo marco ideológico conceptual y participando activamente de una amplia y rigurosa perspectiva racional académica -si se puede hablar de tal cosa- sistemática y documental. Ciertamente, su rasgo fundamental es poder lograr representar una refrescante y variada óptica, heterogénea y cuidadosamente erudita. Podría pensarse que muchas veces su contenido es muy pobre y sabemos que a un grupo reducido y limitado de investigadores masónicos les parece más útil la forma que el fondo y contenido. De hecho, hay que señalar y subrayar que muchos de estos artículos engorrosos y recargados –para aparentar erudición- no sustentan un contenido espiritual y algunos se nutren de papeles y citas insípidas e insignificantes… ¡Ad Nauseam! Con respecto a ese problema viral entre la novísima cepa de “masonólogos” hablaremos en otra ocasión. Parecería entonces, que puede existir otra exposición, que es muy posible llegar a calificarla de intelectual, abarcadora, abierta y pretendiendo en principio -con precaución y sigilo ante todo posible exceso-, seguir fielmente la vía que nos acerca hacia el fino vínculo e hilo de Oro Tradicional y dirigirnos al reencuentro renovado y antiguo de un espíritu ancestral de la masonería esotérica y oculta.
De manera que, ya resuenan los toques de campanas en lontananza llamando del descanso al trabajo a los obreros de la piedra masónica y alquímica y resurgen vivificantes las características comunes y afines de las otras antiguas y válidas masonerías. Cabe añadir, además, que la investigación se inicia sobre nuevas bases y fuentes informáticas. Y, por ello, se logra consolidar en sólidos y robustos estudios serios complementarios y multidisciplinarios. A partir de entonces, las investigaciones pueden descansar en la inmersión acertada y erudita entre los cimientos documentales y fuentes primarias y originales de todas las corrientes espirituales milenarias. A fin de producir toda suerte de explicaciones sobre el influjo y participación directa, entre líneas y corrientes espirituales mistéricas y las tradiciones órficas y pitagóricas, [4] mitraícas [5], herméticas- neoplatónicas[6], neopitagóricas y alquímico-cabalistas.
A fin de cuentas, todas ellas, llegan a ser hijas de la Tradición Única y de una Antigua Ciencia Simbólica Universal Sacra, que ya comienza lentamente a desprenderse fulgurante y a aportar su valioso conocimiento, hasta lograr emerger gloriosa en el despertar y renacimiento de la masonería actual. A partir de entonces, podemos distinguir que tan necesario despertar mundial espiritual debe ser ampliamente reconsiderado -sin más demoras y subterfugios- dentro de la Orden masónica como un valioso resurgimiento o preciosa renovación alquímico-espiritual.
Los antiguos maestros de la alquimia utilizaban términos velados que se tenían que haber consagrado numerosos años al estudio de la cuestión para simplemente familiarizarse con su lenguaje; sus más importantes revelaciones se expresan generalmente por la vía de las imágenes y de los símbolos.[7]
De forma tal, que este despertar puede ser sistemáticamente puntualizado y hasta definido dentro de nuevos contextos y parámetros de reconsideración y revaluación de la realidad oculta y dentro de las llamadas fuentes antiguas tradicionales de inspiración masónica. Por consiguiente, esta renovación cíclica resultaría ser un verdadero y muy necesario resurgimiento de una transmisión continua de aquellas viejas y casi olvidadas ideas y valores masónicos tradicionales e iniciáticos.
Sin embargo, la masonería es una superviviente nata, pues ha salvaguardado una gran parte del legado antiguo, de manera que en la actualidad es una de las grandes herederas de las ciencias antiguas, propias del humanismo premoderno, como la cábala, la alquimia o la geometría sagrada; ciencias del hombre y para el hombre, representantes genuinas del humanismo antiguo. [8]
Más allá de las connotaciones que pueda tener la noble tradición masónica-la que algunos valientes tienen la osadía de llamar-; ¡Ciencia Oculta!, Esotérica, cabalista y hermética, es nuevamente reconocida por la academia y los prestigiosos investigadores de esoterismo mundial más allá del ámbito y los linderos de los límites intelectuales del templo. No obstante, es interesante poder señalar, que aún en nuestros días, y sucediendo en el seno de la Orden, existe una profundísima y grave desilusión -ante la decadente persistencia clasista y momentánea- de tratar de mantener el incomprensible y exclusivo privilegio de la persistencia de viejas y caducas formas obsoletas -que persisten virulentas-, dentro de una masonería racista y exclusivista tipo club social o gentleman club.[9] “Al contaminarse la Orden de estos elementos, meramente profanos y del todo alejados del espíritu de la masonería tradicional, sus símbolos, imágenes, principios y divisas fueron-con algunas excepciones-vaciados de su contenido original y radical (eran su raíz).”[10]
Debemos destacar, además, que por muchos años la gran mayoría de la casta privilegiada de ciertos masones de la Orden, se han mostrados tímidos y hasta reacios en lograr admitir los elementos esotéricos, herméticos y cabalísticos existentes dentro de todo el cuerpo iconográfico y el nutrido simbolismo del templo masónico. Sin embargo, más difícil les resulta poder asimilar y tratar de alcanzar -de una manera sencilla-, la aceptación y complejidad de la persistencia de estas genuinas correspondencias simbólicas y el saber oculto en logia (arcana disciplina), que se encuentra cuidadosamente vedado y oculto entre los múltiples elementos recurrentes de una antiquísima sabiduría suprasensible, mágico-cabalística y alquímica (V.I.T.R.I.O.L.). Por consiguiente, es también una Sabiduría dentro de las corrientes iniciáticas-órficas y astrológicas[11] como vemos en la cadena zodiacal dispuesta alrededor del mobiliario de muchos templos.
Es evidente que “El… nosce te ipsum’’, “conócete a ti mismo”, significa por otro lado, la posibilidad infinita de encontrar el macrocosmos dentro del microcosmos o mejor aún -según el rico lenguaje simbólico del Maestro Paracelso – contemplar el Astro del pequeño mundo (uno mismo) en el Astro del gran mundo- (astrología del cuerpo físico espiritual).[12] Pero resulta curioso, para algunos, que la riqueza expresiva sustancial de los símbolos, sea también, la base y el fundamento de un singular y arduo proceso iniciático receptivo y solar a través del cual, nos capacitamos para recibir en abundancia ese bálsamo y óleo -como sustancia Arcana (Sagrada Ampolla)- que se acepta como fina y deliciosa unción líquida y astral alquímica -Alkahest- de transmutación de la piedra bruta y del lapis philosophorum interior de purísima naturaleza y esencia solar (Golden Fleece=Vellocino de Oro).
“The Fleece represents the liquid, astral gold, extracted from the nature of higher realities and from the elements; as soul and seed, as solar substance flowing out of God’s bounty, it gives life to things, sustains them, and is able to penetrate the most dense and solid bodies.” [13] Sabemos en todo caso que son elementos de interdependencia espiritual que habitan entre las doctrinas mistéricas y esotéricas, reconocidas todas ellas, por su fuerte tradición o presencia masónica.
Y, a fin de cuentas, es dentro de ese glorioso contexto simbólico e iconográfico de la Orden Fraternal que podemos fielmente seguir la trayectoria (seguir la Acacia) y la búsqueda del maestro perdido. En este mismo sentido, las lagunas de la tradición nos obligan, no obstante, a proceder con cierta precaución y esmerado cuidado en el estudio riguroso y sistemático lingüístico-cabalístico y teúrgico de las más diversas corrientes y fuentes originales de gran complejidad simbólica.[14] A partir de entonces, se puede lograr el acceso al lugar específico donde reside oculta y paciente -en espera a ser rescatada- la gloriosa esencia espiritual de la Orden. Debemos advertir, por tanto, que es solo a partir de ese momento, que podemos acceder a toda la complejidad y exégesis de aquellos códigos y cuyos componentes esenciales -casi vedados y ciertamente rechazados del templo-, se encuentran ocultos en la base tradicional de su fundamento iconográfico-simbólico milenario.[15]
Ya hemos señalado, que este valioso compendio es considerado como una obra masónica seminal, completa y sumamente erudita -verdaderamente un clásico masónico- que fue preparado por una serie de ilustre masones internacionales a finales del siglo XIX y es pionera en el campo de la investigación sobre el ocultismo y otras corrientes dentro de la Orden.[16]
En este contexto histórico actual se sabe, sin embargo, que estas corrientes esotéricas de “philosophia perennis” son muchas veces erróneamente percibidas como sobrevivientes de la ignorancia y superstición o más bien, del crudo y reaccionario irracionalismo y desconocimiento de la tradición mistérica.[17] Asimismo, otros especialistas como el investigador W. Burkert, nos mencionan abiertamente las marcadas similitudes existentes entre los misterios y la masonería. Debemos advertir, que son resistentes y consistentes elementos de doctrinas esotéricas y ocultas que emergen como piezas y componentes esenciales milenarios de la Tradición heredada de una Ciencia de Los Misterios[18] y, los cuales, logran pasar sigilosamente a través de la organización medieval de gremios de forma incólume y como parte integral de esa Consciencia Primordial o Cadena de Oro (Aurea Catena). Incomprendida e ignorada.
The Western esoteric traditions have their roots in a religious way of thinking, which reaches back to Gnosticism, Hermeticism, and Neoplatonism in the hellenistic world during the first centuries A.D. In the Renaissance, the rediscovery of ancient texts led to the scholarly revival of magic, astrology, alchemy, and Kabbalah.[19]
Evidentemente, vemos pues, un sentido esotérico real dentro de un código simbólico armónico; inmerso en una poderosa tradición y enseñanza secreta entre adeptos y maestros (prisca theologia) y de naturaleza profundamente sapiencial, práctica y operativa que vuelve nuevamente lentamente a desentrañarse. “El sentido más habitual de “esotérico” es “secreto” o “reservado a unos pocos” y sin duda, en este sentido, la francmasonería es esotérica.”[20] De manera similar y respecto a los códigos esotéricos ocultos, recordemos que el arquetipo del templo salomónico para el sabio Isaac Newton, “contenía toda una enseñanza de un código de proporciones cósmicas.”[21]
El corpus iconográfico de la masonería es un elemento esencial en las prácticas rituálicas y un soporte privilegiado para transmitir sus doctrinas, su saber y su ciencia. Cada pieza, cada imagen es una representación de algún concepto, principio o aspectos de las doctrinas masónicas y es, al mismo tiempo, una obra de arte de carácter iniciático, por esa razón la masonería define su ciencia como Arte Real, a que no es profana, sino sagrada. De ello se colige que las imágenes y símbolos masónicos (y la ejecución del ritual) trascienden la experiencia estética para adentrarse en el terreno de lo iniciático, es decir, de lo espiritual; por lo tanto, el legado iconográfico que la Orden ha conservado es una representación del mundo sagrado a la que solamente se accede mediante su propio lenguaje: el simbólico, vehículo y fundamento de la sabiduría.[22]
Asimismo, es particularmente significativo que a través de la transmisión de las diversas tendencias y las homologías del cuerpo cabalístico del templo y en la enseñanza inmersa en los mismos códigos asimilados, y esto gracias a las mismas corrientes estructurales arquitectónicas del -templo-masónico-cuerpo-árbol-sefirótico- se procede entonces, de esta manera a transmitir la sustancia operativa esencialmente codificada dentro de las enseñanzas iniciáticas tradicionales. “A temple was not simply a building, an indifferent setting for the actions that unfolded in it; rather, it was a microcosm, a sort of model symbolically depicting the regions of the universe through which the deity passed.”[23]
De esta manera, cabe señalar que existen precedentes y antecesores valiosos históricos formales en las mismas estructuras de los templos egipcios, sumerios, salomónicos y góticos. En ellos podemos, afirmar categóricamente, que es donde se encuentra velado todo un sistema de enseñanza alegórico y un rico simbolismo de enseñanza de todo un proceso místico de transmutación. A su vez, esta enseñanza milenaria se logra preservar, gracias a la protección de una cadena mística de celosos eslabones, quienes logran resguardar-por juramento- la tradición Oral milenaria. “The great civilizations of antiquity were oral cultures. Though the figures differ depending on place and period, literacy was always restricted to a small segment of society.”[24]
Esta tradición constructiva es llevada a cristalizarse y a materializarse en esplendorosas formas arquitectónicas con todos sus detalles y componentes o elementos sacros posteriormente ramificados. En todo caso, persistiendo dentro de la aceptación de líneas tradicionales gnósticas, neoplatónicas y de alta teúrgia cabalista. “Masonry is a search after Light. That search leads us directly back, as you see, to the Kabalah.”[25]
En consecuencia, los maestros escultores de la piedra (sculptores lapidum liberorum), transmitían las enseñanzas tradicionales a través de sus símbolos iniciáticos, enriquecidos los mismos, mediante la asimilación de las enseñanzas ocultas y mistéricas que nos llegan preservadas, gracias a la esencia perdurable del ritual iniciático y protegidas dentro de la tradición estructural simbólica y finalidad soteriológica y espiritual de la construcción del templo.
When we critically examine the rituals of all the degrees, from the Entered Apprentice to the Master in “Blue Masonry” and all the succeeding degrees from whatever rite they may have been derived, we discover in the forms, the language, and the secret words, everything has been taken from the Hebrew. Every word is KABALISTIC. What, then, is the inference? The Kabalists were the inventors of the rituals of the original degrees, and the kabalistic scholars in France and Germany have multiplied the degrees by elaborating upon the ‘legends’ of the first three.[26]
Y, en efecto, en ella se reproduce el contenido doctrinal esotérico y las ideas cabalísticas y hermético-alquímicas que logran entrelazar elementos geométricos que resaltan como fundamento de las doctrinas y enseñanzas masónicas (ejemplo: El pentagrama se describe en Los Elementos de Euclides, Libro VI, Proposición No.30 según Churton).
Hermetism represents the collection of philosophical insights attributed to the gnostic patriarcal figure, Hermes Trismegistus. This legendary personage is named as ‘the father of wise men’ in 17th century copy of masonic charges (containing a traditional history of the craft). It is easier in a sense to trace the background to the use of the five-pointed star than it is to understand why the letter G has come into lodge usage.[27]
Podemos observar, por otra parte, que uno de los problemas fundamentales de la Orden es poder entender y valorizar justamente el concepto esencial de Tradición Iniciática Espiritual. Algys Uzdavinys dice “In fact, The Golden Chain is the same as the Hermaic Chain. This chain was both the chain of theophany, manifestation, or descent (demiourgike seira), and the ladder of ascent. This imagery of the Golden Chain was inseparable from the metaphysics of light and solar symbolism.”[28]
Desde luego, que es muy necesario volver al estudio vivencial de las Fuentes Antiguas del Conocimiento Sacro e identificar la auténtica naturaleza espiritual de la Orden. De este modo, podemos darle un mejor sentido al compromiso iniciático de la búsqueda de la Luz. Parece pues, que este camino iniciático es todo un Arte Regio (Per Ignem ad Lucem=Por el Fuego La Luz) alquímico-constructor. En este sentido, su sustancia arcana de transformación primordial es de la misma naturaleza del macrocosmos[29] ya que en el microcosmos –como plomo saturnal-, es muy posible lograr encarnarla para ser sublimada por la apropiada recepción de la emisión desde el Delta Luminoso de las vibraciones del Verbo rítmico y musical en ondas sefiróticas-cabalistas-teúrgicas.
A tal fin, debe ser purificada, refinada y aquilatada como sustancia alquímicamente sublimada en nuestra naturaleza interna y destilada mediante toda la operación tradicional del (ars regia) dentro del debido pulimiento personal de la -Piedra Bruta- y a través del refinamiento constante de las herramientas para el trabajo masónico u obra del Magnus Opus[30]. Posiblemente se trate de toda una asimilación y fusión de una enseñanza ancestral de arquitectura geométrica sacra depositada por el diseñador cósmico en el mismo Cuerpo-Piedra-Masón-Escuadra-Templo.
Por consiguiente, es allí donde se logra entonces comenzar el arduo proceso de la restauración y divina unificación alquímica inherente e inmanente en nuestra propia naturaleza espiritual. No obstante, de esta manera se accede al reconocimiento interno de la unidad primordial del hombre con Dios. A partir de entonces, se reconquista la palabra perdida como posibilidad infinita de la debida reabsorción teúrgica de Sabiduría-Hermético-Cabalista-Universal,[31] depositada en la rica herencia instrumental iconográfica y simbólica e inmanente y trascendente en todo un concienzudo “trazado geométrico” (Compás), enmarcado dentro del macrocosmos arquitectónico universal (Ex Uno Omnia).
En efecto, es un trazado de armonía universal y un orden armónico cósmico que la poesía de los Antiguos Deberes del Manuscrito Cooke (1410) puntualiza como; Ciencia de la Geometría, y que reside potencialmente en el Delta y Ara sagrada luminosa que se encuentra depositada en el corazón del hombre[32] como centro del árbol cabalístico del templo. Según podemos advertir, es dentro del microcosmos alquímico[33] y cuerpo zodiacal del hombre que se encuentra depositada la semilla de la esencia pétrea-sculptores lapidum liberorum- de naturaleza Aurea y Solar = Oro Alquímico (OMNIA AB UNO-OMNIA IN UNO-OMNIA PER UNO) lista para su refinamiento y purificación o sublimación espiritual.
En consecuencia, el Corpus Hermeticum afirmará: “El humano en la tierra es un dios mortal. Dios en el cielo es un Hombre inmortal’’. Para finalizar, meditemos profundamente en la posibilidad de una búsqueda genuina que nos dirige hacia un Camino o sendero ancestral de vinculación hacia la trascendencia. En resumen, es a través de la iniciación donde se comienza todo el proceso de reconocimiento y aceptación de este sendero espiritual. Es la Vía del Oro Alquímico. Ella es la Sabiduría y la Semilla de Acacia.

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